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Qué poquito queda para que esto vuelva a empezar. Los training camps, los entrenamientos de verdad, ya han comenzado. Rebosan las noticias sobre quién lo está haciendo bien, quién todavía no está, cómo se adaptan los nuevos... Y dentro de muy poco empezamos con los sucedáneos, los partidos de pretemporada, que se inician el 8 de agosto en Canton, sede del Pro Football Hall of Fame, con un duelo entre pseudoBengals y pseudoCowboys. Tras cuatro fines de semana de metadona, empezará la droga dura con una dosis fuerte el jueves 9 de septiembre: Saints-Vikings. Lo dicho, esto va a empezar ya. Id tomando posiciones.
Retomamos las absurdas predicciones con la AFC Norte. Qué bien ha venido la pausa para discutir de otros temas más filosóficos. Así ha dado tiempo para que el análisis contemple la última gran noticia en la NFL [la última gran noticia cuando escribía eso, ahora está claro que la (posible) noticia es otra]: el fichaje de Terrell Owens por los Bengals. Ya lo comentaremos más adelante, pero este ha sido el último de los grandes titulares que ha dejado la AFC Norte durante la offseason, y no han sido pocos: Owens, Roethlisberger, Boldin y Holmgren son probablemente los nombres propios de las franquicias del noreste en la no-temporada.
La AFC Norte, la antigua Century Division. La única división de la AFC en la que ninguno de sus miembros formó parte como fundador en la AFL (aunque los Bengals fueron franquicia de expansión en el 68). Bah, dato irrelevante, que no dice nada, quizá debería haberlo omitido.
Voy con el tema geográfico, que sabéis que me interesa: ninguna división está tan concentrada como la AFC Norte. Entre las ciudades más lejanas, Baltimore y Cincinnati, hay solo 812 km de carretera, que para los Estados Unidos no es nada. Y vaya usté a saber por qué, los vecinos tienden a odiarse. Así es el ser humano. Si esa cercanía física no fuese suficiente como para generar rivalidades, la historia se ha encargado de avivarlas.
La música la ponen los New Bomb Turks, banda de Columbus, Ohio, a medio camino entre Cincinnati y Cleveland. Automatic teller.
Huele a odio en la AFC Norte: entre Browns y Bengals porque son los dos equipos del Paul Brown, el que lleva su nombre y el que fundó no sin rencor; entre Browns y Ravens porque Art Modell se llevó la franquicia a Baltimore, aunque el nombre y el palmarés se tuvo que quedar en Cleveland; entre Steelers y Browns o Bengals porque son ya muchos años de batallas, en las que los de Pittsburgh han llevado las de ganar la mayoría de las veces. Y, sin embargo, puede que a día de hoy la rivalidad más violenta y encarnizada sea la de Steelers y Ravens, que aunque carecen de vínculos históricos comunes, han disputado choques plagados de rudeza innecesaria en los últimos años. Un ejemplo, los greatest hits (nunca mejor dicho) de la final de la AFC de hace un par de temporadas:
La AFC Norte es otra división de pronóstico complicado, en la que sólo un equipo parece descartado: los Cleveland Browns. Cualquiera de los otros tres podría ser campeón de la división. La temporada pasada los Bengals sorprendieron a todo el mundo al proclamarse campeones de la AFC Norte. Yo no daba un duro por ellos. En una división en la que estaban los campeones de la NFL y el finalista de la AFC, casi nadie apostaba por la franquicia de Cincinnati, que venía de una temporada mediocre. Este año tampoco apuesto por ellos. Si no fuera por que Roethlisberger estará ausente durante los cuatro primeros partidos, apostaría por los Steelers. El año pasado con Polamalu otro gallo cantaría, estoy seguro. Y si, además, no hubiesen traspasado a Santonio Holmes, no tendría dudas sobre su victoria. Pero Holmes está en los Jets y Big Ben no estará al menos durante los cuatro primeros partidos. Todo lo anterior, unido a que los Ravens, que ya eran un muy buen equipo, se han reforzado bien en la offseason, me hace ser poco o nada original y apostar por la franquicia de Baltimore. Digo poco o nada original porque muchos apuestan por ellos no solo como vencedores de la división, sino como favoritos en la AFC, apuesta de moda junto con la que dice que vencerán los Jets. Ya veremos, que las cosas han empezado mal para los Ravens con la baja del cornerback Dominique Foxworth para toda la temporada, precisamente en su línea más débil. Ah, las lesiones y la suerte, que hacen que toda predicción sea más o menos absurda...
Al lío.
Baltimore Ravens. Como blog que es esto, aquí debe leerse mi opinión personal. Y la doy: los Ravens me caen mal. En primer lugar y por encima de todo, por Art Modell. Sé que en Baltimore han sido víctimas de un expolio, el de sus Colts, pero la gente de Cleveland no tiene la culpa. Estos Ravens son unos Zombie Browns. Su fundación no es un motivo de orgullo, sino más bien de vergüenza. Y el malo de Art sigue siendo el dueño. El mismo que asestó la enésima puñalada a la ciudad de Cleveland. Mal tipo, por muy bueno que sea en los negocios. En segundo lugar, ese nombre. Encima de que la franquicia se crea despojando lo que pueden de unos Browns ya muertos, le ponen nombre de ave carroñera. Sé que el origen del nombre es lírico, ya que hace referencia al poema The raven de Edgar Allan Poe (la mascota de los Ravens se llama Poe, eso sí que me mola), pero cómo se les ocurre llamar así a la franquicia. Un cuervo, qué imagen tan desagradable. Mal. El tercer motivo por el que los Ravens no me caen bien es, digamos, su filosofía. Ray Lewis. Y no lo digo por su (no) implicación en el caso de asesinato por el que se le investigó. Es su aspecto. Ray Lewis es de los malos. Sólo hay que verle. Intimida, algo que dicho de un linebacker es un elogio, pero demasiado. Tanto, que me da mal rollo. Y esa filosofía, personificada en Ray Lewis, se plasma en un juego poco vistoso. Cuando voy a ver un partido de Baltimore no pienso "menudo espectáculo que me espera" sino que lo que espero es un partido áspero, duro, con una defensa muy sólida, con la carrera minando al rival y, casi siempre, un muermo. Habrá quien diga, no sin razón, que lo que he descrito en la frase anterior (salvo lo del muermo) es la esencia del football. Es verdad, pero también es contra lo que lleva luchando, contra el criterio de los más puristas, la NFL durante bastantes años. Supongo que esa lucha tiene como fin que gente con poco gusto como yo disfrute más de la NFL.
