Sigo el mismo orden que el año pasado. Tras la NFC Norte, toca la Oeste. La división más denostada de la NFL, la que año a año bate récords negativos. No diga NFC West, diga NFC Worst. Ninguna otra división está más barata. Incluso con récord negativo es posible ser campeón. Sí, todos se ríen de la NFC Oeste, todos la abominan, y muchos cuestionan la justicia de que uno de los equipos de esta división deba tener derecho a disputar los playoffs.
Sin embargo, cuando llegan los playoffs, la cosa cambia. Por curiosidad, he consultado qué división lleva más temporadas consecutivas cosechando al menos una victoria en postemporada. Sorpresa, sorpresa. Es la NFC Oeste. Desde la 2003-2004, cuando los Seahawks cayeron en la ronda de wild card y los Rams en la divisional (el primer partido que jugaban), siempre un equipo de la NFC Worst gana por lo menos un partido de playoffs. Van ya 7 postemporadas consecutivas con triunfos de la NFC Oeste. Para que os hagáis una idea de lo complicado que resulta mantener una racha así, la siguiente división que lleva más temporadas consecutivas con victorias es la AFC Norte con 3. Es decir, menos de la mitad que la denostada NFC Oeste.
Así que ya sabéis, no os riáis mucho de la NFC Oeste ni celebréis que vuestros equipos se crucen con estos mindundis en playoffs, porque os podéis llevar un buen susto. Tanta burla estimula el factor nobody believes in us, un factor increíblemente poderoso cuando llega la postemporada en la NFL. Los Saints se las prometían muy felices al llegar a Seattle la temporada pasada, y les pasó lo que todos sabemos.
San Francisco 49ers
Temporada pasada: 6-10. 3.º NFC Oeste, 12.º NFC. No se clasificaron para playoffs.
Quiénes son. Cuando tuve conocimiento por primera vez de la existencia de un deporte llamado fútbol americano, los buenos de esta cosa tan curiosa eran un equipo con un nombre que molaba bastante: los San Francisco Fortinainers. Recuerdo ver trozos de partidos en la Televisión de Galicia, y cómo hablaban de un tal Joe Montana. Todo sonaba muy genuinamente americano. Los 49ers fueron el equipo dominante de la década de los 80 y de principios de los 90. Entre 1981 y 1994 consiguieron cinco Super Bowls. Durante nada menos que 16 temporadas consecutivas (de 1983 a 1998) consiguieron al menos 10 victorias en temporada regular. Sin embargo, antes y después de ese glorioso periodo, el rendimiento de los Niners es bastante mediocre. Este espectacular vídeo recoge sus mejores momentos, protagonizados por auténticos dioses de este deporte como Bill Walsh, Joe Montana, Jerry Rice o Steve Young.
Música. La bahía de San Francisco es otro de los territorios que ha visto nacer a excelentes grupos de rock. Tanto es así, que existe el concepto de San Francisco sound. De la zona proceden bandas como Grateful Dead, Jefferson Airplane o la Creedence Clearwater Revival. Cosa fina. Yo soy más de los Dead Kennedys. Esta canción (su letra) sintetiza el ideario político de cierta tendencia conservadora. Kill the poor. Plenamente vigente.
Qué se espera de ellos. Como casi siempre, a principios de temporada los 49ers generan esperanza entre sus aficionados. La plantilla tiene nombres: Vernon Davis, Patrick Willis, Frank Gore, Justin Smith, Braylon Edwards o Michael Crabtree. Pero claro, también los tenía la temporada pasada (salvo Edwards). También tenía una plantilla bastante superior, teóricamente, a la de sus rivales de división. Pero tenían a un pésimo entrenador, Mike Singletary, que hacía que el valor del conjunto fuese muy inferior a la suma individual de cada una de sus piezas. Para cambiar drásticamente este panorama llega el entrenador más cotizado de la offseason. El hombre por el que se peleaban franquicias de NFL y universidades, el head coach de moda: Jim Harbaugh. Al hermano del entrenador de los Ravens, que la temporada pasada entrenaba a la universidad de Stanford, le ofrecieron varios cheques en blanco y eligió el de San Francisco. Nuevo entrenador, ilusión renovada, altas expectativas (por lo menos, ganar su división).
Ataque. Sobre el papel, los Niners tienen una buena línea ofensiva, un corredor de elite, muy buenos receptores y un quarterback... Bueno, un quarterback discutido, pero creo que más por lo que "costó" (número 1 del draft) que por su rendimiento. Con lo anterior quiero decir que el ataque lo tiene prácticamente todo para funcionar. La temporada pasada no lo hizo: el ataque de San Francisco ocupó el 24.º lugar de la NFL en anotación, y un lamentable 29.º puesto en conversiones de tercer down. Aunque los ingredientes son buenos, hay que combinarlos adecuadamente.
