jueves, 30 de diciembre de 2010

Plácido domingo, jodido lunes: jornada 16

Más de un comentario criticaba recientemente mi animadversión, excesiva, hacia Brett Favre. No son los primeros que me dicen que odio demasiado. Qué mejor, pues, que Something against you de los Pixies, para poner música a este artículo.



Al hilo del odio, dos puntualizaciones más:

La primera, que (por si no ha quedado claro) no pongo en ningún momento en duda la valía de Favre desde el punto de vista profesional (pese al desastre de temporada que está perpetrando este año, ya que está entre los peores quarterbacks de la NFL) ni, en particular, todo lo que ha hecho en un terreno de juego por los Green Bay Packers a lo largo de sus dieciséis años como cabezaqueso. Lo que digo en repetidas ocasiones, es en el plano estrictamente personal, como ser humano, es un auténtico gilipollas. Un indeseable. Un traidor. Un miserable. Y (hablando de su última hazaña) que no tiene defensa, y me parece acojonante, que desee la derrota de los Packers contra los Bears, por el mero ánimo de joder a Green Bay. Por eso escribí mi antepenúltimo artículo. Es que es muy fuerte (o sea). En resumen: como profesional, cojonudo; como persona, un gilipollas. Dado que me resulta imposible admirar (punto de vista personal) a un gilipollas, Favre me cae mal.

La segunda puntualización sobre el odio. Cito palabras que leí en el foro del Estu. No recuerdo quién era el autor, pero suscribo punto por punto lo siguiente (pura poesía, por otra parte): Odiar es sano, si es de ese modo. Es inherente al ser humano, es como el amor. Yo nunca me he pegado con nadie. Conozco a muchos "viva la gentes" y "odiar es malo" que cada dos por tres están a hostias, o de broncas con la novia o los colegas. Por decirlo así, yo odio a gente que no me importa lo más mínimo, para poder así "amar" más a gente que sí me importa. En el fondo es como el pitorrito de una olla a presión, el equilibrio para que los garbanzos estén en condiciones óptimas.

El penúltimo y tardío Plácido domingo, jodido lunes redenomina algunas de sus secciones en homenaje al equipo de baloncesto con el que sufro, me cabreo y disfruto cada fin de semana. El Estu. Y a quien no le guste, que se aguante y esto. Qué mejor momento, justo el día después a su junta general de accionistas (ya, qué gilipollez) y en el que se cumple un año de esto. Bueno, no es muy buen momento, que acabamos de palmar en Fuenlabrada jugando de pena (con el consiguiente cabreo que me acabo de pillar). También eso es típico del Estu.

Veamos qué pasó en la jornada más larga de la historia reciente de la NFL (que comenzó un jueves y terminó un martes).

Las hostias de Garcés (lo más comentado)

En el baloncesto español sucede lo contrario que en el fútbol. Los pabellones están generalmente llenos, mientras que la atención (y dinero gastado) de los medios es mínima. En el fútbol, al revés, los estadios están vacíos y la atención (y dinero gastado) de los medios es máxima (ya, si quitamos a dos equipos la atención mediática no es tan grande, pero bueno). Es casi imposible que se hable de la ACB. Menos aún del Estu. El día después de que el Estu ganase la Copa del Rey de 2000, la portada del Marca abría con la importante noticia de que Íker Casillas acudía a los entrenamientos en metro. Las audiencias televisivas son también paupérrimas. No es este lugar para comentar las causas, aunque no cabe duda de que TVE no trata su producto como merece.

Para que se hable de la ACB y del Estu en particular hace falta que pase algo raro. Tías en pelotas o gilipolleces, ya sabéis. Las hostias también venden, claro. Las más famosas, que llevaron al Estu a las portadas y a los telediarios, las de Garcés (su patada voladora) y Carlos Jiménez (a puñetazo limpio). Cuánto quiere a su antiguo equipo el antiguo antimadridista declarado Alberto Herreros. Y qué alarde de lógica.


Es curioso. Normalmente los partidos disputados en la madrugada española suelen ser los más interesantes, a priori, de cada jornada. Son los que seleccionan NFL Network, ABC y ESPN antes que los demás. Los que no son elegidos (porque, en teoría, son menos atractivos) se disputan en las dos primeras sesiones del domingo. Por eso normalmente los partidos que concitan mayor atención son los de madrugada. No esta jornada. NFL Network, a principio de temporada, seleccionó el Steelers-Panthers y el Cardinals-Cowboys para su prime time. Y, por cómo llegaron los cuatro equipos implicados, casi carecían de interés. El Monday Night era muy interesante, sí, y de hecho se habla mucho de él (hablaremos de él más adelante), pero las auténticas finales de esta jornada se disputaban en su mayoría el domingo tarde-noche española.

Rams-Niners y Packers-Giants eran auténticas finales para los implicados. Los derrotados, o estaban matemáticamente eliminados de la lucha por playoffs, o se complicaban mucho la vida. Y ambos han traído mucha cola mediática.

El primero de ellos, con derrota de San Francisco que pone fin a su agonía, por el despido de Mike Singletary. Un despido muy merecido. Que los Niners estén fuera de la lucha por una división tan barata tiene delito. Porque tienen, con diferencia, la mejor plantilla de toda la división. Ningún otro equipo tiene tanto talento en defensa y en ataque. Un equipo con playmakers como Vernon Davis, Patrick Willis, Michael Crabtree, Frank Gore o Justin Smith no puede estar 5-10. No en esta NFC Oeste. Cuando la plantilla tiene los mimbres y rinde por debajo de lo que debería, hay que ver qué ha hecho el entrenador. Y el entrenador ha hecho poco bien.

