A última hora del día de ayer la juez Susan Richard Nelson anunciaba su decisión de aceptar las medidas cautelares solicitadas por Brady, Brees y otros jugadores frente a la NFL. El lockout se levanta de manera provisional. Ahora mismo, la NFL está abierta. Sin convenio colectivo aplicable, sin normas que gobiernen las relaciones entre jugadores y equipos. Libertad de mercado. O más bien anarquía, por la sensación de desconcierto imperante.
El texto íntegro de la resolución lo podéis leer aquí. Como son 89 páginas, en inglés, y en un complicado lenguaje técnico, será mejor que nos limitemos a aclarar una serie de interrogantes que surgen de esta resolución y que resumen el estado actual de la cuestión.
¿Estamos ante el fin del lockout, se acabó la guerra?
No. Claramente, no. Que se haya levantado provisionalmente, de forma cautelar, el cierre patronal, no implica que dentro de un par de días o meses estemos de nuevo en situación de lockout. Se trata de la primera batalla, que los jugadores han vencido, pero la guerra sigue.
Esta resolución es la respuesta urgente y provisional de los tribunales a una petición cautelar (injunction) formulada por los jugadores. Pedían que de forma inmediata se levantase el cierre patronal. El fundamento de este tipo de demandas provisionales es que los pleitos tienen una duración demasiado larga y que aunque se dé la razón a la parte demandante, si no se toman medidas inmediatas, el daño sería ya irreparable. En otras palabras, y ciñéndonos a este caso, el fundamento de esta demanda es que aunque se dé la razón a los jugadores en el pleito principal, que tardará meses en resolverse, si no se cancela provisionalmente el cierre patronal los daños que sufrirían serían imposibles de reparar. Además de la existencia de estos posibles daños irreparables, es necesario que por lo menos existan indicios fundados de que los demandantes pueden tener razón. Es decir, que el juez examina brevemente las alegaciones y pruebas de cada parte para decidir si deben tomarse las medidas solicitadas de forma cautelar.
No conozco el sistema judicial estadounidense, pero entiendo que pasa algo parecido a lo que sucede aquí: la aprobación de una petición de medidas cautelares no implica necesariamente la estimación de la demanda principal. El resultado del pleito, "de fondo", en el que se estudian con detenimiento todos los elementos a juicio, es independiente del de las medidas cautelares. Puede ser distinto, puede ser el mismo. E incluso las medidas cautelares podrían levantarse. Es decir, que el fin provisional del cierre patronal por decreto judicial podría revocarse.
Esto último es lo que la NFL ha anunciado que pedirá urgentemente. Apelará la decisión de la juez Nelson solicitando que, en tanto que no se resuelva el pleito principal, la cuestión de fondo, el lockout esté en vigor. O, por lo menos, que se dilate el momento de la reapertura.
No obstante, está claro que aunque no debería condicionar la resolución del pleito principal, huele a que los jugadores podrían ganar la demanda. El primer paso en esa dirección está dado.
En definitiva, se ha librado la primera batalla, pero no es el fin de la guerra.
¿Se abre una offseason "normal"?
Sí y no (menuda respuesta). En primer lugar, hay que destacar que la NFL ha solicitado a la juez que aclare los términos de la decisión y, en particular, las consecuencias prácticas. ¿Se abre la agencia libre? ¿En ese caso, bajo qué normas? ¿Las vigentes en 2010 o ningunas (mercado libre, anarquía)? Ni la propia NFL tiene la respuesta. Tampoco para otras cuestiones relevantes como qué régimen se aplica a los entrenamientos de offseason (organized team activities y camps). Se abre la offseason, sí, pero todavía no está claro en qué condiciones.
Además, hay que tener muy presente que la NFL ha apelado la decisión. Ha pedido a la juez que suspenda la eficacia de la resolución hasta que se resuelva el pleito principal. Y ojo porque ya hay quien apunta que es probable que la juez lo haga (nada menos que Peter King). Según King, expertos jurídicos le han informado de que es probable que la juez admita la petición de suspensión de la resolución, si bien no de forma indefinida. El fundamento, que los jugadores no sufren daños irreparables en abril y mayo; la apertura de la agencia libre en junio podría ser suficiente para mitigar los posibles daños. A saber.
En cualquier caso, hoy martes los contratos de trabajo vuelven a estar en vigor. Los derechos y obligaciones de los jugadores frente a sus franquicias se reactivan. Por tanto, tendrán derecho a cobrar sus salarios (aunque, como comenté ayer, los salarios en la NFL se devengan fundamentalmente con la disputa de cada jornada de competición, y no durante el resto del año) y estarán sometidos a la disciplina de sus equipos.
De todos modos, en estos momentos clubes (sobre todo) y jugadores han de ser prudentes. La juez resolverá en breve la petición de suspensión de la resolución presentada por la NFL, y hasta que se decida esa cuestión la incertidumbre es todavía muy alta.
¿Qué deparará el futuro?