Quarterback. No me disgusta Alex Smith. En absoluto. Me parece un buen jugador. No es una estrella, no debería haber sido un número 1 del draft, pero es un buen jugador. Creo que con confianza puede ser un quarterback más que válido para los Niners. Esto es simplemente una impresión personal en vista de lo sucedido en algunos partidos de la pasada temporada. Los números, sin embargo, no fueron buenos (tampoco desastrosos): 204/342 (59,6%), 2370 yardas, 14 pases de TD, 10 intercepciones, rating de 82,1. Esperando su oportunidad estará Colin Kaepernick, una segunda ronda alta del pasado draft y en el que muchos ven el futuro de la franquicia. Harbaugh sabe llevar a un quarterback (fue entrenador de esta posición en la NFL) y confío en que saque lo mejor de Smith y sepa ir formando a Kaepernick.
Receptores. La incorporación de Braylon Edwards hace que esta unidad pase de buena a muy buena. Edwards, cuando está centrado, es un gran receptor. Con calidad para ser el número 1 de una franquicia NFL. El tight end titular, Vernon Davis, es de los mejores de la NFL en la posición, y en particular en labores de recepción. Y para completar el trío de magníficos, Michael Crabtree, un jugador que todavía no ha rendido al nivel que se espera de él pero al que se le ven cualidades. Eso sí, su fama y expectativas creadas ya le han hecho acreedor de una "maldición". Se habla de la Crabtree curse. Dicen que es gafe. Mientras Mike Singletary fue entrenador de San Francisco, el balance es de 8-5 en partidos en los que Crabtree no estuvo y de 10-17 en los que sí jugó. Dejando gafes aparte, es un equipo de receptores de primera.
Línea ofensiva. El año pasado, bastante mal. Este pinta relativamente bien. Han fichado a un Pro Bowler, Jonathan Goodwin, para que su culo sea palpado por Alex Smith. Se supone que Gooodwin debe mejorar el nivel de la línea, que incluye a jóvenes jugadores de primeras rondas del draft que deberían haber progresado para la temporada que entra.
Backfield. Frank Gore es un corredor de primera categoría. Cuando está en forma, eso sí. Gore es un jugador delicado (algo que no resulta sorprendente en esta posición, por otra parte). Como segunda opción, Brian Westbrook, una estrella en declive que puede aportar como complemento. Anthony Dixon completa una unidad con talento, pero con dudas en cuanto a su forma física.
Defensa. Los Niners tienen una buena defensa, cuyo rendimiento la temporada pasada no pasó de correcto, pero que debería ser capaz de más. Excelente contra la carrera (los 49ers fueron sextos en yardas permitidas), debe mejorar contra el pase y, en particular, en el pass rush (presión al pasador). En principio, la mejor de la división.
Línea defensiva. Cuando una línea cuenta con un jugadorazo como Justin Smith, la solidez está asegurada. Es una obviedad, y lo repito mucho, pero tener a un tipo que acapara marcajes dobles y la atención de los bloqueadores rivales libera muchos espacios a sus compañeros. Los hace mejores. La línea de los Niners sufre la baja de Aubrayo Franklin, al que suplirá en el centro Isaac Sopoaga. El tercer integrante de la línea es el que suscita más dudas. Ray McDonald parece llevar ventaja.
Linebackers. La estrella de la defensa de San Francisco, y puede que el mejor jugador del equipo, es Patrick Willis. Con argumentos para considerarlo el mejor linebacker de la NFL, y eso es mucho decir. Una mala bestia. Casi siempre destaco jugadas ofensivas, y los highlights defensivos no son menos espectaculares. Este, que repasa la carrera de Patrick Willis, centrándose en la última temporada, es tremendo:
Secundaria. Los Niners contarán con una secundaria renovada, con nombres de garantía, que deberá mejorar bastante el rendimiento de la defensa al pase de la temporada pasada. Ya no cuentan con Nate Clements, su mejor cornerback la temporada pasada. Su sustituto será Carlos Rodgers, un jugador bastante solvente que procede de los Redskins. También incorporan al exvikingo Madieu Williams y al exBill Donte Whitner para las posiciones de safety.
Equipos especiales. San Francisco incorpora a su plantilla a uno de los héroes del último anillo de Green Bay: David Akers, kicker de los Eagles el año pasado. A Akers se le consideraba el mejor kicker de la NFL, hasta que en la pasada wild card round hizo lo que hizo.
Aparte de Akers, que a pesar de sus benditos fallos en wild card debería de seguir siendo uno de los pateadores más fiables de la NFL, los Niners cuentan con un buen punter, Andy Lee, y con un excelente retornador en Ted Ginn Jr.
Equipo técnico. La gran esperanza de la bahía. Esta temporada, el que genera ilusión es su head coach, Jim Harbaugh. Viene con las mejores referencias, aunque sin experiencia previa en ese cargo en la NFL. Tiene buena pinta, no seré yo quien lo contradiga.
