Siguiendo el mismo orden que con la NFC, voy con la AFC Oeste. Igual que en el caso de la NFC, a priori parece la más floja de las divisiones de la conferencia, y es la que más barata ha estado los últimos años (San Diego ha llegado a ganarla con tan solo 8 victorias hace un par de años). No obstante, a diferencia de la NFC Oeste, en la AFC Oeste encontramos a un teórico aspirante al anillo y claro favorito en su división a pesar de las bajas y tensiones internas (en forma de holdouts). Hablo de los Chargers, por supuesto.
La música, en una división con dos equipos californianos, tiene que venir de ese estado. Pongo algo de Green Day, de la etapa en la que más me gustaban. No lo digo por esnobismo, para mí las mejores canciones de Green Day son las primeras. La mejor, la que pongo a continuación, Dry Ice. Su último disco me parece una puta mierda. El American Idiot no estaba tan mal, pero en el último han llevado demasiado lejos su apuesta por ese nuevo género de ópera-punk-rock que parecen querer hacer, que ya apesta. Y no os recomiendo que os gastéis el dinero (mucho) en ir a un concierto suyo. Estuve en el último que dieron en Madrid en el Palacio de los Conciertos, digo, de los Deportes (a partir del enero del año que viene hará honor por fin a su nombre), y fue una estafa. Carísimo, sonido bajísimo y exceso de tonterías del cantante. No os lo recomiendo. Esta sí que molaba (tarda unos segundos en sonar desde que le dais al play):
Como siempre, antes de empezar a analizar a los equipos y predecir lo que sucederá en la división, unas notas sobre la división. La AFC Oeste es una división con mucha historia aunque con pocos anillos. Desde su constitución como AFL Western División cuenta con los cuatro equipos que la componen ahora, aunque a lo largo de la historia ha competido algún invitado más (Bengals, Buccaneers --que de occidentales tienen poco-- y Seahawks) y estos equipos se han mudado (los Raiders de Oakland a Los Ángeles y al revés; los Chiefs de Dallas, donde se llamaban Texans, a Kansas City; y los Chargers de Los Ángeles a San Diego).
La AFC Oeste es una división de equipos malditos. Los Chargers, porque a pesar de contar con muy buenos equipos, nunca han ganado un anillo. Los Broncos, porque hasta que Shanahan y un muy veterano Elway lo consiguieron (dos veces), se quedaban siempre a las puertas de la victoria (quizá habría que retirarles el calificativo de malditos). Los Chiefs porque desde su sorprendente victoria en la Super Bowl del 69, no consiguen ni un campeonato de conferencia. Y los Raiders porque son un equipo que despierta maldiciones y odios del resto de la NFL. No en vano, en el Top Ten de enfrentamientos (feuds, en inglés) que preparó NFL Network, "los Raiders contra el mundo" ocupa el primer lugar.
Seré poco original (como casi siempre, la verdad es que esto me está quedando un poco decepcionante, estoy arriesgando poco): creo que a pesar de los pesares los Chargers vuelven a ganar la división con relativa facilidad. Los Raiders me tienen buena pinta este año (no tanto como para Al Davis, que dice que le recuerdan a los últimos Raiders campeones), aunque lucharán con los Chiefs por el segundo puesto. Denver es el equipo que peor veo, y que creo que será último. Veamos por qué digo todo esto.
San Diego Chargers. Los Chargers vuelven a ser los favoritos para ganar la división, a pesar del adiós de su buque insignia de los últimos años (cada vez menos, eso sí), del mal rollo que da pensar en cómo cayeron el año pasado y de que la participación de dos jugadores importantes está en seria duda por culpa de los dichosos holdouts. No obstante todo lo anterior, que sin duda parece que debilita la posición de San Diego en su previsible postemporada, la AFC Oeste parece una división bastante baratilla cuyo mejor equipo son los Chargers.
Empezamos como casi siempre por el jugador que dirige el ataque. Philip Rivers es un quarterback de primera categoría, el mejor de la división de (muy) lejos y un jugador que parece más que capacitado para crear los fuegos artificiales que hoy en día se necesitan para triunfar en los playoffs. Como recordaréis, o por si alguno no lo recuerda se lo cuento, Rivers protagonizó una polémica con Drew Brees, ya que el segundo era el quarterback titular de los Chargers, mientras que un impaciente Rivers, número 4 de la primera ronda del draft de 2004, era su suplente. Difícil convivencia. Tras dos años a la sombra, se acercaba el verano en el que Brees terminaba contrato, en el que la franquicia de San Diego debía tomar una complicada decisión: ¿seguimos con Brees o apostamos por Rivers? Lo que pasó en el último partido de la temporada 2005 ayudó a los Chargers a tomar la decisión: Brees se lesionó gravemente en su hombro, despertando serias dudas sobre su recuperación. San Diego presentó una oferta rechazable a Brees (5 años, con "solo" 2 millones de dólares garantizados como salario para el primer año, hasta un total de 50 millones a lo largo de los 5 años en función de objetivos). Una manera elegante de decir que no contaban con él y que preferían apostar por el quarterback que habían elegido en 2004 y por el que estaban invirtiendo una suma muy importante de dólares. El resto de la historia ya la conocéis. Los ganadores claros fueron los Saints. En cuanto a si la operación fue buena o mala para San Diego, quién sabe. Lo cierto es que Rivers es uno de los mejores quarterbacks de la liga. Ya consagrado (por ejemplo, lideró la liga en QB rating en 2008 y fue tercero en 2009), su asignatura pendiente es llevar a la franquicia a la Super Bowl (y ganarla, claro). Quién sabe si este será el año. De lo que no cabe duda es de que estamos ante un jugador de garantías, de lo mejorcito de la NFL. Detrás de él estará el veterano Billy Volek. No es la mejor garantía, pero Rivers no es proclive a las lesiones, y aún lesionado ha demostrado que tiene huevos para jugar (disputó la final de la AFC de 2007 contra los Colts con el ligamento cruzado anterior roto).