Los problemas de San Francisco en la posición de quarterback son bien conocidos. Alex Smith no ha rendido como se espera de un número 1 del draft. A este jugador siempre le va a pesar la comparación con Aaron Rodgers. Los Niners lo escogieron a él en vez de a Rodgers, y hoy en día la diferencia de rendimiento es abismal. Singletary ya reprendió públicamente a Alex Smith. Fue en Candlestick Park, cuando estaba realizando un mal partido, y entre gritos de We want Carr! (el QB suplente) de la grada. Una actitud impropia de un entrenador que busca el bien del equipo. Si lo que busca es que las culpas las cargue el jugador e irse de rositas, puede ser la actitud apropiada. Pero lamentable también. También hubo lo suyo con Vernon Davis, que bramaba en la banda de Lambeau Field tras conseguir un touchdown, reclamando agitadamente más protagonismo. Después de probar con Troy Smith y volver a Alex, Singletary cambió de nuevo al titular para el decisivo partido de esta semana. Una mediocre actuación de Alex Smith frente a los Chargers bastó. Pero no creáis que con Troy Smith van mucho mejor las cosas. Este fue el triste espectáculo que protagonizaron QB y head coach el pasado domingo.


En vista de los resultados y de la pública incapacidad para manejar el gallinero, el despido de Singletary es más que procedente. Continúa la travesía del desierto de los 49ers. Deberán seguir buscando Eldorado como buenos mineros. La comparación es tremenda: los tres últimos entrenadores de los Niners (Erickson, Nolan y Singletary) acumulan un porcentaje de victorias del 35,4% y ninguna clasificación para playoffs; los tres anteriores (Walsh, Seifert y Mariucci), 65,6% de victorias, un registro de 23-13 en playoffs y 5 Super Bowls.

El segundo de los partidos también trajo mucha cola. Ya era de por sí casi un partido de playoffs (para Green Bay lo era, win or out), pero el modo en que se produjo la derrota de los Giants ante los Eagles acrecentaba la expectación. ¿Cómo responderían los G-Men tras el desastre de los últimos minutos ante Philadelphia? Un equipo que en octubre era considerado por todos como el mejor de la NFC tenía que reaccionar. Pues no, de eso nada. Salvo la breve reacción tras el 14-0 inicial, que llevó el empate a 14, los Giants fueron un absoluto desastre. En todas los apartados posibles: en el juego de pase, donde Eli Manning hizo un partido pésimo (4 intercepciones) con constantes faltas de coordinación con sus receptores; en la carrera, donde Bradshaw y Jacobs se vieron superados y, además, cometieron sendos fumbles para pérdida; en las líneas ofensiva y defensiva, donde los Packers dominaron plenamente (de forma muy sorprendente), penetrando en el backfield del ataque de los de New Jersey, tapando huecos para la carrera y protegiendo a Aaron Rodgers (un solo sack); en la defensa contra el pase (Rodgers se puso las botas), con errores imperdonables como el de los tres safetys incapaces de cubrir a Jordy Nelson en el touchdown inicial, y hasta en la defensa contra la carrera de Green Bay, que supo utilizar con eficacia el ataque terrestre (sobre todo gracias al fullback, John Kuhn). Un completo desastre, y por si fuera poco, los Giants se vieron atrapados en Green Bay por el cierre de los aeropuertos neoyorkinos. Mal día para dejar de esnifar pegamento. Ojo porque hasta algunos cuestionan el futuro de Tom Coughlin si caen la semana que viene ante los Redskins.

La NFC Oeste protagoniza titulares e infinidad de comentarios estos días. Desde Estados Unidos a España, la prensa destaca que Rams o Seahawks llegarán a playoffs con unos balances de 8-8 o 7-9, respectivamente. Casi todos coinciden en que resulta ilógico que el fin de semana del 8 y 9 de enero un partido se vaya a jugar en St. Louis o Seattle frente a un equipo con mejor registro en temporada regular que los locales. Algunos dicen también que es injusto que cualquiera de estos equipos lleguen a playoffs. Los menos críticos, que aceptan el sistema de clasificación de cada campeón de división, proponen una reclasificación de los cabezas de serie en playoffs en función del récord global conseguido en la temporada regular. Rams o Seahawks entrarían en playoffs, pero no jugarían en su estadio frente al mejor clasificado de los equipos de wild card, sino que jugarían en el estadio del mejor equipo que no obtuviese first-round bye. Los más críticos proponen la eliminación de las divisiones a efectos calificatorios para la postemporada. Consideran que en ningún caso un equipo como Rams o Seahawks debe prevalecer sobre uno como Tampa, que con un récord de 10-6 podría quedarse fuera para que el de 7-9 entrase.

Mi opinión: el sistema puede ser injusto, en ningún caso la clasificación de Seahawks o Rams para estos playoffs lo es. Es muy justa, pues responde a la aplicación de las normas preestablecidas. Las críticas han de venir a priori al sistema de clasificación, nunca a lo que se deriva de su correcta aplicación. Todos conocíamos el criterio antes de empezar la temporada. Lleva siendo el mismo durante mucho tiempo. De vez en cuando nos encontramos con casos como este. Que un equipo con 7-9 pueda jugar un partido de wild card en su casa mientras otro con 12-4 (Baltimore podría) lo haga fuera. O que uno con 11-5 se quede fuera de playoffs mientras otro con 8-8 entre. Pasó hace un par de años, podría volver a pasar. No entiendo el torrente de críticas al que asistimos ahora. Es normal que equipos con peor récord que otros se clasifiquen para playoffs mientras estos no lo hacen. No era, en absoluto, imprevisible. El problema parece ser lo rematadamente mal que lo están haciendo este año los de la NFC Oeste. Si ganan los Seahawks el próximo domingo en Qwest Field, serán el primer equipo en alcanzar los playoffs con registro negativo en toda la historia (exceptuada la temporada de la huelga).

Se ve, pues, que las críticas vienen por lo excepcionalmente malo que resultará el campeón del salvaje oeste. ¿Pero dónde está el límite? ¿Hasta dónde llega la diferencia admisible y dónde comienza la inaceptable? Cuando la diferencia es de una o dos victorias se escuchan pocas protestas, pero la injusticia es exactamente la misma. Entre dos equipos con registros no comparables (pues su calendario es sustancialmente diferente) se da prioridad al que presenta peor balance. La verdad, veo la misma injusticia. La misma injusticia que vería si los Buccaneers entran en playoffs y los Giants se quedan fuera esta temporada. El equipo de New Jersey tiene el desempate a favor, pero me da igual. Tampa Bay tuvo un calendario mucho más sencillo, y además se mostró incapaz de vencer a un solo equipo con registro negativo. Los Giants tuvieron que viajar a Lambeau o Indianapolis.