Calendario. Todos los equipos de la NFC Oeste tienen calendarios teóricamente fáciles, ya que tienen la suerte de jugar seis veces entre ellos (dos con cada rival). Con todo, 49ers y Cardinals son los más afortunados, sobre todo los segundos. San Francisco tiene teóricamente el tercer calendario más fácil de la NFL. Comienzan con dos seguidos en casa, frente a Seahawks y Cowboys, y luego viajan a Cincinnati. Deberían ganar al menos dos de esos partidos, o incluso los tres. Acabarán la temporada con dos partidos divisionales fuera de casa, ante Seahawks y Rams, por lo que les conviene llegar con los deberes hechos o pueden pasarlo mal.
Pronóstico. Campeón de la NFC Oeste. Ningún equipo acumula tanto talento como ellos.
St. Louis Rams
Temporada pasada: 7-9. 2.º NFC Oeste. 9.º NFC. No se clasificaron para playoffs.
Quiénes son. Los Rams son un equipo itinerante. Ahora están en St. Louis, antes estuvieron en Los Ángeles y en Anaheim, y quién sabe dónde estarán mañana. Los Rams cuentan con 3 títulos de campeón de la NFL, aunque por el que son más recordados es por el último. El único conseguido en la era Super Bowl, el único conseguido en St. Louis. Ya escribí en su momento que el cómo importa. No todos los anillos valen lo mismo. Todos los años, todas las competiciones coronan a su campeón. Siempre hay uno que queda primero, necesariamente. Pero la forma de llegar a ese fin no es siempre la misma. E importa, vaya si importa. No a todo el mundo, por supuesto. Para algunos, ese fin es lo único importante. Eso sí, cuando se recuerden sus carreras, lo único que quedará por el recuerdo serán los fríos números. Un título, o unos cuantos. Pero mejor ahorrarse los partidos que los llevaron a conseguirlo. Sí, pienso entre otros en el tipo al que se han vendido en una huida hacia adelante sin precedentes los aficionados del equipo-que-no-debe-ser-nombrados. Un prepotente mentiroso y cínico que, además, no dejará nada más que fríos números, estadísticas. También una puta mierda de juego, unos modales vomitivos y una filosofía barriobajera. Pero en nada habrá contribuido al juego. Los Rams estuvieron al otro lado. En el lado de los equipos memorables, los que dejan un espectáculo inolvidable, los que contribuyen a que un deporte sea digno de ver. The greatest show on turf. Y hasta ganaron.
Música. St. Louis es otro ilustrísimo lugar en el ámbito musical. Una de las cunas del jazz y del blues. Allí también nació un tal Chuck Berry.
Qué se espera de ellos. Los Rams aspiran a ganar su división. Hace un par de temporadas fueron el peor equipo de la NFL. La pasada, en la que poco se esperaba de ellos, a punto estuvieron de ganar su baratísima división. A un partido se quedaron de ello. Este año, en vista de la evolución, aspiran a ganar la NFC Oeste. Su joven quarterback cuenta con un año más de experiencia y con mejores receptores con los que asociarse. Aires optimistas se respiran por St. Louis.
Ataque. Aunque contaba con el importante apoyo de un juego de carrera potente (Steven Jackson es de los mejores running backs de la NFL), la temporada pasada Sam Bradford se vio bastante perjudicado por la ausencia de receptores fiables y por las graves lesiones de algunos de ellos. Esta temporada, los Rams refuerzan la unidad con novatos y un jugador contrastado como Mike Sims-Walker, por lo que el panorama mejora. Llega también Josh McDaniels como coordinador ofensivo, un tipo que mostró estar como una puta cabra en su puesto de head coach con los Broncos. Sin embargo, creo que en un perfil más bajo puede funcionar.
Quarterback. Sam Bradford disfrutó de un año de novato sin presiones e incluso con la condescendencia de crítica y público. Aunque dio muestras de calidad, sus números estuvieron entre los peores de la NFL (78,5 de passer rating) y a la hora de la verdad se le vio todavía muy verde. Decía antes que es cierto que estaba bastante desasistido por sus receptores, pero tampoco debemos olvidar que estos números mediocres (seamos generosos, era novato) los hizo poniendo en práctica un gameplan ofensivo muy conservador, que trataba de minimizar riesgos, y con el apoyo de un corredor potente. Sí, era un novato, pero el número 1 del draft de 2010. Y es cierto que dio muestras de mucha calidad. Pero esta temporada se le debe exigir más. Personalmente, y a pesar de la estopa que habéis leído, me gusta. No sé si es el mejor QB de la división hoy, pero es probable que a medio plazo lo sea.
Receptores. La unidad de receptores de la temporada pasada estaba entre las peores de la NFL. Se vio mermada por la grave lesión de su teórico número 1, Donnie Avery. Esta temporada debería estar listo. En su ausencia, Danny Amendola y Brandon Gibson rindieron a muy buen nivel. Con todo, la novedad más importante de la unidad es la incorporación de Mike Sims-Walker, el ex de los Jaguars cuya fama le precede y no sé si merece. Sims-Walker está entre la nobleza (aunque no elite) de los receptores de la NFL. No tengo claro si merece tal consideración por lo visto últimamente en Jacksonville. En St. Louis deberá mejorar su rendimiento en los Jaguars. Me parece clave para el éxito de los Rams. El tight end novato Lance Kendricks y, una vez recuperado de su lesión, Michael Hoomanawanui (reconozco que busqué mal escrito su nombre en Google, me salió el "quizá quisiste decir" e hice un copia-pega del nombre correcto para escribirlo aquí) serán también objetivos de Bradford en el juego de pase.
