No tengo nada claro quién va a ganar la NFC Sur. No me terminan de convencer los Saints, porque después de ganarlo todo se pierde hambre; los Falcons tienen buena pinta y casi todos los dan como favoritos, pero no sé por qué son un equipo del que no me acabo de fiar; los Panthers, sin embargo, me tienen mejor pinta de la que muchos prevén, a pesar de la baja, que seguro notan, de Julius Peppers; y los Buccaneers
Y es que la NFC Sur es una división dura. Dura y de duros [esto me recuerda al chiste sin gracia de mi profesor de plástica del colegio: soy más que duro, soy seis pesetas ¿qué por qué lo cuento si no tiene ninguna gracia? no lo sé]. Como diría Manquiña, va a haber hondonadas de hostias aquí, eh.
Veamos con algo de detenimiento la pinta que tiene cada equipo antes de hacer la absurda predicción.
New Orleans Saints. Empecemos desvariando un poco. Permitidme un breve excurso. Va a ser un poco incendiario, quizá me gane algún es una mierda por esto. Ya dije alguna vez que, en último término, el deporte profesional es de los aficionados. Son el origen de las ingentes cantidades de dinero que mueve el deporte. Los salarios del gran número de personas que vive directa o indirectamente del deporte se deben a ellos. Por eso, dejando a un lado mis equipos, de los que soy por diferentes motivos, tiendo a preferir que ganen los equipos que según mi (subjetivo y seguramente equivocado en la mayoría de los casos) criterio tienen la mejor afición.
No sé si recordáis la teoría de la satisfacción marginal decreciente en la victoria. Esto es algo parecido. Tiendo a ir con el equipo que genere una mayor satisfacción global gracias a su victoria. Ojo, digo "tiendo", es un factor, pero no el único. La satisfacción global vendría a ser la suma de las microsatisfacciones subjetivas de cada aficionado de dicho equipo. En palabras no pedantes, tiendo a ir con el equipo que genera mayor alegría (el que hace que se alegre más gente que se alegre mucho) [si algún m*dr*d*sta tiene la tentación de comentar que entonces por qué no voy con el equipo-que-no-debe-ser-nombrado le anticipo que, entre los motivos por los que celebro las derrotas de it-who-shall-not-be-named está que para ese equipo, para su afición, ganar no supone una alegría, sino el cumplimiento de una obligación; vamos, que si no ganan es un fracaso y si ganan pues bueno, vale, una pequeña satisfacción, na más; que si ganan la liga no está garantizado que los jugadores, el entrenador o el presidente (o varios de los anteriores) estén encabronados --sigo haciendo amigos, esperad que viene más--].
Igualmente pero al revés, prefiero que pierdan los equipos que no tienen afición [ahora haré más amigos aún]. Por mí, que descienda el Getafe. Si es que tiene el estadio más grande del mundo: nunca se llena. No me extraña. Los del Getafe son del equipo-que-no-debe-ser-nombrado o del Atleti. Nadie es del Getafe. ¡Si hasta su propio presidente es socio del equipo-que-no-debe-ser-nombrado! Es un equipo sin (mucha) afición. Si el equipo de su ciudad gana, pues bien. Anda que no gusta subirse al carro del ganador cuando las cosas van bien. Pero si baja a Segunda B iban a ir cuatro gatos al campo. Los lugares de privilegio, en la elite del deporte, (para mí) los deberían ocupar equipos con afición de verdad. El Cádiz. El Betis. El Oviedo (30.000 personas en partidos de Tercera División, ahí es nada). El Sargal, que merece la Asobal. El CAI Zaragoza, que estando en LEB (segunda división, para que entiendan los que no siguen el baloncesto español --mal hecho, si es así--) era el equipo con mayor asistencia media a su pabellón de toda Europa.
¿A qué viene toda esta mierda? Evidentemente, no lo escribo para conseguir el favor del público. Muchos pensaréis que soy imbécil, aún más de lo que pensabais. Bueno. Prefiero ser sincero. Esto viene a que me alegré mucho de la victoria de los Saints la temporada pasada. Comentaban en NFL Network durante el 14.º partido de la regular season de 2009, primero que los Saints pierden (contra los Cowboys), que la identificación de Nueva Orleáns con sus Saints era total, casi igual que la que sentían en Green Bay por los Packers. Quizá exageraban, y quizá el apoyo estaba "inflado" por la excelente temporada del equipo, pero no cabe duda de que en Nueva Orleáns los Saints importan. Tienen afición. Esto es lo que pasaba en las calles de Nueva Orleáns el 7 de febrero de este año (ved el vídeo, os lo recomiendo, es cojonudo, hasta el audio es genial; espero que hayáis terminado de escuchar la canción de The Clash, que es cortita):
Después de la borrachera viene la resaca, es inevitable. Salvo que tengas 17 o 18 años (¿17? ¿pero qué dices, estás promoviendo el consumo de alcohol por menores de edad? no, pero me limito a constatar una realidad: con 17 o 18 años sales a morir los días consecutivos que hagan falta; más tarde, el físico se resiente), después de una gran juerga, la resaca te destroza al día siguiente. ¿Estarán los Saints de resaca el año que viene? ¿Sufrirán lo que Bill Simmons llama The Disease of More (la Enfermedad de Más, que viene a ser la que sufren los equipos en los que, después de una gran temporada, los egos de los jugadores crecen hasta el punto de que miran sólo por su rendimiento individual en vez del del equipo --si pensáis en la tercera y en la vigésima primera letra del abecedario, y le adjuntáis el número IX, tenéis un ejemplo de un personaje que lleva esto al extremo-- y todo ello hace que los resultados del equipo sean peores)? Yo me temo que al menos un poquito sí que lo notarán.
