martes, 12 de octubre de 2010

Plácido domingo, jodido lunes: jornada 5

La jornada de mala rima se presentaba con un solo equipo invicto. La semana pasada se hacían algunos chistes con los Chiefs. ¡No deis descanso a los suplentes, id a por el 19-0! decía uno de ellos. Otro hablaba de que Kansas City estaba todavía a tiempo de terminar la temporada 3-13. Su partido en Indianápolis era uno de los más atractivos de una jornada que no presentaba grandes partidos entre favoritos, excepto el Monday Night que podemos ver esta madrugada quienes vayamos a pasar la mañana del lunes durmiendo.

Dado que todos los equipos han llegado, por fin, a la derrota, debe sonar Losing End:



Qué pude ver. Ayer tuve que sufrir los partidos en soledad. Todo dios de puente o (lo que es peor) trabajando. Digo que tuve que sufrir los partidos porque el partido de Green Bay me hizo pasar un rato bastante malo, como comentaré más adelante. Hablando de la soledad, no me resisto a poner la foto que hice ayer en Valladolid (qué bien se come y se bebe ahí, por cierto) al pasar por delante de una funeraria de idéntico nombre. Qué tétrico, ¿verdad? Parece sacado de una peli de Tim Burton, hasta está en el número 13 de su calle. En soledad, vi el Colts-Chiefs en la tele y cuatro partidos en el ordenador, aunque mi atención se centraba en el Redskins-Packers. En los otros tres cuartos de la pantalla, el canal RedZone, el Panthers-Bears y el Browns-Falcons. En la segunda parte, quité el partido de Chicago, que veía ya decidido a pesar de los esfuerzos de Collins por darle emoción, y puse el Bills-Jaguars, que estaba muy entretenido, y cuando se fue Jacksonville en el marcador el Bengals-Bucs. Tantos partidos a las 19.00 y tan pocos a las 22.15. Eso tiene su parte buena, y es que en la segunda sesión puedes seguir perfectamente los tres partidos a la vez. En la tele el de Sportmanía y en el ordenador los otros dos. Sorpresas en todos ellos y, en general, sesión muy entretenida. No me levanté a ver el Sunday Night, el cansancio me pudo. Hoy vi el resumen y leí las crónicas.

El vomitorio

La igualdad es el tema de la semana. Lo habréis leído ya en muchos sitios: hay que remontarse hasta 1970 para encontrar una temporada en la que ningún equipo haya ganado sus cuatro primeros partidos. Si tenemos en cuenta que ahora hay 32 equipos en vez de 26, podríamos decir que la igualdad actual no tiene precedentes. Salvo los Bills y los Panthers, a quienes se puede descartar con seguridad de la carrera por su división, cualquier otro equipo conserva casi intactas sus opciones de postemporada. Bueno, si descartamos también a los Browns seguramente no nos equivocaremos. Hasta los 49ers, a pesar de su 0-5, conservan esperanzas fundadas. La AFC Sur presenta un cuádruple empate a 3-2; en la AFC Oeste, los tres últimos equipos están empatados a 2-3; todos los equipos de la NFC Norte presentan un diferencial acumulado de puntos positivo (el que menos, los Lions con +5); en la NFC Este, triple empate a 3-2 por el liderato (Eagles, Redskins y Giants); en la NFC Oeste, todos los equipos tienen diferencial negativo, y su líder, los Cardinals, están en -50, solo 4 puntos mejor que los 49ers. Estos son pequeños ejemplos de la extrema igualdad que presenta la liga. Colectivización de victorias y derrotas. A estas alturas no hay un primus inter pares, y es difícil que un partido se decida antes del two-minute warning final.

