En una jornada en la que tantos claman haber sido robados, y dado que entramos en la semana inglesa del football, ha de sonar Bankrobber, de The Clash.
Qué pude ver
Que el mejor partido de la jornada sea el Sunday Night es una gran putada. Siendo el partido que era, por mucho que me tuviese que levantar a las 8.30 para ir al curro, no me lo podía perder. Tendré más ojeras que un oso panda, pero el evento lo merecía. Intenté compensarlo con dos horas y media de siesta hasta las 7 de la tarde. Entonces, como ya es habitual, vi los partidos de Digital+ por la televisión y el resto de la jornada en el ordenador, con la pantalla partida en 4 en la sesión de las 7 (con el canal RedZone en uno de los cuadrantes y otros partidos igualados en los tres restantes) y en dos durante la sesión de las 10.15, aunque pronto puse el Seattle-Arizona a pantalla completa, ante la ausencia de emoción en la paliza de Oakland en Denver. Por cierto, ya veo que la mayoría está conforme con la política del Plus para los partidos de las 22.15 que comienzan con retraso.
El vomitorio
Semana de polémica arbitral en la NFL. Algunos dicen que los Stealers (redacción intencionada) ganaron a los Dolphins. La jugada polémica, la más comentada de la jornada, el touchdown anulado a Roethlisberger, en el que este pierde el balón antes de llegar a la end zone. Ningún árbitro, ni con vídeo de por medio, pudo determinar si la posesión la recuperan los Dolphins o los Steelers. Ante la duda, se mantiene a Pittsburgh en posesión del balón y estos anotan el field goal de la victoria. Aquí tenéis la jugada:
Transcribo lo que dice el árbitro tras revisar el vídeo: "After review it has been determined that prior to the ball crossing the goal line, the runner did lose possession of the ball. However, by rule in replay, two aspects of this play must be available to be viewed. Not only did we have to view the fumble being a fumble, we also have to have clear evidence of the team recovering the ball. After review, we do not have clear evidence of the defense recovering the fumble, therefore Pittsburgh will have the ball, fourth and goal at the half-yard line. Miami will not be charged with a timeout and the clock will start on the ready for play". El quid de la cuestión es que no saben quién tiene el balón tras el fumble. Al haber concedido en principio el touchdown, los árbitros ni se preocupan de ver quién tiene el balón en la montaña humana que se forma en la end zone. Grave negligencia arbitral. Todo indica que lo habían recuperado los Dolphins. El vídeo no lo prueba, pero mirad esta foto:
Parece que Miami recupera la posesión. El error no está en lo que dice el árbitro tras revisar el vídeo. Ahí toma la decisión correcta, porque no se ve quién consigue la posesión. El grave error lo cometen los árbitros al hacer caso omiso de lo que pasa en la end zone tras el fumble, como si no hubiese ninguna duda de que Roethlisberger había conseguido el touchdown. En ese momento, lo más prudente sería ver qué equipo se ha quedado con el balón, y después decidir si se da el touchdown. Para añadir más salsa a la cuestión, el árbitro que toma la decisión, Gene Steratore, es natural de Pittsburgh. La jugada de la semana, seguro que se seguirá comentando.
Aunque terminó costándoles a los Dolphins el partido, que no lloren tanto, que tuvieron tiempo suficiente para remontar el partido tras esa jugada (les valía con un field goal). Nadie sabe qué habría pasado si los Dolphins recuperan el balón. Por otro lado, la semana pasada se beneficiaron de errores arbitrales (en el drive en el que consiguen su último touchdown en Green Bay se benefician de una formación ilegal en punt más que dudosa y en la misma jugada del touchdown --esto no lo comenté la semana pasada, lo leí luego y es verdad-- hay un inellegible player downfield, un jugador de la línea que está haciendo un bloqueo por delante de la línea de scrimmage antes de que Fasano reciba el pase de Henne, por lo que el touchdown de Fasano no debió subir al marcador). No recuerdo tanto revuelo mediático la semana pasada.
Más polémica en el partido del morbo. Brad Childress, en un alarde de clase, dijo que fue el partido peor arbitrado que ha visto en su vida. Pobrecillo. Después de haberse arrastrado indignamente para que Favre volviese a enfundarse los cuernos (aunque a la que Favre quería plantárselos --los cuernos-- era a su esposa Deanna), ve cómo la solución a todos sus males lanza tres decisivas intercepciones por culpa de las cuales los Vikings pierden el partido. Pero volvamos a las quejas de Childress. "Chilly" se queja de dos jugadas en especial. La primera, uno de los tres touchdowns que se le anulan a los Vikings tras concedérseles inicialmente. Los otros dos TD anulados no admiten duda, ya que en ambos Harvin pisa claramente fuera del campo, pero en este creo que Minnesota tiene razón. Aquí tenéis la jugada (la calidad es pésima, pero no he encontrado nada mejor):
Cuánto juego está dando la regla que dice que el receptor debe conservar la posesión al caer. "If the ball touches the ground after the player secures control of it, it is a catch, provided that the player continues to maintain control". Pues yo lo que veo en la repetición es que Shiancoe cae con el balón controlado y mantiene el control una vez que este toca el suelo. Pase completo como una catedral. El árbitro dice que no, que Shiancoe utilizó el suelo para ayudarse a conseguir la recepción. Esta interpretación implica considerar que antes de que el balón toque el suelo el jugador vikingo no tiene todavía control del balón. Me parece un error terrible de los árbitros. Lo que tengo claro es que las imágenes no prueban de forma evidente que la decisión original (TD) fue errónea. El vídeo no prueba que Shiancoe se ayudase del suelo para controlar el balón.
Aparte de la anterior jugada, Childress se queja amargamente del facemask que le señalan a Phil Loadholt por agarrar el casco de Clay Matthews. Era el último drive del partido, Minnesota estaba en la 20 de Green Bay, y pasó a la 35. La explicación de Childress es tan ridícula como que se trataba de la primera penalización que señalaba el árbitro en todo el partido. Parece que el hecho de que fuese un facemask flagrante no importaba. Atención a la infantil explicación de Chilly: "The umpire standing on that side, they called a penalty. The guy hadn't called a penalty all night long and then I don't know if he got religion or what happened. But Bruce whatever his name is didn't make a fucking call all night long. Now we're going to get a face mask? I mean, come on now. Come on". Excusas de mal (aunque habitual) perdedor.