La conclusión es que no habrá una solución al gusto de todos. Son 32 equipos y se juegan 16 partidos. Se intenta preservar la tradición, la rivalidad histórica entre algunas franquicias, que se desea que jueguen siempre entre sí al menos dos veces al año y que se disputen un campeonato de división que dé plaza en playoffs. Por ese motivo Dallas está en la NFC Este, para que no se pierda su histórica rivalidad con Washington. Y siempre seguirá habiendo agravios, salvo que tengamos una temporada regular . Yo estoy con los "críticos suaves". Que se sigan clasificando los mismos equipos, pero variemos su orden de prelación una vez clasificados. Primero los que más victorias tienen; últimos los que menos. Seguiremos leyendo propuestas al respecto, pero los aficionados de Seahawks y Rams pueden estar tranquilos. Su posible clasificación no puede ser más justa. Y que recuerden lo que se decía de los Cardinals de 2008 y cómo terminaron.

Termino con otro tema muy comentado que no debería serlo: Tim Tebow. Si Tim Tebow no se llamase así y fuera un quarterback anónimo, nadie hablaría de su partido del pasado domingo. Nadie comentaría un intrascendente partido entre dos equipos de capa caída que no se jugaban absolutamente nada, más que empeorar su lugar de elección en el próximo draft. Si Tim Tebow no fuese una celebrity, Kyle Orton, uno de los mejores quarterbacks de la temporada, seguiría siendo titular en los Broncos. Pero Tim Tebow se llama Tim Tebow, y hasta los profanos en football lo conocen en Estados Unidos. No en vano protagonizó un anuncio en el programa más visto de la historia de la televisión en Estados Unidos.

Por eso su actuación del pasado domingo originó ríos de cibertinta. Pero como en este blog nos intentamos centrar en las acciones (el objeto) con independencia de quién las realiza (el sujeto), no hablaremos de la actuación de un quarterback de un equipo sin aspiraciones contra otro equipo desahuciado que cuenta, además, con la peor defensa contra el pase de toda la NFL. 277,1 yardas de pase por partido permite la defensa de los Texans, más que ninguna otra. Sobran los comentarios.

De la Pro Bowl, cuya importancia como partido es nula pero que conserva(ba) prestigio en lo referente a la confección de la plantilla de cada conferencia (en teoría los mejores de la temporada en cada puesto), hablamos más tarde.

La deuda (la vida sigue igual)

La existencia de deudas por importes exorbitantes e inasumibles es algo consustancial no solo a Estudiantes, sino a la mayoría de equipos profesionales españoles, por no decir todos. El endeudamiento (el apalancamiento, stricto sensu) es, desde un punto de vista de la teoría económica, bueno. Porque el coste de los recursos propios es mayor que el de los ajenos y porque permite conseguir más en menos tiempo (es más eficiente). No obstante, hay que hacer una puntualización: el endeudamiento es bueno SIEMPRE QUE se pueda hacer frente al calendario de pago de las deudas. Y los clubes deportivos españoles no pueden. Pagan sueldos por encima de lo que deberían. No cabe duda: los deportistas profesionales ganan en España mucho más dinero del que vale su trabajo (me hace mucha gracia cuando la gente dice que nosequé jugador merece ganar "6 millones limpios" y cifras similares; supongo que para realizar tal afirmación habrán hecho un estudio de los flujos de caja futuros que generan los servicios de ese jugador). Los resultados económicos de todos los clubes así lo prueban. El problema es que no son capaces de racionalizar los costes. Si todos pierden, lo lógico es acordar un tope salarial referenciado a los ingresos, a la caja que entra en cada entidad. No se hace. Así están las cuentas de casi todas las entidades deportivas españolas. En la ruina.

El Estudiantes es uno de ellos. Tras muchos años con el agua al cuello, tras cerrar todos los ejercicios económicos con pérdidas, el Estu está en concurso de acreedores. Al borde del abismo. Como siempre, por otra parte. Lo que nunca cambia. ¿Qué sigue igual que siempre en la NFL?

Por octava ocasión consecutiva, un equipo pasa del último lugar al primero de su división en la temporada siguiente. Los últimos serán los primeros (la temporada siguiente). Los Kansas City Chiefs fueron últimos de la AFC Oeste la temporada pasada, y ya son matemáticamente campeones en esta. Una vez más, un equipo completa el viaje de la mierda a la gloria en tan solo una temporada. Uno de los mejores juegos de carrera de la NFL (Charles-Jones), un equipo de receptores magnífico (Bowe-Moeaki) y un quarterback a un nivel que pocos esperábamos (Cassel) tienen fundamentalmente la culpa. Los equipos especiales y la defensa también han ayudado. Los Rams y los Jaguars tienen también opciones de repetir la hazaña. Así que ya sabéis, la temporada que viene uno de los ocho últimos de división será primero. ¿Los Cowboys, quizá?

Otras constantes de la temporada se repitieron esta jornada, las costumbres que protagonizan dos equipos del estado de Florida. Una vez más, los Tampa Bay Buccaneers vencieron a un equipo malo. Esta vez fueron los Seattle Seahawks quienes, además, sabían de antemano que no se jugaban nada en ese partido. Más les valía conservar la salud de sus titulares para el próximo domingo. Ganasen o perdiesen, su clasificación dependería del resultado del último partido frente a los Rams, en el que se jugarán todo. Si ganan, campeones de división; si pierden, fuera de playoffs.

Los otros animales de costumbres son los Miami Dolphins, que igual que fuera de su estadio ganan casi siempre, en él casi siempre pierden. Con la derrota frente a los Detroit Lions de este fin de semana terminan su temporada en casa con un balance de 1-7. Si consiguen una victoria en el último partido del año en New England, completarán una temporada perfectamente simétrica: 1-7 en casa, 7-1 fuera. Esto se denomina domatofobia. Unos auténticos anfitriones. Si es que los visitantes no tienen ninguna educación, como pudimos comprobar este domingo. Así se despedía de Miami Dominic Raiola, center de los Lions:


Ah, salvo que pase algo raro, como siempre, los Colts terminarán ganando la AFC Sur. Desde su creación en 2002, la han ganado en 6 de sus 8 años de historia. Con este, podrían ser 7 de 9. Y en las dos ocasiones en que no la ganaron, accedieron a playoffs vía wild-card. Son el equipo que manda en el sur, sin duda. Aunque Indianápolis esté en el norte.

