jueves, 30 de septiembre de 2010

Apuntes breves: la carrera más dura

Sports Illustrated dedicaba su número del 23 de agosto a un especial sobre los running backs. Aquí podéis leer uno de los muy recomendables artículos que figuran en dicho número. Me quedo con un dato escalofriante: según el sindicato de jugadores (NFL Players Association) la carrera profesional de un running back tiene una duración media de 2,6 años (lo pongo bien grande para que todo el mundo se entere). Una carrera extremadamente corta, y nunca mejor dicho.

Un poco de reggae, Running Away, de Bob Marley & The Wailers.



Aunque no es complicado adivinar por qué la carrera de un jugador de fútbol americano puede ser muy breve, ya que suelen llegar algo mayores (por lo menos después de pasar dos o tres años en la universidad) y los golpes son una parte esencial del juego, veamos por qué los running backs duran menos. El porqué lo explica Larry Johnson: "nos golpean en cada jugada. En cada uno de esos golpes, somos el golpeado, no el golpeador. Cuando corremos con el balón, los jugadores van a por nuestras piernas, a por nuestras caderas. Cuando no llevamos el balón, hacemos bloqueos para el pasador, lo que implica que un strong safety u outside linebacker corre durante 30 yardas hacia nosotros mientras estamos quietos". Comulgan en cada jugada.


El cuerpo de estos jugadores es el blanco de muchas bestias que pueblan las defensas de la NFL, que viven de derribar a los enemigos. Los running backs deben adentrarse en estrechas cavernas plagadas de jugadores rivales que intentan detenerles confiando en que sus compañeros les abran una pequeña brecha con la que arañar un par de yardas. Extraño es que no sucedan más desgracias como la que sufrió Leonard Weaver en la primera jornada (el vídeo es duro, absténganse mentes sensibles):


Las tres primeras jornadas de NFL nos han dejado más imágenes espeluznantes de lesiones de corredores, ejemplos del riesgo al que se ven expuestos estos jugadores. Aparte de Leonard Weaver, otros jugadores ilustres como Ryan Grant y Reggie Bush han sufrido lesiones muy graves.

No estamos ante un problema meramente profesional. Las secuelas quedan para toda la vida. Lo comenta Terrell Davis, que define su estado físico como "horrible". Vive con una rodilla destrozada, con el cuello dolorido y con la espalda que le mata. Sin embargo, él dice que no cambiaría nada en su carrera. En su caso, con dos anillos en sus manos, resulta comprensible. Con todo, la mayoría de running backs de la NFL no tiene esa suerte.

No me gustan los holdouts. Me parecen muy injustos, porque implican que el jugador, cuando lo hace bien, se niega a jugar si no le pagan más; pero cuando sucede lo contrario, el equipo se lo tiene que comer con patatas (o despedirle pagando el salario garantizado). Sin embargo, en el caso de estos jugadores lo puedo entender. Entiendo que Chris Johnson quiera que se le retribuya de modo acorde con su excelente rendimiento, porque existe un riesgo significativo de que dentro de tres años esté más lisiado que el Teniente Dan. Como señala Tim Layden, el autor del artículo de Sports Illustrated que enlazo, "for the modern back the game is a race to earn money before the tires fall flat".

Por si fuera poco, el deporte ha ido evolucionando de tal manera que el running back es cada vez menos importante. Antes, para llegar lejos en los playoffs había que correr y parar la carrera del equipo contrario. Esa era la base del éxito. ¿Hoy? Preguntadle a los cuatro últimos finalistas de la Super Bowl. Incluso yo, como aficionado de los Packers, creo que la pérdida de Ryan Grant, que equivale prácticamente a perder el juego de carrera de Green Bay, no descarta a los Packers como aspirantes al anillo. Es decir, que el papel del running back está más devaluado que nunca.

Los que no empeoran son los jugadores que les atizan. Estos están cada vez mejor preparados. Sin embargo, la liga no está obsesionada con la protección del running back. Lo está con la del quarterback. Lo que vende son los "fuegos artificiales", los partidos de pases profundos, de más de 400 yardas de pase por equipo. El juego de carrera es vulgar, sucio, poco vistoso. Sombríos tiempos para ser corredor.

Y a todo esto, cada vez resulta más probable la ampliación de la temporada regular a 18 partidos. Más ocasiones para comulgar. Y más probable que la vida laboral del running back se acorte.

martes, 28 de septiembre de 2010

Plácido domingo, jodido lunes: jornada 3

Si después del tercer fin de semana de competición tu equipo aún no ha estrenado su casillero de victorias, tienes motivos para preocuparte. Porque aunque aún quedan 13 jornadas, cuando una franquicia empieza 0-3, el equipo técnico y el quarterback titular empiezan a ser cuestionados; el margen de error es prácticamente nulo; la afición empieza a desaparecer del campo, los que no desaparecen, empiezan a abuchear; y los malos rollos comienzan a brotar. Bajo la amenaza de caer en el pozo del 0-3 comenzaban la jornada unos cuantos equipos, algunos de ellos, entre los teóricos gallitos de la NFL: Vikings, Cowboys y (en menor medida, aunque favoritos claros en su división) 49ers. Dos de ellos toman aire; uno entra en coma.

Under pressure, así andan muchos equipos.



El jueves comienza la ACB. Se enfrentan el Bien contra el Mal, nada menos.
Qué pude ver. Aunque para la mayoría de vosotros el Tampa Bay-Pittsburgh seguramente signifique poco más que el duelo de dos equipos sorprendentemente invictos, en mi casa se vivió como un auténtico derbi. Cuando tu novia es de los Steelers y tus amigos (dos, pronto tres) son de los Buccaneers, es lo que sucede. En la foto de la izquierda podéis ver el aspecto de la estantería (de Ikea) situada encima de la tele del salón. Todo listo para vivir el gran duelo. Ese partido o, mejor dicho, dos cuartos y medio de él (hasta que la diferencia se hizo irremontable) lo vimos en el ordenador, y en la tele el Saints-Falcons (ya, lo lógico sería lo contrario, pero era imposible). Después de dos cuartos y medio de suplicio para la franquicia del norte de Florida, cambiamos al RedZone en el ordenador, aunque la emoción del partido del Superdome fue tal que apenas apartamos la vista de la tele. En la sesión de las 22.15, Broncos-Colts en la tele y, al principio (para que no nos destripase el partido de la tele, que comenzó con un ligero diferido) Redskins-Rams en el ordenador. Cuando el partido de Mile High volvió al directo, pusimos el RedZone. Por cierto, qué bien estuvo ese programa en el final del Cardinals-Raiders y Seahawks-Chargers, saltando de un campo a otro, en directo, sin que te perdieses ningún snap. Del Sunday Night sólo vi el último cuarto. Muy emocionante, por cierto.

El vomitorio. Esta semana tampoco ha dado grandes titulares ni jugadas polémicas de las que discutir hasta el hastío. En ese sentido, ha sido una jornada un poco sosa. Solo en ese sentido, porque no ha faltado ni emoción ni grandes partidos, como comentaré más adelante. La noticia con la que abren los medios estadounidenses más importantes es el alivio que ha supuesto la primera victoria de Cowboys y Vikings en la liga y la alerta roja que se ha encendido en San Francisco por su tercera derrota en otros tantos partidos. Los Chicos Vaca tenían un difícil partido ante los invictos Texans en Houston. Por primera vez, el equipo pequeño del estado era el de Dallas. Pero ganaron los Cowboys, sin dar demasiadas opciones a su rival. En cuanto a los segundos, sufrieron más de lo que creía para batir a los Lions. Gracias a Peterson, fundamentalmente. Preveo otra semana con unos cuantos artículos sobre la conveniencia de que los Vikings basen su ataque en las carreras del 28. Pocos dudan ya de que es lo que les conviene en estos momentos (aunque si quieren ser aspirantes al anillo, más les vale que Favre vuelva a un nivel aceptable).

Esta recepción se produjo a 45 yardas de la línea de scrimmage, nada menos.
Tenemos tendencia a hablar y escribir más de lo malo que de lo bueno, así que supongo que esta semana se hablará mucho de la situación de los 49ers. Ya ha rodado la primera cabeza, la del coordinador ofensivo. La de Alex Smith, si los resultados no mejoran, no tardará en correr grave riesgo (a pesar de que la semana pasada, contra los Saints, me gustó bastante). Favoritos claros de la NFC Oeste, cuentan sus partidos por derrotas. Pero lo peor es que dos de ellas, contra Seahawks y Chiefs, fueron de paliza. Un auténtico desastre. Por 31-10 cayeron ayer en Arrowhead, aunque el marcador no muestra hasta qué punto estuvieron perdidos en el partido. Algunos analistas pronosticaban que los 49ers llegarían a la Super Bowl. Conservan todas sus opciones, desde luego, pero no tienen pinta de aspirante al anillo. En el apartado personal, espero que ganen unos cuantos partidos, al igual que los Broncos, para que el partido que veamos en Londres dentro de poco más de un mes no sea un enfrentamiento de equipos desahuciados. Aunque, por otro lado, no tengo dudas de que nos lo pasaremos de puta madre. Siempre nos quedará encomendarnos al alcohol.

Bueno, también se habló mucho, y se hablará, de Michael Vick. Peter King ahora mismo lo considera como el principal candidato al MVP de la temporada (¿tiene sentido hacer este tipo de predicciones a estas alturas de temporada? evidentemente, no ¿mola leerlas? pues a mí sí). Con las estadísticas en la mano, y aunque solo se han disputado (por Vick) diez cuartos, diez, no es nada descabellado. Ayer estuvo de nuevo estelar. Torturó y aniquiló sin piedad a los Jaguares de Jacksonville.

Premio Ana Blanco (la vida sigue igual). Qué penita dan los Lions (espero que la jornada que viene la sigan dando). No me digáis que no os despiertan algo de ternura los lindos gatitos. En las últimas tres temporadas (cierto es que en esta solo han pasado tres fines de semana) han conseguido, en total, dos victorias. Esta jornada han caído de nuevo. No era fácil, ni mucho menos, pues jugaban en el Metrodome de Minneapolis ante unos Vikings muy necesitados, pero no me digáis que cuando visteis que iban ganando 7-0 no pensasteis que quizás esta vez conseguirían su primera victoria fuera del Ford Field en muchos años. Eso sí, por lo menos este año compiten.

Tres cuartos de lo mismo para Bills y Browns: jugaron como nunca y perdieron como siempre. Estos equipos comparten iniciales, y cambio de titular en la posición de quarterback. Y que no son tan malos como muchos pensábamos antes de empezar la temporada (lo decía ayer mientras ganaban en New England: los Bills no son tan malos; ya han hecho sudar de lo lindo a Dolphins, Packers --bueno, a estos solo durante medio partido-- y Patriots, equipos con expectativas fundadas de postemporada). Algún día, estos equipos ganarán. Y todos nos emocionaremos con ellos.

Premio Armin Tamzarian (la vida cambia). Aparte de la mención a Cowboys y Vikings, que han conseguido noticiosamente la primera victoria de la temporada, creo que es el momento de agachar la cabeza y reconocer que Mark Sanchez tiene algo. Me precipité al augurar que los Jets necesitarían a Brunell. Qué cambio el de Sanchez en los dos últimos partidos: acumula 6 pases de touchdown y ninguna intercepción, contra rivales potentes y divisionales (Patriots y Dolphins). Mucha igualdad en la AFC Este, con triple empate a 2-1.

