Como estamos en la semana previa al partido de Londres, los títulos de las secciones tratarán de asuntos londinenses.
Disturbios en Tottenham (lo más comentado)
Decían los Clash en White riot que black men got a lot of problems, but they don't mind throwing a brick. En vista de lo sucedido en agosto, parece que esos versos siguen plenamente vigentes. Londres es una de las capitales del mundo y, como tal, los titulares y atención mediática sobre la ciudad son muy frecuentes. A veces por auténticas gilipolleces, como la boda de un tipo que por el absurdo hecho de ser hijo de tiene otorgada la jefatura de estado y, en general, la buena vida perpetua para él y su estirpe. Pero pocas veces los titulares son tan asombrosos y alarmantes como el pasado agosto. Algunos lo veían como una señal del hartazgo de la sociedad por la crisis profunda del sistema capitalista. Muy lírico todo. Otros solo veían a un grupo de jóvenes miserables que sembraban el caos por diversión o incluso lucro personal. Una versión mucho más prosaica. No sé. Probablemente la verdad esté en el término medio. Todo se desencadenó por la muerte de una persona cuando estaba arrestada por la policía. A partir de ahí, el estallido de violencia. Aquellos días sí era verdad lo de London's burning.
Polémica, emoción y tumulto en el Lions-49ers. Era a priori el partido de la jornada y no decepcionó en absoluto. Tuvo de todo. Se enfrentaban las dos sorpresas positivas de lo que llevamos de liga. Dos equipos que acumulaban solamente una derrota tras cinco partidos y que en un poco más de un cuarto de temporada acumulan casi las mismas victorias que en toda la pasada.
El partido comenzó con dominio casi absoluto de Detroit, que atacaba con fluidez y aplastaba en defensa a San Francisco. Suh, Vandenbosch y compañía vagaban a sus anchas por el backfield de Detroit, hostigando a un Alex Smith que recordó ayer, en algunos momentos, al de otros años. 10-0 y amenaza de quedarnos sin partido en la primera mitad. El ambiente era ensordecedor. Ford Field, el nuevo Qwest Field. Pero a partir del 10-0 todo cambió, y vimos un partido de verdad, con todo.
Qué mas se puede pedir: jugadas espectaculares, tensión y polémica. No sé si sentiréis lo mismo, pero uno de los aspectos que más me gustan de la "experiencia NFL", de ver un partido de fútbol americano, es la repetición de las jugadas polémicas. Mola que te cagas. Ese momento en el que, mientras los árbitros revisan la jugada, la televisión nos muestra a cámara lenta la jugada polémica, y empiezas a gritar con quienes estás viendo el partido "¡¡la rodilla está tocando el suelo, no es touchdown!! ¡¡que no, que no, mira la sombra, todavía no ha tocado el suelo, y la punta del balón está encima de la línea!!". Todo un placer.
La primera polémica en el primer touchdown de Detroit. Una recepción calvinjohnsiana de Pettigrew. ¿Conserva la posesión al caer al suelo? Parece que sí, que el defensor le arrebata el balón cuando ya había caído y "consolidado" el touchdown.
Como comentaba, a partir del anterior touchdown, San Francisco dio la vuelta al partido, dominando tanto en ataque como el defensa. Su juego de carrera resultaba imparable para la defensa de Detroit, que hasta el momento no se había visto superada de ese modo por ningún otro equipo. Solamente los errores de Alex Smith y de sus receptores, que cometieron fallos imperdonables (Crabtree y, sobre todo, Delanie Walker) impidieron a los 49ers sentenciar el partido. Los Lions ejecutaron un buen drive que terminó de este modo al comienzo del 4.º cuarto:
La anterior jugada, juzgada inicialmente como pase incompleto, recordaba mucho a esta otra. No diré que calcada, pero casi.
¿Hay alguna diferencia sustancial? En la segunda jugada, Johnson consigue la posesión del balón, planta los dos pies y luego su rodilla en el suelo, conservando en todo momento la posesión, y cuando termina de caer, la deja rodar. En el caso de Burleson, tres cuartos de lo mismo: recibe, da tres pasos, y por la inercia cae perdiendo el balón. Es más, en el caso de Burleson parece que ni siquiera tira a propósito el balón, sino que lo pierde involuntariamente por culpa de la red.
A pesar de que en ambos casos la decisión inicial fue la misma, la revisión arbitral dio un resultado diferente. Aprovecho para recordar la importancia de la "primera decisión". Aunque en la NFL existe el recurso al vídeo, su eficacia es relativamente limitada. La decisión inicial pesa mucho. Solamente si existen pruebas irrefutables de que la primera decisión es errónea, cabe su corrección. Recuerdo también que la norma sobre recepción de pases establece que, si el receptor está en proceso de caer al suelo, no puede perder el balón para que el pase pueda ser considerado completo.