Que nadie se engañe: Minnesota no perdió ayer por culpa de los árbitros. Ni muchísimo menos. Quién sabe si esos 4 puntos de más con los que habría terminado la primera mitad habrían hecho que Minnesota se llevase el partido. Nadie sabe si en el posterior retorno y drive ofensivo los Packers habrían anotado siete puntos y, entonces, mejor les habría venido a los Vikings anotar el field goal. Todo esto es football ficción. También los Packers pueden quejarse de un primer down no concedido en una recepción de Jennings en el último cuarto que prácticamente aseguraba 3 puntos y quién sabe si 7. Pajas mentales, en cualquier caso. Cómo nos gusta dar por sentado que la variación de un acontecimiento en un partido no habría variado los posteriores. Caeteris paribus. Cambias una variable, el resto permanecen iguales. Eso puede sostenerse en un papel, pero la realidad es diferente.
Lo cierto es que Green Bay gana gracias a Brett Favre. Esto es un hecho. Gana gracias a que el 4 lanza tres intercepciones, una de ellas lamentable, retornada para touchdown por Desmond Bishop. Hasta el bobo de Childress (aposición, me refiero al propio Childress, no a otro bobo que pertenezca a Childress) señala a su quarterback como culpable de la derrota. Bueno, como cobarde que es, lo señala sin decir su nombre. Elegancia. Esto es lo que dijo el head coach vikingo: "It still goes back to taking care of the football. You can't throw it to them. They have to play within the confines of our system. You can't give seven points going the other way. Not in a game like this". Traducción: hay que cuidar el balón. No se le puede lanzar a los defensores y conceder siete puntos. Blanco y en botella. La semana que viene Minnesota viaja a Foxboro para jugar contra los Patriots. Partido complicadísimo. Si pierden los Vikings, la guillotina amenazará al entrenador que culpa al empedrado (cuyo despido, por otro lado, sería más que merecido).
Peperoni (la sorpresa)
¿Me estás diciendo que Mangini me va a ganar? |
Los Buffalo Bills estuvieron a punto de dar otro sorpresón en un campo hasta ahora virgen, el de los Baltimore Ravens, pero cayeron muy dignamente en la prórroga tras ir ganando por hasta 17 puntos de diferencia. Nueva victoria in extremis de los Ravens. Esta vez ante un equipo muy inferior. Qué bien les va a venir la semana de descanso que tienen ahora. Este equipo no termina de convencerme, y mira que Flacco ha mejorado últimamente (ayer 16/31, 250 yardas 3 TD). Los Bills también fueron muy agresivos, se la jugaron constantemente y al final terminaron perdiendo, pero también hay que elogiar su planteamiento tan valiente.
Premio Parménides de Elea (todo sigue igual)
Últimos minutos del último cuarto. Los Patriots ganan por menos de un touchdown de diferencia ante un equipo que viene remontando una amplia desventaja. Cuarto down y una yarda. ¿Os suena la historia? Belichick se la juega, ¿os suena? Los Patriots no consiguen el primer down, ¿os suena? La vida sigue igual. Así se vivió en el estadio:
Bueno, la vida no sigue exactamente igual. Esta vez New England tuvo mucha suerte. La patada de Kris Brown con la que San Diego habría empatado el partido da en el palo y se va fuera. ¿Kris Brown fallando un field goal decisivo? La vida sigue igual. Victoria de los Patriots, que se ponen 5-1, como los Jets. Cómo está la AFC Este. Así se vivió el field goal en el estadio (se enteraron de poco; ver el balón es como encontrar a Wally --Waldo en Estados Unidos--):
Premio Heráclito de Éfeso (la vida cambia)
Esta foto me recuerda a los comunistas nazis que salen en un capítulo de los Simpsons. |
Cuando se acercaba el final del partido en Lambeau Field, me temía mucho una nueva derrota por tres puntos en la última posesión del partido. Igual que en las tres derrotas anteriores de Green Bay. Estuvo a punto de ser así, pero Harvin pisó fuera de la end zone, los árbitros anularon el touchdown inicialmente concedido y los Packers se llevaron la victoria. Un cambio radical.
También esta vez la salida de Favre por el túnel de vestuarios de Lambeau Field fue diferente. No recibió el trato que solía. Transcribo lo que decía The Football Book de Sports Illustrated en su artículo dedicado a Favre (recomiendo --mucho-- este libro, plagado de fotos espectaculares y que podéis conseguir en Amazon UK por poco más de 16 libras; el libro es la rehostia, de verdad). Este texto es evidentemente anterior al fichaje de Favre por los Minnesota Vikings. Lo escribió Alan Shipnuck, y se titula An Iron Man And Everyman:
There is no happier place than Green Bay on a Sunday evening after the Packers have won. The beer tastes better, the girls are even prettier, and few seem to notice the bite in the air. In a town defined by its team, civic temperament can be quantified in a scoreboard. The epicenter of this game-day good cheer a few weeks ago, in the moment after the Packers had defeated Carolina, was adjacent to Lambeau Field, just across Holmgren Way, a block over from Lombardi Avenue: Brett Favre's Steakhouse, located at 1004 Brett Favre Pass. The restaurant is a 20,000-square-foot temple to the Packers' quarterback, and in this loud, lively gathering only one person was missing --the man for whom the restaurant and the street are named.
Traduciré el párrafo, aunque sea un pecado hacerlo, para quien no se maneje muy bien en inglés:
No existe ningún lugar más feliz que Green Bay en una tarde de domingo después de que los Packers hayan ganado. La cerveza sabe mejor, las chicas son aún más guapas, y pocos notan la rasca en el ambiente. En un pueblo que se define por su equipo, el temperamento de la ciudad se puede cuantificar en un marcador. El epicentro de esta alegría del día del partido hace unas semanas, estaba al lado de Lambeau Field, justo al otro lado del Paseo Holmgren, una manzana más allá de la avenida Lombardi: el restaurante Brett Favre, situado en el 1004 de Pase de Brett Favre. El restaurante es un templo de 20 000 metros cuadrados dedicado al quarterback de los Packers, y en este ruidoso encuentro festivo solo faltaba una persona --el hombre del que el restaurante y la calle toman su nombre.
Ese es solo el primer párrafo. Una nota a la tremenda foto que ilustra el artículo dice: "A GOD in Green Bay, Favre was worshipped as much for his human struggles as for his superhuman heroics while he was the leader of the Pack" (UN DIOS en Green Bay, Favre era adorado tanto por sus sufrimientos como persona, como por sus hazañas superhumanas cuando era el líder de the Pack).
Ayer el antiguo dios del norte de Wisconsin salió abucheado de Lambeau Field. La vida cambia, y mucho. Aquí podéis ver los últimos minutos del partido, incluído su último pase. A partir del minuto 2:30 podéis ver el momento de la salida. Un 4 abatido, derrotado, cascadísimo e increpado.
No puedo entender el intento de los periodistas de disfrazar la realidad. Por "periodistas" me refiero a las cámaras y a la realización de la NBC. A pesar de que Favre sale claramente abucheado (es obvio que el sentir mayoritario de la afición de Green Bay, entre los que me hallo, es de desprecio hacia el 4), la realización se esfuerza en buscar a los pocos aficionados que dedican aplausos o pancartas de agradecimiento a Favre. Qué cojones importa que todo dios esté abucheando e increpando al antiguo dios. Edulcoremos la realidad. Protejámosle, que vende mucho. A la mierda, hombre.
Ya es demasiado tarde, pero Favre debería haber reflexionado un poco (bastante) antes de haber dicho y hecho tantos desprecios, traiciones y faltas de respeto hacia su antigua afición. Es triste, muy triste, porque es posible que el de ayer fuese el último partido de la larguísima carrera de Favre. Mientras escribo estas líneas (qué pedante suena) me entero de que Childress informa de que Favre tiene dos fracturas en su tobillo. Que no necesita operarse, e incluso se especula sobre que pueda jugar el próximo domingo en New England. Si unimos esto a su lesión de hombro, y a las lesiones que puedan venir, no cabe descartar que el de ayer fuese su último partido en Green Bay.
Pero los abucheos muy merecidos. Sí, es una pena que después de dieciséis años al servicio de Green Bay tenga una despedida así. Aparte del dinero y de los récords, y para mí incluso con mayor importancia, lo que queda es el cariño y el respeto de tu afición (o aficiones). A Favre de eso apenas le queda. Su imagen en Green Bay y en Estados Unidos en general está por los suelos. Merecidamente, repito. Solo un milagro le puede salvar para lograr el anillo con los Vikings. Entonces sí tendría una retirada digna de su carrera (aunque, eso sí, se retiraría como leyenda vikinga, como el jugador que les llevó a su primer anillo). A ver quién le acompaña cuando le nombren miembro del Pro Football Hall Of Fame. Probablemente solo los periodistas que tanto echarán de menos sus historias.
Fin a la maldición de Favre, menudo peso se quita de encima Aaron Rodgers, que tampoco estuvo espectacular, pero mejor que el 4. Evidente, 12>4.
Dejando de lado lo sucedido en Lambeau Field, la vida cambió para Matt Moore y los Carolina Panthers. Estos ganaron su primer partido de la temporada, y aquel consiguió unos números espectaculares, muy diferentes de los que le llevaron a la suplencia a principio de temporada. Clausen no aprovechó su oportunidad, Moore volvió al mando del ataque de los Panthers y se lució con 28/41 308 yardas, 2 TD y 1 intercepción.
Alhambra (lo mejor)
Esta jornada es fácil otorgar este premio. Va para el equipo y el jugador que han batido e igualado, respectivamente, registros históricos: los Oakland Raiders y DeAngelo Hall.
Los Raiders aplastaron a los Broncos sin piedad en Mile High. No partían de favoritos en las apuestas, pero a los cinco minutos de partido ya ganaban por 21 puntos de diferencia. En menos de tres cuartos de partido ya habían batido su récord histórico de puntos. 59 puntos. Extraordinario, nunca mejor dicho. La figura de los Raiders fue Darren McFadden, que tuvo números propios del lugar en el que fue elegido en el draft: 165 yardas y 3 touchdowns. Oakland puede dar mucha guerra este año.
DeAngelo Hall igualó un récord que databa de 1943, de una época en la que un jugador podía jugar de quarterback, safety y punter a la vez, como comenta hoy Peter King. Ese hombre era Sammy Baugh. Había conseguido 4 intercepciones en un partido. Ayer Hall consiguió la misma hazaña gracias al amigo Cutler, al que algunos apodan Sandías, apodo más que merecido. No quitemos mérito a Hall, que "estaba ahí", como se suele decir cuando un delantero mete un gol a puerta vacía. Si no es por él, su equipo no gana. Su retorno para touchdown terminó siendo clave.
No tan espectaculares, aunque también dignos de mención en esta sección, los partidos de tres receptores: Roddy White (estadística espectacular: 11 recepciones, 201 yardas, 2TD), Kenny Britt (más espectacular: 225 yardas y 3 TD) y de un jugador del que de refilón y sólo para contar una gilipollez hablaba la semana pasada, el receptor de los Seattle Seahawks Mike Williams. Ya se habla de él como candidato a Comeback Player of the Year. Sus números no son tan extraordinarios como los de los dos anteriores jugadores, pero ayer fue esencial para la importante victoria de su equipo, que le permite empezar a creerse aspirante a jugar un partido de playoffs en casa: 11 recepciones, 87 yardas, 1 TD.
Bueno, y aunque me acuséis de barrer para casa, hay que destacar el papel de la línea ofensiva de Green Bay anoche. Ante bestias de la talla de Jared Allen, los Packers concedieron cero sacks. Además, frente un equipo contra el que es tan difícil correr, Brandon Jackson consiguió un partido decente. Mérito también de la línea.
En cuanto a la jugada de la semana, me quedo con el fake punt de los Browns. Los equipos con menos recursos de personal tienen que tirar de imaginación. Su vía para la victoria no puede ser la típica, tienen que hacer cosas diferentes, y muchas veces arriesgar más de la cuenta. Esta jugada es brutal. La jugada más larga del ataque de Cleveland en todo el partido (50 yardas más que la siguiente jugada más productiva), la carrera más larga del partido, la consiguió su punter, Reggie Hodges. Hodges se define en su twitter como "servant of Christ disguised as an NFL Punter for the Cleveland Browns". El sirviente de Cristo consiguió la jugada de la semana, atención al quiebro que le hace al (no) retornador del (no) punt, Lance Moore.
Ahora sí termino con la sección. Como tengo amigos de los Buccaneers que me recriminan si no hablo de ellos, os dejo la jugada con la que ganan el partido en el último suspiro, una gran jugada de Josh Freeman, que no pierde los nervios ante el acoso de varios defensores de St. Louis, y encuentra a Mike Williams en la end zone. Raheem Morris dijo que en estos momentos son el mejor equipo de la NFC. Todos sabemos que no se lo cree ni él, pero también es verdad que la NFC carece de dominador claro. Todos son más blandos que la mierda de pavo, como decían de Superñoño. Aquí tenéis el TD de TB tal y como se vio desde la grada:
Mixta (lo regulero)
¿Sabíais que Drew Brees, Brett Favre y Aaron Rodgers llevan, cada uno de ellos, más intercepciones en lo que va de temporada que en toda la temporada pasada? Parecía que este iba a ser de nuevo el año del pase, pero mira tú por dónde tres de las primeras espadas en ese apartado están cometiendo más errores que en toda la temporada pasada.
Siguiendo con el tema de la importancia del pase, y al hilo de lo que ya comentamos otras jornadas, esta semana los mejores pasadores en términos de yardas de pase han vuelto a ver cómo sus equipos perdían. Los cuatro primeros, Palmer (412 yardas), Fitzpatrick (374), Brees (356) y Rivers (336) fueron incapaces de llevar a sus equipos al triunfo. Por otro lado, cuatro de los cinco mejores corredores en yardas de carrera consiguieron la victoria: salvo el segundo, Adrian Peterson (131 yardas, dale las gracias a Favre), todos ganaron, McFadden (165 yardas), Torain (125), Thomas Jones (125) y Michael Turner (121).
Muchas veces hemos incluido en esta sección, en el apartado colectivo, a San Diego Chargers y Cincinnati Bengals. Premiémosles una vez más. Los Chargers perdieron un partido, el de ayer, que entra dentro de lo asumible, pero o ganan partidos de derrota asumible de aquí en adelante o no podrán remontar su mal inicio. Los Chiefs están 4-2, con tres derrotas menos, y me temo que en vista de cómo están los equipos en las demás divisones de la AFC, la única manera de que un equipo de la AFC Oeste se clasifique para los playoffs será como campeón de la división. Increíble, increíble, que el mejor equipo de la NFL en yardas de ataque y en yardas permitidas (es decir, los indicadores fundamentales del ataque y la defensa) esté 2-5. El mejor ataque y la mejor defensa. ¿Por qué? Por los equipos especiales y las pérdidas, como podéis ver en la sección que cierra este artículo.
Dígase casi lo mismo en el caso de los Bengals, aunque en su caso parece muy complicado que puedan remontar en su división hasta ganarla. Por delante de ellos tienen a Ravens y Steelers, que no aflojan mientras ellos pierden partidos de derrota más o menos asumible. Ayer lograron lo más difícil, remontar un partido que tenían perdido en Atlanta, pero acabaron cayendo. Salvo milagro, parece que T.O. ha perdido su última oportunidad para conseguir el ansiado anillo.
Cruzcampo (lo peor)
Como comentan en el Shutdown Corner, ayer twitter echaba humo con el Bears-Redskins. Todo el mundo comentaba la bazofia de partido que estaban disputando. Hablaban algunos del peor partido de la historia. ¿No decían que el Plus daba los mejores partidos de la jornada? (toma oportunismo) El de ayer, con toda probabilidad, será incorporado al diccionario en vídeo, para ilustrar la entrada correspondiente a la locución "cúmulo de despropósitos". Destacó, entre la pléyade de cagadas, la figura de Jay Cutler. Nadie duda de que a su línea ofensiva se le podría imputar en cualquier momento un delito de homicidio imprudente. En estos momentos ya llevan cometidos varios de lesiones imprudentes. Pero el bueno (?) de Sandías Cutler también tiene lo suyo. Inspirado por las actuaciones de su sustituto temporal, Todd Collins, Cutler lanzó cuatro intercepciones (todas a DeAngelo Hall) en un partido en el que Chicago perdió seis balones. Un partido de chiste.
Las alarmas se disparan en los New Orleans Saints. A la sorprendente derrota en Arizona ante un Max Hall que tan verde estaba que ya cedió de nuevo su lugar a Derek Anderson, le sucede otra no menos sorprendente ante los omnipotentes Cleveland Browns. Ya comentamos la actuación de Brees. Preocupante. Signos de desquicio por Louisiana. Con su kicker siempre en entredicho, con sus corredores titulares lesionados y con su entrenador reprochando a uno de ellos, a Pierre Thomas, que siga lesionado. Una cosa de locos. Que alguien le dé un chicle de los que le gustan a Sean Payton antes de que haya que encerrarlo.
Día triste también para Kevin Kolb. Reid ha anunciado que Vick será titular la semana que viene. Ayer Kolb, mal. 28/46, 231 yardas, 1 TD, 2 intercepciones y alguna más que le pudo caer de no ser por la pericia de sus receptores. Que conste que no me convence la decisión, pero Reid sabrá.
Termino con los internacionales. Llamo internacionales a los protagonistas de las International Series del domingo que viene. Broncos y 49ers llegan con un balance acumulado de 3-11. Lamentable. Los embajadores de la NFL en Europa no representan en estos momentos lo mejor de la competición. Y mira que hasta ayer los Broncos hicieron un papel más que digno, plantando cara a Colts y Jets en Denver y ganando en Tennessee. Su quarterback es el segundo de la NFL en yardas de pase, y Brandon Lloyd y Jabar Gaffney receptores revelación. Pero ayer sufrieron una de las mayores vergüenzas que se recuerdan. 59 puntos en tres cuartos. Toma ya.
Los otros internacionales, los 49ers, perdieron ante un equipo que había caído en todos sus partidos. Llegan a Londres 1-5, en estado de coma. Encima se lesionó el quarterback titular de San Francisco. Es duda para Londres. A pesar de que la lesión de Alex Smith es parecida a la que le hizo perderse la mayor parte de la temporada 2007, esta vez es en el brazo que no usa para lanzar. Posiblemente, un atractivo menos para las International Series (a mí Alex Smith me parece un buen jugador, desde luego peor de lo que debería por el lugar en el que se le eligió en el draft y viendo a quién eligieron después que él, pero un buen jugador al fin y al cabo). En fin. Que no cunda el pánico. Por lo menos, tendremos en principio un partido igualado y buenos jugadores en el campo (Kyle Orton, Brandon Lloyd y Jabari Gaffney por un lado; Frank Gore, Vernon Davis y Patrick Willis por otro). A mí no veáis cuánto me apetece, y lo digo totalmente en serio. Mañana o pasado (dependiendo del tiempo que tenga), atentos porque publicaré la guía definitiva para el evento, la guía ilustrada para las NFL International Series 2010. Información esencial para todo el que asista al partido en Wembley.
CaJugada estúpida de la semana
Semana a semana, algunos reputados profesionales del fútbol americano nos dan motivos para pensar que les falta un hervor (por decirlo suavemente, de manera más ruda podríamos decir que son imbéciles). Esta semana dos jugadores de los San Diego Chargers se llevan la palma. El primero es el receptor novato Richard Goodman, que suelta el balón antes de ser tocado en el suelo por los defensores contrarios. Ya resulta criticable su falta de picardía, porque tenía tiempo para ponerse de nuevo en pie y huir hacia adelante, pero regalar el balón a la defensa resulta imperdonable.
Además de esta jugada, los Chargers cometieron otra estupidez en un pase lateral (por lo menos no hacia delante) que el receptor, Jacob Hester, no atrapó. Como sabéis, siempre que el pase no sea hacia delante, el balón está vivo, y si el atacante no lo atrapa la defensa puede hacerse con la posesión. Por eso resulta sorprendente la falta de cuidado tanto de Rivers como de Jacob Hester en una jugada tan peligrosa, que resultó en fumble (sin que Hester fuera consciente de ello) y recuperación para New England. El defensor tuvo tiempo de tumbarse un ratito con el balón y, en vista de que no venía nadie a tocarle, avanzar unas cuantas yardas hasta la red zone de San Diego. Gracias a estas dos bobadas, y a que Kris Brown sigue tan acertado como la temporada pasada en los momentos calientes, los Chargers perdieron su quinto partido del año. Más que en toda la temporada pasada.
* * *
Esta noche, último tren para los Dallas Cowboys. Ni siquiera tengo claro de que estén a tiempo de remontar, pero en una NFC en la que no puedes poner la mano en el fuego por absolutamente ningún equipo, cualquier franquicia que coja una buena racha puede llegar a playoffs. El rival de los Chicos Vaca es el probablemente equipo más en forma de la NFC, aunque visto lo visto, quizá esta noche pongan su granito de arena en el fomento de la igualdad, ahora que se ha quedado sin ministerio.
* * *
Actualización matutina del martes. Cuando hablaba el otro día de maldiciones, se me olvidó la que consiste en que el equipo en cuyo estadio se disputa la Super Bowl, nunca llega a disputar ese partido. En ninguna de las 44 ediciones de la Super Bowl una franquicia la ha jugado en su estadio. La maldición está actuando con mano de hierro sobre los Dallas Cowboys. Lo peor que les pasó anoche no es perder. Es una pésima noticia, sí, porque con un balance de 1-5 hace falta un milagro para llegar a playoffs, aunque en una NFC tan igualada, que recuerda a la AFC del año pasado en la que los Titans a pesar de empezar 0-5 se quedaron a las puertas, todo es posible. Lo peor es que Tony Romo se rompió la clavícula y, dependiendo de lo cerca que la rotura esté del hombro, puede perderse lo que queda de temporada. Ahora el veterano Jon Kitna (38 tacos), antiguo jugador de los Barcelona Dragons, estará a los mandos del ataque vaquero. Vaya nochecita para los Chicos Vaca. En el otro lado, los Giants se confirman como lo mejor, o menos malo, de la NFC, con un Eli Manning capaz de lo mejor (4 TD) y de lo peor (3 intercepciones).
También esta vez la salida de Favre por el túnel de vestuarios de Lambeau Field fue diferente. No recibió el trato que solía. Transcribo lo que decía The Football Book de Sports Illustrated en su artículo dedicado a Favre (recomiendo --mucho-- este libro, plagado de fotos espectaculares y que podéis conseguir en Amazon UK por poco más de 16 libras; el libro es la rehostia, de verdad). Este texto es evidentemente anterior al fichaje de Favre por los Minnesota Vikings. Lo escribió Alan Shipnuck, y se titula An Iron Man And Everyman:
There is no happier place than Green Bay on a Sunday evening after the Packers have won. The beer tastes better, the girls are even prettier, and few seem to notice the bite in the air. In a town defined by its team, civic temperament can be quantified in a scoreboard. The epicenter of this game-day good cheer a few weeks ago, in the moment after the Packers had defeated Carolina, was adjacent to Lambeau Field, just across Holmgren Way, a block over from Lombardi Avenue: Brett Favre's Steakhouse, located at 1004 Brett Favre Pass. The restaurant is a 20,000-square-foot temple to the Packers' quarterback, and in this loud, lively gathering only one person was missing --the man for whom the restaurant and the street are named.
Traduciré el párrafo, aunque sea un pecado hacerlo, para quien no se maneje muy bien en inglés:
No existe ningún lugar más feliz que Green Bay en una tarde de domingo después de que los Packers hayan ganado. La cerveza sabe mejor, las chicas son aún más guapas, y pocos notan la rasca en el ambiente. En un pueblo que se define por su equipo, el temperamento de la ciudad se puede cuantificar en un marcador. El epicentro de esta alegría del día del partido hace unas semanas, estaba al lado de Lambeau Field, justo al otro lado del Paseo Holmgren, una manzana más allá de la avenida Lombardi: el restaurante Brett Favre, situado en el 1004 de Pase de Brett Favre. El restaurante es un templo de 20 000 metros cuadrados dedicado al quarterback de los Packers, y en este ruidoso encuentro festivo solo faltaba una persona --el hombre del que el restaurante y la calle toman su nombre.
Ese es solo el primer párrafo. Una nota a la tremenda foto que ilustra el artículo dice: "A GOD in Green Bay, Favre was worshipped as much for his human struggles as for his superhuman heroics while he was the leader of the Pack" (UN DIOS en Green Bay, Favre era adorado tanto por sus sufrimientos como persona, como por sus hazañas superhumanas cuando era el líder de the Pack).
Ayer el antiguo dios del norte de Wisconsin salió abucheado de Lambeau Field. La vida cambia, y mucho. Aquí podéis ver los últimos minutos del partido, incluído su último pase. A partir del minuto 2:30 podéis ver el momento de la salida. Un 4 abatido, derrotado, cascadísimo e increpado.
No puedo entender el intento de los periodistas de disfrazar la realidad. Por "periodistas" me refiero a las cámaras y a la realización de la NBC. A pesar de que Favre sale claramente abucheado (es obvio que el sentir mayoritario de la afición de Green Bay, entre los que me hallo, es de desprecio hacia el 4), la realización se esfuerza en buscar a los pocos aficionados que dedican aplausos o pancartas de agradecimiento a Favre. Qué cojones importa que todo dios esté abucheando e increpando al antiguo dios. Edulcoremos la realidad. Protejámosle, que vende mucho. A la mierda, hombre.
Ya es demasiado tarde, pero Favre debería haber reflexionado un poco (bastante) antes de haber dicho y hecho tantos desprecios, traiciones y faltas de respeto hacia su antigua afición. Es triste, muy triste, porque es posible que el de ayer fuese el último partido de la larguísima carrera de Favre. Mientras escribo estas líneas (qué pedante suena) me entero de que Childress informa de que Favre tiene dos fracturas en su tobillo. Que no necesita operarse, e incluso se especula sobre que pueda jugar el próximo domingo en New England. Si unimos esto a su lesión de hombro, y a las lesiones que puedan venir, no cabe descartar que el de ayer fuese su último partido en Green Bay.
Pero los abucheos muy merecidos. Sí, es una pena que después de dieciséis años al servicio de Green Bay tenga una despedida así. Aparte del dinero y de los récords, y para mí incluso con mayor importancia, lo que queda es el cariño y el respeto de tu afición (o aficiones). A Favre de eso apenas le queda. Su imagen en Green Bay y en Estados Unidos en general está por los suelos. Merecidamente, repito. Solo un milagro le puede salvar para lograr el anillo con los Vikings. Entonces sí tendría una retirada digna de su carrera (aunque, eso sí, se retiraría como leyenda vikinga, como el jugador que les llevó a su primer anillo). A ver quién le acompaña cuando le nombren miembro del Pro Football Hall Of Fame. Probablemente solo los periodistas que tanto echarán de menos sus historias.
Fin a la maldición de Favre, menudo peso se quita de encima Aaron Rodgers, que tampoco estuvo espectacular, pero mejor que el 4. Evidente, 12>4.
Dejando de lado lo sucedido en Lambeau Field, la vida cambió para Matt Moore y los Carolina Panthers. Estos ganaron su primer partido de la temporada, y aquel consiguió unos números espectaculares, muy diferentes de los que le llevaron a la suplencia a principio de temporada. Clausen no aprovechó su oportunidad, Moore volvió al mando del ataque de los Panthers y se lució con 28/41 308 yardas, 2 TD y 1 intercepción.
Alhambra (lo mejor)
Esta jornada es fácil otorgar este premio. Va para el equipo y el jugador que han batido e igualado, respectivamente, registros históricos: los Oakland Raiders y DeAngelo Hall.
Los Raiders aplastaron a los Broncos sin piedad en Mile High. No partían de favoritos en las apuestas, pero a los cinco minutos de partido ya ganaban por 21 puntos de diferencia. En menos de tres cuartos de partido ya habían batido su récord histórico de puntos. 59 puntos. Extraordinario, nunca mejor dicho. La figura de los Raiders fue Darren McFadden, que tuvo números propios del lugar en el que fue elegido en el draft: 165 yardas y 3 touchdowns. Oakland puede dar mucha guerra este año.
Hall, uno de los objetivos favoritos de Cutler. |
No tan espectaculares, aunque también dignos de mención en esta sección, los partidos de tres receptores: Roddy White (estadística espectacular: 11 recepciones, 201 yardas, 2TD), Kenny Britt (más espectacular: 225 yardas y 3 TD) y de un jugador del que de refilón y sólo para contar una gilipollez hablaba la semana pasada, el receptor de los Seattle Seahawks Mike Williams. Ya se habla de él como candidato a Comeback Player of the Year. Sus números no son tan extraordinarios como los de los dos anteriores jugadores, pero ayer fue esencial para la importante victoria de su equipo, que le permite empezar a creerse aspirante a jugar un partido de playoffs en casa: 11 recepciones, 87 yardas, 1 TD.
Bueno, y aunque me acuséis de barrer para casa, hay que destacar el papel de la línea ofensiva de Green Bay anoche. Ante bestias de la talla de Jared Allen, los Packers concedieron cero sacks. Además, frente un equipo contra el que es tan difícil correr, Brandon Jackson consiguió un partido decente. Mérito también de la línea.
En cuanto a la jugada de la semana, me quedo con el fake punt de los Browns. Los equipos con menos recursos de personal tienen que tirar de imaginación. Su vía para la victoria no puede ser la típica, tienen que hacer cosas diferentes, y muchas veces arriesgar más de la cuenta. Esta jugada es brutal. La jugada más larga del ataque de Cleveland en todo el partido (50 yardas más que la siguiente jugada más productiva), la carrera más larga del partido, la consiguió su punter, Reggie Hodges. Hodges se define en su twitter como "servant of Christ disguised as an NFL Punter for the Cleveland Browns". El sirviente de Cristo consiguió la jugada de la semana, atención al quiebro que le hace al (no) retornador del (no) punt, Lance Moore.
Ahora sí termino con la sección. Como tengo amigos de los Buccaneers que me recriminan si no hablo de ellos, os dejo la jugada con la que ganan el partido en el último suspiro, una gran jugada de Josh Freeman, que no pierde los nervios ante el acoso de varios defensores de St. Louis, y encuentra a Mike Williams en la end zone. Raheem Morris dijo que en estos momentos son el mejor equipo de la NFC. Todos sabemos que no se lo cree ni él, pero también es verdad que la NFC carece de dominador claro. Todos son más blandos que la mierda de pavo, como decían de Superñoño. Aquí tenéis el TD de TB tal y como se vio desde la grada:
Mixta (lo regulero)
¿Sabíais que Drew Brees, Brett Favre y Aaron Rodgers llevan, cada uno de ellos, más intercepciones en lo que va de temporada que en toda la temporada pasada? Parecía que este iba a ser de nuevo el año del pase, pero mira tú por dónde tres de las primeras espadas en ese apartado están cometiendo más errores que en toda la temporada pasada.
Siguiendo con el tema de la importancia del pase, y al hilo de lo que ya comentamos otras jornadas, esta semana los mejores pasadores en términos de yardas de pase han vuelto a ver cómo sus equipos perdían. Los cuatro primeros, Palmer (412 yardas), Fitzpatrick (374), Brees (356) y Rivers (336) fueron incapaces de llevar a sus equipos al triunfo. Por otro lado, cuatro de los cinco mejores corredores en yardas de carrera consiguieron la victoria: salvo el segundo, Adrian Peterson (131 yardas, dale las gracias a Favre), todos ganaron, McFadden (165 yardas), Torain (125), Thomas Jones (125) y Michael Turner (121).
Muchas veces hemos incluido en esta sección, en el apartado colectivo, a San Diego Chargers y Cincinnati Bengals. Premiémosles una vez más. Los Chargers perdieron un partido, el de ayer, que entra dentro de lo asumible, pero o ganan partidos de derrota asumible de aquí en adelante o no podrán remontar su mal inicio. Los Chiefs están 4-2, con tres derrotas menos, y me temo que en vista de cómo están los equipos en las demás divisones de la AFC, la única manera de que un equipo de la AFC Oeste se clasifique para los playoffs será como campeón de la división. Increíble, increíble, que el mejor equipo de la NFL en yardas de ataque y en yardas permitidas (es decir, los indicadores fundamentales del ataque y la defensa) esté 2-5. El mejor ataque y la mejor defensa. ¿Por qué? Por los equipos especiales y las pérdidas, como podéis ver en la sección que cierra este artículo.
Dígase casi lo mismo en el caso de los Bengals, aunque en su caso parece muy complicado que puedan remontar en su división hasta ganarla. Por delante de ellos tienen a Ravens y Steelers, que no aflojan mientras ellos pierden partidos de derrota más o menos asumible. Ayer lograron lo más difícil, remontar un partido que tenían perdido en Atlanta, pero acabaron cayendo. Salvo milagro, parece que T.O. ha perdido su última oportunidad para conseguir el ansiado anillo.
Cruzcampo (lo peor)
Como comentan en el Shutdown Corner, ayer twitter echaba humo con el Bears-Redskins. Todo el mundo comentaba la bazofia de partido que estaban disputando. Hablaban algunos del peor partido de la historia. ¿No decían que el Plus daba los mejores partidos de la jornada? (toma oportunismo) El de ayer, con toda probabilidad, será incorporado al diccionario en vídeo, para ilustrar la entrada correspondiente a la locución "cúmulo de despropósitos". Destacó, entre la pléyade de cagadas, la figura de Jay Cutler. Nadie duda de que a su línea ofensiva se le podría imputar en cualquier momento un delito de homicidio imprudente. En estos momentos ya llevan cometidos varios de lesiones imprudentes. Pero el bueno (?) de Sandías Cutler también tiene lo suyo. Inspirado por las actuaciones de su sustituto temporal, Todd Collins, Cutler lanzó cuatro intercepciones (todas a DeAngelo Hall) en un partido en el que Chicago perdió seis balones. Un partido de chiste.
Las alarmas se disparan en los New Orleans Saints. A la sorprendente derrota en Arizona ante un Max Hall que tan verde estaba que ya cedió de nuevo su lugar a Derek Anderson, le sucede otra no menos sorprendente ante los omnipotentes Cleveland Browns. Ya comentamos la actuación de Brees. Preocupante. Signos de desquicio por Louisiana. Con su kicker siempre en entredicho, con sus corredores titulares lesionados y con su entrenador reprochando a uno de ellos, a Pierre Thomas, que siga lesionado. Una cosa de locos. Que alguien le dé un chicle de los que le gustan a Sean Payton antes de que haya que encerrarlo.
Día triste también para Kevin Kolb. Reid ha anunciado que Vick será titular la semana que viene. Ayer Kolb, mal. 28/46, 231 yardas, 1 TD, 2 intercepciones y alguna más que le pudo caer de no ser por la pericia de sus receptores. Que conste que no me convence la decisión, pero Reid sabrá.
We want Carr!! gritaban en Candlestick Park. Ya lo tenéis. |
Los otros internacionales, los 49ers, perdieron ante un equipo que había caído en todos sus partidos. Llegan a Londres 1-5, en estado de coma. Encima se lesionó el quarterback titular de San Francisco. Es duda para Londres. A pesar de que la lesión de Alex Smith es parecida a la que le hizo perderse la mayor parte de la temporada 2007, esta vez es en el brazo que no usa para lanzar. Posiblemente, un atractivo menos para las International Series (a mí Alex Smith me parece un buen jugador, desde luego peor de lo que debería por el lugar en el que se le eligió en el draft y viendo a quién eligieron después que él, pero un buen jugador al fin y al cabo). En fin. Que no cunda el pánico. Por lo menos, tendremos en principio un partido igualado y buenos jugadores en el campo (Kyle Orton, Brandon Lloyd y Jabari Gaffney por un lado; Frank Gore, Vernon Davis y Patrick Willis por otro). A mí no veáis cuánto me apetece, y lo digo totalmente en serio. Mañana o pasado (dependiendo del tiempo que tenga), atentos porque publicaré la guía definitiva para el evento, la guía ilustrada para las NFL International Series 2010. Información esencial para todo el que asista al partido en Wembley.
Semana a semana, algunos reputados profesionales del fútbol americano nos dan motivos para pensar que les falta un hervor (por decirlo suavemente, de manera más ruda podríamos decir que son imbéciles). Esta semana dos jugadores de los San Diego Chargers se llevan la palma. El primero es el receptor novato Richard Goodman, que suelta el balón antes de ser tocado en el suelo por los defensores contrarios. Ya resulta criticable su falta de picardía, porque tenía tiempo para ponerse de nuevo en pie y huir hacia adelante, pero regalar el balón a la defensa resulta imperdonable.
Además de esta jugada, los Chargers cometieron otra estupidez en un pase lateral (por lo menos no hacia delante) que el receptor, Jacob Hester, no atrapó. Como sabéis, siempre que el pase no sea hacia delante, el balón está vivo, y si el atacante no lo atrapa la defensa puede hacerse con la posesión. Por eso resulta sorprendente la falta de cuidado tanto de Rivers como de Jacob Hester en una jugada tan peligrosa, que resultó en fumble (sin que Hester fuera consciente de ello) y recuperación para New England. El defensor tuvo tiempo de tumbarse un ratito con el balón y, en vista de que no venía nadie a tocarle, avanzar unas cuantas yardas hasta la red zone de San Diego. Gracias a estas dos bobadas, y a que Kris Brown sigue tan acertado como la temporada pasada en los momentos calientes, los Chargers perdieron su quinto partido del año. Más que en toda la temporada pasada.
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Esta noche, último tren para los Dallas Cowboys. Ni siquiera tengo claro de que estén a tiempo de remontar, pero en una NFC en la que no puedes poner la mano en el fuego por absolutamente ningún equipo, cualquier franquicia que coja una buena racha puede llegar a playoffs. El rival de los Chicos Vaca es el probablemente equipo más en forma de la NFC, aunque visto lo visto, quizá esta noche pongan su granito de arena en el fomento de la igualdad, ahora que se ha quedado sin ministerio.
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Actualización matutina del martes. Cuando hablaba el otro día de maldiciones, se me olvidó la que consiste en que el equipo en cuyo estadio se disputa la Super Bowl, nunca llega a disputar ese partido. En ninguna de las 44 ediciones de la Super Bowl una franquicia la ha jugado en su estadio. La maldición está actuando con mano de hierro sobre los Dallas Cowboys. Lo peor que les pasó anoche no es perder. Es una pésima noticia, sí, porque con un balance de 1-5 hace falta un milagro para llegar a playoffs, aunque en una NFC tan igualada, que recuerda a la AFC del año pasado en la que los Titans a pesar de empezar 0-5 se quedaron a las puertas, todo es posible. Lo peor es que Tony Romo se rompió la clavícula y, dependiendo de lo cerca que la rotura esté del hombro, puede perderse lo que queda de temporada. Ahora el veterano Jon Kitna (38 tacos), antiguo jugador de los Barcelona Dragons, estará a los mandos del ataque vaquero. Vaya nochecita para los Chicos Vaca. En el otro lado, los Giants se confirman como lo mejor, o menos malo, de la NFC, con un Eli Manning capaz de lo mejor (4 TD) y de lo peor (3 intercepciones).
Llámame simple pero me he descojonado con lo de Sandías Cutler.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo contigo en tu análisis del Packers-Cuernudos, Favre regaló el partido (pero sufrimos eh!) y la linia ofensiva de los packers hizo un gran partido, Chris Collinsworth llegó a decir que no había visto nunca jugar así a Clifton.
REspecto al otro partido que pude ver, el Chargers-Patriots, tengo que decir que me encantó el partido de los pats hasta el último cuarto (y es un equipo que me cae especialmente mal) manejando el reloj a su voluntad con drives largos y rematando en la redzone con eficacia. Lo comento porque ayer volví a sentir esa sensación de football en estado puro, del control del balón y del tiempo y aprovechando los errores (o regalos) rivales, hacía años que no veía por la tele un equipo dominando un partido así.
Por cierto, recomiendo ver el resumen de los Ravens-Bills, vaya bronca que mete a la defensa Lewis cuando perdían de 17. Y encima recupera el fumble decisivo a lo Madden Street arrancando el balón del rival. seguro que mientras le quitaba el balón gritó -Give me that!. Por algo lo llaman the man eater
en cuanto a lo de los "Stealers" no creo que pueda ser considerado robo, trampa o cosa parecida, los arbitros se apegaron al reglamento e hicieron lo que debían.
ResponderEliminarhace dos semanas, una situación de apego al reglamento les costó a los lions el TD que hubiera significado la victoria... esta semana simplemente el balon no rebotó en favor de los dolphins x)