Otra vez la misma mierda.
Encuentre las siete diferencias:
Joder, que esto a mí nunca me había pasado y llevo dos años seguidos. Menos mal que no existe el descenso en la NFL, que si no los Packers podían darse por jodidos. Es lo que hay.
Por lo menos nos hemos ido con estilo. Al nuestro.
Vamo Estudiantes, no falles a tu hinchada, la que te sigue cagada tras cagada; vamo Estudiantes, no falles a tu gente, tienes borrachos a todos los dementes, dice la canción. Pero coño, si no nos fallase no sería el Estu. Pues sí, el Estu ha bajado. Merecidamente. Por ser el segundo peor equipo de la ACB. Y, cómo no, hay que joderse.
Situación parecida a la que viví hace menos de un año en Riazor. Parecida, no igual. Esta vez todos éramos conscientes de que lo más probable era descender. En Riazor no. Ni dependíamos de nosotros mismos ni lo que dependía de nosotros era sencillo.
Ay, el Estu. A diferencia del Dépor, que más o menos me eligió, a este lo elegí. Aunque siempre sentí simpatía por el Estu, no fue hasta cuando me vine a Madrid a estudiar la carrera cuando me aboné y sentí de verdad lo que es el Estu. Que es la hostia. De verdad. Con abonarte una temporada estás perdido, porque atrapa. Para muestra, los que empezamos yendo a la Demencia por aquella época. Ninguno era en principio entusiasta del Estu, pero todos terminamos convirtiéndonos a su fe. Ciegamente. Los había del Betis, del Barça, del Atlético de Madrid (sí, no son ejemplos muy baloncestísticos, pero así podíamos definirlos), pero el Estu nos atrapó a todos. Incluso los que eran del Barça de baloncesto acabaron convirtiéndose a la fe estudiantil.
Es complicado de explicar, hay que vivirlo. Es que el Estu mola. Pero mola la hostia. No es solo un deporte, no es solo ver a unos cuantos tíos jugando al baloncesto. Qué va. Es una excusa para pasárselo de puta madre. O pasarlas putas, que de eso también hay mucho. Pero es especial. Complicado de describir. Cuando llevaban poco más de dos años de abonado, he visto llorar de alegría a gente que hasta entonces el Estu ni le iba ni le venía. Fue con este triple de Gonzalo.
Eso es el Estu. Pasárselo bien y tocarles las pelotas a los poderosos. Que hace que te importe. Supongo que todos pensaréis lo mismo de vuestros equipos, y seguramente llevéis razón, pero es lo que siento.
El buen rollo de la afición es acojonante. Eso hace a este equipo especial. Y ojo, que no somos ningunos santos. No pretendemos ir de ejemplares. Lo he dicho muchas veces. Nadie toca tan bien los cojones como la (D)emencia. El repertorio de la afición al uso se agota en el "hijo de puta" o "puta [nombre del equipo rival]". Nosotros íbamos más allá. Al jugador oronodo se le cantaba "tengo una vaca lechera". Menudos cabreos se pillaban. Y no todo era tan delicado. A Kambala (que seguramente no entendía ni papa) se le cantaba "la madre de Kambala, es puta fea y mala". A los Angulo, "Angulo, por chulo, te van a dar por culo". A Iturriaga siempre se le notaba hablar con cierto resquemor cuando le mentaban al Estu en la Sexta. Que le cantasen "Iturriaga, vaya braga" puede tener que ver. Al Valladolid, en pleno escándalo Afinsa-Fórum, se le cantaba "a por sellos, oe, a por sellos, oe...". A los de Fuenlabrada no les sentaba muy bien que se les dijese "sois el primer equipo de Toledo". En Granada causaba sensación el "Granada, mañana, será musulmana". Y así, tantos y tantos cánticos ofensivos que provocaban indignación en las sensibles pieles rivales, acostumbradas al rudimentario hijo de puta, que nunca es noticia. Como veis, haciendo amigos por todas partes. Pero yo me parto, la verdad.
Supongo que cuando sufres este sucedáneo de muerte es inevitable que toda tu vida se te pase por delante. Y no siempre los mejores recuerdos coinciden con las victorias. Uno de mis mejores recuerdos del Estu es el de la Copa de Bilbao de 2010. Nos tuvimos que coger un par de días de vacaciones en el trabajo para poder ir, llegamos con el tiempo justo el jueves para ver al Estu, que jugaba el primer partido de cuartos de final contra el Valencia. A las primeras de cambio, palmamos. Toda la Copa por delante, y nosotros a casa. Pero cómo nos lo pasamos.