La estabilidad que encontramos en la posición de quarterback falta en el cuerpo de receptores y en el de backs. En cuanto a los receptores, existe todavía incertidumbre sobre dónde jugará, y si jugará, Vincent Jackson la próxima temporada. El tío está en pleno holdout (para entendernos, y aunque no sea técnicamente correcto, en huelga, que no quiere jugar por lo que le pagan). Los Chargers no están por la labor de dar a Jackson lo que pide, 9 millones de dólares por temporada. De hecho, le ofrecieron 3.2 anuales si firmaba antes del 15 de junio y como no lo hizo la oferta bajó a 583.000 dólares por un año. Jackson es un extraordinario receptor, una auténtica "amenaza profunda" (17,8 yardas por recepción promedió el año pasado) pero sus líos fuera del campo, que incluyen una sanción de tres partidos (que se cumplirá cuando y donde pueda jugar) por haber consumido sustancias prohibidas por la liga, son un factor disuasorio para firmar a Jackson. En estos momentos los más interesados en un posible intercambio por Jackson son los Seahawks, a los que los Chargers han dado permiso para negociar con el jugador. Probable baja importante que debilita la amenaza de big play de San Diego. Los receptores puros que deberían paliar esta potencial ausencia son principalmente Malcolm Floyd, Legedu Naanee, Buster Davis y Josh Reed (que llega procedente de Buffalo). Floyd nunca ha sido un número uno en estas lides, y aún menos el resto de wide receivers. Así las cosas, el principal apoyo de Rivers en el juego de pase seguramente será su tight end Antonio Gates, este sí, un jugador contrastado y de garantías. Randy McMichael, que llega de St. Louis, será el suplente de Gates tras la marcha de Manumaleuna, aunque a diferencia de Gates el papel de McMichael suele limitarse a bloquear en vez de recibir. Tampoco me extrañaría que el pequeño Darren Sproles sea un arma más utilizada en el juego de pase corto, faceta en la que también podrían ayudar los fullbacks Jacob Hester y Mike Tolbert. En definitiva, nos encontramos ante una unidad debilitada y carente de garantías más allá de Gates, aunque con un QB como Rivers probablemente sea más fácil que los inexpertos den un paso adelante.
Si en el pase encontramos novedades de relativa importancia, más significativas son las que afectan al juego de carrera. LaDainian Tomlinson, el jugador franquicia durante muchos años, tras un paulatino y prolongado declive (tanto deportivo como físico, lo primero seguramente debido a lo segundo), abandona la costa oeste y llega a los Jets de Rex Ryan. Su sustituto será un novato de primera ronda del último draft, Ryan Mathews, que precisamente vestía el número 21 en su universidad en honor a su jugador favorito, Tomlinson. Savia nueva aunque inexperta para el juego de carrera. Darren Sproles también deberá contribuir para que el juego terrestre apoye al explosivo juego aéreo de los de San Diego.
En cualquier caso, la línea ofensiva necesita mejorar. En esta unidad encontramos otro de los holdouts importantes para la plantilla. Y aunque se trate de un jugador menos "mediático" que Jackson, algunos consideran que la potencial baja de left tackle Marcus McNeill puede ser más importante que la del receptor. Importante posible baja, ante la cual una línea que ya presentaba carencias quedará liderada por el left guard Kris Dielman. Nick Hardwick, un Pro Bowler cuando está sano, se ha perdido 20 partidos en las últimas 3 temporadas, por lo que su presencia y rendimiento resulta como poco dudoso. Scott Mruczkowski, el teórico center suplente, podría tener que dar un paso adelante. La mejora debería llegar de la mano de un Louis Vasquez que disputará su segundo año de carrera profesional como right guard, después de una primera temporada prometedora. Jeromey Clarey, que completa la línea titular, es quizá el más flojo del grupo. En resumen, línea correcta, mejorable, y que puede sufrir si McNeill no vuelve.
