martes, 13 de septiembre de 2011

Plácido domingo, jodido lunes: jornada 1

Comienza la temporada, comienza la serie de plácidos domingos, jodidos lunes. Los asiduos del blog la conocerán. También sabrán que los nombres de las secciones van variando cada cierto tiempo, en función de diferentes temas. Siempre hablamos de lo más comentado de la semana, de las sorpresas, de lo que sigue como siempre, de lo que ha cambiado, de lo mejor, de lo regulero y de lo peor. Algunas veces, cuando dan pie a ello, también comentamos decisiones estúpidas, pues pocas cosas son tan reconfortantes para el ser humano como reírse del mal ajeno. Y como hablaba de esta serie de artículos, hoy va a ir de series. No es que sea un gran aficionado a las series, de hecho hay miles de ellas (míticas) que no he visto, pero bueno. Que no se me ocurría otra cosa.

Hablando de series, mítico tema de serie es Baba O'Riley, de The Who.



La muerte de Chanquete (lo más comentado)

¿Momentos más míticos, más comentados, que la muerte de Chanquete? Seguramente pocos. Por eso nos referimos a ella para dar nombre a la sección sobre lo más comentado de la jornada.


El 11 de septiembre. Voy a meterme en un charco. Ah, camisas de once varas, cómo me gustan. Cuánto daño ha hecho la nación. Por si los seres humanos tuvieran pocos motivos para matarse entre ellos --en gran parte gracias al concepto religión--, a finales del siglo XVIII, unos iluminados se inventan este nuevo concepto que arrasa por dondequiera que va. No veas. Los seres humanos (y los demás seres), mal que bien, vivieron durante siglos y siglos sin naciones. No hacían falta. No se partía arbitrariamente el territorio con líneas inventadas imaginarias. Por supuesto que existían divisiones políticas y comunidades sociales. Pero entonces llegó la nación. Un invento de mierda, de eficacia cegadora, y al que se vinculan los sentimientos de mayor intensidad. El 11 de septiembre encontramos varios ejemplos.

Por una parte, en la península Ibérica (entidad real), algunas personas de Cataluña (entidad arbitrariamente delimitada, lo mismo que España o Portugal) dedican el día a proclamar el carácter de nación de su arbitraria delimitación territorial. Enarbolan su trapo y queman el del contrario, movidos por la pasión. Lo mismo me da que me da lo mismo: que nadie entienda esto como algo anticatalanista sino contra el concepto general que encierra: la exaltación de la nación, de la diferencia, de la exclusión. Lo mismo hacen otros enarbolando un trapo con menos franjas de la bandera de la Corona de Aragón que la catalana. Supongo que se entenderá. Reconfortante espectáculo. Inevitable, por otro lado, ya que el concepto de nación lleva inherente la exclusión: el tú no. Es un concepto violento.

En los Estados Unidos, el 11 de septiembre se recuerda el atroz crimen de 2001. Obviamente, y por si alguien va por el mal camino interpretativo, nada que criticar a los homenajes a sus víctimas. En absoluto. Hay que recordarlo y condenarlo para intentar evitar que no se repita. Hay que recordarlo también para darse cuenta de lo malo que puede llegar a ser un ser humano. No hay peor animal que ese, no cabe duda. Hay que recordarlo para lamentar la pérdida de tantas vidas y honrar su memoria. Por supuesto. Ahora, ¿cómo hacen esto los estadounidenses? Pues sacando el trapo. La nación. Creo que en los Estados Unidos la nación es incluso más fuerte que la religión. Fe ciega. Amor irracional e incondicional por el trapo. Las barras y estrellas. Las inocentes víctimas del 11 de septiembre, los casi 3000 muertos, no murieron por los Estados Unidos. No eran militares. Sí, no cabe duda de que quienes los asesinaron vilmente no estaban atacando personalmente a esas víctimas, sino a la nación. Ese era el ánimo de los terroristas. Pero lo lamentable, lo realmente lamentable, no es lo irreal, lo ideal (en el sentido de que no es más que una idea, la de nación) sino lo real: la destrucción de vidas reales.

