martes, 23 de noviembre de 2010

Plácido domingo, jodido lunes: jornada 11

Cuando se publicó el calendario de la temporada 2010, esta era una de las jornadas que levantaba mayor expectación. Dos partidos en especial. La Favre Bowl IV, es decir, el Vikings-Packers, que todos pensábamos que resultaría decisivo para el liderato de la NFC Norte (el año pasado los Vikings fueron campeones gracias a que ganaron sus dos enfrentamientos directos contra Green Bay), y el Patriots-Colts, el duelo entre dos de los mejores quarterbacks de toda la historia. Para muchos, el clásico de la década en la NFL.

Estos dos partidos eclipsaban el resto de la jornada, especialmente el segundo, ya que el clásico del norte se presentaba un poco descafeinado para el público neutral, debido al pésimo rendimiento de Minnesota en lo que va de temporada. Y así fue. El Vikings-Packers resultó bastante decepcionante para todo aquel que no llevase un trozo de queso (literal o figuradamente) en su cabeza. El Patriots-Colts, sin embargo, respondió a las expectativas. De lo que finalmente sucedió toca hablar un poco más adelante. Solo diré que yo no estaba tan excitado ante ese partido como la mayoría de analistas y blogosfera hispana.

Esta es la única manera de que estos dos coincidan en el campo.
Si hubiese podido, habría dejado constancia por escrito antes. El partido no era para tanto. No se enfrentaban los dos mejores equipos de la NFL (aunque no tengo muy claro cuáles son estos mejores equipos, tengo claro que estos Colts no lo son; cierto es que los Patriots podrían ser uno de ellos). De todos modos, no nos engañemos, el revuelo se monta por un enfrentamiento que nunca se produjo ni se producirá. Porque los quarterbacks no se enfrentan entre sí. Nunca. Los quarterbacks se enfrentan a defensive linemen, linebackers y defensive backs. Decía durante la offseason Aaron Rodgers, sin duda para quitar hierro a su constante comparación con Favre, que de Minnesota a él lo único que le preocupaba (y le tenía que preocupar) eran Jarred Allen y compañía (literalmente, citó a todos los jugadores titulares de la defensa vikinga). Pues claro. Manning no se enfrenta contra Brady. Cuando uno juega, el otro está en la banda. El duelo realmente épico sería el que enfrentase al mejor QB contra la mejor defensa. ¿Resulta épico el enfrentamiento de Manning contra la defensa de New England? ¿Y el de Brady contra la mermada defensa de los Colts? No lo creo. Me parece mucho más interesante el duelo de Brady frente a la defensa de los Steelers (que vimos hace solo una semana). Cosas mías. No obstante, un partido entre ataques potente siempre resulta interesante. Muy interesante, como así fue. Pero ese es otro tema. Fin de la introducción, demasiado larga esta vez.

Lo que hemos podido comprobar tras esta jornada, y en particular tras sus dos partidos estelares, es que el mundo, tal y como lo conocíamos, ya no existe. It's the end of the world as we know it (and I feel fine).



Qué pude ver. Personalmente, y desde un punto de vista estrictamente deportivo, fue mi domingo más plácido en lo que llevamos de temporada. Mis amigos dicen que hablo demasiado del Estu y del Dépor. Lo seguiré haciendo, que os den. Segundo perfect de la temporada: tres victorias holgadas. 92-72, 3-0 y 3-31. Si me dicen hace diez años que el resultado del que más me habría alegrado es el de football, no me lo habría creído. Mañana en Vistalegre, comida con amigos, primera sesión de NFL en su casa, y segunda sesión en la mía. De los primeros partidos, vimos el clásico del norte en la tele y NFL RedZone en el ordenador. De vuelta a casa, Pats-Colts en C+Deportes HD y NFLRedZone en ordenador. Últimamente paso de poner el despertador a las 5 de la madrugada para ver el final de los partidos nocturnos. Me conformo con ver sus resúmenes y leer las crónicas.

El vomitorio (lo más comentado)

Como no podía ser de otro modo, las portadas del día las acaparan los dos grandes duelos del domingo. El del Metrodome y el del Gillete Stadium.

Tras el cuadragésimo segundo partido,
podéis sumar una W y cuatro TD al de la izquierda.
En cuanto al primero de los partidos, muchos hurgan en la herida vikinga. Muchos se recrean en la caída de Favre. Ya no cabe duda de que el del domingo fue su último partido contra los Green Bay Packers. Ya no cabe duda del inmenso error que cometió cuando decidió volver un año más a la NFL. Después de haber sido capaz de lo mejor la temporada pasada (típico de Favre) esta temporada está arrastrándose por el campo, cometiendo un error tras otro, arriesgando mucho más de la cuenta, y todo ello con el asentimiento de su entrenador (típico de Favre). En menos de dos temporadas, los aficionados de los Vikings han presenciado un perfecto resumen de la carrera del 4. Un jugador que cuando está inspirado es mejor que nadie, pero que cuando no lo está es un lastre para su equipo. Un jugador al que le encanta el protagonismo. Un jugador protegido y venerado ad nauseam por la prensa deportiva más prestigiosa. Su temporada pasada fue el canto del cisne. Debería haber muerto entonces. Quizá decidió ser bien nacido y hacerle un último favor a los Green Bay Packers. Finalizado el partido, decía que iba a "reevaluar" su decisión de seguir en activo. Re-evaluate. A saber qué quiere decir. Las ratas son las primeras que abandonan un barco cuando se hunde. Favre nunca ha sido de esos, y si abandona la nave ahora que hace aguas por todas partes y va a la deriva, cerraría su carrera de la forma más triste posible.