Sin embargo, creo que los Saints volverán a ganar la NFC Sur. No tengo dudas de que al menos la pelearán. ¿Por qué? Porque aunque es verdad que han perdido a un par de jugadores importantes (dos titulares, el linebacker Scott Fujita y el defensive end Charles Grant) conservan la esencia del que fue el mejor equipo la temporada pasada. Y eso de que no apuesten por ellos no significa que no vayan a triunfar. Lo vimos el año pasado: nadie apostaba por ellos en los playoffs, pero ganaron la Super Bowl. No subestiméis el Nobody Believes In Us Factor, que siempre motiva a los equipos. Este año pasa algo parecido al pasado: nadie apuesta por los Saints, ni siquiera para ganar su división. Y eso que, aunque han tenido bajas importantes en defensa, su ataque es el mismo. Y tampoco es que se caracterizasen por su excepcional defensa (la 21.ª de la NFL contra la carrera y la 26.ª contra el pase; ¿cómo era eso de que las defensas ganan campeonatos?).
Eso sí, ya se han visto los primeros indicios del Disease of More: la renovación de Pierre Thomas, cuya temporada fue excepcional y fue clave para ganar la Super Bowl, se hizo por una cantidad de dinero que no satisface demasiado al jugador. Y es que la comparación es, también en este caso, odiosa: mientras Thomas cobrará la temporada que viene 1,7 millones de dólares, a Reggie Bush le pagarán 8 de los grandes. Sí, es cierto que Bush es más polivalente, es más difícil de sustituir (porque hay pocos como él en la NFL) y que Thomas se beneficia de la presencia de Bush en el campo. Pero los números son devastadores: en 2009 Bush hizo 390 yardas; Thomas 793 yardas. El jugador que hace el doble de yardas cobra el 21% del sueldo del que hace la mitad. Ah, Bush fue número 2 del draft de 2006 y Thomas no fue drafteado, por si alguien no se explicaba la diferencia. Eso sí, Bush hizo un gran partido contra Arizona en los playoffs del año pasado. ¿Cuánto tiempo vivirá de ese partido? Seguramente bastante. No hay Bush bueno.
Bueno, vamos a analizar con algo de detalle la plantilla de los Saints para la próxima temporada.
Al mando del ataque volverá a estar Drew Brees, que es sin duda uno de los tres mejores quarterbacks de la liga, si no el mejor. Lo demostró la temporada pasada. Sus playoffs fueron históricos. Y su actuación en el Partido, fue de las mejores de todos los tiempos. No es exagerado, lo dicen los números y lo dice el partido. Si quitas el primer drive, Brees hizo una Super Bowl prácticamente perfecta. Y eso que era su primera vez en el Partido. Habrá que ver si Brees sigue con la misma hambre que la temporada pasada. Aunque la sensación de necesidad no sea la misma, no creo que Brees deje de darlo todo por su equipo. Espero que vuelva a estar entre los tres mejores QB de la NFL. En este importante apartado del juego, la ventaja en la NFC Sur es para los Saints, con diferencia. Eso sí, los Saints son un caso de dependencia absoluta de la salud de su quarterback. Como se lesione, adiós temporada. Además, este año ya no está Mark Brunell, que si bien no es Brees, sí es un QB con experiencia en la liga (y muy querido por la Zona Roja). Vamos, que no hay plan B.
Los socios de Brees a la hora de lanzar los pases volverán a ser los del año pasado. Unos tíos más que competentes. Liderados por Marques Colston, con un Robert Meachem que todavía tiene bastante margen de mejora (fue una primera ronda del draft que aún no ha justificado su elección) y con otro veterano como Devery Henderson, forman una de las mejores unidades de receptores de la liga. En cuanto a los tight ends, la incógnita es si Jeremy Shockey aguantará un año más sano y rindiendo. Su sustituto habitual, David Thomas, fue un buen suplente y otra arma valiosa para el juego de pase de los Saints. Además, previendo el declive de Shockey, los Saints utilizaron su tercera elección del draft de este año para elegir a un tight end, a un ex-jugador de baloncesto universitario, Jimmy Graham.
Los orondos guardaespaldas de Drew, la línea ofensiva, está también en la elite de la NFL. Plagada de Pro-Bowlers, el año pasado faltó Jammal Brown (dos veces Pro-Bowler), pero su baja no se notó; tanto es así que los Saints decidieron traspasarlo hace poco a Washington. En un reciente artículo, Yahoo! Sports calificó a la línea ofensiva de los Saints como la mejor de la NFL.
¿Un poco más de música? ¿Por qué no unos finlandeses con cantante argentino? Los Flaming Sideburns, Loose (sic, no tengo claro si querían, y por tanto deberían, decir lose --perder--, pero loose --liberar-- también tiene sentido) My Soul:
El juego de carrera de los Saints es también más que decente. Vamos, que no estamos ante unos Colts, que puedes desactivar parando su juego de pase (sí, es mucho decir, pero bueno), sino que la carrera de los Saints también te puede destrozar. Ya hablamos de Bush y de Thomas antes. Thomas fue esencial en los playoffs. Estuvo enorme. Bush, por mucho que sea un jugador sobrepagado (que lo es) y sobrevalorado (ya no tanto, de hecho la moda últimamente es criticarlo), es una amenaza de big play considerable. Hay que prestarle atención. Por otra parte, el juego de carrera de los Saints ha sufrido la baja de Mike Bell, por lo que es probable que otros corredores, como Lynell Hamilton, vean como aumenta su protagonismo. En cualquier caso, me parece un juego de carrera más que decente, y creo que un tanto infravalorado (¿Bush sobrevalorado y el juego de carrera infravalorado? ¿No es contradictorio? No, no lo es).