Ni idea. La siguiente batalla se librará, dentro de poco, con la resolución de la solicitud de suspensión de la eficacia de la resolución presentada por la NFL. La juez decidirá si la acepta (reanudándose el lockout, o lo que es lo mismo, volviendo a cerrarse la liga), ordena el inicio inmediato de la actividad o, como tercera alternativa, remite la decisión a la corte de apelación que decidirá sobre el pleito principal (King dice que ese proceso llevaría de 2 a 7 días).
Lo que está claro es que los jugadores tienen hoy un poder negociador muy superior al que tenían ayer. Sus contratos vuelven a estar en vigor, si nada cambia la NFL debe desarrollar su actividad en condiciones normales (en anarquía, eso sí), y eso es lo que la NFL deseaba evitar con el cierre patronal. Y, encima, parece que los jugadores llevan las de ganar en la batalla judicial.
En resumen: hoy la NFL está abierta; mañana, ya veremos.
martes, 26 de abril de 2011
lunes, 25 de abril de 2011
Apuntes breves: líderes en gasto deportivo
A través de la cuenta de Twitter de esa web esencial para todos los aficionados al deporte norteamericano que es Sports Made In USA llego a la clasificación global de gasto en salarios de entidades deportivas recientemente publicada por la ESPN, tomando datos compilados por Sporting Intelligence.
Ojo que vienen Spanish Bombs.
Lo que voy a decir seguro que no es demagogia (porque "demagogia" es ganarse con halagos el favor popular, y yo no estoy halagando a nadie), no sé si es populismo, pero debo decirlo: que las dos entidades que más gastan en salarios para una actividad de ocio, de mero recreo y pasatiempo, sean de un país sumido en una crisis económica brutal, con cinco millones de parados, resulta inconcebible. Así va el país. Porque esto no es sino el reflejo de adónde van los esfuerzos de nuestra sociedad. Qué maravilla. A dos entidades "sin ánimo de lucro". Mirad, mirad los primeros 30 puestos de la clasificación (el mejor equipo cierra la lista de la ESPN en el puesto 200.º):
La competición deportiva que genera más beneficios en todo el mundo no cuenta con ninguno de sus miembros en los primeros puestos de la lista. Es la NFL, por si no quedaba claro. El primer clasificado de la NFL en esta lista son los Washington Redskins en el puesto 70.º. Dato revelador.
Podréis decir que estos equipos también generan ingresos, empleos. Me refiero a los dos primeros. No lo creo. Apenas. Cuanto más crecen estos mastodontes, que alcanzan dimensiones desconocidas, peor va la economía nacional. Coincide su mejor momento histórico con uno de los peores de la economía. Pero nada, sigamos con el circo. Interesantísima la liga española, la autonombrada mejor del mundo, por mucho que no compitan realmente por ella más que dos gigantes. Y todos los demás, en la ruina.
Y ojo, que el anterior ranking se limita a considerar el gasto en salarios, NO INCLUYE IMPORTES PAGADOS EN CONCEPTO DE TRASPASOS (para entendernos, los pagos por fichajes), concepto casi inexistente en Estados Unidos y que en el fútbol español o, mejor dicho, en esos dos equipos, mueve importes mareantes. Vamos, que si incluimos ese gasto, la diferencia sería ostensiblemente superior (el innombrable se ha gastado más de 1000 millones de euros en 10 años). Demencial.
Para mayor escarnio, los gestores de estos inmensos patrimonios no son profesionales. Esto no es la NFL, no es la NBA. La gestión profesionalizada brilla por su ausencia. ¿Qué preparación tiene el Director General del innombrable (Jorge Valdano)? Así van las cosas. El fútbol español no es una industria profesionalizada, como, en general, no lo es el deporte español, pero es capaz de construir este esperpento. Un deporte deficitario, como la economía nacional general, que cuenta con dos entidades que pagan lo que nadie en todo el mundo paga.
Pues nada, que disfrutéis de los Clásicos que vienen.
Repito la recomendación a Sports Made In USA, gracias a la cual he llegado a los datos.
Ojo que vienen Spanish Bombs.
Lo que voy a decir seguro que no es demagogia (porque "demagogia" es ganarse con halagos el favor popular, y yo no estoy halagando a nadie), no sé si es populismo, pero debo decirlo: que las dos entidades que más gastan en salarios para una actividad de ocio, de mero recreo y pasatiempo, sean de un país sumido en una crisis económica brutal, con cinco millones de parados, resulta inconcebible. Así va el país. Porque esto no es sino el reflejo de adónde van los esfuerzos de nuestra sociedad. Qué maravilla. A dos entidades "sin ánimo de lucro". Mirad, mirad los primeros 30 puestos de la clasificación (el mejor equipo cierra la lista de la ESPN en el puesto 200.º):
La competición deportiva que genera más beneficios en todo el mundo no cuenta con ninguno de sus miembros en los primeros puestos de la lista. Es la NFL, por si no quedaba claro. El primer clasificado de la NFL en esta lista son los Washington Redskins en el puesto 70.º. Dato revelador.