Este es otro lugar en el que deberíamos meter a Michael Vick. Aquí, en el vomitorio y en The first Ramones album. Lo sé, las secciones de mi entrada de los lunes se solapan. Por eso algunas corren riesgo de extinción. Cómo le ha cambiado la vida al maestro Vick. De apestado delincuente, de eterno suplente, a prematuro candidato a jugador más valioso de la liga. Ayer consiguió 4 touchdowns, 3 de pase, 1 de carrera. Los Eagles mandan en la NFC Este (¿quién dijo que año de transición?). El domingo que viene, partido con mucho morbo: McNabb vuelve a Philadelphia.

Y hablando de McNabb, para sus rivales de ayer también ha cambiado un poco la vida. 14 partidos después, los Rams ganan un partido en su estadio (¿o pabellón?). Y tienen a un quarterback con muy buena pinta. Sam Bradford no parece un novato. Viendo el nivel del resto de la división, no se les puede descartar en la lucha por la plaza de playoffs más barata de la NFL.

Dudas reglamentarias de salón. Esta, como el Premio Javier Sotomayor de la semana pasada, no será una sección fija. Pongo un titulillo a los párrafos que siguen por hacer esto un poco sistemático. Os cuento el par de cuestiones sobre el reglamento (y una tercera terminológica) que comentamos ayer en el salón de casa. La primera era si se podía chutar a palos en medio de una jugada sin haber advertido previamente a los árbitros (vamos, sin que la jugada estuviese preparada para field goal, sino que, espontáneamente, un jugador le diese una patada al oval). Al hilo de esto, también hablamos de la fair catch kick. Por último, se planteó esta cuestión léxica: ¿por qué el deporte se llama football (y el balón también) si apenas se juega con el foot? Por partes.

En cuanto a la primera de las preguntas, yo creía que sí se podía chutar, y el field goal sería válido, si la patada se produjese "a bote pronto" (drop kick) por detrás de la línea de scrimmage. Frente a esto, no sé si es necesario que se avise el intento de field goal para que los árbitros se sitúen en los postes y puedan ver si el balón entra entre los tres palos. He estado investigando por estos mundos de Internet y no he encontrado la solución. Lo mejor que he encontrado es esta página en la que su autor dice que sí vale, aunque depende de las normas de cada liga (no sé si la NFL es una de ellas) ¿Alguno conoce la solución refinitiva a tan dudosa cuestión?

Sobre el fair catch kick. Esta es curiosa. Bastante curiosa, de hecho. Cuando un equipo recibe un punt o un kick y opta por un fair catch (situación bastante frecuente que se suele dar en todos los partidos), el equipo que recibe el balón tiene la opción, en el momento de poner el balón de nuevo en juego de: (i) comenzar un drive ofensivo en el lugar en el que se realizó el fair catch; o (ii) chutar un field goal sin oposición. Esta es una norma poco conocida y la segunda de las opciones casi nunca se utiliza. Este es el único vídeo que he encontrado sobre un intento de estos en la NFL. Sobran las palabras:


Lo último es más una gilipollez que una duda. Por qué le llaman football si no le dan con el foot. Pues por motivos históricos, como muchos de los absurdos que vivimos hoy en día (ah, la tradición como argumento, menuda falacia). Como sabéis (y si no lo miráis en la mayor fuente de saber contemporánea, la Wikipedia) el fútbol americano es una variante del rugby football. Ahí está la explicación: de rugby a american. Paradójico, sin duda. Nombres como pass-ball o run-ball quizá serían más adecuados. ¿Y por qué se le llama touchdown? Pero si no hay que tocar el suelo de la end zone (por lo menos si avanzas corriendo hacia ella)...

The first Ramones album (lo mejor). Ha habido mucho bueno esta jornada. Tomad aire porque la sección va a ser larga. Empezamos.

El Saints-Falcons es el partido del que más he disfrutado en lo que llevamos de temporada. Qué partidazo y qué emoción. Nada como verlo con amigos, con comida y bebida, y con apuestas discrepantes en la quiniela de la semana (es una gilipollez, pero por el simple hecho de que unos habíamos puesto que ganaban los Falcons --no he podido evitar ponerme la medallita, lo siento-- y otros los Saints, menudos gritos que dábamos en cada jugada del último cuarto y de la prórroga). Un colega de los Falcons no estaba con nosotros viendo el partido y, según nos había dicho, tampoco iba a poder verlo en directo por compromisos familiares. Eso sí, nos decía que lo iba a grabar. Pues bien, cuando Garret Hartley iba a chutar su field goal en la prórroga, uno de los que vociferábamos con cada jugada sugirió enviarle un mensaje del tipo "increíble lo que ha pasado en la prórroga, tío, no te lo puedes perder". Lo decía para que el incauto fan de los Falcons pensase que Hartley fallaba la patada. Y lo decía antes de que hubiese chutado, claro, como si se tratase de un imposible. Ya veis. Supongo que conocéis el resto de la historia. Volviendo al tema, PARTIDAZO con mayúsculas. El partido tuvo de todo: jugadas espectaculares, emoción, errores y (relativa) sorpresa en el desenlace. Insisto, lo mejor que he visto esta temporada por el momento.

Por tercera semana consecutiva tengo que situar en esta sección a los Pittsburgh Steelers. 3-0 sin su primer quarterback (Big Ben) ni su suplente (Byron Leftwich) ni el suplente del suplente (Dennis Dixon). De la mano de un Charlie Batch cuyo primer pase fue una horrible intercepción, los Steelers aplastaron a los Buccaneers. ¿Calendario fácil? De eso nada. Sus tres rivales hasta el momento ganaron todos los partidos que no jugaron contra Pittsburgh. Falcons y Titans, además, de manera contundente (vale, los Falcons no, pero a que impresiona verles ganar en Nueva Orleáns). El rendimiento de los Steelers me deja otra reflexión: el imprescindible no es Roethlisberger. El líder de este equipo es Troy Polamalu. Con los números en la mano, y me refiero al balance victorias-derrotas, no cabe duda de ello. La semana que viene se enfrentan a los Ravens en el último partido sin el 7.

Hablando de los Ravens, que en conjunto no merecen estar por aquí (ya que sufrieron mucho más de la cuenta para vencer a los Browns en Baltimore), muy buena actuación, por fin, de Joe Flacco (anoche tuvimos una discusión sobre este antropónimo: a mí Flacco es un nombre que no me mola; a mis contertulios les entusiasmaba). Buen Flacco (22/31, 262 yardas, 3 touchdowns) y excepcional Boldin (8 recepciones, 142 yardas, 3 touchdowns). Como dicen por ahí, la conexión empieza a "pagar dividendos".

El jugador de la jornada tiene que ser Leon Washington. Consiguió dos touchdowns de retorno, el segundo de ellos el que le dio la victoria a sus Seahawks contra unos Chargers que están flojeando lejos de la frontera con México. Mirad, mirad. Peazo colgao y peazo vídeo:


Por cierto, ESPECTACULAR la afición de los Seahawks. Me alegra que les vaya bien a equipos como los Chiefs o los Seahawks por la fidelidad de sus aficionados. Decía una pancarta en Qwest Field "welcome to false start land". No exagera. Los Chargers cometieron innumerables salidas falsas, seguramente en buena medida por culpa del ensordecedor ruido del estadio.

Finalmente, como homenaje a esos Kansas City Chiefs que cuentan sus partidos por victorias, este vídeo. La recepción de la jornada:


Sandinista (regulero). Anda que no cansa hablar de Favre día sí, día también, pero creo que le podemos citar en esta sección. Ganaron sus Vikings, sí, pero no fue precisamente gracias a su gran actuación, con el doble de intercepciones que pases de touchdown. Actuación regulera por definición, la suya.

Las actuaciones de otros dos quarterbacks, Philip Rivers y Kyle Orton, podrían haber estado en el apartado precedente dedicado a lo mejor de la jornada, pero las derrotas de sus equipos hacen que debamos situarles por aquí. Rivers batió el récord de San Diego de yardas de pase en un partido: 29/53, 455 yardas. Parecido el caso de Orton: 476 yardas de pase.

En el apartado colectivo, dignas de mención las actuaciones de los ataques de los Giants y de los Broncos. Dieron un curso práctico de cómo cagarla en los momentos decisivos. Si te dicen que un ataque consigue más de 500 yardas, lo normal es pensar que ha pasado de los 30 puntos. Pues bien, Denver se quedó en 13. Si te dicen que un equipo consiguió 271 yardas y 17 primeros downs y su rival 471 y 26, lo normal es pensar que el segundo ganó con relativa comodidad. Pues bien, los Giants cayeron por 19 puntos frente a los Titans a pesar de esa diferencia. La explicación, en ambos casos, está en la actuación de estos ataques en la red zone. Desastrosa. No lo ponemos en Pignoise porque los números globales de los ataques no son malos, ni mucho menos, pero qué desperdicio.

Pignoise (lo peor). Joder, esta mañana mientras escuchaba la radio emitieron un anuncio del concierto conmemorativo del centenario de la Gran Vía de Madrid (del inicio de sus obras, se entiende, que aún siguen). Toca esta banda de... bueno, dejémoslo en "esta banda". Qué auténtica bazofia, no soy capaz de imaginarme nada peor. Su cantante es la personificación del sonido de la vuvuzela.

Volvamos al football. Ser kicker es una mierda. No tengo ninguna duda. Si haces tu trabajo bien, es algo que se daba por sentado, y si lo haces mal, eres carne de cañón. Son jugadores "de trámite". Una especie de burócratas. No obstante, su trabajo no es sencillo, y están sometidos a una presión enorme. No es para menos, en sus pies está muchas veces la decisión de un partido. Que se lo digan a Garret Hartley, de héroe a villano en poco tiempo, o a Sebastian Janikowski. Janikowski es el kicker mejor pagado de la historia de la NFL. Ayer hizo esto (you gotta be kidding me!):


Apartado colectivo: San Francisco. Qué inicio de mierda. No repito lo que ya dije arriba. Galardón también para los Jacksonville Jaguars: rendimiento acorde con su afición: pésimo. Por segunda semana consecutiva, los Jaguars caen con estrépito y David Garrard recita una oda a la intercepción. ¿Metemos a Carolina también? Creo que debería hacerlo, sobre todo después de haber augurado hace unas semanas que serían el segundo mejor equipo de la NFC Sur. Últimos en solitario; los otros tres, 2-1.

Apartado comentaristas: he de solidarizarme con mis colegas de los Buccaneers (esto no tiene sentido, voy a tener que ponerles nombre, aunque sean pseudónimos, porque es ridículo que esté todo el rato dando rodeos con que si un colega de los Buccaneers, un colega de los Falcons, una colega de los Steelers --bueno, en este caso más que colega--; a partir de ahora los llamaré Gourmet Club, Freedom For Plaxico Burress --estos dos, pronto tres, aficionados de Tampa Bay--, Falcons Fan --el de los Falcons, quién lo diría-- y Terrible Towel --la Steeler--. Si no os gustan los nombres, lo siento, es el nick que se han puesto en la quiniela que tenemos montada --para los demás miembros de la quiniela de los que no he hablado todavía: no os enfadéis, no os cito porque aún no habéis aportado nada reseñable -ahora sí que os vais a enfadar-). Qué cabrón el Moisés Molina diciendo ayer que ahora se les "bajarían los humos" a los Buccaneers. Solo le faltó decir "a ese equipo de mierda que son los Buccaneers". Pobrecillos, qué humos ni qué niño muerto, si no iban con prepotencia alguna. Feo comentario. Eso sí, he de decir que disfrutamos como niños con el comentario de "qué bonito, ha hablado un hombre". Los que hayáis seguido el Saints-Falcons por C+ Deportes sabréis de qué hablo.