Línea ofensiva. Claramente necesitaba mejorar. Demasiados sacks permitidos, pocas yardas de carrera conseguidas. La línea de los Rams es muy joven, con todos sus jugadores por debajo de la treintena. Esta temporada incorpora novedades vía draft y agencia libre. El exFalcon Harvey Dahl es la principal incorporación de una línea que se espera que mejore, pero cuya (quizá) excesiva juventud también genera dudas.
Backfield. Steven Jackson es uno de los mejores corredores de la NFL. ¿Hasta qué punto? Es complicado medirlo, pero tengamos en cuenta que es un tipo que pasa de 1200 yardas con una línea desastrosa y un juego de pase más que mejorable. Es el corredor que más temporadas consecutivas lleva pasando de las 1000 yardas de carrera (seis) y eso que los Rams han jugado temporadas de auténtica mierda (hace un par de años, sin ir más lejos), siendo él la única referencia ofensiva. Como prueba de ello, Jackson es el corredor que acumula más intentos de carrera acumula contando las tres últimas temporadas. A él se unen los veteranos Cadillac Williams, que ha dejado los Bucs tras un par de buenas temporadas, y Jerious Norwood, que tras unas temporadas casi inactivo por lesión, deja Atlanta para jugar un rol que se supone secundario en St. Louis. Backfield potente, como veis.
Defensa. La defensa de los Rams presenta bastantes novedades esta temporada. A mí me sigue produciendo cierta sensación de fragilidad. Vamos, que no me parece ni mucho menos una garantía de solidez, pero luego ves sus estadísticas y tampoco es que la temporada pasada lo haya hecho tan mal (décimo segunda de la NFL en puntos permitidos). St. Louis incorpora nuevos jugadores en todas las líneas para jugar un papel importante en la defensa. Todavía me generan dudas, la verdad.
Línea defensiva. La presión al pasador es una de las fortalezas de la defensa de los Rams, aunque esto no se traduce en una buena defensa del pase. Gracias principalmente a Chris Long y a James Hall, estuvieron entre los mejores de la NFL en sacks. A ellos se une el novato de primera ronda Robert Quinn y Justin Bannan, fichaje procedente de los Texans. Buenos refuerzos para una línea que promete agobiar a los pasadores contrarios, pero que aún debe mejorar la defensa a la carrera.
Linebackers. El mejor jugador de la defensa de los Rams es James Laurinautis. Me encanta este jugador. Le echa un buen par. Y es un tipo peculiar. ¿Os imagináis tener a un padre luchador de wrestling?
Anécdotas aparte, Laurinaitis es un estupendo jugador. Las incorporaciones de Ben Leber (exvikingo) y Brady Poppinga (exPacker) deberían aportar más dureza a esta unidad. No la veo nada mal.
Secundaria. En este aspecto los Rams tienen mucho margen de mejora. Cuando el pass rush funciona, pero la defensa contra el pase es floja, es fácil encontrar al culpable. Los de atrás. El fichaje de Quentin Mikell (exEagle) pretende paliar estas carencias. En las esquinas, preocupa un poco su falta de profundidad. Ron Bartell y Bradley Fletcher serán sus titulares. También tienen a Al Harris, una entrañable vieja gloria. Lamentablemente, creo que poco más que eso.
Equipos especiales. Los Rams tienen un kicker un poco irregular (Josh Brown), un buen punter (Donnie Jones) y usan a Amendola como retornador. Utilizar a uno de tus principales bastiones en ataque como retornador es bastante peligroso. El retornador casi siempre termina la jugada golpeado por un defensor. Eso conlleva un riesgo. Si ese jugador es además un pilar del ataque o la defensa, ya puedes cruzar los dedos para que no se te lesione. ¿Que los Packers pierden a Hester? Pues una pena, pero en ataque no aporta demasiado, aunque es receptor. Más dramático habría sido, por ejemplo, para los Packers perder a Tramon Williams por un golpe en un retorno. Ahora bien, con la llegada de Sims-Walker, la presencia de Amendola no parece tan imprescindible como para no arriesgarlo.
Equipo técnico. Me gusta. Me gusta Spagnuolo, un tipo con perfil defensivo, como head coach, y Josh McDaniels, que está como las maracas de Machín, de coordinador ofensivo. Lo dicho, McDaniels puede ser un excelente fichaje para los Rams, a los que creo que faltaba un poco de atrevimiento en ataque.
Calendario. El calendario de los Rams es raro de cojones. Hasta la novena jornada (octavo partido para St. Louis, dado que tienen la semana de descanso antes) no se enfrentarán a un rival de división. Creo que eso les perjudica bastante, porque pueden llegar a esa jornada bastante descolgados de sus rivales divisionales. Porque los de los Rams son fortísimos: Eagles, Giants, Ravens, Packers, Cowboys y Saints entre otros. Pueden llegar hundidos a la batalla divisional, con una losa muy difícil de remontar.