Podréis decir que estos equipos también generan ingresos, empleos. Me refiero a los dos primeros. No lo creo. Apenas. Cuanto más crecen estos mastodontes, que alcanzan dimensiones desconocidas, peor va la economía nacional. Coincide su mejor momento histórico con uno de los peores de la economía. Pero nada, sigamos con el circo. Interesantísima la liga española, la autonombrada mejor del mundo, por mucho que no compitan realmente por ella más que dos gigantes. Y todos los demás, en la ruina.
Y ojo, que el anterior ranking se limita a considerar el gasto en salarios, NO INCLUYE IMPORTES PAGADOS EN CONCEPTO DE TRASPASOS (para entendernos, los pagos por fichajes), concepto casi inexistente en Estados Unidos y que en el fútbol español o, mejor dicho, en esos dos equipos, mueve importes mareantes. Vamos, que si incluimos ese gasto, la diferencia sería ostensiblemente superior (el innombrable se ha gastado más de 1000 millones de euros en 10 años). Demencial.
Para mayor escarnio, los gestores de estos inmensos patrimonios no son profesionales. Esto no es la NFL, no es la NBA. La gestión profesionalizada brilla por su ausencia. ¿Qué preparación tiene el Director General del innombrable (Jorge Valdano)? Así van las cosas. El fútbol español no es una industria profesionalizada, como, en general, no lo es el deporte español, pero es capaz de construir este esperpento. Un deporte deficitario, como la economía nacional general, que cuenta con dos entidades que pagan lo que nadie en todo el mundo paga.
Pues nada, que disfrutéis de los Clásicos que vienen.
Repito la recomendación a Sports Made In USA, gracias a la cual he llegado a los datos.
Las claves ocultas del calendario
En la última entrada hacía un pequeño análisis del calendario de la NFL desde el punto de vista deportivo. Se me olvidaba el más importante en estos momentos, el que debemos hacer desde el punto de vista del negocio.
Gazoline business, de The Bones, para dar ambiente.
El calendario de la NFL no se fija por sorteo. En realidad, en casi ninguna competición deportiva profesional se fijan los calendarios por sorteos puros. Ni en España. Los calendarios de ACB y LFP están condicionados por multitud de factores. Entre ellos, que los partidos más atractivos no se disputen en las primeras jornadas ni en las últimas, para que resulten decisivos y no lleguen en un momento en el que los equipos ya no se juegan nada. Pero ciertos elementos se dejan al azar.
En la determinación del calendario de la NFL el azar no interviene. Es un negocio (y muy lucrativo, por mucho que se quejen ahora los propietarios) y como tal se gestiona. Se respetan unos criterios para evitar perjuicios injustificados a ciertos equipos y dentro de esos límites se fijan calendarios y horarios (se conocen horarios con meses de antelación, que aprendan en España). A unos les parecerá mejor y a otros peor, pero nadie ve manos negras ni intenta justificar (?) derrotas sobre tan absurdas bases.
El caso es que el calendario recién anunciado reviste especial interés desde el punto de vista de la operativa del negocio. No olvidemos que la NFL, que es la parte que decreta el cierre patronal, es la misma que fija el calendario. Por tanto, puede jugar con él según le convenga para minimizar los efectos de un posible aplazamiento en el inicio de la competición o, incluso, como baza de presión al colectivo de jugadores.
Adam Schefter ha descubierto ciertas claves que indican que el calendario está muy bien pensado para la situación de lockout que vivimos, y que nos permiten hacernos a una idea de cuál es el límite que la NFL se ha dado para alcanzar un acuerdo: 5 semanas. Hasta 5 semanas parece que se podría retrasar el inicio de la liga sin que su integridad se viese seriamente perjudicada.
Realmente existen dos límites:
Vemos, pues, que el calendario se ha fijado teniendo muy presente la amenaza de suspensión de algunos partidos por el cierre patronal, con la idea de que el retraso en el inicio de la competición no impida que la liga termine disputándose en las condiciones menos anómalas que resulte posible. Lo que también revela es que la NFL ha querido darse un margen lo más amplio posible para presionar a los jugadores. Recordemos que los que más pierden son los que viven de la NFL, y los propietarios, acaudalados multimillonarios, tienen otros negocios con los que lucrarse. Los salarios de jugadores en la NFL se devengan, fundamentalmente, por jornada de competición. La estructura contractual no es de salarios de 12/14 pagas mensuales de igual cantidad. Ahí se cobra por jornada de liga. Los jugadores podrían ver cómo pasa septiembre sin haber cobrado un dinero que esperaban y, en muchos casos, necesitaban. Los propietarios, la NFL, ven que su poder negociador aumenta.
Espero que se llegue a un acuerdo a tiempo para que no haya aplazamientos, pero mucho me temo que este calendario, que permite dilatar el inicio de la liga hasta 5 semanas sin daños graves para la liga, no ayuda a ello.
Gazoline business, de The Bones, para dar ambiente.