Sé que no tiene mucho que ver con el baloncesto, sino con lo que lo rodea, pero las juergas de esa Copa fueron inolvidables. Tanto, que alguno incluso fue incapaz de asistir a los partidos de semifinales del resacón que llevaba encima. Supongo que algunos pensaréis que vamos de guays. Sinceramente, me la suda. No es la intención. La intención es pasárselo de puta madre, algo que casi siempre conseguíamos, con independencia del resultado. Ganemos o perdamos, qué bien nos lo pasamos. No es un eslógan publicitario, aunque también.
Eso sí, ganar mola más. Después de cogerte un vuelo de bajo coste para ir a Granada a las 5 y pico de la madrugada, terminar el partido y que los jugadores se suban a la grada a celebrar la victoria es la hostia.
Esto es el Estu. Y lo sigue siendo, aunque los jugadores sean otros temporada a temporada. No lo dudéis.
Bueno, hablaré algo de los porqués del desastre. Sobre todo después de leer tantos lugares comunes de gente que cobra por escribir sobre baloncesto, pero del Estu poca idea tiene. No pretendo arrogarme la posesión de la verdad
Hay quien desde la ignorancia apuntaba que esta plantilla olvidaba la cantera. Que el domingo jugábamos sin canteranos. Pues no. Entiendo que en algunas mentes obtusas apellidos como "Granger" o "Clark" no quepan en el concepto de cantera, pero lo son tanto como "Jiménez". El Estu no ha olvidado su apuesta por la cantera. Jayson Granger, canterano como el que más, pese a que su pasaporte sea uruguayo, ha sido de lo mejor de la temporada, sobre cuyos hombros ha descansado toda la responsabilidad del puesto de base. Ha hecho un temporadón, insuficiente para lograr la permanencia. Pero no por su culpa. Otros canteranos, como el citado Clark, Jaime Fernández, Yannick Driesen, Edu Martínez, Lucas Nogueira o los ya más veteranos Jiménez y de la Fuente (sí, aunque se pasó toda su vida en el Barça, también es canterano) formaron parte, con mayor o menor importancia según los casos, de la plantilla del descenso. Probablemente más que otras temporadas, y no de menor calidad.
Aunque algunos ignorantes quieran hacer creer que el problema es que ya no salen canteranos buenos, esa no ha sido la causa del desastre. Ni muchísimo menos. Ese ni siquiera ha sido un problema. La cantera sigue ahí. Lo malo es que sin el primer equipo, esto desaparece:
El primer problema grave que tiene el Estu es de pasta. Hablo del primer problema en todos los sentidos. Los jugadores eligen los equipos por dinero. Van a donde les pagan más. Y el Estu apenas tiene. Es de los que menos de toda la ACB. Viene de un concurso de acreedores tras el que debe afrontar una serie de pagos periódicos con Hacienda nada fáciles de cumplir. Y si no cumple esos plazos, liquidación. Por eso, el presupuesto de gastos es muy reducido. La plantilla del Estu es de las más modestas de toda la ACB en términos económicos. Ronda el mínimo permitido por la ACB. Y con tan poco dinero, no es raro bajar alguna vez. La correlación entre posición en la clasificación y en ranking de presupuesto es muy importante. Así funciona el deporte europeo.
Con tan poco dinero, no hay margen de error. Hay que acertar. Y este año no acertamos. Ese fue el problema. Y ojo, que nadie veía venir que no hubiésemos acertado. A principio de temporada, dos de los pilares fundamentales del equipo eran Antoine Wright y Cedric Simmons. Exjugadores de la NBA. Los dos fueron en su día números 15 del draft. Algo deberían de tener si fueron elegidos en tan privilegiado lugar. Simmons venía de ser máximo reboteador de la liga griega. Buenas referencias. A todos nos ilusionó. Además, habíamos fichado a Lofton, un escolta del que guardábamos muy buen recuerdo, como referencia anotadora. Pero el mismo día que iba a firmar su contrato, se detectó una hernia a Lofton. Fichaje descartado. Primer contratiempo. Y fichan a Luis Flores, otro tipo de jugador.
