lunes, 4 de octubre de 2010

Plácido domingo, jodido lunes: jornada 4

Las tres historias principales de las otras tantas sesiones en las que se divide la jornada de NFL de este domingo pasado eran, por orden de aparición: (i) ¿serán los Steelers capaces de completar su etapa sin Big Ben invictos ante sus archienemigos, los Baltimore Ravens?; (ii) ¿cómo recibirán a McNabb en su vuelta a Philadelphia?; y (iii) ¿nos creemos a los Bears como aspirantes a la NFC Norte?

Las respuestas fueron, respectivamente: (i) no; (ii) con aplausos; y (iii) no. Con esto tenéis información suficiente sobre lo más llamativo de la jornada. Si os habéis quedado con ganas de más, seguid leyendo. Muchos echaban de menos el naranja, hoy quedarán saciados.

Para todos aquellos cuyos equipos hayan caído este fin de semana, I Got Knocked Down But I'll Get Up.



Qué pude ver. Este fin de semana tocó viaje de placer a la Costa Daurada (sí, lo digo para dar envidia, que ya tuve que sufrir bastante con los resultados de mis equipos esta jornada; volveremos sobre ello más adelante), donde pudimos disfrutar de un tiempo cojonudo y de los últimos rayos de sol del año. Llegamos a Madrid, todavía con el bañador puesto, cuando estaba terminando el primer cuarto del Steelers-Ravens. Ese fue el partido que estuvo puesto en la tele, con una breve interrupción futbolística hasta que al Dépor le metieron el segundo (mi idea era ver el fútbol hasta que fuésemos perdiendo por dos, hecho que se produjo, por desgracia, muy pronto). En el ordenador, pantalla dividida en cuatro, con especial atención, por mi parte, al Packers-Lions. Los otros tres cuadrantes de la pantalla los ocupaban el RedZone, el Falcons-49ers y el Browns-Bengals. En la sesión de las 22.15, Canal+ Deportes HD en la tele y RedZone en el ordenador (cuando hay pocos partidos, por el RedZone se siguen bastante bien). Esta madrugada no me levanté a ver el Sunday Night. Menos mal, porque el Giants-Bears, según las crónicas y visto el resumen, es de esos partidos que no hacen afición.

El vomitorio. Qué sería de la prensa sin los Philadelphia Eagles. Son una fuente inagotable de noticias, de historias morbosas y de enconadas polémicas. Esta semana volvía a Philadelphia el que fue su quarterback titular durante las últimas 11 temporadas. Volvía después de que lo regalasen a un rival divisional y tras no haber sido capaz de conducir a los Eagles al anillo en todos los años que jugó en Philadelphia. Mucho morbo. Mucha expectación. ¿Le aplaudirán o le abuchearán? Como decía ayer Zanoni, no tienen motivos para abuchearle, ya que el hombre hizo lo que buenamente pudo y no se fue al rival divisional por voluntad propia, sino porque su equipo así lo quiso. No obstante, muchos pensaban que el recibimiento sería hostil. No fue así. El público ovacionó puesto en pie. Luego, evidentemente, intentó entorpecer el ataque de los Redskins con alaridos y abucheos.

Por si la presencia de McNabb en el Lincoln Financial Field fuese insuficiente, el partido nos dejó la lesión de Michael Vick y la vuelta de Kevin Kolb. Preveo mucha más literatura sobre la cuestión. Resulta que Vick, en una carrera que para colmo estaba invalidada por un holding, sufrió una fuerte cogida a manos de dos defensores de los Redskins. Kolb saltó al terreno de juego con el papelón de asumir el mando de un equipo que perdía 14-0, y no lo hizo nada mal. 22/35, 201 yardas, 1 touchdown y 1 intercepción. Y de milagro no gana el partido con un Hail Mary perfectamente ejecutado y que Jason Avant tuvo en sus manos, pero se le escapó. Aunque se ha descartado la rotura, Vick sufre una lesión en sus costillas por culpa de la cual su participación en el próximo partido de los Eagles en San Francisco es dudosa. Si Kolb lo hace bien, tendremos lío de nuevo.