Lo que tampoco cambia son las peripecias de los Minnesota Vikings. Por tercera semana consecutiva juegan cuando o donde no estaba previsto. Empezaron jugando cuando (un lunes) y donde (en Detroit) no estaba previsto, siguieron jugando donde (en el estadio de la universidad de Minnesota) no estaba previsto y esta semana juegan cuando (un martes) no estaba previsto. Minnesota registra un balance de 100% de victorias en martes. Récord histórico de la NFL. Los aficionados de los Vikings tienen algo de que presumir esta temporada.

El pabellón del Estu (la vida cambia)

Si hay algo que cambia constantemente en Estudiantes es su cancha de juego. Esta temporada ha sido el no va más, con dos canchas de juego diferentes, que se van alternando a lo largo de la temporada. Del Magariños al Palacio de los Deportes, del Palacio a Vistalegre, de Vistalegre al Madrid Arena, del Arena al Palacio y Vistalegre. Un mareo. El problema de carecer de recursos suficientes para construir una cancha propia y de un ayuntamiento mínimamente comprometido con el deporte. Piensen en cuántos equipos de la ciudad de Madrid juegan en primera división de sus respectivos deportes. Los innombrables (sección deficitaria incluida), Atlético y Estu. No podía ser de otro modo, teniendo en cuenta que no existe ni apoyo municipal ni pabellones de dimensiones razonables para balonmano, voleibol, fútbol sala o hockey sobre patines, por pone unos ejemplos. Madrid olímpico, los cojones. Lo que quieren es hacer como la FIFA y trincar de donde puedan. Me alegro de que no lo consigan (aunque lo hagan otros de la misma calaña).

Del abandono del Palacio de los Deportes no tuvo la culpa el ayuntamiento, sino un incendio (fortuito, se supone).


Esta jornada hemos asistido a eventos desconocidos, a cambios drásticos de tendencia. La más destacable, la primera derrota de los Atlanta Falcons en el Georgia Dome. Ante un equipo de la NFC y con Matt Ryan de titular, algo que jamás había sucedido antes. Un equipo del que apenas se habla lo consiguió, los New Orleans Saints. Ya comenté lo curioso que resulta que nadie hable de los Saints. Son los grandes tapados de la NFL, por lo menos desde el punto de vista mediático. No es de extrañar, "solo" son los actuales campeones de la Super Bowl. Brees lideró la victoria, pese a las dos intercepciones que lanzó, con 302 yardas de pase y el touchdown decisivo. Ryan estuvo muy flojo. Esta vez Matty Ice no pudo remontar en el último suspiro. No tuvieron los Falcons la suerte que suelen en finales apretados. Solo 148 yardas de pase, y poco más del 50% de sus pases completados.

Ya tuiteé que el partido venía calentito. Precisamente las provocaciones se iniciaron vía twitter. Roddy White  dijo algo que los jugadores de los Saints interpretaron como una burla al sufrimiento de la ciudad por el huracán Katrina. White lo negó, pero el tema ya estaba muy caliente. Tanto, que los jugadores de los Saints decidieron disfrutar del momento celebrando la victoria sobre el logo de los Falcons. No sería extraño que el enfrentamiento se repitiese en el mismo escenario dentro de unas semanas.


El mes de diciembre rompió su romance con los Chargers de Norv Turner. Los muy golfos solían irse de fiesta durante los primeros meses de la temporada (esta también) y recurrían al colega diciembre para sacarles del aprieto. Escaparon de las situaciones más delicadas que uno puede imaginar, como estar a 4 partidos del líder a falta de otros tantos y conseguir remontar para empatar y ganar el desempate (eso sucedió en 2008 cuando los Broncos estaban 8-4 y los Chargers 4-8 a falta de 4 jornadas; San Diego terminó ganando la división con 8-8). No esta vez. Kansas City hizo sus deberes y los Chargers cayeron en Cincinnati. Todo un cambio.

Otro cuyo rendimiento empieza a decaer significativamente es Peyton Hillis. Es una de las sensaciones de la temporada, pero los rivales lo conocen y lo temen, así que ya no le resulta tan sencillo sorprender. Este fin de semana tenía además un partido muy complicado, ante una defensa muy dura contra la carrera como la de los Ravens. Hillis se quedó en unas paupérrimas 35 yardas en 12 intentos.

En el lado positivo, el juego de carrera de los Colts. Por fin parece que funciona. Esta semana, en Oakland, Dominic Rhodes se quedó a las puertas de las 100 yardas. Consiguió 98. Con Joseph Addai de vuelta y tras la excepcional actuación de Donald Brown la anterior jornada (128 yardas en Jacksonville) Indianápolis parece conseguir en el momento más adecuado un backfield sólido. Irreconocible.

Lo fachas (a lo yanqui) que son en la Fox (la sorpresa)

No, no tiene ver con el Estu, pero cuando vi el vídeo que incluyo a continuación me pareció tan impactante que no me resisto a meterlo aquí. A mí no me deja de sorprender que la misma cadena que produce programas como Los Simpsons o Padre de familia sea tan fascista. Es acojonante. Para muestra, lo siguiente. Hablan de Julian Assange, el del Wikileaks.


Para quien no entienda inglés, lo traduzco. A partir del minuto 1:03 el tal Bob Beckel dice: Para algo tenemos fuerzas especiales por ahí. Un muerto no puede realizar filtraciones. Este tipo es un traidor y ha infringido todas las leyes de los Estados Unidos... No soy partidario de la pena de muerte, por lo que solo hay una manera de hacerlo: tirotear de manera ilegal a este hijo de puta. ¡Y nadie en el plató se escandaliza, sino que apoyan la visión del cabronazo anterior! ¿No os sorprende? Intereconomía, al lado de estos, unos moderados (bueno, quizá me he pasado; Intereconomía es una cutrada de cojones, no se puede comparar con un canal con una programación mínimamente bien presentada).

Esto lo escribí el pasado lunes. Ayer esta panda de tarados hijos de puta soltó otra perla. Aquí la culpa de todo la tiene Zapatero. Para la Fox, en Estados Unidos, la tiene Obama. Obama felicitó a Vick por su reinserción tras su etapa en prisión. Un colaborador de Fox, Tucker Carlson, considera que Vick debió ser ejecutado por haber participado en matanzas de perros. Al loro.


Supongo que ya estaréis suficientemente sorprendidos por lo fachas que son en la Fox. Vamos con el football.

Cuando un partido enfrenta a un equipo que no se juega nada y a otro que se juega la vida, pueden pasar dos cosas. Que el que no se juegue nada salga desmotivado y oponga poca resistencia (frecuente), lo que, unido a que no suele jugarse nada porque no es muy bueno resulta en un partido fácil para el otro equipo. Por ejemplo, lo que sucedió entre Pittsburgh y Carolina. Eso no sorprende. Pero, en ocasiones, saltan las sorpresas. Los equipos sin presión se sueltan, se la juegan, y terminan acabando con las aspiraciones del favorito. Lo que sucedió en Cincinnati y Philadelphia. Dos grandes sorpresas.

La primera, porque los Chargers llegaban al partido en su mes favorito y, además, más allá de la superstición, porque recuperaban efectivos (Vincent Jackson, Antonio Gates) y los jugadores que rendían por debajo de lo esperado (Ryan Mathews) empezaban a despertar. Eso, unido a una gran defensa y a uno de los quarterbacks más inspirados de la NFL, hacía pensar que su derrota ante un triste equipo desahuciado era casi imposible. Los Bengals, que llevan una lamentable temporada, se presentaban sin sus dos receptores estrella. Ni T.O. ni Ochocinco. No faltaba, sin embargo, Carson Palmer, que estaba completando una temporada indigna. Cedric Benson mejoró las últimas semanas, pero en términos generales su temporada también es muy mala.

¿El resultado? Una sorprendente y clara victoria del equipo de feo y rayado uniforme. Inesperadamente, Carson Palmer completó su mejor partido del año, con 4 touchdowns, ninguna intercepción, y un passer rating casi perfecto coincidiendo con la baja de los receptores números 1 y 2. Emergió la figura de Jerome Simpson. Casi inédito en lo que va de temporada, hizo un partido excelente. 124 yardas de recepción y 2 touchdowns. Lo dicho, toda una sorpresa.

La segunda gran sorpresa, con la misma estructura de equipo desahuciado contra equipo con aspiraciones (en este caso, de ahorrarse la primera ronda). Además, el favorito jugaba en casa. Contra un equipo sin sus dos primeros quarterbacks, con un novato drafteado como receptor jugando en tan importante posición. Y ganó el equipo sin aspiraciones (obviamente, si  no no hablaríamos de eso en esta sección). Los Minnesota Vikings le hicieron un gran favor a los Chicago Bears, su rival de la NFC Norte. Gracias a la victoria vikinga en Philadelphia, Chicago se asegura el first-round bye e incluso aspira a la primera plaza de la conferencia. También una gran sorpresa, no solo a priori, sino incluso viendo cómo juega Chicago.

Joe Webb fue el gran protagonista del partido, precisamente emulando al quarterback que tenía enfrente. 17/26 para 195 yardas, sin touchdowns ni intercepciones, fueron sus números. Pero hizo más que pasar. ¿A quién os recuerda esta jugada?


Termino: es muy sorprendente que en el sistema de calificación basado en las divisiones, que hace que los enfrentamientos particulares intradivisionales resulten generalmente decisivos, un equipo que está 5-0 en su división esté matemáticamente fuera. No es ni segundo, sino tercero. Son los Oakland Raiders. Si vencen en Kansas City en el último partido de la regular season habrán logrado la hazaña de barrer en su división y quedarse fuera de los playoffs. Nadie ha conseguido eso en toda la historia. La ineptitud extradivisional de Oakland, obviamente, es la explicación.

La (D)emencia (lo mejor)

Utilizo la palabra (D)emencia para referirme a toda la afición de Estudiantes. Lo mejor del club, sin duda, es su afición. Salvo que vuestra alma esté invadida por los impíos sentimientos del lado oscuro, os recomiendo que os abonéis al Estu. Engancha. Conozco a mucha gente a la que le ha pasado. No hace falta que seáis unos locos del baloncesto. Si vivís en Madrid o cerca, no os arrepentiréis. No es caro (si lo comparamos con otros deportes o espectáculos) y te lo pasas de puta madre. El lema de ganemos o perdamos qué bien nos lo pasamos es fiel a la realidad.

Como decía, nada como la afición del Estu. Fiel (quizá demasiado, porque muchas veces se merecen menos apoyo y más palos), cachonda y divertida. Cómo mola viajar con el Estu. Es la hostia. Aunque pierda (que suele). Y cómo mola vivir un derbi en la (D)emencia, sobre todo si ganamos. Sudas más que un piloto de fórmula 1 en Dubai, pero merece la pena. Lo digo por experiencia propia. En el de justo hace un año, con erótico resultado, no estuve, pero en este largo vídeo os podéis hacer a una idea. Nótese que forzamos la prórroga con un triple en el último segundo y la ganamos con otro a falta de 6. Brutal.



Lo mejor de la jornada, el partido de los Green Bay Packers en general y de Aaron Rodgers en particular. Como ya señalé, el del domingo era un partido eliminatorio para Green Bay. Rodgers venía de perderse el partido anterior por la conmoción cerebral que sufrió en Detroit, y pareció de todo menos renqueante. Hizo un partido estelar. El en estos momentos jugador con menor porcentaje de intercepciones de la historia de la NFL (con un mínimo de 1500 pases) hizo lo que le dio la gana ante la decepcionante defensa de los Giants. Los Rolle, Tuck, Umenyiora y compañía, temibles trituradores de quarterbacks, fueron incapaces de parar el ataque de Green Bay. Por primera vez en años encajaron más de 500 yardas totales. 404 de ellas vinieron por el aire. Rodgers hizo, probablemente, el mejor partido de su carrera. Consiguió 4 touchdowns de pase, no lanzó ninguna intercepción, y terminó con un passer rating de casi 140 puntos.

Y ya que hablamos del brillante partido de Aaron Rodgers, precisamente cuando los Packers más lo necesitaban, comentamos la lista de seleccionados a la Pro Bowl, donde Rodgers es la ausencia más injusta. Faltan otros ilustres como Chris Johnson o Larry Fitzgerald, pero su ausencia es comprensible, dado el rendimiento algo decepcionante de ambos jugadores esta temporada. No es el caso de Rodgers. Sobre todo si lo comparamos con quiénes van en su lugar. En el puesto titular, no cabe duda de que la designación de Michael Vick es justa. Podría discutirse si más justa que la de Rodgers, porque sus números son similares: Rodgers es ligeramente mejor en rating, en porcentaje de pases completados, en yardas por partido y ha cometido muchos menos fumbles; mientras que Vick es algo mejor en el ratio de touchdowns por intercepción.

De lo que no cabe duda es de que Rodgers ha hecho muchos más méritos que Drew Brees y Matt Ryan para ser Pro Bowler. Es cierto que el inicio de temporada de Rodgers fue bastante decepcionante, pero en el global de la regular season, no admite comparación. Bueno, sí que la admite, pero sale ganando claramente Rodgers. ¿En qué mejoran Brees o Ryan a Rodgers? Brees (ligeramente) en porcentaje de pases completados y en yardas totales, pero es claramente inferior en passer rating (fórmula que, recordemos, mide lo bien que lo hace un quarterback) y ha cometido la friolera de 21 intercepciones. El segundo de la NFL en tan negativo apartado, solo por detrás de Eli "Ruleta Rusa" Manning. Los números de Ryan son todavía peores. Claramente inferiores a los de Rodgers.

No todo son los números, me diréis. Y es cierto. Ryan ha guiado bien a los Falcons, sobre todo en los momentos calientes de los partidos. Pero no me parece suficiente. Rodgers se tiene que enfrentar a pecho descubierto contra las defensas rivales, porque el juego de carrera de Green Bay es prácticamente nulo y la línea ofensiva de los Packers está entre las menos fiables de la NFL. Al contrario que Ryan, que disfruta de un excelente corredor al que las defensas rivales temen (un justo Pro Bowler, Michael Turner) y la mejor línea ofensiva de toda la NFL, como ya hemos dicho en más de una ocasión. Ningún QB de la liga lanza tan cómodo como Ryan. Casi tiene tiempo para leerse este artículo entre el momento de recibir el snap y el del lanzamiento. Por si fuera poco, Ryan cuenta con probablemente el mejor wideout del año, Roddy White, y con un excelente tight end como Tony Gonzalez. Rodgers también cuenta con buenos receptores, es verdad, aunque su mejor socio (Jermichael Finley) se ha tirado toda la temporada lesionado.

También me diréis que Ryan y Brees llevan más victorias que Rodgers. Cierto. Pero la Pro Bowl, que yo sepa, toma en consideración el rendimiento individual. Sin duda el colectivo influye, pero los Packers no han sido tan mal equipo como para justificar el agravio. Recordemos que es un equipo ganador, que cuenta con el segundo mejor balance de puntos de toda la liga (+141, solo por detrás de los Patriots) y que en estos momentos tendría plaza de playoffs. Por otra parte, ¿cómo explicáis si no la titularidad de jugadores de equipos perdedores, como Calvin Johnson, Ndamukong Suh, Jay Ratliff, DeMarcus Ware, Adrian Wilson, Arian Foster, Andre Johnson o Cameron Wake? Estos jugadores, titulares en su posición, proceden de equipos tan ganadores como los Detroit Lions, los Dallas Cowboys, los Arizona Cardinals, los Houston Texans o los Miami Dolphins.

En definitiva, que si la Pro Bowl no fuese suficientemente de broma, con esto se terminan de cubrir de gloria.

Sigo con lo mejor de la jornada aparte de Rodgers. Como es habitual, Tom Brady volvió a deleitar al respetable con una actuación estelar ante el único equipo de Nueva York, los Buffalo Bills (hay otros dos del estado de New Jersey, no os confundáis). Esta jornada Brady superó el récord de pases consecutivos sin intercepción de Bernie Kosar. Kosar consiguió 308, Brady lleva 319 (y los que vengan). Ningún defensor atrapa un pase de Brady desde el 17 de octubre pasado. He comentado tantas veces que es el MVP indiscutible de la temporada que huelga decir nada más.

Su antiguo sustituto, Matt Cassel, está completando una temporada de impresión, como el resto del ataque de los Chiefs. Es difícil determinar quién ha hecho una temporada mejor, si Cassel (acumula 27 TD y 5 intercepciones, registro solo mejorado por Tom Brady; y desde octubre 23 TD y solo 2 intercepciones), Jamaal Charles (que tiene el récord histórico de yardas por intento de carrera a tiro, lleva 6,39 y el récord está en 6,40, de un tal Jim Brown) o Dwayne Bowe (receptor con más touchdowns de la NFL, 15, y que ya acumula más de 1000 yardas de recepción).

Ah, termino: reforzando la vigencia del refrán que dice que tres cuartas partes de la Tierra están cubiertas por agua, el resto está cubierto por Ed Reed, el veterano safety consiguió otras dos intercepciones este domingo frente a un delhommizado Colt McCoy. Quizá estaba demasiado on fire, eso sí.



El año que no bajamos (.com) (lo regulero)

Después del último partido de la temporada 2007/2008 nos bañamos a altas horas de la madrugada en la plaza de los delfines (oficialmente, de la República Argentina), celebrando un gran éxito: no bajar. Sufrimos como putas, como nunca. Recuerdo salir del partido perdido en casa contra el Fuenlabrada con la sensación de que habíamos descendido. Mucha gente lloraba, incluso algún traidor que ya se ha pasado a la otra acera. Faltaban todavía tres partidos para el final de la liga, pero todo parecía perdido. Creíamos que matemáticamente estábamos en el hoyo. Un hoyo de verdad, pues, como reconocía ayer mismo el propio presidente del consejo, si el Estudiantes desciende a la LEB, desaparece automáticamente (la viabilidad en ACB es muy dudosa, en LEB imposible). Pero se habían dado una serie de resultados que hacían que si ganábamos los tres últimos partidos (algo que no había sucedido en toda la temporada) probablemente estaríamos salvados. No era fácil. Una sola derrota nos habría abocado al hoyo. Pero los ganamos. Primero en Granada, en un partido contra un rival directo (ahí la derrota era descenso matemático), luego contra el Menorca pasándolas putísimas, y finalmente en León. Cómo nos lo pasamos en el viaje a León. Una experiencia inolvidable.


Regulares sensaciones para los New York Jets. El partido entre teóricamente dos de las defensas más duras de la NFL terminó siendo un shootout, un festival de puntos. El ataque de los Jets estuvo a la altura, anotando 34 puntos, pero la defensa empieza a dar señales preocupantes. No está ni entre las 10 primeras por puntos permitidos. Darrelle Revis no es el de la temporada pasada. Ya se empiezan a leer críticas que dicen que se está acomodando, y reprochan que como premio a su rebeldía contractual de principio de temporada lo único que se le ha dado es un sueldazo. La parte buena es que gracias a la derrota de Jacksonville frente a Washington los Jets se aseguran plaza de wild card. Salvo sorpresa, serán el 6.º cabeza de serie de la AFC y deberán jugar en Indianápolis. No es la mejor manera de llegar al momento más importante de la temporada: tras la triste historia de la zancadilla de Sal Alosi, tras las historias de fetichismo podal que circulan sobre su head coach (un podófilo) y tras tres derrotas en los últimos cuatro partidos.

Los Cincinnati Bengals consiguen su segunda victoria consecutiva en un partido sin Chad Ochocinco ni Terrell Owens. Junto con Randy Moss, los tres wideouts más bocazas y mediáticos de la NFL. Estrellas de la liga también, por otra parte, y dos de ellos futuros Hall of Famers con bastante probabilidad. Pero que este año poco han contribuido para las victorias de sus equipos. Los de Moss presentan un balance acumulado de 4-11 en los partidos en los que él participa (Minnesota y Tennessee 1-10; los Patriots están 10-1 desde que se fue). Los Bengals, con Batman y Robin, 2-11. 1-0 sin los dos y 1-0 sin Chad pero con T.O. Total, que cuando estos tres coinciden en sus equipos, el balance es de 6-22. No sé qué pensar. No tengo duda de que son muy buenos jugadores, no tanto como su ego, pero también parece que su influencia en el rendimiento de sus equipos no es la más positiva.

Pero para sensaciones reguleras, las de los San Diego Chargers. Qué manera de desperdiciar equipos con talento. Espero equivocarme porque los Chargers son un equipo que me cae bien, pero si en todos estos años, con equipos plagados de excelentes jugadores, son incapaces de siquiera llegar a la Super Bowl, qué pasará cuando la plantilla comience a empeorar. Cómo se puede desperdiciar una temporada en la que eres el segundo equipo de la NFL (primero de la NFC) en yardas de ataque y el que menos yardas permites en defensa. Qué desperdicio. Con la temporada que ha hecho Philip Rivers, a pesar de las bajas de sus mejores receptores, a pesar de que Ryan Mathews no ha respondido a las expectativas, y justo ahora que volvía Vincent Jackson... Una pena de temporada. Y parece que no será la última de Norv Turner.

Los traidores (lo peor)

La historia se repite de manera continua, pero no por estar acostumbrados deja de resultar menos doloroso. A un jugador del Estu no le pido demasiado. Que haga lo que pueda en la pista, que se esfuerce, pero, sobre todo, que no se vaya al equipo-que-no-debe-ser-nombrado. La traición a la afición. Especialmente grave cuando la comete alguien que se cría en la casa. Podrá parecer mal a mucha gente, pero es así: la mayoría de dementes odiamos al innombrable. Y como creo que los jugadores deberían identificarse con la afición del equipo para el que juegan (que es lo que justifica la propia existencia del equipo) y guardar un mínimo de lealtad, considero que el cambio de acera hacia el lado oscuro es la peor traición que existe.

Algunos dirán que estamos obsesionados con los mafiosos y su sección deficitaria. Bueno, también dicen que les tenemos envidia, como si no supiésemos diferenciar entre envidia y asco, sentimientos muy diferentes. No niego que disfruto con sus derrotas. Mucho. Y son sorprendentemente frecuentes. Es complicado que la institución deportiva más adinerada del mundo gane tan poco. Florentino, personaje con fama de ganador, lleva sus cinco últimos ejercicios como presidente sin ganar un título. Una hazaña. Su sección deficitaria de los canastos tiene todavía más mérito. Cuando disputó su última Final Four de la Euroliga (el equivalente a llegar a semifinales de Champions) Felipe González era presidente del gobierno.

Volviendo al tema, otros parecen obsesionados con nosotros. Obviaré los cambios de acera del pasado más lejano (Fernando Martín, Herreros, Antúnez...). Veamos los recientes. En los últimos dos años, los mafiosos nos han arrebatado, con mejores o peores artes: al mejor jugador del equipo (Carlos Suárez); al mejor jugador de la cantera (Daniel Díaz de la Faya); al patrocinador (MMT); nos han quitado la cancha al solicitar exclusividad al Ayuntamiento en la Caca Mágica (ojalá se queden ahí muchos años, anda y que se jodan, hasta un ciego ve que ese pabellón es una puta mierda); incluso al speaker (tiene huevos la cosa, eh). El actual base, alero y pívot titular de los mafiosos sale de la cantera del Estu. Incluso el segundo entrenador es un ex del Estu (aunque a este lo echaron, no fue un "fichaje"). ¿Quiénes son los obsesionados, nosotros con ellos o ellos con nosotros?

En cualquier caso, el dolor cuando algún jugador querido (y los canteranos lo suelen ser) se pasa al lado oscuro, es grande. Qué decepción. Tu quoque, Brute, fili mi?

Bueno, vamos con lo peor de la semana. Ya comentamos antes el desastre de los Giants. Apúntenles en esta sección. Mala jornada para los equipos de New York lato sensu (Bills, Giants y Jets). En sus tres derrotas, 113 puntos recibidos.

Los que siguen dando pena son los Carolina Panthers. Algunos los acusan ya de tanking (perder voluntariamente partidos para garantizarse la primera elección en el próximo draft) y esperan que tengan la bad luck de que Andrew Luck, el quarterback deseado, no sea seleccionable por ellos en el draft próximo. Los peores de la temporada, sin duda.

Ah, otro partido que se pierde por un extra point fallado. Esta vez fueron los Dallas Cowboys. David Buehler es el antihéroe. El fallo impide que amplíen su ventaja a 3 puntos y terminan perdiendo por un field goal.


Decisión inteligente de la semana

Sí, esta semana no vamos a comentar decisiones estúpidas. Ya está bien de criticar errores ajenos. Admiremos las acciones positivas también. Sobre todo cuando muchos se ríen de ellas. Muchos se burlaron este fin de semana de Peyton Manning por su cómica carrera que no terminó en touchdown por bien poquito. No es Usain Bolt, no es Michael Vick, no es ni siquiera Dan Connolly, pero es un tipo muy listo.

Si Peyton Manning anota ese touchdown, los Raiders tienen una posibilidad de remontada (remota, eso sí). Consistiría en anotar rápidamente un touchdown, chutar un onside kick, recuperar el balón y anotar otro touchdown. Como se para dentro del campo, los Colts pueden seguir agotando el tiempo de partido. Los Raiders solo pueden mirar y esperar.


Hay quien dice que no se tiró por eso, sino por temor a la hostia que le iban a calzar por detrás. No se lo he escuchado pero, incluso en ese caso, se trata de una decisión inteligente. Eso es lo que debe hacer un quarterback en situaciones de ese tipo. No es tan fácil, si no que se lo digan a Rodgers o a Roethlisberger. De valientes está lleno el cementerio (en este caso, de conmocionados).

La jugada ha sido bastante polémica por un motivo fantástico. El fantasy football. Brian Westbrook, en sus tiempos en Philadelphia, y Maurice Jones-Drew el año pasado protagonizaron acciones similares. Acciones que provocan la ira de los jugadores de este tipo de juegos en los que un touchdown supone puntos. Precisamente por cosas como esta, hay que tener mucho cuidado cuando se valora el rendimiento de un jugador con base a los puntos que obtiene en estos juegos. Porque, en ocasiones, una acción supuestamente negativa es la más acertada. Para mayor escarnio de los ludópatas, este era el fin de semana en el que se disputaba la Super Bowl de las fantasy leagues...

La carrera por los playoffs

Esta larga jornada lo ha decidido casi todo. Solo quedan libres tres de las doce plazas de playoffs, una por conferencia. El 4.º y el 6.º lugar en la NFC y el 4.º en la AFC.

El más fácil de explicar es el cuarto lugar de la NFC. Se lo disputan Rams y Seahawks en enfrentamiento directo. Por eso lo seleccionó la ABC para el Sunday Night. Quién me iba a decir que trasnocharía por ver ese partido a principios de temporada. Lo haré, que para entonces estaré de vacaciones.

El 6.º de la NFC es el más complicado (tampoco demasiado). Tres equipos aspiran a esa plaza: Packers, Giants y Buccaneers. Si gana Green Bay a Chicago, la plaza es de Green Bay. Si pierde Green Bay, es de los Giants si estos ganan. Si pierden Packers y Giants, la plaza es de los Buccaneers si ganan. Y si pierden todos, la plaza es de los Packers.

El 4.º de la AFC es para el campeón del sur. Serán los Colts si ganan a los Titans o, si pierden, si los Jaguars también caen. Si pierde Indianápolis y gana Jacksonville, el campeonato de división es para los Jaguars.

Los enfrentamientos también están bastante perfilados. Descansarán la primera semana Patriots (seed 1), Steelers (2), Falcons (1 salvo debacle ante Carolina, que de antemano descarto y luego veréis como sucede) y Bears. La ronda de wild card constará de los siguientes partidos (juega en casa el que indico en primer lugar):

Colts/Jaguars − Jets

Chiefs − Ravens

Eagles − Packers/Giants/Buccaneers

Rams/Seahawks − Saints

* * *

Bueno, mis disculpas por el retraso. He tenido un par de días muy complicados de trabajo. Si la NFL aplaza partidos por mal tiempo, no seré menos. Un profesor mío decía que más vale nunca que tarde, espero que no seas el caso. La semana que viene estaré de vacaciones, así que seguramente cuelgue el último Plácido domingo, jodido lunes del año o, mejor dicho, el primero, con mucha menos demora.

3 comentarios:

  1. Cuando acabe esta temporada de NFL, la primera que sigo al completo, te mandaré la crónica de una historia fantástica que estoy viviendo. Gracias por los plácidos, jodidos. Y todo lo demás...

    Siempre grande...

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  2. Saludos 555. Hacía tiempo -un par de semanas- que no te leía y es un placer volverlo a hacer. Te sigo viendo en plena forma. Solo pongo un pero; sabido es que el tema Favre nos separa pero creo que lo correcto, por lo menos en mi forma de verlo, es pasar de los temas personales y ceñirnos puramente a los deportivos. Porque es que sino lo hacemos así, deberíamos vomitar cada vez que vieramos a Vick -por ejemplo-, por los motivos que todos sabemos. Y así hasta el infinito con 200 jugadores. También creo que si bien tienes razón y el año de Favre ha sido para olvidar, el balance para los Viks en cojunto es netamente positivo. Y dificilmente, tal y como ha estado el equipo, ningún QB hubiera podido remotar la situación; es un deporte de equipo y se gana y pierde en conjunto. Del resto de temas, espero fervorosamente que los Packers se clasifiquen; creo que se lo merecen por encima de los Giants. Y también espero buena suerte para los Rams aunque luego caigan con un 99,9999% de posibilidades en wildcard contra los Saints. Nada más... que pases un fantastico fin de año y nos vemos el que viene!.

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  3. Grande 555 como siempre. Que grandes "resúmenes" de cada jornada. Bueno, pues comentar que yo ya me quedo muy contento con mis Steelers, para mí una pedazo de temporada pase lo que pase dadas las circunstancias, y que espero la victoria de los Packers el domingo, que me caen de puta madre. No al football moderno jaja. Me ha encantado lo del odio, me lo apunto para usarlo con algún amigo aficionado al equipo que no debe ser nombrado, con tu permiso, y total apoyo en el tema Favre, las puñaladas de los más queridos son las que más duelen siempre. Un saludo y feliz año nuevo. Menudo mes que llega, que ganas ya!!!!!

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