¿Y ahora, qué? Es lo que todos se preguntan, aunque casi todos también coinciden en la respuesta. Pues ahora lo que toca es sentar al 4. Una vez que Childress ha sido despedido (¿quién lo iba a decir, verdad?), toca pensar en el futuro. Con Chilly en el banquillo uno podría pensar que Favre conservaría la titularidad, ya que creo que sigue siendo el mejor QB de la plantilla de Minnesota y, por ello, el que más opciones da para que los Vikings ganen partidos (algo que le haría falta a Childress para conservar su empleo). Pero ahora, ya sin Childress, ya sin opciones de playoffs, lo que les toca a los lilas es pensar en el futuro, y lo primero que tienen que comprobar es que Tarvaris Jackson no vale para construir un equipo competitivo. A saber.

Del Patriots-Colts hablaremos, más adelante, en la sección x (que nadie se emocione, que no es lo que las mentes sucias están pensando).

Mucho se comenta también el affaire Vince Young. El curioso caso del quarterback bobo. A este chico le falta más de un hervor, no cabe duda. En su carrera profesional (que no universitaria) lo ha demostrado unas cuantas veces. Tampoco cabe duda de que a Jeff Fisher este jugador nunca le entusiasmó. La del pasado domingo seguramente fue la gota que colmó el vaso. Derrota 16-19 frente a Washington en la prórroga. Antes, en el tercer cuarto del partido, Young se lesiona la mano, se retira al túnel de vestuarios y, cuando vuelve a la banda no parece recuperado. Fisher mantiene al tercer quarterback, el novato Rusty Smith, hasta el final. Por ese motivo o por cualquier otro (es complicado ponerse en el lugar de un desequilibrado), Vince Young monta un numerito en el que, como jugada estelar, podemos destacar su lanzamiento de objetos a la grada. El amable jugador obsequió a los aficionados con media equipación. Cuán bello gesto, tirar las hombreras a la grada. Como las putas cabras. El análisis de la polémica, aquí.


Termino con otra acción que también ha dado mucho que hablar. Roethlisberger, antes del partido frente a Oakland, había dicho que para él Richard Seymour era el MVP defensivo de la temporada. Cuando los Steelers anotan su tercer touchdown, Big Ben le dice algo al 92 de los Raiders, y pasa esto:


Polémica jugada y polémica decisión. Dos cuestiones se plantean en relación con ella: si la expulsión de Seymour es justa y si esto revela que Big Ben no ha cambiado y sigue siendo el mismo sinvergüenza que antes de esta offseason. En mi opinión, sobre lo primero, los árbitros se pasan. No es para tanto. Le da una buena hostiaca, sí, pero no mucho más fuerte que las que se reparten en los habituales forcejeos que vemos en todos los partidos. Roethlisberger se comporta como un jugador de fútbol en vez de como un jugador de football. ¡No te tires, hombre! Si no se tira al suelo, Seymour no es expulsado, e incluso es posible que los árbitros ni señalasen falta alguna (bueno, esto es más complicado, porque una buena hostia sí le da). En cuanto a la segunda de las cuestiones, si Big Ben ha cambiado o no: no creo que haya cambiado en absoluto. Seguro que es el mismo que antes de la injusta sanción. Lo que pasa es que no es tonto. Si lo fuese no estaría donde está, ni habría ganado lo que ha ganado. Un par de declaraciones ejemplares, un poco de agachar la cabeza, hacer el paripé, y ya está, un hombre nuevo. Qué gilipollez. En fin. Claro que será el mismo de siempre. A saber qué le dijo a Seymour. Cualquier cosa. El trash talking forma parte del juego. Seymour no puede ser tan bobo como para caer en la trampa.

Pues yo estaba cagando... (la sorpresa)

El nuevo nombre de la sección dedicada a las sorpresas de la jornada se debe a este clásico de YouTube, una sorpresa en toda regla:


Quizá me he pasado de soez, puede ser, pero en un blog que lleva por nombre Rudeza Necesaria la realidad ha de mostrarse en su versión más cruda, sin edulcorantes de ningún tipo. Además, resulta admirable la higiene de mi joven paisano. Su inmediata reacción, limpiarse al culo. Muy bien.

Estupenda jornada para los corredores bajitos.
Vamos con la sorpresa. Juguemos a adivinar el equipo. Cierta franquicia lidera la AFC Sur y su quarterback es el segundo de la NFL en passer rating. Iba a escribir que si nos hacen esta pregunta antes de comenzar la temporada (referida a este momento, se entiende) o tras cuatro semanas, habría sido imposible adivinarlo, pero estoy seguro de que incluso a día de hoy resulta complicado encontrar la respuesta correcta. Mi primera respuesta hace unas semanas, habría sido, sin duda, que hablamos de los Indianapolis Colts y de Payton Manning. Si me dicen que no, pienso en los Houston Texans y en Matt Schaub. En el fondo, no resulta tan sorprendente, pues ya fue el líder en yardas de pase la temporada pasada y se trata de un equipo con mucho talento, al que ya le tocaba espabilar. Ah, que me dicen que no, pues entre los dos equipos que quedan de la AFC Sur escojo a sin duda a los Tennessee Titans. Vince Young ya apuntaba la temporada pasada que se podía confiar en él, y con la atención que atrae Chris Johnson, se crean muchos espacios para el pase. ¡Y me dicen que no! Joder, no me lo creo. ¿Estamos hablando de los Jacksonville Jaguars y de David Garrard? ¿Del equipo que cae con estrépito en San Diego, Kansas City y en casa ante los Eagles y los Titans? Pues, asombrosamente, sí. Los Jaguars lideran la AFC Sur con un balance de 6-4 (empatados con los Colts pero habiéndoles vencido en su primer enfrentamiento directo). Y David Garrard, el mismo jugador al que sentaron en San Diego por el desastre que estaba perpetrando, es el segundo mejor jugador de la NFL en passer rating, la estadística que mide la eficiencia de un pasador. Jack del Rio, su head coach, era un muerto viviente hace unas semanas. A día de hoy, y por primera vez desde que llegó a Jacksonville a estas alturas de temporada, lidera su división.

Aparte de la enorme sorpresa que me causa ver a este equipo al frente de la AFC Sur, pocas sorpresas deparó la jornada. En una temporada en la que los equipos malos son muy buenos poco nos puede sorprender. Que Buffalo les calce 49 puntos a los Bengals en Cincinnati es algo que sorprende si te lo cuentan hace dos meses, pero no hoy. Los Buffalo Bills, para muchos el equipo 2-8 más divertido de la historia (con permiso de los Lions).

∫ex (todo sigue igual)

Desde pequeño escuchas hablar de la suerte de los campeones. La experiencia te confirma que es verdad, que todo campeón en algún momento está contra las cuerdas y necesita una importante dosis de suerte para llegar al éxito. Tanto es así, que no recuerdo ningún campeón que no estuviese en algún momento contra la espada y la pared. Los Jets se han especializado en el arte de la escapatoria en el último segundo. Su balance de 8-2 podría ser perfectamente de 5-5 (realmente 5-4-1) si los tres últimos partidos hubiesen durado 20 segundos menos. Por tercera semana consecutiva ganan un partido que tenían casi perdido, en el último instante y gracias a Santonio Holmes. En Detroit empatan el partido con un field goal agónico después de una recepción de 52 yardas de Holmes; en Cleveland ganan el partido a falta de 16 segundos para el final de la prórroga con un TD de 37 yardas de Holmes; este domingo, a falta de 50 segundos, los Jets perdían por 4 puntos frente a Houston, y pasó lo de siempre:


Tampoco cambia nada para los Texans. Cuarta derrota consecutiva. Segunda (consecutiva) en el último segundo. Segundones, siempre. La pasada semana perdían con un hail mary; esta como acabáis de ver. Tiene delito que un equipo con el talento que tienen los Texans (tienen, entre otros, al líder en yardas de carrera de la NFL, Arian Foster, y al mejor receptor de la competición, Andre Johnson) sea el último de su división. Aún están a tiempo (solo a dos victorias de los Jaguars y de los Colts), pero la dinámica es muy negativa. La cabeza de Gary Kubiak corre serio peligro.

Eh, que los Tampa Bay Buccaneers siguen ganando a todos los equipos malos. El pasado domingo, victoria en San Francisco. Adiós al efecto Troy Smith. Los Buccaneers son un gran ejemplo de lo que debe hacer un equipo, digamos, mediano (iba a decir mediocre, pero suena peor), para ser competitivo: ganar todos los partidos en los que se enfrenta a equipos que no son mejores que él. Nunca fallan. Aprovechan al máximo el calendario tan asequible que tienen, gracias a que la NFC Sur se enfrenta a la NFC Oeste y a que su pésima temporada pasada les emparejará además con equipos relativamente flojos (Redskins y Lions, que aunque pueden ganar a cualquiera no son los más temidos de la liga a día de hoy).

x (la vida cambia)

Durante minutos de partido, el Patriots-Colts fue un calco de lo vivido la temporada pasada. Resulta increíble que hasta el resultado era el mismo al comienzo del último cuarto. 31-14. ¿Qué probabilidad hay de que suceda eso? Seguro que inferior a un 1%. Resulta increíble que, además, a falta de 40 segundos, el partido esté 31-28 y los Colts tengan el balón en territorio de los Patriots. La probabilidad de que eso suceda, igual que la temporada pasada, debe de ser prácticamente nula. Todo hacía indicar que habría que incluir este partido dentro del apartado anterior. Pero entonces sucedió algo incluso más improbable que el hecho de que el partido fuese una copia estricta del de la temporada pasada. Algo que nos anuncia que estamos ante el fin del mundo tal y como lo conocemos. Esto:


¡¡Manning cagándola en los momentos decisivos!! Bueno, antes ya había lanzado otras dos intercepciones, lo que no es nada habitual en él. Pero cuando todo parecía volver a la normalidad, nos sorprende con esta inmensa cagada. En field goal range (con el empate casi asegurado), en primer down, con todavía tiempo suficiente para intentar ganar el partido, Manning lanza un pase bajo presíón a un lugar en el que tres defensores de los Patriots marcaban a dos receptores de los Colts. Incomprensible. Señales del advenimiento del fin del mundo.

Desafío total (lo mejor)

Cuántas veces habré dicho en la tarde del domingo "qué bueno es Greg Jennings". Aunque los titulares tras el partido disputado en Minneapolis los acapare Aaron Rodgers, para mí el jugador del partido fue Greg Jennings. Él protagonizó dos de las tres jugadas que deciden el partido. La otra es la intercepción de Tramon Williams. Aparte de que Jennings fue el mejor receptor de la jornada, tanto en yardas de recepción (152) como en touchdowns anotados (3, empatado con Steve Johnson), el 85 de los Packers dio un giro al partido con cuando, al inicio del segundo cuarto, con 3-0 en el marcador a favor de los Vikings, y el ataque de Green Bay en 3.ª y 9 en su propia yarda 23, consigue completar una excelente recepción de 47 yardas. Hasta ese momento, el ataque de los Packers había sido un completo desastre. Durante un cuarto, la defensa de Minnesota había dominado por completo el partido. Desde esa jugada, el partido da un giro radical. Más adelante, en el primer drive del tercer cuarto, Jennings asesta el golpe definitivo al partido con su segundo TD del partido. 3-24, partido cerrado. El 90% del touchdown es mérito de Jennings (el resto lo pone su defensor):


Con la aparición estelar de Jermichael Finley, Greg Jennings había quedado relegado a un segundo plano dentro del cuerpo de receptores de Green Bay. Tras la lesión de Finley, Jennings vuelve a ser el principal socio de Aaron Rodgers en el ataque aéreo de los Packers. Una vuelta a los viejos tiempos. Se está recuperando la química perdida, que las defensas rivales tiemblen.

Seguramente te multarán por esto, pero me parece cojonudo
(el chiste, no que te multen; véase The Dark Knight).
Sigamos jugando a las adivinanzas. Un quarterback consiguió este domingo los siguientes números: 18/29 pases completados para 275 yardas y 3 touchowns; además, 3 carreras, 55 yardas y 1 touchdown. Lleva el número 7 y ha tenido problemillas con la justicia. Ah, su equipo es de Pensilvania (en concreto, de una ciudad que empieza por P) y presenta un balance de 7 victorias y 3 derrotas. ¿Quién es? No, no es Michael Vick. Que no. Es Ben Roethlisberger. Y jugaba ante una de las defensas de moda de la NFL, la de los renacidos Oakland Raiders.

Bueno, y aunque solo sea porque demostró que tiene un ritmo cardiovascular lo suficientemente apto como para conducir el two-minute drill, hablemos aquí de Donovan McNabb. Qué dura resultó para él la semana pasada. Firmas un contrato multimillonario, sí, pero a las pocas horas pierdes un partido. Qué calvario. Esta semana, se desquitó con 376 yardas de pase y un buen último drive del 4.º cuarto con el que no finalizó el partido porque Gano falló su patada. En la prórroga la metió y los Redskins recuperaron un poco del orgullo perdido la semana pasada frente a Michael Vick.

Los Buffalo Bills merecen una mención en este apartado. Hay que reconocer que están haciendo una temporada más que digna. A pesar de tener, por nombres, quizá la peor plantilla de la NFL, dan siempre la cara, con un juego vistoso que da gusto ver. Nunca se dan por vencidos, ni siquiera cuando pierden por 21 puntos (28-7). Tras el descanso, Buffalo arrasó a Cincinnati; el Joker pudo con Batman y Robin. Ryan Fitzpatrick lidera la NFL en touchdowns por partido (2,25; este domingo, 4). Esto seguramente tampoco os lo esperabais. Los Bills van empeorando poco a poco su lugar de elección en el próximo draft, pero empiezan a apuntar que en torno a Fitzpatrick, Steve Johnson y Fred Jackson pueden construir un equipo decente. Si C.J. Spiller rinde al nivel que se le supone, darán muchos más sustos.

¡Perdón, que me olvidaba de Danny Woodhead!


Avatar (lo regulero)

Se respiraban últimamente aires de optimismo por la bahía de Oakland y en la maldita ciudad de Cleveland. Sus dos equipos, tras una larga travesía del desierto, empezaban a dar motivos para el optimismo. Este domingo ambos jugaban fuera de casa. Partidos complicados, especialmente el de Oakland, que viajaba a Heinz Field. No se puede tachar su actuación de desastrosa, pues la derrota era el resultado más lógico en ambos casos, pero yo esperaba más de Raiders y Browns. Los Raiders cayeron estrepitosamente, a pesar de que su rival cometió 14 penalizaciones (163 yardas). Los Steelers empiezan a ver conspiraciones donde, evidentemente, no las hay. Joder, qué asco. Uno de los aspectos que más me gusta del deporte profesional norteamericano es la ausencia de protagonismo arbitral. Normalmente, nadie se queja. No hay que sufrir todas las gilipolleces que vemos publicadas en España, los villaratos, los canguelos y toda esa puta mierda que perpetran personas a las que se les supone cierta preparación y altura intelectual (de la que demuestran, a través de lo que escriben, que carecen). Que me desvío. Iba diciendo que los Raiders fueron una nulidad, a pesar de los errores de su rival y de las yardas regaladas. McFadden volvió a ser el de tiempos pasados, y Gradkowski no pudo reeditar en su ciudad natal el partido épico del año pasado. Malas noticias para Oakland, que encima vio como los Chiefs ganaban fácil ante los Cardinals.

En cuanto a los Browns, creo que esta es la primera jornada en la que apuesto por ellos en la quiniela. Aunque jugasen fuera, después de haber vencido a Saints y Patriots con holgura, y haber estado a un tris de hacer lo propio contra los Jets, creía que Cleveland podría superar con cierta facilitar a los Jaguars. Estuvieron cerca. Les sobró un cuarto. Jones-Drew les destrozó. Jornada regulera también para los Browns.

En el apartado individual, Matt Hasselbeck. Estaba todavía algo renqueante de su lesión, pero a los Seahawks no les quedaba otra, porque Charlie Whitehurst había demostrado que si llevaba años como suplente en la NFL era por algún motivo. Hasselbeck lo hizo muy bien, pero su equipo se vio ampliamente superado por los Saints. Parte buena: 366 yardas de pase, su mejor marca desde 2004 (ha llovido, sobre todo en Seattle). Parte mala: su equipo pierde 34-19. Resultado: día regulero.

Bueno, el partido de lo regulero fue el Eagles-Giants. Vick estuvo peor que las últimas semanas (no estuvo mal, pero no consiguió ningún TD y perdió su primera pérdida de balón de la temporada); Eli Mannig completó un nuevo festival de intercepciones (debería cortarse un poquito, es una máquina de regalar balones); y Jason Avant cometió uno de los drops más lamentables que he visto en mi vida. ¿Cómo se te puede caer eso de las manos, buen hombre?


Crepúsculo (lo peor)

Efectivamente, ese es el número de victorias que lleva tu equipo.
La actuación de Carson Palmer y de los Cincinnati Bengals en general estuvo a la altura de la equipación que llevaban esta última jornada. Si sus uniformes son normalmente feos, cuando van de naranja lo empeoran todavía más. Parecen un anuncio de Frosties. Con otro alimento, en vez de cereales, saltaron en la segunda mitad. Una empanada de proporciones siderales. A Carson Palmer le queda el consuelo de que gracias al desastre de segunda parte que protagonizó su equipo, su hermanito pequeño, Jordan Palmer, tuvo unos cuantos snaps. El pequeño, 3/3, 18 yardas. Anda que no estaría divertida una quarterback controversy entre hermanos. Con T.O. y Ochocinco de por medio, para completar el show. Poco más motivante les queda a los aficionados de los Bengals de aquí a enero. Marvin Lewis, tú puedes ser el próximo.

La verdad es que debería haber empezado esta sección por quienes peor lo pasaron esta jornada. Cuando era pequeño, tuve la inmensa suerte de vivir los años dorados del Dépor. Normalmente, en Riazor siempre se ganaba. Pero no podía evitar pensar en lo mierda que tiene que ser ir a ver a tu equipo al estadio y que ni siquiera meta un gol. Luego lo viví de primera mano. Hay que probar de todo. Si es duro en fútbol, donde el gol es infrecuente, cómo será en football. Pobrecillas, las aficiones de Miami, San Francisco y Minnesota. No sé cuál de ellas lo habrá pasado peor. Quizá la única que vio como su equipo se estrenaba en el casillero, con 3 míseros puntos. La de Minnesota. Los otros dos vieron como su equipo era incapaz de anotar un solo punto ante equipos que a priori no parecen los ogros de la NFL (Bears y Buccaneers), pero por lo menos no fueron humillados por el gran rival. Pensemos en la sensación de todas estas aficiones mientras abandonan el estadio, entre aglomeraciones, emprendiendo el largo camino a casa. Una sensación realmente de mierda.

Falló hasta el que pone el nombre en las camisetas. Qué desastre.
La mención a los 49ers nos lleva al siguiente mención en esta categoría Crepúsculo. La NFC Oeste. División en la que compiten Seahawks, Rams, Cardinals y 49ers. Nuevo pleno esta jornada. De derrotas, por supuesto. Y cómo perdieron. Los que estuvieron más cerca de su rival fueron los líderes de la división. Los Seattle Seahawks, que perdieron por 15 puntos de diferencia. Nivelazo. Pues uno de estos cuatro se clasificará para los playoffs y jugará el partido de la ronda de wild card en su estadio. Y que nadie se confíe, porque como demostraron los Cardinals hace un par de temporadas, puede pasar de todo. Si Seattle termina ganando la división, el Qwest Field no es el estadio más agradable para jugar un partido la segunda semana de enero. Tanto por ambiente "meteorológico" como humano.

Last not least, los responsables de programación de Digital+. Lo meto en la sección dedicada a la undécima semana, aunque debería ir en la duodécima. Un cero para ellos. Por el qué y por el cómo. La semana que viene tenemos el duelo entre los, posiblemente, mejores equipos de la NFC en estos momentos. Un duelo decisivo para determinar cuál de estos dos equipos tendrá ventaja de campo durante todos los playoffs. Atlanta Falcons-Green Bay Packers. Pues bien, salvo que Moisés Molina se equivocase cuando lo anunciaba el domingo, el partido que televisará Digital+ a las 19.00 (agárrense) es el (agárrense más fuerte) Houston Texans-Tennessee Titans. No dan el duelo entre los dos mejores de la NFC, sino el de los dos peores de la AFC Sur. ¿¿Quién es el responsable de este esperpento?? Espero que se trate de un error o, por lo menos, que rectifiquen. Tócate las pelotas. El segundo capón se lo merecen por cómo se televisarán los partidos la semana que viene. El domingo, ninguno de los dos partidos irá en alta definición. NBA a las 21.00 en HD, que como se solapa con los partidos de 19.00 y 22.15, impide que se dé ninguno de ellos en HD. Partido de mierda con calidad de mierda. Cojonudo. A las 22.15, Bears-Eagles, no está mal. Pero que dejen de emitir uno de los partidos más interesantes de toda la temporada regular... No lo entiendo. Cuando mi colega de los Falcons se queja de lo poco que se televisa a Atlanta en el Plus (una sola vez en toda la temporada, y eso que llevan el mejor balance de la liga), no le falta razón.

CaJugada estúpida de la semana

Esta jornada no tenemos una decisión o jugada especialmente estúpida que destacar. Qué pena, con lo reconfortante que resulta para el ser humano reirse del mal ajeno. El ser humano es maravilloso, como dice el anuncio. Sí, los cojones, por eso lleva desde que se tiene conciencia de su existencia en guerra, buscando la destrucción del prójimo. Que me voy por las ramas, volvamos adonde íbamos. Como consolación, ante la falta de jugadores manifiestamente imbéciles, nos tendremos que conformar con criticar una decisión arbitral. ¿Recordáis cuando Larry Johnson placó por los pelos (en todos los sentidos) a Polamalu?


Se puede agarrar del pelo. Es un placaje correcto. Pues bien, esta jornada a Ndamukong Suh le sancionaron por hacerle algo parecido a Marion Barber. Esta es la jugada:


La falta está mal señalada. El árbitro dice que Suh comete una falta personal por realizar un horse-collar tackle. Mal visto. Suh no agarra a Barber del cuello de la camiseta. Lo agarra del pelo. De todos modos, Suh cometió una infracción: facemask.


Los árbitros cometieron un doble error (por señalar una falta que no fue y dejar de señalar otra que sí lo fue), pero terminaron imponiendo la sanción que correspondía a la infracción que en realidad se cometió (half the distance to the goal).

Perseguidores de Jano

El pie de la ilustración resulta graciosamente equívoco.
Inauguramos nueva sección. No sabía qué nombre ponerle y decidí echar mano de la pedantería, que pocas veces me falla. Por el nombre será difícil que adivinéis de qué trata. Jano, en latín Ianus, era el dios de las puertas; de los inicios y de los finales. Deidad de dos caras, que miran en sentidos opuestos. El principio y el fin. De esta divinidad toma su nombre el mes de enero (ianuarius), que marca el final de un año y el comienzo de otro. En inglés (January), gallego (xaneiro) o portugués (janeiro) se adivina mejor el origen de la palabra. En la NFL, el mes de Jano también marca un fin y un inicio. El final de la temporada para todos, el principio de la postemporada para algunos. Estos últimos son los perseguidores de Jano.

[Pensé en llamar a esta sección "qué pasaría si el mundo se acabase hoy" o algo similar, pero es evidente que si hoy se acaba el mundo en enero no se juegan los playoffs de la NFL.]

A estas alturas de la temporada regular debemos empezar ya a hacer cuentas. Debemos empezar a mirar las clasificaciones para ver qué equipos tienen opciones de posponer sus vacaciones más allá del 2 de enero. Cuando todos los equipos han disputado ya diez partidos, nos podemos hacer una idea de quiénes estarán en la pelea, por un lado; y del precio que deberán pagar (en forma de victorias) si quieren seguir compitiendo en enero.

La primera conclusión que podemos extraer al mirar las clasficaciones es que nadie puede estar tranquilo. Ningún equipo lidera su división por más de un partido de diferencia. Por solo un partido, Chiefs, Eagles, Falcons y Seahawks están al frente de sus respectivas divisiones. La temporada de la paridad.

Comenzando por la NFC, a día de hoy resulta bastante claro que la plaza de wild card va a estar muy cara. Solo tenéis que ver la tabla de la izquierda para daros cuenta (estarían clasificados los seis primeros). En estos momentos, un balance de 7-3 resulta insuficiente para llegar a playoffs. Buena parte de culpa del encarecimiento de la plaza de playoffs la tiene la NFC Oeste. Los de la NFC Sur, que se enfrentan a todos ellos esta temporada, se están poniendo morados a su costa. En estos momentos, está claro es que dos de estos siete se quedan fuera de los playoffs (creo que serán los dos que pongo en último lugar, pero está la liga como para hacer apuestas): Falcons, Eagles, Packers, Giants, Saints, Bears y Buccaneers. Todos estos equipos llevan al menos un 70% de victorias. Pues eso, que va a estar muy muy caro, salvo que algunos se vengan abajo. Packers y Bears, por ejemplo, tienen un tramo final de temporada complicado, lo que puede beneficiar a un segundo e incluso tercer equipo procedente del sur, que son los que se benefician de un calendario más sencillo. El equipo de moda hace tan solo nueve días, los New York Giants, octavo de la NFC. Miedo me da el revuelo que se está montando ahora con Green Bay...

En cuanto a la AFC, las plazas de playoffs parecen un poco más predecibles dentro de la incertidumbre reinante. Digo que están un poco más claras porque salvo que los dos primeros de la AFC Sur mejoren ostensiblemente (improbable), parece claro que las wild cards serán para el segundo clasificado de la AFC Norte (Pittsburgh o Baltimore) y, en todo caso, para el segundo de la AFC Este (Jets o Patriots). Veo complicado que cualquiera de los cuatro equipos mentados se relaje lo suficiente como para que otros segundos de división los adelanten. Por tanto, en la AFC Sur y en la AFC Oeste, la única vía para llegar a la segunda semana de enero con vida es la primera plaza. Si no quieren darse un buen batacazo, Colts y Chargers deben apretar. Quedan seis jornadas, muy calentitas.

Los que ya pueden ir haciendo planes para sus vacaciones de enero son Cowboys, Vikings, Lions, Bills, Browns, Bengals y Panthers. Todos los demás equipos, muchos para las alturas de la temporada a las que estamos, conservan sus opciones; en algunos casos muy remotas.

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Actualización matutina del martes

El Monday Night, sin sorpresas. Se enfrentaban dos de los quarterbacks con más yardas de pase de la NFL y ganó el mejor. Los Chargers superaron con facilidad en San Diego a los Broncos. San Diego llega al 50% de victorias y está a tan solo un partido de los líderes de la AFC Oeste, los Kansas City Chiefs. La historia de siempre; mal inicio, buen final. Philip Rivers consiguió 4 touchdowns de pase más (que suben su media por partido a 2,3 e invalidan lo que decía más arriba sobre Ryan Fitzpatrick). No es un déjà vu. Tras un nuevo Monday Night, el tema de conversación es si el QB que se pone morado a pases de TD será MVP de la temporada. La semana pasada, Vick; esta, Rivers. Sus opciones tiene. Todo pasa por que los Chargers queden campeones de su división. Estoy convencido de que si no llega a ser por los malos resultados de San Diego, por ir siempre a remolque en el marcador, Rivers no tendría unos números tan espectaculares. Brees estuvo hace un par de temporadas a punto de batir el récord de yardas de pase de Dan Marino sin que los Saints llegasen a playoffs. Las posibilidades de que Rivers bata ese registro pasan por que los Chargers sigan jugando partidos en los que estén obligados a remontar, a arriesgar, en los que no cojan una ventaja amplia rápidamente. Si esto último pasa, la estrategia de San Diego será más conservadora (más carrera, menos pase profundo). En cualquier caso, tras este partido, creo que los Broncos pueden ir haciendo planes de vacaciones para la segunda semana de enero.

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No sé si habré respondido a la presión. Desde el pasado jueves, el tráfico del blog se ha más que duplicado. Mariano Tovar me dedicó unas palabras muy amables en su blog. Como os podéis imaginar, me ha hecho una ilusión de la hostia. No ha habido soborno ni favores de por medio, aunque algunos me lo preguntaron. Fui el primer sorprendido. No obstante, me genera presión por partida doble. Por un lado, para no decepcionar las expectativas de los nuevos visitantes (que, en todo caso, algo defraudados se irán, porque, por desgracia, esto ni es tan bueno como se dice en la Zona Roja ni este blog, como ya dije en otra ocasión, le llega a la suela de los zapatos a ese --sin tilde--). Por otro lado, hay que mantener el nivel. En cualquier caso, con mayor razón en la semana de Acción de Gracias, debo cerrar este artículo dándole las gracias por sus elogios. Este blog no da dinero. No veis ni veréis (jamás) publicidad en él. Qué más da. Las mayores satisfacciones no las da el dinero. Esta es una de ellas. (um, es la mierda más moñas que he escrito hasta ahora, creo)

7 comentarios:

  1. Hablando de Favre, no estoy de acuerdo con la frase "no hay duda del error que cometió al volver una temporada más". Favre tomó esa decisión cuando firmó por los Vikings, pero lo hizo por 2 años. Así es que esta segunda temporada y a pesar del circo mediático y de las ganas que los de siempre le tienen, solo se trató de un QB operado con dudas sobre su recuperación. Si estaba bien para jugar y la realidad dice que ahora está peor físicamente que cuando empezó, no tomó ninguna decisión de volver.

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  2. Llevas razón. Debería haber dicho que su error consisitió en no renunciar a su segundo año de contrato. Pero bueno, aunque le quedaba un año, Favre firmó un nuevo contrato esta offseason. Hizo el holdout de los holdouts, una jugada maestra que termina con un nuevo contrato sin haberse declarado formalmente en rebeldía del anterior.

    Favre debería haber seguido el ejemplo de Kurt Warner, a quien también le quedaba un año de contrato en Arizona, pero supo retirarse en el momento adecuado, dejando un recuerdo brillante, después de haber destrozado a la mejor defensa de la NFL en la regular season (la de Green Bay) y tras haber caído dignamente frente al equipo que terminaría ganando la Super Bowl.

    En cuanto al circo mediático, todos sabemos que no se habría montado si el jugador no hubiese querido. Ya leí en tres ocasiones diferentes que Favre se retiraba. Creo que todavía sigue en activo, ¿verdad?

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  3. Grande una semana más!! Me ha encantado el video del niño gallego, vaya artista jeje.

    Felicidades por lo del Depor por cierto, me alegro un montón de que os vaya bien, no os merecíais estar tan abajo ;)

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  4. Se podra estar de acuerdo o no con la opnión vertida en el artículo pero es justo reconocer que está muy bien argumentado.

    Gracias

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  5. Tío, yo soy uno de esos que viene desde Zona Roja... y la verdad mil gracias a Mariano por recomendarnos tu blog. Es una puta obra de arte.
    Enhorabuena!!!

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  6. Grande articulo, yo te leo desde el principio, pero esta vez quisiera aportar más luz sobre el tema de Seymour, es que tienes razón, en lo que dices, yo vi con detalle esa jugada, entiendo y comparto la sanción, pero todo empezó mucho antes, es que a Seymour ya llevaban varias jugadas tocándole los huevos, y creo que con la experiencia que tiene no tenia que haber entrado al trapo y mucho menos agredir, me parece justa la sanción, pero estoy seguro que fue una estrategia (válida y normal) de los Steelers, para comerle la moral pero que le funcionó mil veces mejor de lo que esperaban, gracias a una actuación de Oscar de Roethlisberger, por que para caerse no era, en fin, como dices es una pena que los jugadores de football se comporten como jugadores de fútbol, que precisamente por ese tipo de jugadas, fingimientos, piscinazos, ese intento de engañar al arbitro en todo momento, hace años que deje de ver esa porquería de deporte (es que para mí el fútbol, ya no es digno de ver, y me da asco) y me da mucha, muchísima rabia que la NFL caiga en eso, y poco a poco, se ven mas cosas de esas, como receptores que fingen interferences, etc...en fin...una gran pena. Venga un saludo, y sigue así...Gracias.

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  7. Genial artículo, como siempre. Por cierto, sigue mencionando siempre al Depor, q yo soy sufridor asiduo de Riazor, de la época dorada, y de la de ahora (yo soy los q m subo la Ronda de Nelle cabreado pq mi equipo no ha marcado). Y por cierto, enhorabuena tb por el Estu y por ese pleno. Yo tb lo he tenido y es muuuuuy poco habitual (Depor, Liverpool y Tampa Bay Buccaneers). Es más añadiría Alabama, pero no sigo tanto la NCAA como la NFL y además, jugaban contra unos paquetes y no tenía mérito. Me despido ya. Sigue asi, pq tu blog m encanta. (um....esto es lo mas moñas q he escrito en un blog, jajaja)

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