Terminamos con el tema Vick, que tanto da de sí, comentando que ayer se emitió en NFL Network una entrevista que le hizo Jim Mora, su antiguo entrenador en Atlanta. Dejó titulares como "toda mi vida era una mentira" o "lo mejor que me ha pasado en la vida, aunque parezca una locura, es haber estado en la cárcel; si no no iba a cambiar". También explica cómo el dogfighting formaba parte de su vida desde temprana edad. Tradición (eso sí, no dice arte, la otra palabra mágica). Parece arrepentido. Aquí podéis ver un fragmento de la entrevista:


En cuanto a McNabb, su partido pasó de brillante, en una primera parte espectacular, a poco más que correcto tras una segunda parte en la que los Redskins fueron inoperantes en ataque. Partido parecido al de Rodgers, como veremos. Los números de McNabb, mediocres siendo generosos, fueron de 8/19, 125 yardas, 1 touchdown y 1 intercepción.

Peperoni (la sorpresa). He de decir que la semana pasada me olvidé de escribir esta sección. No sé si alguien más se había dado cuenta de ello, pero al menos nadie manifestó haberla echado de menos. Volviendo al tema de las sorpresas. Este fin de semana creía tener suficiente con las derrotas de mis equipos favoritos contra mi equipo más odiado, que no por previsibles dejan de ser dolorosas. Ambas por la misma diferencia, 5 tantos, aunque en el caso del Estu poco más se puede pedir. ***ADVERTENCIA PARENTAL: el texto anaranjado siguiente contiene expresiones malsonantes (algunas de ellas tachadas, ya que ni un blog que lleva por nombre Rudeza Necesaria puede soportar tal zafiedad) insultos y exabruptos totalmente fuera de lugar, de mal gusto, plagados de rencor y que, además, nada tienen que ver con la NFL; indignante sin duda*** De no ser por el vikingo cornudo traidor les habríamos vuelto a ganar; hablando del cabronazo de Suárez, estoy deseando verle disfrutar de su mierda de afición en su mierda de pabellón situado en pleno centro de A Tomar Por Culo (mientras nosotros jugamos en la Calle Goya, las vueltas que da la vida, eh), escuchando a los cuatro gatos que se reúnan en la costosísima construcción de la periferia abuchear al equipo, a poco que las cosas les vayan mal --por a poco que las cosas les vayan mal quiero decir que pierdan un partido intrascendente cualquiera por 10 puntos, por ejemplo--. Ah, la sección deficitaria, que pese a tener uno de los presupuestos más altos del baloncesto europeo no juega una Final Four desde que Felipe González era Presidente del Gobierno (que no os engañen, la sección deficitaria lleva siendo una mierda pinchada en un palo mucho, mucho tiempo; eso sí, se trata de una mierda cara). Termino el exabrupto con dos reflexiones: la primera: Suárez, que te den por el culo, qué bien que nuestra plantilla esté libre de cornudos vikingos (sí, parecemos la Policía del Pensamiento, pero la identificación del jugador con la ideología de la afición nos importa, y somos felices así; tanto, que casi lo único que pedimos a un jugador de nuestro equipo de baloncesto es que no termine posando en un campo de fútbol --absurdo, sin duda-- con un despertador en el pecho); la segunda: si alguien está interesado en una camiseta de Carlos Suárez con publicidad de MMT en la parte delantera se la regalo; si nadie la quiere la tiraré a la basura (quedaba más poético escribir la quemaré pero sería mentira); y la tercera, que viene de propina: Suárez, que te den por el culo. ***FIN DEL TEXTO INAPROPIADO*** Lo del Dépor también era previsible (llevamos un partido ganado en todo 2010, espectacular), aunque no por ello menos humillante. Qué jornada. En fin. Por cierto, el sábado que viene, y volviendo al Estu, vamos a Pucela. Si alguien conoce algún restaurante o bar vallisoletano especialmente recomendable, que no se prive de comentarlo.

