martes, 16 de noviembre de 2010

Plácido domingo, jodido lunes: jornada 10

Cómo no iba a continuar con esta sección después de los comentarios que me dejasteis la semana pasada. No creía yo que tuviese tanto éxito. Será culpa de los cabrones de mis amigos (y NO me refiero a que mis amigos tengan cabras), que cada vez que escribo un artículo de más de tres párrafos pasan de leerlo (por ejemplo, la semana pasada, dos días después de que lo publicase en el blog, me enviaron el vídeo que se ha hecho tan famoso del chaval que engaña a sus rivales andando tranquilamente con el football en sus manos y luego saliendo por patas hasta la end zone). En fin. No me leéis, cabrones (¡cuántas veces repito esto! bueno, aquí puedo insultarlos sin que se enteren; total, no me van a leer). Los tíos me hacen un Sofía Mazagatos a Vargas Llosa en toda regla ("Me encanta cómo escribe Vargas Llosa. No he leído nada sobre él pero le sigo").

Voy a innovar un poco esta semana. Aunque seguirá habiendo, en cuanto al fondo, las mismas subsecciones (lo más comentado; la sorpresa; lo que cambia; lo que no; lo mejor; lo regular; lo peor; y la cagada de la jornada) cambiaré el nombre de algunas, que ya me harté de los anteriores.

Esta es la primera de las "jornadas estiradas". Empiezan el jueves y terminan el lunes. Desde la pasada jornada y hasta la penúltima, habrá partido todos los jueves. No me gusta, un partido menos que puedo seguir en directo. El viernes se curra (aunque generalmente menos y con más alegría que cualquier otro día de la semana), lo que hace desaconsejable quedarse hasta las 6 de la mañana para ver un partido. La alternativa es aislarse del mundo para no enterarse del resultado y ver el partido al día siguiente. Por cierto, los Thursday Night están bastante mal organizados. Lo lógico sería que los disputasen equipos que vienen de su semana de descanso, para no tener que jugar tan seguido (domingo y jueves). No lo han hecho así. Aunque parece que hace ya una eternidad que Falcons y Ravens jugaron su partido, lo incluiré a los efectos de esta sección (porque, además, el partido tuvo mucha miga).

Para ambientarla, un grupo de Minneapolis, Minnesota. The Replacements. En una canción que seguramente refleja bien el sentimiento de los aficionados de esa ciudad. Unsatisfied.



Qué pude ver

Una bazofia de partido de baloncesto, pero con final muy feliz, me hizo aplazar el inicio de la sesión footballística hasta poco antes de las 8 de la tarde. El Estu ganó en Málaga (ACB, where amazing happens). Llegamos a la NFL cuando los primeros cuartos llegaban a su fin. Como es habitual, partido de Digital+ en la tele y pantalla partida en cuatro mitades [lamentable fallo de redacción, bien visto por Alberto] en el ordenador. Se pueden seguir varios partidos a la vez, aunque a veces el personal se pierde porque no sabe a qué partido se refieren los gritos. En la sesión de las 22.15 lo mismo. Era un partidazo, pero no tuve fuerzas para levantarme a ver el Steelers-Patriots. Hoy tocaba madrugar más de lo habitual para ir a currar. Lo que te hace pensar en la suerte que tiene la gente que se dedica profesionalmente a ver y comentar estos partidos. Cabronazos (primer insulto gratuito de la entrada de hoy; el anterior estaba justificado).

El vomitorio (lo más comentado)

La jugada con la que todos los medios abrían sus resúmenes, para algunos no solo la jugada del día sino de la temporada, es el surrealista hail mary (literalmente, Ave María, que además probablemente se corresponde con el pensamiento de David Garrard cuando ese balón iba por el aire) con el que los Jaguars se llevan el partido frente a Houston. Segundo final espectacular en Jacksonville. Qué pena que las gradas presenten un aspecto tan desolador. Mirad, impresionante:


Eh, perdón, que me he equivocado de vídeo. Aquí veréis mejor lo que pasó (en Estados Unidos se habla casi tanto de la jugada como de la épica narración de Gus Johnson, quien, dicen, tiene un imán para los partidos dramáticos --también en baloncesto--):


La verdad es que dudé un poco si incluir esta jugada en la sección de la cagada de la semana. Pobre Glover Quin. Realmente hace lo que dice el manual. No intentar interceptar, sino golpear el balón hacia el suelo. Ya, he dicho hacia el suelo, para que nadie lo pueda coger. Le da con tan mala suerte que cae en las manos de Mike Thomas. El colmo de la mala suerte.