Esas manos, donde se puedan ver.
Aparte de esto, el tema del que más se ha escrito los últimos días tiene que ver con un jugador casi anónimo, a quien no le gusta el protagonismo y que pocos de vosotros conoceréis. No recuerdo cuándo fue la última vez que se escribió de él, si es que alguna vez se hizo. Hablo de Brett Favre. La historia es una patraña que poco tiene que ver con la NFL. Se trata de un rollo morboso-calentorro. Tan poco tiene que ver con el deporte, que la noticia ha sido publicada en Marca.com, que desde hace unos meses parece más una página de guarrillas que un portal de deportes. Las noticias más leídas de esa web son siempre las de tías en bolas. Parece que lo único que les interesa es aumentar las visitas, así que la cantidad de fotos de carne femenina aumenta día a día. La web deportiva más leída de España, y el diario más vendido del país. Tócate las pelotas, la altura intelectual del español medio. En fin, que volviendo al tema vomitorio, y hablo de él porque tiene trascendencia deportiva, el asunto consiste en que parece que Favre envió unas fotos de su pito a una periodista. Desde Rudeza Necesaria no podemos aprobar la actuación del 4, quien creíamos que era un fiel marido y ejemplar abuelo. Parece que está volviéndose un pornoabuelo. Sin embargo, igual que defendimos que no tenía sentido alguno que se sancionase a Roethlisberger por no cometer delito alguno, debemos decir que no tiene pies ni cabeza que se esté especulando con una posible suspensión al quarterback que no sabe deletrear su apellido (o, en su defecto, pronunciarlo). Vale que no es bonito que envíe instantáneas fálicas a una mujer distinta de su esposa, pero allá él. Roger Goodell empieza a parecer la Policía Moral. Si Farv (así se pronuncia su apellido, como sabréis si escucháis a Moisés Molina) ve interrumpida su racha récord de partidos consecutivos como titular por semejante gilipollez, Goodell tendrá un motivo más por el que avergonzarse.

Peperoni

Los Cardinals se enfrentaban a los actuales campeones de la NFL tras haber sido arrollados por los Chargers y haber perdido ya la confianza en dos quarterbacks. Ayer, su quarterback titular era un rookie no drafteado, Max Hall, que para ganar confianza lanzaba una intercepción en su segundo pase del partido. Y ganaron. No anotaron un solo touchdown ofensivo de pase o de carrera, pero no les hizo falta. Les bastó con una defensa espectacular y con un buen partido de Max Hall. Sorpresón. Tanto por el resultado final como por cómo se produjo. Hall venció en su duelo particular a Drew Brees, que estuvo desconocido. El mundo al revés: el novato fue interceptado una sola vez, en su segundo pase del partido, mientras que el MVP de la Super Bowl lanzó pases a la defensa rival tres veces. Aunque el passer rating de Brees (68,2) era algo mejor que el de Hall (65,0), todos contábamos con una actuación así del novato, pero no del líder de los Saints. Arizona es el estos momentos el menos malo de los equipos de la NFC Oeste. Tras cinco fines de semana de competición, los equipos de esta división siguen sin ganar un partido fuera de su campo (ayer solo podían conseguirlo los Rams), pero la victoria de ayer de los Cardinals frente a los Saints da un poco de lustre a la que muchos llaman NFC Worst.

La jornada dejó otros resultados sorprendentes, aunque no tanto, como la victoria de Oakland sobre San Diego, de la que hablamos más adelante, la derrota de Dallas bajo su enorme pantalla de alta definición ante los Titans o el triunfo de Tampa Bay en Cincinnati. Tal y como está la liga, pocos resultados deben sorprendernos.

Premio Parménides de Elea (la vida sigue igual)

Con tanta sorpresa y tanto cambio, resulta difícil otorgar este premio. Lo inestable es lo estable.

En la victoria, los Ravens parecen el equipo más estable, aunque pasaron sus apurillos frente a los Broncos de Kyle Orton y el sorprendente Brandon Lloyd (sin duda, el receptor revelación de lo que va de temporada, ayer 5 recepciones, 135 yardas y 2 touchdowns).