Johnson la coge, y no la tira al caer. TD.
Pues bien, los Packers hicieron todo lo posible por que tuviese un fin de semana completo. Vaya por delante que no quiero subestimar a los Lions. Creo que Detroit tiene un equipo joven y con mucho talento, que aunque esté 0-4 ha dado la cara en todos los partidos y que no está 2-2 por pura mala suerte (e ignorancia del reglamento por alguno de sus jugadores, pero dejémoslo estar por no reavivar la polémica). Pero en Lambeau Field, donde los Lions no ganan desde 1992, recién terminados los Juegos Olímpicos de Barcelona, frente a un teórico aspirante al anillo, y perdiendo 28-14 al inicio del tercer cuarto, Green Bay no puede tirar un partido de la manera que (casi) lo hizo ayer. Los Packers casi implosionan por segunda jornada consecutiva (el término implosión lo usan con cierta frecuencia los comentaristas estadounidenses para referirse a la autodestrucción repentina de un equipo; me gusta). Detroit mereció ganar. No tengo ninguna duda. Con su quarterback titular lesionado, los Lions dominaron en ataque durante todo el partido (aunque la defensa de los Packers fue muy oportunista, gracias Charles Woodson) y también en defensa durante la segunda parte. Los datos son demoledores: los Lions consiguieron 431 yardas de ataque; los Packers 261; 24 primeros downs Detroit, por 16 de Green Bay; y 37:37 minutos de posesión tuvieron los Lions por 22:13 de los Packers. Hasta Green Bay sufrió una pérdida de balón más (4) que Detroit (3). La mala suerte y 102 yardas de penalización han tenido la culpa de que los Lions no se llevasen el partido.

¿Qué por qué pongo esto en el apartado de las sorpresas, si ganó el favorito? Bueno, pues porque no deja de ser sorprendente que un equipo que en las apuestas parte con un spread en contra de más de 13 puntos (lo que significa que la predicción de consenso era que los Packers ganarían de más de 13) pierda por solo 2 y de ese modo.

Las otras sorpresas de la jornada fueron las victorias de Cleveland ante Cincinnati en el derbi del estado de Ohio (aunque, para desgracia de los Bengals, no resulta tan sorprendente) y, sobre todo, la derrota de los Colts en Jacksonville.

Sí, quizá esta sea la gran sorpresa. Al fin y al cabo, Green Bay terminó ganando. Indianápolis palmó ante un equipo que venía de humillantes derrotas ante San Diego y Philadelphia, con un quarterback cuestionado (tanto, que se contrató a Trent Edwards para tener un recambio si Garrard no espabilaba) y rumores de mudanza a Los Ángeles, rumores cuya intensidad es inversamente proporcional al éxito de la franquicia del norte del estado de Florida. En estas circunstancias los Jaguars ganaron a los Colts con un larguísimo field goal en el último segundo de Scobee. Lo recuperaremos en la sección dedicada a lo mejor de la jornada. En cualquier caso, y para terminar: transcurrido un cuarto de la temporada regular, Colts y Jaguars están empatados en la clasificación, 2-2, habiendo ganado los de Jacksonville el primer enfrentamiento particular. E Indianápolis va 0-2 en sus enfrentamientos intradivisionales, tras caer en Houston y Jacksonville. Para preocuparse.

Para terminar, y hablando de sorpresas: ¿cuántos apostaban por que tras cuatro semanas de competición los Chiefs serían el único equipo invicto? El fin de semana que viene, con emisión confirmada en Digital+, Colts-Chiefs. Durísima prueba fuera de casa para los del estado de Missouri.

Los griegos tienen a Parménides en un pedestal.
Premio Parménides de Elea, anteriormente conocido como Ana Blanco (la vida sigue igual). Ya me aburrí de los nombres de las secciones, y como creo que tampoco son el culmen del ingenio (algunos ya se quejaron, no sin razón), voy a cambiar algunos. El premio anteriormente conocido como Ana Blanco a la estabilidad pasa a llamarse Premio Parménides, en referencia a la cosmovisión de este filósofo griego, autor de frases como "lo que es es, y lo que no es, no es", para quien no existía el movimiento. Nada cambia en el mundo, todo permanece. Del mismo modo, el premio anteriormente conocido como Armin Tamzarian se designará, en adelante, como Heráclito de Éfeso, filósofo cuya concepción del mundo era opuesta a la del de Elea. Según Heráclito, todo fluye, todo cambia, nada permanece. Ambos filósofos podrían apoyarse en los ejemplos que ofrece la NFL cada semana para apoyar sus teorías (bueno, realmente no, pero quedaba bonito decirlo).

El Premio Parménides de la semana se lo otorgamos en el apartado colectivo a los Lions, a los 49ers, a los Bills y a los Panthers, equipos que todavía tienen su casillero de victorias a cero. Los Lions presentan una ligera variación este año en relación con temporadas anteriores, y consiste en que son capaces de plantar cara. Eso es un cambio interanual, pero en el apartado intersemanal, tomando como referencia únicamente esta temporada, la verdad es que nada cambia. Todas las semanas compiten, asustan a sus rivales, pero nunca consiguen la victoria. Esta semana, otra derrota a la saca.