Las referencias a lo real fueron escasas. Secundarias. Irrelevantes. Lo importante era Iuesei. La bandera más grande que quepa, el himno en el tono más alto y grandielocuente.


Propaganda nacional. Incontestable, irracional, tabú. Que nadie ose criticarla porque no se puede. En fin.

Como nada es blanco o negro, sino más bien Jason Kidd, aprovecho para aclarar que (obviamente) soy consciente de que la idea tiene aspectos positivos. Que estimula a mucha gente a hacer el bien y que representa algo positivo en sus vidas. Sí, sí, no lo dudo. Como otras ideas distintas de nación, que ayudan a mucha gente a vivir.

De paso, aunque ya lo he comentado repetidas veces, aprovecho para recordar que creo que esta vinculación del fútbol americano (ea, así se llama) al trapo de las barras y estrellas es muy perjudicial para su expansión internacional. Da pie a todos los prejuicios que escucharéis a las personas a las que este deporte solamente les suena de oidas. Pero ese es otro tema y mucho menos importante.

Hala, ya tengo puesta la camisa de once varas. Sigamos.

Ataques oxidados. Hablamos ya de football. Lo comentaba el pasado viernes. Una de las cantinelas de la pretemporada era que por culpa del lockout los equipos no habían podido celebrar sus entrenamientos de offseason y que eso iba a redundar en un peor funcionamiento de los ataques. Receptores y pasadores iban a estar poco coordinados, los novatos iban a estar más perdidos que Carracuca. Pues bien, el jueves empezamos a ver que la cantinela quizá estaba un poco equivocada. 5 touchdowns anotó el ataque de Green Bay; 4 el de los Saints, que pasó de las 450 yardas. Un shootout (tiroteo), que le llaman. El domingo y el lunes la tónica se repitió. Ni lockout ni leches. Si acaso los que han salido agilipollaos son los defensores. 7842 yardas de pase netas en la primera jornada. Récord histórico de la NFL. Sí, lo repito, la jornada en la que pasadores y receptores iban a estar "dessincronizados", se consiguen más yardas de pase que nunca. Confiad en los analistas, confiad.

¿El fin del juego de retorno? Otra cantinela de la pretemporada. Y yo fui el primero en defenderla. Con la nueva regla se cargan el juego de retorno. Como ahora los kicks se chutan desde la 35 en vez de la 30, el juego de retorno dejaría de ser importante. Un recuerdo del pasado. Bueno, Randall Cobb nos hizo ver el jueves que todavía era posible hacer pupa retornando, aunque fuese desde la -8. Otros cuantos lo han confirmado durante el domingo y el lunes. ¿Qué digo confirmado? ¡Esta jornada se ha batido el récord histórico de kicks y punts (en total) retornados para touchdown, con 8! Mirad, mirad:

Percy Harvin en San Diego:


Ted Ginn Jr. contra los Seahawks (aparte del kick, también retornó un punt para touchdown; en 59 segundos, anotó dos touchdowns de retorno consiguiendo un total de 157 yardas; todo esto, poco después de haber aceptado un recorte de salario):


No, la nueva regla no ha acabado con los retornos. Aunque parece que sí con su defensa. Manda huevos. Se retorna menos que nunca, pero también más lejos. Lo dicho: confiad en lo que leéis en este y otros lugares más ilustres, que ya veréis.

Todo fue un sueño de Resines (la sorpresa)

La verdad es que el título de esta sección dedicada a la sorpresa de la jornada bien podría usarse para denominar lo peor del fin de semana, porque solo en una mente bien podrida podría concebirse un final tan ridículo para una serie como el de Los Serrano. No obstante, es cierto que el final está a la altura de la calidad de la serie. Y que es sorprendente. Así pues, el sueño de Resines (siento destriparos el final de esa mierda puta) sirve para comentar las sorpresas de la jornada.


Durante las primeras jornadas el concepto de sorpresa es relativo, porque no tenemos mucha idea de cuán bueno (o malo) es cada equipo. Como esto es un blog, y por tanto refleja opiniones personales, comentaré lo que más me sorprendió personalmente.

Victoria de Buffalo en Kansas City. Arrowhead era un feudo casi inexpugnable. Lo era la temporada pasada. Y recibían la visita de unos Buffalo Bills que solamente habían vencido en dos de sus ocho partidos fuera de casa la temporada pasada. Un rival teóricamente asequible para un equipo teóricamente poderoso en su estadio. Teóricamente, teóricamente. Qué paliza. De los Bills ya no solo mola su uniforme y Ryan Fitzpatrick (este tipo mola), también su juego. Y Fitzpatrick consiguió el mejor passing rating de una jornada en la que abundaron las actuaciones estratosféricas de quarterbacks. Contra una supuesta buena defensa, con una secundaria sólida y con un pass rush consistente. Pues los destrozó (Eric Berry, además, se destrozó, pésima noticia). 4 touchdowns, 0 intercepciones, 133,0 de rating. Ah, también era un partido entre el mejor ataque terrestre y la segunda peor defensa terrestre. El equipo con la teóricamente mala defensa consiguió más yardas de carrera que el equipo con el teóricamente potente ataque de carrera.

Los Bears aplastan a los Falcons. Podréis decir que nada tiene de sorprendente que el actual subcampeón de la NFC derrote en su estadio a un equipo que cayó antes que ellos en los últimos playoffs. Visto desde ese punto de vista es verdad, pero como esto es personal, he de decir que no esperaba ni por asomo que los Bears ganasen y, menos aún, de esa forma. Es que son un equipo que no me convence nada. Te dejan turulato. No los termino de pillar. Y veía a un ataque dubitativo, dirigido por el heroico Jay Cutler, y una defensa que, aunque muy buena, se enfrentaba a un ataque que se suponía imparable. Decían que Julio Jones, el jugador a cambio del cual se dieron 5 elecciones del draft (lo siento, este estigma le perseguirá durante el resto de su carrero) completaba un ataque de ensueño. No voy a ocultarlo, yo también creía que era uno de los mejores ataques de la NFL. Pero, avanzado el 4.º cuarto, había anotado 6 paupérrimos puntos y estaba totalmente a merced de la defensa de Chicago. Ah, y Atlanta había recibido nada menos que 30 puntos. Una paliza en toda regla, que se explica sobre todo por el dominio de la defensa de los Bears sobre ese teóricamente imparable ataque. Me quedé a cuadros, sinceramente.

Cam Newton. Aquí me tengo que apuntar otro acierto en mis predicciones. Dudaba entre incluirlo en la sección dedicada a lo regulero de la jornada o en esta. Regulero porque, por muy buena que sea una actuación individual, la derrota de tu equipo termina empañándola. La alegría no es completa, la sensación es agridulce. En cualquier caso, creo que a todos ha sorprendido mucho la espectacular actuación de Newton. En su primer partido como profesional, bate dos récords (uno realmente lo iguala): (i) el de mayor número de yardas de pase de un quarterback novato en su debut en la NFL (que estaba en manos de un tal Peyton Manning); y (ii) el de mayor número de yardas de un novato en su primera temporada (que está en manos de Matthew Stafford, ahora también de Newton, ya que se iguala). 24/37, 422 yardas, 2 TD, 1 intercepción, 110,4 de passer rating. Coño, hasta ayer ese número de yardas era superior al máximo de Tom Brady en un partido de temporada regular (subrayo que, hasta ayer). Que no, que no nos lo esperábamos. Tremendo, la verdad. Hasta Steve Smith ha recordado sus mejores días. Sorpresa muy positiva, a ver si dura.

¿Son esos los Washington Redskins? Diría más: ¿quién es ese quarterback que lanza pases tan cojonudos? Joder, y esa defensa que aplasta al rival, ¿es la que terminó en penúltima posición la temporada pasada? Otra sorpresa positiva, muy positiva. Partidazo de los Redskins a los dos lados del campo.

Batman de Adam West (todo sigue igual)

La serie de Batman de los 60 era la hostia. Qué risión. Y serión. Una comedia no intencionada. Una serie de acción que seguía siempre la misma estructura: el capítulo "inicial" terminaba con Batman y Robin (este último, opcional) en peligro de muerte y el capítulo siguiente continuaba con la milagrosa salvación de los héroes en aprietos. Siempre igual. Lo más previsible que podéis ver.


(En gallego mola más. Bastante más gracioso)

¿Los San Diego Chargers? Entre interrogantes porque no comenzaron la temporada como suelen (perdiendo), pero se quedaron a las puertas de la derrota y por los mismos motivos que siempre. Sabéis que la temporada pasada los Chargers lideraron la NFL en yardas de ataque (yardas conseguidas) y de defensa (yardas permitidas). Podría decirse que fueron el mejor ataque y la mejor defensa. A pesar de ello, ni se clasificaron para los playoffs. ¿Por qué? Pues por sus errores. Por sus pérdidas de balón (ah, qué importantes son, ya volveremos sobre ello) y por la ineptitud de sus equipos especiales. El domingo vimos los mismos signos. El partido comienza con el touchdown de retorno de Percy Harvin que ya hemos comentado. Ineptitud de equipos especiales. Y aunque el ataque de San Diego parece imponerse con relativa facilidad a la defensa vikinga (lo mismo la defensa de San Diego al ataque de Minnesota) los Chargers siguen a remolque. El motivo: las pérdidas de balón. 2 intercepciones. Todo sigue igual. Las mismas constantes de la temporada pasada. Por suerte para ellos, eran demasiado buenos y los Vikings demasiado malos.

McFadden en Denver. Menudos festines que se pegan los Raiders contra los Broncos. El año pasado, un par de palizas sonrojantes, sostenidas fundamentalmente por el juego de carrera. Más de lo mismo para empezar la temporada. 150 yardas de carrera del animalito. Los Raiders siguen arrasando en la AFC Oeste. Lo hicieron la temporada pasada, consiguiendo 6 victorias en 6 encuentros, y comienzan haciéndolo este. El ataque de los Raiders, una vez más y con McFadden a la cabeza, pasó por encima de la defensa de Denver.

Siete vidas (todo cambia)

Esta serie se suponía que trataba del despertar del coma de Toni Cantó. Por ahí estaba Paz Vega y otra peña. Del inicio de la serie a lo que terminó siendo, aunque todavía era una comedia, un mundo. Sí, estaba Sole, pero los demás protagonistas cambiaban más que el head coach de los Raiders.


Detroit Lions. ¡Los Lions con récord positivo! ¡El mineralismo va a llegar! ¡Es el fin del mundo! Ya, alguno dirá que no es un cambio, que el año pasado también vencieron en Tampa. Que no, que no me convence, que eso de que Detroit esté con un balance positivo es muy raro. Venciendo fuera de casa. Qué cambio. Leía hoy en el TMQ, que después de una racha fuera de casa de 0-24 (rota precisamente en Tampa), llevan otra de 3-0. Cambiemos el chip, los Lions son buenos, ya no nos tienen que dar penita.

Plaxico Burress. A este sí que le ha cambiado la vida. De ídolo de masas a presidiario (cómo me mola esta palabra), de presidiario a ídolo de masas. Bueno, todavía no es de nuevo ídolo de masas, pero tras su paso por la penitenciaría (otra palabra que me gusta), vuelve a la NFL.

Chris Johnson. 24 yardas de carrera. Sí, sí, 24. Solamente lo intentó 9 veces, pero el promedio es pésimo, 2,9 yardas por carrera. Este era el que iba a batir el récord de Eric Dickerson y el que cobra como si realmente fuese a pasar. No es a lo que nos tiene acostumbrado.

The Wire (lo mejor)

No veréis ninguna serie mejor que The wire. Es la auténtica hostia puta. Es cierto que el arranque se hace un poquito difícil de digerir, pero cuando entras en la trama... Joder, es que es brutal. Y no trata de disfrazar la realidad, es cruda. Y con unos personajes, joder, cómo molan algunos personajes. Después de ver esta serie, seguro que vuestra percepción de Baltimore cambiará. Esto es lo que no es The wire:


Tom Brady. Para valorar la excepcionalidad, en todos los sentidos del término, de lo que hizo Brady ayer, quedémonos con un dato: solamente 11 veces en toda la historia un quarterback ha pasado de las 500 yardas de pase. Entre jugadores en activo, nadie ha llegado a las 517 de Brady de ayer. Es la quinta mejor marca de la historia. Eso sí, él no fue el único culpable. Lo de su línea ofensiva también merece ser valorado. Mirad el tiempo que le daban para lanzar (precisamente en este caso no completa el pase):


32/48, 517 yardas de pase, 4 touchdowns y (ay) 1 intercepción. Precisamente esa intercepción pone fin a la racha de pases consecutivos de Brady en temporada regular sin intercepción. Récord histórico que se queda en 358 pases. Una máquina.

Baltimore Ravens. Probablemente los Ravens son el equipo que más fortalecido sale de esta jornada. Su defensa confirmó lo que sabíamos de ella: que es temible. Ed Reed nos advirtió de que va a seguir dando guerra. Ray Lewis también. Y Haloti Ngata y Terrell Suggs nos recordaron que aunque no tienen tanto nombre como los anteriores, son tan buenos como ellos o más. Forzaron 7 pérdidas de balón ante un buen ataque. Acojonante. En ataque Joe Flacco nos hizo callar a muchos (ni un pero se puede poner a su actuación del domingo) y Ray Rice completó un partido excepcional con más de 100 yardas de carrera y casi 50 de recepción (contra la defensa de Pittsburgh, recordemos). Todo un golpe encima de la mesa que les sirve además para desterrar viejos fantasmas y obsesiones: con Roethlisberger en el campo, jamás el equipo de Flacco había vencido (estaba 0-6). Hasta este domingo.

La defensa de los Chicago Bears. Como en el caso de los Ravens, el valor de una victoria debe calibrarse por la altura del contrincante. El de los Ravens era de primera categoría, y también el de los Bears. En particular, el ataque al que se enfrentaba la defensa de Chicago. Lo considerábamos casi imparable. Pues bien, ese temible ataque no logró anotar ni un solo TD contra la defensa de los Bears. Ni uno solo. Es más, por puntos anotados, el marcador es ataque de Atlanta 6 - defensa de Chicago 7 (si contamos el extra point). 3 pérdidas de balón forzaron los Bears, con 2 fumbles y 1 intercepción. Un clásico, Brian Urlacher:


Field goal de récord. Que sí, que los kickers son unos pringadillos, pero hay que reconocer sus méritos. Los Raiders ganaron por 3 puntos en Denver, y 3 puntos valió este field goal de Sebastian Janikowski. El más largo de la historia (empatado con otro). Desde 61 yardas de distancia. Récord de este orondo chutador (lo siento, no hay vídeo, pero os aseguro que estaba muy lejos).



Flash Forward (lo regulero)

Cuando veais la primera y única temporada de esta serie os daréis cuenta de por qué es regulera. No desvelo nada, pero digamos que dices "joder, mola", pero también en algún momento piensas "qué estafa".