Con todo lo dicho, la conclusión es evidente: el ataque de los Saints es temible. El año pasado fue el mejor de la NFL, tanto en yardas como en puntos anotados. Y este no han cambiado las piezas. Aunque vayan perdiendo por más de 10 puntos, el rival tiene que andarse con cuidado, porque vuelven. El año pasado, de hecho, protagonizaron muchas remontadas. Quizá demasiadas, lo que revela una de sus debilidades: les cuesta empezar bien. Van demasiado a remolque. Pasemos a la defensiva.
La defensa de Nueva Orleáns no es la mejor de la NFL, pero es muy oportunista. Puede flojear durante todo un partido, pero a la hora de la verdad responde. Que se lo digan a los Vikings y a los Colts. Gracias a dos intercepciones en el momento más oportuno los Saints ganan a Minnesota e Indianapolis en la final de la NFC y en la de la NFL.
La línea defensiva ha sufrido una de las bajas más sensibles de la franquicia, la de Charles Grant, jugador que, a pesar de su tendencia a las lesiones, fue titular en los 16 partidos de la temporada regular. Le sustituirá otro veterano procedente de los Bears, Alex Brown. El líder de la línea volverá a ser Will Smith, que la temporada pasada consiguió su récord de sacks, 13. En cualquier caso, los Saints deben mejorar en su defensa a la carrera, y la línea deberá colaborar en ello.
El equipo de linebackers ha sufrido la comentada baja de Fujita. Baja importante para una unidad que no está entre las mejores de la NFL. Shanle, que ya fue titular la temporada pasada, y Dunbar deberán tratar de cubrir la baja de Fujita. La secundaria sufrió muchas lesiones el año pasado, ya que varios cornerbacks (Greer, Porter, Gay y Jenkins) fueron baja en diversos partidos. Eso explica, en parte, que los Saints fuesen el 26.º equipo de la liga en la defensa contra el pase. Para solucionar este aparente problema, los Saints utilizaron su primera elección en el draft en un cornerback, Patrick Robinson. Por otra parte, sigue Darren Sharper (Osama Bin), ya un poco mayor, pero con ganas de guerra, como prueba la batalla twitteriana que mantuvo con Shiancoe y que ya comentamos en el análisis de los Vikings. No está mal, pero tampoco bien. Digamos que en defensa los Saints son vulnerables, y que dependen, en gran medida, del oportunismo defensivo en los momentos calientes. ¿Pero esto es algo que se entrena o es suerte? Ah, la suerte, anda que no hace falta para ser campeón.
Los equipos especiales de los Saints seguramente estén entre los mejores de la liga. Su kicker, Garret Hartley, es más que fiable, y como probó en la prórroga de la final de la NFC, no le tiembla la pierna en los momentos importantes (¿se valora suficientemente la importancia de un buen kicker? en los tiempos que corren, en los que los pateadores fallan más que una escopeta de feria, creo que debería valorarse más). El punter, Morstead, que también se ocupa de los kickoffs, también tuvo su momento de gloria en la Super Bowl cuando chutó un onside kick perfecto. En su primera temporada en la liga, ahí es nada. De los retornos se ocupan Roby y Bush, que, como probó contra los Cards, te la puede liar, aunque también se la puede liar a su equipo si deja de pedir algún fair catch cuando debe.
Por último, el calendario de Nueva Orleáns. Es teóricamente el más fácil de su división (27.º más duro de la liga, que contrasta con el 20.º lugar de los Falcons) y juegan 3 de sus 4 primeros partidos en el Superdome, pero ojo porque se las traen. Comienzan contra Minnesota (partido durísimo), van a San Francisco (complicado) y reciben a Falcons y Panthers (partidos que, aparte de difíciles, son decisivos, y que como no hayan tenido buenos resultados en los dos primeros afrontarán con bastante presión). Cuatro duros partidos de cuyo resultado dependerá en buena medida su temporada. Así que por calendario teórica ventaja, aunque ya pueden andarse con cuidado porque como empiecen mal la temporada se pondrá muy cuesta arriba.
En definitiva, si son capaces de controlar el Disease of More y mantener una adecuada motivación, los Saints deberían volver a ganar su división. En todo caso, deberían estar peleando por ella. Nos vamos a la ciudad de la CNN, de la Coca Cola y de uno de los aeropuertos de mayor tráfico de los Estados Unidos.
Atlanta Falcons. La mayoría de predicciones que se han hecho a estas alturas de offseason dan a los Falcons como ganadores de su división. Hay casi unanimidad. La verdad es que hay argumentos para pensarlo: si el año pasado estuvieron razonablemente bien con sus algunos de sus mejores jugadores lesionados, cómo estarán esta temporada si les respetan las lesiones (nótese que siguen 21 de los 22 jugadores titulares en ataque y defensa, sólo el cornerback Chris Houston es baja). Su quarterback tiene un año más de experiencia; su running back, si está sano, será de los mejores de la NFL, y sus jugadores veteranos son más que fiables. Dediquemos unas líneas a analizar al equipo línea por línea.
Matt Ryan es todavía una promesa. Pero una promesa de quarterback de elite, ojo. La próxima será su tercera temporada en la NFL. En la primera, consiguió guiar a su equipo a los playoffs (ahora no es tan raro que un quarterback rookie lleve su equipo a playoffs, pero no deja de tener mérito, sobre todo cuando no se limita a darle el balón al running back de turno, como terminó por hacer Mark Sanchez el año pasado). En la segunda, aunque Atlanta se quedó fuera de la postemporada, consiguió que la franquicia, por primera vez en su historia, encadenase dos temporadas ganadoras. Su temporada, como se suele decir en estos casos, fue "sólida". Hay que decir también que estuvo mermado por las lesiones, y llegó a perderse dos partidos. Eso sí, aunque el plan A de los Falcons sea peor que el de los Saints, por lo menos Atlanta tiene plan B: Chris Redman es un quarterback que puede jugar en la NFL.
Ryan tiene la suerte de contar con excelentes receptores. Roddy White volvió a hacer un temporadón que le valió su designación como Pro Bowler. No es para menos, ya que es el tercer receptor mejor pagado de la liga. Jenkins hizo una temporada decente (que podría haber sido mejor, ya que la atención de las defensas suele centrarse en White). Además, Harry Douglas volverá después de una temporada en blanco (como las cuatro últimas de Florentino P. como presidente de cierta entidad). Sin embargo, el segundo objetivo de los pases de Ryan podría ser un veterano que parece vivir una segunda juventud, el tight end Tony Gonzalez (867 yardas y 6 touchdowns).
La línea ofensiva de los Falcons, una vez más, si no hay lesiones, forma una unidad muy buena. Hace dos años abrieron camino para que el equipo consiguiese 2443 yardas de carrera, aunque el año pasado, mermada por las lesiones, la cantidad de yardas bajó considerablemente, hasta las 1876 (en la media de la liga).
Aunque el juego de pase de Atlanta es muy bueno, el jugador que debería marcar las diferencias es Michael Turner, The Burner. Tanto, que el éxito del equipo esta temporada dependerá en buena medida del rendimiento de Turner. Si vuelve a ser el de hace dos años, los Falcons serán un equipo con un ataque temible y muy difícil de parar. Y seguramente volverán a playoffs. Si no pueden contar con un Turner a pleno rendimiento, será complicado que luchen por la división o por plaza de playoffs. El año pasado fue otra víctima de la plaga de lesiones que asoló a los Falcons. La próxima podría volver a la lucha por el podio de los corredores, que quizá completa con Chris Johnson y Adrian Peterson. El backfield de Atlanta lo completan Jerious Norwood (también víctima de lesiones el año pasado) y Jason Snelling, que tuvo su oportunidad gracias a las bajas y que tuvo un rendimiento, digamos, correcto.
La defensa quizá es demasiado blandita. Es lo que no me termina de convencer de los Falcons, y lo primero que intentaron corregir en el draft con la selelección de jugadores defensivos (Sean Weatherspoon, linebacker, y Corey Peters, defensive tackle) con sus primeras elecciones. Normal. Los Falcons fueron la 21.ª defensa de la NFL (aunque 14.ª en puntos recibidos), especialmente mala contra el pase (28.ª de la liga). Desde Yahoo! Sports sugieren que utilicen más el blitz.
La línea defensiva estuvo floja. Solo 21 sacks. Es verdad que faltó (¿otro lesionado más? sí, otro más) el novato Peria Jerry, y Babineaux y John Abraham (que jugó bastante peor que en 2008) fueron aplacados con bastante facilidad. Este año volverá Jerry y el rookie Peters debería unirse a la rotación de los Falcons, cuya línea debe dar un paso adelante. En cuanto a los linebackers, Weatherspoon debería ser el heredero del veterano Mike Peterson y la unidad volverá a estar encabezada por Curtis Lofton (no lo confundáis con Chris), líder defensivo de los Falcons el año pasado. La secundaria, que como muestra la estadística no estuvo a la altura, contará con el refuerzo de Dunta Robinson, ex de los Texans, aunque (otra vez) resulta un poco preocupante que tras la grave lesión que sufrió en 2007 su rendimiento no ha sido el mismo. En cualquier caso, punto débil.
Terminamos el análisis de la plantilla con los equipos especiales. No está claro quién será el kicker la temporada que viene. Estuvieron probando a pateadores de la liga canadiense (CFL, que, por cierto, acaba de empezar y la podéis ver, si lo tenéis, en NFL Network). En principio, Matt Bryant, que fue el sustituto de Elam al final de la temporada pasada, y Steve Hauschka, suplente en los Ravens la temporada pasada, deberán luchar por el puesto. Incertidumbre y desventaja en este punto en relación con los Saints. Finalmente, la unidad de retorno es relativamente buena (9.ª en retorno de punts y 6.ª retornando kicks), aunque este año se espera que el novato Dominique Franks asuma labores de retorno para que Norwood y Douglas se centren en sus labores principales de ataque.
El calendario es en teoría el más duro de toda la división, aunque hay que hacer varios matices: comienzan en Pittsburgh ante unos Steelers sin Big Ben (qué suerte) y continúan en casa contra unos Cardinals cuyo registro de la temporada pasada seguramente sea engañoso. Además, jugarán contra unos Eagles cuyo balance del año pasado, probablemente, tampoco es representativo de la calidad del equipo este año.
Bueno, que hay algo que no me convence de los Falcons. Los veo algo blanditos. No les falta calidad, es evidente, pero no sé si tienen la rudeza necesaria para sobrevivir en el sur.
