miércoles, 8 de septiembre de 2010

Mis absurdas predicciones: AFC Este y recapitulación AFC

Por fin terminó la pretemporada. Llega lo bueno. También terminan mis absurdas predicciones. Solo quedaba la de la AFC Este y hacer recapitulación de la AFC, para ver quiénes pueden conseguir las dos plazas salvajes de playoffs.

He hecho bien en esperar. La distancia temporal al elemento predicho es inversamente proporcional a la fiabilidad de la predicción. Digo esto porque ha habido novedades en los últimos días que varían la predicción que habría hecho hace un par de días, sin ir más lejos. También es cierto que en las pasadas semanas ha habido noticias que, de conocerlas en su momento, habrían variado lo que pienso sobre franquicias de otras divisiones. Es lo que tiene. La importante novedad relativa a la AFC Este es que Darrelle Revis ha llegado a un acuerdo con los Jets que pone punto final a su holdout. Tras semanas y semanas de culebrón en las que se daba como hipótesis nula (la hipótesis nula en estadística es la que se toma como evento más probable, la que se presume como verdadera) que Revis no iba a jugar esta temporada con los Jets, acaba de producirse la hipótesis alternativa. Excelente noticia para los Jets, muy mala para sus rivales. El receptor número uno de los equipos que jueguen contra los verdes de East Rutherford quedará fuera de juego, encerrado en Revis Island.

Las otras novedades a las que me refería en el párrafo anterior tienen que ver con que los equipos han dado a conocer quiénes serán los 53 jugadores que finalmente integren sus plantillas de cara a la próxima temporada. Los descartes más notorios, tanto en términos monetarios como deportivos, son los de Matt Leinart y T.J. Houshmandzadeh, a priori quarterback titular y receptor número uno, respectivamente, de sus franquicias. Estos descartes, o mejor dicho, el hecho de que estos jugadores no vayan a cumplir con las expectativas de rendimiento que en la offseason habían generado, debilita las aspiraciones de Cardinals y Seahawks en la NFC Oeste, que queda si cabe un poco más asequible para los 49ers, aunque también hay que decir que los Rams me han sorprendido muy positivamente en lo que va de pretemporada, especialmente Sam Bradford. Dicho esto, de los partidos de pretemporada no te puedes fiar ni un pelo. Otro descarte que me ha sorprendido mucho, y que me parece una cagada de Ted Thompson, es el del tight end (también jugador de equipos especiales y, ocasionalmente, linebacker) Spencer Havner por los Packers, que inmediatamente ha firmado por los Lions (encima, rival de división). Gran fichaje para Detroit. Havner es un tío que cumplía, muy útil. Si lo que quiere Thompson es un equipo de presente, hecho para ganar ya, no entiendo muy bien que haya cortado a Havner y se haya quedado con Tom Crabtree, un novato no drafteado de 2009 que firmó por los Chiefs, que fue cortado y posteriormente llegó al practice squad de Green Bay. Apuesta, parece, más de futuro que de presente. Si los Packers pretenden ser un equipo de presente, la decisión de cortar a Havner y retener a Crabtree resulta incomprensible.

Bueno, vamos con la división que toca hoy. La AFC Este una división de mucha tradición y rivalidad. Desde los 60 se llevan pegando estos cuatro. Odio, en las propias palabras de sus protagonistas. Hace poco, Tom Brady comentaba que ni veía ni pensaba ver Hard Knocks (documental de la HBO que se desarrolla cada año en el training camp de un equipo) porque odiaba a los Jets. Desde East Rutherford le respondieron en términos similares. La cosa se presenta calentita. Mucho mejor, más divertido. Soy de los que prefieren los enfrentamientos deportivos en los que los rivales destilan odio.

La AFC Este es otra de las divisiones sin un favorito claro, aunque la apuesta de moda son los Jets. Si cabe ahora más, con Revis. El pronóstico es complicado, pues tres equipos, los de East Rutherford, los de Boston y los de South Florida tienen opciones fundadas de hacerlo. El cuarto, los Bills, parece totalmente descartado.

Analicemos muy brevemente (esta vez espero que más brevemente que nunca) cada equipo para fundar el absurdo pronóstico final.