El calendario de la NFL no se fija por sorteo. En realidad, en casi ninguna competición deportiva profesional se fijan los calendarios por sorteos puros. Ni en España. Los calendarios de ACB y LFP están condicionados por multitud de factores. Entre ellos, que los partidos más atractivos no se disputen en las primeras jornadas ni en las últimas, para que resulten decisivos y no lleguen en un momento en el que los equipos ya no se juegan nada. Pero ciertos elementos se dejan al azar.
En la determinación del calendario de la NFL el azar no interviene. Es un negocio (y muy lucrativo, por mucho que se quejen ahora los propietarios) y como tal se gestiona. Se respetan unos criterios para evitar perjuicios injustificados a ciertos equipos y dentro de esos límites se fijan calendarios y horarios (se conocen horarios con meses de antelación, que aprendan en España). A unos les parecerá mejor y a otros peor, pero nadie ve manos negras ni intenta justificar (?) derrotas sobre tan absurdas bases.
El caso es que el calendario recién anunciado reviste especial interés desde el punto de vista de la operativa del negocio. No olvidemos que la NFL, que es la parte que decreta el cierre patronal, es la misma que fija el calendario. Por tanto, puede jugar con él según le convenga para minimizar los efectos de un posible aplazamiento en el inicio de la competición o, incluso, como baza de presión al colectivo de jugadores.
Adam Schefter ha descubierto ciertas claves que indican que el calendario está muy bien pensado para la situación de lockout que vivimos, y que nos permiten hacernos a una idea de cuál es el límite que la NFL se ha dado para alcanzar un acuerdo: 5 semanas. Hasta 5 semanas parece que se podría retrasar el inicio de la liga sin que su integridad se viese seriamente perjudicada.
Realmente existen dos límites:
- Hasta 3 semanas de retraso, sin necesidad de cancelar ninguna jornada. Sin embargo, este retraso conllevaría la supresión de semanas de descanso (bye weeks) y el aplazamiento de la Super Bowl. ¿Por qué? En primer lugar, porque cada partido de la tercera jornada se disputa entre equipos cuya semana de descanso coincide más adelante. Eso implica que los partidos de la tercera jornada podrían disputarse en la jornada establecida como de descanso, más adelante. Todos y cada uno de los equipos perderían su semana de descanso, ya que ningún equipo descansa en la jornada 3 y tendría que recuperar el partido establecido para esa fecha en su teórica semana de descanso. En segundo lugar, la NFL podría jugar con la fecha de celebración de la Super Bowl. Podría retrasar todo el calendario una semana, fijando la Super Bowl una semana más tarde. Esta posibilidad se ha revelado al conocerse que la NFL ha reservado hoteles en Indianápolis (sede de la Super Bowl) para 2 semanas, de modo que la Super Bowl puede disputarse no el 5 de febrero (fecha original) sino el 12. La tercera semana de margen podría obtenerse eliminando la semana de descanso entre finales de conferencia y Super Bowl. Así pues, con un aplazamiento de Super Bowl y supresión de semanas de descanso, nos encontraríamos ante 3 semanas de retraso en el inicio de la liga pero con la disputa de todos los partidos programados inicialmente. Esta sería la jornada cuyos partidos se repartirían entre las jornadas de descanso de los equipos implicados:
- Hasta 5 semanas de retraso, con la cancelación de 2 jornadas de la temporada regular (jornadas 2 y 4). No obstante, ningún partido divisional se vería afectado (respetándose, por tanto, el principio sobre el que gira el sistema de clasificación a playoffs). Estas dos jornadas, 2 y 4, podrían suspenderse sin que se perdiese ningún enfretamiento divisional y, además, a cada franquicia se le cancelaría un partido en su estadio y otro fuera. Es decir, que a todos los equipos les quedarían 7 partidos en casa y 7 como visitante. No se rompería el equilibrio entre partidos en estadio propio o ajeno. Hay que puntualizar, sin embargo, que sí que se producirían injusticias, o al menos distorsiones. No podría ser de otro modo, ya que al fin y al cabo se cancelarían 2 jornadas: los equipos que se enfrentasen ante rivales potentes se verían beneficiados, mientras que los que jugasen contra equipos flojos se verían perjudicados. Es el caso (teórico, claro) de los Packers. En esas dos jornadas tendría que jugar en Carolina y frente a Denver en Lambeau Field. Partidos teóricamente sencillos que ya no cuentan. En cambio, sus rivales divisionales verían cancelados partidos más complicados: fundamentalmente, los de los Bears en Nueva Orleáns, el de Detroit en Dallas y los de Minnesota frente a Buccaneers y en Kansas City. Por otro lado, y desde el punto de vista del puro espectáculo, nos perderíamos duelos infrecuentes (por disputarse entre equipos de diferentes conferencias) e interesantes como el Tampa-Indianápolis (que supone, además, el regreso de los Bucs al prime time). En cualquier caso, del mal el menos. Estas serían las dos jornadas canceladas:
Vemos, pues, que el calendario se ha fijado teniendo muy presente la amenaza de suspensión de algunos partidos por el cierre patronal, con la idea de que el retraso en el inicio de la competición no impida que la liga termine disputándose en las condiciones menos anómalas que resulte posible. Lo que también revela es que la NFL ha querido darse un margen lo más amplio posible para presionar a los jugadores. Recordemos que los que más pierden son los que viven de la NFL, y los propietarios, acaudalados multimillonarios, tienen otros negocios con los que lucrarse. Los salarios de jugadores en la NFL se devengan, fundamentalmente, por jornada de competición. La estructura contractual no es de salarios de 12/14 pagas mensuales de igual cantidad. Ahí se cobra por jornada de liga. Los jugadores podrían ver cómo pasa septiembre sin haber cobrado un dinero que esperaban y, en muchos casos, necesitaban. Los propietarios, la NFL, ven que su poder negociador aumenta.