San Francisco ha probado el amargo sabor de la derrota en dos de sus sabrosas variedades, las dos especialmente dolorosas: de paliza ante rivales teóricamente asequibles como Seattle y Kansas City; y en el último suspiro ante rivales teóricamente superiores como los Saints y los Falcons. Aunque seguramente muchos aficionados de los Niners ya contaban con la derrota en Atlanta, el cómo ha sido particularmente cabreante. Léase la nueva aunque vieja sección Premio en base al demérito.

Heráclito, todo movimiento.
Premio Heráclito de Éfeso, anteriormente conocido como Armin Tamzarian (la vida cambia). Primera victoria de la temporada para los Cleveland Browns. Comandados por el quarterback más bajito de la liga, con nombre además de pensador, Seneca Wallace, los Browns vencieron en un ajustado partido a los Bengals. De ese equipo hay que destacar a su running back, aunque para eso debéis seguir leyendo. Otros que echaban de menos el sabor de la victoria eran los Giants de New Jersey, que construyeron su victorias a base de palos al quarterback rival. 2-2 para ellos, que conservan intactas sus opciones de hacerse con una NFC Este en la que hay un cuádruple empate a 2 derrotas (los Chicos Vaca tienen un partido menos, en el que podrán lograr su segunda victoria).

En el apartado individual, qué me decís de Garret Hartley. Fue el héroe de los Saints en los pasados playoffs. Autor del field goal ganador en la final de la NFC. ¿Puesto asegurado? Nunca para un kicker. La primera jornada pasó de héroe a villano al fallar dos patadas contra Minnesota. La segunda jornada volvió a ser el héroe tras patear el field goal que daba la victoria a su equipo en el último suspiro en Candlestick Park. La tercera, falló un field goal relativamente fácil en la prórroga (y que generó alaridos en mi casa). Fin de la historia. Ayer ya no jugó. Lo hizo John Carney, jugador de (atención) 46 [cuarenta y seis] años. Cómo cambia la vida, Sr. Hartley. De héroe a villano en tan solo cinco partidos. Qué dura, y qué injusta, es la vida del kicker. ¿A que si fuera un quarterback no le habría sucedido esto? Urge la constitución de un sindicato de kickers que haga valer los derechos de tan apestado colectivo.

La vida también cambia hoy para Ben Roethlisberger, Santonio Holmes y Brian Cushing. Acaban de cumplir su condena. A sus equipos no les ha ido precisamente mal sin ellos. Si la Ley de Murphy sigue en vigor, a partir de ahora les irá peor.

Finalmente, y ya que le he dado tanta caña, justo y necesario es comentar que el rendimiento de Joe Flacco ha cambiado mucho, y para bien, durante los dos últimos partidos. No es fácil enfrentarse a la Steel Curtain, hasta ahora la mejor defensa de la liga (digo esto sin consultar las estadísticas, que no sé si respaldarán esta impresión). Ayer Flacco consiguió doblegarla en un frenético drive ganador contrarreloj.

Sigamos con los cambios de denominación a los galardones de la jornada. Por si las referencias filosóficas no hubiesen completado el cupo de pedantería de este artículo, cambiaremos el nombre de los premios a lo mejor, lo regulero y lo peor de la jornada, en vez de en función de trabajos musicales, en función de la corrección ortotipográfica. Sí, habéis leído bien, no os asustéis. Había pensado en principio sustituirlo por películas que me gustaban mucho, poco y nada; luego por jugadores del Dépor que hayan dado muy buen, regular y pésimo rendimiento, y lo mismo con los del Estu. Otra semana será, que quedan muchas.

El 1.º de su clase (lo mejor). ¿Qué tiene lo anterior de óptimo desde el punto de vista ortotipográfico? Es un poco difícil de pillar, porque la norma ortográfica a la que hace referencia este galardón, y que se aplica en su título, es poco conocida y menos utilizada: se trata de la norma que establece que antes de cada letra volada (superíndice, en vocabulario Microsoft Word) debe utilizarse un punto. Es decir, que lo correcto es escribir 1.º, y no ; D.ª, y no , o V.º B.º, y no Vº Bº. Pocas veces veréis un texto correctamente puntuado cuando aparece una letra volada. El culmen de la corrección ortotipográfica. Aprovecho para citar otra norma ortográfica poco conocida aunque igualmente vigente: los números de cuatro cifras nunca se separan (no solo cuando escribimos años), a partir de cinco cifras pueden establecerse separaciones, pero con un espacio en blanco, no usando puntos (es decir, lo correcto es 250 000 personas, 250.000 es incorrecto), aunque la norma tiene sus matices.

