jueves, 30 de junio de 2011

Caliente, caliente

Cuando somos pequeños, incluso cuando todavía somos estudiantes, la llegada del verano es una buena noticia. Porque llegan las vacaciones, claro. Tiempo libre para pasárselo de la hostia. Pero cuando uno empieza a currar y, particularmente, cuando vive en Madrid, la llegada del verano es una puta mierda. Ni mis dos semanas de vacaciones lo compensan. Qué asco de calor. Pero qué asco. Es insoportable, no se puede estar por la calle, es imposible dormir a gusto. Odio el verano madrileño.

No sé si tal y como empecé el artículo debería hablar de Celebrated summer, pero bueno.



Que la cosa está muy calentita. Más caliente que la barandilla del infierno. Y que el palo de un churrero. Y que el cenicero de un bingo. Pero la cosa no está solo caliente por aquí. También en la NFL.

Al lío.

Que el fin del lockout parece inminente. Ya se están filtrando los supuestos términos del acuerdo. Los cabecillas de ambos bandos ya comparecen públicamente juntos. Parece un signo inequívoco de que el acuerdo está muy cerca.


En cuanto a los supuestos términos del acuerdo, la semana pasada se filtraron informaciones coincidiendo con la reunión de los propietarios de las franquicias con Goodell, en la que este les puso al corriente del estado de las negociaciones y dio pie a posibles oposiciones de propietarios. No las hubo, o si las hubo, no fueron significativas. Parece que todos quieren que haya acuerdo y pronto. Según la ESPN, estos serían los términos del acuerdo que barajan los propietarios:
  • Los jugadores se llevan el 48% de todos los ingresos. En el anterior convenio, los jugadores se llevaban el 60% de los ingresos, si bien computaban solamente los especificados en el convenio, y no otros que surgieron posteriormente.
  • En todo caso, los jugadores deben embolsarse efectivamente no menos del 46,5% de los ingresos.
  • Las franquicias deben gastarse cerca del 100% del tope salarial. Pasaría a ser, más que un tope, un gasto salarial global fijo.
  • Habría escala de salarios prefijados para novatos, aunque este punto parecía todavía bastante verde. Por el cariz que están tomando los acontecimientos, parece que los rookies (en particular, los elegidos en primera ronda) van a ser los más perjudicados por el nuevo convenio. Lógico, por otra parte, ya que en los últimos años se estaban pagando cantidades obscenas a jugadores que no habían demostrado nada en un campo profesional.
  • Deberán transcurrir 4 años para que un jugador sea agente libre no restringido. Vamos, que hasta que se pasa 4 años en su actual equipo, no puede jugar donde le dé la gana.
  • La cuestión de la posible ampliación de la temporada regular a 18 partidos se difiere a un eventual acuerdo futuro. Vamos, que nada, por ahora, de 18 partidos. Y yo que me alegro.
  • Los propietarios se beneficiarían de algunos créditos o ingresos exentos del cómputo de la cuota para los jugadores que deberían destinar a financiar nuevos estadios.
  • Los jugadores jubilados gozarían de un mejores condiciones en sus pensiones y seguros médicos al doblarse la cantidad destinada para ello, hasta 18 millones de dólares en 2016.
  • Dejo para el final una de las cuestiones más llamativas y que posteriormente fue desmentida. O, más que desmentida, se dijo que era algo sobre lo que no se estaba trabajando. Que no quiere decir que luego no se incluya porque huele. El partido de los jueves. Como sabéis, a partir de la décima jornada y hasta la penúltima, NFL Network emitía un partido los jueves por la noche, madrugada española (el partido inaugural también se disputa el jueves, aunque no lo emite NFL Network, sino la NBC, los del Sunday Night). En prime time. Goloso para las teles. Hay que tener en cuenta que los viernes estaban reservados para el fútbol de instituto y el sábado para el de universidad. Si la NFL quiere ampliar su espacio televisivo, debe buscar otros días, de ahí la jornada en jueves, en principio poco adecuada por lo alejada que está del domingo. Pues bien, el partido del jueves, que hoy existe, pero es excepcional, pasaría a fijo y se comercializaría como un nuevo paquete televisivo. La implantación del nuevo partido no se produciría hasta la temporada 2014. Tuiteaba el otro día que me parecía una putada por el horario en España, pero probablemente (aunque no es seguro) en 2014 estaré trabajando en México, así que no me vendría nada mal (esto es una noticia, a lo mejor algún colega se entera por aquí; no deis saltos de alegría todavía que no sería para siempre, sino solo dos o tres años).
Por otra parte, en cuanto al gesto público, no creo que se quede en una mera anécdota. La NFLPA, el sindicato (perdón, que ya no tiene tal consideración, deberíamos decir "asociación de comercio") de jugadores, daba hoy miércoles un seminario a los novatos. Estos cursos los organizaba la NFL, pero ante el cierre patronal no era posible que lo hiciese. Por eso la NFLPA convocó el cursillo sustitutivo que se desarrolla en estos momentos. DeMaurice Smith, el líder del bando de los jugadores, invitó al líder del bando contrario a ese seminario. Los encerrados invitan al encerrador.

