jueves, 30 de septiembre de 2010

Apuntes breves: la carrera más dura

Sports Illustrated dedicaba su número del 23 de agosto a un especial sobre los running backs. Aquí podéis leer uno de los muy recomendables artículos que figuran en dicho número. Me quedo con un dato escalofriante: según el sindicato de jugadores (NFL Players Association) la carrera profesional de un running back tiene una duración media de 2,6 años (lo pongo bien grande para que todo el mundo se entere). Una carrera extremadamente corta, y nunca mejor dicho.

Un poco de reggae, Running Away, de Bob Marley & The Wailers.



Aunque no es complicado adivinar por qué la carrera de un jugador de fútbol americano puede ser muy breve, ya que suelen llegar algo mayores (por lo menos después de pasar dos o tres años en la universidad) y los golpes son una parte esencial del juego, veamos por qué los running backs duran menos. El porqué lo explica Larry Johnson: "nos golpean en cada jugada. En cada uno de esos golpes, somos el golpeado, no el golpeador. Cuando corremos con el balón, los jugadores van a por nuestras piernas, a por nuestras caderas. Cuando no llevamos el balón, hacemos bloqueos para el pasador, lo que implica que un strong safety u outside linebacker corre durante 30 yardas hacia nosotros mientras estamos quietos". Comulgan en cada jugada.


El cuerpo de estos jugadores es el blanco de muchas bestias que pueblan las defensas de la NFL, que viven de derribar a los enemigos. Los running backs deben adentrarse en estrechas cavernas plagadas de jugadores rivales que intentan detenerles confiando en que sus compañeros les abran una pequeña brecha con la que arañar un par de yardas. Extraño es que no sucedan más desgracias como la que sufrió Leonard Weaver en la primera jornada (el vídeo es duro, absténganse mentes sensibles):


Las tres primeras jornadas de NFL nos han dejado más imágenes espeluznantes de lesiones de corredores, ejemplos del riesgo al que se ven expuestos estos jugadores. Aparte de Leonard Weaver, otros jugadores ilustres como Ryan Grant y Reggie Bush han sufrido lesiones muy graves.

No estamos ante un problema meramente profesional. Las secuelas quedan para toda la vida. Lo comenta Terrell Davis, que define su estado físico como "horrible". Vive con una rodilla destrozada, con el cuello dolorido y con la espalda que le mata. Sin embargo, él dice que no cambiaría nada en su carrera. En su caso, con dos anillos en sus manos, resulta comprensible. Con todo, la mayoría de running backs de la NFL no tiene esa suerte.

No me gustan los holdouts. Me parecen muy injustos, porque implican que el jugador, cuando lo hace bien, se niega a jugar si no le pagan más; pero cuando sucede lo contrario, el equipo se lo tiene que comer con patatas (o despedirle pagando el salario garantizado). Sin embargo, en el caso de estos jugadores lo puedo entender. Entiendo que Chris Johnson quiera que se le retribuya de modo acorde con su excelente rendimiento, porque existe un riesgo significativo de que dentro de tres años esté más lisiado que el Teniente Dan. Como señala Tim Layden, el autor del artículo de Sports Illustrated que enlazo, "for the modern back the game is a race to earn money before the tires fall flat".

Por si fuera poco, el deporte ha ido evolucionando de tal manera que el running back es cada vez menos importante. Antes, para llegar lejos en los playoffs había que correr y parar la carrera del equipo contrario. Esa era la base del éxito. ¿Hoy? Preguntadle a los cuatro últimos finalistas de la Super Bowl. Incluso yo, como aficionado de los Packers, creo que la pérdida de Ryan Grant, que equivale prácticamente a perder el juego de carrera de Green Bay, no descarta a los Packers como aspirantes al anillo. Es decir, que el papel del running back está más devaluado que nunca.

Los que no empeoran son los jugadores que les atizan. Estos están cada vez mejor preparados. Sin embargo, la liga no está obsesionada con la protección del running back. Lo está con la del quarterback. Lo que vende son los "fuegos artificiales", los partidos de pases profundos, de más de 400 yardas de pase por equipo. El juego de carrera es vulgar, sucio, poco vistoso. Sombríos tiempos para ser corredor.

Y a todo esto, cada vez resulta más probable la ampliación de la temporada regular a 18 partidos. Más ocasiones para comulgar. Y más probable que la vida laboral del running back se acorte.

1 comentario:

  1. Muy buen articulo, solo hay una cosa en la que no estoy de acuerdo: Es muy dificil llegar a una SB sin un corredor medianamente bueno, que te garantice un par de big plays para que la defensa se cierre un poco

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