Durante la jornada de ayer, la NFL tiño sus campos de rosa, decisión que genera dudas desde un punto de vista estrictamente estético, pero fue por una buena causa: para concienciar a la población estadounidense sobre el cáncer de mama. Buena iniciativa, esperemos que haya servido de algo. Larry Fitzgerald, que perdió a su madre por culpa de esta enfermedad, donó 1000 dólares por cada recepción a la causa (consiguió 7), y prometía 5000 por touchdown.  El único que consiguió fue anulado por un holding, pero no podemos dejar de elogiar la iniciativa del wide receiver de los Cardinals. Pongamos nuestro granito de arena en tan loable causa pintando este párrafo de rosa. Color que, por cierto, me parece ridículo en el vestuario masculino (por muy de moda que esté). Uno que no se perdió el capítulo de los Simpsons en el que explicaban que un tío de rosa está para encerrarlo en un manicomio. Por si alguno carece de la formación necesaria, que vea el siguiente vídeo a partir del minuto 2:17.


Me parece muy positiva la igualdad que hemos vivido esta jornada. 9 de los 13 partidos disputados hasta ahora se han resuelto por una diferencia de un touchdown o menos. Hemos vivido finales trepidantes en todos estos partidos: (1) en Jacksonville, en el probablemente mejor partido de la jornada, con tres anotaciones que empataban o decantaban el partido en los últimos 2:09 minutos, incluido el field goal final con el segundero a cero; (2) en Philadelphia, donde, como ya comentamos, si Avant hubiese tenido un poco más de fortuna y de adherencia en sus manos, los Eagles habrían ganado el partido en el Hail Mary final; (3) en Atlanta, donde los Falcons ganan con un field goal de Bryant cuando el tiempo expiraba; (4) en Pittsburgh, donde Houshmandzadeh recibe libre de marcaje en la end zone a falta de poco más de 30 segundos para ganar el partido; (5) en Tennessee, donde los Broncos consiguen el touchdown que les pone por delante en el marcador a poco más de un minuto para terminar el partido; y (6) en Nueva Orleáns, donde los Panthers, que perdían de 2, rozaban la distancia de field goal cuando el partido finalizaba. También he de decir que sufrí de lo lindo viendo el final del partido de Lambeau Field, aunque en el último drive la carrera de Green Bay funcionó (principalmente gracias al fullback John Kuhn) y los Packers se comieron lo que restaba de función. Como dice la tópica expresión, emoción a raudales. Excelente.

Pues parece que los Jets están fuertes, ¿verdad? El de ayer no era el examen más exigente, pero el resultado fue brillante: excelente partido de sus dos corredores, un renacido LaDainian Tomlinson (133 yardas y 2 touchdowns y Shonn Greene (117 yardas); su quarterback casi novato va cogiendo confianza (sigue sin perder balones, ayer 14/24, 164 yardas y 2 touchdowns), y el equipo gana aplastando fuera de casa. Sin Santonio Holmes ni Darrelle Revis.

No obstante, parece que el equipo de moda es Baltimore. Sigo siendo escéptico con ellos. Cada una de sus victorias les ha costado dios y ayuda, pero ahí están, en el primer lugar de muchos de los Power Rankings que miden (creo, porque no está demasiado claro) el estado de forma de las franquicias de la NFL. Insisto en que un equipo que ha ganado su partido más holgado por solo un touchdown de diferencia ante los débiles Browns no me convence. Pero bueno, que les quiten lo bailao, que han pasado por New Jersey (Jets) y Heinz Field cosechando sendas victorias.

En el apartado individual, hoy es un día feliz para los defensores de Kyle Orton. Más madera para quienes dicen que es mejor que Cutler. Orton promedia 355 yardas de pase por partido. La estadística no es ni mucho menos suficiente para juzgar su rendimiento (curiosamente --o no-- que un quarterback se hinche a yardas de pase suele ser señal de que su equipo andaba con prisas, muy necesitado, y, en esos casos, muchas veces pierde; un par de datos: la jornada pasada los cinco primeros quarterbacks en cuanto a yardas de pase perdieron sus partidos; esta jornada, tres de los cuatro primeros quarterbacks han perdido, sólo Orton se salva de la quema). En cualquier caso, los números indican que este tío puede pasar, vaya si puede. Y este año, sin Brandon Marshall. Espectacular el final del partido en Tennessee. Cuando menos nos lo esperábamos, los Broncos pueden discutir el título de división a los Chargers, siempre que estos sigan jugando tan mal lejos de la frontera con México.