Cierto es que la realidad es que no hay noticias oficiales y que algunos rebajan la euforia, apuntando que a las partes les queda todavía mucho trabajo por hacer. Crucemos los dedos para que el acuerdo llegue antes del 1 de agosto

¿Fin del lockout? Caliente, caliente.


Otra calentura llega con motivo de la serie sobre los 100 mejores jugadores de la NFL en 2011, que está emitiendo NFL Network. Cada domingo se anuncian 10 nuevos nombres. Solo quedan los 10 primeros, que se desvelarán el próximo fin de semana. Como no podía ser de otro modo, la lista está siendo muy polémica.

El Top 100 es una gran idea desde un punto de vista comercial, porque la repercusión está asegurada (¿a quién no le gusta un ranking como estos, eh?), pero desde un punto de vista académico la cuestión es absurda. No se pueden comparar jugadores de diferentes posiciones. ¿Qué criterios tenemos en cuenta? ¿Su importancia en el resultado final, su imprescindibilidad? Que no, que no se puede comparar a un defensive back con un offensive lineman. Su rol es muy diferente. Incluso su exposición pública. Aunque sean la pieza clave de un equipo, los gordos de la línea ofensiva nunca serán tan reconocidos como el jugador al que guardan la espalda o al que abren huecos. Y quizá sean tan o más importantes. Quizá el mérito de un big play sea principalmente suyo. Pero, como de forma muy acertaba comentaban Collinsworth y Michaels tras el épico retorno de Dan Connolly contra Green Bay, hasta ese momento el highlight de la carrera de un jugador de línea ofensiva era "number 63, holding, 15-yard penalty, automatic first down".

Otro obstáculo importante es saber qué criterios se empleaban para clasificar a los jugadores. En teoría es lo buenos que son, y no lo que fueron. Pero Donovan McNabb está ahí en el puesto 100. Más que discutible que merezca la consideración por encima de otros compañeros como Jay Cutler (por muy nenaza que se diga que es) o Kyle Orton. Personalmente, no tengo ninguna duda de que cualquiera de estos es mejor. Probablemente también Sam Bradford, David Garrard y Kevin Kolb.

Hay disparates mayores. Devin Hester ocupa el 32.º puesto de la lista. Supuestamente, es mejor jugador que Wes Welker, Greg Jennings, Brandon Marshall y Santonio Holmes. De coña. Sí, está ahí porque es un retornador letal, pero como receptor es malo. Peor jugador que todos los anteriores, sin duda, también. No discuto que por sus labores de retornador merezca estar en la lista de los 100 mejores, pero después de los que he citado y algunos receptores más.

El ranking está generando mucha polémica. Algunos jugadores no se han tomado nada bien el lugar que ocupan, y ya han hecho público su descontento. Brian Urlacher y LaMarr Woodley dicen que no conocen a ningún jugador que haya votado para confeccionar esa clasificación. Por cierto, Urlacher figura en 49.º lugar y Woodley en el 82.º, algo que me parece inexplicable si atendemos a lo que son y no a lo que fueron estos jugadores. El caso es que algunos están calentitos por la lista. Por si tenéis curiosidad, así va la cosa a falta de los diez primeros:

11 Rodgers, Aaron
12 Ware, DeMarcus
13 Johnson, Chris
14 Fitzgerald, Larry
15 Freeney, Dwight
16 Woodson, Charles
17 Ngata, Haloti
18 Asomugha, Nnamdi
19 Matthews, Clay
20 Vick, Michael
21 Harrison, James
22 Gates, Antonio
23 Willis, Patrick
24 White, Roddy
25 Foster, Arian
26 Rivers, Philip
27 Johnson, Calvin
28 Long, Jake
29 Jackson, DeSean
30 Jones-Drew, Maurice
31 Wayne, Reggie
32 Hester, Devin
33 Charles, Jamaal
34 Evans, Jahri
35 Wilfork, Vince
36 Witten, Jason
37 Vilma, Jonathan
38 Jackson, Steven
39 Mankins, Logan
40 Suggs, Terrell
41 Roethlisberger, Ben
42 Turner, Michael
43 Thomas, Joe
44 Mathis, Robert
45 Bowe, Dwayne
46 Gonzalez, Tony
47 Mangold, Nick
48 Bailey, Champ
49 Urlacher, Brian
50 Welker, Wes
51 Suh, Ndamukong
52 Ryan, Matt
53 Colston, Marques
54 Samuel, Asante
55 Nicks, Carl
56 Rice, Ray
57 Gurode, Andre
58 Lloyd, Brandon
59 Saturday, Jeff
60 Tuck, Justin
61 Marshall, Brandon
62 Mayo, Jerod
63 Wake, Cameron
64 Hali, Tamba
65 Leach, Vonta
66 Seymour, Richard
67 Waters, Brian
68 Rolle, Antrel
69 Abraham, John
70 Austin, Miles
71 Williams, Mario
72 Romo, Tony
73 Cole, Trent
74 Jennings, Greg
75 Ratliff, Jay
76 Holmes, Santonio
77 Snee, Chris
78 Clark, Dallas
79 Ferguson, D'Brickshaw
80 Allen, Jared
81 Raji, B.J.
82 Woodley, LaMarr
83 Williams, Mike
84 Cribbs, Josh
85 Babin, Jason
86 Freeman, Josh
87 Gross, Jordan
88 Davis, Vernon
89 Wilson, Adrian
90 Flacco, Joe
91 Owens, Terrell
92 Briggs, Lance
93 Berry, Eric
94 Gore, Frank
95 Beason, Jon
96 Collins, Nick
97 Phillips, Shaun
98 McFadden, Darren
99 Clifton, Chad
100 McNabb, Donovan

* * *

Me despido con un par de recomendaciones de lectura digital, sobre las que todavía no había hablado. En el terreno del fútbol americano en español, ha surgido un nuevo blog muy interesante, Coach Willy. Actualizado con mucha frecuencia, con historias muy interesantes y mucha participación de los lectores. Seguro que os hace más llevadero el mono de football. La otra recomendación, en inglés, y sobre deportes en general (y otras historias), de la nueva web encabezada por Bill Simmons: Grantland. El nombre hace referencia a Grantland Rice, periodista deportivo de principios del siglo pasado que se caracterizaba por su refinada prosa (otros dirían, quizá, pedantería). Presuntuoso título, quizá advertencia de la pedantería y petulancia de sus autores, pero web cojonuda. Algo parecido se intentó lanzar recientemente por aquí, el proyecto Panenka, pero a algún cráneo previlegiado se le ocurrió hacer la publicación de pago (y nada menos que por un precio mínimo de 1 euro, más caro que las ediciones premium de los medios de comunicación españoles). A ver, que la idea es buena, pero ¿no se han dado cuenta que lo de pagar por contenidos digitales a la gente no le va? Y, sobre todo, si Grantland es gratis (con todos mis respetos) ¿esperan que pague por esto?

Pasad el calor lo mejor que se pueda. Y la gente dice que en Galicia hace malo. Manda cojones.

jueves, 9 de junio de 2011

Tiempos sombríos

Últimamente hace un tiempo un poco raro. Aunque dicen eso de que hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo, no es normal que en junio esté cayendo tanta agua. ¿Los dioses que lloran por el descenso del Dépor, el lockout de la NFL y la marcha de Pancho del Estu? No, dejémonos de lírica-mierda. El cuarenta de mayo no existe, en el propio Calendario Zaragozano (Zaragozano con mayúscula, porque se refiere a un tío que se apellidaba Zaragozano, aunque también era de la provincia de Zaragoza) mayo no tiene más de 31 días, y no he llevado un sayo en mi puta vida. No son más que signos de los sombríos tiempos que atravesamos.

No desesperemos. Si llueve, escampará. Saldrán ampollas en el sol, que dirían los Violent Femmes (¿los o las? gramaticalmente suena mejor las, pero es un grupo de maromos, así que los). Disfruten de Blister in the sun mientras leen lo que sigue.



Comencemos con las sombras. Las noticias poco alentadoras. Hace meses os comenté el calendario oculto de la NFL, un calendario latente detrás del oficialmente anunciado. Se podía retrasar hasta tres semanas el inicio de la liga sin que se perdiese ninguna jornada de competición (pero sí de descanso); y hasta cinco semanas perdiéndose dos jornadas de la regular season. Recordemos que la competición se debería iniciar, teóricamente, el jueves 8 de septiembre. Un retraso de cinco semanas implicaría un comienzo de la liga el 16 de octubre.