Bueno, para despedir la ceremonia de entrega de distinciones, y por incluir también a Vick en esta categoría, debería incluir en este apartado mi artículo sobre Michael Vick del pasado viernes, que ha batido récords de crítica negativa. Una puta mierda con todas las letras, vamos.

* * *

Esta noche, partidazo en el Soldier Field. El enfrentamiento más repetido en la historia del fútbol americano profesional (creo que esto ya lo he escrito unas cuantas veces). Chicago Bears-Green Bay Packers. Despertador puesto a las 4.30, que con ver sólo el último cuarto no me llega. Matthews a por Cutler; Peppers a por Rodgers. Una carnicería en potencia.

* * *

Actualización de madrugada del martes. Finalmente no hubo carnicería. Eso sí, los Packers acaban de dar un curso práctico de cómo complicarse la vida (para acabar perdiéndola). Han conseguido el mayor número de penalizaciones desde 1987 (¡enhorabuena!), algunas de ellas decisivas, como la que invalidaba una intercepción en el drive en el que los Bears empataron el partido a 17; o la que invalidaba la intercepción con la que los Packers recuperaban el balón en el drive en el que Chicago anota el field goal con el que ganan el partido. Además, una serie de decisiones lamentables desde la banda de Green Bay (como la de chutarle un punt centradito y listo para el retorno a Devin Hester, que no desaprovechó; o la de pedir un challenge en una jugada que no ofrecía duda alguna y que te hace perder un tiempo muerto que impide parar el reloj en la última posesión de los Bears) pusieron otro granito de arena para construir la primera derrota de los Packers esta temporada. En fin. Increíble que Chicago haya ganado este partido, porque fue bastante inferior en ataque y en defensa (no así en los equipos especiales, que cuentan y mucho). Bueno, Urlacher estuvo inmenso en la jugada en la que fuerza el fumble con el que Chicago recupera el balón a falta de poco más de dos minutos para el final del partido, pero de no ser por todas estas penalizaciones, no habrían tenido opción. Chicago, tercer equipo invicto de la liga junto a los sorprendentes Chiefs y Steelers. Solo tres. Cómo está la liga.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Game Pass gratis este fin de semana

Antes de que sigáis votando por la opción "es una mierda" en mi artículo anterior, os anuncio una noticia muy importante. Este fin de semana todo el mundo (menos los norteamericanos) podrá ver gratis la NFL de forma legal y en alta definición. El Game Pass abre un periodo gratuito de prueba que concluirá el próximo 30 de septiembre. Eso sí, quien se apunte debe andarse con mucho ojo, porque si no dices nada antes del 30 de septiembre, se considerará automáticamente contratado el servicio para el resto de la temporada y te cobrarán 239,99 dólares (ya son 40 menos de los que pagué yo por toda la temporada, en fin).

Aquí os podéis apuntar.

Transcribo a continuación el formulario de preguntas frecuentes (en inglés) en el que seguro que encontraréis la solución a muchas de las dudas que tengáis.

I signed up for a free trial to NFL Game Pass. How long does it last?

The free trial period for NFL Game Pass begins on Tuesday September 21, 2010 and runs through 11:59pm EST on September 30, 2010. You will have full access to NFL Game Pass during that time.

What features do I have access to in the NFL Game Pass free trial?

You will have full access to all the features included in NFL Game Pass, including NFL Network's NFL RedZone channel, multiple-game viewing options, Big Play Makers, chat, and more. (Please note that certain restrictions apply for users accessing NFL Game Pass in Canada and the United Kingdom).

Why do I have to provide my credit card information to gain access to the NFL Game Pass free trial?

We collect your payment information up front to make it easier for you to enjoy uninterrupted access to NFL Game Pass. After the conclusion of your free trial (if you do not cancel your subscription) you will be automatically billed for NFL Game Pass "Season Subscription" at the discounted price of $239.99 USD (a one-time charge will be applied to your provided payment method). If you do not want to be charged, simply cancel your subscription prior to September 30, 2010 at 11:59pm EST.

How do I cancel my subscription? Can I cancel at any point during the free trial period? If so, how?

Yes, you can cancel your subscription at any time during your free trial. There are three ways to cancel your NFL Game Pass free trial subscription:

You can cancel by emailing NFL Customer Support at gamepass.trial@nfl.com with your request for cancellation along with your account information. You can also log on to http://nfl.com/subscriptionsupport to cancel your subscription and have any additional questions answered. Please allow 24 hours for processing.

For Free Trial Users ONLY: Navigate to your "My Account" page (make sure you are logged in at http://gamepass.nfl.com). At the bottom of the page, click "Cancel Game Pass Membership." Read and follow the directions on the next page. Please allow 24 hours for processing.

I wanted to cancel my subscription before the free trial expired to avoid being charged, but I missed the deadline. Can I still cancel and get a refund?

If you would like to cancel your NFL Game Pass subscription after the free trial period has ended at 11:59pm EST on September 30, 2010, you can do so by emailing NFL Customer Support at gamepass.trial@nfl.com or visiting http://nfl.com/subscriptionsupport. If you cancel within seven (7) days of the conclusion of the free trial period (by October 7, 2010 at 11:59pm EST), then you will be eligible to be refunded a portion of the season subscription cost. If you cancel after October 7, 2010 at 11:59pm EST, then you will not be eligible for a refund.

Seis cuartos, seis

El título de la entrada no es casual. Está inspirado en la expresión que se utiliza con frecuencia en un espectáculo público que consiste, grosso modo, en la burla y matanza de animales. De la variante española se lucra mucha gente legalmente. De la variante que organizaba el protagonista de esta historia, solo unos pocos, y de forma ilícita. Tanto es así, que Michael Vick pasó una temporada entre rejas.

Es imprescindible que le deis al play antes de seguir leyendo:



Cuando anticipaba el lunes que el vomitorio de la semana sería la polémica de quarterbacks de los Philadelphia Eagles no esperaba lo sucedido antes de ayer. Menuda sorpresa. Como apuntaba el lunes, el head coach de los Eagles, Andy Reid, había confirmado que Kevin Kolb recuperaría la titularidad que perdió por la lesión (conmoción cerebral) que sufrió en el primer partido de la temporada. Sin embargo, antes de ayer Reid daba la alternativa a Michael Vick. El matador será titular el próximo domingo. No como situación coyuntural. No porque el titular, Kolb, estuviese lesionado. No. Como solución estructural: Vick es el quarterback de los Eagles.

Vick ha conseguido su oportunidad toreando en plazas menores. Ante astados poco bravos. Ha sido suficiente con medio partido contra una defensa muy mermada (y preparada para luchar frente a un quarterback muy distinto) y otro partido contra la defensa de los Lions. Seis cuartos, seis.

Insisto: en el partido que abría la temporada la defensa de Green Bay contaba únicamente con tres defensive linemen (o dos y medio, porque uno estaba lesionado) y, aunque había preparado la defensa a Vick en situaciones esporádicas (de wildcat), no estaba preparada para enfrentarse de forma habitual a este jugador. Tan mermada estaba la defensa de Green Bay en ese partido, y en particular su línea, que el propio Dom Capers admitió que si los Eagles hubiesen utilizado formaciones con tres tight ends, se habría visto forzado a alinear a jugadores ofensivos en la defensa. Creo que esto habla bien a las claras de lo diezmada que estaba la defensa de los Packers contra Vick.

En cuanto a los cuatro cuartos restantes, la defensa de los Lions, con todos los respetos, está entre las mansas de la liga. Unas vaquillas, por mucha bravura que desprenda Suh, como saben algunos jugadores que han sufrido sus embestidas. Vick no se ha ganado la titularidad en plazas de primera, ni mucho menos.

Nótese que la decisión supone tirar por la borda la estrategia de la franquicia. Hablo de "estrategia" en el sentido de planificación a medio y largo plazo. Implica el reconocimiento del error de un plan que conllevó decisiones tan traumáticas como el traspaso, a cambio de poco más que nada, del jugador franquicia y emblema de los Eagles de la última década, Donovan McNabb.

Vick y Kolb se parecen lo que un huevo a una castaña. Cuando confeccionas tu plantilla en ataque, tienes que (o, al menos, deberías) tener en cuenta las cualidades de tu quarterback para que sus compañeros se complementen bien con su estilo de juego. También puede hacerse a la inversa si tus estrellas son los receptores o los corredores. No sé hasta qué punto el hecho de que Kolb fuese a ser el quarterback titular de Philadelphia ha influido en la selección del personal. Pero está claro que su selección no se ha realizado en función del maestro Vick. Seguro que no, porque el matador tuvo problemas con la justicia, de nuevo, la pasada offseason. El (nuevo) asunto turbio quedó sin castigo.

Recordemos el plan. Kolb era el quarterback al que se le había formado, a la sombra del maestro McNabb, como el West Coast Offense quarterback que necesitaba el sistema de Andy Reid. Con él, el juego explosivo de pase corto llegaría a su plenitud en Philadelphia. Seis cuartos, seis, después, parece que no será así. Vick es un jugador muy distinto. Es el paradigma del quarterback corredor. Tanto es así, que las defensas contrarias preparaban las defensas contra él como defensas de Wildcat Offense, esto es, jugadas en las que el snap se realiza directamente a un running back en vez de a un quarterback. La conclusión parece sencilla: la estrategia de Philadelphia ha dado un giro de 180 grados.

Hablaba el pasado lunes de lo rápido que se sacan conclusiones. Esta es otra muestra de ello. Unos pocos snaps son suficientes para coronar o repudiar a un jugador. Con todo, no deja de sorprenderme la rapidez con la que Reid ha cambiado sus ideas iniciales. Y es que creo que el proyecto Kolb ha quedado herido de muerte. Kolb era un joven todavía inexperto. Un proyecto a medio-largo plazo. Aún no le han dado la puntilla definitiva, pero la decisión de Reid muestra una desconfianza evidente en el joven jugador con cara de pringado y apellido cacofónico. Dicen los insiders que algunos equipos ya se han interesado por Kolb. A poco que les ofrezcan algo interesante, yo lo traspasaría. No tiene mucho sentido quedarte con un jugador por el que has mostrado una confianza mínima.