Sin embargo, el equipo más enrachado en el apartado victorioso son los Atlanta Falcons. Ayer sumaron su cuarta victoria seguida, mucho más holgada que sus dos últimos triunfos in extremis. Como reconoce su propio head coach Mike Smith, van 4-1, aunque podrían ir tanto 5-0 (su única derrota, en Heinz Field, se produce en la prórroga) como 2-3 (las victorias frente a Saints y 49ers las consiguieron milagrosamente gracias a errores poco frecuentes de sus rivales). Van muy bien, pero no pondría la mano en el fuego por ellos. Ayer sufrieron en Cleveland más de lo que indica el 20-10 final. Mediado el tercer cuarto, perdían por 10 a 6. Se les apareció la Virgen en forma de lesión de Seneca Wallace (que sin llegar a terminar el segundo cuarto, estaba en 11/15, 139 yardas y 1 touchdown). Salió Jake Delhomme para lanzar dos intercepciones y facilitar la labor a los Falcons. Para colmo, terminó lesionado. Iluso que es uno, esperaba mejor rendimiento de Delhomme. Está claro que la opción Seneca Wallace es mucho mejor en estos momentos para los Browns, aunque se rumorea que en estos momentos están buscando un quarterback, a falta de confirmación sobre la gravedad de las lesiones de los dos primeros en el depth chart. Todavía no le llegó la hora a Colt McCoy.

En la derrota, las constantes son los 49ers, los Panthers y los Bills. De lo Niners hablaré con algo de detenimiento un poco más abajo. En cuanto a los Panthers y los Bills, la sucesión de derrotas de los de Buffalo no creo que sorprenda a nadie. A pesar de todo, están cayendo con la cabeza bien alta. No es mucho consuelo, pero en una temporada en la que casi nadie da pena Buffalo tampoco desentona en exceso. De Carolina esperaba bastante más. Estoy acertando de pleno en mi absurda predicción en la que decía que este equipo me daba buena espina y al que colocaba en la segunda posición de la NFC Sur. Quizá sea la franquicia en peor estado de forma de toda la NFL. Cuando el quarterback del equipo rival lanza cuatro intercepciones, lo tienes que hacer muy mal para no tener ninguna opción de victoria. Los Panthers habían perdido el partido a los 10 minutos de comenzar. Un 17-3 no es una diferencia irremontable para casi nadie, pero sí para estos Panthers, que tienen problemas muy serios en la posición de quarterback (ni Jimmy Clausen, todavía muy verde, ni Matt Moore están a un nivel mínimo para que su equipo pueda competir). Ayer solo consiguieron 8 primeros downs.

En el apartado individual, Chris Johnson volvió ayer a su normalidad. Tras unos partidos flojetes, que frustran salvo milagro sus expectativas de lograr algún nuevo récord esta temporada, consiguió 131 yardas de carrera y 2 touchdowns en 19 intentos.

Por cierto, un dato que no cambia. Como en las dos anteriores jornadas, en las que hablamos de ello, los quarterbacks con más yardas de pase han perdido sus partidos. Esta semana, han caído 4 de los 5 primeros en esta clasificación. Sólo se salva, y de milagro, McNabb (357 yardas), que fue tercero en esta categoría. Rivers (431 yardas), Romo (406 yardas), Orton (314 yardas) y Alex Smith (309 yardas) vieron cómo sus equipos perdían a pesar de sus esfuerzos. Curiosamente, a la inversa, 4 de los 5 primeros corredores veían cómo sus equipos ganaban. Sólo falló, y de milagro, el de Cedric Benson (144 yardas). Forté (166 yardas), Turner (140 yardas), Ray Rice (133 yardas) y Chris Johnson llevaron a sus equipos a la victoria. A ver si ahora resulta que la clave para ganar partidos es ganar la batalla por tierra. Justo lo contrario de lo que creía.

Premio Heráclito de Éfeso (la vida cambia)

Los Oakland Raiders han ganado a los San Diego Chargers 13 partidos después. Hacía siete años, nada menos, que no se imponían a su rival divisional. Por eso, nadie merece más esta distinción semanal que la franquicia de Al Davis (y en el lado negativo, que la de San Diego). Curiosamente, la clasificación de la AFC Oeste presenta en estos momentos un aspecto desconocido. La lideran los Chiefs, a quienes también les ha cambiado la vida un poquito la vida(aunque todos lo esperábamos) tras su digna derrota en Indianápolis. Después hay un triple empate a 2-3, en el que los Chargers ocupan el último lugar porque según los criterios de desempate son los más perjudicados (han perdido los dos duelos divisionales que han disputado hasta el momento, en Oakland y Kansas City). ¿San Diego último de la AFC Oeste? ¿¡¿Pero esto qué es?!?

