jueves, 2 de diciembre de 2010

Quis custodiet ipsos custodes?

La locución latina que da título a esta entrada es un extracto de las Sátiras poeta romano Juvenal. Literalmente, significa "¿quién custodia a los propios custodios?" La frase ha inspirado muchas cosas. Una de ellas, el mejor cómic que he leído. No soy un gran entendido de esa disciplina literaria, pero disfruto mucho con ella. Desde Persépolis, a las historias de Ángel Sefija, pasando por Mafalda o el Superman Rojo, me suele gustar de todo. Pero Watchmen es el mejor. De lejos. Who watches the Watchmen? Si no lo habéis leído, os lo recomiendo fervientemente. El cómic, no la película. La adaptación cinematográfica tiene un comienzo espectacular, pero según avanza la van cagando. El final es denunciable, pero no os lo destripo por si la queréis ver. Alan Moore hizo bien en desmarcarse totalmente de la película. Eso sí, como decía, el principio es brutal. Solo por eso merece la pena la entrada (o el precio del DVD). Si habéis leído el cómic antes, disfrutaréis mucho más de ello:


Dejo los mundos de Alan Moore y Dave Gibbons y vuelvo a la frase de Juvenal. Curiosamente, el contexto original no tiene nada que ver con sus posteriores interpretaciones, tan filosóficamente profundas. Juvenal se refería a que es imposible controlar la conducta de las mujeres porque quienes las vigilan acaban cediendo a sus encantos. Incluso existen teorías alternativas sobre la fidelidad de la versión "oficial". La frase sería un poco diferente (sed quis custodiat Ipsos custodes qui nunc lasciuae furta puellae had mercede silent?). Para que veáis de donde viene esta frase tan profunda y filosófica, os transcribo el contexto íntegro. Versión "oficial": Escucho siempre el reproche de mis amigos: "¡Encierralas, contrólalas!" Pero ¿quien vigila a los vigilantes? ¡Los planes de las esposas comienzan con ellos! Versión alternativa: el plan que mis amigos siempre me advierten que adopte: "¡Encierralas, contrólalas!" Pero ¿quien puede vigilar a los vigilantes? Ellos callan sobre los secretos de las chicas y las obtienen como pago; todo se lo callan. No deja de ser sorprendente que esta mentalidad prevalezca todavía en muchas culturas, y en la nuestra era mayoritaria hasta hace bien poco.

La verdad es que si leyese lo que acabo de escribir en algún otro sitio pensaría que el autor es un erudito. No os engañéis, no lo soy. Conocía la frase por Watchmen, la busqué en Google, terminé en la Wikipedia y ahí encontré esta curiosidad.

La traigo a colación porque esta frase se utiliza para plantearse el problema de quién debe ser el titular del poder en última instancia. La solución teórica y filosóficamente más aceptable parece la separación de poderes. Y venía a hablar de la separación de poderes. De su aplicación en el contexto de la NFL y de los conflictos de interés que existen en su gobierno y administración.

No hace falta ponerese muy pedantes, es de sentido común. Sin embargo, por aquello de que me gusta contar la historia completa, lo hago. La separación de poderes, aunque todos la asociamos a Montesquieu (¿verdad?), es una máxima que se predica desde la Antigua Grecia, y que se extendió con el Imperio Romano. El poder no ha de concentrarse en una única persona, sino que debe separarse en diferentes ramas independientes de modo que exista un equilibrio que garantice, por lo menos, que no se producirán arbitrariedades ni abusos. La típica división: poder ejecutivo (gobierno, que aplica y administra las normas), legislativo (parlamento, que dicta las normas) y judicial (tribunales, que resuelven las controversias).

No obstante, sabemos que aunque la teoría hable de "separación" de poderes y propugne la autonomía e independencia entre ellos, la aplicación práctica suele diferir bastante de los principios elementales de esta filosfía. Casi siempre, el poder termina concentrándose en el ejecutivo. El gobierno también dicta normas, el legislativo suele depender de él, y, si encima, los jueces son elegidos por las personas, el poder termina estando más concentrado de lo que debería en un plano estrictamente teórico. No es nuevo. Ya en 1978 se utilizaba el eufemismo de la "colaboración de poderes", como podéis leer en este artículo de El País de 1978.

La teoría no es caprichosa. Si se pide que el poder esté desconcentrado es por algo. Porque en el sistema de colaboración de poderes, de facto se producen abusos de poder que nadie puede castigar. ¿Quién va a sancionar a un parlamentario cuando es su partido el que ha nombrado al juez que lo va a juzgar? ¿Cómo se va a sancionar a un presidente si días antes de su juicio este ordena aprobar una norma que le dé inmunidad? La concentración del poder siempre da lugar a abusos, que un estado que se pretende vender como democrático y de derecho debe evitar.

No creo que al NFL pretenda ser un ejemplo de organización democrática y de derecho. En Estados Unidos la palabra con la que se llenan siempre la boca es libertad (bueno, lo de democracia también les mola bastante, sobre todo cuando pretenden "exportarla" por las malas). Eso sí, defienden la libertad según para qué cosas. En Futurama lo explican de forma gloriosa:


En la NFL la separación de poderes no parece estar muy de moda. La liga cuenta con un sujeto que hace lo que le viene en gana. Su potestad sancionadora no parece estar sujeta a ningún tipo de norma. Ni en cuanto a la tipificación de las infracciones (por qué actos puede sancionar) ni en cuanto a las sanciones que corresponden (cómo puede sancionarlos). Su mera voluntad vale para imponer castigos. Hablo de Roger Goodell, claro. El comisionado.


Me centraré en su actuación en materia sancionadora. Escapa a toda lógica. Uno de los principios básicos del derecho sancionador, de puro sentido común, es el nullum crimen, nulla poena sine praevia lege: nadie puede ser sancionado si no existe una ley previa que indique que una conducta es punible. Esto tiene diversas consecuencias prácticas, las más sencillas de deducir: que no se puede castigar a nadie si no hay una ley que tipifique claramente su conducta y que no se pueden dictar leyes sancionadoras con carácter retroactivo. Cuando alguien realiza un acto debe conocer (o, al menos poder conocer) que si realiza ese acto será castigado.

Hay quien considera esto más grave que reventarle a un tío la cabeza.
Esto no sucede en la NFL. Las sanciones son totalmente arbitrarias. Lo peor es que casi nadie pide explicaciones. ¿Qué hizo Roethlisberger cuando le cayeron sus 4 partidos de sanción (en un principio 6)? Agachar la cabeza y pedir perdón. Decía Goodell que la actuación de Roethlisberger infringía el Código de Conducta al que están sometidos los jugadores porque estaba probado que había facilitado alcohol a algún menor de 21 años. He buscado por todas partes el dichoso Code of Conduct, pero lamentablemente no es público. De todos modos, en vista de lo que dijo Goodell en su día para justificar una sanción equivalente al 25% de la temporada regular (una auténtica barbaridad), me da la sensación de que la norma adolecía de graves defectos en cuanto a la tipificación de la conducta punible, ya que era de una generalidad absoluta, y que la sanción no estaba delimitada en absoluto. En vista de lo que dice, no tengo dudas:

"It is not enough simply to avoid being found guilty of a crime. Instead, as an employee of the NFL or a member club, you are held to a higher standard and expected to conduct yourself in a way that is responsible, promotes the values upon which the League is based, and is lawful". (Traducción: "No basta evitar ser culpable de un crimen. Al contrario, como empleado de la NFL o miembro de un club, estás sujeto a un estándar superior y se espera que te comportes de manera responsable y que promueva los valores en los que se basa la liga, y de manera legal".)

Un sinsentido. Nadie dice nada, sino lo contrario, apoyan al comisionado.

Esto era solo el principio, claro. Cuando una persona está investida de unas facultades tan amplias, la bola de nieve no hace más que crecer. La falta de proporcionalidad en las sanciones y los abusos no tardan en llegar. Y más que llegarán.

La siguiente tropelía importante llegó con las sanciones por los golpes de la 6.ª jornada de liga. Tras los impactantes (nunca mejor dicho) propinados por James Harrison, Brandon Meriweather y Dunta Robinson, Goodell parece sacar unas nuevas normas sobre placajes permitidos y no permitidos. Digo "parece" porque la NFL dice que no se cambió nada. Se lió parda, como recordaréis. No por los vicios del sistema sancionador, sino por las implicaciones de las nuevas normas en el desarrollo del juego. En el reino de Goodell, quien dicta leyes, juzga delitos y ejecuta decisiones, todo es posible.

La NFL, no obstante, dice que no se cambió ninguna norma. El pasado lunes se publicaba un artículo en la web oficial de la liga en el que se intentaba aclarar (o enmierdar, dependiendo de cómo lo veais) la situación: "There has been no change in rules since the start of the season, only an increase in the level of discipline for violations of existing rules". No ha habido cambio de normas, sino en el nivel de disciplina por infracción de los actuales normas. Eso, hasta donde yo sé, implica un cambio de norma. Si modificas la sanción (el castigo) entiendo que hay una modificación de la ley, aunque sí sería verdad que las reglas del juego seguirían siendo las mismas.

Hace unas semanas se alzó la primera voz disidente. No es fácil que surjan contestatarios, o por lo menos se manifiesten públicamente. Considerando el poder que acumula Goodell, lo más fácil (y prudente) es no incomodar al Rey Sol. Después está el factor intelectual. Los jugadores de football no se caracterizan generalmente por sus aptitudes e inquietudes intelectuales. Es más probable encontrar a un jugador de la NFL en una cárcel que en una biblioteca. Pero Troy Polamalu, además de ser un excelente jugador, demostró ser de los pocos con la valentía y el sentido común suficiente para pedir una separación de poderes en la NFL:

"He's got all the power, and that may be part of the problem. There needs to be some type of separation of power, like our government". (Traducción: "Tiene todo el poder, y eso puede ser parte del problema. Tiene que haber algún tipo de separación de poderes, como en nuestro gobierno".)

La separación de poderes se propugna por motivos de peso. No es algo caprichoso. Polamalu se ha dado cuenta de que debido a la concentración de poder en una sola persona se están perpetrando tropelías que los afectados no deberían consentir. ¿Tan difícil es establecer una suerte de órgano sancionador con la autonomía e independencia suficientes para imponer los castigos? Joder, que el deporte europeo no suele ser ejemplo de buenas prácticas, pero los comités de competición (cuyas decisiones, eso sí, son a veces susceptibles de feroz crítica) son un concepto básico.

Bueno, la NFL dice que existe ese órgano separado. Lo dice en el artículo publicado este lunes pasado que os enlazaba antes:

Any play involving a violation that needs to be reviewed for possible discipline, whether flagged on the field or not, is referred to Executive Vice President of Football Operations Ray Anderson and his staff, which includes Director of Football Operations Merton Hanks, a nine-year NFL veteran (1991-99). Merton Hanks or Ray Anderson makes the initial determination for discipline for on-field violations.

La jugada sancionable la revisa Ray Anderson, uno de los vicepresidentes de la NFL [inciso nominal: en las organizaciones anglosajonas hay multitud de "vicepresidents"; sí, es absurdo que utilicen ese nombre, que significa literalmente "en lugar del presidente", porque es el sustituto en caso de ausencia; es absurdo porque muchas de estas organizaciones --me atrevo a decir que la mayoría-- no tienen "president" y ni siquiera el cargo de "vicepresident" es el segundo más alto en la jerarquía interna de la entidad]. Permitidme que dude de su autonomía. Ahí no acaba la cosa, sino que supuestamente hay posibilidad de recurso.

The player has the right to appeal league discipline. The Collective Bargaining Agreement specifies that appeals of fines or suspensions of players for unnecessary roughness or unsportsmanlike conduct are determined by the Commissioner's designee. The decision on persons appointed as the Commissioner's designee for on-field player discipline appeals is made in consultation with the NFL Players Association

Decide quien decida Goodell. No hay que ser muy malpensado para dudar de su independencia. Pero lo más escandaloso es que las normas no indican los límites de la sanción: "the offender may be subject to suspension". El infractor podría ser suspendido. ¿Pero cuántos partidos? De cero a infinito. ¿Y con base en qué criterios? La arbitrariedad hecha norma.

Esta semana, sin embargo, hemos dado un pasito más. Esta semana se han dado argumentos de mucho peso que ponen en tela de juicio la imparcialidad del juzgador. Ningún sistema con un mínimo de credibilidad puede permitir juicios en los que el juzgador pueda tener un interés directo en el resultado del pleito. O se abstiene (renuncia voluntaria a resolver el caso) o se le recusa (renuncia forzada por alguna de las partes). La mujer del César, además de ser honesta, debe parecerlo. Bah, para qué. A Goodell eso se la suda.

Tras el combate entre Andre Johnson y Cortland Finnegan se llegó a especular con que se les sancionase hasta fin de temporada. Descabellado, sí, pero en vista de la que le cayó a Big Ben por no cometer un delito sino por comportarse de modo inmoral, no tanto. Si tuviera que elegir entre que me comprasen alcohol siendo menor o me diesen un puñetazo en la cabeza mientras estoy en el suelo, creo que me quedo con lo primero. La segunda conducta me parece más censurable, la verdad.

Pero cómo iban a sancionar a Andre Johnson. El receptor es probablemente el jugador más mediático de los Houston Texans. Quizá el mejor receptor de toda la NFL. Por los que merece la pena comprar una entrada. O sentarse en frente del televisor para verle jugar. Ahí quería llegar.

Os hablé ya muchas veces de NFL Network. Se trata del canal de televisión del que la liga es propietaria. Fuente de polémica incesante. Su difusión es reducida en los Estados Unidos. Ha habido multitud de pleitos entre NFL Network y diferentes plataformas televisivas debido a su difusión (fundamentalmente, porque el canal no se incluía en los paquetes básicos, algo que la NFL exige). Es un canal premium, que no suele ir en los paquetes básicos. Otras plataformas ni siquiera lo ofertan. En este enlace podéis ver las 25 principales plataformas de televisión por cable de los Estados Unidos en número de abonados. Pues bien, con la primera (Comcast) acaban de llegar a un acuerdo después de las correspondientes demandas. La cuarta (Time Warner, con la que también hubo lío), sexta (Charter) octava (Cablevisión) décima y undécima plataformas ni siquera tienen este canal como disponible.

La NFL invierte muchos recursos en NFL Network, tanto financieros como humanos. Y no escatima esfuerzos para que el atractivo del canal aumente y más plataformas paguen por incluirlo en su oferta. Entre esos esfuerzos está la emisión en directo de partidos de prime time. Todos los jueves, desde la décima semana de competición hasta la décimo sexta (en esta, dos partidos, uno el sábado). Thursday Night Football. Cuanto más atractivos sean esos partidos, más demandado será el canal. Y más ingresos para la liga. Es decir, que los ingresos de la NFL, de la organización de la que Goodell es el máximo responsable, dependen del interés que despierte el Thursday Night Football.

Este jueves, dentro de unas horas, los Houston Texans juegan en Philadelphia contra los Eagles. Es el partido de NFL Network. Y la mayor estrella de Houston es Andre Johnson. Adivinad quién no ha sido suspendido por Goodell, digo la NFL, después de haber propinado puñetazos en la cabeza a un jugador que estaba en el suelo. Andre Johnson. Al menos, sospechoso. Porque sin Johnson, el atractivo del partido habría descendido significativamente. ¿Casualidad o causalidad?

Tony Kornheiser, antiguo comentarista del Monday Night Football, lo denunció el pasado lunes. Sus argumentos son difícilmente rebatibles. La sospecha, por lo menos.

Cuando la norma no delimita con precisión en qué consiste la conducta punible y su consecuencia, su castigo, se da pie a estas arbitrariedades. Y cuando, además, el que juzga la conducta tiene un interés directo en el resultado del juicio, la decisión parece dolosamente injusta. Nadie se atreve a denunciarlo. Mejor llevarse bien con el amo.

La actuación de Goodell va contra el sentido común más elemental, pero contadísimas voces lo cuestionan. Nadie vigila al vigilante.

3 comentarios:

  1. Joder, Red Son es cremuta pura! Te recomiendo Superman: Identidad Secreta, otra joyita del mito.

    Pero volviendo al football, que de eso trata el bló, muy de acuerdo con el articulo. Tiene delito que sean tan avanzados para unas cosas y tan retrasados (doble sentido, POR SUPUESTO) para otas...

    Dicho esto, me voy a emborrachar a un par de lolis, no espera, a pegar una paliza a alguien! :)

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  2. Hola, muy bueno este artículo y todos los que escribes. Felicitaciones.
    De todas formas creo que es demasiado alarmista la postura que hay en tus artículos (y también en los de Mariano) respecto del comisionado. No estoy muy al tanto de cuánto tiempo va a estar Goodell como comisionado de la NFL, supongo que bastante, pero sea como sea, su poder es temporal, y supongo que debe haber varios métodos para destituirlo en caso de que su mandato se vuelva ridículo. Lo que quiero decir, es que en tus artículos parece que la NFL va a cambiar tanto que se va a perder todas las características que lo destacan como uno de los deportes más entretenidos y emocionantes. Yo sostengo que eso es imposible que lo haga una sola persona, por más poder temporal que tenga. Se necesitan muchos Goodell durante muchos años para que realmente se arruine el football, y yo creo que apenas se detecte un detrimento en el deporte como entretenimiento, el resto de los involucrados que también sacan su tajada de este negocio pondrán a Goodell de patitas en la calle.
    Sigue así,
    Saludos,
    Eduardo.

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  3. Nuere (Juanín Mc): me apunto tu recomendación, gracias. Ni se te ocurra dar de beber (alcohol) al sediento (si es menor). Un puñetazo en su cabeza sería menos dañino.

    Eduardo: muchas gracias por tu comentario. No pretendo ser alarmista respecto de Goodell. Mucho menos aún pretendía crear la sensación de que va a cambiar el deporte de modo tan dramático. Estoy de acuerdo en que no podrá. Simplemente criticaba el ejercicio de sus potestades disciplinarias y la configuración de sus poderes. Demasiado amplios, demasiado oscuros. Por suerte, la NFL es un bicho demasiado grande, que es imposible que una sola persona acabe con él. Sin embargo, sí que puede hacer que el bicho sea más feo de lo que debería. Y en ese punto sí que creo que Goodell se está pasando.

    Saludos.

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