Pronóstico. Creo que a los Rams todavía les falta. No me sorprendería que ganasen la división, pero con ese inicio de temporada tan complicado, me parece que no lo harán. Segundos.
Arizona Cardinals
Temporada pasada: 5-11. 4.º NFC Oeste. 15.º NFC. No se clasificaron para playoffs.
Quiénes son. Hasta hace bien poco, eran mierda. Probablemente, la franquicia más mierda de la historia de la NFL. Sí, hay otras que acumulan años de frustración y sufrimiento (Browns, Lions), pero por lo menos tienen una ciudad que los quiere, una afición. Algo parecido pasaba con los Saints, hasta que consiguieron su reciente anillo. Pero los Cardinals, ni un hogar. Y ninguna de las mentadas franquicias llevaba tantos años en el fango. Con diferencia, además.
Los Cardinals son la franquicia más antigua del deporte profesional estadounidense. Se fundaron en 1898. Empezaron en Chicago, estuvieron esporádicamente en Pittsburgh, se fueron a St. Louis y en 1988 llegaron a Phoenix, Arizona, en cuyos alrededores siguen jugando. A pesar de su larga historia, nunca fueron un equipo con gran masa social. Sus continuas derrotas, su itinerancia, que les hacía llegar a ciudades en las que los aficionados ya tenían sus equipos (¿si se crease una franquicia NFL española, os haríais de ella? yo no, que ya tengo mi equipo).
Una puta mierda hasta hace un par de años. En gran parte, gracias al tipo que también ayudó a cambiar la historia de los Rams, Kurt Warner. Quién no sintió simpatía por los Cardinals de los playoffs de la 2008-2009. Un equipo inolvidable, aunque se quedase a un drive del anillo.
Música. Las tierras de Arizona no son demasiado fértiles. Es un estado conocido por su desierto. También en música, si lo comparamos con otros prósperos territorios estadounidenses. Fijaos que he tenido que echar mano de Jimmy Eat World, uno de los referentes del detestable movimiento emo (jo, tía, qué sensible soy que tengo ganas de suicidarme ¡¡ANDA Y QUE OS DEN POR EL CULO!!). The middle, uno de sus himnos.
Qué se espera de ellos. No está claro. El éxito de los Cardinals dependerá en gran medida de cómo funcione su apuesta por Kolb. Con todo, las expectativas no son muy optimistas. Del equipo que maravilló hace tres temporadas queda poco. No solo Warner, tampoco están Anquan Boldin y Steve Breaston, receptores que acompañaban al gran Larry Fitzgerald (de lo poquito que queda). En defensa, tampoco están Karlos Dansby, Antrel Rolle, y desde esta temporada, Dominique Rodgers-Cromartie (a quien tuvieron que "sacrificar" para conseguir a Kolb). La culpa de esta destrucción no es solo del inexorable paso del tiempo (por Warner, digo) sino también malas decisiones de gestión. Si la sucesión hubiese estado bien planificada, no habría sido necesario pagar tanto por un nuevo quarterback. A Wisenhunt se le puede acabar rápido el crédito conseguido durante 2008 y 2009 si en 2011 se repite el fiasco del año pasado.
Ataque. Los Cardinals han pagado una millonada indecente a Larry Fitzgerald para que siga en el equipo y han renunciado a un Pro Bowler para traer a un quarterback. Sus mejores años se basaron en un ataque casi exclusivamente aéreo y el entrenador a cargo del equipo es el mismo que entonces. Con esto, es fácil adivinar que el peso del ataque seguirá recayendo en el pase, aunque no les vendría mal equilibrar un poco la estrategia con la carrera. Bah, si no lo van a hacer. Kolb me gusta, Fitzgerald me encanta y Todd Heap me parece un "tapado" que les va a venir de perlas.
Quarterback. Los Cardinals han hecho lo que tenían que hacer. Fichar a Kevin Kolb. No había muchas más opciones en el mercado, y creo que la opción no es en absoluto mala. Soy de los que defendía la apuesta por Kolb cuando Vick asomaba la temporada pasada. Y creo que en Arizona puede funcionar. Eso sí, que cuide su delicada salud, porque por detrás, poquito.
Receptores. La discusión es quién es el mejor receptor de la NFL, si Andre Johnson o Larry Fitzgerald. El año pasado Johnson parecía adelantar a Fitzgerald en cuanto a salario monstruoso (73,5 millones en 7 años), pero Fitzgerald le acaba de superar: 120 millones en 8 años, 50 de ellos garantizados. El receptor mejor pagado de la historia. ¿Vale tanto? Pues, consideraciones morales aparte, no lo creo, sinceramente. Un receptor depende mucho del pasador, y la temporada pasada se vio que sin quarterback Fitzgerald no es ni la mitad de lo que fue con Warner. Que es el mejor o el segundo mejor receptor de la liga, ni lo pongo en duda. Aparte de Fitzgerald, me gusta mucho la incorporación de Todd Heap. Sí, está mayor, pero es un seguro de vida y los Cardinals necesitan apoyo para su receptor número 1. Este tight end puede dárselo. Lo demás, morralla. Veremos si tan poca profundidad no causa problemas.