No nos olvidamos de los renacidos Jaguars y, en particular, de David Garrard, Maurice Jones-Drew y el kicker al que esta jornada le ha tocado el papel de héroe, Josh Scobee. Field goal de 59 yardas. Ojo a la mascota detrás de los palos, que realiza una recepción perfecta.


Pensé en ponerlo en el apartado siguiente dado que su equipo perdió, pero hagamos mención al espectacular partido de Terell Owens. 222 yardas en 10 recepciones, entre ellas 1 touchdown. Esta actuación le sirve para avanzar un paso más en su camino a Canton, sede del Pro Football Hall Of Fame. Owens es el segundo jugador con más yardas de recepción de la historia de la NFL.

En ese mismo partido el running back de los Browns Peyton Hillis repitió buena actuación. La semana pasada fueron 144 yardas, esta 102 y 1 touchdown. Agradable sorpresa en Cleveland. Un running back blanco, qué exótico (el único corredor titular blanco de la NFL, si no contamos a Kuhn, que también es titular, aunque fullback).

Finalmente, en cuanto a la defensa, resulta difícil imaginar un partido mejor que el que hizo ayer el linebacker de los Chargers Shaun Phillips: 4 sacks, 1 intercepción, 2 pases repelidos y 6 placajes. Ahora está por ver si los Chargers superan su agorafobia y son capaces de salir de casa sin miedo.

Premio al que ha hecho bien las cosas puntualmente (lo regulero). Explico el título: puntualmente no significa ocasionalmente. Puntual no es esporádico. Ninguna de las acepciones de puntual en el Diccionario de la RAE recoge tal significado. Puntual es el que llega a la hora acordada. No obstante, el Diccionario panhispánico de dudas (que tiene valor normativo, esto es, constituye norma) señala que "no hay por qué censurar su empleo, muy extendido hoy, con el sentido de ‘aislado o concreto, limitado a un caso individual’". Vamos, que se trata de una expresión regulera. Peor que aislado u ocasional, pero tampoco incorrecta per se.

En el plano colectivo, las actuaciones de Packers, Eagles y Colts les hacen acreedores de este galardón. De Green Bay ya hablamos antes, así que no insistiremos en lo mismo. A los Eagles los meto por su primera parte. Su derrota entra dentro de lo lógico, pero les vi más empanados de la cuenta. El delay of game que cometen al final del segundo cuarto y que les priva de intentar el touchdown en cuarto down a una yarda de la end zone es buena prueba de ello.

¿Metemos a los Steelers en el lote? La verdad es que a este equipo no se le puede pedir mucho más. Estuvieron a poco menos de un minuto de completar la No Big Ben Era con cuatro victorias. Ante rivales complicados. Yo no les tengo nada que reprochar. Que sí, que cómo puedes permitir que Houshmandzadeh reciba como recibió libre de marcaje en la end zone, cuando sabías que a los Ravens solo les valía un touchdown. Terrible fallo defensivo, sin duda. Pero perder cuando solo has concedido 17 puntos (máximo de la temporada) es también, en buena parte, achacable a tu ataque. No se puede pedir mucho más de la defensa de Blitzburgh. Si Jeff Reed hubiese estado un poco más acertado, los Steelers seguirían invictos.

Ah, los equipos de la NFC Oeste siguen sin ganar un partido fuera de casa. No desesperéis, que algún día lo conseguirán. Cada vez parece más probable que ocho victorias sean suficientes para lograr el liderato en esa división. ¿Los Rams en playoffs? No parece tan descabellado, sobre todo si siguen mostrándose fuertes en casa. Y cada día Sam Bradford sabe más. Cuidado con ellos.

Premio en base al demérito (lo peor). Algún día se terminará por admitir, ya que la utiliza todo dios, pero la expresión en base a, aparte de pedante (estoy yo como para hablar de pedantes) es incorrecta. Es incorrecta. Repetimos, es incorrecta. No se debe utilizar en base a. Úsense otras expresiones equivalentes, pero correctas, como con base en o sobre la base de. Debido a es otra sugerencia que podría el lector considerar. Quien siga teniendo dudas que lea el apartado 3 de este texto académico.