Carolina Panthers. Los Panthers me daban muy buena espina. Después de la lesión de Steve Smith, no tanta, pero sigo creyendo que son mejores de lo que predicen muchos. Creo que arrastran buen karma de la temporada pasada. ¿Qué es eso del buen karma? Pues que en la NFL, aunque la no-temporada sea la más larga del mundo mundial, hay una cierta tendencia a que quien mal acaba (la temporada anterior) mal empieza (la siguiente). Y al revés, quien bien acaba, bien empieza. Por ejemplo, la temporada 2008, los Saints acabaron bien aunque no llegaron a playoffs, y la pasada la empezaron bien (13-0, nada menos). Sin embargo, la otra cara de la moneda fueron los Panthers o los Titans: acabaron la temporada 2008 con dolorosas derrotas en la postemporada, a las primeras de cambio después de una gran regular season. A los Panthers los destrozaron los Cardinals, Warner y Fitzgerald a la cabeza. Mal karma. Así empezaron en 2009.
Los Panthers terminaron bien la temporada 2009. Volvían a ser el equipo rocoso y temible que atemorizaba a los enemigos del sur. Ya no eran los lindos gatitos de inicio de temporada. Se habían librado de Jake Delhomme y jugaban con Matt Moore de quarterback titular, que lo hizo bastante bien. Incluso llegaron a ganar a algunos de los mejores equipos de la liga, como Minnesota, en un partido en el que Favre y Childress tuvieron sus más y sus menos, ya que el entrenador, viendo los golpes que estaba sufriendo su longevo QB, pretendía sentarlo, a lo que se negó el veterano-aunque-con-cabeza-de-preadolescente-seguidora-de-la-saga-Crepúsculo jugador.
No obstante, es verdad que los cambios en la plantilla, bastante importantes en algunas líneas, pueden cortar este karma positivo. Carolina pierde 3 titulares del ataque (una de las pérdidas es la de Delhomme, muchos la celebrarán) y 4 en defensa (la más importante, la de Peppers). Han soltado lastre en términos de coste monetario y han rejuvenecido la plantilla. A pesar de esto, yo creo que siguen siendo un muy buen equipo. Os digo por qué, que lo del karma como que no queda muy científico.
¿Quién será el quarterback titular de los Panthers? Aunque no estaba del todo claro, los Panthers se han decantado por la opción conservadora, Matt Moore, que tiene la experiencia, más que positiva, de la temporada pasada. La otra opción es Jimmy Clausen, uno de los mejores quarterbacks de la promoción de 2010 que, aunque se esperaba su selección en primera ronda (incluso en el top-10), no fue elegido hasta que llegó el turno de Carolina en la segunda. Este loco bajito es todavía un proyecto de futuro, pero seguro que si Moore no responde tendrá su oportunidad.
En el equipo de receptores, el jugador más destacado es Steve Smith, que ha protagonizado otra de las historias escabrosas de la offseason. Smith se ha roto hace poco un brazo. No temáis, que dicen que no es todo lo grave que podría, ya que los médicos dicen que Smith estará listo para jugar el primer partido de la temporada. Lo truculento de la historia es cómo se ha producido esta lesión. Como imaginaréis, los equipos prohiben a sus jugadores realizar actividades de riesgo para su salud, con el fin de mitigar el riesgo de lesiones en offseason. Sin embargo, la cabra tira al monte, y un jugador de football, normalmente, es de esos pocos privilegiados que viven de hacer lo que les gusta. Tanto, que no son capaces de resistirse a jugar alguna pachanguilla de vez en cuando. Con precaución, claro, no vaya a pasar nada malo; pero a veces lo malo pasa. Eso es lo que le ha sucedido a Smith. Estaba el hombre jugando una inocente pachanguilla de flag (¿qué te puede pasar jugando al flag, si ni siquiera hay placajes?) cuando la mala fortuna dispuso que el receptor de los Panthers, en una mala caída, se rompiese un brazo. Se escurrió, se apoyó mal, y crack. En un principìo, para quitarle algo de hierro al asunto, se dijo que estaba jugando con niños. Sin embargo, informaciones posteriores decían que no estaba tan claro que los compañeros de juego fuesen inocentes infantes, sino que eran adultos. Menudo marrón.
Líos extradeportivos aparte (o deportivos, porque estaba haciendo deporte e influye en la parcela deportiva), la unidad de receptores dependerá en gran medida de que Smith esté. Y por esté me refiero a que esté a su nivel. Detrás de él, hay una serie de receptores de fiabilidad todavía no probada. Muhammad ya no está. Dwayne Jarret podría ser el número 2. También podrían serlo los dos receptores elegidos en el draft de este año. Dos terceras rondas, Brandon LaFell y Armanti Edwards, y una sexta, David Gettis. La combinación QB inexperto-receptores inexperto puede ser explosiva.
Dada la inexperiencia del quarterback, sea quien sea, el juego de carrera debería asumir la responsabilidad en el ataque de Carolina. Y es que los Panthers cuentan con un backfield de primera, con DeAngelo Williams a la cabeza. Jonathan Stewart y él consiguieron un récord el año pasado que prueba la fortaleza del equipo de corredores de los de Charlotte: por primera vez, dos running backs de un mismo equipo superaban las 1100 yardas de carrera en una temporada. Y hay más: Sutton cumplió perfectamente su labor en downs cortos y Mike Goodson también puede ser de ayuda. Les falla el fullback, posición en la que pierden a Hoover y donde dependerán de Fiammetta, una cuarta ronda del draft de 2009.
La línea ofensiva sigue estando formada por los excelentes jugadores que la compusieron el año pasado. Gross, Otah y Kalil, jugadores de nivel de Pro Bowl, garantizan que de no mediar lesiones, la carrera de Carolina será muy difícil de parar. Buena base para construir un equipo.