Línea ofensiva. Cincuenta sacks, cincuenta, sufrieron los quarterbacks de los Cardinals la temporada pasada. Y fueron el peor equipo de la NFL en yardas de carrera. ¿Qué ha cambiado respecto del pésimo año pasado? Pues que un sobrepagado Daryn Colledge (exGreen Bay) sustituye a Alan Faneca. Los otros cuatro, los cabrones del año pasado. Ya puedes correr por tu vida, Kolb.
Backfield. Mala pinta. Dependen del rendimiento de Beanie Wells, muy lastrado por las lesiones durante las dos temporadas que lleva en la NFL. Los Cardinals parecían haberse cansado de esperar por Wells al draftear esta temporada a Ryan Williams en segunda ronda, pero, ¡oh, infortunio!, está lisiado para toda la temporada. Correr es de cobardes, dicen.
Defensa. Los Cardinals se han traído de Pittsburgh a un nuevo coordinador defensivo, Ray Horton. Lo malo es que no se han traído nada más de la defensa de Pittsburgh (miento, que se traen a un defensive lineman suplente en los Steelers, Nick Eason, pero no llega). El año pasado los Cards fueron el tercer equipo que más puntos recibió. Y esta temporada, lejos de mejorar, creo que incluso por nombres parece que la defensa empeora.
Línea defensiva. Los gordos de la trinchera no son malos. En absoluto. Darnell Dockett es un jugadorazo. Al otro extremo de la línea, Calais Campbell es un jugador joven ya bastante sólido. Eso sí, en el medio del frente tienen un problema. Parte como teórico titular Dan Williams, que fue elegido en la primera ronda de 2009, pero cuyo rendimiento está siendo decepcionante. No así para la industria alimenticia de la tierra. Está hermoso el nose tackle, qué tipo más grande (demasiado).
Linebackers. Muy flojos. Tanto, que ni merece la pena escribir sobre ellos.
Secundaria. El Pro Bowler Adrian Wilson lidera una unidad que debe sobreponerse a la baja de otra de las estrellas que llegan a Philadelphia, Dominique Rodgers-Cromartie. Complicado. El novato de primera ronda Patrick Peterson parece que tendrá oportunidades en el corner. Miedito.
Equipos especiales. Arizona tiene buenos pateadores. Ben Graham es un punter de garantías y Jay Feely, tras un año regulero en los Jets, demostró que es un kicker de garantías. Y no solo pateando, ojo.
Equipo técnico. Los Cardinals estrenan coordinadores ofensivo y defensivo. Señal inequívoca de que la temporada pasada ni ataque ni defensa funcionaron. La quema no ha alcanzado a la cabeza del equipo técnico, Ken Wisenhunt, probablemente porque el recuerdo de los dos años anteriores pesa mucho. Pero probablemente él es el principal responsable del fiasco del año pasado. Un equipo que depende tanto del juego aéreo no puede protagonizar un esperpento como el del año pasado. Primero parecen confiar en Leinart, lo despiden antes de empezar la temporada, luego en Derek Anderson, pero es un desastre y confían el puesto al pobre Max Hall, que no estaba para estos trotes, vuelta a Anderson, nuevo fracaso, luego un tal Skelton... Una vergüenza.
Calendario. Al contrario que los Rams, el calendario se ha portado con los Cardinals. Comienzan con dos partidos muy asequibles. Carolina en casa y Washington en Maryland. Cuatro de sus últimos cinco partidos (todos ellos contra equipos con récord negativo el año pasado) los disputará en casa.
Pronóstico. Terceros de la NFC Oeste. Nada de playoffs, claro. Este equipo tiene muchos agujeros. La línea ofensiva, las dudas en el juego de carrera, la fragilidad de sus linebackers y una secundaria poco fiable. Si Kolb funciona y Fitzgerald vuelve a la forma de hace un par de años, pueden pelear, pero me parece complicado.
Seattle Seahawks
Temporada pasada: 7-9. 1.º NFC Oeste. 8.º NFC (por balance victorias-derrotas; 4.º cabeza de serie en playoffs). Playoffs: ronda divisional, perdieron contra los Chicago Bears.
Quiénes son. Los Seahawks son una franquicia relativamente joven. Están en la NFL desde 1976. Desde entonces, acumulan penas y glorias poco significativas. Su mayor éxito, en 2005, llegar a la Super Bowl. Últimamente, temporadas mediocres, pero la pasada se plantaron en playoffs con récord negativo (por primera vez en la historia desde que se disputa una temporada regular de 16 partidos) y eliminaron en un vibrante partido a los vigentes campeones, los Saints. Vibrante, literalmente. Porque lo que más mola de esta franquicia (según mi opinión) es su peculiar estadio y ruidosa afición. Se salen:
Música. Qué os voy a contar de la música de Seattle. Supongo que es "el lugar" de los 90. Dicho esto, a mí no me maravilla el grunge y todo el rollo Seattle, pero algo de eso hay que poner. ¿Nirvana o Pearl Jam? Eddie Vedder es un poco moñas y bastante pesado, y Kurt Cobain un icono publicitario un tanto cansino, así que no tengo claro con qué quedarme. Venga, Nirvana.