Espero que se llegue a un acuerdo a tiempo para que no haya aplazamientos, pero mucho me temo que este calendario, que permite dilatar el inicio de la liga hasta 5 semanas sin daños graves para la liga, no ayuda a ello.
miércoles, 20 de abril de 2011
Aniversario y calendario
Hoy, 20 de abril, este blog cumple un año. Creo que el año de rookie no ha ido nada mal. Cuando redactaba esa primera entrada, no pensaba que fuese a leer esto prácticamente nadie. Pero no fue así. A pesar de los exabruptos y salidas de tono que adornan frecuentemente el blog, a pesar de las coñas de dudosa gracia, de las opiniones sesgadas, de la imparcialidad manifiesta de muchos artículos, mucha gente me lee y, algunos incluso que parece que disfrutan con ello. Un año de absurdas predicciones, de plácidos domingos y jodidos lunes y de polémicas varias. Bastante divertido. La experiencia hasta ahora ha sido cojonuda. He disfrutado mucho escribiendo (en eso consiste) y espero seguir haciéndolo. Gracias a todos.
Celebremos el cumpleaños con estos ilustres trovadores:
Hablando de fechas, precisamente la pasada madrugaba se publicaba el calendario de la próxima (aún contingente) temporada. Aquí lo podéis ver. Por ahora ningún entrenador se ha quejado del calendario ni ha visto conspiraciones en su determinación. Ahí los entrenadores no toman por retrasados a los aficionados.
Como es ya costumbre desde hace unos años, el primer partido de la temporada se disputa un jueves en el estadio del vigente campeón, contra un rival potente. Si la temporada pasada tuvimos un Saints-Vikings, la próxima comenzaría (nótese el condicional, toda precaución es poca en el estado de incertidumbre actual) con un Packers-Saints. Un duelo entre los dos últimos ganadores de la Super Bowl, en Lambeau Field, la madrugada del jueves 8 al viernes 9 de septiembre a las 2.30, hora peninsular española.
Las emociones fuertes, pues, desde la primera jornada. Además de ese Packers-Saints, una revancha de la ronda divisional entre Ravens y Steelers, dos de los equipos que más se odian de la liga (a las 19.00 del domingo 11, hora peninsular). El Patriots-Colts, que muchos esperan con ansias todos los años, tendrá lugar en la 13.ª jornada, en horario de Sunday Night, antes del puente de la Constitución (quien pueda cogerse el lunes 5 libre tiene un plan perfecto para esa noche). Ah, tendremos jornada el 25 de diciembre y el 1 de enero, qué mejor manera de recuperarse de las resacas de las noches anteriores.
El calendario más sencillo (si tenemos en cuenta los resultados de la pasada temporada) es el de los Arizona Cardinals (en general, los equipos de la NFC Oeste tienen los calendarios más sencillos, porque juegan seis veces entre ellos); los más complicados, para Carolina (está en una división con tres equipos potentes), Buffalo (lo mismo), Denver y Detroit. Escenario complicado para franquicias "en reconstrucción", aunque creo que este puede ser el año en el que Detroit consiga (por fin) un balance positivo.
En cuanto al partido de Wembley, ya confirmado, la próxima temporada sería un poco antes de lo habitual, lo cual no nos viene muy bien a los españoles. Tradicionalmente coincidía con el último fin de semana de octubre, lo que hacía en algunos casos, como el del año pasado, que coincidiese con el festivo del 1 de noviembre. Gracias a ello no hacía falta cogerse días libres en el curro. Y coincidía con la celebración de Halloween en Londres. La próxima temporada no será así, será una semana antes, el domingo 23 de octubre. Tampa Bay Buccaneers-Chicago Bears en la séptima jornada de NFL. Qué le vamos a hacer, habrá que cogerse vacaciones ese lunes.
A todo esto, el lock-out sigue en pie, aunque la parte que lo impone actúe con normalidad. El panorama invita a un optimismo moderado, ya que las partes están negociando ante el mediador. Esperemos que se llegue a un acuerdo con la antelación suficiente para que el 8 de septiembre tengamos football en Lambeau Field.