Considerando una decisión inicial de pase incompleto, resulta complicado justificar, en ambos casos, que fue completo. Personalmente, critiqué mucho a Calvin Johnson por dejar caer el balón en su polémico no-touchdown. Creo que no lo pierde, sino que lo tira voluntariamente. Eso dio pie a las dudas de los árbitros e hizo imposible una corrección de la decisión tras haber revisado el vídeo. Cómo se van a saltar la norma los árbitros, si viendo la repetición se aprecia claramente que tras caer, tras tener la rodilla en tierra y estar down by contact, no conservó la posesión. Es metafísicamente imposible considerar que conservó la posesión.
Pues bien, en el caso de Burleson, que por la inercia de la jugada cae a cuatro patas tras conseguir la posesión del balón, y que lo pierde, ¡¡lo pierde al caer!! los árbitros se sacan de la manga un razonamiento que no comprendo. Dicen, tras revisar el vídeo, que conserva la posesión del balón el tiempo suficiente como para que se considere como pase completo. Olé sus cojones. ¿¡¿¡Pero esto qué es!?!? Matías, por favor, dilo tú.
¿¡¿Cómo coño la revisión en vídeo puede ofrecer una prueba irrefutable de que Burleson no pierde la posesión mientras cae cuando exactamente eso es lo que se ve en el vídeo?!? ¡¡No entiendo nada!! ¿Ahora la consideración de un pase como completo de qué depende? Burleson no corre por voluntad propia fuera del campo ni deja intencionadamente el balón en la red. No, lo hace por inercia, porque se trastabilla, y porque la inoportuna red le quita el balón. En cualquier caso, el vídeo no prueba irrefutablemente que la decisión inicial es incorrecta. Viva la coherencia.
En fin. La polémica jugada no fue suficiente para Detroit. Tras un intercambio de drives infructuosos, los 49ers se plantaron a un puñado de yardas de la goal line de Detroit. No les valía más que un touchdown. Los tres primeros intentos se quedaron cortos. Los Niners se jugaban el partido en la cuarta y última oportunidad. Y Alex Smith buscó al jugador que le falló antes, el que fue incapaz de atrapar un pase que le habían colocado en sus manitas, sin ningún defensor que le atosigase. Y sucedió esto:
Excelente pase de Smith, tremendo esfuerzo de Delanie Walker para llegar a la goal line. La decisión inicial fue touchdown. Viendo la jugada repetida, no termino de tener claro que la rodilla de Delanie Walker no toque el suelo antes de que el balón cruce la línea. Está ahí-ahí. Hay una sombra que parece indicar que la pierna seguía en el aire. No sé. Como tampoco se puede decir sin lugar a dudas que la rodilla hubiese tocado el suelo antes de que el balón hubiese traspasado la línea, la decisión inicial se mantiene. Aquí sí, primó la tantas veces inamovible primera decisión. Walker quedó absuelto por falta de pruebas. Creo que si la decisión inicial hubiese sido diferente, tampoco la repetición habría permitido cambiarla. Un épico final para un gran partido.
¿Final? No, la cosa no terminaba ahí. De hecho, lo más comentado de la jornada es lo que sucedió después. Cómo somos, eh. Vemos un partido digno de ser recordado simplemente por lo que sucede en él, pero si luego... ¡pelea, pelea! ¡Que le den al partido, lo que nos mola es esto! ¡Para qué vamos a hablar de otra cosa!
Bah, si ni siquiera se zurraron. Cuántas veces habré visto repetida la secuencia. Esa barriga de Jim Harbaugh; ese cómico Jim Schwartz, con reacción retardada, intentando encararse; ese Vernon Davis que no da crédito a lo que ve... Bastante gracioso, la verdad. En fin, que el "caldo de cultivo" para la próxima ocasión ha quedado bien preparadito. Porque a nadie debería extrañarle que estos mismos dos equipos se enfrenten en los playoffs.
Por cierto, la NFL ha decidido no multar a los entrenadores. No me parece mal. En el fondo, no ha habido ninguna agresión física ni existen pruebas de que haya habido insultos.
Los Bengals de Dalton y A.J. Green están 4-2. No, de esto no habla casi nadie. ¿Qué hace en esta sección, entonces, si nadie hace caso a este tema? Pues que me apetecía darle un poco de bombo al tema, ya que nadie habla de ello. ¿Y qué te crees, que por hablar de ello en tu puto blog de mierda, realmente se le está dando bombo? Vale, es verdad. Pero menos es nada, ¿no?