La primera sesión del domingo. Me refiero a los partidos de las 7 de la tarde, hora peninsular. Un poco mierda, ¿no? A mí me dejaron bastante frío. Muy poca emoción. ¡Ravens-Steelers, partidazo! Pues bueno, a los dos minutos de la segunda parte, finiquitado. ¡Lions-Bucs, equipos en alza! Pse, pues jugaron (los dos) bastante mal. Detroit menos mal, sí. ¡Rams-Eagles, a ver qué tal se le da al dream team contra los Rams! Pues lesiones a mansalva en St. Louis y partido fácil para los Eagles, que corrieron lo que quisieron. ¿Igualdad? Poca. Poca emoción. Meabuuuuuuuuuuurro.


No sé, es una percepción personal, pero esperaba mucho más. Por suerte, la segunda sesión fue mucho más entretenida.

Pasadores frustrados. Sección típica semana a semana. Si el quarterback de vuestro equipo está entre los líderes en yardas de pase, desconfiad. Lo más probable es que vuestro equipo haya perdido. Si no es por Tom Brady, habria pleno en el top-5. El equipo de 5 de los 6 quarterbacks que lideran la clasificación semanal de yardas de pase ha perdido. Solo el de Brady ha ganado. De poco sirvieron a sus equipos las 422 yardas de pase de Cam Newton, las 419 de Drew Brees, las 416 de Chad Henne (aunque sí le habrán servido a él para ganar crédito ante su afición) y las 342 del tonto de Romo (véase abajo). Advertidos estáis porque no será la primera vez. Tampoco debe sorprender: cuando un equipo va perdiendo tiende a usar más el pase (la probabilidad de avanzar rápido es mayor). Sin embargo, los 6 primeros corredores juegan en equipos ganadores.

El barco (lo peor)

Poner El barco como ejemplo de mierda es justo e injusto a partes iguales. Es justo porque es una puta mierda. Es injusto porque hay tantas putas mierdas de series emitiéndose en la televisión española, que escoger precisamente a esta puede considerarse arbitrario. Hay tanto donde elegir... Pero bueno, ya que está de actualidad vamos a hacerle algo de publicidad.


Bueno, igual esta entrada bate récords de visitas, que el vídeo anterior enseña mucha carnaza.

Omito referencias a Falcons y Chiefs, de los que ya hablamos antes, pero cuya presencia en esta sección es más que merecida.

NFC Sur. Coño, que decía que no hablaba de los Falcons, y les va a tocar de nuevo, aunque sea de modo colectivo. Anda que no se les llenaba la boca a los aficionados de equipos de la NFC Sur hablando de lo fuerte que era su división. De lo cara que estaba, y patatín y patatán. Claro, como el año pasado se cruzaban con la NFC Oeste y tenían que jugar dos veces contra el peor equipo de la NFL (los Panthers) amasaban victorias con facilidad. Pero la dura realidad es que cuando juegan contra equipos de verdad, se esTampan. 0 victorias, 4 derrotas. Abusones contra los débiles, ineptos contra los (relativamente) fuertes.

(el párrafo anterior está escrito desde el cinismo y el oportunismo más absoluto; realmente sigo pensando que los equipos de la NFC Sur son competitivos y su división de las más duras de la liga, pero me apetecía atizarlos)

El ataque de los Steelers. Uno de los tópicos más básicos e importantes del fútbol americano es take care of the football. Cuida el balón, no lo pierdas. Puede sonar a gilipollez, pero no hay nada más devastador que los temidos turnovers. Muchos partidos acaban decantándose por ligeros detalles, los 7 o 3 puntos de diferencia pueden explicarse por estas pérdidas. Véase el ejemplo de la última Super Bowl, que los Steelers pierden por 6 puntos, que probablemente no habrían cedido si no hubiesen cometido 2 pérdidas de balón (por 0 de su rival). Las pérdidas son devastadoras. El turnover differential (diferencial de pérdidas), que indica qué equipo ha perdido o recuperado más balones, suele estar a favor del equipo vencedor. Pues bien, el ataque de los Steelers mostró el domingo lo que no se debe hacer. Descuidar el balón. 7 pérdidas de balón, una bestialidad. Especialmente grave si se produce cerca de la propia end zone. Pues dos de estas cayeron en el primer minuto del tercer cuarto. Un auténtico despropósito. Los melones que lanzaba Roethlisberger, absolutamente lamentables. Errores de coordinación con su línea, de concentración... Un curso acelerado de todo lo que no se debe hacer en ataque.

Tony Romo. Si ganas por 7 puntos y tienes el balón cerca de la goal line contraria (3 puntos casi asegurados), esto es lo que no debes hacer:


Si el partido está empatado a falta de menos de un minuto y tienes la posesión del balón, esto es lo que tu quarterback no debe jamás hacer, lanzar al lugar cubierto por el mejor cornerback de la NFL:


Hay que ser bobo, digo, Romo. Qué pena. Tanto talento y tan poca cabeza.

Donovan McNabb. En un fin de semana en el que un quarterback ha sobrepasado (nunca mejor dicho) las 500 yardas de pase y otro novato las 400, lo que más me ha impresionado es que un Pro Bowler e ilustre de la liga (aunque vaya perdiendo lustre cada semana) haya perpetrado estos números: 7/15, 39 yardas. ¡39 yardas!

Los Colts. Pobrecillos. Reitero lo escrito. Sin Manning son una mierda.

* * *

Disculpen por el retraso en la publicación. Me da que no va a ser la única vez que publique este artículo un martes. No creo que por eso el lunes deje de ser jodido, así que el título, con independencia del día de publicación, se mantendrá.

3 comentarios:

  1. Tras lo visto esta semana:
    Los Patriots, si les respetan las lesiones son los favoritos indiscutibles.
    Reed y Lewis saben que quizás esta sea su último oportunidad real de luchar por el anillo y se han puesto a ello.
    ¿Se puede tener en el roster a dos QB suplentes para que cuando se lesione el titular contratar a otro, que ya estaba retirado?¿Cual es el nivel de esos dos QB? Entiendo por otra parte que frenteancha es insustituible.

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  2. Ya echaba de menos estas crónicas/resuménes/opiniones de todo/etc... jaja.
    Comento un poquito lo de los Steelers, que me toca. Aparte de que Baltimore es un equipazo, que lo sabíamos todos, la actitud de los Steelers. ¿A qué coño salimos al campo? Me dió la impresión de que los Ravens, sabían de la gran importancia de este partido, salieron enchufadísimos, muy agresivos. Los Steelers salieron como si fuera pretemporada. Flojos, sin tensión, sin agresividad. Un ejemplo muy claro para mí fué el fumble forzado por Ngata, que Mendenhall antes de recibir el handoff (¿se dice así?) ya lo tenía en las putas narices, ¡¡¡por dios señores!!! Y cuando la defensa empezó a subir la intensidad, llego Ben. Dios mío. A mi me gusta y creo que muchas veces se le atiza más por manías que otras cosas. Pero lo del domingo..., tío, céntrate por dios, y que espabilen todos de una puñetera vez. Ahora tenemos un calendario bastante favorable, esperemos que sea una caraja de fin de verano.
    Lo de Romo, que es el otro partido que ví. Pues sin comentarios, con lo bien que empezó. Pero para mí el punto de inflexión del partido fue la lesión de Bryant. Desde que le dió el tirón ése, el ataque de Dallas se murió, no hubiera hecho daño buscar el emparejamiento Austin-Cromartie, pero el Romo empeñado en un Bryant mermado contra Revis, pasó lo que pasó. Independientemente de ello, la última intercepción es imperdonable.

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  3. Además lo mejor de McNabb fue su primer pase con los Vikings. Int al canto.

    Y Romo, el fumble no se si será culpa suya, del center o de la ruidera de la afición de los Jets, pero es taaaan fácil echarle la culpa a él...

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