Celebremos el cumpleaños con estos ilustres trovadores:
Hablando de fechas, precisamente la pasada madrugaba se publicaba el calendario de la próxima (aún contingente) temporada. Aquí lo podéis ver. Por ahora ningún entrenador se ha quejado del calendario ni ha visto conspiraciones en su determinación. Ahí los entrenadores no toman por retrasados a los aficionados.
Como es ya costumbre desde hace unos años, el primer partido de la temporada se disputa un jueves en el estadio del vigente campeón, contra un rival potente. Si la temporada pasada tuvimos un Saints-Vikings, la próxima comenzaría (nótese el condicional, toda precaución es poca en el estado de incertidumbre actual) con un Packers-Saints. Un duelo entre los dos últimos ganadores de la Super Bowl, en Lambeau Field, la madrugada del jueves 8 al viernes 9 de septiembre a las 2.30, hora peninsular española.
Las emociones fuertes, pues, desde la primera jornada. Además de ese Packers-Saints, una revancha de la ronda divisional entre Ravens y Steelers, dos de los equipos que más se odian de la liga (a las 19.00 del domingo 11, hora peninsular). El Patriots-Colts, que muchos esperan con ansias todos los años, tendrá lugar en la 13.ª jornada, en horario de Sunday Night, antes del puente de la Constitución (quien pueda cogerse el lunes 5 libre tiene un plan perfecto para esa noche). Ah, tendremos jornada el 25 de diciembre y el 1 de enero, qué mejor manera de recuperarse de las resacas de las noches anteriores.
El calendario más sencillo (si tenemos en cuenta los resultados de la pasada temporada) es el de los Arizona Cardinals (en general, los equipos de la NFC Oeste tienen los calendarios más sencillos, porque juegan seis veces entre ellos); los más complicados, para Carolina (está en una división con tres equipos potentes), Buffalo (lo mismo), Denver y Detroit. Escenario complicado para franquicias "en reconstrucción", aunque creo que este puede ser el año en el que Detroit consiga (por fin) un balance positivo.
En cuanto al partido de Wembley, ya confirmado, la próxima temporada sería un poco antes de lo habitual, lo cual no nos viene muy bien a los españoles. Tradicionalmente coincidía con el último fin de semana de octubre, lo que hacía en algunos casos, como el del año pasado, que coincidiese con el festivo del 1 de noviembre. Gracias a ello no hacía falta cogerse días libres en el curro. Y coincidía con la celebración de Halloween en Londres. La próxima temporada no será así, será una semana antes, el domingo 23 de octubre. Tampa Bay Buccaneers-Chicago Bears en la séptima jornada de NFL. Qué le vamos a hacer, habrá que cogerse vacaciones ese lunes.
A todo esto, el lock-out sigue en pie, aunque la parte que lo impone actúe con normalidad. El panorama invita a un optimismo moderado, ya que las partes están negociando ante el mediador. Esperemos que se llegue a un acuerdo con la antelación suficiente para que el 8 de septiembre tengamos football en Lambeau Field.
jueves, 14 de abril de 2011
Apuntes breves: ¿otra vez Tampa?
Qué difícil resulta escribir cuando no está pasando nada. Lo siento, pero creía que podría sacar fuerzas para escribir artículos sobre temas históricos, no actuales, pero no ha sido así. Entre el putobendito trabajo, The Wire, cuyas cinco temporadas me he tragado recientemente (y recomiendo encarecidamente a todos que lo hagáis si no lo habéis hecho ya) y otros vicios, mi tiempo libre (libre de lo anterior) ha sido escaso.
Pues eso, que he estado enfrascado, Caught in a jar.
Sin embargo, esta mañana me llegaba un e-mail (nótese la metonimia, utilizamos el nombre del sistema de transmisión para denominar el mensaje) de un colega de los Falcons que decía esto:
"Parece que el partido de este año en Londres es el Tampa Bay Buccaneers – Chicago Bears".
En ese mensaje estaba también copiado un aficionado de los Buccaneers, que respondía lo siguiente:
"Pero se ha levantado el Lock-out? Es que como aquí hay cierto impresentable que se dedica a trabajar en vez de actualizar su blog…
Si es ese partido, lógicamente no podemos faltar!!"
A lo que yo contesté:
"Otra vez Tampa? Joder... Que no tengo nada en contra de Tampa, pero ya podían llevar a otros equipos. Parece ser que se debe a que la temporada pasada no se llenó el estadio de los Bucs ni una sola vez.
De todos modos, es un poco raro, porque todos los años era un equipo de la NFC contra otro de la AFC".
En efecto, todavía es un rumor, pero tiene bastantes visos de ser realidad. Vamos, que Adam Schefter lo da casi por hecho, y si él lo dice, será verdad. Bears-Bucs. Por primera vez, se enfrentarían dos equipos de la misma conferencia. Dos equipos de la NFC. Y por primera vez repetiría un equipo presencia en Londres.