Vick ya ha toreado en muchas plazas. Tiene una edad. No le queda demasiado para cortarse la coleta. En cualquier caso, si hay una franquicia en la que los aficionados no tengan paciencia, esa es la de Philadelphia. Dicen que pocas ciudades viven con tanta intensidad los resultados de su equipo de football. Eso es bueno, pero también tiene una cara mala, y es que su pasión, su ansia, les hace ser demasiado exigentes. Si las cosas no van bien, llegan los abucheos. Los abucheos se escucharon tras dos cuartos contra Green Bay. En los dos siguientes, con el maestro Vick al mando, se dejaron de escuchar y Philadelphia estuvo cerca de remontar un partido que tenía perdido. Lejos de su estadio, en Detroit, Vick realizó una buena faena. Evidentemente, este es el motivo por el que ha sido nombrado titular. Si hay un sitio en el que la presión social puede llevarte a tomar decisiones, ese probablemente es Philadelphia. Una plaza muy exigente.

El próximo domingo, Vick tendrá que lidiar con la ganadería de Jacksonville. No son los morlacos más bravos del panorama nacional. Más adelante, en plazas de mayor categoría y contra astados más temibles, comprobaremos si, por lo menos a corto plazo, la solución ha sido acertada. Veremos si responde al desafío. En caso contrario, los impacientes aficionados de Philadelphia le cortarán las orejas y el rabo.

Si fracasa, siempre puede venirse a España. En vez de criminal, podría ser un ídolo. Aunque, eso sí, debería cambiar de tipo de animal con el que divertirse.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Plácido domingo, jodido lunes: jornada 2

Llegaba la segunda jornada de NFL con urgencias inesperadas en muchos equipos. Solo había pasado una semana, pero algunas franquicias parecían haber tirado por la borda todas sus esperanzas. Los Jets ya eran una mentira, los Colts parecían haber llegado al manido fin de ciclo y el experimento T.Ocho perpetrado por los Bengals era un fracaso. Ah, los Patriots volvían a ser los de 2007. Una jornada nos resultaba más que suficiente para llegar a tales conclusiones.

Veamos si el plácido domingo ha refrendado tan concluyentes conclusiones.

Hacía tiempo que no ponía música. Desolate City, una canción que me gusta mucho. De Gluecifer:



Qué pude ver. Esta vez el fútbol se impuso al football en la tele grande. De 7 a 9 de la tarde, el Atleti-Barça en la tele y la NFL en el ordenador. Con todo, la verdad es que ayer pude seguir con mayor detalle más partidos que en la primera jornada. La pantalla del ordenador, dividida en cuatro ventanas: parte superior izquierda, Packers-Bills; superior derecha, NFL RedZone; inferior izquierda, Titans-Steelers; e inferior derecha, Vikings-Dolphins. En cuanto terminó el fútbol, el Titans-Steelers se fue a la tele y su lugar lo ocupó el Cowboys-Bears. En la sesión de las 22.15, Jets-Patriots en la tele y alternancia de RedZone y Redskins-Texans en el ordenador, sin pantalla partida. El Jets-Patriots comenzó en Sportmanía con un ligero diferido de unos 5 minutos, debido al intento infructuoso de Music City Miracle II de los Titans, lo que me obligó a cerrar el RedZone por unos momentos. El final del Washington-Houston, prórroga incluida, también lo vi entero. En cuanto al Sunday Night, me levanté a las 5 de la mañana para no perderme el final de la Manning Bowl, pero al ver el marcador, 38-7, volví rápidamente a la cama, que hoy tocaba madrugar. De la esperada Manning Bowl, solo highlights y crónicas.

El vomitorio. Esta semana no ha habido una polémica semejante a la no recepción de Calvin Johnson. De hecho, la jornada no nos deja ninguna historia o polémica especialmente vomitoria ajena a lo estrictamente deportivo. De lo que más se ha escrito hasta el momento es del Jets-Patriots. De la transformación del ataque de los Jets, de cómo Mark Sanchez, muy sorprendentemente para casi todos, superó a Tom Brady en su duelo particular y, en el otro lado, de cómo el ataque de los Patriots fue incapaz de superar a la defensa de los Jets en la segunda parte.

En general, creo que la historia de este fin de semana ha sido el "desmentido" de muchas de las prematuras conclusiones que habíamos alcanzado en la primera jornada: que estos Patriots no son los invencibles de 2007, que los Jets no están muertos y tienen ataque, que los Bengals también tienen intactas sus opciones, y que mientras Peyton Manning sea el quarterback de los Colts resulta temerario hablar de fin de ciclo. Ha sido, pues, la jornada de las anticonclusiones.

En cualquier caso, pensándolo fríamente, lo escrito y dicho tras tan solo un partido no dejaba de ser un poco absurdo. Un partido. ¿Cómo vas a llegar a conclusiones después de un mísero partido? Un día bueno o malo lo tiene cualquiera, hace falta más. Y por un partido, un primer partido, una temporada no se echa por la borda.

Admito que soy el primero que me creía algunas de las conclusiones. En el partido de New Meadowlands me parecía imposible una victoria de los Jets. Imposible. ¿Cómo iban a responder los Jets a los veintimuchos puntos que aseguraba el ataque de New England? No, no podían. Con ese amago de quarterback que tienen al mando del ataque, con suerte llegarían a la decena de puntos, pero por muy buena que fuese su defensa, jamás podrían plantar cara a los Brady, Moss o Welker. Y durante la primera parte pareció que iba a ser así. Pero en la segunda todo cambió. Toma ya. Zas, en toda la boca.

En cuanto al resto de las conclusiones, he de decir que no creía que los Colts hubiesen llegado ya al fin de ciclo ni que los Bengals estuviesen muertos (de hecho, apostaba por ellos en el duelo frente a los Ravens en las quinielas en las que participo).

Conclusión tras la segunda jornada: paciencia. Ni los Vikings están ya muertos (sobre todo teniendo en cuenta que sus rivales más duros son los del inicio de temporada; en el tramo final el calendario se suaviza considerablemente), ni la temporada de los Cowboys será necesariamente un nuevo fracaso (recordemos que el penúltimo anillo de los Chicos Vaca se produce en 1993 tras comenzar la regular season 0-2 --eso sí, les faltaba un tal Emmit Smith, que las dos primeras jornadas andaba de holdout--).

No, no voy a hacer ningún chiste sobre Vick y los perros.
El vomitorio para los días venideros, y que lo ha sido en cierta medida la semana pasada, será la polémica sobre el quarterback titular de Philadelphia. Kolb ya está recuperado de la conmoción que sufrió en el primer partido contra los Packers y Andy Reid ha anunciado que volverá a la titularidad el próximo fin de semana. Ello a pesar de que el rendimiento de Michael Vick ha sido más que notable. La mayoría de voces defienden la permanencia de Vick y el rendimiento del equipo mientras ha estado en el campo lo refrenda, pero parece que Reid no tiene pensado modificar los planes con los que comenzó la temporada. No le esperan pocos quebraderos de cabeza al orondo y entrañable head coach de los Eagles. Entre esto y lo que está haciendo McNabb en Washington, vomitorio asegurado en Philadelphia.

Premio Ana Blanco (la vida sigue igual). No sé, empiezo a plantearme si tiene sentido que este galardón se otorgue con periodicidad semanal. Siempre habrá cosas que no cambien, como que Troy Polamalu vale tanto o más que el seguro de su pelo o que Manning es Peyton y su hermano es el hermano. Además, esta sección se solapará muy frecuentemente con otras. Por ejemplo, Polamalu puede estar aquí, pero también debe estar en The first Ramones album.

¿Qué os parece si le damos el premio a las franquicias que tuvieron el honor de realizar las dos primeras elecciones del draft esta temporada? Sí, aunque sus equipos tienen bastante mejor pinta que el año pasado, y desde luego muchos de sus jóvenes dan motivos para la esperanza a medio plazo (qué me decis de Jahvid Best), Rams y Lions comienzan 0-2. Compitiendo, sí, pero con el habitual balance tras las dos primeras jornadas. Seguro que dan más de algún susto esta temporada, no pierdan la fe.

Premio Armin Tamzarian (la vida cambia). En menos de siete días, Mark Sanchez ha pasado de ser el quarterback mediocre de siempre (siendo generosos) a ser un quarterback competente. Pero no nos precipitemos otra vez. El de ayer fue un cambio radical, sí. Sanchez hizo el mejor partido de su corta carrera. 21/30, 220 yardas, 3 TD. Como decía ayer Bill Simmons en Twitter, "Tom Brady just got outplayed by Mark Sanchez. I feel like my whole life has been a lie". En efecto, menudo cambio. De todos modos, igual que hicimos mal en sacar conclusiones la semana pasada, tampoco debemos fiarnos de lo visto ayer.

La temporada pasada, este pase habría
sido interceptado.

No obstante, creo que debemos otorgar este premio a Jay Cutler. Cómo han cambiado las cosas de un inicio de temporada a otro. El Cutler de 2010 sí parece lo que los Bears habían comprado en 2009. La llegada de Mike Martz como coordinador ofensivo parece que le ha sentado muy bien. Los Bears están 2-0. Tras un primer triunfo muy polémico, dan la sorpresa en el rancho de Jerry Jones. No les faltó su dosis de suerte en forma de field goal fallado, pero, a lo que íbamos, nada ensombrece el partidazo de Cutler. 21/29, 277 yardas, 3 TD. Cuando los Bears enviaron a Orton y varias elecciones del draft a Denver, esperaban que Cutler rindiese a un nivel como este.  Mayor mérito tiene la actuación de Cutler si tenemos en cuenta que la línea ofensiva de los Bears no está al nivel que debería. La semana que viene, el partido más repetido en la historia del fútbol americano profesional. Chicago-Green Bay. Clay Matthews acecha.

En el apartado colectivo, la distinción iría destinada a dos equipos cuyas iniciales son dos y no tres y cuyo topónimo se compone de dos palabras. TB y KC. Me comentaba hoy un colega bucanero que la franquicia de Florida no comenzaba la temporada con dos victorias desde 2005. Y que el año pasado a Freeman le interceptaron 5 veces frente a Carolina. Ayer 102 puntos de rating y 43 yardas de carrera. No obstante, abundaremos en la idiosincrasia de estas escuadras en el apartado reservado al Peperoni. Eso sí, ¿cuántos apostabais por que el Bucs-Steelers de la semana que viene fuese a ser un duelo de invictos? No me perderé ese partido. Aficionados de ambos equipos se encargarán de amenizarlo en mi salón. Ya están preparadas la Terrible Towel y las banderas (un poco cutrillas, eso sí) de los Buccaneers para presidir tan magno evento.

Ah, sí, que no se me olvide. Si los Texans demostraron la semana pasada que ellos también podían correr, esta jornada lo hicieron los Colts. 92 yardas de carrera para Joseph Addai y 69 para Donald Brown. ¿Los Colts corriendo? ¿Qué será lo próximo, Telecinco emitiendo un documental?

Premio Javier Sotomayor (al salto de altura). Ni va a ser un premio que vaya a otorgar todas las semanas ni se lo otorgo a ningún jugador de la NFL, pero vi este vídeo el pasado viernes por el Interné y decidí meterlo como fuera en el blog. No os lo perdáis. Lo gracioso no es el error en el snap, sino la acción por la que comparo al protagonista con la persona que da nombre a este premio.