New England Patriots. Fijaos bien en la cara de psicópata que tenía Pat the Patriot, el personaje que constituía el logo de la franquicia de Boston en sus comienzos. Acojona. Qué pinta de depravado. Pues no creáis que vais muy desencaminados si creéis que lo es. El pasado noviembre detuvieron a la persona que hacía de mascota de los Patriots en una redada anti-prostitución. Si es que la cara es el espejo del alma. De todos modos, a Pat the Patriot le dieron un lavadito de cara (nunca mejor dicho), como podéis ver por aquí. Eso es otra cosa. Mucho mejor.

Curiosamente, cuando Pat formaba parte del logo de los Patriots, la franquicia era perdedora. En cuanto cambiaron su emblema y sus equipaciones, todo fue a mejor. Hoy nadie piensa en la franquicia de Massachusets como el equipo perdedor que fue. No, hoy nos vienen a la mente Tom Brady, Bill Belichick, y Peter Griffin, unos triunfadores. Ah, qué gran canción Shipoopi.

[aquí iba un vídeo de Padre de familia en el que Peter Griffin celebraba un touchdown que conseguía con los Patriots cantando una canción. Vaya usted a saber por qué, ahora en vez de ese vídeo sale otro, así que lo retiro]

Bueno, espero que hayáis terminado de ver el anterior vídeo, sin duda cojonudo. Siguiendo la sugerencia de Anónimo en las absurdas predicciones de la NFC Este, pongo algo del grupo bostoniano de straight edge Ten Yard Fight (su nombre no puede ser más footballero). Esto es 1st and Ten. Aviso: el tema es muy hardcore, te tiene que gustar el género para disfrutarlo.



Los Patriots son un equipazo. A mí me lo siguen pareciendo. Tienen a uno de los dos mejores quarterbacks de la última década, al mejor entrenador, a unos receptores notables, a una defensa que sin ser la mejor de la liga, cuando le respetan las lesiones es más que decente, y este año parece que incluso a un buen tight end. Pero a pesar de todo eso, veo a los Patriots y me recuerdan al obeso de El sentido de la vida. A este:



Me recuedan a ese hombre obeso en muchos sentidos. Por una parte, en el evidente: han comido tantos títulos, que aunque quieran más están tan llenos que no tienen sitio en el estómago ni para el postre. Aunque el vómito es catártico (mierda, he utilizado un término derivado de la palabra que de forma lastimosa repite el peor narrador deportivo de la actualidad y en mucho tiempo; esto es mucho decir, pero igual que los criterios de selección de presentadoras en la Sexta se basan única y exclusivamente en su físico, en cuanto a narradores de eventos deportivos buscan al que haga una narración más insufrible y ridícula, ¿creíais que nada podía empeorar a Antonio Esteva? pues ahí tenéis a Mel Otero), si sigues engullendo terminarás por explotar; hace falta una renovación total, con gente nueva para poder volver a disfrutar de la comida. Brady es cojonudo, pero cómo va a seguir teniendo las mismas ganas. No, no puede ser, no va a funcionar. Otro sentido en el que los Patriots me recuerdan a ese hombre (vamos a hacer amigos) es que me dan un poco de asquete. Vaya partidito que nos brindaron en Londres, menudo bodrio. Gracias, Belichick. Su afición tampoco me entusiasma. Van con unos aires de grandeza que no veas. Por lo menos los que se sentaron a mi lado en el estadio. Y creo que eran representativos, porque no eran aficionados europeos que aprovechan para ver a su equipo en Londres, no, eran abonados de los Patriots que se habían venido de Boston a ver el partido (esto es muy elogiable, no obstante). Cómo rajaban de su equipo aunque ganase. A Maroney lo ponían tibio. Por no hablar del desprecio con el que hablaban de los Buccaneers (vale, que entiendo que los Bucs no estaban haciendo su mejor partido, pero las burlas hacia el equipo que iba perdiendo te inclinaban, como aficionado neutral, a animar a Tampa Bay). Ya se sabe, el espíritu del nuevo rico.

Después de estos palos, tengo que decir que aunque estén obesos, como apuntaba al principio, la calidad del equipo me hace pensar que tiene mucho peligro. Ojo como vomiten todo lo que necesitan y tengan sitio para comer algo más. Dicen que la recuperación total de la lesión que sufrió Brady en 2008 lleva 2 años. Como vuelva al nivel de 2007, que tiemblen los rivales.