Para amenizar la transición entre ataque y defensa, un off-topic (debería utilizar alguna expresión en español, lo sé, pero el término está tan generalizado que decir "excurso" o similares sonaría raruno que te cagas). Un poquito de amarillo y naranja nunca viene mal. Espectacular último número de Gigantes del basket. La única revista sobre baloncesto en general de España (en particular, la única que habla de baloncesto que no sea NBA). Hace años no estaba mal, se dejaba leer. Sin embargo, en los últimos años su calidad ha ido bajando hasta cotas ínfimas. Y sigue bajando. Y yo que me alegro, por la manía que le tienen al Estu, su afinidad con al equipo-que-no-debe-ser nombrado (cómo olvidar el fotomontaje en portada de Carlos Jiménez con la camiseta de la sección deficitaria, véase margen izquierdo) y el lameculismo al [expletive] que preside la FEB. Esta semana, Gigantes nos regala otra perla. Leed la parte inferior de la portada en el margen derecho...
Vamos con la defensa de San Diego. La defensa de los Bolts no está entre las mejores de la liga y hay quien considera que para que los Chargers sean aspirantes serios al anillo deberán promediar 30 puntos en enero. Esto habla suficientemente mal de su defensa.
Desde la línea de scrimmage hacia atrás, comenzamos con dudas en la línea. Los Chargers juegan una 3-4, y los tres titulares son Luis Castillo (defensive end izquierdo), Jacques Cesaire (derecho) y Ogendi Ngawbuo (nose tackle). Ngawbuo es un novato en estas responsabilidades (el próximo será su tercer año en la liga), que deberá cubrir la baja de Jamal Williams. No se puede descartar que el rookie de quinta ronda Cam Thomas dispute bastantes snaps. Cesaire también compartirá protagonismo con Travis Johnson, un jugador que tras ser elegido en primera ronda por los Texans en 2005 no ha cumplido las expectativas que había generado. Mediocridad. Y vamos con el líder de la línea: Castillo. San Diego necesita que Castillo vuelva a ser el jugador temible que atraiga dobles bloqueos para liberar espacio a sus compañeros. Sin embargo, en términos de salud estamos ante un Castillo de naipes (mala la gracia, eh). Los Chargers lo necesitan, así que en buena medida el rendimiento de la línea dependerá de la fortaleza física de Castillo.
En cuanto al cuerpo de linebackers, cabe destacar que hace pocos días Shawn Merriman puso fin a su holdout. Tras unos primeros años que apuntaban que este jugador podría ser una estrella, las lesiones, funestas compañeras de viaje de muchos jugadores, se han ido cebando con él hasta convertirlo en una sombra de lo que pudo haber sido. Se llegó a decir que si no llega a ser por que para la próxima temporada no hay tope salarial, Merriman probablemente habría sido agente libre no restringido. Vamos, que porque les sale barato, que si no los Chargers no contarían con él. San Diego intenta desde la temporada pasada encontrarle sustituto. La primera ronda del draft 2009, Larry English, se destinó a tal fin, pero está decepcionando. Entre Merriman (lo que le deje su estado físico), English, Jyles Tucker y Antwan Applewhite se cubrirá el puesto de outside linebacker derecho. Al lado izquierdo, el titular es Shaun Philips, un buen jugador cuya principal virtud es parar la carrera. Con todo, el punto fuerte de la unidad está en el centro. Stephen Cooper y Brandon Siler (en estos momentos con una lesión leve) son muy buenos jugadores, que además cuentan con buenos suplentes, sobre todo Kevin Burnett.
En la secundaria destaca la baja de Antonio Cromartie, protagonista en la última semana (joder, si hasta ha salido en el Marca) por su entrevista en Hard Knocks (programa-documental de la HBO sobre el training camp de un equipo NFL, este año los Jets), en la que no recordaba los nombres de los ocho hijos que tiene de seis mujeres distintas. Pues para algunos la baja no se va a notar demasiado, ya que su rendimiento últimamente no era el mejor. Con todo, sin duda afectará a la secundaria. El corner cuyo puesto de titular es más seguro es Quentin Jammer. Al otro lado, surgen las dudas. En principio, parte con ventaja Antoine Cason, jugador elegido en la primera ronda del draft de 2008, aunque no termina de convencer. Cason ha estado recientemente lesionado (levemente) y el ex Bear Nathan Vasher ha aprovechado su oportunidad en su ausencia estos días. Incluso el trotamundos Donald Strickland (5 equipos en 8 temporadas, eso es conocer mundo), que llega de los Jets, podría tener su oportunidad. En cuanto a los safeties, Eric Weddle y el novato de cuarta ronda del último draft Darell Stuckey parten con ventaja en el actual depth chart. Los suplentes Paul Oliver y Steve Gregory intervendrán en opciones defensivas orientadas a la cobertura del pase. Mediocridad en la secundaria.