Peperoni (¡sorpresa!). No insistiré en la sorpresa que para mí ha sido el partido de los Jets y en particular la segunda parte. Pasemos de página. Démosle el premio, ex aequo, a dos equipos por los que muy pocos a estas alturas apostarían como invictos: Tampa Bay Buccaneers y Kansas City Chiefs. ¿Ex aequo? ¿Cómo que a los dos por igual? Venga, vale, decantémonos por uno: premio para Tampa. Porque por los Chiefs algunos ya apostaban como equipo revelación de la temporada y porque su victoria sorprendente se produjo en casa (y Arrowhead es mucha casa) y en unas condiciones meteorológicas excepcionales. Ambos equipos tienen en común la fortuna de jugar contra los Browns, aunque ninguno de los dos los derrotó con holgura. La victoria de los Bucs en Carolina, muy meritoria. Algunos augures, y Peter King en particular, predecían que los Buccaneers no conseguirían más de dos victorias en toda la temporada. "Tell Peter King we already got our two wins" decía ayer Ronde Barber. Pues eso. Que en el momento en el que escribo estas líneas los Buccaneers son los líderes de una de las divisiones más duras de la NFL, la NFC Sur, con 2 victorias y ninguna derrota. Los Saints pueden igualar el registro en pocas horas, eso sí.

Mención especial para los Bears. No optan al premio porque son un equipo con mucho talento y su primera victoria se produce gracias a la ignorancia de Calvin Johnson (cada día estoy más convencido de que, por muy absurda que sea la norma, que lo es, Johnson tiene buena parte de culpa), pero sus dos victorias me preocupan como aficionado de Green Bay.

Igual pero al revés, sorprende que Dallas esté 0-2. Redskins y Bears no son los rivales más duros que te puedes encontrar. Los otros teóricos gallitos con el casillero de victorias a cero tienen mayor coartada. Me refiero a Minnesota. Aparte de que su quarterback está de pretemporada (porque le ha dado la gana y se lo han consentido, eso sí), han sufrido las bajas de importantes receptores y sus rivales no eran peritas en dulce. Perder en Nueva Orleáns entra dentro de lo normal, y hacerlo contra los Dolphins, un equipo muy duro, entra dentro de lo posible.

The first Ramones album (lo mejor). En el plano colectivo, qué partidazo el Redskins-Texans. Los aficionados de los Skins estarán decepcionados por perder un partido que tuvieron tres veces prácticamente ganado. Incluso Moisés Molina llegó a decir que los Redskins tenían ya 2 victorias (bueno, Andrea le paró los pies rápidamente, ya que sólo ganaban por 10 puntos y quedaba casi toda la segunda mitad por jugar). Pero cuando ganaban por 17 puntos en el tercer cuarto; cuando los Texans estaban en 4.ª y 10 quedando menos de dos minutos (y Matt Schaub sometido a una intensa presión) y cuando su kicker pateó el field goal interruptus en la prórroga, pocos habrían apostado por la victoria tejana.

Aunque Matt Schaub y Andre Johnson son dignos acreedores de esta distinción en el plano individual, se la daré a su head coach, Gary Kubiak. Por pedir un tiempo muerto cuando más duele. Justo cuando ese manojo de nervios que es el kicker rival se dispone a patear el field goal decisivo. El primer intento fue invalidado por el tiempo muerto solicitado instantes antes del snap. Ese primer intento había tenido éxito. En el segundo, en el que valía, la patada fue wide right. Qué listo, Kubiak. O dicho de otro modo, qué cabrón. Aquí lo tenéis:


También McNabb merece una mención en esta sección. Qué gran idea, gerencia de los Eagles, traspasarlo a un rival divisional. En fin. Ni es la primera vez que pasa ni será la última. Los Redskins van a dar mucha guerra este año. Tienen quarterback. El rival de McNabb en la distancia, Matt Schaub, se quedó a 3 yardas de logar entrar en el club de las 500. 497 yardas. No está mal. Aclaro: digo rival en la distancia porque los quarterbacks nunca se enfrentan directamente. Por eso no logro entender por qué el hermano mayor de los Manning decía que no podía ver el Colts-Giants. Joder, si uno atacase y otro defiendese lo entendería, porque tiene que ser duro ver cómo un hermano atiza al otro (aunque, por otro lado, quién no se ha peleado alguna vez con sus hermanos), pero en un partido en el que no coinciden nunca en el campo no entiendo tal sentimiento. Si estuviese en su lugar, desearía que anotasen en todos los ataques. En fin.

En respuesta a las presiones recibidas por medios telemáticos, destaco también a Josh Freeman. Reconozco queno tenía mucha fe en él. De hecho, creo que salvo a Trent Edwards, habría elegido para mi equipo a cualquier otro QB titular de la NFL. Para este año, eso sí. 22 años Freeman, 23, 24 y 25 sus receptores. Si a tan tierna edad consiguen victorias, mucho cuidado con ellos cuando maduren. Bueno, no termino de creerme lo que escribo. Lo siento, pero Browns y Panthers no son los rivales más duros que uno puede tener (aunque esperaba mucho más de Carolina). Si ganan a los Steelers reconsideraré mi visión de estos Bucs.

No es Rafa Nadal. Se nota porque Clay no está tan moreno.
Al otro lado del campo, desde el punto de vista defensivo, dos son los acreedores del galardón. El mejor de la jornada, individualmente, Clay Matthews. Otra vez. 3 sacks. Con los 3 que consiguió en la primera jornada lleva 6. Menuda bestia. Matthews se ha convertido en la pieza clave de la defensa de Green Bay. Ni Woodson ni hostias, este tío es la leche. Como dije la semana pasada, a pesar de perderse toda la pretemporada y no estar en su mejor forma física (¿puedo decir esto en vista de la foto de la izquierda?) Matthews está a un nivel estelar.

En cuanto al colectivo, la defensa de los Steelers. Qué espectáculo. Pobres Titans. Pobre Vince Young. La Steel Curtain ha estado a la altura del desafío que supone competir sin quarterback. El ataque de los Steelers a día de hoy es prácticamente nulo. Ayer terminó jugando el cuarto quarterback. Con Big Ben sancionado, Leftwich lesionado (y cortado) y Dixon lesionado durante el partido ayer, Batch tuvo que ser el encargado de darle el balón al corredor. Así es difícil correr, cuando la amenaza de pase es casi inexistente. La defensa Steeler se creció y pese a conceder un par de oportunidades de remontada a Tennessee en los dos últimos minutos de partido, resistió y humilló al ataque de los Titans. ¿Chris Johnson? No me suena, ¿es bueno? Al frente del ataque, Polamalu. Big Ben no es el líder de este equipo. Los números son contundentes: el importante es Polamalu. Cuando está, los Steelers son casi invencibles. Si falta, puede pasar de todo. Los que se reían de Peter King cuando apostaba por los Steelers como ganadores del anillo seguro que ahora no ven tan descabellada esa apuesta.

La mejor jugada de la jornada desde un punto de vista meramente estético (digo "meramente estético" porque al final no sirvió de nada) fue la recepción a una mano para touchdown de Randy Moss. Una obra de arte. Algún malpensado me decía hoy que a lo mejor Revis se hizo el lesionado tras ver el desenlace de la jugada. Qué malpensado, ¿no?


Sandinista (lo regulero). Nunca he sido un gran fan de Joe Flacco. Dije en su día que es un quarterback que me deja muy frío. En sus dos primeras temporadas tenía doble coartada: que era novato (o casi, en la segunda) y que carecía de receptores de nivel. Eso, unido a que el juego de carrera de los Ravens era de los mejores de la NFL, servía de excusa para Flacco. Esta temporada sus coartadas ya no valen. Inicia su tercera temporada como titular de la franquicia de Baltimore. Ya no es un novato. Y cuenta con unos receptores de primera categoría: Boldin y Houshmandzadeh dan un salto de calidad importante al juego de pase. Por ahora, ni frío ni calor. No podemos hablar de fracaso (paciencia, recordemos) pero tras dos jornadas el ataque de los Ravens ha logrado anotar 20 puntos, 10 en cada partido. Un aspirante al anillo no puede permitirse esos guarismos. Contra los Jets les salvó la ineptitud ofensiva de Sanchez y sus secuaces; contra los Bengals ni el mediocre rendimiento del ataque de Cincinnati les salvó. Aplíquese, Flacco. A pesar de la victoria, también metería aquí a Palmer y a T.Ocho. Por ahora, mucho ruido y pocas nueces.

¿A la NFC Oeste, en bloque, la metemos aquí o en Pignoise? Venga, dejamos a esa tropa aquí, que los Niners todavía pueden defender el honor de la división. No tiene pinta de que los miembros de este selecto club vayan a ganar muchos partidos, aparte de los que les enfrentan entre sí. Por ahora, los Cardinals han caído estrepitosamente contra los Falcons y los Seahawks perdieron en Denver ante los poco temibles Broncos. No hace falta recordar lo que hizo San Francisco en Qwest Field la semana pasada para imaginarse lo que puede suceder esta madrugada. Dicho esto, San Francisco destrozará a los Saints.

Te creemos, Brett, te creemos. Un Wrangler guy.
Pignoise (lo peor). Decía Zanoni ayer que era un mal día para "las figuras". Se refería a Favre y a Brady. Pues sí. El mal día de Favre comenzó antes del inicio del partido contra los Dolphins. La gente, que es muy malvada. Como muchos sabréis, y si no os lo cuento, Favre es la imagen publicitaria de los pantalones vaqueros Wrangler. "I'm a Wrangler guy. Always have been, always will be. I was wearing Wrangler long before I went pro and I've stuck with them ever since ... I gotta say, nothing beats Wrangler comfort". Aunque todos sabemos que pocas personas tienen menos credibilidad que Brett Favre, no deja de sorprender que un tío que declara su amor eterno a esos jeans se deje ver con los de otra marca. Un poquito de cuidado, hombre. Que nadie se cree que las madres de Villa o Ronaldinho les diesen desde pequeños natillas Danone, perdón, Danet, pero no cuesta nada seguir un poco el paripé. Esta metedura de pata fue solo la primera de unas cuantas.

Quizá el training camp vale para algo. Quizá no se trata de un capricho de los entrenadores. Quién sabe. El año pasado el maestro de la elusión de los entrenamientos de no- y pre- temporada (ríanse de Romario) no acusó apenas esta falta de preparación. Esta temporada quizá le hubiese convenido lanzar pases a sus compañeros en los Vikings en vez de a los chicos del instituto de su pueblo. Nunca lo sabremos. Lo cierto es que el 4 perdió ídem balones en el partido de ayer (tres intercepciones y un fumble). Uno de esos turnovers (¿debería decír "esas turnovers"? probablemente, pero en el Plus hablan de turnovers en masculino y me gusta como queda) acabó costando el partido a Minnesota. Hablo del fumble en la propia end zone vikinga. Empiezan a afilarse los cuchillos por Minneapolis. Cierto corredor estrella reclama protagonismo. Comprensible el cabreo. El cuarentón le apartó del estrellato y mientras él recibía reprimendas por no ir a los entrenamientos de pretemporada, al 4 no le dedicaban más que mimos. En cualquier caso, como fichen a Vincent Jackson (como aficionado de los Packers he de decir: por favor, que no lo hagan), mucho ojito con los Vikings.