Una jugada inolvidable para todos los implicados, y de la que se habla y se escribe mucho. Se comenta que los Jaguars ni la ensayaban en los entrenamientos. La tenían planificada, pero no llegaban a ejecutar el pase por temor a que se produjese una lesión (es una jugada de alto riesgo, una montonera de jugadores dándose de hostias y saltando a por un balón). Ni siquiera salió bien. La idea es que el palmeador sea Marcedes Lewis (no Mike Sims-Walker, que es el receptor más cercano). De coña.

Comentaba Garrard en la rueda de prensa posterior al partido que cuando lanzó el pase, rezó para que no fuese interceptado. Cuánto daño hacen en ocasiones las estadísticas y los fantasy games. No creo que sea una mera anécdota, estoy seguro de que en ocasiones estas tonterías se tienen en cuenta y provocan decisiones estúpidas. Como la de Nate Clements en Atlanta hace unas jornadas o la que veremos al final de este artículo.

Aparte de esta jugada, los otros dos temas del día son la resaca del partido de la joranda, el Patriots-Steelers, y el acercamiento del filo de la guillotina al cuello de Brad Childress.

El partido de Heinz Field fue, sobre todo en su segunda parte, un festín de Brady y los suyos. Los titulares dicen hoy que ha caído el telón de acero (steel curtain). En el primer partido de los últimos 25 años en el que se enfrentaban quarterbacks con más de un anillo, Brady destrozó a la temible defensa de Pittsburgh en su propio campo. La hasta entonces mejor defensa de la NFL en cuanto a puntos recibidos (15,37 por partido, sin contar el de ayer) recibió 39 puntos. Sobre Brady volveremos a hablar más adelante, lo merece.

Muy preocupante resulta el rendimiento de la defensa de los Steelers. Esa es la base de su éxito. Si está bien, los Steelers ganan. Sin ella, no son nadie. El ataque estuvo bien, a pesar de la nula protección recibida por Big Ben (con los protectores del lado ciego lesionados, los suplentes concedieron 5 sacks). Roethlisberger y Mike Wallace empiezan a desarrollar una conexión letal. Ayer completaron 8 pases, para 136 yardas y 2 TDs.

Childress, bien abrigado, ayer en la banda del
Soldier Field.
El otro tema, tan recurrente estas semanas, es el posible despido de Brad Childress. Ni después de ganar a Arizona tuvo una semana tranquila. Esta no será menos. Los constantes dimes y diretes sobre la falta de apoyo en el vestuario y la pésima situación del equipo, que por jugadores no debería estar 3-6, contribuyen a que cada vez sean más los que piden que Chilly se una al club de Wade Phillips. Espero que no sea antes del próximo fin de semana. Los Vikings tienen muchos problemas, Childress no es el único y quizá tampoco el principal. Podemos encontrar culpables desde los equipos especiales, desastrosos ayer en la cobertura de Devin Hester, pasando por una defensa que está lejos de ser la de la temporada pasada, y terminando por el quarterback líder en intercepciones de hoy y siempre. Con todo, Childress empieza a parecerse peligrosamente a Kenny.

Potencial vomitorio

Dice hoy Peter King que aumenta la probabilidad de que Los Ángeles cuente con una franquicia de la NFL. El motivo, la construcción de un estadio de football junto al Staples Center, el pabellón en el que Lakers y Clippers juegan como locales. La llegada de la NFL a L.A. se llevaría a cabo mediante el traslado de alguna franquicia ya existente a la ciudad (y no por la creación de un nuevo equipo; el reparto "perfecto" de 32 equipos en 8 divisiones de 4 equipos cada una supone un escollo para la creación de franquicias ex novo). Los principales candidatos para mudarse, según King, no son los Jacksonville Jaguars ni los Buffalo Bills, sino los dos equipos californianos sin estadio nuevo a la vista: los San Diego Chargers y los Oakland Raiders. Al Davis ya trasladó a sus Raiders en el pasado a L.A., y se los trajo de vuelta a la bahía; los Chargers, por su parte, se fundaron en la ciudad angelina pero tras solo un año en la tierra de Hollywood se fueron a San Diego. Puede que sea el enésimo rumor sobre la vuelta de la NFL a Los Ángeles que se queda en nada, no lo sé. Dicen que el equipo de football de esa ciudad son los USC Trojans y que es complicado que una franquicia profesional consiga su cuota de mercado. Al final, como siempre, será una cuestión de dinero. No es mal argumento para chantajear a los ayuntamiento de las actuales ciudades de Raiders, Chargers y (que nadie se olvide) Minnesota para que aprueben la construcción de nuevos estadios para sus equipos. Personalmente, si hay traslado, espero que no sea a costa de San Diego ni de Oakland. Otros equipos con menos tradición y afición (Jaguars, hablo de vos) lo merecen más. Pero bueno, los angelinos ya le arrebataron los Lakers a Minneapolis, veamos si hacen lo mismo con sus Vikings.