Los receptores también son muy buenos. Habrá que ver si Wes Welker está recuperado de su grave lesión que le impidió disputar los playoffs de la temporada pasada. De todos modos, se han sacado de la manga a un mini-Wes, a Julian Edelman. Este jugador, lo poco que le he podido ver, me encanta. Si sigue progresando, será otro conejo que se saca Belichick de su chistera. Séptima ronda del draft del 2009. Menudo ojo que tiene el head coach de los Patriots para estas cosas. También está Randy Moss, aunque a ver con qué actitud. Debería aplicarse, porque anda ya mayor y sin anillo, con grave riesgo de ser un solterón de por vida. Sin embargo, el año pasado dio muestras de pasotismo en algún partido (de eso le llegaron a acusar sus rivales). Si su actitud es la que debería, otra amenaza. Por si fuera poco, y aunque debería de partir como suplente, parece que los Patriots este año tendrán tight end. Uno de los aficionados bostonianos por excelencia, Bill Simmons, está entusiasmado con Rob Gronkowski, el tight end elegido por los Patriots en segunda ronda del draft. Las amenazas aéreas se multiplican.

La carrera no será tan brillante, aunque tampoco estamos ante unos Colts o Texans donde es inexistente. También pueden hacer daño por ahí. Laurence Maroney, el abucheado por su afición, es un jugador decente. Lo mejor es que hay profundidad. Tienen a Fred Taylor, Sammy Morris y Kevin Faulk para echar mano a la carrera.

Para terminar con el ataque, la línea es muy consistente. Por ahí no deberían venir vías de agua importantes. En resumen, un ataque temible.

En cuanto a la defensa, según los números está en la elite de la liga (quinta la temporada pasada), aunque la sensación es que es como los M&M's. No se derriten en los partidos fáciles (tu mano), sino en los de verdad (tu boca). Mal asunto si quieren aspirar a otro anillo.

El veterano aunque muy fiable Vince Wilfork ocupará el centro de la línea de tres, junto al fichado Gerard Warren y Mike Wright. Por detrás de la línea Banta-Cain y Jerrod Mayo lideran el cuerpo de linebackers. De esa unidad, las esperanzas están en que Mayo siga creciendo. De todos modos, se trata de un cuerpo en declive, no tan dominante como en temporadas anteriores. Finalmente, en la secundaria los Patriots no terminan de encontrar a jugadores con la calidad suficiente para darles la estabilidad necesaria. De las muchas elecciones del draft invertidas en reforzar esta posición, solo la de Brandon Meriweather parece dar resultados algo convincentes. Este año, se ha incorporado el corner Devin McCarty. En la otra esquina, otro joven, Darius Butler. Son jóvenes, por lo que el upside (crecimiento potencial) es importante, pero no son garantías. La secundaria, terriblemente verde.

Lo dicho, defensa M&M's. Cuando los coja Manning, sabemos todos lo que va a pasar, ¿no?

¿Los equipos especiales? Correctos. Stephen Gostkowski es un buen kicker y para las labores de punter incorporan al novato Zoltan Mesko, otro europeo en la NFL. Rumano, para más señas (por cierto, aunque sea de un poco más al sur, Συγχαρητήρια, Kosmas). No sorprende que, también en este caso, el jugador europeo se dedique a dar patadas al football.

El calendario de los Patriots es, con diferencia, el teóricamente más duro de la división. Con el sexto calendario más complicado de la liga, habrá emociones fuertes desde el principio. Debutan en Foxboro contra los Bengals, en un partido que televisará Digital+ en uno de los canales marginales que tienen para eventos deportivos sin el pedigrí suficiente para formar parte de la parrilla de un canal normal (vamos, que lo meterán en una de las ventanas que tienen a partir del dial 180, Multideporte, creo que le llaman).


Miami Dolphins. ¿Alguien me puede explicar por qué el delfín que aparece en el logo de los Dolphins no lleva el casco del equipo? He de reconocer que, al principio, cuando veía el logo creía que el delfín llevaba una gorra de lado, pero no, lleva un helmet, y no es, ni ha sido nunca, el de los Miami Dolphins. Ya, ya sé que si el delfín llevase en el casco el logo con el delfín, el delfín del casco debería llevar a su vez otro delfín y entraríamos así en un bucle infinito de imprevisibles consecuencias. Paradójico.

Los Dolphins, como casi todos los años a principio de temporada, me transmiten cierta sensación de ternura. No termino de verlos. A pesar de eso, ya me sorprendieron hace un par de años ganando su división, y eso que venían de un muy mal año. La pasada temporada, la mala suerte, en forma de lesiones, se cebó con ellos. Esta temporada llegan fichajes que invitan al optimismo. Además, sus jóvenes promesas tienen un año más de experiencia, por lo que su rendimiento debería mejorar.