El ataque de Tennessee también merece su lugar en este apartado. Cómo han cambiado las cosas de una semana a otra. El principal damnificado de la masacre perpetrada por la defensa de los Steelers fue Vince Young. A su pésimo partido se le unió el decente rendimiento de Kerry Collins (aunque también fue víctima de las iras de la defensa Steeler consiguió un TD, la conversión de 2 puntos y envió un pase a la end zone que si no es por el buen trabajo de la secundaria de Pittsburgh habría terminado también en TD). Quarterback controversy en Tennessee. Chris Johnson completó uno de sus peores partidos en la NFL: 16 carreras, 34 yardas. Se rompió así su racha de partidos consecutivos de al menos 100 yardas.

Cerramos este apartado con otros quarterbacks en apuros: Matt Moore, que tuvo que dejar ya paso a Jimmy Clausen; Jason Campbell, que vio como los Raiders con Gradkowski al mando superaban a los Rams; y Trent Edwards, que no pudo hacer mucho ante la defensa de los Packers. En el caso de Edwards, el head coach de los Bills ya ha anunciado que la semana que viene el QB titular será Ryan Fitzpatrick. Semana difícil para todos ellos y para Kolb y Delhomme, que aunque no jugaron esta jornada ven también seriamente amenazada su titularidad.

Ah, se me olvidaba. No tiene nada que ver con la NFL, pero no podía dejar de hablar de esto. El viernes pasado fui a ver El Americano, la última de George Clooney. Quizá su factura técnica es impecable. No lo sé. De lo que estoy seguro es de que nunca me había aburrido tanto en un cine. Alguien hizo un amago de aplaudir cuando terminó la proyección. Los demás espectadores nos reímos. Quedáis avisados.

Esta madrugada, 49ers-Saints en Candlestick Park. Despertador puesto a las 5.00 para ver el final.

Actualización de madrugada del martes. Insistía Andrea Zanoni cuando los Niners empataban a falta de un minuto para el final del partido en que quizá habían logrado igualar el marcador demasiado pronto. Casi 30 segundos les sobraron a los actuales campeones para entrar en field goal range. Hartley hoy no falló, a pesar de que los Niners estuvieron a punto de bloquear su patada, y los Saints se llevaron la victoria con el segundero a cero. Muy mala suerte para San Francisco, cuya imagen fue mucho mejor que la de la semana pasada. Las pérdidas de balón, cuatro, les condenaron. A pesar del 0-2, creo que siguen siendo los principales favoritos para llevarse la NFC Oeste. Por parte de los Saints, Brees a lo suyo: 28/38, 254 yardas y 2 touchdowns, incluido un drive final perfecto para ganar el partido. Segunda victoria sufrida de New Orleans. Mereció la pena levantarse para ver el último cuarto. Me vuelvo a la cama que aún me quedan un par de horas para dormir.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Apuntes breves: de Giants a Jets en New Jersey

Vuelvo a no ser original en mis apuntes breves. No me resisto a mostraros el espectacular vídeo que acabo de ver en el Shutdown Corner.

Como sabéis, Giants y Jets comparten estadio. Nuevo estadio, ya no lleva el humillante (para los Jets) nombre de Giants Stadium. Se llama New Meadowlands Stadium. En él, los Giants jugaron contra Carolina a las 13.00 (hora de New Jersey) el pasado domingo, y el lunes los Jets recibieron a los Ravens a las 19.30 (se retrasó media hora por la lluvia). El siguiente vídeo muestra, a velocidad absurda, lo que pasó en ese escenario desde que se abren las puertas para el partido de los Giants hasta que concluye el de los Jets. Espectacular:

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Apuntes (relativamente) breves: En ocasiones veo blitzes

Leía ayer el Tuesday Morning Quarterback y su autor, Gregg Easterbrook, hacía un interesante comentario sobre la tendencia a observar y ensalzar blitzes por algunos analistas y comentaristas televisivos.

Blitz perpetrado por el cornerback.
Antes hay que explicar brevemente qué es un blitz, palabro que escucharéis frecuentemente en la narración de partidos aunque, como denuncia Easterbrook, no siempre de manera adecuada. Muy resumidamente, un blitz no es más que la táctica defensiva consistente en que más jugadores que los que conforman la línea defensiva vayan a por el quarterback. Diego Pérez en esta página, Fútbol americano para todos, pone a disposición del público una explicación detallada de las reglas, jugadas y estrategias más importantes de este deporte. Citando a Diego, el blitz es simplemente un ''pass rush'' realizado por uno o varios jugadores defensivos que se supone que no deben hacerlo, como los Linebackers o los Defensive Backs (normalmente solo los hombres de la línea defensiva son los que realizan el ''pass rush''). El objetivo del blitz es enviar a más defensas de los que puede bloquear la línea ofensiva para placar al QB o hacer a este pasar el balón con urgencia y romper la jugada. Continúa Diego explicando que el blitz comporta un alto riesgo para la defensa, ya que el jugador que lo realiza abandona sus funciones habituales y deja desmarcado a un jugador ofensivo, por lo tanto es vital llegar hasta el QB antes de que encuentre al receptor ''caliente'' para que el blitz tenga éxito (se considera ''caliente'' a un receptor que se queda desmarcado durante un blitz).

Sí pero no. Un zone blitz.
Una variante de finalidad engañosa y temporalmente posterior a la invención del blitz es el llamado zone blitz. Es un blitz, pero no lo es. Lo es porque entra un presionador inesperado (linebacker o safety) pero no lo es porque la cobertura que tenía encomedada el presionador inesperado la realiza el jugador de la línea defensiva que no presiona al pasador. En términos netos, el número de pass-rushers es el mismo que si no hubiese blitz, pero el tipo de jugador es distinto. Con esto, se pretende engañar al pasador, que creyendo que la zona del pass-rusher adicional estará libre, al realizar un pase a la zona teóricamente descubierta se encontrará con la sorpresa del jugador de línea que la cubre. Como se intuye fácilmente, para esto hace falta un defensive lineman rápido y ágil.

Bueno, pues a continuación transcribo lo que escribe Easterbrook. Es un poco largo (aunque representa una mínima parte del artículo, eso sí que son tochacos), pero merece la pena. Dice Easterbrook que muchas veces los comentaristas dicen que se ha hecho un blitz cuando no ha sido así, cuando no hay presionantes adicionales. Dado que cuando se produce un blitz la probabilidad de big play ofensivo o defensivo aumenta, se tendería a abogar y ensalzar las virtudes de los blitzes. Cuantos más se produzcan, más entretenidos serán los partidos. Y que algunos terminan viendo lo que quieren ver. Por cierto, cuando habla de "Jersey/B" se refiere a los Jets (adivinad por qué; pista: pensad en qué estado juegan como locales). Os dejo con Easterbrook:

Stop Me Before I Blitz Again! Tuesday Morning Quarterback has long been convinced that many sports commentators, and even many announcers, pay surprisingly little attention to games. They watch the big plays and the brand-name stars and form opinions based on what they expected to happen -- not what actually happened. This is best seen in the sportsyak world's constant overstatement of the frequency (and value) of blitzing.

In the NFL opener, Minnesota surely was expecting to be blitzed -- on third downs, the Vikings kept a running back and a tight end in the backfield to protect Brett Favre. Instead the Saints didn't blitz, which, compared with expectations, was a smart defensive game plan. Then in the second half, with Minnesota no longer worried about extra rushers, the Saints did blitz a few times. Overall, New Orleans blitzed on 10 of 51 Minnesota offensive snaps, smack on the league average of 20 percent blitzing. Yet the next day, sports radio and TV commentators, including on ESPN, were asserting New Orleans won by "bringing the heat," blah blah, with lots of blitzes. 

Collinsworth, contemplando el último drive del Redskins - Cowboys.
"En ocasiones veo blitzes".
"Washington blitzed on every play of the Cowboys' final drive!" Cris Collinsworth of NBC proclaimed as the Sunday night game ended. The Skins did blitz a lot -- including blitzing on four of the 11 snaps of the Cowboys' final drive. If an announcer expects to see a blitz on every play, that's what he sees. On three occasions in the Ravens at Jets "Monday Night Football" contest, Jon Gruden or Ron Jaworski declared that the Jets were blitzing when they had rushed four players. "I never expected a blitz here; I give Baltimore a lot of credit for blitzing," Gruden said of the Jets' second-last snap. Baltimore showed blitz, then rushed four. Announcers see what they expect to see.

On the night, Jersey/B blitzed on 17 of Baltimore's 23 passing-situation downs, a very high percentage of extra rushers. The result? For the defense, one interception, one sack, three incompletions and an offensive holding; for the offense, nine first downs and two intermediate gains. Baltimore at least drew even on, and arguably won, the Jersey/B blitz downs. But the booth crew didn't stop praising the Jets' blitz -- contrary evidence was not what they expected, so they didn't see it.

Announcers and sports writers exaggerate the frequency or effectiveness of blitzing partly because they want plays to be exciting, and blitzes do produce exciting results, though often for the offense. The other factor is "observer's bias." Psychological studies find that we usually see what we expect to see, filtering out any contrary evidence. If high numbers of blitzes were a formula for consistent victory, everybody would be blitzing all the time. That's not what happens. Defensive coordinators know that blitzes often produce big plays for the offense. Sports writers and sports announcers seem to take note only when a blitz produces a sack or interception. When the blitz backfires, they filter that out.


Here's an example of the blitzing double-edged sword. Leading 7-3 late in the second quarter, the tastefully named Gregg Williams called a safety blitz, which produced a Favre interception. Still leading 7-3 on the next Minnesota possession, Williams called the same blitz, which Favre this time recognized. The result was a 33-yard completion to Visanthe Shiancoe, setting up the Vikings' sole touchdown.


Ya sabéis, tened cuidado cuando lo escuchéis, porque aunque os digan que se producen blitzes, puede que solo los vean los comentaristas televisivos.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Plácido domingo, jodido lunes: jornada 1

Ayer por la tarde me decía un amigo que ahora que empezaba la temporada tendría que cambiar el tipo de artículos que escribía en el blog. Muy amablemente, le contesté que aquí publicaba lo que me daba la gana. Bueno, le he hecho caso. No estaba seguro de si tenía sentido que publicase un resumen de la jornada. Mucha gente lo hace, con lo que no sé si estaré aportando algo o repitiendo lo mismo que todos. Además, no me quería obligar a publicar algo todos los lunes, porque muchas veces no podré hacerlo (lamentablemente, no vivo de esto y, además, tengo una vida ajena a este blog, así que no siempre podré deleitaros con líneas como las que siguen). Por último, y este me parecía un escollo importante, tenía que pensar un título que me convenciese, más allá del típico "Resumen de la jornada" o similares alardes de imaginación.

Sin embargo, esta mañana me ha venido la inspiración para el título. Creo que Plácido domingo, jodido lunes es un buen título. No se acerca a Monday Morning Quarterback, o a su plagio (en lo que al título se refiere) Tuesday Morning Quarterback, pero me ha convencido. Sí, no está mal. Aunque sea un chiste más viejo que el mear, ilustra con bastante fidelidad el sentimiento del aficionado español a la NFL, más allá de los resultados de su equipo, que pueden convertir al domingo en también jodido. Qué bonito el domingo, pero qué jodido el lunes, cuando te levantas ojeroso por haberte acostado más tarde de la cuenta gracias a la NFL. En esta serie de artículos, que no prometo para todos los lunes, contaré mi Game Day Experience de cada domingo, normalmente limitada a las sesiones de las 19.00 y 22.15, hora peninsular española. Maldita la hora en la que se le ocurrió a la NBC la idea del Sunday Night. Ahí va el resumen de mi tarde-noche del domingo.