Pues bien, en vista del actual estado del conflicto entre jugadores y liga, parece que la NFL trabaja seriamente en otro calendario de último recurso. No llegamos ni al 16 de octubre. Se empieza a hablar de noviembre. Un calendario de únicamente ocho partidos de temporada regular, con una semana previa en la que se disputaría un único partido de pretemporada. Hay que tener en cuenta que para que la liga comience en una fecha determinada el acuerdo debe producirse con antelación razonable. Una mínima preparación física y técnica es necesaria. Se considera que ese plazo mínimo es de tres semanas, por lo que estamos hablando de que o se alcanza un acuerdo a mediados de octubre o la temporada se cancela por completo.

Si el mal menor de la temporada de ocho partidos sucede, casi todos perderemos. Unos perderán seguro, otros probablemente y otros probablemente ganarán. Los que perdemos seguro somos los aficionados. Nos dejan sin ocho semanas de nuestro vicio. La mitad de la liga regular. Los que perderán probablemente son los jugadores. Recordemos que los salarios de los jugadores se devengan por cada partido de temporada regular en el que están convocados. Vamos, que su derecho al sueldo se gana por cada semana de competición. Es un esquema completamente diferente al del trabajador ordinario, con 12/14 pagas anuales que se van devengando según va avanzando el año (y trabajando el empleado). Dicho esto, puede que la pérdida se compense de alguna manera (aunque difícilmente por completo) en el acuerdo que ponga fin al lockout. Los que casi seguro no perderán (y, de hecho, a largo plazo ganarán) son los propietarios. Recordemos que si la liga está cerrada es porque ellos quieren. Porque quieren cambiar el reparto de ingresos de la competición. Y se cambiará, seguro, para que ellos se lleven un trozo más grande del pastel (que cada vez es más grande). Lo más probable es que la pérdida de ingresos derivada de este retraso se compense con el incremento relativo de los ingresos que les corresponderá.

¿Y la propia competición? Esta, si termina disputándose con solo ocho partidos de regular season, perderá en equidad. Si ya de por sí el sistema divisional de clasificación para playoffs es interdivisionalmente poco equitativo (quiero decir, hay equipos con menos victorias que otros que tienen plaza de playoffs, como los Seahawks de la temporada pasada), si el número de partidos se reduce a la mitad lo que tendremos son ocho miniligas diferentes. Incluso creo que deberían eliminarse las plazas de wild card, porque el balance de victorias no será en absoluto comparable de una división a otra. No tendrían nada que ver, pongamos, 6 victorias de los Rams con 6 victorias de los Saints. ¿Qué sentido tiene compararlas como criterio para tener plaza de postemporada? Recuerdo que a pesar de que la temporada se acorte a 8 partidos, en principio el número de partidos intradivisionales seguiría siendo de 6.

El único punto positivo (por ver alguno) que tendría esta reducción de temporada es que los playoffs comenzarían en noviembre. Cada partido sería poco menos que un partido decisivo, de postemporada. Nadie podría permitirse una mala racha, perder dos partidos seguidos sería dramático, perder tres, posiblemente, el fin de las opciones de playoffs. Menos semanas de drama, pero un drama más intenso.


Os preguntaréis por qué ahora el escenario se vuelve tan pesimista. Aparte de la razón obvia de que los días pasan y el acuerdo no llega, está lo sucedido en la vista del pasado 3 de junio ante la Corte de Apelación. En ella cada parte dio sus argumentos. En este momento se desconoce la resolución de la Corte, que deberá decidir si el lockout se mantiene indefinidamente hasta que se resuelva el caso principal (lo que no sucederá a tiempo de que se dispute la temporada próxima) o si se levanta. Pero lo que ha dejado caer uno de los jueces es que la decisión no gustará a ninguna de las partes. ¿Qué significa eso? No lo sé. Quizá sea lo mejor para forzar un acuerdo. Si los dos bandos están incómodos en guerra, tendrán más prisa para alcanzar la paz. Ojalá. Sin embargo, lo que ha trascendido esta semana es que hay que ir pensando en las ocho semanas de regular season. Tiempos sombríos, sin duda.

La otra gran noticia de la semana (pero buena) es que Plaxico Burress ha dejado espacio en las cárceles estadounidenses para que otros jugadores de la NFL ocupen su lugar. Sí, el receptor que consiguió el touchdown de la victoria en una de las Super Bowls más sorprendentes de la historia, es libre tras 20 meses en prisión.


Enhorabuena a sus fans, aunque solo lo sean por lo divertido que resulta escuchar a Moisés Molina pronunciar este nombre. ¿Otro redimido a lo Vick? El caso del quarterback seguro que ayuda a Plaxico a conseguir una segunda oportunidad. No le faltará, sin duda (si tenemos liga, claro).

* * *

Termino con la terrible noticia con la que amanecía hoy. Terrible desde un punto de vista deportivo, pero no deja de ser terrible. Ni siquiera deportivo, porque la pérdida no es tan grave en el terreno deportivo, pero sí en el sentimental. Pancho Jasen se va del Estu. Nos quedamos sin nuestro capitán.

A la inmensa mayoría de los que leéis esto os la sudará. Pocos sabréis quién es este tío cuya marcha lamento. El baloncesto ACB es un deporte muy minoritario en España, y el Estu no forma parte de los equipos más seguidos. El equipo es famosillo, pero no sus jugadores.

Pancho era de lo poco que le quedaba al Estu. Era de lo poco que veías en una pista y reconocías como el Estu. La esencia de los clubes deportivos es su gente. Su afición les da sentido. Sus dirigentes, técnicos y jugadores les ponen cara y patas.

Ayer, Pancho era la única "cara y patas" que representaba el escudo del Estu. Es triste, pero ninguna más quedaba. En él reconocíamos a este equipo. Igual que en tantos y tantos jugadores y entrenadores, de los que ya no queda ninguno. "Señas de identidad", lo llaman algunos.


Ya lo escribí alguna vez. Me disgusta profundamente la falta de identificación entre aficionados y deportistas que (creo) cada vez trasmite más el deporte actual. No me gusta nada ver que un jugador se pasa al eterno rival como quien cambia de chaqueta. No me gusta ver a Favre en Minnesota, ni a Michael Owen en el United, o a Leonardo en el Inter. Es obsceno. Me parece una traición terrible a las personas que justificaban su sueldo. Quizá mi visión esté distorsionada por estar casi siempre del lado del traicionado, pero cuando han venido vikingos al Estu tampoco me ha gustado. El deporte, aunque profesional, no es comparable a ninguna otra profesión. No conozco a "aficionados" de mi empresa. Ninguna los tiene (bueno, la única que a lo mejor los tiene es Apple). Si un trabajador se pasa de una empresa a otra no traiciona los sentimientos de su afición, porque, simplemente, no existe. El oficio de deportista es incomparable con cualquier otro.

En Pancho Jasen veía a uno de los pocos deportistas identificables con un equipo que quedaban en el baloncesto español. Se cuentan con los dedos de la mano: Navarro, Grimau, Felipe (aunque me duela, es un emblema del lugar en el que está), Salva Guardia... No se me ocurren muchos más. No digamos ya extranjeros. Marko Banic, Jim Moran y para de contar. Hace años, los extranjeros venían a España y (parecía) sentían los colores del equipo. Venían para quedarse, para echar raíces, y no "de paso", hasta el próximo contrato. Lo que antes era habitual, hoy es excepcional. Cada día más. En eso me da envidia el deporte profesional estadounidense, donde la permanencia de un jugador en una franquicia es regla y no excepción. Sobre todo las estrellas, que cuando cambian de acera, es notición. No imagino a Peyton Manning o a Tom Brady jugando algún día en equipos distintos de los actuales. Por eso la marcha de LeBron fue un shock. Porque no es normal. No debería serlo.

En estos momentos, solo tres jugadores tienen contrato con el Estu para la próxima temporada. Uno de ellos, Albert Oliver, podría no seguir. Nos quedan Jaime Fernández, un chaval que está haciendo ahora la selectividad, y Germán Gabriel. Un panorama desolador. Odio ver a más de la mitad de la plantilla renovada cuando empieza la temporada. Yo quiero a mis cabrones de siempre. Cabrones, pero los de siempre.

No me apetece entrar en las causas de la marcha de Pancho. Entiendo (de nuevo) que a la mayoría os la sudará. Lo que tengo claro es que el Estu tiene unos gestores de auténtica puta mierda.

Otra vez más, solo me queda darle las gracias por los inolvidables momentos que nos ha hecho vivir. Me duele especialmente que no lo hayamos podido despedir en la cancha, después de su último partido oficial, y con la camiseta del Estu. Una despedida como merecía el capitán.

Como el baloncesto ACB es un deporte tan minoritario (en los medios, que no en los pabellones, que siempre están llenos), cuesta aportar recuerdos videográficos. Un par de ellos, muy felices.

Esa canasta sin la cual habríamos descendido (narrada por nuestro antiguo speaker, ahora en la otra acera, cómo no, a golpe de talonario)


Ese triple de 9 metros para forzar la prórroga. Acojonante.


Pancho no era una persona cualquiera. Eso le cantábamos.



Tengo que terminar otro artículo igual.

Pero qué mierda, joder.