Exactamente lo mismo que a los Chargers les pasa a los Colts, que figuran en último lugar de la AFC Sur (lugar absolutamente desconocido para esta franquicia) por haber perdido sus dos duelos divisionales en Houston y Jacksonville. Eso sí, los Colts ayer volvieron a la senda de la victoria en su campo, aunque les costó más de lo habitual conseguir anotar un touchdown. Peyton Manning no está habituado a sufrir tanto para anotar. Casi terminan un partido sin anotación de seis puntos, algo que no les sucedía, como sabréis los que visteis el partido ayer por C+Deportes, desde el año 2003.

Otros que han cambiado bruscamente son los New York (aunque no son de New York, sino de New Jersey) Giants. Hace un par de jornadas estaban 1-2 tras caer estrepitosamente ante los Titans en New Meadowlands. Los dos últimos partidos los ganaron avasallando al rival. Si el lunes pasado conseguían 10 sacks ante los Bears, ayer limitaban a los Texans del todavía líder en yardas de carrera de la NFL a 24 tristes yardas.

Bueno, sería imperdonable que me olvidase de los Lions. ¿Alguno recuerda un partido en el que Detroit gana de paliza en los últimos años? Yo no, la verdad. Ayer pasaron por encima de los Rams, que en cuanto se alejan de St. Louis se convierten en un equipo muy flojo (este mal lo comparte la NFC Oeste al completo). Con un poquito (muy poquito) de suerte, los Lions podrían estar 3-2 luchando por ganar la NFC Norte. Bueno, todavía tienen posibilidades de terminar 12-4, ¿no?

El 1.º de su clase (lo mejor)

Me cuesta creer que tras la jornada de ayer haya aficionados más felices que los de los Buccaneers. Tras cuatro partidos disputados, su balance es de 3-1. Tienen un equipo jovencísimo que está consiguiendo victorias mucho antes de lo esperado. Josh Freeman tiene una pinta muy buena, y mira que yo no me lo creía, y sus "socios" receptores están haciendo un trabajo excepcional. Los Baby Bucs consiguen su segunda victoria fuera de Florida. Dicen que "Josh Freeman para Mike Williams" va a ser una de las frases más repetidas en la NFL los próximos años. No termino de creérmelo, pero a fuerza de victorias no me queda más remedio que convencerme.

Shaun Hill, el quarterback suplente que está siendo titular por la lesión de Stafford, personifica el éxito de los Lions. Ayer, Hill consiguió completar 21/32 pases, 227 yardas y 3 touchdowns. Ya me gustó mucho su actuación la semana pasada en Lambeau Field, a pesar de las intercepciones que concedió. Muy destacable también la actuación de Ndamukong Suh, número 2 del último draft, que se impuso en su duelo particular con el número 1, Sam Bradford. A continuación podéis ver su(h) espectacular intercepción y el cómico retorno.


En la NFC Norte, el otro equipo que protagoniza buenas noticias es Chicago. Quién lo iba a decir, en una división que se iban a disputar Green Bay y Minnesota. Un alto porcentaje del éxito de Chicago, y desde luego casi el 100% de la victoria de ayer, se debe a la vuelta de Matt Forté a su nivel de hace un par de años, en su temporada de novato. Ayer consiguió 166 yardas de carrera, que permitieron ganar el partido a Chicago a pesar del desastre del ataque aéreo (¿estas eran las señas de identidad de Mike Martz, no?). Los Bears están corriendo como se les supone por tradición. En el apartado defensivo, Julius Peppers, "Judas" Peppers para algunos aficionados de los Panthers, tuvo un retorno feliz en lo deportivo a Charlotte. Consiguió una intercepción y, como siempre, sembrar el pánico en el ataque rival. Su sueldo es obsceno, pero también su calidad.

Terminamos el paseo por la NFC Norte con uno de los jugadores que amargó el partido al otro equipo de esa división que jugó ayer: Brian Orakpo. Un peligro constante para Aaron Rodgers, al que infligió 2 sacks. Y de los que se salvó Rodgers. El novato Bulaga no podía con él, y tuvo que recurrir a más de un holding no señalado por los árbitros. Espectacular la defensa de los Redskins frente al pase de Green Bay, por mucho que dicho ataque estuviese seriamente diezmado, como comentaré más adelante.