Lo apuntaba en mi comunicación privada ya revelada: no me entusiasma nada la idea. ¿Otra vez Tampa? Que sí, que estos Bucs (probablemente) poco tendrán que ver con los que vimos en 2009, tienen una pinta estupenda, pero prefiero la variedad. Tampoco suele tener que ver el Estu de un año a otro y sigue siendo el Estu, con los mismos cabrones con diferente nombre. Ayer fue Samo Udrih, hoy es Jiri Welsch; ayer fue Iker Iturbe, hoy es Germán Gabriel; y así sucesivamente, pero la esencia no cambia.
Por cierto, Freeman volverá al estadio donde debutó. Ya habría jugado dos veces en Wembley, probablemente más ocasiones de las que lo hará en toda su carrera en varios estadios de la NFL (sobre todo de equipos de la AFC).
Enfrente, los Bears. Un equipo con bastantes boletos para pegar un bajón. Wembley, en este sentido, es un poco gafe. Suelen llegar equipos que pasan por horas bajas. Tampa hace un par de temporadas (cuando venía de hacer una buena temporada anterior), los Broncos y los 49ers la pasada, y apuesto por los Bears para la siguiente. Sensación personal y seguramente equivocada.
Como punto final al poco entusiasmo: los Buccaneers son los locales. Eso implica que no escucharemos el mítico Bear down, Chicago Bears! cuando anote Chicago. Otra putada. Eso sí, veremos cutre-animaciones de navíos piratas bombardeando a los rivales en el marcador.
Como leía en un cruel comentario, Chicago seguirá disputando 8 partidos en su estadio, mientras que los Bucs tendrán un blackout menos (el blackout es el bloqueo de la señal televisiva para la localidad donde se juega el partido, que impone la NFL si 72 horas antes no se han vendido todas las localidades). Esa parece ser la razón principal para que Tampa repite: que su estadio es el más grande de la NFL. Nunca se llena. En una liga en la que es excepción que no se agoten las entradas, los asientos vacíos son regla en Tampa. Tanto, que algunos malpensados dicen que eligen los Bucs el partido contra los Bears porque temían que hubiese más aficionados de Chicago en las gradas del Raymond James Stadium que del equipo local. Incluso algunos llegan a especular con una posible mudanza a Londres (no caerá esa breva). Pero bueno, como ya dije en alguna ocasión, aunque deportivamente pueda ser perjudicial ceder un partido en tu estadio a cambio de disputarlo en Wembley, ya que se pierde presión del público, económicamente es un chollo. Los Glazer, dueños del Manchester United además de los Bucs, lo saben porque lo gozaron hace un par de temporadas, y quieren repetir.
No, no me entusiasma la pareja de equipo que probablemente veré en Wembley este año. Y digo veré porque, a pesar de todo, no pienso perderme la ocasión. Por muchos inconvenientes que haya comentado, merece la pena. Vaya que si la merece. Como dice una aficionada Buccaneer que seguramente estará entusiasmada con el rumor, merece la pena quitarse de otras cosas para ir al partido de Londres.
Hace unos meses habían surgido rumores sobre un posible partido de los Steelers en Dublín. El dueño y presidente de los Pittsburgh Steelers es embajador de los Estados Unidos en Irlanda, lo que daba cierta base racional al rumor. Nada se ha vuelto a saber, aunque el plan me parece más atractivo que el de vuelta a Londres, vuelta a Tampa.
¿Y el lockout cómo va? Bien, gracias. Sin mucha novedad. La juez que se está encargando de las demandas de los jugadores, que todavía no ha decidido si levanta o no el lockout, ha ordenado la mediación. ¿Qué es la mediación? Algo que vale para poco si las partes no quieren negociar. Es una negociación "supervisada" por un mediador, que no es ningún juez o árbitro, sino un tercero que trata de ayudar a que las partes lleguen a un acuerdo. Veremos.
Entretanto, la NFL ha anunciado el calendario de pretemporada y en breve parece que se anunciará el de la temporada regular. La NFL parece actuar como si estuviésemos en "condiciones normales", cuando ella misma es la que ha impuesto la suspensión de la actividad. Paradójico. El próximo hito de la offseason más off de la historia es el draft, del 28 al 30 de abril. Ya hablaremos de ello.
Pero no desesperéis. Si no se levanta el cierre patronal, en vez de jugadores, podrían poner figuras típicas en contrachapado burdamente pintadas y sosas.
(no se nota que el vídeo está metido con calzador)
Pues eso, que he estado enfrascado, Caught in a jar.
Sin embargo, esta mañana me llegaba un e-mail (nótese la metonimia, utilizamos el nombre del sistema de transmisión para denominar el mensaje) de un colega de los Falcons que decía esto:
"Parece que el partido de este año en Londres es el Tampa Bay Buccaneers – Chicago Bears".
En ese mensaje estaba también copiado un aficionado de los Buccaneers, que respondía lo siguiente:
"Pero se ha levantado el Lock-out? Es que como aquí hay cierto impresentable que se dedica a trabajar en vez de actualizar su blog…
Si es ese partido, lógicamente no podemos faltar!!"
A lo que yo contesté:
"Otra vez Tampa? Joder... Que no tengo nada en contra de Tampa, pero ya podían llevar a otros equipos. Parece ser que se debe a que la temporada pasada no se llenó el estadio de los Bucs ni una sola vez.