Mirad a ese número 6, ¿a que dan ganas de abrazarlo?
La defensa de los Giants no se podía resistir.
Nadie se merece más este premio que Nate Clements. Una de las cualidades que más detesto en un deportista es la estupidez. Odio las jugadas estúpidas. Quienes me conocen saben que Popovic era un pívot que me desesperaba cuando jugaba en el Estu. También Blake Ahearn. Su, digamos, falta de picardía, resultaba exasperante. Hay otros jugadores que suplen sus carencias físicas con inteligencia. Germán Gabriel. Veréis a pocos pívots que saquen tanto rendimiento a tan lamentable estado físico (siento decir esto, pero Germán, macho, se nota que mucho, lo que se dice mucho, no te cuidas; o sí, depende de cómo se mire). Un jugadorazo, y además tan entrañable... Me molan los listos. Clements no es uno de ellos. Nate Clements protagonizó una acción sumamente estúpida que acabó costando la derrota de su equipo. Los Niners ganaban 14-13 en Atlanta. Faltaba 1:31 para que terminase el partido. Nate Clements intercepta el pase de Matt Ryan y, en vez de hincar su rodilla en el terreno de juego para asegurar la posesión y prácticamente dar por terminado el partido, corre como un poseso en busca del touchdown ¡Pero cómo se puede ser tan bobo, por favor! ¡Cómo se puede correr un riesgo tan innecesario! El resultado: Roddy White fuerza el fumble, los Falcons recuperan, llegan a distancia de field goal y ganan el partido. Aquí podéis ver la jugada (no la he podido incrustar porque NFL.com no lo permite y no he encontrado el vídeo en YouTube). Como aficionado neutral, la jugada me parece irritante. No me quiero ni imaginar la ira que sentirán los aficionados de San Francisco.

Bueno, démosle también un pedacito de este premio a la línea ofensiva de los Bears, a Mike Martz (el coordinador ofensivo) y a Jay Cutler. La primera mitad del partido de Chicago en New Jersey se saldó, atención (he dicho atención) con 9 sacks y una conmoción cerebral para el quarterback titular del hasta ayer invicto equipo de Illinois. Tremendo. Todos los citados tienen su parte de responsabilidad: la línea porque su trabajo es proteger a Cutler; Martz porque es el responsable del juego de ataque de Chicago, y parte de esos sacks se deben a la arriesgada estrategia que utiliza este coordinador ofensivo; y Cutler porque, en un sack, siempre parte de culpa la tiene el quarterback por no soltar el balón a tiempo (vale, si está en el pocket es intentional grounding). 9 sacks, la madre que los parió. A ese ritmo, 288 sacks en toda la temporada (qué divertido es calcular promedios irreales extrapolando un suceso extraordinario al día a día). Chicago, en una primera parte inolvidable, consiguió -16 yardas de ataque. Esta vez no tuvieron a unos amigos, como los Packers el pasado lunes, que les hiciesen regalitos en forma de pañuelos amarillos. Sonará ventajista, pero no me creo a estos Bears. Ese 3-0 que llevaban bien podría ser 1-2 (en estos momentos 1-3) si no hubiesen tenido altas dosis de suerte.

Termino: la NFL debería considerar establecer algún tipo de sanción para los jugadores que pierden sus cascos. Este hecho se está repitiendo con mucha frecuencia, no sé si más que otros años, pero que la NFL muestre su preocupación por prevenir las conmociones cerebrales y no tipifique como falta este tipo de incidentes no deja de ser contradictorio. Un día alguno se va a dar una buena hostia y lo lamentaremos.

Esta noche, Dolphins-Patriots. Habrá que poner la alarma, que el partido promete.

* * *
Actualización matutina del martes. Cuando me desperté esta noche y vi que los Patriots ganaban por 20 puntos, decidí volverme a la cama. Así que lo que escribo a continuación se basa en el resumen del partido y en las crónicas que he leído. Por segundo Monday Night consecutivo, los equipos especiales han sido decisivos para el resultado final. Si la semana pasada fueron los de los Bears, esta semana fueron los de los Patriots, con una actuación difícilmente mejorable. Sin duda, merecen un lugar en la sección ahora llamada El 1.º de su clase. Gracias a sus equipos especiales, New England consiguió un diferencial de puntos de +24, a saber: (i) otro retorno para touchdown de Brandon Tate, cuando su equipo perdía por 7-6 (+7); (ii) punt bloqueado en la red zone que sirve para que los Patriots consigan un touchdown en el siguiente ataque (aunque discutible, porque luego el ataque es el que lo anota, les doy el +7); y (iii) field goal bloqueado (+3, aunque quién sabe si iba dentro, pues era bastante lejano) y retornado para touchdown (+7). Aquí tenéis el espectacular retorno de 103 yardas de Tate, que cambió el momentum (la inercia, podríamos decir) del partido:


Con todo, el nombre propio, la gran estrella del partido, fue Patrick Chung. Fue el autor de los dos "tapones" a los pateadores de Miami, uno de ellos retornados para touchdown por su compañero Kyle Arrington, y, además, consiguió una intercepción en la que él mismo anotó un TD. No podría haberlo hecho mejor. Esta semana tocó la versión buena de New England, particularmente en la segunda parte (al descanso perdían por 7-6); por el lado de Miami, preocupantes noticias: tras haber iniciado la temporada con 2 victorias fuera de casa, pierden sus dos partidos en el sur de Florida con sus dos rivales directos para el título de la AFC Este. Se les complican bastante las cosas.

2 comentarios:

  1. Tus artículos me ayudan a tener una visión más amplia de la jornada, puesto a que no puedo seguir todos los partidos, tus comentarios sobre jugadores o equipos me sirven para formar una opinión más o menos personal de la liga. Esta es la priemra vez que comento en tu blog, porque o desconocía de lo que hablabas y por lo tanto me formabas, o porque estaba de acuerdo, o porque simplemente me había saltado algunos de tus interminables párrafos.

    Pero hoy estoy profundamente en desacuerdo contigo respecto a tu opinión sobre el partido de Kolb. Me decepcionó enormemente y me recordó al primer partido de la temporada que jugó contra mis Packers. Inpreciso, sin visión de pase (de Sean Jackson en el último drive está desmarcado hasta tres veces)e inseguro, nunca dio la sensación de poder remontar el partido salvo en el Hail Mary fatalmente defendido. En el 4rto q los Eagles perdiendo de 11 puntos seguían corriendo con un impresionate McCoy que sostuvo el solito (sumado a un ataque temeroso de los Redskins), a mí parecer, las opciones de los de Philadelphia. ¿De verdad te pareció que reabrió el debate Vick-Kolb? A mí me parece que lo cerró, y en su contra, tiene síntomas de "Titularitis". A veces las estadísticas, como bien sabes, engañan.

    Un saludo, (a mi también me gusta hacer parrafadas)

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  2. Pues gracias por tu comentario y bienvenido, Doble L. Sobre el partido de Kolb, y dándote la razón en el tema de la estadística (que muchas veces engaña), a mí me sigue pareciendo muy meritorio. Cuando saltó al campo, me pareció que se enfrentaba a un marrón terrible, con su equipo perdiendo por 14 puntos, con su "mentor" en frente arrasando, con la grada de uñas, con un game plan que se basaba en un quarterback con un estilo opuesto al suyo, etc., etc. Vamos, que todo lo que no hubiera sido un desastre me habría sorprendido. Y no creo que fuese un desastre, ni mucho menos. Ya te digo que si Avant está un poco más acertado (no era tan complicado, lo difícil, que era ponerla ahí y llegar al balón casi libre de oposición) o no se produce la confusión del delay of game, probablemente Kolb sería hoy un (mini) héroe. La cuestión de los receptores abiertos que no ve, pues sinceramente no me di cuenta, así que seguramente tengas razón.

    De todos modos, ya te digo que sí que se reabre el debate, porque Vick ha quedado bastante tocado, y en un quarterback en el que la carrera es parte muy importante de su juego (carrera que no podrá utilizar dado su estado físico) el debate está muy presente. De hecho, creo que lo lógico es que en San Francisco Kolb sea el titular, y veremos cómo evoluciona Vick de su lesión y qué tal lo hace Kolb estos días para ver si hay un nuevo cambio. Por lo pronto, los rumores dicen que los Eagles podrían estar buscando otro quarterback, lo que indica que la lesión de Vick puede ser bastante grave.

    Un saludo (y como ves, no puedo evitar las parrafadas ni en los comentarios).

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