Hace un par de jornadas fueron los de los Bears, la pasada los de los Patriots; esta les ha tocado a los equipos especiales de los Raiders. Decisivos para la victoria de Oakland. Dos punts taponados, uno para safety y el otro para touchdown. Si yo fuese entrenador de equipos especiales de los Chargers no estaría muy tranquilo. Aquí tenéis las dos jugadas:


Premio al que ha hecho bien las cosas puntualmente (lo regulero).

Si a principio de temporada me dicen que tras cinco jornadas los Saints habrían anotado menos puntos que los Lions, los Jaguars o los Raiders, habría pensado que eso solo se podía deber a una hecatombe, a una epidemia de lesiones, o a la aparición de una estrella desconocida en estos equipos. Pero no, no ha pasado nada de eso. Los Saints anotan 19,8 puntos por partido, por 25,2 de Detroit, 21,4 de Jacksonville o 22,2 de Oakland. Ayer la misma defensa que cayó aplastada en San Diego se impuso con rotundidad a Brees y sus chicos.

Hablando de San Diego, a pesar del excelente rendimiento de Philip Rivers (que lidera la NFL en yardas de pase), Antonio Gates (sobre este tío habría que escribir un artículo aparte, es increíble que un tío que no jugó al football en su etapa universitaria --era jugador de baloncesto-- sea el mejor tight end de la NFL) o Malcolm Floyd (213 yardas de recepción ayer), los Chargers han perdido más partidos de los que han ganado. Están 2-3 por cuarta temporada consecutiva (mierda, esto tenía que haberlo puesto en la sección Parménides). Regulero por definición.

También Houston tiene motivos para preocuparse. Lleva dos derrotas consecutivas en su estadio, ante Cowboys y Giants, que les hacen perder la ventaja que tenían al frente de la AFC Sur. Ayer su defensa apenas existió. En la primera mitad había concedido 24 puntos. Así es imposible ganar un partido. No estemos tan seguros de que este vaya a ser el año de Houston. Los Colts y los Titans vienen con fuerza.

En el apartado individual, una serie de jugadores que ven frustrados sus buenos partidos por derrotas: Terrell Owens y Ryan Fitzpatrick. El primero consiguió 102 yardas y 1 touchdown. Segunda gran actuación que no sirve para que los Bengals ganen su partido. Hillis continúa al gran nivel de los últimos partidos. En cuanto al quarterback de los Bills, completó un partidazo, que le da aire como titular en Buffalo: 20/30, 230 yardas, 3 touchdowns.

Apartado separado para Matt Cassel. No consiguió anotar ningún touchdown, y su 16/29 para 156 yardas no es para tirar cohetes. Ahora, cuánto cambiaría la cosa si Dwayne Bowe no deja caer los pases que tuvo en sus manos y con los que los Chiefs habrían anotado seis puntos.

Por cierto, ¿no os sorprendió ver las dos onside kicks con las que comenzaron sus partidos Kansas City y St. Louis? Ninguna de ellas tuvo éxito, y aunque es dudoso que hayan tenido algún impacto en el resultado final, son decisiones difíciles de entender. Tampoco dudo que si las jugadas se saldan con éxito para el equipo pateador estaríamos todos dando palmas, yo el primero. En el fondo, la onside kick que los Saints ejecutan en la Super Bowl no es muy diferente.

Premio en base al demérito (lo peor)

El equipo que sale peor parado de esta jornada son los Injury Bay Packers. El panorama es desolador. Es todavía muy pronto y pueden pasar muchas cosas de aquí a diciembre, pero la larga lista de lesiones no augura nada bueno. Lo peor de ayer no fue la derrota, sino el parte de guerra con el que se saldó el partido. No se puede tener peor suerte, y no lo digo por el field goal de Crosby con el que los Packers habrían ganado el partido (que dio en el palo y se fue fuera) sino por los lesionados. Tremendo. Aunque todavía no se conoce la gravedad de las lesiones, ayer tuvieron que abandonar el partido tres importantes jugadores ofensivos: el mejor receptor del equipo, el tight end Jermichael Finey, su (buen) suplente Donald Lee, e incluso Aaron Rodgers, que sufrió una conmoción en su último pase interceptado (no es excusa, pero por segunda prórroga consecutiva los Packers pierden tras un golpe helmet-to-helmet clamoroso a Rodgers que los árbitros no señalan --el anterior partido al que me refiero es el de wild card de la pasada temporada en Arizona--). De haber regresado el ataque de Green Bay al campo, Matt Flynn habría sido el quarterback. Si a eso le unimos las bajas de Ryan Grant, el running back titular, para toda la temporada, y la ausencia del offensive tackle Mark Tauscher, nos encontramos con un ataque bajo mínimos. Falta el corredor, el mejor receptor, su suplente, un jugador de línea, y (quizá) Rodgers, cuya ausencia el próximo domingo es muy probable. En defensa el panorama no es mucho mejor. Antes de comenzar el partido de ayer, eran baja por lesión los siguientes titulares: Al Harris (cornerback), Atari Bigby (safety), Morgan Burnett (safety), Nick Barnett (linebacker) y Brandon Chillar (linebacker). Burnett y Barnett probablemente serán baja para lo que queda de temporada. Nada más comenzar el partido, se lesiona el defensive end Ryan Pickett. A pesar de todo ello, la defensa de Green Bay se estaba comiendo a los Redskins, sobre todo gracias a esa bestia que es Clay Matthews. Pues bien, tras conseguir 1,5 sacks y agobiar incesantemente a McNabb, Matthews también se lesiona. Ahí se terminó el dominio de la defensa de los Packers, y los Redskins vieron la luz. Como digo, desolador panorama. A ver quién juega el próximo domingo contra unos descansados Dolphins. La temporada de Green Bay empieza a tener muy mala pinta. Dicho esto, hay que tener paciencia, porque como apuntaba antes, esto acaba de empezar y los Packers están 3-2. De aquí a diciembre puede pasar de todo.

En San Francisco no deben de estar mucho más contentos. 0-5 ya. Y a pesar de todo, creo que siguen teniendo muchas opciones de ganar su división y convertirse en el primer equipo en llegar a playoffs tras comenzar con cinco derrotas. Ayer se escucharon gritos de we want Carr! (el quarterback suplente) y se vio a Singletary dar un ultimátum a Alex Smith. Smith reaccionó, y consiguió tres touchdowns, insuficientes para completar la remontada ante Philadelphia (por cierto, ayer Kolb bien, ¿quién estará tocándole el culo al center Eagle la próxima jornada?). Bueno, pensaréis que en San Francisco no están para bromas. Su defensive tackle Isaac Sopoaga no parece tenerlo tan claro. Estad atentos a su presentación:


Otros equipos de capa caída son los Cincinnati Bengals y los Dallas Cowboys. Favoritos a todo antes de iniciarse la temporada, ya han perdido tres partidos. En el apardado individual, además, el premio a la peor actuación de la jornada tiene que ser para Carson Palmer. Se le acaba el crédito al quarterback de los Bengals. Ayer perdió el partido casi solito. Por lo menos fue el que dio opciones a Tampa Bay para poder disputarlo. A falta de 2:18 para terminar el partido, los Bengals ganaban por 7 puntos. En 3.ª y 13, deciden lanzar (bravo, Marvin Lewis), Talib intercepta y en el ataque posterior los Bucs empatan el partido. Quedaba poco tiempo, el suficiente para que los Bengals la cagasen de nuevo. Un nuevo pase de Palmer fue interceptado (el tercero del partido), esta vez por Sabby Piscitelli, y retornado hasta la 34 de Cincinatti. Los Bucs avanzaron hasta la 14 (tras espectacular recepción de Spurlock, también hay que decirlo) y se llevaron una increíble victoria.

Eso sí, por mucho que Palmer la cagase, que la cagó, ningún jugador es rival para Todd Collins, que va camino de batir todos los récords (negativos) que podamos imaginar. Que los Bears ganasen (y cómodamente) a su pesar es algo difícil de explicar. Tras un inolvidable primer medio partido en New Jersey en el que consiguió un rating de 8,1 (4/11, 36 yardas, 1 intercepción), ayer se superó. Tenía un partido completo para ello, y no lo desaprovechó: 6/16, 32 yardas y 4 intercepciones, para un passer rating final de 6,3. Brutal.