Los Bengals de 2011 son los Buccaneers de 2010. Dalton es Freeman y A.J. Green es Mike Williams. Un equipo que viene de una temporada desastrosa, que se espera que aspire al número 1 del draft y que en pocos partidos acumula tantas victorias como en la anterior temporada. A lo tonto, van ganando a equipos asequibles (salvo Buffalo, que aunque cueste asimilarlo está jugando como un muy buen equipo). Su calendario es sencillo, porque su división se enfrenta a la NFC Oeste y a la nueva NFC Oeste, que es la AFC Sur. Por tanto, aunque parece muy complicado que en una división tan dura como la AFC Norte aspiren al primer puesto, están 4-2 y no se puede descartar que luchen por una plaza de wild card.
Mientras Cam Newton acapara titulares, amores y algunos odios, a pesar de que (no desde luego por su culpa) su equipo está 1-5, otro equipo cuyo ataque lo dirige un novato está nada menos que 4-2. Y si Andy Dalton está a la sombra de Newton, su socio receptor novato también está a la sombra de otro. Por mucho que A.J. Green fuese elegido dos lugares antes de Julio Jones, el altísimo precio que pagaron los Falcons por este y el hecho de que Jones juegue en un equipo con teóricamente más aspiraciones que los tristes Bengals, hacen que la atención (y la presión) sobre Green sea mucho menor. Destaco a estos novatos, pero la clave es su defensa: es la tercera mejor de la NFL defendiendo el pase y la sexta contra la carrera. Su uniforme es feo, su estadio está semivacío y su estilo de juego no es el más vistoso. Pero ahí están, con las mismas victorias que toda la temporada pasada. Tras parecer el peor head coach el año pasado, Marvin Lewis hace méritos para que se le considere al primer puesto. Claro que Jim Harbaugh se lo está poniendo difícil.
El recorrido del metro de Londres (la sorpresa)
Mucho cuidado con planificar vuestros viajes en metro sobre la base del mapa del metro. Me explico. Siempre hay líneas o estaciones cerradas. Todas las veces que he estado en Londres, todas, hay paradas que no existen. El metro siempre te depara sorpresas. Nos quejamos del de Madrid, pero está a años luz del de Londres. Es fundamental que consultéis qué líneas o paradas estarán cerradas cuando vayáis para evitar disgustos. Aparte de los cierres planificados, contad con retrasos. Poca fiabilidad. Una caja de sorpresas. A pesar de todo, el mejor medio para llegar a Wembley es el metro. Eso sí, id con tiempo, que merece la pena. Bueno, esto ya lo contaré en la próxima entrada.
Los Bucs de Graham vencen a los Saints. No sé si algún aficionado de Tampa se enfadará, pero a mí me sorprendió mucho. Es verdad que los Bucs jugaban en casa, pero había muchos factores que invitaban al pesimismo, tanto "propios" como "ajenos". En cuanto a los "propios", a los Bucs les faltaban dos jugadores importantes: LeGarrete Blount y Gerald McCoy. Ataque y defensa mermados. Y por si fuera poco, venían de caer apalizados en San Francisco. Venían de presentarse como un coladero en defensa y una máquina de cometer errores en ataque. En cuanto a los factores "ajenos", se enfrentaban a unos Saints que estaban en racha. Solo habían perdido un partido, el primero, en Green Bay, y tras haber podido forzar la prórroga en el último snap. Después de eso, cuatro victorias seguidas de los Saints. Y a pesar de todo eso, ganó Tampa. Sufriendo hasta el final, sí, con una intercepción salvadora en el último drive de los Saints, pero victoria al fin y al cabo, que sitúa a Tampa ahora mismo como líder de la NFC Sur.
Lo que nadie pondrá en duda es lo sorprendente que ha sido el partido de Earnest Graham. Cuando Blount está disponible, Graham no corre más que un par de veces por partido. Comentaban ayer que Graham es uno de los jugadores menos egoístas que jamás ha jugado en Tampa. Nunca ha dudado en sacrificar su protagonismo por el bien del equipo, y cuando ha sido necesario, ha respondido. Graham tiene ya 31 años. En 2007 consiguió casi 900 yardas de carrera y en 2008 superó las 550. Con medias por intento no inferiores a las 4 yardas. Y ayer más de 100. 109, 6,4 por intento, con 22 más de recepción. Tampa no echó de menos a Blount.
Mandar a tomar por culo a gente de tu equipo está de moda. ¿Qué es lo que acaba de hacer ese jugador? ¿De verdad ha hecho eso? Pues sí, lo ha hecho. Es la nueva moda. La de mandar a la mierda a los tuyos. A.J. Hawk fue el primero del día. Mirad qué peculiar manera de celebrar un sack (el gesto apunta a la banda de los Packers).
Después del partido, Hawk decía que era una inocente bromita con sus compañeros. Qué jocoso. En la siguiente sesión de partidos, Josh Freeman y Kellen Winslow tuvieron más que palabras en el segundo cuarto. Su equipo ganaba por 20-7, pero tras un par de pases que Freeman dirigió a Winslow, aunque fuera de su alcance, el tight end comenzó a hacer aspavientos y a cagarse en la puta madre de Freeman. Esto último es un adorno, un recurso estilístico, pero más o menos es lo que estaba pasando. A pesar de las acaloradas discusiones, Freeman no dejó de buscar a Winslow.