Qué se espera de ellos. Entre poco y nada. Aunque en una división tan floja nunca se sabe. Tampoco se esperaban grandes cosas el año pasado y se plantaron en la ronda divisional de la NFC. Eso sí, entonces era un equipo revitalizado, con cierta ilusión por la llegada de Pete Carroll, el entrenador que les iba a salvar de sus miserias. Esta temporada caminan sin rumbo. Sin quarterback, quiero decir. Es cierto que incorporan fichajes interesantes, como el de Sidney Rice, pero para que un receptor funcione tiene que recibir pases. Y para eso se la tiene que pasar alguien. Un problemón.
Quarterback. ¿La peor pareja de la liga? Tarvaris Jackson y Charlie Whitehurst, mierda pura. Tras diez años en la franquicia como quarterback titular (siempre que las lesiones no se lo impedían), Matt Hasselbeck abandona Seattle. Para ocupar su lugar, llega un quarterback que fue titular temporada y media en Minnesota (siempre discutido) y luego suplente de Favre. Cómo estaría progresando que a pesar de que los Vikings estaban sin QB (Favre se retiraba y Ponder no había sido elegido todavía en el draft), decidieron no hacerle oferta de renovación. No solo no es un jugador muy capaz, sino que además se cree bueno. Si es titular, el peor de la división con diferencia. Whitehurst es otro ejemplo de lo injusto que es el mundo. De que la economía de mercado no funciona. Porque si no, explicadme cómo un tipo que, desde que fue elegido en 2006 por los Chargers, se pasó tres temporadas sin jugar en San Diego y, el año pasado, firmó un contrato por dos años con Seattle a cambio de 8 millones de dólares (4 por año). A cambio de sus primeros 4 millones, participa en 5 partidos (apenas 2 completos) y da muestras de que no vale para la NFL. Eso sí, en el partido más importante, en el que los Seahawks consiguieron la temporada pasada su título de división frente a los Rams, no lo hizo mal. Fue el mejor partido de su carrera, y aún así su passer rating fue de 84,5 (con el rating del mejor partido de su vida, sería el 18.º de la NFL por media de passer rating la temporada pasada). Caca de la vaca.
Receptores. Aquí los Seahawks van bastante bien surtidos. Llega Sidney Rice, un excelente jugador que parece anteponer el vil metal a los intereses deportivos. Ya, nunca se sabe, pero este tío venía de los Vikings, de jugar una final de la NFC hace un par de años (donde también es cierto que el proyecto para la temporada que viene no invita especialmente al optimismo), y llega a un equipo sin opciones de luchar por nada importante y en el que disfrutará de los servicios de Tarvaris y Charlie como pasadores. Buena noticia para los Seahawks, eso sí. Y junto a él un jugador que demuestra que nunca es tarde. Mike Williams. Un receptor elegido en primera ronda del draft de 2005 por los Lions, con bastante polémica, ya que el tío hizo lo imposible por llegar antes de tiempo a la NFL (la universidad no estaba hecha para él), pero que demostró que llegaba demasiado pronto. Tres años dando pena y a casa. Un par de años retirado de la NFL, encontrándose a sí mismo, y llega a los Seahawks para protagonizar una excelente temporada (la pasada). Esta es su historia (lo siento, la calidad del vídeo no es la mejor, pero la historia merece la pena):
Aparte de Williams y Rice, Obomanu y Golden Tate aportan profundidad, y Zach Miller, garantías desde el puesto de tight end. Menos mal que ficharon a este último, porque John Carlson, titular la temporada pasada, se ha lesionado de gravedad y se perderá la siguiente.
Línea ofensiva. Tiene buena pinta. Los Seahawks han conseguido refuerzos importantes, a los que debe acompañar el progreso de Russell Okung, primera ronda de 2010. Las dos primeras elecciones de los Seahawks en el pasado draft también fueron jugadores de línea ofensiva, y llegan jugadores con experiencia como Robert Gallery, de los Raiders. De los Raiders también procede el nuevo entrenador de la línea, Tom Cable. Iba a decir que no entiendo cómo los Raiders echaron a Cable cuando parecían empezar a construir un proyecto sólido con este head coach, pero claro que lo entiendo: Al Davis. Buena pinta, pero poca experiencia.
Backfield. A los Seahawks les tocó la lotería con Marshawn Lynch. Carentes de un juego de carrera durante toda la temporada regular (penúltimos en yardas terrestres de la NFL), consiguieron una amenaza terrestre mediada la temporada con la incorporación de Lynch. Un jugador irregular, sí, pero también capaz de conseguir una de las jugadas más memorables (si no la que más) de los pasados playoffs.