Seguramente los motivos serán absurdos, pero lo tenía que decir, los Ravens me caen mal. Que ningún aficionado Raven se ofenda, es lo que hay. Todos tenemos equipos que nos caen mal. Y a pesar de ello reconozco que son los favoritos de la AFC Norte. Predigo absurdamente que son campeones de división. Analicemos la plantilla para ver por qué tanto favoritismo.
El mando del ataque lo lleva un quarterback todavía en progresión. La próxima será su tercera temporada. En su año de rookie, se queda a las puertas de la Super Bowl. En el segundo, cae en la divisional round de los playoffs contra los Colts de Manning. Y a pesar de sus logros, a mí es un tío que no me termina de convencer. Me parece un jugador gris, demasiado frío. Como los Ravens en ataque. Un equipo correcto, sin más, que hace lo que debe pero que no nos deja "fuegos artificiales". Algunos predicen que la próxima será la temporada de explosión de Joe Flacco. Que hasta ahora sus socios para el juego de pase no han sido espectaculares. No sé. De todos modos, los Ravens ya demostraron en 2001 que son capaces de ganar la Super Bowl sin un quarterback estelar. Tanto, que nada más ganar la Super Bowl los Ravens se deshicieron de Trent Dilfer, único quarterback titular que recién ganado el anillo es cortado por su equipo. Pero la NFL ha cambiado desde entonces. Hoy hace falta un quarterback capaz de generar los fuegos artificiales de los que hablaba más arriba.Obviamente Flacco es mucho mejor que Dilfer. No tienen nada que ver. Pero sigo teniendo muchas dudas sobre su capacidad pirotécnica. Aunque temo seriamente que este tío la guarda. En comparación con el resto de quarterbacks titulares, creo que sólo está a menor nivel que Big Ben. Por cierto, los Ravens tienen plan B, ya que han firmado a Marc Bulger. Eso sí, la prudencia tiene un coste elevado (4 millones de dólares, nada menos).
Como decía antes, Flacco tendrá mejores socios que la temporada pasada. Anquan Boldin es un receptor de elite. De entre sus logros profesionales podemos destacar que es el quinto jugador en llegar más rápido a la marca de 7000 yardas de recepción de la historia de la liga. Sin duda, un fichajazo para un equipo que vivía de la carrera. Las amenazas se multiplican. Además de Boldin, los Ravens incorporan a un ex-convicto, Donté Stallworth, que la temporada pasada estuvo suspendido de empleo y sueldo tras salir de su breve estancia en la cárcel por homicidio imprudente (atropelló a un peatón conduciendo con un nivel de alcohol superior al permitido). Parece que Stallworth ha vuelto con las pilas cargadas y podría tener mayor protagonismo del inicialmente esperado. Derrick Mason debería ser en principio el número dos de los receptores, mientras que el gran perjudicado de las nuevas incorporaciones podría ser Mark Clayton. Además, los Ravens seleccionaron a un wide receiver con su primera elección de la quinta ronda del draft. No se puede decir que Baltimore no haya hecho los deberes para mejorar su juego de pase. En cuanto a los tight ends, los Ravens han utilizado dos elecciones en el draft para reforzar esta posición (Ed Dickson y Dennis Pitta, tercera y cuarta rondas), en la que Todd Heap, el líder histórico de la franquicia en recepciones, seguirá siendo el titular.
La línea ofensiva seguirá siendo la misma que la temporada pasada. Se trata de una línea bastante joven (con sólo un titular mayor de 26 años, el seis veces Pro-Bowler Matt Birk. Al hablar de la línea de los Ravens resulta inevitable hablar de Michael Oher, en cuya vida está inspirada la oscarizada película The blind side, que todavía no he visto (lo haré, pero cuando la estrenaron no me vi con las suficientes ganas, es que las pelis lacrimógenas me resultan bastante repulsivas y esta apesta a eso).
Anécdotas cinematográficas aparte, Oher es un buen jugador, como prueba el segundo lugar que ocupó en la votación al rookie ofensivo de la pasada temporada. Yanda, Grubbs y Gaither completan el grupo de titulares, al que no le falta profundidad. De la calidad de esta línea habla bien su solidez en el juego de carrera, base del juego ofensivo de Baltimore.
Y es que pese a los refuerzos al juego de pase, creo que el peso del ataque de Baltimore lo seguirá llevando la carrera. Cuando tienes a backs en tu plantilla como Ray Rice, Le'Ron McClain y el veterano pero seguro en las distancias cortas Willis McGahee, es lo normal. Preguntad a los Patriots por Ray Rice. Rice no solo es una amenaza como corredor sino también como receptor. Debería de volver a ser el líder ofensivo de los Ravens. Mientras, McClain quedó relegado a tareas de bloqueo propias de su posición de fullback, aunque si fuese necesario también puede acarrear el football. En definitiva, aunque nombre a nombre probablemente no encontremos a un top-3 de la NFL, el juego de carrera de los Ravens sí está en la elite de la liga (quinto en yardas totales la temporada pasada). Si el juego de pase mejora, que es probable, se abrirán más vías para la carrera. Difícil de parar, la verdad.
Pasamos a la defensa. Si hay un equipo cuyos nombres más destacados sean jugadores defensivos, ese es Baltimore. Sí, está Flacco, está Boldin, está Rice, está McGahee... pero Ray Lewis es el líder de esta franquicia. Desde su fundación, hablar de los Baltimore Ravens equivale a hablar de Lewis, el middle linebacker que más veces ha sido seleccionado para la Pro Bowl (11 ocasiones). Sin embargo, Lewis afrontará su decimoquinta temporada en la NFL. El viejo Ray se está haciendo viejo. Los Ravens saben que a pesar de que cuentan todavía con unos linebackers temibles, necesitan savia nueva. Por eso utilizaron su primera elección en el draft, en segunda ronda, para elegir a un linebacker, Sergio Kindle. Terrell Suggs ha perdido peso y dará un paso atrás de la línea después de un año como defensive end. Jugador de primera categoría. Jarret Johnson es otro gran jugador, para muchos injustamente olvidado en la confección de la plantilla de la AFC para la Pro Bowl. Dannell Ellerbe podría completar la unidad titular, tras llegar a mediados de la temporada pasada. El veterano Ayanbadejo y el jugador de segundo año aunque rookie en la práctica (se perdió la temporada pasada por lesión) Jason Phillips añaden profundidad a un equipo de linebackers temible.