El broche de oro lo puso Jay Cutler. Espectacular, ovación cerrada para él. Lo que le faltaba a Mike Martz, cuyo crédito, en estos momentos, es similar al de Nueva Rumasa. Contexto: los Bears van ganando 23-3 en el segundo cuarto y están en 3.ª y 7. Cutler escucha, a través de los auriculares incorporados en su casco, la instrucciones de Mike Martz. Martz marca la jugada ofensiva. Y Cutler reacciona negando con su cabeza. No le gusta nada lo que indica Martz. Se caga en sus muertos y, cuando se reúne con el resto de atacantes del ataque, grita en voz alta y clara: "tell Martz I say fuck him" (decidle a Martz que yo digo que le jodan).
Tres sorprendentes gestos de compañerismo, pero el resultado en los tres casos fue el mismo: su equipo ganó. Mandarse a la mierda, una nueva clave para triunfar. La armonía no está de moda.
Adivinen quién ganó este partido por 21 puntos. Pues eso, mirad estas estadísticas y pensad qué equipo venció cómodamente. Añado otro dato que ahí no se ve: el equipo de la primera columna tuvo más el balón. Poco tiempo más, un minutillo, pero más posesión.
Pues bien, el equipo con menos yardas totales, menos primeros downs, menos tiempo de posesión y menos jugadas, ganó con mucha comodidad un partido que apenas tuvo historia. El de la segunda columna son los Packers; el de la primera, los Rams. Fíate tú de las estadísticas.
Wembley (todo cambia)
Quien dice Wembley dice Highbury. Míticos estadios londinense de cuya apariencia original no queda nada. En vez del clásico e inconfundible estadio de Wembley, ahora tenemos una moderna construcción vanguardista. Una pena no haber conocido el antiguo, seguro que mucho más incómodo que el nuevo. Pero aquello era verdaderamente Wembley.
Eagles, Falcons y Jets reaccionan. Estos tres sí que estaban en una situación de do or die. Tres equipos con aspiraciones de ser campeones que tras cinco jornadas registraban un balance negativo. Los tres se enfrentaban a rivales de su propia división, por lo que sus partidos eran todavía más importantes.
Si Philadelphia, que estaba 1-4, hubiese perdido contra Washington, que se presentaba con 3-1 y el liderato de su división, se habría prácticamente despedido de cualquier opción de vencer su división y probablemente de clasificarse para la postemporada. Un 1-5, con un balance divisional de 0-2, habría sido una losa demasiado pesada. Ahora los Eagles están 2-4, a dos victorias de los nuevos líderes de su división, los New York Giants. Con poco margen de error, pero todavía vivos. Y con tanto talento en su plantilla, muy peligrosos. No me gustaría que mi equipo se enfrentase a ellos en playoffs, si es que consiguen llegar como creo que va a suceder. El domingo vencieron con solvencia en Washington gracias a su defensa, que desquició a un lamentable Rex Grossman. Por fin la defensa de Philadelphia responde a las expectativas. Gracias a las pérdidas de balón forzadas por ella, y al tremendo partido de LeSean McCoy , un jugador bastante infravalorado, sobre todo por su entrenador. Claro que McCoy ya se encarga de azuzar a Andy Reid para que no se olvide de él. Mirad cómo reacciona McCoy tras conseguir el primer down con el que los Eagles sellaban su victoria (esto podría ir en el apartado sobre la moda de mandar a la mierda a gente de tu equipo).
Los Falcons ganaron sufriendo más de lo que indica el 31-17 final. Los Panthers dieron mucha guerra durante tres cuartos del partido. Las alternativas en el marcador fueron constantes. La “vuelta a los orígenes” en el ataque de los Falcons fue clave. Ante la baja de Julio Jones, Atlanta confió en Michael Turner para llevar el peso del ataque. Turner no falló: 139 yardas y 1 touchdown . Steve Martin, digo, Mike Smith, debería replantearse si la apuesta inicial para esta temporada, la de un ataque pass wacky, es la más adecuada. La defensa también acabó resultando decisiva. Atlanta sufrió mucho para parar a Cam Newton durante buena parte del encuentro, pero como viene siendo habitual en el novato, Newton cometió varios errores muy graves que acabaron decantando el partido para los Falcons. Tres intercepciones, nada menos. Una de ellas en la red zone, lo que resulta imperdonable. Los números de Newton en la red zone son preocupantes: completa solamente el 34% de los pases y ha lanzado ya dos intercepciones. Su passer rating es de 56,8. Casi mejor que corra:
(el cabroncete celebra el touchdown con el baile de Deion Sanders, una leyenda de los Falcons)
En cuanto a los Jets, tras tres derrotas consecutivas en las que recibieron 30 o más puntos, su defensa volvió a ser la que conocíamos. Apareció en el momento justo para dar la vuelta al partido. Pero en qué pensaba Matt Moore al lanzar un pase a Revis island. Creo que la jugada debió ser anulada por interferencia en el pase, holding o contacto ilegal de Revis sobre Brandon Marshall, al que sujeta pasadas 5 yardas de la línea de scrimmage, pero aún así, ¿es que no sabes a quién estás desafiando, Matt Moore?