La defensa ha perdido a su referente, Julius Peppers. Atraía dobles marcajes y, con ello, liberaba espacios para el lucimiento de sus compañeros en la defensa. Seguro que lo echan de menos. Tampoco siguen otros dos tackles titulares, Kemoeatu y Lewis. Los jóvenes Everette Brown y Charles Johnson tendrán la difícil papeleta de suplir esas ausencias, ayudados por el veterano Tyler Brayton. Eric Norwood (que también podría jugar de linebacker) y Greg Hardy, elegidos en el draft de este año, podrían tener sus oportunidades si las cosas no terminan de funcionar. Los chicos de detrás de la línea estarán liderados por Jon Beason, un linebacker de primera y probablemente el mejor defensor de Carolina tras la baja de Peppers. La secundaria es una unidad aceptable, sin más, a la que veremos cómo afecta la baja de Peppers (también) porque si la presión al pasador es menor tendrán que alargar sus coberturas a los receptores y el cansancio y los errores podrían llegar.
Los equipos especiales, flojillos. De lo peor de la liga en retornos de kickoff realizados y recibidos. Tan mal les fue que este año estrenan entrenador de equipos especiales, Jeff Rodgers. Su kicker, Kasay, está tan mayor (41) que necesitan a otro jugador para los kickoffs. El punter cumple, sin más.
Un último detalle: John Fox, el head coach, está en su último año de contrato, así que seguro que cuidará de preservar su prestigio para que no le falten ofertas en la offseason de 2011.
Calendario. No es el más duro de la división. Tampoco el más fácil, aunque sí bastante sencillo, a priori. Los Panthers tendrán el honor de inaugurar en partido oficial el New Meadowlands Stadium de Nueva York contra los Giants. El año pasado les hicieron un destrozo importante, a ver qué pasa este. Debutan en el Bank of America (sombría institución) Stadium contra los Buccaneers y recibirán visitas complicadas como las de Ravens o Bengals. Fuera, visitas relativamente asequibles (Cleveland, Seattle o St. Louis).
Bueno, como apuntaba al principio, los Panthers me dan buena espina. Traen buen karma del año pasado. A ver si lo aprovechan.
Tampa Bay Buccaneers. Para desgracia de sus seguidores, creo que los Buccaneers no intimidan tanto como el dibujo anterior. La temporada pasada les pasó a los Bucs algo parecido a lo que hablaba de los Panthers en el análisis anterior: un mal final de temporada (0-4, que hace que no se clasifiquen para los playoffs y provoca la destitución de Jon Gruden) hace que ese mal karma se prolongue durante el inicio de la siguiente (0-8). Sin embargo, en su caso no ha habido una reacción final que pueda anticipar un cambio de karma (a pesar de su sorprendente victoria en el Superdome de Nueva Orleáns). Malos tiempos para los bucaneros.
Los Buccaneers es uno de los dos equipos que pude ver en directo. La impresión no pudo ser peor. Solo se salvaron las cheerleaders y la mascota. Mirad qué maja la mascota, ahí mirando a las chicas. Escribo esto por decir algo positivo de los de Florida.
La plantilla de Tampa Bay es bastante floja. Además, han perdido a algunos de sus (escasos) mejores jugadores.
Veamos qué tenemos.
En el puesto de quarterback, los Bucs seguramente apostarán por dar continuidad a Josh Freeman, en quien parecen ver un buen QB de futuro. La verdad es que su aparición la temporada pasada fue esperanzadora. Quién sabe si en Londres vimos el debut de una futura estrella de la NFL. Después de guiar a Tampa Bay la victoria contra los Packers, se disparó la euforia con Freeman. Sus posteriores actuaciones no fueron tan buenas, pero a Freeman se agarran el equipo técnico y los aficionados de Tampa Bay como promesa para un futuro mejor. A ver si es así, pero para la temporada que viene parece que estará todavía bastante verde. De hecho, creo que los Buccaneers son el equipo que tienen peor cubierto el puesto de QB en toda la NFC Sur (con Saints y Falcons no hay discusión, pero incluso en comparación con Carolina creo que salen perdiendo).
Quizá la baja más importante de los Bucs sea la de Antonio Bryant. El veterano receptor deja Tampa, lo que hará un poco más complicada aún la vida a Freeman. Bryant fue el segundo receptor de Tampa Bay la temporada pasada, por detrás del tight end Kellen Winslow, que probablemente deba asumir aún mayor protagonismo en la recepción la próxima temporada. El wide receiver que también deberá hacerlo es Sammie Stroughter. Dos novatos, Benn (segunda ronda) y Mike Williams (cuarta) deberán hacerse importantes visto el panorama.
El juego de carrera estará otra vez encabezado por el incombustible Cadillac Williams. Si se mantiene sano, y a pesar de su edad, es un running back de primera. Un pilar desde el que construir un futuro mejor para el todavía inexperto Freeman. Si el juego de carrera es capaz de abrir huecos y liberar presión al quarterback, Freeman podrá completar mejores actuaciones. Esperemos, pues, por el bien de Tampa Bay, que a Cadillac no se le termine la gasolina. Derrick Ward también acarreará el balón con frecuencia. Graham completa un equipo de receptores decente, pero si lo comparas con el de Falcons o Panthers... Bueno, que los aficionados de los Bucs no lo hagan.
La línea ofensiva debería ser otro de los puntos fuertes del equipo, aunque la temporada pasada decepcionó. Davin Joseph y Jeff Faine, sus líderes, deberán comandar a la línea a su estado de forma de otros tiempos.
La defensa. Cuando tus dos primeras elecciones del draft, además bastante altas, son defensive tackles, es evidente que tu línea defensiva no funciona. Gerald McCoy y Brian Price deberán demostrar su valía desde el primer partido, ya que oportunidades no les van a faltar. Barret Ruud es el mejor de un equipo de linebackers regulero. Finalmente,nla secundaria de los bucaneros no fue la más exigida de la NFL, ya que Tampa Bay fue el segundo equipo que recibió menos intentosmde pase de la liga. Normal, ya que eran un chollo por tierra, como para arriesgar por el aire. Ronde Barber, ya mayorcito, seguirá siendo su líder, quizá moral, ya que Aquib Talib parece mejorarlo.
Los equipos especiales fueron un caos el año pasado. Varios kickers, varios punters. Parece que Connor Barth seguirá siendo el kicker, ya que tras asumir estas labores a final de temporada lo hizo razonablemente bien. Bowden será el punter. Como no lo sea, después de gastar en él una sexta ronda del draft, alguna cabeza debería rodar.
Finalmente, el calendario que espera a los Bucs no es el mejor para una franquicia en recuperación. Seis partidos contra Saints, Falcons y Panthers, sus rivales de división.
Ojalá me equivoque, porque los Buccaneers son un equipo que me cae muy bien (tanto, que las banderas que nos llevamos de Wembley las tengo a la vista en el salón de mi casa), pero me temo que los aficionados de Tampa Bay tendrán que conformarse la temporada que viene con celebrar pocas victorias y aprovechar las faltas señaladas a sus rivales para chocar esos cinco con los compañeros de asiento [nota aclaratoria: los cinco colegas que fuimos a Londres el año pasado a ver el Tampa Bay-New England íbamos con los Buccaneers, pero lo hicieron tan mal, había tan poco de lo que alegrarse, que aprovechábamos las penalizaciones señaladas a los Patriots --incluso false starts-- para levantarnos de nuestros asientos y chocar las manos en señal de celebración; quien no se consuela es porque no quiere].
Absurda predicción final. Tras una dura batalla, se imponen de nuevo los Saints, Carolina queda de segundo y, muy cerquita, los Falcons terceros. Los Buccaneers terminan últimos celebrando holdings cometidos por el rival. Nada, que decía que tenía que andarme con ojo en las predicciones y he dicho que los equipos de mis colegas quedarán último y penúltimo. No os cabreéis. Espero, por vosotros, ser gafe.
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BONUS TRACK. ESPN Ultimate Standings 2010La ESPN acaba de publicar sus Ultimate Standings correspondientes al año 2010. Los Saints aparecen en cabeza, así que qué mejor que aprovechar la absurda predicción de la NFC Sur para comentar esta clasificación.
Muchos os estaréis preguntando de qué estoy hablando. Pues de una gilipollez como cualquier otra. Lo que pasa es que la publica la ESPN, y eso le da cierto prestigio. Los Ultimate Rankings son una clasificación de todas las franquicias de las Grandes Ligas norteamericanas (NFL, NBA, MLB y NHL) en función de lo que dan a sus aficionados por todo el tiempo, dinero y emociones que se invierten en ellos. Para elaborar esta clasificación se consideran 8 criterios:
- Bang For The Buck ("BNG", frase hecha que podríamos traducir como "lo que cunde el gasto"): ratio que considera las victorias obtenidas durante las últimas tres temporadas (postemporada incluida) por los ingresos obtenidos directamente de los aficionados, ajustado en función de los calendarios de la liga.
- Fan Relations ("FRL", relación con la afición): transparencia y consideración hacia la afición de los jugadores, entrenadores y directivos.
- Ownership ("OWN", propiedad): honestidad y lealtad hacia los jugadores principales y a la comunidad local.
- Affordability ("AFF", si te lo puedes permitir): precio de las entradas, aparcamiento y demás servicios.
- Stadium Experience ("STX", experiencia en el estadio): calidad del estadio, promociones en el día del partido y cuán agradable resulta el ambiente.
- Players ("PLA", jugadores): esfuerzo en el campo y si gusta su actitud fuera de él.
- Coaching ("CCH", preparación): fortaleza y liderazgo en el campo.
- Title Track ("TTR", palmarés): campeonatos ya ganados o que se espera que se ganen en la vida de los actuales aficionados.
El número que figura en cada una de las columnas es el lugar que ocupa cada equipo en la clasificación global de las Grandes Ligas en cada criterio en particular. Es decir, cuanto menor es el número, mejor, porque significa que está mejor clasificado.
Como veis, nada como ser de los Saints. Son el equipo que mejor retribuye a su afición de todas las Grandes Ligas. Y, al revés, nada peor que ser aficionado de los Raiders, que no dan más que disgustos. Dicho esto, no son lo peor de lo peor, ese lugar queda reservado a los Clippers, el otro equipo de Los Angeles en la NBA (nada extraño, por otra parte).
Si algún aficionado de los Raiders me lee, le diría que no se desanime por esto. En 2006, no hace tanto, los Saints estaban clasificados como el peor equipo de la NFL en este ranking, y en el penúltimo lugar en la clasificación global, solo por delante de los Charlotte Bobcats, franquicia de la NBA recién creada y que, por ese motivo no computaba en algunos criterios. Ya veis que han dado la vuelta a la clasificación solo 4 años después.
Aunque parezca, y probablemente lo sea, una gilipollez, esta clasificación es el resultado de unos estudios más o menos sesudos, y para su elaboración han contratado a asesores financieros y se han realizado encuestas para estimar la satisfacción de la afición con su equipo.
En cuanto a la clasificación en sí no creo que sorprenda mucho la parte baja de la tabla, que viene a coincidir, grosso modo, con los resultados deportivos obtenidos por cada franquicia durante las últimas temporadas. Quizá Al Davis y su desastrosa gestión en los últimos tiempos es la que penaliza a los Raiders en la clasificación, ya que sus resultados, (columna "BNG") no son tan malos como los de otros equipos.
En la parte alta tampoco veo grandes sorpresas. Es normal que los Saints estén en lo más alto después de lo vivido el año pasado. Seguramente ningún aficionado fuese más feliz de septiembre a febrero de 2010 que uno de los Saints. Además, el equipo tiene conciencia social, y algunos jugadores como Drew Brees son bastante proactivos en cuanto a la colaboración en actividades benéficas. Los Colts también se benefician de sus buenos resultados deportivos y de la estabilidad que da Peyton Manning a la franquicia, mientras que Green Bay es un claro ejemplo de identificación de la ciudad (¿llega Green Bay a la categoría de ciudad?) y la afición con el equipo (ya comenté varias veces que es la única franquicia profesional norteamericana sin dueño; el capital está disperso entre multitud de pequeños accionistas). Quizá la polémica salida de Favre, que en un primer momento hizo que algunos aficionados criticasen abiertamente a Ted Thompson (el que toma las decisiones deportivas), es la causante de que los Packers no puntúen aún más alto en el apartado relativo a la propiedad (OWN), en el que deberían ser los líderes.
Como dato curioso comentaría el lugar tan bajo en el que figuran los Giants en la clasificación, a pesar de puntuar muy alto en el apartado del palmarés (TTR). Quizá deberían revisar eso, porque aunque soy el primero que defiende que ganar no lo es todo, resulta sorprendente que un equipo que protagonizó una de las mayores hazañas de la historia de la NFL en la Super Bowl que ganan a los invictos Patriots (y además cómo la ganaron) esté considerado como peor "pagador" a su afición que, por ejemplo, los Eagles o los Vikings, cuyos aficionados no reciben más que disgustos últimamente. O sin abandonar su propio estadio, los Jets.
También me extraña que los Chargers estén tan abajo. Es cierto que en playoffs nunca terminan de responder a lo que se espera de ellos, y el año pasado sufrieron una eliminación especialmente dolorosa, por producirse ante un equipo a todas luces peor y a las primeras de cambio, pero los aficionados de San Diego han podido disfrutar de muy buen football en los últimos tiempos. Que los de los Jaguars estén por encima parece una broma de mal gusto.
Por último, y ya termino con el tochaco de hoy, me sorprende que los jugadores de los Steelers merezcan tan distinguida consideración en el apartado "PLA". Supongo que la clasificación en función de este criterio se hizo antes de los affaires que protagonizaron Santonio Holmes y Big Ben. O eso, o es que los aficionados de los Steelers son un poco golfos y les gusta que sus jugadores la líen, pero me da a mí que no lo son.
Ahora sí, nada más. Que vuestros equipos os paguen bien vuestro esfuerzo.
Como siempre, un placer leer este blog, por análisis, redacción y entretenimiento (en el orden que se quiera). Muy bueno.
ResponderEliminarPD: Es muy bueno encontrar gente que respete la lengua (Sonará arrogante pero siento una particular aversión hacia la gente que usa "a grosso modo").
Un abrazo
Como siempre, un placer leer este blog, por análisis, redacción y entretenimiento (en el orden que se quiera). Muchas gracias.
ResponderEliminarTema aparte, que bueno es encontrar gente que respete la lengua (Lo siento por el comentario sin relación pero es bueno encontrar gente que no utilice "a grosso modo").
Un abrazo
Gran análisis de los cuatro equipos.
ResponderEliminarCreo que la NFC Sur es de las divisiones más duras de la NFL y que los enfrentamientos directos entre Saints, Falcons y Panthers decidirán la clasificación final de la división.
Yo, por el contrario, creo que los Falcons ganarán la división (también es un deseo). El año pasado estuvieron a punto de ganar los dos partidos a los Saints. Perdieron los dos por poco, cierto, pero con medio equipo lesionado.
Tienen dos puntos débiles: los DE y los CB. Respecto al primero de los dos puntos no han hecho nada por mejorarlo. Esperan que los jóvenes (Kroy Biermann y Sidbury) tengan un mayor impacto y ayuden al bueno de John Abraham. El segundo de los dos puntos sí que lo han mejorado. Ficharon al mejor CB disponible en la agencia libre, Dunta Robinson. Espero que dé resultados porque la estadística es aterradora: los Falcons fueron el peor equipo de la NFL el año pasado en la defensa del Tercer Down.
Un abrazo y felicidades por el blog
555, como aficionado de los Packers que eres, se nota que todavía te escuece la derrota del año pasado ante los Bucs, en el que Freeman demostró que es uno de los QB de mayor futuro de la liga. Estoy convencido de que este año vamos a ser una de las sorpresas de la temporada.
ResponderEliminarParten de una muy buena defensa de pase (10º el año pasado y 9º en intercepciones), que con las incorporaciones del draft conformarán una defensa más que sólida.
El paso adelante que dará Freeman, con un juego de carrera ya solvente (te has superado con el chiste de Cadillac y la gasolina...) también generará un ataque dinámico y con alternativas.
Finalmente, el entrenador Morris tendrá un año más de experiencia y sabrá cómo aderezar todos estos elementos para hacer de los Bucs la verdadera sorpresa de la temporada.
LETS GO BUCS!!!
PD: Felicidades por el blog y esas cosas que se suelen decir (aunque en la predicción “absurda” de Tampa te hayas columpiado).