Llegamos a los equipos especiales. A priori, un punto fuerte del equipo. Tienen a un muy buen retornador en Darren Sproles (jugador que por cierto me encanta, inolvidable el roto que les hizo a los Colts hace un par de temporadas en el partido de wild card), Mike Scifres es un excelente punter (que también les hizo un buen roto a los Colts en ese partido, dentro de lo que cabe para un punter) y si obviamos el partido de playoffs contra los Jets del año pasado, Nate Kaeding un gran kicker. Pero mira tú que los Chargers son eliminados de la carrera por el anillo en 2009 (bueno, ya era 2010, creo) por culpa de sus equipos epeciales. De Kaeding, en particular. Pierden el partido por 3 puntos después de que su kicker haga el peor partido de su carrera, con 0/3 conversiones de field goal, los mismos fallos que en 16 partidos. Esto es lo que mola del deporte, que siempre cabe margen para la sorpresa. Y esta es una de las muestras más claras de la importancia de un buen kicker, de los pichichis de la NFL. Enclenques y con pinta de pringaos, pero esenciales. A Kaeding le han traído a Nick Novak al training camp para meterle presión. Llega tras un año en blanco y en el último partido de pretemporada contra Chicago compartió patadas con Kaeding, aunque este conservaba la titularidad (que, supongo, todavía no está en duda). Hay que añadir también que San Diego debe mejorar la cobertura de punts, ya que fueron el segundo peor equipo en este aspecto de la liga el año pasado.
Como siempre terminamos hablando el calendario. Y este es un punto muy a favor de San Diego. Los Chargers, tomando como referencia los resultados de la temporada pasada, tienen el calendario más fácil de la AFC Oeste (normal, juegan 6 veces contra equipos flojos el año pasado y no juegan "contra ellos") y el tercero menos duro de toda la NFL. En principio, si fallan no será culpa del calendario.
Con todo y para terminar, creo que el ataque de San Diego, aun con las bajas y dudas que suscita, seguirá siendo temible y paliará en buena medida la mediocridad (o por lo menos la "no excelencia") de su defensa. Debe de ser más que suficiente para que se proclamen campeones de la AFC Oeste por quinto año consecutivo, pero genera muchas dudas de cara a su posible éxito en postemporada.
Oakland Raiders. Llegamos al equipo denominado por algunos que gustan de traducir los nombres de las franquicias al español como los Malosos de Oakland. La travesía del desierto después de su derrota en la Super Bowl contra Tampa Bay en 2003 está siendo muy larga. Tanto, que tienen un récord a tiro: acabar por séptima temporada consecutiva con 11 o más derrotas. Por suerte para la Raider Nation, no parece que vaya a ser así. Por una vez, han hecho las cosas más o menos bien en la offseason y los partidos de pretemporada han confirmado las expectativas optimistas de sus seguidores. Don Banks los ve como los grandes ganadores de lo que llevamos de preseason.
Pero tengamos prudencia porque estos son el Atlético de Madrid de la NFL. Tienen a su Jesús Gil particular en Al Davis; cuentan con una una afición colorida, peculiar y sufridora; las han pasado canutas en los últimos años; han tenido épocas pasadas de gloria; hacen fichajes sobrepagados que resultan desastrosos (¿JaMarcus Russell sería como el Tren Valencia? no, JaMarcus es aún peor); han tenido desgracias puntuales (Immaculate Reception, Tuck Rule) para poder hacerse llamar El Pupas (apodo inmerecido y absurdo, porque a casi todos los equipos les gustaría haber ganado tanto en su historia como el Atleti y los Raiders), etecé, etecé. El Atleti de la NFL.
Comparto la opinión de los que creen que han mejorado bastante las cosas por Oakland, aunque no tanto como para competir por el trono de la división. Vienen de muy abajo, no lo olvidemos.
La primera mejora evidente la encontramos en la posición de quarterback. No era difícil. Con librarse del lastre que suponía JaMarcus Russell han ganado ya mucho. Qué cancer de tío. Por suerte, Al Davis ha recobrado la cordura (o le han obligado a ello) y se han deshecho del orondo desecho. Tampoco es que Jason Campbell, que será quien lleve el mando del ataque, sea un QB de elite. Pero creo que es un jugador decente que en Washington no tuvo las mejores condiciones para trabajar. Bueno, quizá va de Guatemala a Guatepeor, porque no sé qué organización es más caótica, si la de los Redskins del Snyder de los últimos años o la de Al Davis. En cualquier caso, se trata de un quarterback digno. Y si falla, Bruce Gradkowski mostró el año pasado que como QB suplente puede hacer cosas interesantes. En su tierra natal lo demostró (me encanta la narración de Greg Papa):
El resto del ataque de Oakland no es para tirar cohetes, ni mucho menos. Carece de jugadores de elite y está plagado de gente muy joven todavía demasiado verde. Así, el receptor número uno del equipo es Darrius Heyward-Bey. Este será su segundo año en la NFL después de una primera temporada en la que no respondió a las expectativas de su elección en el séptimo lugar de la primera ronda del draft. Claro que también hay que puntualizar que Al Davis estaba hasta esta temporada especializado en elecciones "sorprendentemente altas". Heyward-Bey es uno de estos casos. De todos modos, no seamos impacientes. Algunos analistas consideran que el receptor número uno debería ser Louis Murphy, el jugador que protagonizaba con Gradkowski la jugada del vídeo anterior y que también encara su segunda temporada como profesional. Murphy debería competir con el teórico titular aunque proclive a las lesiones Chaz Schilens. Jacoby Ford y Johnnie Lee Higgins aportan profundidad a un cuerpo de receptores de pocas garantías. Así, el juego de pase dependerá mucho de las prestaciones del tight end Zach Miller, que probablemente será el principal destinatario de los pases de Campbell. Jason Campbell ya estaba acostumbrado en Washington a confiar en su tight end (Cooley), así que en Oakland más de lo mismo. Los suplentes, Brandon Myers, John Owens y Tony Stewart, a poner bloqueos.