Rashard Mendenhall. Desde aquel decisivo fumble en la Super Bowl, Mendenhall no levantaba cabeza. Le cayó una somanta de palos por cuestionar la moralidad del asesinato a Bin Laden y empezó la temporada de pena, sin llegar a las 70 yardas de carrera en ningún partido y quedándose por debajo de las 3 por intento en los dos últimos. Empezaban a escucharse las primeras voces que pedían su cabeza porque, además, sus compañeros de backfield lo estaban haciendo mejor. Sin embargo, Mendenhall volvió este fin de semana al gran nivel de la temporada anterior. 146 yardas, más de 6 por intento. Y eso que andaba medio tocado.
La libra (todo sigue igual)
Cabezones como pocos. Así son los británicos, que se resisten a abandonar su moneda. Su moneda, su sistema métrico, etc. No hay quien cambie esas “tradiciones”, a pesar de que el resto de Europa tienda a integrarse bajo unos criterios comunes. Puede que haya sido mejor para ellos, que se han ahorrado (nunca mejor dicho) el salvaje redondeo al alza que vivimos aquí cuando se implantó el euro. Que nadie se olvide de cambiar euros por libras cuando vaya a Londres. Hay que cambiar (moneda), eso no cambia.
Ray Rice. Como viene siendo costumbre, Ray Rice superó las 100 yardas desde la línea de scrimmage un fin de semana más. 101 yardas de carrera y 60 de recepción les cascó a los Texans. Rice es uno de los jugadores más infravalorados de la NFL. Porque es muy, pero que muy bueno. La clave del ataque de los Ravens, y uno de los jugadores más difíciles de parar de toda la NFL.
Devin Hester. La misma historia de todas las semanas. Por favor, por favor, que su lesión no nos impida ver jugadas como esta el próximo domingo en Wembley (Hester abandonó el partido del domingo por lesión, pero parece que es leve y que en principio no le impedirá disputar el partido frente a Tampa):
La maldición del Madden. Fiel a la tradición, el jugador que figura en la portada del Madden realiza una puta mierda de temporada. Pobre Peyton Hillis. Una de las sensaciones del pasado año, está prácticamente inédito en este. Una serie de sospechosas lesiones que coinciden con la discusión de su nuevo contrato (el contrato de Hillis −ahora mismo este jugador cobra el salario mínimo− expira al terminar esta temporada) vienen limitando mucho su participación. Unas veces parece que es Hillis el que no quiere (es el caso de sus dolores de garganta) y otras que son los Browns los que quieren presionarlo (como este domingo). Mientras escribo esto, a pocos minutos del cierre del plazo para traspasos de jugadores, hasta se rumorea un posible traspaso de Hillis...
Otro día en la oficina para Aaron Rodgers. Partido rutinario de Rodgers este domingo. 17/28, 310 yardas, 3 pases de touchdown y una intercepción. Un passer rating de 119,6. Poquita cosa. Con este partido, Rodgers bate un récord histórico: el de partidos consecutivos con un passer rating superior a 110. Lleva 6 seguidos. Todos los que ha disputado esta temporada. Además, como destaca Peter King en su Monday morning quaterback, a este ritmo, Rodgers batiría los récords de pase más importantes de la NFL: el de yardas totales, porcentaje de pases completados y passer rating. Si sus receptores no hubiesen fallado en recepciones relativamente sencillas en la segunda parte, su partido del domingo habría sido bastante mejor. Aunque es de justicia decir que el touchdown de Jordy Nelson se lo fabrica este.
La llegada a Wembley (lo mejor)
Los que hayáis ido y los que vayáis me comprenderéis. No hay mejor sensación que la salida del metro en la estación de Wembley Park. Horas antes de ver un partido de NFL, te encuentras con esto. Ahhh, qué sensación de felicidad.
Frank Gore y Patrick Willis. Los mejores del partido de la jornada. Desde que se dice que juega medio lesionado, Gore está a un nivel estelar. Acojonante. 141 yardas de carrera. Esta fue la jugada que cambió el partido:
Qué decir de Patrick Willis. Los números no reflejan bien su actuación dominante el pasado domingo. 7 placajes y 3 pases defendidos. Excepcional en la cobertura del pase y en la contención de la carrera. Desde mi humilde y seguramente equivocado punto de vista, en estos momentos es el mejor defensor de lo que va de temporada en la NFL.