Al mando de los operaciones estará, por primera vez como quarterback con todos los galones, Chad Henne. Digo que es la primera vez porque aunque la pasada temporada ya fue titular en muchos partidos, fue algo más bien coyuntural. Este año, se confía en él desde la offseason. Quizá con demasiado optimismo, aunque, quizá no "demasiado" porque como dicen en Cándido, o el optimismo, qué es el optimismo sino "la manía de sustentar que todo está bien cuando está uno muy mal". Pues eso, que el dueño de los Dolphins dice que Henne podría ser el mejor quarterback de la historia de la franquicia. Ahí jugó Dan Marino. Optimismo exagerado. A mí Henne, a día de hoy, no me parece un quarterback para luchar por algo importante. Eso sí, brazo no le falta. Me gusta que Chad Pennington sea el QB2, por el papel que puede hacer como mentor de Henne.

El fichaje de la temporada en South Florida es el de Brandon Marshall (ya, realmente no lo es, sino el del que ha dicho que is taking his talents to South Florida, pero ese juega en otra liga, en todos los sentidos de la expresión). Uno de los activos más cotizados del mercado se va a Miami en una decisión que no termino de entender. Vale que Henne puede ser en el futuro un gran QB, pero ¿estamos seguros de que a día de hoy lo es o que a corto plazo lo será? Quizá a Marshall le han vendido la burra. O, más bien, ha ido a donde le llamaba poderoso caballero. El caso es que los Dolphins tendrán a un receptor de primera categoría, a un tipo de jugador que necesitaban como el comer y que vendrá muy bien para la formación y el crecimiento de Henne. Más allá de Marshall, receptores mediocres que pueden beneficiarse de este foco de atención para las defensas.

Aunque el juego de pase dé mucho que hablar, la clave del buen rendimiento de los Dolphins las dos últimas temporadas está en la carrera. De hecho, la seña de identidad, o al menos de originalidad, de estos Dolphins es la Wildcat. Muchos equipos la utilizan en estos momentos en la NFL, pero hasta hace poco no lo hacía nadie. Hasta que los Dolphins se la sacaron de la manga. Snap directo al corredor, y a jugar.

Tiene mucho mérito que un jugador tan veterano como Ricky Williams (ya 33 tacos, senectud para un running back) haya hecho el temporadón que hizo en 2009, contra defensas que se centraban únicamente en parar la carrera, casi la única arma de los Dolphins. Con él, Ronnie Brown, un muy buen corredor que vuelve recuperado de la lesión que le hizo perderse casi media temporada el año pasado.

La línea de ataque es muy buena. Para algunos, la mejor de la liga para abrir huecos a la carrera. Una panda de tipos grandes y temibles que completan un ataque más que decente, aunque debe mejorar su rendimiento por el aire.

La defensa flojea en los siete de delante y tiene como principal fortaleza a los cuatro de la secundaria, sobre todo en los jóvenes y talentosos corners. La línea es floja y andan escasos de luces. Lo digo por Kendall Langford, que fue noticia la semana pasada al perder un pendiente de diamantes en un entrenamiento. Le está bien, por hortera. Aunque para hortera, este. En unos años, si no ya, la mayoría de jóvenes españoles serán unos canis. Con esos ídolos, no es de extrañar.

Para reforzar el cuerpo de linebackers, los Dolphins han hecho de Karlos Dansby el inside linebacker mejor pagado de la historia. A pesar de este buen fichaje, aunque no extraordinario, Miami seguirá careciendo de un pass rush de primera. Hoy en día, con la cantidad de criminales aéreos que hay en la NFL, resulta del todo necesario.

Los equipos especiales echarán de menos a Ted Ginn como retornador. El kicker Dan Carpenter y el punter Brandon Fields, fiables.

Los Dolphins tienen un calendario más suave que los Patriots pero igual de duro que el de los demás rivales de división. Es el décimo sexto en dureza de la liga. El inicio, salvo el primer partido contra los Bills, es bastante complicado: les esperan Vikings, Jets, Patriots y Packers.