Qué pude ver. En un principio pensé en ver cuatro partidos a la vez más el programa NFL RedZone, que va conectando en directo o semi-directo con todos los campos en los que está pasando algo. Me convencieron de que era una locura y así no nos íbamos a enterar de nada. Lo de los cuatro partidos más uno lo pensaba hacer viendo el Patriots-Bengals por la tele y lo demás, con la pantalla partida en cuatro, en el ordenador, gracias al GamePass (una tentación demasiado fuerte como para resistirse a ella). Llegamos a la conclusión de que lo mejor era ver sólo una cosa en el ordenador. En otras palabras, no partir la pantalla. Como recibía presiones de diferentes lobbies para que el partido del ordenador fuera el de su equipo (y uno de los partidos por los que recibía más presión era el apasionante Tampa Bay-Cleveland) nos decidimos por dejar el programa NFL RedZone en el ordenador (sin apenas sonido), y el Pats-Bengals en la tele.

Fue una decisión más o menos sensata, dentro de la locura que supone que cuando alguien se ponía a gritar no sabíamos si era por lo de la pantalla del ordenador o la de la tele. Ante las múltiples confusiones creadas, acordamos que antes de hacer un comentario había que gritar ordenador o tele, porque si no era un sinvivir. La verdad es que pocas veces lo cumplimos.

La sesión de las 22.15, con el Eagles-Packers en la tele y el NFL RedZone en el ordenador. Más fácil de seguir. Solo había tres partidos a la vez, y uno de ellos, el Seahawks-49ers, se decidió sorpredentemente muy pronto a favor de los de Seattle.

Con esto, os podéis hacer una idea de cómo fue mi tarde noche de domingo, a lo que hay que unirle las correspondientes risas con los colegas, las cervezas, los Cheetos, las patatas, gominolas y la tortilla (un poco sosa). Planazo.

El vomitorio. Me encanta la palabra vomitorio. Es tan gráfica. Cuán bella metáfora. La primera acepción de vomitorio en el Diccionario de la RAE es vomitivo. Un graderío vomitando personas, espectacular. Esta sección, no obstante, se llama vomitorio para designar al acontecimiento de la semana sobre el que más se ha escrito o hablado. En otras palabras, y de ahí el uso de tal término, aquello que ha provocado mayores vómitos (figurados) de analistas y especialistas en la materia.

Esta semana, tenemos un ganador indiscutible. El no-touchdown de Calvin Johnson. Supongo que todos conoceréis la historia. Aquí lo podéis ver mientras YouTube no lo retire.



Dice el primer párrafo del artículo 6.1 del Código Civil que la ignorancia de las Leyes no excusa de su cumplimiento. Calvin Johnson parecía ignorar las Leyes de la NFL sobre recepción de pases (inciso aclaratorio evidente: el Código Civil español no se aplica en Estados Unidos, pero el mismo principio rige en tierras norteamericanas, supongo). Entre esas normas, está esta:

If a player goes to the ground in the act of catching a pass (with or without contact by an opponent), he must maintain control of the ball after he touches the ground, whether in the field of play or the end zone. If he loses control of the ball, and the ball touches the ground before he regains control, the pass is incomplete. If he regains control prior to the ball touching the ground, the pass is complete.

El párrafo transcrito viene a decir que si un jugador se va al suelo mientras recoge un pase debe mantener el control del balón después de que el jugador toque el suelo (da igual si se va al suelo porque lo tiran o no). Si pierde el control del balón, y el balón toca el suelo antes de que lo recupere, el pase es incompleto.

Johnson va al suelo y tira o, al menos, deja caer el balón. No lo puedo entender. Un tío con un sueldo multimillonario que desconoce una de las normas elementales de su profesión. No me cabe ninguna duda de que si hubiese querido, Johnson no habría dejado escapar ese pase. Podía haber hecho mucho más. Seguro. Parece que pensó "tengo posesión, toco con los dos pies, y punto final". Pues no. La broma les ha costado a los Lions el primer triunfo fuera de su estadio desde octubre de 2007, precisamente en el mismo escenario.

La norma es un tanto absurda, y seguro que tras el vomitorio causado será objeto de revisión. A muchos les ha recordado a la Tuck Rule. Es lo que hay. Pobres Lions, lo tenían. Dura lex, sed lex (estoy alcanzando cotas de pedantería considerables).

Ana Blanco, dentro de 80 años.
Premio Ana Blanco (la vida sigue igual). Esta sección debe su nombre a la presentadora del Telediario de Televisión Española, que en 20 años no ha cambiado absolutamente nada. Se desconoce si es humana o en realidad es un cyborg. Pasarán los años y ella seguirá igual, con el mismo aspecto, y haciendo lo mismo.

Raiders y Cowboys aspiraban tan distinguido premio a la estabilidad. Nada fluye, todo permanece. Creo que los de Oakland lo tienen más merecido. En el fondo, la pretemporada de Dallas no hacía presagiar nada demasiado bueno. Sí, como siempre, durante la offseason mucha gente los da de favoritos para la Super Bowl, pero ya en pretemporada el optimismo se había rebajado. Así que no puedo decir que, como cada año, grandes expectativas en Dallas y las mismas cagadas, ya que las expectativas no eran tan grandes como en otras ocasiones. En Oakland sí lo eran. Parecían respirarse vientos frescos, de cambio. Al menos, nadie esperaba el desastre de ayer, desastre que se une a los encadenados durante los últimos años por el equipo de Al Davis. Así que premio para Oakland.

Los Raiders, dándose de bruces contra la cruda realidad.
Los Raiders habían hecho una pretemporada notable, con tres victorias y una derrota. Parecía que las piezas funcionaban. Pues bien, ayer los Titans los arrasaron sin piedad. 38-13. Ni Jason Campbell solucionó los problemas de ataque ni la defensa pudo contener a los de Tennessee. El programa NFL RedZone lo monopolizaban los Titans. Un touchdown tras otro, sin parar. Ya no sabías si lo estaban repitiendo o estaban en (semi)directo. Qué tranquilos deben de andar por San Diego tras los resultados de ayer. Sólo es un partido, un mal partido, pero menuda imagen. Mal por los Malosos, que reciben el Premio Ana Blanco por poner la primera piedra para construir por séptima temporada consecutiva un balance con al menos once derrotas.

No debemos dejar de mencionar en esta sección a Peyton Manning. Sus Colts perdieron, pero él como siempre. No se puede decir que él no haya hecho todo lo que estaba en sus manos para evitar la derrota. Un Christian Vieri en Salamanca. 40/57 pases (y los Colts iban a correr este año) 433 yardas de pase, 3 touchdowns, ninguna intercepción. Su mejor partido en términos de yardas de pase desde 2004. Números monstruosos, pero nada nuevo bajo el Sol. La vida sigue igual para el quarterback de los Colts.

Otros para los que la vida sigue igual son Bob Sanders, el safety de los Colts que se ha lesionado por enésima vez (alimentando la horrible estadística según la cual se pierde más partidos de los que juega), los Detroit Lions (aunque esta vez fue un casi) y Wes Welker, que sigue igual de letal que antes de su lesión. Qué jugador.

Seymour Skinner es el de la izquierda, no el de la derecha.
Premio Armin Tamzarian. Esta es la sección opuesta a Ana Blanco. La del cambio. Como sabéis, Armin Tamzarian era el nombre auténtico de quien decía ser Seymour Skinner, director del colegio de Los Simpsons. Tamzarian era un delincuente callejero, un viva la vida, que tras volver de la guerra de Vietnam se hizo pasar por Skinner y recondujo su vida. De renegado a pringado. Cambio radical, en cualquier caso.

Esta semana, el ganador del Premio Armin Tamzarian es evidente: los Houston Texans. Por primera vez en su historia, los Texans han ganado a los Colts. Buen cambio. El equipo que lideró la NFL en yardas de pase, con Andre Johnson como receptor estrella, gana sin apenas participación de Johnson y con un corredor como estrella. Arian Foster, el jugador de segundo año que ni fue drafteado el pasado, consiguió 231 yardas de carrera (nunca nadie había corrido tanto contra los Colts) y 3 touchdowns. En un equipo que la temporada pasada apenas corría. Otro cambio: el kicker de los Texans no falla. La primera brecha en el marcador la abre Neil Rackers con dos field goals. 100% de aciertos para el vencedor del casting de kickers de Houston. Menudo cambio el de los Texans. Los Colts ven cómo todos sus rivales de división cuentan con una victoria y ellos ninguna.

También merecen una mención en este apartado Mason Crosby, los equipos especiales de Green Bay (en ambos casos, de los puntos débiles de la franquicia), Matt Forte (que ayer volvió a parecer el de su año de novato) y Michael Vick (que volvió a parecer el que organizaba combates caninos a muerte --porque era entonces cuando mejor jugaba, ¿no?--).

Peperoni. En esta sección comentaremos la sorpresa de la jornada. ¿Por qué este título? Ya lo comenté en su momento, lo repito. Todos los comedores habituales de pizza conocemos el pepperoni. Nombre muy italiano. El anterior verano, en mi primera visita a Italia, veo una pizza que, según la carta, llevaba peperoni. De puta madre, ñam ñam. La pido, aunque tenía el sospechoso nombre de "pizza vegetariana". Después de pedirla, pero antes de que me la trajesen pensé, "pues el nombre no es muy adecuado para la pizza"... Y no, no lo era. Peperoni en italiano significa "pimientos". Mi gozo en un pozo. El pepperoni que te ponen aquí es el embutido que inventaron en los Estados Unidos. Peperoni is not pepperoni.

Los Niners ayer, entrando en el matadero.
El peperoni de la jornada fue el Seahawks-49ers. Los de San Francisco eran los favoritos claros. Jugaban en el Qwest Field, fuera de casa, pero ante un equipo del que no se esperaba demasiada resistencia y que acababa de deshacerse de su receptor número 1. Lo que sin duda nadie esperaba es que los Seahawks aplastaran a los 49ers de la forma que lo hicieron. Al descanso, partido casi resuelto. Qué mal empezamos, Alex Smith.

Duro golpe para los ¿hasta ayer? favoritos indiscutibles de la NFC Oeste, que ven cómo Seattle les aplasta, Arizona gana en St. Louis y los Rams tienen mejor pinta de la que en principio parecía. Bradford no está tan verde y podrían sufrir algún que otro susto. El peperoni de la jornada, sin duda.

A continuación, valoremos a lo mejor, lo regular y lo peor del plácido domingo. Para ello, he recurrido a símiles musicales. La sección dedicada a lo mejor llevará por título The first Ramones album. El primer disco de los Ramones, el mejor que se ha hecho jamás bajo mi seguramente erróneo criterio. 14 canciones cojonudas y un género musical nuevo e imitado por tantos y tantos. ¿Por qué no lo digo en español? Porque suena peor, menos cool. La sección dedicada a lo regular o, dicho de otro modo, lo que generaba expectativas de excelencia posteriormente no confirmadas, Sandinista. El disco que saca The Clash después de London Calling. No es un desastre, tiene algunas canciones buenas, pero no es ni mucho menos lo que se esperaba. Y para terminar, lo peor de lo peor, Pignoise. Como si Hitler, Stalin y Pot Pol hubiesen unido toda su maldad y se hubiese materializado en una banda de música. Dejémoslo en una banda.