Kurt Coleman. Se supone que es uno de los puntos débiles de la defensa de los Eagles, un lunar en la secundaria plagada de estrellas de Philadelphia. Pues bien, el domingo consiguió nada menos que tres intercepciones y dos pases desviados. Ahí tenéis las tres intercepciones.
El último drive de los Patriots. Todos sabíamos que iba a pasar, ¿verdad? Tres minutos para el fin del partido, los Patriots pierden por 3 puntos y comienzan su ataque desde la propia 20. Con Tom Brady al mando. No era su día, había lanzado ya dos intercepciones y su equipo llevaba solamente 13 puntos, una miseria en comparación con lo que acostumbra. Pero en ese contexto, no hay quien lo pare. 78 de las 80 yardas que tuvieron que completar los Patriots para llegar al destino que todos esperábamos vinieron de pases de Tom Brady. De manual. Estas son las últimas jugadas del drive con el que ganan el partido.
Las jugadas de engaño de los Raiders. Oakland se lo está currando mucho esta temporada. Jornada a jornada nos muestra su repertorio de jugadas de engaño. Hay que tener un par para ponerlas en práctica. Por ahora les van saliendo bien. Si la pasada semana fue un fake punt, esta nos encontramos con un fake field goal. El señuelo es bueno: a 53 yardas de los postes, quién va a pensar que Janikowski no va a chutar. Pues no, no chutó.
La recepción de Dallas Clark. Normalmente, cuando la actuación individual de un jugador es excelente pero su equipo no gana, hablamos de él en la sección dedicada a lo regulero. Pero esta recepción no puede estar en otro lugar que no sea este.
El tiempo (lo regulero)
Viento, frío y lluvia. Así te recibe normalmente Londres. Mira que entre frío o calor me quedo con el frío, pero reconozco que el clima londinense resulta un poquito desagradable. Peor (mucho peor) es el de Madrid en julio y agosto, eso sí. Por eso digo que regulero. Según se aproxima el fin de semana, parece que el pronóstico del tiempo mejora. Al principio parecía que nos iba a llover sábado y domingo. Ahora las previsiones son más optimistas. El tiempo londinense hace que algunas estampas resulten aún más sorprendentes. Me refiero a las gordas borrachas semidesnudas que abundan por esa ciudad. Parecen absolutamente insensibles. Insensibles a la temperatura exterior e insensibles con los que disfrutamos de esas vistas.
Packers, Eagles y Steelers: segundas partes en modo Blackberry. Esta es la típica reflexión de aficionado subidito de equipo ganador ante la que cualquier otro pensaría “anda vete a tomar por culo”. Pero lo tengo que decir. El partido de Green Bay contra los Rams no me deja muy buenas sensaciones. El ataque se limitó a jugar medio partido. En la segunda parte, errores constantes y ni un solo punto anotado. Ante unos Rams muy mermados. La defensa, aunque una vez más respondió en los momentos decisivos (solo hay que ver que los Rams se quedaron en 3 míseros puntos), sigue permitiendo demasiadas yardas. 424 esta vez. A pesar de los 3 sacks sigo pensando que el pass rush deja bastante que desear. Quejas de nuevo rico, supongo.
Los Eagles y los Steelers perpetraron segundas partes parecidas. Sin anotar un punto. Pero incluso peores, porque estos sí recibieron puntos. Sus rivales tuvieron el balón para empatar unos partidos que al descanso tenían perdidos. El efecto Blackberry (también conocido como “la estrategia Minnesota”) se propaga por la NFL.
Jimmy Graham. La de este tío es otra de esas increíbles historias que con bastante frecuencia se da en la NFL. La suya es una vida de película, como ya lo es la de Michael Oher o debería serlo la de Kurt Warner. Muy brevemente, vivió en un hogar de acogida en el que los demás chavales lo apalizaban, el baloncesto le “salvó la vida” (fue una estrella en el instituto y luego jugó en los Miami Hurricanes −de baloncesto, insisto−) y llegó al football casi de casualidad. Tras graduarse en The U, decidió quedarse un año más para continuar sus estudios y, a la vez, se apuntó al equipo de football. Es otro “caso Antonio Gates”: mediocre jugador de baloncesto universitario que se convierte en una superestrella de la NFL. Porque en vista de lo sucedido la temporada pasada y esta, creo que pocos dudan de que este tío va a ser uno de los mejores jugadores de una posición cada vez más importante en la liga. Tras seis partidos de su segunda temporada en la NFL, promedia más de cien yardas por encuentro. En Tampa, 124. Y eso que le queda bastante por pulir. Más de una intercepción a Drew Brees ha pasado antes por las manos de Graham (sin que este haya podido quedarse con el balón).