Comienza la temporada y descubrimos que los dos pilares del equipo son un auténtico desastre. No tienen nivel ACB. Qué digo ACB, son un lastre para cualquier equipo. Menuda cagada. Wright era una rémora, indisciplinado, borracho, pasota, sin compromiso. Todo se la sudaba. Acabó despedido a mitad de temporada por llegar pedo a los entrenamientos. Simmons tampoco era la referencia interior que creíamos. Era un tipo torpe, con las peores manos que he visto a un jugador de baloncesto, y que no comprendía el juego. Era, si se me permite, tonto para jugar al baloncesto. Flores más o menos cumplía, pero en una maniobra bastante oscura el Estu decidió despedirlo por ausentarse más tiempo de la cuenta en un viaje personal a Estados Unidos. Creo que se le metía en el mismo pack que a los otros dos, y a la primera oportunidad decidieron echarlo. Personalmente, creo que fue un grave error. No solo porque Flores aportaba, sino porque creó mal rollo en el vestuario. No se puede tratar así a un jugador. Menos aún un equipo que presume de formar personas a través del baloncesto. Menudo ejemplo.
Los parches fichados a mitad de temporada, a la desesperada, tampoco solucionaron el grave problema en el que estábamos metidos. Un Lofton renqueante, un base muy flojo (Willie Deane) y, eso sí, un gran jugador, pero que no cubría nuestra necesidad principal. Tariq Kirksay es un jugadorazo, cuyo rendimiento terminó siendo muy alto, pero que aportaba más en donde no faltaba tanto. En fin, que qué va a encontrar un equipo sin pasta a mitad de temporada.
Luego está el entrenador. Todos estábamos muy ilusionados con la vuelta de Pepu. Pero este tipo ni se parecía al Pepu que todos conocíamos. Incapaz de motivar y unir al vestuario, totalmente perdido en la dirección técnica (Wright jugaba minutadas hasta el día que se le despidió; del descenso tiene parte de culpa una derrota por 13 puntos en Murcia de la que parte de culpa tuvo el desastroso final de partido, en el que Carlos Jiménez, un 3, acabó jugando de 5) e impotente para superar las adversidades. Una decepción absoluta. Con la llegada, seguramente ya tarde, de un entrenador de gracioso nombre, Trifón Poch, el equipo mejoró bastante, pero no fue suficiente. Un par de cagadas épicas, contra Fuenlabrada y Manresa, nos dieron el último empujón. Vaya mierda de lema, por cierto.
En fin, que el baloncesto profesional en España es ruinoso, y cuando no tienes ni un duro, es normal que tarde o temprano bajes. Es así. El mínimo error se paga, y cuando la cagas a lo grande con los fichajes, pasa lo que pasa. Ni más ni menos. Ni traición a los tradicionales valores, ni falta de adaptación de la filosofía tradicional a la situación actual ni pollas en vinagre. Eso son los tópicos facilones que siempre usa la prensa desinformada para hablar del Estu: si vamos bien, porque hemos recuperado los tradicionales valores de la casa; si vamos mal, por alguna de las causas ya citadas. Que no, hombre, que no.
La burbuja financiera también existe en el baloncesto. Se pagan sueldos muy por encima de los ingresos que generan los clubes (sobre todo dos, que se permiten más de 20 millones de euros de pérdidas anuales). Eso infla los salarios de los jugadores de los demás equipos y los lleva a la ruina. Toda la ACB está en la ruina. El sencillo motivo, que no se limita el gasto a lo ingresado en la competición, sino que se gasta más de lo que se genera. Algunos lo salvan gracias a subvenciones públicas, otros gracias al dinero del fútbol, pero en general todos están más o menos jodidos. Salvo los futboleros, claro, que no tienen pudor en, año tras año, ingresar 3 millones y gastarse 30. Esa es la realidad del baloncesto español. Los demás, a joderse.
Y es que ese es el problema fundamental del Estu: que no hay un puto duro. De ahí el drama del descenso. No sabemos si este equipo es viable, qué digo viable, si no está abocado a la desaparición, en liga LEB. No pasa nada por jugar en LEB, en una categoría que no sea la máxima. Hasta puede ser divertido. Yo me estoy divirtiendo más este año con el Dépor en Segunda que en los cinco anteriores en Primera. El problema es el riesgo de desparición. Aún más grave en el caso del Estu que en el del Dépor, porque el Estu ya ha pasado el concurso de acreedores y el dinero que genera el baloncesto es infinitamente inferior al del fútbol.