La línea ofensiva es desastrosa. Concede demasiados sacks y no ayuda en demasiado a la carrera. Vamos, que si no proteges bien a tu quarterback ni abres huecos para el running back, el ataque lo tiene muy jodido. Y no es que vaya a haber una revolución en la línea de los Raiders para el año que viene. De los cinco titulares del año pasado repiten cuatro. El nuevo titular es Langston Walker, de quien lo que más puedo destacar es que es de Oakland (en la NFL es poco frecuente que un jugador nacido en una ciudad juegue para su equipo). Para no gastar demasiadas líneas más en el tema, baste decir que la línea de los Raiders ocupa el último lugar en la clasificación de offensive lines que hizo Yahoo! Sports en junio.
Como anticipaba, los Raiders tampoco tienen un buen juego de carrera. Con esa línea es difícil, pero los corredores tampoco ayudan. Leí hace poco que el desastre absoluto que fue JaMarcus Russell, un número 1 del draft, ocultó el mal rendimiento de otro jugador que fue un número 4, Darren McFadden. El dato que se da en la previa de Football Speech es demoledor: un solo touchdown en toda la temporada y 74 yardas en su mejor partido. Para echarse a llorar. Detrás de él estará Michael Bush, que sin hacer nada espectacular, rindió mejor que McFadden el año pasado. Rock Cartwright y Michael Bennett completan la nómina de corredores.
La conclusión es sencilla: QB decente + malos receptores + pésima línea + malos corredores = mierda de ataque.
En defensa las cosas no pintan tan mal. Empecemos por lo mejor después de apuntar el desolador panorama del ataque. Los cornerbacks. Bueno, "el cornerback". Nnamdi Asomugha. ¿Quién es el mejor corner de la liga, Asomugha o Revis? Yo no lo tengo tan claro. La respuesta en principio obvia es Revis, pero hay que ver al lado de quién juega uno y otro (el de los Jets está mucho mejor rodeado), que Asomugha lleva más años haciendo las cosas muy bien y que es capaz de hacer "más cosas" que Revis. De lo que no cabe duda es que se trata de un jugadorazo. Y, para desgracia de los Jets, que cobra una pasta. Claro, Revis ve que él cobraría poco más de 1 millón de dólares mientras Asomugha gana 15.2 y se considera mejor que Nnamdi. Gracias, Al Davis, dirán en East Rutherford. Dicen que en la escala de "retribución equitativa" hay los siguientes grados: infrapagado, justamente pagado, sobrepagado y AlDavispagado. Al otro lado está Chris Johnson, que es también un buen jugador. La secundaria titular la completan Tyvon Branch y Michael Huff, con Mike Mitchell y Hiram Eugene como sustitutos. Por si fuera poco, el rookie de séptima ronda Stevie Brown ha sorprendido positivamente en los dos primeros partidos de pretemporada, consiguiendo dos intercepciones y cuatro pases defendidos (líder de la pretemporada en estos apartados). Buena unidad, como prueba que fueran la séptima defensa contra el pase de la liga el año pasado. Eso sí, quizá que los Raiders fueran un chollo para el juego de carrera ha influido.
En el cuerpo de linebackers ha habido novedades que deberían de ser positivas. Oakland juega una 4-3, por lo que hay tres titulares. En el medio estará su primera elección del draft de este año, Rolando McClain. Deberá adaptarse a la 4-3 tras haber jugado una 3-4 en la universidad. A la derecha estará el defensive end reconvertido Trevor Scott, que deberá afianzar su puesto en pugna con Thomas Howard. A la izquierda, los Raiders se han hecho con Kamerion Wembley, procedente de los Browns, un buen pass-rusher (¿presionador al pase, debo decir?). No es la mejor unidad de la liga, pero no está mal y cuenta con jugadores prometedores.
La línea defensiva quizá es el punto más frágil. Los Raiders fueron la vigésimo novena defensa contra la carrera. Flojos. Sus líderes son Richard Seymour y el AlDavispagado Tommy Kelly. Este último consiguió un solo sack en toda la temporada pasada. Algunos veían a Seymour como el nuevo Reggie White, pero en la 4-3 no funciona (en la 3-4 de los Patriots sí) y los Raiders carecen de un nose tackle consistente para variar su esquema defensivo. Con todo, hay que apuntar que el novato Lamarr Houston está siendo otra de las sorpresas agradables de lo que va de pretemporada. Lleva dos sacks en su nueva posición de defensive end izquierdo.
Veo bastantes luces en la defensa. Buena secundaria y novedades esperanzadoras para frenar la sangría contra la carrera.