Sam Bradford. La temporada del novato ofensivo de la temporada pasada estaba siendo bastante decepcionante. Su partido del domingo no fue brillante, pero sí bueno. Por lo menos, los Rams pueden recobrar las esperanzas que parecían haber perdido en él. 321 yardas de pase, aunque una nulidad en la red zone. Un partido muy digno para el panorama que tenían los Rams, casi sin receptores. Qué bien le va a venir Brandon Lloyd. Un motivo de alegría.
Rob Ryan. Los Patriots llevaban superando el umbral de los 30 puntos desde los tiempos en los que los Estados Unidos financiaban a Bin Laden. Es decir, hace mucho, mucho, mucho. Sin embargo, la estrategia defensiva del hermano gemelo de Rex Ryan, Rob, dio excelentes frutos para los Cowboys durante casi todo el partido. De hecho, si obviamos el último ataque de New England, habría sido perfecta. Se quedó en buena. Dejar en 20 puntos a estos Patriots tiene mucho mérito. La defensa de los Cowboys consiguió forzar errores de Tom Brady, limitar significativamente el rendimiento de Wes Welker y recuperar hasta 4 balones. Insuficiente para llevarse el partido. Lástima de última defensa para Dallas. Pero el principal culpable de la derrota es el ataque. No se puede pretender ganar en Foxboro anotando solo 16 puntos.
Copas de mierda (lo peor)
Caras, escasas y de dudosa calidad. Así son las copas en Londres. Una puta mierda. Recurrid a la cerveza, hacedme caso. El ron no existe por esas tierras. Bueno hay una cosa llamada Captain Morgan. En caso de extrema necesidad, whisky, ginebra o vodka. Mejor cerveza. Dicho esto, no tengo dudas de que la noche del próximo sábado caerán unos gin tonics. Caros y escasos, pero es lo que hay.
Rex Grossman. En la NFL, el tiempo que requiere el paso de héroe a villano es mínimo. El jugador hace unos días conocido como Sexy Rexy es ahora mismo el puto Rex Grossman de toda la vida. Muy lejos quedan ya las opiniones de que a Grossman le iba a ir bien en Washington, y a los Redskins con Grossman, porque el sistema ofensivo era el adecuado para las condiciones de Rex. 4 intercepciones lanzó el pasado domingo frente a los Eagles. Ahora se dice que los Shanahan tienen culpa de ello, por su estrategia de ataque. Curiosamente, la que hace nada parecía perfecta para este jugador. Hay quien cree que el momento de John Beck ha llegado. Algunos compañeros, sin embargo, defienden a Grossman. En cualquier caso, el crédito que hace poco tuvo, se ha agotado completamente.
Fin a la era McNabb. Se acabó. Christian Ponder será el quarterback titular de los Vikings el próximo domingo. Su partido en Chicago no fue el peor de la temporada. De hecho fue el mejor. Pero el ataque no funciona con él al mando. Nuevos aires.
Suck for Luck: ventaja Indianápolis. Supongo que sabréis que al próximo draft se presente quien dicen que es el mejor proyecto de quarterback desde Peyton Manning. Un auténtico fenómeno. Su nombre es Andrew Luck. Tan, tan bueno, como para que compense quedar de último esta temporada en la NFL. Eso se dice. En el deporte profesional norteamericano, el arte de perder aposta para mejorar el lugar en el draft se denomina tanking. En este caso, haciendo un juego de palabras, suck for Luck. Apestar para poder conseguir a Andrew Luck. El joven jugador dice que no le mola la movida. Pero algunos analistas con poca vergüenza, como Bill Simmons (que nada tiene que ver con Cedric), defienden la conveniencia de que los equipos malos pierdan aposta para conseguir a Luck.
Los mejor colocados ahora mismo son los Colts. Ningún otro equipo acumula 6 derrotas. Sin embargo, cada día parecen quedarse más cerca de la victoria, por lo que no soy excesivamente optimista en cuanto a sus opciones de quedar últimos de la liga. Además, están en una división no demasiado dura, por lo que al menos un par de victorias deberían rascar. Aunque viendo esta jugada, parece que sí que quieren perder.
Según Simmons, los que van a saco a por Luck son los Broncos. Así explica él el nombramiento de Tim Tebow como quarterback titular en detrimento de Kyle Orton y el traspaso de Brandon Lloyd. Tampoco termino de fiarme de los Broncos.
Los otros equipos que acumulan pleno de derrotas (aunque solo 5) son los Rams y los Dolphins. No veo la opción de los Rams. Están en la NFC Oeste. Y todavía no han jugado ni un solo partido contra sus rivales de división (aunque deberíamos borrar a los 49ers de la “lista negra”). Sí que veo a los Dolphins. División dura, calendario complicado...
Partidazo el próximo domingo: Miami Dolphins-Denver Broncos. Quien gane, pierde.