Que lo anterior no sirva como excusa para los actuales dirigentes del Estu. Su ineptitud ha quedado demostrada. Que se piren a su puta casa ya, y renunciando a cualquier compensación. Asensio, Azofra y Juan Francisco García, como máximo responsable, deben pirarse cagando hostias a la calle. Solo faltaba, vamos.
¿Ha quedado claro? Hemos bajado porque no teníamos un duro y la cagamos a la hora de elegir en qué nos gastábamos nuestros escasos dineros. Punto.
Ah, un pequeño recuerdo para esa banda de privilegiados intelectos que auguraban una conspiración arbitral para salvar al Estu. Los borregos del rebaño no van a dejar bajar a Estudiantes. Los mismos que decían que en 2008 nos habíamos salvado gracias a los árbitros. Gente que, asombrosa e injustamente, cobra por lo que escribe. Ya es mala suerte que con los millones de parados que hay en España, gente como Jesús Sánchez y todos los periodistas (?) que anunciaban maletines y conspiraciones para mantener al Estu en ACB cobren por las heces que producen. Así va el país, claro. Muy propio de España. El mononeuronal con ínfulas de grandeza que escribe en el Marca anunciaba esto en su cuenta de Twitter el sábado. Copio literalmente.
Nauseabundo tráfico d influencias, y d billetes, cara a la jornada decisiva d basket d mañana. Va a cantar mucho. Atentos.
En vista de que el domingo no sucedió nada extraño, esta fue la reacción de la escoria humana:
Nauseabundo tráfico de influencias y de billetes (y 2). Q haya bajado el Estu no quiere decir q no existiera.
Como es natural, no tiene ni la más mínima prueba de nada de lo que anuncia. Más allá de su privilegiado intelecto, claro, que le permite ver lo que otros no ven. Así funciona la prensa deportiva española. La verdad no es un criterio relevante. No es necesaria prueba alguna para publicar graves acusaciones.
Pues nada, que os podéis ir a tomar por el culo, pedazo de retrasados mentales. A seguir degradando la profesión. El otro día se difundía una campaña por la dignidad del periodismo, no dudo que no pararéis. "Periodigno", decían en Twitter el pasado 3 de mayo, con ocasión de nosequé reivindicación periodística. "Sin periodismo no hay democracia", decían otros. Venga, hombre. ¿Os habéis mirado un poquito los periodistas? ¿Creéis que vuestras obras pueden calificarse como "dignas"? Si eso es lo que permite la democracia, apañados vamos. Si quieren dignidad, que empiecen por desalojar a toda esa basura que invade las redacciones de la prensa patria. Meros deformadores de opinión, especialistas en hablar sin conocimiento de causa y en defender a ultranza las posturas del bando propio (sea deportivo o político) desde la más absoluta irracionalidad e incoherencia. Lo he dicho muchas veces. El hedor que produce esta panda de desgraciados es tal que todo el diario huele a mierda. Es lo que hay. Que os den mucho por el culo, desgraciados.
Por último, sé que los gestores del Estu intentarán recuperar en los despachos lo perdido en la cancha. Espero que no suceda. El Estu merece jugar en LEB la temporada que viene. Sé que hay unas reglas de entrada en ACB que todos deben respetar, pero no quiero que mi equipo se mantenga porque otro (sea el C.B. Canarias, el otro equipo que ascienda o uno que esté en ACB con dificultades económicas) no tiene dinero. La mercantilización del deporte profesional es inevitable, pero creo que ya es suficiente con las diferencias que marca en la clasificación como para que encima por dinero un equipo vea frustrado un ascenso que se ganó en la cancha. Que lo que la cancha ha determinado no lo deshaga el despacho. La ACB debería hacérselo mirar. Igual la plaza ACB no vale lo que la ACB dice que vale. Ni mucho menos. Si fuese así, no todos los equipos darían pérdidas.
En fin. Que dónde es el año que viene la Copa del Príncipe. Que la ganamos fijo.
...Y este año
de la liga
de la copa
campeones
por cojones
más cojones...
martes, 8 de mayo de 2012
viernes, 4 de mayo de 2012
Seguimos vivos... por lo menos hasta el domingo
Me preguntaban hoy en un comentario que si seguía vivo. Sí, al menos hasta este domingo.
Lo tenemos muy complicado, pero como me decía esta mañana un amigo, si este hombre se salvó, ¿por qué nosotros no?
Lo tenemos muy complicado, pero como me decía esta mañana un amigo, si este hombre se salvó, ¿por qué nosotros no?
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