De todos modos, es un poco raro, porque todos los años era un equipo de la NFC contra otro de la AFC".
En efecto, todavía es un rumor, pero tiene bastantes visos de ser realidad. Vamos, que Adam Schefter lo da casi por hecho, y si él lo dice, será verdad. Bears-Bucs. Por primera vez, se enfrentarían dos equipos de la misma conferencia. Dos equipos de la NFC. Y por primera vez repetiría un equipo presencia en Londres.
Lo apuntaba en mi comunicación privada ya revelada: no me entusiasma nada la idea. ¿Otra vez Tampa? Que sí, que estos Bucs (probablemente) poco tendrán que ver con los que vimos en 2009, tienen una pinta estupenda, pero prefiero la variedad. Tampoco suele tener que ver el Estu de un año a otro y sigue siendo el Estu, con los mismos cabrones con diferente nombre. Ayer fue Samo Udrih, hoy es Jiri Welsch; ayer fue Iker Iturbe, hoy es Germán Gabriel; y así sucesivamente, pero la esencia no cambia.
Por cierto, Freeman volverá al estadio donde debutó. Ya habría jugado dos veces en Wembley, probablemente más ocasiones de las que lo hará en toda su carrera en varios estadios de la NFL (sobre todo de equipos de la AFC).
Enfrente, los Bears. Un equipo con bastantes boletos para pegar un bajón. Wembley, en este sentido, es un poco gafe. Suelen llegar equipos que pasan por horas bajas. Tampa hace un par de temporadas (cuando venía de hacer una buena temporada anterior), los Broncos y los 49ers la pasada, y apuesto por los Bears para la siguiente. Sensación personal y seguramente equivocada.
Como punto final al poco entusiasmo: los Buccaneers son los locales. Eso implica que no escucharemos el mítico Bear down, Chicago Bears! cuando anote Chicago. Otra putada. Eso sí, veremos cutre-animaciones de navíos piratas bombardeando a los rivales en el marcador.
Como leía en un cruel comentario, Chicago seguirá disputando 8 partidos en su estadio, mientras que los Bucs tendrán un blackout menos (el blackout es el bloqueo de la señal televisiva para la localidad donde se juega el partido, que impone la NFL si 72 horas antes no se han vendido todas las localidades). Esa parece ser la razón principal para que Tampa repite: que su estadio es el más grande de la NFL. Nunca se llena. En una liga en la que es excepción que no se agoten las entradas, los asientos vacíos son regla en Tampa. Tanto, que algunos malpensados dicen que eligen los Bucs el partido contra los Bears porque temían que hubiese más aficionados de Chicago en las gradas del Raymond James Stadium que del equipo local. Incluso algunos llegan a especular con una posible mudanza a Londres (no caerá esa breva). Pero bueno, como ya dije en alguna ocasión, aunque deportivamente pueda ser perjudicial ceder un partido en tu estadio a cambio de disputarlo en Wembley, ya que se pierde presión del público, económicamente es un chollo. Los Glazer, dueños del Manchester United además de los Bucs, lo saben porque lo gozaron hace un par de temporadas, y quieren repetir.
No, no me entusiasma la pareja de equipo que probablemente veré en Wembley este año. Y digo veré porque, a pesar de todo, no pienso perderme la ocasión. Por muchos inconvenientes que haya comentado, merece la pena. Vaya que si la merece. Como dice una aficionada Buccaneer que seguramente estará entusiasmada con el rumor, merece la pena quitarse de otras cosas para ir al partido de Londres.
Hace unos meses habían surgido rumores sobre un posible partido de los Steelers en Dublín. El dueño y presidente de los Pittsburgh Steelers es embajador de los Estados Unidos en Irlanda, lo que daba cierta base racional al rumor. Nada se ha vuelto a saber, aunque el plan me parece más atractivo que el de vuelta a Londres, vuelta a Tampa.
¿Y el lockout cómo va? Bien, gracias. Sin mucha novedad. La juez que se está encargando de las demandas de los jugadores, que todavía no ha decidido si levanta o no el lockout, ha ordenado la mediación. ¿Qué es la mediación? Algo que vale para poco si las partes no quieren negociar. Es una negociación "supervisada" por un mediador, que no es ningún juez o árbitro, sino un tercero que trata de ayudar a que las partes lleguen a un acuerdo. Veremos.
Entretanto, la NFL ha anunciado el calendario de pretemporada y en breve parece que se anunciará el de la temporada regular. La NFL parece actuar como si estuviésemos en "condiciones normales", cuando ella misma es la que ha impuesto la suspensión de la actividad. Paradójico. El próximo hito de la offseason más off de la historia es el draft, del 28 al 30 de abril. Ya hablaremos de ello.
Pero no desesperéis. Si no se levanta el cierre patronal, en vez de jugadores, podrían poner figuras típicas en contrachapado burdamente pintadas y sosas.
(no se nota que el vídeo está metido con calzador)
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