La chanza que reproduzco en el título es arriesgada. Escrita, pierde toda la gracia, si es que la tiene, aunque tiendo a pensar que sí, porque desde que se la conté a cierto crítico de cine que regenta un bar en Coruña, este se la cuenta con frecuencia a muchos de sus clientes. A algunos les gusta. A otros muchos no. Algo tendrá. Lo que no se puede negar es que es chocante.
La gracia, por si no lo habéis pillado todavía, consiste en decirle a una persona "¿tu madre esputa?" (mejor que tengáis confianza con la persona a la que dirijáis la pregunta, porque si no os arriesgáis a que os caiga una buena hostia -utilizo lenguaje rudo, como exige el título del blog-; aunque por otra parte, cuanta menos confianza tengáis más gracioso y chocante será).
En el mejor de los casos, el receptor del mensaje pondrá cara de incredulidad. También puede ser que el preguntado os responda con violencia verbal: que insulte a vuestra madre. Y, en el peor de los casos, recurrirá a la violencia física.
Tras esperar a que el interpelado reaccione (un tiempo prudencial, pero no demasiado) le decís "¿no esputa? la mía sí. Y yo. Todos esputamos, ¿no?".
Como veis, mucha gracia no tiene, aunque no está mal. Un chiste chocante (¿lo había dicho ya?). De bastante mal gusto, eso sí.
A estas alturas ya os preguntaréis ¿pero a qué coño viene todo esto? ¿qué tiene esta gilipollez que ver con la NFL? Pues tiene (algo) que ver. Como muchos sabréis, antes del draft los equipos ven vídeos de los jugadores en su etapa universitaria, asisten a entrenamientos y a diversas pruebas físicas y de habilidades, y, en general, hacen una investigación exhaustiva de todo lo relacionado con la vida personal y profesional (aunque en teoría hasta que llegan a la NFL no son profesionales, o, mejor dicho, no deberían cobrar del equipo para el que juegan) del jugador. Como parte de ese análisis del jugador, conciertan entrevistas.
Pues bien, en una de estas entrevistas pre-draft el General Manager de los Miami Dolphins le preguntó a uno de los mejores prospects (aquí seguramente diríamos "promesas") del draft, el wide receiver Dez Bryant, lo siguiente: "¿tu madre es puta?" Y no, no era de broma. Iba en serio:
"They asked me if my mom’s a prostitute. No, my mom is not a prostitute. I got mad – really mad – but I didn’t show it. I got a lot of questions like that: Does she still do drugs? I sat and answered all of them."
Pobrecillo. Cuando nació, su madre tenía 15 años, y en los tres años siguientes, tuvo otros dos hermanitos. Decían que su madre vendía droga, y de hecho estuvo en la cárcel durante la infancia de Dez, por lo que este tuvo que criarse a menudo con otros familiares y amigos. A pesar de los pesares, Dez y su madre están en la actualidad muy unidos. Como para que, después de pasarlas putas (festival de chistes fáciles), te lo recuerden.
¿Qué pretendía el General Manager de los Dolphins con la pregunta? ¿Sacar al jugador de quicio? ¿Hacía la pregunta en serio? Difícil de creer, la verdad. Ese tío tiene que ser un hijo de puta, no queda otra. Tampoco hay que pensárselo mucho más ni sacar reflexiones mucho más profundas. Sí, no paro de repetir la palabra en esta entrada, pero hay que decirlo más:
Bryant fue elegido en el puesto 24.º de la primera ronda del draft por los Dallas Cowboys. Muchos consideran que esta elección de los Cowboys ha sido de las mejores del draft, ya que no se esperaba que Bryant estuviese disponible tan avanzado el draft. Entre los que pudieron elegirlo y no lo hicieron, los Miami Dolphins. Se ve que a los Dolphins no les convenció la historia personal de Bryant. A los Cowboys sí que les gustó el chico; tanto, que le han dado el dorsal 88, que en esa franquicia, lejos de tener tintes hitlerianos, es todo un honor para un wide receiver, ya que es el dorsal que llevaba Michael Irvin. Ahí es nada.
Personalmente, los Cowboys me caen bastante mal. Ese rollito America's Team que se traen, con sus aires de grandeza (a pesar de últimamente no pasan de cuartos de final) me recuerda un poco al equipo de fútbol que no debe ser nombrado (R*** M****) y, como todo lo que me recuerda a los que no deben ser nombrados, me repugna. Sin embargo, espero que a Bryant le vaya muy bien. Anda que no habrá tenido bastante en su infancia como para que vengan unos hijos de puta (en el sentido de locución nominal, no de sintagma nominal) a recordárselo.
Cuando se reveló el contenido de la entrevista a Bryant, el propio interrogante (?) se excusó. Dice el cabroncete este que no estuvo muy inspirado en la entrevista:
"My job is to find out as much information as possible about a player that I'm consider drafting. Sometimes that leads to asking in-depth questions. Having said that, I talked to Dez Bryant and told him I used poor judgment in one of the questions I asked him. I certainly meant no disrespect and apologized to him. I appreciate his acceptance of that apology and I told him I wished him well as he embarks on his NFL career".
Eso sí, a la madre no le ha pedido perdón todavía, algo que ha disgustado un poco a la puteada. El sindicato de jugadores también ha puesto el grito en el cielo. Piden que no se pasen de la raya. Sin embargo, como una prueba más de que la estupidez humana es infinita, el General Manager de los Lions ha salido en defensa de su homólogo. Que la pregunta no está fuera de lugar, dice. Que ninguna está fuera de lugar y que él mismo hace preguntas así, porque te juegas mucho y a veces lo que parece gran cosa probablemente no lo es. Declaraciones como esta sirven para explicar la historia reciente de la franquicia de Detroit.
No deja de ser sorprendente hasta qué grado preocupa la vida personal de los jugadores de la NFL a sus equipos y al público en general. En la corta vida de este blog, en la que poco hemos hablado de football y mucho de tonterías en general que lo rodean (tenemos excusa, ya que estamos en offseason y tampoco hay tanto que rascar), ya hemos visto tres casos de jugadores marcados por su vida extraprofesional: el golfo, Roethlisberger; el religioso, Tebow; y el ¿hijo de puta? (no podía resistirme al chiste fácil, lo siento), Dez Bryant.
Cambiando de tercio, ya tenemos los resultados definitivos de la primera encuesta, más bien las primeras encuestas, de este blog. La conclusión es clara: uno no desea lo mismo para sí mismo que para sus hijos. O, más bien, mucha gente, los que prefieren que sus hijos sean amigos de Tebow que de Ben, quieren cosas diferentes para ellos que para sus hijos. Sí, vale, la conclusión manipula un poco, porque no es lo mismo ser amigo de, con la influencia a largo plazo que supone, que salir una noche de fiesta, pero seguro que los resultados si dijésemos salir de fiesta con Tebow (que no se dijo para que la encuesta fuese algo creíble) en vez de ser amigo de Tebow serían parecidos.
Esto es todo, amigos (que no tengo la confianza suficiente para llamaros hijos de puta -en plan hermandad-; pero todo se andará).
martes, 4 de mayo de 2010
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