También ha sido una jornada complicada para Wade Phillips. No sé cuánto le durará la paciencia a Jerry Jones, que bastante ha tenido para que el bueno de Wade siga siendo el head coach de los Cowboys. Phillips agota el poco crédito que le queda con decisiones como su playcalling de ayer, en el que, parafraseando a Lombardi (pero al revés) se decantó por un Pass To Daylight (pasar hasta que salga el sol) de pésimo resultado. 46 intentos de pase, 21 carreras. Una victoria, tres derrotas. Dallas, apuesta bastante popular para conseguir el anillo en agosto, es último de la NFC Este.

Termino esta sección con un recuerdo para Dominique Rodgers-Cromartie, que cometió la misma gilipollez que Nate Clements la semana pasada. Esta vez terminó en touchdown, pero podría no haber sido así. Tras conseguir la intercepción que aseguraba el partido a favor de los Cardinals frente a los Saints, en vez de arrodillarse y asegurar la victoria, corrió para conseguir el touchdown. Una vez interceptado el pase de Brees, las escasas opciones de victoria de los Saints pasaban por que Rodgers-Cromartie no se arrodillase. No lo hizo, y su carrera no exenta de riesgo, ni mucho menos. ¿Qué adjetivo le viene mejor, egoísta o imbécil? Decidid vosotros. A mí estas tonterías me ponen enfermo. Así se vio desde la grada:


Qué bien que mañana es festivo. Podré ver un Monday Night entero en directo. Partidazo y con mucho morbo, además.

Actualización matutina del martes

El Monday Night no decepcionó. Fue un gran partido, como se esperaba. Tras una primera parte de dominio absoluto de la defensa de los Jets, que su ataque no pudo aprovechar para anotar de siete en siete (lo hicieron de tres en tres, 9-0 al descanso) el ataque de los Vikings reaccionó en la segunda mitad y estuvo muy cerca de empatar el partido. Interesante la estrategia defensiva de los Jets en tercer down y largo, que les costó dos touchdowns. Eran situaciones claras de pase. Normalmente, en esos casos se refuerza la cobertura de la secundaria con defensive backs adicionales (nickel y dime packages, que les llaman) y únicamente tres jugadores tratan de presionar al quarterback. Los blitzes son menos habituales. Pues bien, en 3.ª y 16 y en 3.ª y 18, los Jets decidieron ir a por Favre con todo. En ambas ocasiones, los Vikings anotaron un touchdown.

Ayer Favre batió un nuevo récord histórico: el de fumbles cometidos. Con los dos de anoche, ya es el jugador que más veces ha perdido la posesión del football en la historia de la NFL. ¿Cuántos partidos más tendrá que jugar para batir el récord de yardas de carrera? Bueno, en el lado positivo, con sus 3 touchdowns de pase, Favre acumula más de 500. Quién iba a decir hace unos años que su quingentésimo (500.º) touchdown lo iba a conseguir con unos cuernos en el casco y tras recepción de Randy Moss...

LT ha vuelto
En cuanto a los Jets, muchas noticias buenas. Van 4-1, su juego de carrera es probablemente el mejor de la liga (la resurrección de LaDainian Tomlinson tiene mucho que ver en esto), Santonio Holmes se incorpora para reforzar el pase y Cromartie va mejorando significativamente su rendimiento. Ya no comete tantas interferencias como al principio de temporada. Un equipazo, probablemente a estas alturas de competición el que mejor estado de forma presenta.

Por cierto, al final del partido se vio otra jugada imbécil. Con 1:30 por jugar, ventaja de 2 puntos para los Jets y habiendo agotado los Vikings sus tiempos muertos, Dwight Lowery intercepta a Favre (también líder histórico de la NFL en intercepciones). Si Lowery se arrodilla, el partido se termina y los Jets ganan. No lo hace. Corre hasta la end zone rival y anota el touchdown. Los Jets ganan por 9 puntos. Con esa jugada estúpida, concede a Minnesota una opción de ganar el partido. Tienen que anotar un touchdown y un field goal (lo que requiere ejecutar con éxito un onside kick). Muy difícil, sí, pero posible. Si Lowery se hubiese arrodillado, el partido habría terminado. Para darle una colleja.

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