Justin Forsett y Leon Washington completan la unidad de corredores de los Seahawks, que por nombres parece ofrecer garantías y profundidad, pero que debe ser mucho más regular que la temporada pasada, donde fallaba más que una escopeta de feria.
Defensa. La defensa de Seattle, que no se caracteriza por su solidez, afronta para la próxima temporada cambios importantes. Se han ido algunas de sus señas de identidad (Tatupu), lo que obliga a dar un paso adelante a jugadores como Leroy Hill. No me convence nada. Creo que van a sufrir.
Línea defensiva. Seattle cuenta con dos buenos jugadores en los extremos de la línea, Red Bryant (los problemas de la defensa se agravaron cuando cayó lesionado la temporada pasada) y Chris Clemons. Por dentro, una nueva cara procedente de Arizona, Alan Branch, y el renovado Brandon Mebane. Decente, sin alardes.
Linebackers. Lofa Tatupu, la referencia de la unidad en los últimos años (y uno de los nombres que más molan de la NFL, ¿que no?), no sigue en Seattle. Leroy Hill y Aaron Curry deberán, como dicen los estadounidenses, step up (dar un paso adelante). Tarea complicada. Hill se perdió casi todo el año por lesión. Curry promete, y está en último año de contrato, así que debe hacer méritos para conseguir otro interesante. David Hawthorne jugará por dentro. Veo bastante fragilidad.
Secundaria. Los Seahawks cuentan con una secundaria muy física (la expresión es un poco absurda, pero se entiende). Eso sí, no muy eficaz. En las esquinas, Marcus Trufant y Walter Thurmond. Estos jugadores ocuparán el puesto dejado por Kelly Jennings, jugador que fue elegido en primera ronda y que fue traspasado a los Bengals. En el puesto de safety, dos jugadores muy poco curtidos, Earl Thomas y Kam Chancellor. Para compensar un poco, Atari Bigby, exPacker que se ha tirado últimamente más tiempo lesionado que activo. Es un buen jugador, pero su estado físico suscita muchas dudas.
Equipos especiales. El kicker con nombre más operístico de la NFL ya no está en Seattle. Olindo Mare se ha ido a los Panthers. Llega en su lugar Jeff Reed, que tras ser muchos años el kicker de los Steelers, fue impíamente despedido mediada la temporada pasada. Buen jugador. Jon Ryan, el punter, es un jugador correcto. Dejo lo mejor para el final. Una de las mayores virtudes de los Seahawks es el juego de retorno. Leon Washington, amenaza constante. No sería la primera vez que Seattle gana gracias a él. Por ejemplo, a un equipo muy superior como los Chargers. Ya puse este vídeo el año pasado, pero merece la pena volver a verlo.
Equipo técnico. No soy un entusiasta de Pete Carroll. A su favor, hay que decir que sacó petróleo la temporada pasada de un equipo bastante malo. Es obvio que el sistema de competición le permitió llegar mucho más lejos de lo que llegaría este equipo si estuviese en cualquier otra división de la NFL, pero olé por ellos. En definitiva, me parece un muy buen motivador, pero como estratega no me parece ninguna maravilla. Creo que la inercia positiva se ha acabado. Eso sí, me gusta el fichaje de Tom Cable.
Calendario. El calendario de los Seahawks no ayuda. Tienen teóricamente el más difícil de la división. Como el año pasado fueron campeones de división, los dos partidos que disputarán contra equipos diferentes al resto de rivales divisionales son frente a otros líderes de división en 2010. Con todo, podía haber sido peor. Serán Falcons (jodido) y Bears (dentro de lo que cabe, asequible).
Pronóstico. Últimos de la NFC Oeste y, quizá, de toda la conferencia. Me da mal rollo este equipo. Estáis de enhorabuena aficionados de los Seahawks, después de lo que acabo de escribir ganáis la división.
* * *
Termino esta previa con ostensible retraso y a menos de una semana de que empiece la NFL. Un puto desastre. Las siguientes predicciones serán exprés. Mi idea es quitar el 80% del contenido de las dos que habéis podido leer. Me quedaré con lo importante: la introducción histórica y la música. Lo demás se acortará significativamente. A ver si así me da tiempo a llegar al próximo domingo con las previas de todas las divisiones publicadas. La siguiente será la NFC Sur, que la NFL comienza el próximo jueves con un partido entre un equipo de esa división y otro de la NFC Norte.
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ligera patinada con el tema de la música emo, que jimmy Eat World es un grupazo, pero el artículo mola, como siempre! ;)
ResponderEliminarTío, con lo de Kurt Cobain te has pasado mucho. Casi tanto como poniendo a los niners como campeones.
ResponderEliminarSi hubieras puesto a Hendrix habías quedado de puta madre.
Un saludo!
Así me gusta, poniendo a mis niners en playoffs!
ResponderEliminarNo entiendo por qué muchos analistas de la NFL los ponen últimos o penúltimos, incluso hay uno que pronostica que ganaran solo 2 partidos.
Vale que son malillos, sí, pero en esa división no lo parecen tanto y creo que lucharán con los Rams por ganarla.