New York Jets. Ya he comentado que me gustaba mucho más el nombre de Titans of New York. A pesar de que con la moda de los throwback uniforms los Jets recuperan ocasionalmente su estética, por New York no es demasiado conocida. Hace un mes paseaba por Nueva York con esta camiseta cuando me topé con un simpático vendedor ambulante de cuadros que me dice San Diego Chargers?, a lo que le contesté No, Titans of New York. El tío no sabía de qué le estaba hablando. Le repetí que eran los New York Titans, y el hombre me respondió Are those the Jets? Pues sí, son los Jets. El otro equipo de New Jersey, la franquicia que no gana un anillo desde que Joe Namath y sus secuaces sorprendieran a propios y extraños venciendo en la tercera edición de la Super Bowl a unos Baltimore Colts, campeones de la NFL (los Colts están en la AFC a pesar de que no eran una franquicia de AFL) a quienes todo el mundo daba por vencedores. Cómo iban a ganar los representantes de esa coña marinera que era la AFL al campeón de la liga de verdad, la NFL. Pues de la mano de Broadway Joe, los Jets lo consiguieron. Desde entonces no han ganado ni la AFC. Sin embargo, el año pasado estuvieron cerca, precisamente cayeron no sin dar mucha guerra, ante los Colts, esta vez de Indianápolis.

El papel de matagigantes que hicieron los Jets en los playoffs del año pasado ha generado muchas expectativas para este. Como adelantaba, son una de las apuestas de moda. Seguramente, si no se hubiesen clasificado de rebote para la postemporada pasada, nadie hablaría tanto de ellos. Seguro. Hasta el propio Rex Ryan los daba por muertos, sin opciones, tras perder con Atlanta en el Giants Stadium que ellos preferían llamar Meadowlands Stadium. Pero llegaron a playoffs. Y se cargaron al campeón de la AFC Norte. Y también a los poderosos Chargers del Oeste. Y de milagro no se cargan a los Colts. Todo ello, con un juego muy, digamos, tradicional. Defensa dura como una roca y run to daylight.

Pero ¿cuál es el nivel verdadero de los Jets? ¿El de la temporada, poco más que correcta (9-7) o el de los playoffs? Yo los veo más próximos a lo primero que a lo segundo, sinceramente. Como sin duda no los veo es como aspirantes al anillo. Mark Sanchez, fundamentalmente, tiene la culpa de ello.

Quién sabe si en el futuro Mark Sanchez se convierte en un quarterback de referencia en la NFL. Es un jugador muy joven, de solo 23 años, de quienes sus compañeros hablan maravillas. Dicen de él que tiene madera de líder. Seguro que sí. Ahora, en estos momentos, lo que no es, es un quarterback siquiera decente. No nos engañemos. En los playoffs Sanchez apenas la cagó. Los Jets se centraron en lo que sabían hacer bien y limitaron los pases de Sanchez. Eso sí, lo poco que pasó no lo hizo nada mal. A la antigua usanza: una carrera detrás de otra hasta que la defensa se "abre" y el pasador lo aprovecha. Pero Sanchez está más verde que el escudo de los Jets. De hecho, no tengo claro si para los Jets no sería mejor Mark Brunell (el QB que sacaba la lengua) que Sanchez. Peter King ya anda prediciendo que seguramente haga falta que Brunell eche una mano (bueno, también dice que los Steelers serán campeones y que los Panthers llegarán a playoffs, entre otras sorprendentes predicciones). 

Qué curioso, si Favre no hubiese dado la espantada de East Rutherford, es posible que los Jets fuesen los actuales campeones de la liga. Desde luego, con el 4 de quarterback hoy serían los máximos favoritos al anillo, pues lo tendrían casi todo: pase, carrera y defensa. Pero no es así, volvamos a la realidad.

Ahora el factor sorpresa ya no existe. Los Jets están en el grupo de favoritos. Los focos (Hard Knocks) están sobre el equipo. Rex Ryan y sus jugadores no se cansan de repetir las palabras "Super Bowl". Vamos, que este año sus rivales tienen puesta la cruz en el calendario el día que juegan contra los Jets. Serán, por lo menos al principio, unos de los rivales a batir. Aumentará la motivación de los rivales. Malo.

El fichaje estrella en el apartado aéreo es el de Santonio Holmes. Todo un MVP de la Super Bowl. Gran fichaje. Gracias a él, el cuerpo de receptores pasa a ser respetable. A partir de la jornada 5, eso sí, porque durante las 4 primeras no podrá participar por sanción, como su ex-compañero Big Ben. Entretanto, Jericho Cotchery y Braylon Edwards tendrán que apañárselas para recibir los pases que puedan.