La línea defensiva la lidera Haloti Ngata. Un apellido como Ngata es perfecto para jugar en la línea. Cómo va a ser mal jugador un tío llamándose así. Imposible. Tonterías aparte, Ngata es de los mejores de la liga en su posición. Encabeza una de las mejores defensas contra la carrera de la NFL (la quinta la temporada pasada). Kelly Gregg, lesiones mediante, es un buen nose tackle. El defecto que se le achaca a la línea defensiva de Baltimore es la falta de profundidad, ya que aparte del dúo citado, carecen de jugadores contrastados tras la marcha de Justin Bannan y Dwan Edwards. Cory Redding, procedente de Seattle, tratará de paliar esas bajas. Además, el segunda ronda Terrence Cody y el jugador de quinta Terrence Jones aportarán profundidad a la unidad.
Tres cuartos de la superficie terrestre están cubiertos por el mar. El resto está cubierto por Ed Reed. Eso dicen por Baltimore. Y cuando Reed está bien no les falta razón. Pocos jugadores atemorizan más al pasador contrario que Reed, amenaza permanente de intercepción. Sin embargo, Reed cumplirá 32 años en septiembre y su salud no es de hierro. El año pasado se perdió cuatro partidos y quién sabe si esta será su última temporada. No obstante, Reed no es la principal preocupación de Baltimore en la secundaria. Ya en un principio las alertas se fijaban en la posición de cornerback, donde solo contaban con dos titulares con experiencia y sin historial médico preocupante, Foxworth y Chris Carr. Bueno, pues el primero ha caído y es baja para toda la temporada. Carr, en el momento que escribo estas líneas, también está lesionado (aunque según parece no es nada grave). En cualquier caso, los aficionados de los Ravens tienen motivos para estar preocupados. Fabian Washington y Lardarius Webb vienen de operaciones de rodilla. Dawan Landry, otro jugador lastrado por lesiones, debería tener asegurada una plaza como titular. La secundaria parece el punto más débil de estos Ravens, agravado por la baja de Foxworth y las dudas que genera el estado físico de sus demás integrantes. Los suplentes Haruki Nakamura y Tom Zbikowski pueden tener bastante trabajo.
Terminamos el análisis de la plantilla con los equipos especiales. En la posición de kicker, tras la marcha de Stover los Ravens no encuentran la estabilidad necesaria. Billy Cundiff, teórico titular, y Shayne Graham lucharán por el puesto. Ninguno termina de convencer. Como para patear un field goal decisivo en Heinz Field. Sam Koch será su punter, un tío fiable. Ojo a los field goals fallados: si este equipo quiere ser campeón deberá tener suerte en este apartado del juego.
Acabo con la cuestión del calendario. Duodécimo más duro de la liga, ni frío ni calor, pero con un inicio muy complicado. Empiezan contra los Jets, el "otro" equipo de moda en la AFC esta offseason y continúan en Cincinnati. Teóricamente, un calendario más fácil que Bengals pero bastante más chungo que el de los Steelers.
En resumen, que veo a Baltimore con una gran plantilla y creo que son los favoritos para ganar la división, aunque a la nave Raven se le ha abierto una vía de agua preocupante, su secundaria, que deberán tapar como sea para no hundirse en una liga en la que el pase es la principal arma de ataque de los equipos punteros (¿es la primera vez que decimos esto, no?).
Cincinnati Bengals. Vamos a seguir repartiendo estopa. Si de los Ravens decía que me caían mal, de los Bengals tengo que decir que tienen el uniforme más feo de la NFL. Joder, pero qué mal gusto. Maldita la hora en la que decidieron dejar de plagiar el uniforme de los Browns. El casco que veis arriba es mil veces mejor que el actual. Si es que ese look atigrado no puede ser más feo. Creo que sólo supera a esa equipación (en fealdad) el bodrio que ha perpetrado Lotto para mi equipo de fútbol. Pinchad aquí y horrorizaos conmigo. A hostias habría que correrles por semejante bazofia, y también a los responsables del Dépor que permiten esta mierda. ¿Por qué les cuesta tanto a algunas marcas (y doy nombres: Joma y Lotto) hacer una puta camiseta en condiciones? ¿Hay gente que cobra por esto? ¡Que no es tan difícil, cojones! Cuanto más simple, cuantas menos mierdas, mejor. Y el puto logo de Lotto en rojo en la manga, si es que no puede quedar peor. Panda de sinvergüenzas... En fin, que vuelvo a la NFL. Qué casco más feo. Qué uniforme más feo. Me compraba antes las demás 31 camisetas de equipos de la NFL que la actual de los Bengals. Bueno, la equipación-imitación de los Browns no me disgustaba. Dicho esto, para gustos los colores: según el blog Shutdown Corner, de Yahoo! Sports, el actual casco de los Bengals es el séptimo que más mola de la historia.
¿Qué tiene que ver un tigre de Bengala con Cincinnati? Pues que Cincinnati tiene un (parece ser) famoso zoo en el que habitaba un raro ejemplar de dicha especie. Bueno, por lo menos tiene cierta relación con la ciudad (hola, Toronto Raptors). Y con la actual plantilla, que está hecha un zoo: pocas veces se ha visto a especies tan variopintas como en estos Bengals. Ochocincos, TOs, Pacmans... Menuda fauna.
Dejémonos de historias. Siempre empiezo los análisis de las plantillas por el quarterback, pero en los Bengals voy a hacer una excepción. Además, los protagonistas de la excepción destacan también por su desmedido afán de ídem. Hablo del TOcho. Y no hablo de lo que suelo escribir en este blog, sino del acrónimo que forman T.O. (Terrell Owens) y Chad Ochocinco. TO + Ocho = TOcho. Ochocinco y Owens son tan bocazas como buenos jugadores. Owens ya no lo es tanto, ni bocazas ni buen jugador. Ochocinco, aunque su edad mental sea la de un preadolescente, también está bastante mayorcito. No es imparable, como probó Revis la temporada pasada, pero es un gran receptor que seguro que se beneficiará de la presencia de otros receptores estelares en la plantilla. Adiós dobles coberturas. ¿Qué podemos esperar de Owens? Pues por el bien de los Bengals, un perfil más bajo del habitual. Bueno, que estamos hablando de TO... No sé, espero que con la edad haya aprendido a hacer menos el imbécil y se centre en aprovechar al máximo su última oportunidad de alcanzar el anillo. Owens no es santo de mi devoción. Creo que es el típico ejemplo de jugador excepcional aunque egoísta que antepone sus intereses individuales al bien del equipo. Que le pregunten a McNabb. No sé cuántas veces he hablado ya de The Secret, pero TO es otro ejemplo de libro de jugador que lo desconoce.