Monja en la cárcel (la sorpresa)

Es un chiste pésimo, lo sé. Pero ya me apetecía cambiar de nombre al premio peperoni. No se me ocurría nada convincente, así que de forma provisional la sor presa dará nombre al premio a la sorpresa de la jornada. Prometo cambiarlo la semana que viene.

Resulta sorprendente que la sorpresa de la jornada sea el resultado del partido entre Giants y Cowboys. Mucho nos habríamos sorprendido a principios de septiembre si nos dicen que nos sorprendería una victoria de Dallas. Mucho nos habríamos sorprendido también si nos lo dicen cuando solo habían transcurrido tres semanas de competición y los Giants transmitían malas sensaciones. Pero eran el equipo de moda. El que se decía más en forma de la NFC y de toda la NFL (tras la debacle de los Patriots en Cleveland). No nos engañemos, después de la humillación de Lambeau Field todos dábamos por hecho que los Giants iban a superar con facilidad a los Chicos Vaca. Sucedió justo lo contrario.

Wade Phillips debe de estar la mar de contento. Seguro que sí. Cómo no se va a alegrar de que sus chicos por fin reaccionen. Qué cabrones. Ahora parece que sí quieren jugar. A buenas horas. Anoche no dieron opción a los de New Jersey. Dez Bryant siguió a un nivel estelar (en solo 3 recepciones, 104 yardas y 1 TD, además de 86 yardas de retorno). Kitna lanzó 3 pases de touchdown (124,1 de rating) y la defensa de Dallas forzó tres pérdidas de balón, una de ellas retornada para touchdown.

A los Giants se les hizo de noche. Hablando de sorpresas, también resulta sorprendente que una instalación recién inaugurada, que costó 1.600 millones de dólares, se quede sin luz ni energía eléctrica. Al principio siguieron jugando en ese ambiente tan íntimo; más tarde nos quedamos sin retransmisión televisiva (la Fox se quedó sin equipo para transmitir la señal) y el partido se suspendió por unos momentos.


∫ex (la vida sigue igual)

El QB de los Lions lamentándose por una derrota fuera de casa.
Una de las postales más típicas de la NFL.
¿Conocéis el chiste de la fiesta de las funciones matemáticas? Ahí andaban todas, desparramando por la discoteca. Estaban casi todas.(3x + 2)3 llevaba un pedo que no se tenía en pie. 4x2 y log 2xy2 no paraban de abrazarse diciendo "eres mi mejor amigo". Todas estaban pasándoselo de puta madre en la fiesta. ¿Todas? No, no todas. En una esquina estaba, marginada, sola, ex. La amable x2 se le acercó y le dijo, "ex, ¿por qué no intentas integrarte?" Ante esa pregunta, ex esbozó una sonrisa, una mezcla de desazón y amargura, y contestó "para qué, si me voy a quedar igual que estoy". [Nota para los que no saben matemáticas: la integral de ex es ex] Ahora ya comprendéis el nuevo título de la sección.

Los que me leéis con atención y tenéis buena memoria recordaréis que hace unas semanas comentaba que los Lions estaban a punto de superar su propio récord. El de derrotas consecutivas fuera de casa. Ayer fue la vigésimo quinta consecutiva. Veinticinco partidos seguidos perdidos lejos de Detroit. Juegan ocho por temporada. Es decir, que llevan más de tres años sin ganar fuera. Qué ejemplo de constancia. Qué ejemplo de regularidad. Pocos partidos más fáciles se les presentará que el de ayer, contra un equipo que llegaba 0-8. Bueno, esta temporada, los malos son muy buenos. Los Bills ya lo iban mereciendo. Me alegro por ellos. La semana que viene Detroit podrá prolongar su vergonzosa racha en Dallas.

Aparte de lo anterior, es complicado encontrar alguna constante esta temporada. Pero es que en una semana los equipos cambian por completo. Quizá los Bengals son de los pocos equipos constantes en lo malo. Ayer, nueva derrota. En Indianápolis. Por lo menos esta vez Ochocinco hizo un partido decente.

Sí que hay algo constante en el apartado positivo. La solidez de los Falcons de Matt Ryan en el Georgia Dome. Con la victoria del jueves, el balance de Atlanta en casa con Ryan de titular es un impresionante 18-1. Llevan una racha de 14 victorias seguidas. Como aficionado de un equipo de la NFC con ciertas esperanzas de que llegue lejos en postemporada, espero que los Falcons aflojen. Porque como tengan ventaja de campo en los playoffs (ahora son los mejores de la NFC) va a ser difícil que no terminen la temporada en Arlington. Lo dicho, un día más en la oficina para Matt Ryan y Roddy White.

Bueno, otra constante: la victoria de los Jets en la prórroga lejos de su estadio. Se convierten en el primer equipo que consigue victorias consecutivas fuera de casa en la prórroga. Raro récord, conseguido por los pelos, a 16 segundos del final. Eso sí, cuando te dicen los nombres de los equipos ante los que consiguieron la victoria, ya no impresiona tanto: Lions y Browns. Por nombre, digo. Porque los Cleveland Browns son este año un equipo muy respetable, como volvieron a demostrar ayer.

x (la vida cambia)

¿Cuál es la variable por excelencia? x. De ahí el nuevo nombre a la sección sobre lo que varía. La liga es una variable constante. Entre tanto cambio, ¿qué podemos destacar esta jornada?

En el apartado del por fin, ya era hora, Bills y Cowboys. Ya hablamos de ellos antes, así que no me extenderé ahora. Los Bills mucho más competitivos de lo que indica su clasificación y los Cowboys con unos jugadores con el talento suficiente como para ganarle a cualquiera. Siempre que le echen ganas, claro.

Precisamente, su rival, los New York Giants, han dejado de ser el mejor equipo de la liga. No perdían desde la tercera jornada de competición. Seguro que esta semana los analistas dejan de escribir que son el equipo más sólido de la liga. Caerán muchos puestos en los power rankings. Todo por un partido. Un pésimo partido, en el que dejaron de ser el equipo rocoso en defensa, con una carrera potente y un buen quarterback. Ayer nada de nada. Eli lanzó dos intercepciones. Ya le empezarán a caer palos. Por tener cara de pringado y ser hermano de. Sospechoso habitual.

Otro equipo en los puestos altos de los power rankings, los Steelers, cayeron estrepitosamente.

Todd Haley, con muy mal perder.
Y qué me decís de los Denver Broncos. Les ha sentado bien la resaca de Wembley a los dos equipos que disputaron las International Series. Los dos ganaron, pero los Broncos, además, realizaron un partido inverso al que protagonizaron frente a los Raiders en Mile High. Hace tres semanas, Oakland los humillaba gracias a un comienzo fulgurante, 24-0 tras solo un cuarto. Ayer, Denver hacía lo mismo en el mismo escenario, apabullando a Kansas City. Terminaron con 49 puntos, y provocando un tremendo cabreo a Todd Haley, que se negó a darle la mano a Josh McDaniels. El motivo, que Denver no dejase de apretar cuando todo el pescado estaba vendido. Decía Haley que él el año pasado retiró a Jamaal Charles cuando este estaba a punto de batir un récord de yardas de carrera por respeto al rival. Ya se le pasó el enfado al head coach de Kansas City y pidió perdón a McDaniels. Por cierto, otro cambio: ¡Tebow consiguió un touchdown de pase! Justo cuando los narradores del partido comentaban que en algún momento daría un pase, y que la defensa tenía que estar atenta, el 15 lo hizo. Ya tocaba, empezaba a no ser creíble la amenaza. McDaniels anuncia la ampliación del catálogo de jugadas para Tebow. Otra cosa no, pero los Broncos tienen profundidad en el puesto de quarterback. Claro que, en vista del rendimiento de Orton, a ver quién lo sienta. Y es relativamente joven, 28 años. Si todo sigue el curso normal (aunque el concepto de normal con McDaniels es difícilmente definible) a Tebow le quedan todavía años de chupar banquillo en Denver. Eso sí, siempre tendrá una legión de fanáticos dando la chapa para que juegue, como sufrimos algunos en Wembley.

A continuación, los premios a lo mejor, regulero y peor de la jornada. Cambiemos de tercio (nunca mejor dicho). Abandonemos el mundo de la cerveza. Toca cine. Quienes conocen mis gustos cinematográficos, saben que mis películas favoritas son las de Aterriza como puedas Desafío total, con mención especial para Evasión o victoria. No me cuesta admitir que la calidad de estas pelis puede ser regulera para los entendidos. Me la suda. Son mis pelis favoritas. Por eso, la mejor de ellas, Desafío total, da nombre a lo mejor de la jornada. Kuato lives!!

Desafío total (lo mejor)

Lo más impresionante del partido de ayer, y lo más alentador para los aficionados de New England, no es la actuación de Tom Brady en el campo, sino lo que hizo fuera de él. Y eso que su partido fue espectacular, con 30/43, 350 yardas, 3 TD de pase y otro de carrera. A Brady no le estaba gustando la actitud de sus compañeros, y no dudó en dejárselo claro. A partir de entonces, ya sabéis lo que pasó.


¿Por qué digo que esa es la mejor noticia? Pues porque revela que este tío sigue teniendo hambre. No creo que se trate de una pose. Parece que va en serio. Belichick es un genio. Brady también. Tienen hambre. Malas noticias para el resto de la liga.

El Falcons-Ravens fue probablemente el mejor partido de la semana. Los Falcons ganaban por 13 puntos, pero los Ravens remontan a falta de un minuto y se ponen por delante. Tiempo suficiente para que Matt Ryan y Roddy White deshagan el entuerto. Partidazo de los dos. Elogios unánimes a Ryan, el chico de moda en la NFL. Que es mejor que su compañero de clase, Joe Flacco. Sí, bueno, seguramente. Pero calma, porque, primero, en esta liga el primero que saca pecho se pega una buena hostia a la semana siguiente y, segundo, como comentaré más adelante, si los árbitros son justos nadie estaría hablando de la maestría de Ryan. Pero sí, en estos momentos el jugador ofensivo del año, y probablemente MVP más justo sería Roddy White. Ya lo he dicho.

Aparte de la jugada del año, que ya comentamos antes, destaco el touchdouwn de LaGarrete Blount para Tampa, brutal (uno que tiene amigos de los Bucs, y les gusta que hable de ellos cuando ganan). Se marca un 360º. Por cierto, podría haber hablado de ello en la sección ∫ex: los Buccaneers siguen como siempre, ganando a los malos.


Avatar (lo regulero).

No volvería a ver Avatar. Creo que no me arrepiento de haberla visto en el cine, pero no volvería a verla. El argumento me parece una mierda. Maniqueísmo a mansalva, unos buenos muy buenos, y unos malos muy malos, que toman sus decisiones de forma irracional, parece que con el mero propósito de joder. Qué tontería de película. Pero bueno, está bien hecha y tal, así que, siendo generoso, la tacho de regulera. Y le concedo el honor de servir de denominación a lo regulero de la jornada.

Pobres Houston Texans. Su derrota de ayer les convierte en el único equipo de la AFC Sur con récord negativo. La diferencia no es ni mucho menos insalvable, pues están a solo dos victorias de los Colts, pero las sensaciones son bastante malas. Llevan tres derrotas consecutivas, y la de ayer fue especialmente dolorosa. El Hail Mary viene precedido de un fumble de Dreesen cuando los Texans rozaban field goal range. Mucha mala suerte.

No es Wembley, pero Candlestick Park no está nada mal. Poco le queda.
Triste noche también para los Arizona Cardinals. Cuánto debe de echar de menos Larry Fitzgerald a Kurt Warner. Este equipo no tiene nada que ver con el del año pasado. Y la diferencia esencial la marca la baja de Kurt, que no tiene un sustituto ni medio de garantías. En estos momentos muchos se preguntan si los Cards cometieron un grave error al despedir a Matt Leinart. Muchas veces nos olvidamos de que los partidos de pretemporada no sirven para predecir el rendimiento de un jugador cuando comienza la temporada regular. Siempre pasa. Sin embargo, Ken Wisenhunt consideró que había visto suficiente Leinart y se deshizo de él. Derek Anderson y Max Hall han perpetrado varios desastres bajo el center de Arizona. Grave y holgada derrota ayer ante un rival directo, los Seattle Seahawks, que sin llegar a convencerme en absoluto son los principales candidatos a ganar la división.

Dicho esto, creo que San Francisco puede ser la alternativa. Troy Smith jugó ayer otro buen partido, aunque es un cabra loca. En Londres el pase a la desesperada le salió muy bien y cambió el partido. Ayer se le vio en un par de jugadas arriesgando más de la cuenta. Está teniendo mucha suerte, veremos por cuánto tiempo. Complicada semana para Mike Singletary, que tendrá que tomar una decisión: ¿con qué Smith nos la jugamos el resto de temporada? ¿con el número 1 del draft o con el Heisman Trophy?

Crepúsculo (lo peor)

Que no se ofenda ninguna fan de la saga. Digo ninguna porque si existe alguno tiene un serio problema. Mierda, esto me ha quedado homófobo y no era mi intención. Reformulo la frase inicial: que no se ofenda ninguna persona que sienta atracción por el sexo masculino y que sea fan de la saga. Crepúsculo es la mayor mierda que jamás se ha exhibido en una sala de cine. No solo los actores son pésimos (que también), sino que la historia es tan absolutamente ridícula que merece su lugar en el Olimpo de la infamia. Un bodrio en estado puro, y una afrenta al mito del vampiro. Termino con una reflexión más para que os deis cuenta del sinsentido: la película trata de una historia de amor. Llegados a un punto de la saga, los protagonistas mantienen relaciones sexuales. Bien, a los vampiros no les late el corazón. Su sangre no fluye. Hacia ningún lado. ¿Entendéis a donde quiero llegar, verdad? Es que es la polla. En fin.

Brett Favre no puede faltar a su cita semanal. Siempre hace algo para que hablemos de él de uno u otro modo. El 4 dice que tiene una rotura en su tobillo. ¿Creéis que con un tobillo roto se puede hacer esto?


Que no me cuenten milongas. Si este tío tiene el tobillo roto, no puede celebrar así el touchdown. O eso o es un gilipollas insensato. O ambas. Pero bueno, Favre no está en esta sección por esa celebración. Su reconocimiento se lo ganó a pulso provocando cuatro pérdidas de balón. Tres intercepciones y un fumble recuperado por la defensa de Chicago.

A estas alturas de temporada, solo tres quarterbacks llevan un passer rating peor que el de Favre. Dos de ellos son de Carolina (Matt Moore y Jimmy Clausen) así que si solo contásemos a uno por equipo, solo el de Carolina y Derek Anderson tienen un registro peor que el de Brett, que también es líder destacado en intercepciones, con 16. En su posición, es asimismo el que más fumbles con pérdida de balón ha sufrido (5). 21 pérdidas en 9 partidos, 2,33 por encuentro. El domingo que viene a las 19.00, Favre Bowl IV. Probablemente la última. A ver qué toca.

A otro tema. La AFC Norte era una de las divisiones más potentes de la NFL, ¿verdad? Cuatro equipos competitivos, a pesar del mal año de Cincinnati, dos de ellos favoritos a todo. Pues bien, la división hizo pleno esta jornada. Cuatro partidos, cuatro derrotas. Todos los partidos eran muy complicados, pues los rivales se las traían (Patriots, Colts, Jets y Falcons, la crême de la crême), pero el resultado es decepcionante para las potencias del norte.

Mal día para ser quarterback en el estadio de los Dolphins. Cinco jugadores recibieron snaps. Miento, seis, que los Dolphins jugaron el final del tercer cuarto en wildcat por si Henne podía volver (como comentaba Andrea Zanoni ilustrando al espectador, si sacas a un tercer quarterback antes de que termine el tercer cuarto, tienes que morir con él). Cayeron, uno tras otro, Collins, Pennington y Henne. Solo Vince Young y Tyler Thigpen aguantaron en pie. El día de Pennington no fue tan malo desde un punto de vista económico. Sí, se lesionó en su segundo snap, pero 400.000 dólares que cobrará de bonus por jugar. 200.000 dólares por snap, hay días en los que no gano eso.

Unos habituales de esta sección. Repito una máxima que a nadie se le debe olvidar: qué mierda es ser kicker. Qué auténtica mierda. Si lo haces bien, ni una palmadita en la espalda. En cuanto tienes un error, a la calle. Mal día de Nick Folk (3 field goals fallados para los Jets), peor para Jeff Reed. En la offseason los Steelers le nombraron franchise player. Ayer falló un field goal fácil y ya le buscan sustitutos. Mañana (técnicamente hoy) martes empieza el casting. Me parece fatal. Los Saints hicieron lo mismo con Garret Hartley y les salió el tiro por la culata. Peor el remedio que la enfermedad. Los kickers también son personas. Más comprensión hacia ellos, por favor.

Termino sembrando polémica. Un poco de cizaña. Como dicen los entrenadores de fútbol cada vez que van a quejarse del arbitraje, no me gusta hablar de los árbitros pero. No me gusta hablar de los árbitros, pero si el personal montó un buen pollo con la famosa jugada de Roethlisberger frente a los Dolphins, arbitrada por Gene Steratore, qué menos que hablar de lo sucedido el pasado jueves. Mucho peor que lo de Steratore en Miami (y desde luego, peor que el caso Calvin Johnson, bien arbitrado). Muchísimo peor. Por coherencia, los que entonces se rasgaban las vestiduras deberían hacerlo ahora. Lo haré yo por ellos, que por algo me pasé media mañana el viernes pasado picando (con éxito) y discutiendo con un aficionado de los Falcons.

Qué robo. En tres jugadas los árbitros perjudicaron gravemente a los Ravens. Sobre todo en dos. La tercera es una recepción más que dudosa en el drive final de Atlanta (para mí pase incompleto, pues el jugador no tenía el control del balón). Otras dos son mucho más claras. A saber:

1. Facemask señalado a Terrell Suggs cuando los Falcons eran incapaces de llegar al primer down. Esa falta permite a Atlanta continuar el ataque y, finalmente, anotar un touchdown. Siete puntos por una decisión injusta. Suggs agarra de la máscara a Jason Snelling. Sin duda. Pero Snelling hace lo propio con Suggs. Las faltas se compensan y los Falcons se verían obligados a chutar un field goal de más de 40 yardas. Mirad la foto, que no deja lugar a dudas:



2. Offensive pass interference clamoroso en la jugada en la que Roddy White anota el touchdown decisivo.  Señores árbitros (que no colegiados, porque, que yo sepa, los de la NFL no pertenecen a ningún colegio): está bien (o no) que piten interferencias a los defensores con regularidad. Pero a los atacantes también se las pueden señalar. Sobre todo si empujan a su defensor y lo tiran al suelo pasadas las cinco yardas de rigor. Eso no vale. En la jugada en la que los árbitros cometen ese grave error, White anota el touchdown que da la victoria a Atlanta. Al más puro estilo del otro equipo del que es seguidor mi amigo de los Falcons (brutal lo de la Euroliga, por cierto). Mirad la repetición, porque en directo no se aprecia bien, como White se deshace de su defensor (obviad los lamentables comentarios de Joe Theismann, que ha cosechado pésimas críticas en Estados Unidos por sus lastimosas intervenciones):


Si se señala la falta a White, los Falcons retrocederían hasta la yarda 43 con 20 segundos por jugarse. Fuera de field goal range y sin apenas tiempo. No he palpado tanta indignación esta semana. Todo son elogios a Ryan y a los Falcons. Nadie sabe qué habría pasado si los árbitros no se equivocan. Eso es football ficción. Pero el mismo pollo que se montó por el touchdown-que-era-fumble-que-no-se-sabe-quién-lo-recupera de Roethlisberger, y con mucho más motivo, debería haberse montado esta semana. No fue así. Goodellato.

Decisión estúpida de la semana

Mirad esta jugada. ¿Quién se equivoca?


No, el quarterback (que, por cierto, es Kevin Kolb en sus años universitarios) no se equivoca. El bobo, muy bobo, es el que intercepta. En cuarto down, ante la falta de receptores, el QB lanza un pase profundo. Si es incompleto, el equipo rival recupera la posesión en el lugar del snap. Si es interceptado, en donde caiga el interceptor. Con ese pase, Kolb realiza un punt cojonudo. Y los otros imbéciles lo celebran.

Ayer se produjo una jugada parecida en el Browns-Jets. No era 4.º down, sino 3.º, pero en caso de no completar el pase, los Jets deberían chutar un punt. Un punt que sería difícil que dejase en una posición de campo tan mala a los Browns como la que consiguen por culpa de la intercepción. Por culpa de esto (vale, entre otras cosas, pero fue un factor importante), los Browns pierden el partido.


Queridos defensive backs: que las estadísticas no os cieguen. Interceptar un pase muy lejano en tercer o cuarto down al lado de tu propia end zone, salvo que tengas campo libre para retornar, es malo. Por mucho que al terminar el partido tengas una "INT" en tu estadística. Ah, la estadística, cuánto engaña a veces.

* * *

Tenía pensado escribir que en unos minutos comenzaría el juicio a Donovan McNabb, con extra de morbo por contra sus Philadelphia Eagles. Nada más lejos de la realidad. Los Redskins acaban de hacerle un Albert Oliver. Es decir, un contrato de 5 años a un jugador que pasa de los treinta y parece estar en el declive de su carrera. McNabb tiene 32. Su rendimiento, siendo generosos, está siendo mediocre. Shanahan lo sienta hace un par de jornadas durante los dos últimos minutos de partido porque no tiene "ritmo cardiovascular" adecuado para el two-minute drill (el ataque rápido de los dos últimos minutos). Y saca a Rex Grossman, nada menos. Cuando todos especulaban sobre el deterioro, quién sabe si irreversible, de la relación Shanahan-McNabb, la franquicia de borgoña y oro le cubre de ídem. 78 millones de dólares. Qué manera de pedirle perdón por sentarlo. A ver cómo responde el 5 frente a sus ex.

* * *

Actualización matutina del martes

Mi opinión no podía estar más equivocada. Michael Vick está demostrando, exhibición tras exhibición, a un nivel al que jamás había estado en toda su carrera, que él es el quarterback. La de ayer fue la mejor actuación individual de la temporada.

El partido no tuvo mucha historia, pero sí mucha Historia. Se batieron varios récords. Philadelphia infringió a Washington un Oakland en Denver en toda regla. Calcadito. 35-0 de inicio, 45 puntos al descanso, 59 al final y porque se relajaron. Si fuerzan, los Eagles terminan con marcador de baloncesto. En un par de minutos, esto es lo que pasó.


Por encima de todos, evidentemente, destaca Vick. 6 touchdowns, 2 de carrera, 4 de pase. Completó sus 10 primeros pases. La trascendencia de su actuación quedará todavía más magnificada por el récord de puntuación de fantasy que igualó. 52 puntos, como Jerry Rice en 1990. Con las pasiones que mueve el fantasy en Estados Unidos, este es posiblemente el registro que será más recordado de su actuación de anoche.

Con Vick a este nivel, no sé cómo se puede parar el ataque de Philadelphia. Es imposible. Te enfrentas a un running back letal con una capacidad de pase (y unos receptores) sin igual en la NFL. Vick lidera la liga en passer rating con 115,1 (el sorprendente segundo clasificado es David Garrard con 104,9). Lleva 11 touchdowns en 6 partidos, con ninguna intercepción (récord de la franquicia en cuanto a TDs sin intercepción consecutivos). Promedia la barbaridad de 56,8 yardas de carrera por partido (más 225 de pase). Números de indiscutible MVP. Ayer se comentaba que transcurrida media temporada no podía ser considerado aspirante al MVP, pues se había perdido la mitad de los partidos disputados hasta entonces. Hoy nadie duda que es el principal aspirante a ese premio.

Y, recordad, si Clay Matthews no aplasta a Kolb y le causa una conmoción cerebral, probablemente nada de esto habría sucedido.

3 comentarios:

  1. Jodidos lunes para McNabb, pero yo quiero uno igual el próximo y me conformaría con un tercio de su contrato... y partidazo de Vick, en la semana santa de los QB.

    Gracias por seguir con la mejor sección disección de la jornada. GRANDE.

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  2. 555:

    Gracias, como siempre, por esta gran sección. Está de puta madre.

    Recojo el guante de la polémica. Como sabes, no estoy de acuerdo con el offensive pass interference de Roddy White que mencionas.

    Fíjate bien en los segundos 48 y 49 del video que has colgado. El que inicia el contacto es el defensor de los Ravens.

    Las normas de la NFL señalan que es offensive pass interference "(b) Initiating contact with a defender by shoving or pushing off thus creating a separation in an attempt to catch a pass".

    Es cierto que Roddy White se quita de encima al defensor, pero él no inició el contacto. Lo hizo el defensor. Por lo tanto, no es pass interference.

    En todo caso, indicios de defensive pass interference "Cutting off the path of a receiver by making contact with him without playing the ball". Roddy White sigue su diagonal y el defensor de los Ravens se lo intenta impedir.

    Un abrazo

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  3. "...pantalla partida en cuatro mitades..." Hombreee, un tío tan preocupado por la corrección lingüística, escribir eso... mal vamos.

    Venga, que es broma. Gran resumen, como siempre, un placer leerlo.

    Un saludo!

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