Bueno, qué voy a decir de la carrera de los Jets. Su ataque se basó casi exclusivamente en ella cuando les fueron bien las cosas el año pasado. Si las cosas van bien para qué cambiarlas, algunos pensarán. No los Jets. Se deshicieron de Thomas Jones, que venía de hacer un temporadón, y ficharon a un ya-no-soy-lo-que-fui LaDainan Tomlinson. Dicho esto, en pretemporada (si es que vale de algo) LT lo ha hecho de maravilla. Aunque el famoso sea LT, creo que el bueno es Shonn Greene. Menuda postemporada que se marcó en su año de novato. Un jugadorazo en progresión, que figura por méritos propios como RB1 en el depth chart.

Buena parte del éxito de la carrera hay que atribuírsela a la seguramente mejor línea ofensiva de la NFL. Como en el backfield, los Jets se han arriesgado al cambiar algo que estaba funcionando a la perfección. Han largado a Alan Faneca, que aunque ya veterano y seguramente en declive, seguía siendo un gran jugador. El veterano Matt Slauson y el novato Vladimir Ducasse deberán cubrir su hueco, y no es pequeño.

Si la línea de ataque y la carrera demostraron ser excelentes, sobre todo en playoffs, la defensa no se queda corta. Tanto, que en la sección Page 2 de ESPN.com proponían un cambio de logo para los Jets. Sugerían el que veis en el margen siniestro. No es difícil adivinar por qué. La D de los Jets ha sido excepcional. Darrelle Revis es quizá el jugador más destacado, aunque después de apuntar sus excelencias al inicio de esta entrada debo también señalar los peros. Revis es sólo un cornerback. Sí, es el Shutdown Corner de la liga por excelencia, el jugador que inutiliza al receptor número uno de cada equipo. Y ya. No es poco, pero tampoco es la panacea. Vale, que secará a Ochocinco, a Andre Johnson, a Randy Moss y a quien se le ponga por delante, pero los ataques tienen muchas más armas. No inutiliza siquiera el juego de pase. Por ejemplo, cuando Green Bay juegue contra los Jets, lanzarán menos a Jennings y más (si cabe) a Finley. Problema solucionado. Bueno, sí, con Revis en el campo ni hacen falta las dobles coberturas sobre el mejor receptor contrario, puedes dedicar a defensores a otras labores. Lo bueno (para los Jets) del asunto es que han fichado a Antonio Cromartie. No sé a qué nivel rendirá, pero sabemos que puede hacerlo muy bien. Si eliminamos a dos receptores, la cosa cambia. El front seven (línea y linebackers) tampoco es manco. Los cuatro de detrás de la línea son muy buenos. Tienen talento y profundidad (Bart Scott, David Harris, Bryan Thomas y el ex-archienemigo Jason Taylor forman el linebacker corps titular). La línea, no tan dominante, cumple. El año pasado, a pesar de la baja por lesión del nose tackle titular, Kris Jenkins. Más madera para la defensa. Una defensa, en definitiva, que está entre las mejores de la NFL, si no la mejor. Con todo lo mal (o lo bien) que pueda caer Rex Ryan, hay que reconocer su mérito.

Los equipos especiales de los Jets, reguleros. Aunque en playoffs no fallaron tanto, deben hacerse mirar la cobertura de retornos. El año pasado Miami les cascó dos touchdowns en el mismo partido de esa manera. Para el puesto de kicker han fichado a Nick Folk, ex-Chico Vaca, que a pesar de haber sido Pro Bowler despierta bastantes dudas. El punter, Steve Weatherford, es también bastante irregular.

El calendario que les espera a los Jets es en teoría igual de duro que el de 'Fins y Bills, y más relajado que el de los Patriots. Eso sí, el inicio es muy exigente: reciben a Ravens y Patriots y viajan a Miami. Unos exámenes que servirán para calibrar el auténtico nivel de estos Jets.


Buffalo Bills. Pocos nombres de equipo suenan mejor que el de los Buffalo Bills. Y es curioso, porque "Buffalo Bill" Cody no tiene absolutamente nada que ver con Buffalo, New York. Simplemente aprovecharon que el nombre de la ciudad cuadraba con el del célebre cazador y showman. Si otras franquicias aplicasen los mismos criterios, podríamos encontrarnos con el equipo que adorarían los argentinos, San Diego Armando Maradona o el que sería el equipo de moda, Carolina Herrera.