El tapado (si es que se puede utilizar esta palabra para referirse a este jugador), al menos desde el punto de vista mediático, es Antonio Bryant, wideout procedente de Tampa Bay. Bryant fue el primer plato y Owens el segundo. A principios de la no-temporada los Bengals dudaban entre firmar a Bryant o a Owens y se decantaron por el primero, a quien le ofrecieron el contrato más suculento. Tuvieron la enorme suerte de que nadie hizo una oferta lo suficientemente atractiva a T.O. y de que este se bajó de la burra. Trío estelar: TOcho + Bryant. Si este trío no fuese suficiente para augurar controversias por el número de pases dirigidos a cada uno de ellos, están Shipley, Lippincott, el ex-convicto (otro, sí) Matt Jones, Andre Caldwell y el tight end seleccionado con la primera elección de que disponía Cincinnati en el último draft (21.ª de la primera ronda) Jermaine Gresham. El cuerpo de receptores de los Bengals es una bomba de relojería, en todos los sentidos de la expresión. Para lo bueno, pues hay muchísimo talento, y para lo malo, ya que también hay muchas bocas que alimentar.
Peter King hacía unos cálculos en su último Monday Morning Quarterback que dan que pensar sobre la capacidad de que los receptores de los Bengals vean saciada su sed de pases. Las cuentas son las siguientes: el año pasado Cincinnati jugó 1011 snaps ofensivos. La mitad de ellos fueron jugadas de carrera. Si, como declara Marvin Lewis, el peso del ataque lo sigue llevando la carrera, si les respetan las lesiones, el trio TOcho Bryant tendría alrededor de 350 oportunidades de recepción en total. Ah, y a ellos hay que añadir la ración para Gresham, Shipley, Andre Caldwell (destinatario de 51 pases la temporada pasada) y, por si fuesen pocos, el jugador drafteado en 2008 Jim Lippincott, que según uno de los entrenadores de los Bengals es el receptor con mayor talento natural de la plantilla.
Ay, Palmer, la que te espera. Ya puedes repartir bien tus pases, porque si no no te faltarán recaditos de tus compañeros de equipo. Así, llegamos al quarterback. La temporada pasada, tras un comienzo decente, se fue diluyendo hasta "liderar" un juego de pase irrelevante, casi inexistente. En un año exento de lesiones, Palmer no estuvo a la altura. Este año tendrá más armas, aunque también más presión. Yo creo que es capaz de hacerlo bien. Peor que Big Ben y seguramente también peor que Flacco (digo esto con dudas) pero es un buen quarterback. Un notable, digamos.
A pesar del explosivo equipo de receptores con el que cuentan los Bengals, Marvin Lewis insiste en que el juego de Cincinatti volverá a basarse en la carrera principalmente. No sé si dice esto para despistar o, si lo dice sinceramente, si cambiará de opinión tras la primera pataleta de alguna de sus estrellas. Lo cierto es que los Bengals terminaron la temporada pasada siendo un equipo marcadamente corredor. Tampoco es de extrañar cuando un jugador de la calidad de Cedric Benson rinde a su nivel. Otro que hizo de las suyas durante la offseason. Estuvo implicado en una pelea en un bar de Texas. Manteniendo el nivel del equipo, sí señor. Temas extradeportivos aparte (qué difícil resulta obviarlos en un equipo como este), Benson ofreció un muy buen rendimiento la temporada pasada, a pesar de su sobreexplotación: 23 carreras por partido, récord de la franquicia. Un mayor protagonismo del pase (a pesar de las palabras de Lewis) y más ayuda de los demás backs (Bernard Scott y Brian Leonard) sería muy conveniente.
Las características de la línea ofensiva han ayudado también a que los Bengals se fuesen decantando por la carrera en vez del pase. Muy sólidos bloqueando para el running back, más flojos como protectores del quarterback. Se habla de si Andrew Whitworth debería desplazarse al lado derecho, salvo que Andre Smith, jugador elegido en el 6.º lugar de la primera ronda del draft del año pasado, muestre mejor adaptación al puesto. De él se espera mucho. Dennis Roland y Anthony Collins deberán colaborar también. Por dentro es donde la línea ofrece más dudas. Bobbie Williams tiene ya 33 tacos. Kyle Cook, el center, flojea ante nose tackles poderosos. El guard izquierdo en principio será Nate Livings, en competencia con Evan Mathis. Lo dicho, una línea correcta que deberá mejorar la protección a Palmer.
El fichaje estrella en la defensa, o al menos el que más llama la atención, es el de Pacman Jones. Otro chalado con problemas con la justicia. Reforzará la secundaria de Cincinnati. Dice que ha madurado, y pone como ejemplo que aunque la policía le putee (al menos bajo su punto de vista) él conserva la calma y no va a por ellos. En otras palabras, que cuando la poli le pide la documentación de su coche, él no monta un pollo a los agentes creyéndo que lo único que buscan es mofarse de Pacman. Pues eso, otro muy buen jugador con muy poquita cabeza. Y solo 26 años, está a tiempo de reconducir su carrera. La verdad es que Marvin Lewis va a tener más trabajo psicológico que técnico. En cualquier caso, una incógnita de jugador. Por suerte, los Bengals tienen a dos muy buenos cornerbacks en Leon Hall y Jonathan Joseph. Morgan Trent, David Jones y el rookie de tercera ronda Brandon Ghee competirán con Pacman por minutos de juego sin que ninguno de ellos tenga plaza asergurada. Si Roy Williams deja atrás sus problemas de lesiones, será el strong safety de la defensa de Cincy. Chinedum Ndukwe (buen nombre) le puede comer la tostada en breve. Chris Crocker será el titular como free safety, con Tom Nelson y Gibril Wilson disputándose la plaza de primer suplente. En términos generales, una secundaria decente que será clave para el éxito de los Bengals dada la limitada presión al pasador contrario que pudieron ofrecer sus compañeros.
Y es que la línea defensiva de Cincinnati no es para tirar cohetes. Destaca Antwan Odom, que tuvo un inicio de temporada excepcional en 2009 (8 sacks en los 4 primeros partidos), pero tras lesionarse en el tendón de aquiles, el estado físico de Odom ofrece serias dudas. A pesar de las críticas por su rendimiento, es probable que Robert Geathers continúe como titular. En la posición de defensive end, Cincinnati por lo menos cuenta con profundidad, o en otras palabras, con muchos tíos, aunque ninguno excepcional. La clave estará en Domata Peko y su capacidad de atraer dobles bloqueos para liberar espacio a sus compañeros. Tank Johnson será en principio el otro titular en el centro de la línea, a la que Fanene, Sims, Dunlap, Rucker, Atkins y Harris aportan la profundidad de la que hablábamos.
La unidad más destacada de la defensa de los Bengals es la de linebackers. Por fuera, Keith Rivers y Rey Maluaga (otro con problemas con la justicia durante esta offseason). En el medio, el playcaller defensivo (el que marca las jugadas), Dhani Jones. Brandon Johnson, Abul Hodge y Rashad Jeanty ocupan los primeros lugares en el depth chart que se maneja a estas alturas de la pretemporada para sustituir al trío de detrás de la línea titular.
En cuanto a los equipos especiales, los dos kickers del equipo son poco fiables: ni Dave Rayner, que parte con ventaja, ni Mike Nugent, que le hará la competencia. El punter será el jugador de segundo año Kevin Huber, que si bien no estuvo mal en lo que le toca, sus compañeros de cobertura permitieron una media de 10,1 yardas de retorno. Eso es mucho. Ah, seguramente veamos a Pacman Jones como retornador, aunque Quan Cosby, que lo hizo muy bien el año pasado, debería de seguir teniendo la confianza de Marvin Lewis.
Termino con el calendario de los Bengals. Como anticipaba, los Bengals tendrán a rivales más duros que el resto de equipos de la división. La distancia con los Steelers es significativa: mientras los Bengals tienen el 4.º calendario más fuerte de la NFL, los Steelers tienen el 21.º. Pues ojo, que esto también cuenta. Y como la cosa no empiece bien, las hostilidades internas pueden desencadenarse. El comienzo se las trae: Atlanta, Miami, Pittsburgh e Indianápolis. Ningún partido sencillo.
Pittsburgh Steelers. Las aguas bajan turbias por el río Ohio. Comencemos este análisis recreándonos en esta bella estampa del estadio de los Steelers, el del ketchup, bañado por el citado río:
No es el mítico Three Rivers Stadium, pero no está mal. Que se lo digan a los kickers forasteros. Los Steelers deberían estar viviendo días de gloria. Quién iba a decir hace un año que al hablar de la franquicia de Pittsburgh estaríamos hablando de inestabilidad y escándalos. Pues sí. Pero creo que los gestores del equipo tienen bastante parte de culpa en ello, por mucho que dudar de Dan Rooney sea casi pecado. Para mí han cometido dos errores difíciles de comprender: regalar a Santonio Holmes a los Jets y sumarse al linchamiento de Big Ben.
Ya hablé de estos dos temas. No entiendo cómo se deshacen de Holmes con tan pocos miramientos. Estamos hablando de un MVP de la Super Bowl. De un jugadorazo. Seguro que no era el mejor ejemplo fuera de los terrenos de juego, pero quizá el problema está en querer hacer ver a los deportistas como ejemplos en situaciones en las que no deben serlo. Que nadie se engañe, a un deportista se le admira por lo que hace en el campo. Que está muy bien que sea un ciudadano ejemplar, correcto, pero aparte de exigirles unos mínimos de comportamiento, que me parece bien, hay que dejar de verlos como un ejemplo. En otras palabras, que hay que educar a la sociedad para que no tome ejemplo de los deportistas fuera de las canchas, porque generalmente dejan mucho que desear (opinión meramente personal), tanto en sus actitudes como en sus palabras. Con esto quiero decir que suele dar vergüenza ajena escuchar hablar a las estrellas del deporte, que más que darles voz a todas horas en los telediarios, había que silenciarlos, o por lo menos "filtrar" sus declaraciones, que luego la gente se idiotiza. El único ejemplo que se debe tomar de un deportista, salvo que demuestre que sabe hablar y escribir con un mínimo de coherencia, es el que resulta del terreno de juego: me gustaría jugar como Holmes, NO me gustaría actuar como Holmes. Ese es el problema. Y la NFL se empeña en seguir confundiendo la esfera personal con la deportiva. Por mucho que se empeñen, la cuestión no tiene solución. Más les valdría empezar campañas de educación del tipo en lo único que debes imitar a los jugadores de la NFL es en su forma de jugar al football que seguir diciendo que un jugador de la NFL es un espejo para los jóvenes y que debe comportarse como tal.
Lo que decía antes vale también para Big Ben. Menos moralinas. Roethlisberger esta vez no ha cometido ningún delito. Se ha emborrachado con una tropa de universitarios, quién sabe si algún menor de por medio y ha sido acosado (seguramente sin mucha resistencia por su parte) por unas cuantas guarrillas. ¿Resultado? De 4 a 6 partidos de sanción. Y los Steelers de acuerdo. Tócate las pelotas.
El primer problema de los Steelers para la temporada venidera estará en la posición del que toca el culo al center. Lefwich será quien tenga el honor de realizar tales lides durante al menos los cuatro primeros partidos. El primer inconveniente, evidente, es el descenso de calidad en el puesto. Y el segundo, que si las cosas van bien (imaginemos que los Steelers se ponen 4-0, que sería raro, pero no tanto), el papelón para el Dr. Foreman, digo, Mike Tomlin, es de cuidado. ¿Voy a cambiar una pieza esencial ahora que todo va bien? Ojalá tenga ese problema, pensará Tomlin. Porque Leftwich es un quarterback mediocre, pero Big Ben... Joder, ¿hay un quarterback mejor que Big Ben en la NFL? Ahora cualquier análisis está viciado por el tema de sus vicios, pero si no sería poco descabellado decir que Roethlisberger está en la lucha para ser el mejor quarterback de la liga. De verdad que lo creo. Lo que pasa es que su comportamiento fuera de las canchas nubla la visión de muchos analistas, e incluso de aficionados de los Steelers que piden la oronda cabeza de Roethlisberger. Y yo que no salgo de mi asombro. Si vuelve a tiempo, ojo con Pittsburgh porque tienen al mejor QB de la división. Este sí que sabe de fuegos artificiales, que se lo digan a los Cards hace un par de temporadas o mismamente a mis Packers el año pasado.
Ben pierde a su mejor socio con la baja de Holmes. Hines Ward se va haciendo mayor, aunque sigue siendo un receptor temible (y sonriente). El go-to-guy era Santonio Holmes. Ahora que no está, el jugador de segundo año Mike Wallace deberá asumir su papel. El año pasado ya mostró maneras muy Santonianas, como en la recepción que dio el partido a los Steelers en el mejor partido que vi la temporada pasada, donde Big Ben crujió inmisericordemente a mis Packers. Pongo la jugada de marras porque aunque me duela, hay que verla. A ver a qué otra jugada os recuerda:
Los Steelers confían en que Wallace cubra la baja de Holmes. La pena es que más que cubrir su baja, Wallace podía ser un complemento ideal. Como decía antes, el juego de pase de Pittsburgh sigue contando con el sonriente Hines Ward, cuyo rendimiento debería de ir en declive (34 años), sobre todo si no le respetan las lesiones. En el puesto de tight end cuentan con Heath Miller, un muy buen jugador que el año pasado fue a su primera Pro Bowl. Randle El, que vuelve a Pittsburgh, echará también una mano como receptor. Su participación será importante ante la probable baja por lesión de Limas Sweed para toda la temporada. Matt Spaeth, otro tight end, suele tener también protagonismo como receptor. La unidad de receptores, pues, está mermada, pero sigue teniendo a jugadores de mucho peligro.
Más débil veo el juego de carrera de Pittsburgh, que no les termina de funcionar. Willie Parker se ha ido. La temporada pasada Rashard Mendenhall fue el running back titular y sus números no fueron nada malos para un equipo pasador como los Steelers, más de 1100 yardas. Ante la baja de Parker, Mewelde Moore, el tercero de la lista, tendrá que dar un paso adelante. O él o el novato elegido en sexta ronda Jonathan Dwyer. También ayudará el jugador de segundo año Frank "The Tank" Summers, que puede jugar de halfback o de fullback. La carrera de Pittsburgh me genera dudas. Especialmente porque en los primeros partidos de la temporada las defensas se cerrarán más ante la baja de Big Ben, justo cuando los Steelers necesitan más de sus corredores.
La eterna asignatura de Pittsburgh, año tras año, es la línea ofensiva. Su mediocridad no les impidió ganar el anillo hace un par de años. El propio Roethlisberger dirigió casi sus primeras palabras, desde el podio en el que recogía el trofeo de campeón, a sus (des)protectores, preguntándoles en tono irónico (y eufórico) ¿quién ríe ahora, línea ofensiva? Pues cuando juegan contra los Steelers, los pass-rushers rivales. En Pittsburgh son plenamente conscientes de esta carencia y con su primera ronda del draft escogieron a un center, Maurkrice Pouncey. Se dice que empezará jugando como guard diestro, ya que Hartwig, que tampoco es un jugador dominante, será aquel cuyo trasero sea tocado por el QB Steeler. Ahí seguirán Willie Colon, Starks y Kemoeatu. Tampoco es que se prevea una gran mejora la temporada que viene, así que ya puede prepararse Leftwich para recibir.
En cuanto a la defensa, si sus playmakers permanecen sanos, volverá a ser temible. Me refiero al chico de los anuncios de champú, Polamalu, a James Harrison y a LaMarr Woodley. Tres defensores de elite. En la línea, el año pasado notaron mucho la baja de Aaron Smith, líder de la unidad, a pesar de que cuenta con un muy buen nose tackle, Casey Hampton, que firmó un contratillo de 21 millones de dólares por 3 años en la no-temporada. Brett Keisel es el jugador que completa la línea titular de tres. El mayor problema: la edad de estos jugadores. El menor tiene 32 tacos. Urge preparar el relevo. Ziggy Hood, primera ronda en el draft de la pasada temporada, es la mayor esperanza para ello. Chris Hoke será el relevo en el nose tackle, no de futuro (este tiene 30) pero sí para dar descanso a Smith.
En el cuerpo de linebackers encontramos a dos cracks por fuera, Harrison y Woodley, y jugadores más flojos por dentro. Evidentemente es difícil mantener el nivel de los dos jugadores citados, pero Farrior ya tiene 35 y Timmons deberá mostrar más que la pasada temporada, en la que debutó como titular. Para reforzar el interior de los de detrás de la línea, los Steelers recuperan a Foote, en lo que no deja de ser el reconocimiento de una equivocación, ya que lo soltaron pensando en que con Timmons tenían suficiente. Se ve que no. También usaron sus segundas, cuartas y (una de las) quintas rondas en el draft para reforzar la línea, con Jason Worilds, Thaddeus Gibson y Stevenson Sylvester. Los novatos aportarán profundidad y quién sabe si alguno de ellos es un relevo válido. Bueno, que los Steelers tienen unos linebackers pa cagarse de miedo. Punto fuerte.
En cuanto a la secundaria, la presencia o no de Polamalu será fundamental, como se demostró el año pasado. Sin él, y a pesar de que la presión sobre el pase contrario no fue mala, la secundaria sufrió más de la cuenta. Polamalu es de los mejores jugadores de la liga, e incluyo a todos, atacantes y defensores. El problema es su fortaleza física. Si la mantiene, los Steelers tendrán una defensa con pocas fisuras. Porque los problemas en la posición de cornerback no se notarán tanto. Para ello han recurrido a una solución parecida a la que comentaba en el párrafo anterior: recuperar a un viejo conocido. En este caso, Bryant McFadden, al que adquirieron en el día del draft. Lo que se conoce como Solución Estudiantes (recuperar a viejos conocidos, la llamo así porque el Estu es especialista en hacer eso de fichar a ex-jugadores del equipo, y os digo unos cuantos: Germán Gabriel, Marlon Garnett, Iker Iturbe, Andrae Patterson, Nacho Azofra, Corey Brewer, Gonzalo Martínez...). McFadden será titular, con Ike Taylor en la otra esquina. Ryan Clark, el "quarterback del fondo de la defensa", fue renovado y será un buen free safety titular. También firmaron al safety Will Allen, aunque su papel debería limitarse al por si acaso. El rookie Crezdon Butler (cornerback) reforzará el punto débil de la secundaria.
Los equipos especiales lo hicieron de pena la temporada pasada. Tanto, que el entrenador de la unidad fue despedido. Joder, 4 touchdowns de retorno recibidos. Qué desastre. Por lo demás, el kicker bien, de Jeff Reed te puedes fiar y en un estadio como el de los Steelers resulta decisivo: el Heinz Field goal es el más complicado de convertir, pero Reed domina el arte. De los mejores de la liga en su puesto, todo un goaleador (hostias, la de chistes malos que da de sí la expresión). El punter, Sepúlveda, flojete. Necesita mejorar. Vamos, que todo lo bueno que podemos decir del kicker lo tienen de malo los demás especialistas. ¿Entonces deberíamos decir que estamos ante un punto débil-fuerte? Joder, qué bobada, bien en FGs, mal en lo demás.
Ah, que no lo había dicho. Aunque no creo que los Steelers estén para ganar la división, voy con ellos. Son mi segundo equipo, así que espero que lo hagan lo mejor posible y, si no pueden hacerlo los del queso en la cabeza, que ganen los de la terrible towel.
Finalmente, en cuanto al calendario, los Steelers juegan teóricamente contra rivales más asequibles que sus rivales de división. Sin embargo, en el caso de Pittsburgh hay que diferenciar el calendario sin Ben del con Ben. No tengo muy claro qué sería mejor, si que los partidos más fáciles sean con Leftwich al mando, y así tener mayores opciones de victoria con el QB flojo, o que fueran los más chungos, ya que se perderían de todos modos y así aseguras los de Roethlisberger. Lo que sí tengo claro es que un buen inicio es importante. Los cuatro primeros partidos de los Steelers, el sin Ben, los enfrenta a Falcons en casa (jodido), Titans y Buccaneers fuera (ganables aunque complicados) y Ravens en casa (partido muy importante). Si consiguen un par de victorias, tendrán sus opciones de playoff intactas. Un 0-4 sería difícilmente salvable. Dicho esto, los Steelers tienen la suerte de que si la sanción a Big Ben se reduce a 4 partidos (si todo va bien, y por ahora va, debería suceder), su jornada de descanso es la quinta, por lo que tienen un fin de semana libre para adaptar con tiempo los sistemas a la llegada de Roethlisberger. Una pequeña ayudita del calendario.
Cleveland Browns. Los Browns son un año más el comodín de la división. Ya me gustaría poder decir otra cosa, pues como sabéis es una franquicia que me cae bien, pero no espero nada bueno de ellos. Mucho me extrañaría que consiguiesen igualar el número de victorias que obtuvieron la temporada pasada, en la que completaron una recta final sorprendentemente victoriosa. Hay quien los ve mejor: así, Peter King les da posibilidades de mejorar su marca del año pasado e incluso conseguir un registro victorioso. A mí me extrañaría mucho, pero queda dicho.
Quizá les quede el consuelo de ser el mejor equipo de Cleveland, la ciudad de las desgracias deportivas. La principal fuente de esperanza para los Browns está en la llegada de Mike Holmgren. Todo un especialista en levantar muertos. Qué voy a decir de él, si soy seguidor de los Packers.
Los Browns han fichado a Jake Delhomme para que dirija su ataque. Caben dos posibilidades: la probable, que Delhomme esté en una de las últimas etapas de la cuesta abajo y sin frenos de su carrera; o la improbable aunque optimista, que estemos ante un nuevo caso Kurt Warner, ante otro quarterback sin nombre que tras vagar por ligas menores (precisamente de suplente de Warner en Europa) lleva a su equipo a la Super Bowl (vale, que Delhomme no la ganó) y tras posteriores temporadas mediocres resurge en una franquicia maldita. Demasiado bonito para ser verdad, pero quién sabe, con que Delhomme vuelva a su nivel de los mejores años en Carolina (muy lejos del Warner de los Rams, es verdad) los aficionados de los Browns ya se darían con un canto en los dientes. Si Delhomme rinde al nivel del año pasado, le pasará lo mismo y tendrá que ceder el testigo al rookie Colt McCoy, jugador que llega con buen expediente universitario aunque por su condición de novato los Browns no querrán quemarlo a las primeras de cambio.
Me da la sensación de que falta música. No puede ser. ¡Si en Cleveland está el Rock and Roll Hall of Fame! No es momento de discutir sobre dicho Hall of Fame y toda la (gran cantidad de) mierda que hay ahí metida. Que sirva como excusa para poner música. En ese salón de la fama están Tom Petty and the Heartbreakers. American girl mola. La tocaron en el descanso de la Super Bowl de David Tyree, por cierto.
Aprovecho que toca analizar a los receptores para hablar de Josh Cribbs, el mejor jugador de este equipo. Digo que "aprovecho" porque no está muy clara la posición de Cribbs. Comentaba el jugador que cuando se presentaron los veteranos a los rookies, cada jugador decía su nombre y posición. Cribbs dijo que su posición era "depending on the game it is". Podéis ver sus declaraciones aquí, con la breve previa de 5 minutos que dedicó NFL.com a los Browns (monopolizada por Cribbs, por cierto). Pues eso, un chico para todo. Incluso dice que si hiciera falta jugaría en defensa. Evidentemente esto es un farol, aunque hace coberturas de retornos y da una idea de la polivalencia de Cribbs: retornador, defensor de retornos, receptor y corredor (sobre todo recibiendo en Wildcat formation). Este tío es un crack, una de las pocas luces de verdad en un equipo plagado de sombras. La especialidad de Cribbs es el retorno. No en vano, tiene el récord de la historia de liga en touchdowns de retorno, con 8. Otro dato que da muestras de su calidad es que ha sido elegido como miembro del equipo de la década de los ¿00? (qué raro suena) en la posición de retornador de kicks. Como receptor hay quienes piden que deje de actuar, ya que no lo hace demasiado bien. Saliendo de la Wildcat dio buenos resultados, y en retornos no hacen falta más comentarios.
Vamos con los receptores stricto sensu. Una de las claves del fracaso de Brady Quinn y Derek Anderson en Cleveland fue la debilidad de su equipo de receptores. Probablemente lo peor de la plantilla (que no es poco). Los Browns fueron el peor equipo de la liga en yardas de pase la temporada pasada. En su descargo (de los receptores, me refiero; no de quien confecciona la plantilla), hay que decir que los dos wide receivers titulares eran novatos, dos segundas rondas de 2009, Mohamed Massaquoi y Brian Robiskie. Massaquoi fue el jugador de los Browns que más pases recibió con la peor marca de un líder de recepciones de los Browns en una temporada de los últimos 35 años: 34 recepciones. Nótese el especial mérito que tiene el récord en una época en la que para ganar hay que pasar, donde se pasa mucho más que antes (creo que es la primera vez que decimos esto, habrá que repetirlo más). En la posición de tight end la titularidad debería ser para el recién fichado en agencia libre Ben Watson, ex de los Patriots. No es un crack, pero para lo que hay no está mal. Una colleja para Holmgren: es obvio que los Browns necesitan mejorar en multitud de puestos y que los receptores titulares deben de mejorar su rendimiento en su segundo año, pero no es de recibo que Cleveland espere hasta la sexta ronda del draft para reforzar a su unidad más débil. Carlton Mitchell fue el elegido. Hay que decir que también firmaron a la joven promesa Bobby Engram, pipiolo de 37 (sí, 37) años, probable número 3.
La línea ofensiva, sin embargo, es bastante buena y cuenta con jugadores jóvenes que pueden dar todavía más de sí. Hablo del center, Alex Mack, primera ronda en 2009, quizá el mejor de la división en su posición y del Pro Bowler Joe Thomas (para algunos el mejor left tackle de la liga). Steinbach, Womack y Pashos (recién fichado) completan una más que decente línea titular, en la que podría entrar John St. Clair por el último. También se incorpora el rookie de tercera ronda Shawn Lauvao.
Con tan buena línea y tan malos receptores (y quarterbacks) la responsabilidad del ataque la soportaba la carrera. No creo que la cosa cambie el año que viene. Jerome Harrison acabó pletórico la temporada pasada y fue clave en las últimas tres victorias (561 yardas en tres partidos). Los Browns probablemente no están tan seguros de ello, lo que explicaría los intercambios realizados el día del draft para elegir a Montario Hardesty en segunda ronda. El novato no empieza con buen pie, ya que por culpa de una lesión se pierde los primeros entrenamientos y probablemente los sucedáneos de pretemporada, que si valen para algo es para que los nuevos y los suplentes fijen posiciones. Lawrence Vickies, el fullback titular, mostró ser buen bloqueador para Harrison. Sólida carrera, mal pase. El resultado no es difícil de adivinar.
En defensa, los Browns son de la 3-4. Menos los Bengals, toda la AFC Norte lo es. Shaun Rogers (lesionado aunque no de gravedad a día de hoy) en el centro, Kenyon Coleman y Robaire Smith serían los titulares. Puede que Rogers se mueva a alguno de los lados para dejar sitio a Ahtyba Rubin como nose tackle. Bueno, ya que hemos hablado de tantos incidentes desagradables protagonizados por jugadores de la AFC Norte, vamos con uno positivo: mientras conducía, Shaun Rogers vio que algo iba mal en un coche que tenía delante. Llamó a la policía para avisar de que parecía que el conductor se dormía (iba pedo) y cuando el coche se salió de la carretera y paró, Rogers paró su camión con los intermitentes puestos para que todo el mundo lo advirtiese y evitar colisiones. Acojonante, eh, qué tío. Sin embargo, no todo son comportamientos ejemplares. El propio Rogers, antes, se vio envuelto en un incidente por llevar un arma cargada a un aeropuerto. Según él, fue un accidente. Vaya, ni un buen ejemplo completo.
En la unidad de linebackers destaca la incorporación del vigente campeón Scott Fujita. Será la novena temporada de Fujita en la NFL, que cambia un equipo de elite como los Saints por dinero. Dudo de la sed de Fujita. Es un buen jugador, sin más. Los tres linebackers que le acompañarán como titulares serán el veterano de undécimo año David Bowens, D'Qwell Jackson y Matt Roth. Una línea correcta, sin más, en la que el defecto que se le achaca es su falta de presión suficiente al pase, su eficacia aumenta contra la carrera.
En cuanto a la secundaria, fue esta la unidad que decidió Holmgren reforzar en primer lugar en el draft con la incorporación del cornerback Joe Haden, cuya titularidad se prevé, aunque la tendrá que luchar con Eric Wright y Sheldon Brown, que llega procedente de los Eagles. Como el jugador de primera ronda de Cleveland no sea titular, en un equipo con tantas vías de agua que tapar, algo falla en la gestión. Más refuerzos llegaron con las elecciones de segunda ronda, un safety (T.J. Ward) y de quinta (otro más, Larry Asante). Cuando un equipo es el cuarto peor de la liga en la defensa contra el pase, la secundaria está en el punto de mira. Debe mejorar y puede hacerlo dadas las incorporaciones. Nada temible, en todo caso.
De los equipos especiales ya hablamos al hablar de Cribbs. El retorno se convierte en una poderosa arma ofensiva en un equipo tan necesitado como los Browns. El veterano kicker Phil Dawson es un jugador fiable infrautilizado. Y tuvo los huevos de saltarse OTAs (entrenamientos y actividades de offseason) para forzar la firma de un contrato mejor que, con buen criterio, no le dieron. La posición de punter, donde hay mucho más trabajo, se la jugarán Dave Zastudil y Reggie Hodges.
En fin, poco talento y gestiones difíciles de entender por parte de Holmgren, empezando por mantener a Mangini como entrenador (qué bien le vino el final de temporada). Pero yo confío en Holmgren. Es un tío que sabe y lo ha demostrado. Si en Cleveland le dejan trabajar, seguro que lo hará bien. La llegada de Colt McCoy puede que sea el primer golpe de suerte.
El calendario es el décimo más duro de la liga. Demasiado para un equipo como los Browns, que tienen la desgracia de coincidir en una división con tres gallitos. Mala suerte. Ya les gustaría estar encuadrados en cualquiera de las divisiones del oeste. Eso sí, dentro de lo que cabe tienen un inicio asequible: Buccaneers y Chiefs. Imaginemos que se ponen 2-0 y cogen confianza (viva el optimismo)...
Mi absurda predicción final. Mi corazón me invita a ser optimista y decir que ganan los Steelers, y no puedo negar que a pesar de los pesares veo opciones para que esto pase. Sin embargo, la cabeza me dice que los Ravens lograrán la victoria en la AFC Norte seguidos de los Bengals. Los Steelers darán mucha guerra pero quedarán terceros, mientras que los Browns, sin opciones, volverán a ser cuartos. En esta división, más que en ninguna otra, espero equivocarme.
Seguiremos por el oeste dentro de poco [si se confirma lo del 4, algo más]. Entretanto, si queréis pasar un buen rato (en todos los sentidos de la expresión buen rato) escuchando los análisis de todos los equipos de la NFL, ya están colgadas las previas de Football Speech a la AFC y la NFC.
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CIERRE: en breve, algo sobre el 4. Siempre que se confirme la retirada. Mejor dicho, cuando me la crea. Que ya pululan por Internet opiniones y encuestas sobre cuándo hay que creerse Favre se retira (y todas apuntan a que tarde). Ya, no es nada original escribir sobre el tema, pero es lo que hay.
Que Ravens y Bengals no te caen bien lo dejas claro, se ve para donde tiras.
ResponderEliminaryo creoq ue te equivocas con los wr de los Bengals, 85 y TO estan acostumbrados a ser las estrellas pero 2 cosas han cambiado, la primera es que les queda poco para hacer algo, asi que mas les vale ponerse las pilas y segunda es que hay 5 detras que se les presupone talento que si se despistan les quitaran el puesto.
Veremos como termina el año y si tus pronosticos son buenos
p.d. yo tengo esas muñecas de madera pero de los Bengals que me trajo un amigo de Moscu
victor