En cuanto a los equipos especiales, la parte buena, aunque cara, es que los que pegan patadas al balón son muy buenos, de los mejores de la liga. Sebastian Janikowski es un kicker que te cagas, y el punter, Shane Lechler, posiblemente el mejor de la NFL. En la parte mala, los retornadores, Rock Cartwright y Johnnie Lee Higgins, no son tan buenos.
El calendario de los Raiders es el más duro de toda su división. Si decíamos que el de los poderosos Chargers era el tercero más sencillo de la liga, el de los de Oakland es el décimocuarto. Aún así, creo que tienen unos cuatro primeros partidos ganables (Titans, Rams, Cardinals y Texans). Si lo hacen bien, ojo con ellos.
Kansas City Chiefs. Algunos creen que los Chiefs pueden ser el equipo revelación de la temporada. El tapado de todos los años. La verdad es que tendría mucho mérito, porque esta temporada hay muy pocos equipos con los que en principio no se cuente. Kansas City, que, como cada vez que los mento, recuerdo que no está en Kansas (Kansas City is not Kansas, remember), es la sede del Arrowhead Stadium, uno de los más ruidosos y animados de la NFL, aficionados inKansables. A mí estos me caen bien.
También creo que los Chiefs han mejorado en ataque y en defensa. Además, tienen jugadores bastante prometedores que pueden darles más de una alegría.
Ya comenté una vez que un aficionado de los Patriots (un poco pesado de más, todo hay que decirlo) me comentó el año pasado en Londres que Bill Belichick podría hacer de mí un quarterback titular en la NFL y de él una cheerleader. Esto viene a cuento por Matt Cassell. ¿Cuál es el Matt Cassel verdadero? ¿El que de la mano de Belichick completó una notable temporada 2008 o el que sufrió lo indecible el año pasado, en el que lanzó tantos touchdowns (16) como intercepciones y fue el vigésimo quinto QB de la liga en passer rating? Pues seguramente esté en un término medio, aunque si en los Patriots, con la protección y el cuerpo de recepción adecuados (ah, y el entrenador) fue capaz de hacerlo, con mimbres similares por qué no iba a poder hacerlo en Kansas City. Vale, existe lo que se llaman one-shot wonders (lo traducimos como ¿estrellas fugaces? ¿flor de un día?), pero no creo que sea el caso. Y es que Cassel tenía que estar más pendiente de las bestias que venían a placarlo que de los receptores que tenía abiertos, ya que le llegaban con suma facilidad. 45 sacks, nada menos, sufrió el año pasado. El suplente, Brody Croyle, lo hizo bien cuando tuvo oportunidad de jugar el año pasado. En definitiva, aunque los Chiefs no cuentan con un quarterback de elite (aunque cobra como tal), creo que el puesto está razonablemente bien cubierto.
Los Chiefs han mejorado el cuerpo de guardaespaldas de su quarterback. Aunque Wade Smith se ha ido a los Texans, se han traído a uno de los que cuidaba de Peyton Manning, el guard diestro Ryan Lilja. El otro guard titular será el veterano Pro-Bowler Brian Waters, mientras que al centro estará Rudy Niswanger (flojete), con el veterano Casey Wiegmann (traído de los Broncos) por detrás en la rotación. Los tackles (Branden Albert y Ryan O'Callaghan) tendrán que mejorar también su aportación. También hay que decir a favor de la línea que al igual que en el caso de los Packers, los problemas mayores llegaron a principio de temporada; en cuanto se conjuntó la línea titular, la protección al pasador y el rendimiento de la carrera mejoraron.
Si le dejan tranquilo, ¿a quién se la puede pasar Cassel? Pues no hay ninguna estrella, ni mucho menos, pero puede valer. Tiene a Chris Chambers, su objetivo favorito el año pasado, desecho al que recogieron cuando los Chargers le cortaron a mitad de la temporada pasada, y a Dwayne Bowe, que decepcionó la temporada pasada y deberá espabilar, porque si no el novato de segunda ronda Dexter McCluster le comerá la tostada. Por ahora, aunque decían que destacó en el training camp, Bowe no acumula ni una recepción en pretemporada. Jerheme Urban también esperará su oportunidad. En Lindy's Sports lo ven como el jugador que puede explotar de los Chiefs el año que viene. En la posición de tight end hay profundidad aunque ningún gran jugador. Leonard Pope Será el titular, aunque el novato de tercera ronda Tony Moeaki y Brad Cottam, que vuelve tras una grave lesión, deberían de tener sus oportunidades.
En cuanto al juego de carrera, los Chiefs tienen muy buenos corredores para hacer daño por tierra. Jamaal Charles mostró la temporada pasada que puede ser temible (1120 yardas; 5,9 por carrera), y a él se le une un enfurecido Thomas Jones tras haber sido cortado por unos Jets que prefirieron a LaDainian Tomlinson como socio de Shonn Greene antes que a un Jones que lo hizo muy bien el año pasado, siendo clave en el inesperado éxito de la franquicia verde. Yo de los Jets no me habría deshecho de Jones, que consiguió más de 1400 yardas de carrera el año pasado y es el único running back de la NFL junto con Stephen Jackson que lleva una racha de 5 temporadas consecutivas logrando al menos 1000. Charles correrá por fuera y Jones por dentro. Me gusta.
Pongámonos a la defensiva. La principal deficiencia (que no hándicap) de los Chiefs fue su defensa contra el pase. Siendo conscientes de ello, su primera elección en el draft (quinta general) fue el safety Eric Berry. Jarrad Page vuelve tras la lesión en el otro puesto de safety titular. Los corners estaban razonablemente bien cubiertos con los Brandons, Carr y Flowers, a los que se une Javier Arenas. Al negro. Ah, coño, si por esto no se diferencian (¿quién está más moreno, Javier Arenas o el infame presidente de la Federación Española de Baloncesto? ¿competirán entre ellos, como el Papa y el presidente de Chipre en altura? --leed El Mundo Today, es la polla--). Digo que al del PP no lo han fichado, sino al cornerback novato (tercera ronda) de la universidad de Alabama. Buena gente por las esquinas, y con la llegada de Berry la secundaria debería mejorar. A ver si es verdad.
Los linebackers exteriores, Mike Vrabel y Tamba Hali cumplieron el año pasado, aunque los Chiefs necesitan más de ellos para ser competitivos. Hali es el mejor (y casi único) pass rusher de Kansas City, aspecto (la presión al pasador) en el que deben mejorar para ser competitivos. Por dentro, Demorrio Williams y Corey Mays (reguleros) partían como teóricos titulares, aunque Derrick Johnson y Jovan Belcher parece que por el momento les han tomado la delantera. Ellos son el futuro. Lo dicho, necesitan mejorar.
Terminamos la defensa con los tres de la línea. Los titulares de inicio, de izquierda a derecha, son Tyson Jackson, Ron Edwards y Glenn Dorsey. Edwards despierta dudas sobre su capacidad como nose tackle, puesto a donde quizá muevan a Dorsey. Sin embargo, Jackson promete y, por detrás de ellos, Shaun Smith y Alex Magee son jugadores prometedores. Ni fu ni fa.
Por último, en cuanto a los equipos especiales, tienen un buen kicker (Ryan Succop, a pesar de que ha despertado alguna duda en estos días de pretemporada) y punter (Dustin Colquitt). Para los retornos, veremos a Javier Arenas, el negro, es decir, el del PP no. Los equipos especiales, pues, buenos.
Por último, el calendario es más duro que el de Broncos y Chargers, aunque relativamente asequible, el décimo más fácil de la liga. Empiezan duro, en casa contra San Diego, luego van a Cleveland, y se empina la cuesta contra San Francisco e Indianapolis. No es el inicio más fácil, deben aprovechar el partido contra los Browns.
Espero una mejora por Kansas City, aunque todavía insuficiente para luchar con los Bolts por ganar la AFC Oeste. Espero que por lo menos hagan ruido, como sus aficionados.
Denver Broncos. Josh McDaniels está como una puta cabra. Si en los Raiders y en los Chiefs decía que la offseason había servido para que creciesen las esperanzas de sus aficionados, en Denver sucede lo contrario. Hace no mucho, cuando se habían disputado seis partidos de la temporada 2009, los Broncos lideraban la AFC Oeste con un sorprendente balance de 6-0. Desde ese momento van de culo, cuesta abajo y sin frenos. El loco de McDaniels ha propiciado una serie de extraños movimientos que no sé si darán algún resultado bueno (hola Quinn y Tebow, adiós Marshall).
Espero un año duro para los aficionados del equipo de la milla de altitud. Aunque espero que a los locos que vayamos a Londres en 31 de octubre nos brinden un buen partido (aprovecho para animar a todo el que pueda permitírselo que vaya, no os arrepentiréis; fijaos si está bien que el año pasado el partido sí fue una puta mierda, los Patriots arrasaron a los Buccaneers, pero nos lo pasamos tan bien que repetimos; además, los Bucs consiguieron que dos personas --que pronto serán tres, enhorabuena-- se hicieran fans suyos), me da que el año puede ser para olvidar.
Me comunican que falta un poco de música. Que no falte, por favor. La versión que hace Gluecifer de Surrender, de Cheap Trick, es la hostia:
Lo del puesto de quarterback no hay dios que lo entienda. Tenían a un Kyle Orton que dentro de lo que cabe no empezó mal (aunque se fue diluyendo según avanzaba la temporada) y en vez de apostar por él, primero, fichan a Brady Quinn, que sin ser ninguna maravilla (no lo es) es una mosca cojonera que como poco va a tratar de competir con Orton. No es el mejor modo de mostrar a un quarterback que confías en él. Y por si fuera poco, una de las elecciones más sorprendentes en un draft, la de Tim Tebow en primera ronda. Se ha escrito tanto del tema que no voy a aburrir más. La cuestión es que hay tres gallos en el corral de quarterbacks de los Broncos, aunque ninguno de ellos es uno de los mejores de la liga. Yo aBroncaría (qué chispa) a McDaniels por ello.
Como adelantaba, en el apartado de receptores han perdido a Brandon Marshall, un jugador estelar que tenía el defecto de llevarse a matar con McDaniels. Los Broncos lo mandaron a Miami a cambio de una segunda ronda. Incomprensible. Luego los Broncos se vieron obligados a cubrir la baja con su primera elección del draft (no me refiero a Tebow, aunque la elección de este lo haya ensombrecido), Demaryius Thomas. Jabar Gaffney es un buen receptor, muy inspirado al final de la temporada pasada. Eddie Royal también deberá dar un paso adelante para cubrir la ausencia de Marshall. Y es que en Denver el tight end titular, Daniel Graham, no se caracteriza por sus recepciones, sino por los buenos bloqueos que pone. Hay mimbres pero son peores que los del año pasado. Marshall es mucho Marshall.
En cuanto a los corredores, Knowshon Moreno encara su segundo año tras una primera temporada correcta, sin más. 3,8 yardas por carrera, sólo dos carreras de más de 20 yardas y ningún partido de más de 100 yardas no es lo que esperas de una potencial estrella como se creía a Moreno. Darrell Buckhalter ejerció bien su papel de complemento de Moreno, y la llegada de JJ Arrington, que a ver cómo está de salud, les aportará profundidad en la carrera. Muy buenos mimbres, diría yo. Eso sí, como Moreno no espabile, los de la milla de altura tendrán que preocuparse.
Denver ha reforzado bastante la línea ofensiva en el último draft, señal inequívoca de que hay necesidades en el puesto. Un guard, Zane Beadles (segunda ronda) y dos centers, J.D. Walton y Eric Olsen (tercera y sexta ronda, respectivamente). Los dos primeros parece que serán titulares. Eso sí, la mayoría de análisis coinciden en que la mejor pareja de offensive tackles jóvenes de la liga son los Ryans, Clady y Harris. La pérdida de Harris por lesión fue devastadora para Denver la temporada pasada, mermando significativamente el juego de carrera que les había ayudado a empezar 6-0. Este año el que empieza lesionado es Clady. Se fastidió la rodilla jugando al baloncesto y es dudoso que llegue a la primera jornada. Su primer entrenamiento lo completó el pasado martes. Estamos, pues, ante una línea relativamente sólida aunque sus lesiones e inexperiencia generan bastantes dudas.
[inciso: mientras estoy escribiendo, tengo puesto el Patriots-Rams en una ventanita al lado. En la primera jugada, retorno para touchdown del Patriot Brandon Tate, espectacular]
En la defensa, la terrible noticia es la pérdida por lesión de Elvis Dumervil para probablemente toda la temporada. El linebacker fue el que más sacks consiguió la temporada pasada. Es una pérdida devastadora para la defensa, que se queda sin la mayor amenaza para el QB rival. D.J. Williams, por dentro, es un muy buen jugador que deberá crecer aún más para paliar la ausencia de Dumervil. Ahora mismo Williams también anda con molestias, y es dudosa su participación en el próximo bolo de pretemporada. Robert Ayers (primera ronda el año pasado) y Mike Haggan deberán crecer por fuera, y el trotamundos Akin Ayodele completa el equipo titular por dentro.
De los tres del frente defensivo preocupa su excesiva veteranía. Ronald Fields, Jamal Williams (recién llegado de San Diego) y Justin Bannan (recién llegado de Baltimore) parecen una línea suplente de lujo; el problema es que es la titular. Bueno, es probable que Ryan McBean juegue en vez de Fields como left end. Los Broncos dependerán mucho de que los veteranos conserven su salud. Si no, pueden sufrir.
En la secundaria pasa algo parecido a lo que comentábamos con la línea. El titular más joven tiene 31 años. Champ Bailey sigue siendo un gran corner, pero claro, cada vez menos, cada vez los quarterbacks contrarios tienen menos miedo a lanzar donde esté él. Andre' Goodman es otro buen y veterano corner. En la posición de safety, destaca la llegada de Brian Dawkins, que con Renaldo Hill completan una secundaria muy sabia, pero muy vieja. Eso sí, en la medida en la que conserven su salud (creo que ya había utilizado estas palabras), serán una muy buena línea de presente.
[empataron los Rams, muy buen drive de Sam Bradford y Steven Jackson]
En los equipos especiales nos encontramos a Eddie Royal como un retornador temible. El kicker Matt Prater se está convirtiendo en un jugador bastante fiable, mientras que el rendimiento del punter novato Britton Colquitt resulta una incógnita.
Finalmente, el calendario de Denver es el segundo más fácil de la división, noveno de la liga. Inicio relativamente sencillo, ante Jacksonville y Seattle. Si empiezan bien, que nadie lance las campanas al vuelo. El año pasado empezaron 6-0 y no llegaron a postemporada. La fecha clave, para muchos, el 31 de octubre, cuando los podremos ver en Londres.
Mi absurda predicción final. Los Chargers ganan la división con relativa comodidad. Los Raiders quedan segundos aunque bastante igualados con los Chiefs. Los Broncos son últimos con no pocos pollos internos.
Tengo que acabar las absurdas predicciones antes de que empiece la temporada. Ya solo quedan dos. Las escribo mientras me preparo para que Carlos Suárez me aseste la enésima puñalada por la espalda. Otro traidor. La misma puta mierda de siempre.