Pocas alegrías parecen esperar a la sufridora afición de los Bills. Los tiempos en los que este equipo ganaba la AFC quedan lejos (cuatro años consecutivos a principio de los 90, aunque siempre con final infeliz perdiendo la Super Bowl). De hecho, en estos momentos son unos de los favoritos para conseguir el número uno del draft 2011.

Precisamente a través del draft de este año los Bills han conseguido uno de los pocos motivos para la esperanza de su afición. Cada fin de semana podrán disfrutar del juego de uno de los corredores más explosivos y prometedores de la liga, C.J. Spiller (las iniciales C.J., cuando hablamos de running backs, son sinónimo de calidad). Por lo visto en pretemporada, y aunque esto valga para poco, Spiller promete. Por lo menos los aficionados del equipo de Buffalo tendrán un motivo para ver los partidos de su equipo cada semana. Dicho esto, no estoy seguro de que la mayor necesidad de los Bills fuese un corredor, en vista de la buena temporada de Fred Jackson el año pasado, aunque entiendo que es difícil pasar de un talento así y que, por lo menos, le das a tu afición un motivo de ilusión.

Aparte de Spiller, poco que ver. El quarterback titular será Trent Edwards, que ha ganado la batalla por el puesto a Ryan Fitzpatrick y Brian Brohm. Como podéis ver (i) el trío de jugadores que lucharon por la titularidad es, siendo generosos, mediocre; y (ii) el hecho de que existiese alguna duda sobre la titularidad de Green ante tales competidores no habla muy bien de sus cualidades. Con todo, Edwards no me parece el peor quarterback de la liga. No es JaMarcus Russell. Ah, espera, que ese ya no forma parte de la NFL. Bueno, pues no es... a ver... no es Derek Anderson o Matt Hasselbeck (tampoco puedo poner la mano en el fuego por que estos sean peores que Edwards; dicho esto, el nivel medio de los QB de la NFL a día de hoy es supremo). Podría recurrir a Jake Delhomme, un jugador más desprestigiado en estos días que el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes (vale, he exagerado, no puede haber nada más desprestigiado que la mierda en que se han convertido esos premios, que no se sabe bien bajo qué criterios se otorgan, ¿a un deportista que consigue méritos extraordinarios? no, desde hace unos años al deportista español de moda, menuda bazofia infame).

En el cuerpo de receptores tampoco andan sobrados de talento. Se les ha ido Terrell Owens, que pasó por Buffalo sin pena ni gloria. Tienen a Lee Evans y no mucho más. No sería de extrañar que el backfield ayude bastante en labores de recepción.

Los Bills tienen una línea ofensiva vaticana. ¿Por qué hablo de línea vaticana? Por el siguiente ejemplo, en el que el quarterback de la Iglesia Católica no está lo suficientemente bien protegido por su línea y sufre un sack en toda regla. Eso sí, la linebacker es una pass rusher de primera.


Espero que nadie se ofenda por la comparación, cuando vi las imágenes de la "agresión" me recordó a un sack. Pues eso, que la línea de los Bills es vaticana.

La defensa es para echarse a correr. Me refiero a que los ataques contrarios optan por la carrera, ya que los Bills fueron el vigésimo octavo equipo de la NFL en la defensa contra la carrera y el segundo contra el pase. Pues eso, que a correr y punto. El front seven es bastante flojo y la secundaria notable. Terrence McGee y Drayton Florence son muy buenos corners, y el free safety Jaryus Byrd lideró en su temporada de novato la NFL en intercepciones.

En los equipos especiales, los pateadores son muy buenos, tanto el kicker, Rian Lindell, como el punter, Brian Moorman. Spiller se ocupará también de los retornos. No me gusta demasiado que jugadores importantes del ataque o la defensa se ocupen de estas cuestiones, pues aunque sin duda son importantes, el riesgo de desgracia es muy alto.

El calendario no ha sido benévolo con los Bills. Mirad cómo empiezan: Dolphins, Packers, Patriots y Jets. Ningún equipo de su liga.

En vista de las circunstancias, los Bills aspiran a poco más que dar alguna sorpresa, especialmente cuando el invierno arrecie sobre Buffalo y, quizás, algún equipo llegue reservando titulares de cara a los playoffs. Como el año pasado, cuando los Colts llegaron a un Buffalo nevado y su quarterback era Curtis Painter. Lo malo es que este año su final es Dolphins-Patriots-Jets, y me sorprendería que alguno de estos equipos no se jugase nada en las tres últimas jornadas.