The first Ramones album (lo mejor). Lo mejor de la jornada es que la NFL ha vuelto. Volver a ver cómo Moisés Molina mira con ojos envidiosos a Andrea Zanoni porque tiene un ordenador y aquel no. Escuchar a Moisés pronunciando con perfecto acento de Vancouver los nombres de los jugadores, las posiciones, las decisiones arbitrales. Aunque llame Brandon Jacobs a Brandon Jackson, da igual, escuchar ese "Jacobs" no tiene precio. Cómo lo echábamos de menos. Y esas contestaciones de Andrea, pasando olímpicamente de las cuestiones y comentarios de Moi, encogiéndose de hombros cuando le pregunta por tal o cual cosa. Como dice el gordito barbudo de Resacón en Las Vegas (película titulada originalmente como The Hangover, la resaca), "Classic" (esto es lo que dice en la versión original de la peli). "Classic Moi&Andrea". Las mayores risas de la velada footballística de ayer, cuando Moisés levantó su papel y en él se transparentaban sus guarretes apuntes en diferentes colores. Pudimos descifrar "Mucho Ambiente!" (escrito en rojo) y "promo". Classic.

También merece ser parte de esta sección el GamePass. Es un sablazo que te cagas, pero la calidad de la imagen es insuperable. Ayer funcionó a la perfección, sin cortes (siempre que no tengas a algún colega al que se le ocurra apagar el router). Un vicio (el GamePass, me refiero; no apagar el router).

En el plano estrictamente deportivo, me quedo con los Patriots y la Steel Curtain. En uno de los partidos de la jornada, los de New England no dieron opción a los Bengals, que aunque al final maquillaron el resultado, tenían el partido perdido a poco de comenzar. Wes Welker sigue siendo el de siempre y Brady estuvo como se le supone. El Gillete Stadium volvió a ver cómo los de casa superaban con facilidad al visitante. Y ojo a Brandon Tate. El retorno, otra arma letal de New England.

La Steel Curtain, y en particular el hombre del pelo del millón de dólares, Troy Polamalu, estuvieron a la altura en un partido en el que el ataque estaba muy mermado por la ausencia de su quarterback. Dejaron a Atlanta en 9 puntos, pararon a Michael Turner y contuvieron a la perfección el juego de pase de los Falcons. La intercepción de Polamalu, digna del importe del seguro de su pelo. Cómo se nota en Pittsburgh cuándo está Polamalu y cuándo no. Ojo con los Steelers.



En el plano individual, el jugador ofensivo del día fue Arian Foster. Ya hemos comentado sus hazañas más arriba. Impacto total. En defensa, aparte de Polamalu, qué partido de Clay Matthews. El mejor de los Packers. A pesar de no estar físicamente al 100% y haberse perdido todos los partidos de la pretemporada, Matthews consiguió 2 sacks, forzó un fumble (eso sí, debería haberle dado un golpe más suave a Kolb para que no abandonase el partido) y decidió dar por terminado el partido al parar la carrera de Michael Vick en cuarto down al final del cuarto periodo. Qué jugador.

Sandinista (lo regulero). La pretemporada y la offseason son torticeras. Aunque quieres desoir sus cantos de sirena, terminan por convencerte de algunas cosas. Luego te topas de bruces con la realidad. Jugadores y equipos que no responden a las expectativas generadas en partidos que no valían para nada.

En el apartado colectivo, los Bengals se llevan la distinción Sandinista. ¿Tanto ruido para esto? Menuda decepción. Ni TOcho (T.O + Ocho) ni hostias. Ya, era un partido muy complicado, sí, pero los Bengals ni siquiera pudieron competir con los Patriots, mucho más enchufados. Cincinnati empieza la temporada igual que terminó la pasada, perdiendo de paliza. La semana que viene, contra Baltimore. Otro partido muy complicado. Deben espabilar ya o los egos empezarán a estallar.

Tres cuartos de lo mismo para los Falcons. Me consta que sus aficionados no están hoy muy contentos (desastre es la palabra que escuché de uno de ellos). Se empieza a cuestionar ya a Matt Ryan. Los Falcons no supieron aprovechar la oportunidad de jugar contra unos Steelers a los que les faltaba su quarterback titular y su suplente. Hasta Jeff Reed falló un field goal de los que no suele (sí, es difícil chutar a palos en Heinz Field, y no hacen nada por arreglarlo) y que habría evitado la prórroga.

En el apartado individual, Aaron Rodgers. Su actuación no fue desastrosa, pero no respondió a las expectativas generadas, que eran muy altas. Dos intercepciones en su primer partido, la segunda de ellas horrible, un pase directo al safety. Bastante más impreciso de lo que acostumbra. No hay que quitarle mérito a los pass rushers de los Eagles, pero esperaba otro partido del 12 de Green Bay. 19/31 pases, 188 yardas, 2 touchdowns y 2 intercepciones. 73,1 de QB rating. No creo que exagere al decir que bastante por debajo de lo esperado. A pesar de eso, los Packers ganaron.

Mención especial también para C.J. Spiller. El running back novato de los Bills se quedó en unas escalofriantes 6 yardas en 7 carreras y 8 yardas en 4 recepciones. Los Bills no estuvieron tan mal como se podría pensar. Dieron guerra hasta el último momento a los Dolphins. Pero no fue gracias a su novato estrella. Se queda en Sandinista, y no Pignoise, por su condición de novato.

Pignoise (lo peor). Ya te vale, Alex Barron. Qué puede haber peor que que tu equipo consiga un touchdown ganador con el tiempo cumplido y la jugada se invalide por culpa de un holding por otra parte innecesario. Algunos ya piden la cabeza de Barron. Es muy pronto, pero el entorno de los Cowboys no es el más paciente de la NFL. Barron sustituía al titular en el puesto, Marc Colombo. Cuánto dolor para los seguidores de los Chicos Vaca:



El Sr. Barron no es un primerizo en estas lides. Desde el año 2005 lidera la NFL en penalizaciones acumuladas. Setenta y cinco. Ayer, tres holdings. En Dallas tienen que estar encantados con este jugador procedente de St. Louis. Tanto, que la amenaza de despido pesa ya mismo sobre su cabeza. Se admiten apuestas. ¿Llegará a la siguiente jornada?

El debut soñado. En las peores pesadillas, claro.
Kevin Kolb también merece un hueco en esta sección. En su esperado debut como quarterback titular de los Eagles con plenos poderes, completó 5 de 10 pases para 24 yardas, aunque pudo haber sido mucho peor, porque algunos de ellos eran carne de intercepción. Los números no reflejan bien la mala impresión que transmitió Kolb, totalmente superado por la defensa de Green Bay. Kolb, al llevarse una hostiaca morrocotuda de Matthews que le obligó a comer césped, sufrió una conmoción que le impidió volver al partido en la segunda mitad. Por si su partido no hubiese sido lo suficientemente desastroso, luego llegó Michael Vick para iniciar la primera quarterback controversy (polémica de quarterbacks) de la temporada. El debate ya está aquí, y muchos están del lado del ex-convicto. Todo indica en estos momentos que el encantador de perros será el titular de Philadelphia la próxima semana. Kolb guardará reposo hasta el viernes. La pacientísima afición de Philadelphia no perdonará más errores. Qué mejor manera de comenzar tu carrera.

En el apartado colectivo, Pignoise para los Niners, protagonistas del Peperoni de la jornada. Seguramente los aficionados más desilusionados hoy con su equipo son los del de San Francisco. A ver si mejoran, no me gustaría ver en Londres un partido entre equipos desahuciados, algo que en estos momentos no podemos descartar.

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La jornada se completará con un doble Monday Night Football. Especialmente atractivo el primero de los partidos, Jets-Ravens. Y a relativamente buena hora para los aficionados españoles, 1 de la madrugada, hora peninsular. Veré la primera parte y, si la cosa está interesante, pondré el despertador para no perderme el final. Ray Lewis, el malo de la película, ya se ha encargado de calentar (aún más) el partido. Choque de trenes en el estado de New Jersey. Esperemos que Nadal haya terminado su partido, a pocos kilómetros del New Meadowlands Stadium, antes de la 1. Si no, no podremos verlo por Canal+.

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Actualización matutina del martes

Nadal no terminó el partido antes de la 1, no. Tampoco empezó el Jets-Ravens a su hora. Como dije en su momento, la decisión de que la Super Bowl se juegue en East Rutherford me parece una gran idea, pero si un partido se retrasa en septiembre, todavía en verano, por una tormenta, qué no pasará en febrero, en invierno. Una putada para quien sólo fuera abonado a Canal+, porque a la hora de empezar el partido estaban con [Rec]2. Como para cabrearse. Vale que luego siguieron con Nadal, que lo entiendo porque como siempre los seguidores del deporte minoritario se tienen que joder fastidiar, pero qué vergüenza que pongan esa película en vez del Monday Night Football, como inicialmente programado.

Aguanté únicamente la primera parte del partido. La defensa de los Jets dio todo un espectáculo, menos Antonio Cromartie, que a pesar de conseguir una intercepción, en buena medida por una mala decisión de Flacco, estuvo bastante mal. Pero qué espectáculo de defensa. Hostias a mansalva al quarterback de los Ravens. Para muestra, el primer snap de los Ravens en ataque (la defensa de los Jets es la prueba de que se puede dar mucho espectáculo defendiendo):



Sin embargo, el ataque no acompañó. Los Jets dominaron toda la primera mitad, pero se fueron perdiendo al descanso 7-6. Con Sanchez a los mandos del ataque, ese equipo no puede aspirar al anillo. Una nulidad. Con el quarterback que se mordía la lengua tendrían muchas más opciones. La segunda parte no la pude ver, sólo el resumen, pero más de lo mismo. Dominio de las defensas. Aunque es mucho mejor jugador que Sanchez, Flacco (y su línea) también deben espabilar si quieren aspirar a algo.

Por cierto, qué dolor es ver un partido de los Ravens. Siempre plagado de penalizaciones. En la línea del Monday Night Football del año pasado contra Green Bay.

Del segundo de los partidos vi únicamente el resumen y los números. Si antes digo que los Chargers pueden estar tranquilos, antes la cagan. Jugaban en Arrowhead, territorio enemigo (de los más enemigos), pero no deja de ser una sorpresa. Excelente noticia para los seguidores de los Chiefs la mejora de su defensa, que dejó a uno de los mejores ataques de la NFL en 14 puntos y supo parar a Rivers en el drive definitivo. Victoria importantísima gracias, fundamentalmente, a un par de big plays de Jamaal Charles, que consiguió un touchdown de carrera de 56 yardas, y de los equipos especiales, con el retorno para touchdown de 96 yardas de Dexter McCluster. Con McCluster y Javier Arenas los Chiefs tienen uno de los mejores equipos de retorno de toda la liga, qué peligro. Espectacular el retorno de ayer, aquí lo tenéis:

 

Cassel tuvo una actuación bastante pobre, 10/22 para 68 yardas y 1 touchdown. Siempre se puede ver el lado positivo: si ganan a un gran equipo sin un buen partido de su quarterback, qué harán cuando este esté bien.