Cómo está la clasificación para playoffs y cómo creo que quedará
¿Qué sentido tiene hablar de esto a estas alturas? Ninguno, pero nunca viene mal saber cómo va la clasificación. Conviene estar pendiente. Cuando menos te lo esperas, tu equipo se ha quedado sin opciones de llegar a postemporada. Y conviene saber que tu equipo tiene un partido a vida o muerte. Ejemplos de equipos en esta situación: Bears, Jets y Eagles. Como Chicago palme en Wembley, sus opciones de llegar a playoffs se complicarán mucho. Porque como veréis en la clasificación, parece difícil que Chicago llegue a ser campeón de la NFC Norte y la plaza de wild card va a estar muy competida.
Así va la clasificación en la NFC.
Y así creo que quedará por lo que hemos podido ver:
1.- Green Bay Packers. Me preocupan bastante los partidos contra los Lions. Creo que “se junta el hambre con las ganas de comer”: las fortalezas de Detroit se centran en los puntos débiles de los Packers. Aún así, cómo no voy a apostar por ellos como campeones de la NFC:
2.-San Francisco 49ers. No sé si son el segundo mejor equipo de la NFC, pero sí sé que son un muy buen equipo y su calendario es muy sencillo. Que están en la NFC Oeste.
3.- New Orleans Saints. Sigo creyendo que son los mejores de la NFC Sur. Eso sí, como ya ha apuntado mucha gente, no está de más que de vez en cuando su defensa plaque a alguien.
4.- Philadelphia Eagles. ¿Estoy loco? ¿Los Eagles campeones de la NFC Este? Creo que están a tiempo. Y que llegarán.
5.- Detroit Lions. Ojo que este quinto puesto no significa que vayan a ser quintos de la NFC. Pueden tener el segundo mejor registro de la conferencia, pero al no ser campeones de conferencias, serían el quinto cabeza de serie. Así creo que quedarán.
6.- Atlanta Falcons. No me fío nada de esta apuesta. Escribí Atlanta, luego Tampa, y me acordé de cómo jugaron los Bucs en San Francisco, así que me decanté por los Falcons. No me fío nada de los equipos de la NFC Este, que además tienen que enfrentarse con la AFC Este. Por ese motivo, creo que el sexto será uno del Sur. Tampoco veo a los Bears, la verdad.
Cambiemos de conferencia. Así va la AFC:
Y así creo que acabará:
1.- Baltimore Ravens. Su calendario es más sencillo que el de los Patriots. Se habla poco de ellos, no te puedes fiar de Flacco, pero su defensa siempre está ahí. Qué miedo dan.
2.- New England Patriots. Supongo que en algún momento su defensa mejorará. O no. Pero Tom Brady y compañía seguirán ahí.
3.- San Diego Chargers. Si Jason Campbell no se hubiese lesionado, habría apostado por los Raiders. No, no me gusta Carson Palmer y no consigo entender cómo un tío que en los últimos años no acumula más que fracasos puede valer tanto. Era vox populi que los Bengals se daban más que satisfechos con una segunda ronda, y los Raiders dan hasta dos primeras. El espíritu de Al Davis sigue vivo en la gerencia de los Raiders. Volviendo a San Diego, si los Chargers empiezan 4-1, a saber cómo acabarán.
4.- Houston Texans. ¿Texans o Titans? Pese a las bajas de Houston, sigo creyendo que son mejores que Tennessee. Salvo que Chris Johnson rinda por lo menos al 50% de lo que se le supone. Dudas, muchas dudas en cuanto al campeón de la AFC Sur.
5.- Pittsburgh Steelers. No me entusiasma lo que están haciendo los Steelers, pero su calendario es muuuuy fácil.
6.- Cincinnati Bengals. Insisto, el calendario de la AFC Norte es muuuuuy fácil.
* * *
La próxima semana no habrá "Plácido domingo, jodido lunes". No podré seguir todos los partidos, porque estaré en Wembley viendo el Bucs-Bears (¡¡¡sííí!!!). Publicaré, en cambio, una crónica generosa en fotos de mi próximo domingo. Antes, en cuanto pueda, escribiré mi guía del evento. Este miércoles o jueves como tarde.
En el tema suck for luck, creo que Miami entra de lleno en la pelea. Has puesto un video de los Colts, pero en el partido del lunes hubo situaciones defensivas más que sospechosas. Sigo sin comprender como equipos tienen QB de tan bajo nivel. Y sigo con la duda que planteé aquí hace un tiempo. ¿Que pasa con ochocinco? Sabemos que sus mejores años han pasado, pero su participación es muy escasa. Creo que el domingo no tuvo ninguna recepción. La pregunta es si será un arma en los playoffs por su veteranía o si el fichaje no da para más.
ResponderEliminarPD: Gran partido el SF-DET. A pesar de su victoria ante los Bucs, los 49ers me seguían generando dudas. Sin echar las campanas al vuelo, creo que la victoria en Detroit tiene un valor del copón.