Mi absurda predicción final. Pese a su obesidad, triunfa la tribu de Brady. Entre Dolphins y Jets no lo tengo tan claro. Veo a los Dolphins un poco tiernos, y a los Jets como el equipo que terminó 9-7 el año pasado, aunque sin factor sorpresa. Venga, creo que los Jets son segundos. Los Bills últimos, claro.

* * *

Recapitulación (breve) de la AFC

Igual que hicimos con la NFC, veamos qué no campeones de división pueden conseguir plaza de playoff por la vía salvaje. Seré breve, como Rick Pitino. El año pasado hubo una gran igualdad en la AFC, muchos equipos tuvieron opciones hasta la última jornada. Las victorias estuvieron tan repartidas, que viendo el número de triunfos necesarios para acceder a la postemporada uno podría pensar que la plaza de playoffs en la AFC estuvo barata, aunque creo que sucedía lo contrario (de hecho, cuando un campeón de una competición acumula un porcentaje alto de victorias, estamos ante el mejor indicio de que el nivel medio de la competición no fue muy alto; aprovechando esto, ¿sabéis qué equipo ganó la liga de fútbol con mayor nivel de la historia, no? sí, el año en el que el Atlético de Madrid con un equipazo bajó a Segunda y tres equipos españoles se plantaron en semifinales de la Champions). Hubo tanto equipo competitivo, tan poco equipo desastre, que se produjo la colectivización de la victoria en la AFC.

A priori nada indica que vaya a pasar lo contrario la temporada que viene. Pocos equipos de la AFC han bajado de nivel con respecto al año pasado. Si acaso los Broncos, que chuparán menos victorias, y poco más. También resulta difícil pensar que los Jaguars ganarán tanto como el año pasado, aunque eso dependerá de si Jones-Drew continúa al mismo nivel.

Por eso es complicado predecir quién obtendrá plaza de playoffs vía Wild Card. Descartaría la AFC Oeste, salvo que un segundo (Oakland o Kansas City) se destaque sobre los otros dos equipos. Pero vamos a descartarlo, que además la historia reciente nos muestra que aunque se le llame el salvaje oeste, sus equipos no consiguen tarjeta salvaje. En el norte encontramos tres equipos muy competitivos. De hecho, sería un fracaso absoluto para Ravens (a quienes di como ganadores de división, y con el fichaje de Houshmandzadeh me reafirmo) y Bengals no llegar a playoffs. Los Steelers tienen coartada por la baja de Big Ben. De ahí debería salir una plaza de Wild Card. La otra, entre el segundo del sur y del este. No sé si este será por fin el año de los Texans. Ya van unos cuantos. Y por otro lado, estará el segundo del este. ¿O quizá el segundo y el tercero del este? Es muy complicado mojarse.

Mi absurda predicción es que va a pasar algo similar al año pasado. Habrá muchos equipos implicados en la pelea y el número de victorias necesarias para acceder a playoffs será bajo. Todo quedará para el último día. Pero ya que me tengo que mojar, diré que Texans y Bengals son los agraciados (aunque me gustaría que fueran los Steelers . La elección de los Texans en detrimento de los Jets se basa en un fundamento tan racional como que Houston lleva tiempo quedándose a las puertas y los Jets tuvieron mucha suerte la temporada pasada. Mera justicia poética. Qué lírico.

* * *

Con esto pongo punto y final a las absurdas predicciones, que muy pocos, o quizá ninguno, os habréis leído enteras. La verdad es que cuando empecé con la idea no pensaba consumir tanto ciberespacio, pero había que terminar lo comenzado. Justo a tiempo para el inicio de la fiesta. A partir de ahora espero escribir más a menudo y artículos menos largos. Supongo que ya estaréis preparando comida, bebida y demás mandanga, invitando a vuestros seres queridos (o advirtiéndoles de la que se avecina) para que disfruten con vosotros (u os dejen disfrutar) de la jornada inaugural. ¡Que no falte de nada, no os privéis, que la fiesta está a punto de empezar! No hay excusa, el jueves por la noche espero que vuestro estado sea similar al de los fiesteros de la derecha (me gusta esta frase por la anfibología que implica), en plena etapa de exaltación de la amistad, cerca de iniciar la de cánticos regionales. Los que crean que mis consejos son irresponsables deberían leer lo que decía la revista Time hace poco más de una semana ¡A beber, que son dos días! Qué cierre más raro me ha quedado, todo porque me apetecía colar la foto de la derecha y no sabía bien cómo.

1 comentario: