Año nuevo, temporada regular vieja. Se acabó la temporada para veinte de las treinta y dos franquicias de la NFL. Veinte aficiones que deberán esperar, quién sabe hasta cuándo, para volver a ver a sus equipos. Solo doce, no necesariamente los mejores, sobreviven. Antes de la última jornada de la temporada regular quedaban por decidir tres de las doce plazas. Siete equipos se jugaban esas tres plazas. Además, quedaba por decidir el orden de calificación de algunos puestos en ambas conferencias. Veamos qué pasó tras esta última jornada. Mantenemos las denominaciones estudiantiles de cada uno de los apartados, con algún cambio menor. Este lunes ganamos al Baskonia, a pesar de que no queríamos, como prueba el 0/6 en tiros libres en los últimos 30 segundos.
En estos días de excesos alcohólicos escuchemos My slow descent into alcoholism, de los New Pornographers. Cuídense de esos excesos, por favor.
Qué pude ver. Tras la jornada más larga, la decimosexta (de jueves a martes), llegó la más corta, la decimoséptima (íntegramente en domingo). Primera jornada que sigo desde Coruña. Sí, queridos lectores, para envidia de muchos, este lunes es el primer día de mis dos semanas de vacaciones, que muy previsiblemente dedicaré a desaprovechar el tiempo haciendo el vago y bebiendo con los colegas. Aunque, por otro lado, y aunque desde un punto de vista moral resulta deleznable, qué mejor manera de aprovechar unos días de desconexión laboral. Tras asistir al (independientemente del injusto resultado) lamentable partido del Dépor en San Mamés, seguí la ronda de partidos de las 7 de la tarde por el NFL RedZone. En mi hogar coruñés no tengo Digital+, por lo que no pude seguir el Saints-Bucs por la tele. Sin embargo, como sí que hay Imagenio, que incluye Sportmanía, me apropié de la tele del salón para sufrir de 22.15 a 1.30 con mis Packers. El resto de la jornada la veía de reojo en el ordenador, a través del RedZone. Superado el sufrimiento y embargado por la alegría que supuso ver clasificado a mi equipo para los playoffs, me animé a trasnochar para presenciar el Seahawks-Rams. No mereció la pena acostarse a las 6 y perder toda la mañana por presenciar semejante bodrio. En cualquier caso, habría dedicado la mañana a hacer el vago, así que tampoco es tan grave.
Las hostias de Garcés (lo más comentado)
Siempre que termina la temporada regular, se abren tres temas recurrentes, que copan las páginas de todos los medios: el futuro de algunos de los head coaches que no llevaron a sus equipos a playoffs, el qué pasará en la postemporada y el futuro de algunas plantillas, con atención especial al draft siguiente.
Primer apartado: banquillos calientes (soy consciente de que no debería utilizar el símil futbolero, porque en la NFL no hay banquillos --aunque sí algunos asientos para que reposen jugadores exhaustos--, sino que suplentes y entrenadores están de pie en la banda; permítaseme esta licencia).
De los veinte equipos ya eliminados, los siguientes presentan dudas en cuanto a si el actual head coach seguirá siéndolo la próxima temporada:
- Miami: el decepcionante fin de temporada puede pasarle factura a Sparano;
- Oakland: para mi sorpresa, Tom Cable está en la cuerda floja; mal haría (de nuevo) Al Davis en despedirlo, justo ahora que los Raiders parecen sentar las bases de un equipo sólido;
- Dallas: igual que en el caso de Frazier en Minnesota, Jason Garrett ha mejorado sensiblemente el rendimiento de su equipo, aunque en este caso habría que decir que de los aspectos más criticados de la temporada de Wade Philips era el playcalling ofensivo, del que precisamente se ocupaba Garrett; y
- Cincinnati: su buen año pasado dio mucho crédito a Marvin Lewis; tanto, que pese al desastre de la presente temporada, ni siquiera es segura su marcha.
No presentan dudas en el sentido de que el actual entrenador no volverá las siguientes franquicias:
- Carolina: si Fox quería quedarse en Charlotte, pocos esfuerzos se le vieron hacer por ello;
- Denver: su nuevo entrenador, incógnita absoluta. Llega John Elway a los despachos. Lanzando pases era bueno; tomando decisiones, quién sabe;
- Tennessee: el mal fin de temporada y su incompatibilidad con Vince Young, ojito derecho del dueño de la franquicia, pueden suponer el fin de Jeff Fisher como entrenador de los Houston Oilers/Tennessee Oilers/Titans, tras dieciséis años en el puesto;
- San Francisco (tras el despido de Singletary, Jim Tonsula era un mero parche, aunque merece la pena que conozcáis su historia, narrada este lunes por Peter King); y
- Cleveland: Mangini acaba de ser despedido. Estuvo muy bien a mitad de temporada (memorables victorias frente a gallitos de la liga, especialmente la conseguida frente a los Patriots dándole una lección al mismísimo --y odiado-- Bill Belichick), pero su final fue pésimo. A Hannah Storm y Adam Schefter, de la ESPN, parece que no les ha sentado mal el despido. Al contrario, esta noche igual se emborrachan para celebrarlo:
Y sin duda volverán los entrenadores de estos equipos:
- Tampa Bay: comentaré esto con más detenimiento en un próximo artículo esta semana, pero de no ser por el temporadón de Belichick, Raheem Morris debería ser entrenador del año;
- New York Football Giants: aunque tras la implosión de final de temporada se especuló con la destitución de Coughlin, este domingo se confirmó su continuidad;
- Buffalo: bastante ha hecho Chan Gailey con la plantilla que tenía, pocos esperábamos que compitiese a ese nivel;
- San Diego: sí, Norv Turner será una temporada más head coach de San Diego;
- St. Louis: Spagnuolo ha pasado de 1-15 a 7-9, con un QB novato y con un equipo lastrado por las lesiones de sus escasos mejores jugadores;
- Detroit: excelente fin de temporada que da mucho crédito a Jim Schwartz;
- Houston: Kubiak, por sorprendente que parezca, también ha sido confirmado en su puesto;
- Minnesota: Leslie Frazer ha hecho un buen fin de temporada, que le ha valido la confirmación para la próxima temporada;
- Jacksonville: Del Rio estuvo en la cuerda floja, y tras el mal final de temporada había dudas sobre su vuelta; el propietario de la franquicia las ha despejado;
- Arizona: tras el vodevil del puesto de QB en Arizona, Wisenhunt ha desperdiciado las toneladas de credibilidad cosechadas en la era Warner; y
- Washington: dígase lo mismo, mutatis mutandis, que en el caso de Wisenhunt.
* * *
Segundo gran tema del día después al final de la regular season: el mes de competición que queda por delante. Packers, Colts y Seahawks se adjudicaron las tres plazas que quedaban por decidir. En ninguno de los casos la victoria estuvo exenta de sufrimiento. Así logró cada equipo su clasificación:
- Green Bay: los Packers comenzaron su partido sabiendo que si perdían estaban fuera, ya que Tampa había ganado en Nueva Orleáns. Bueno, eso de que lo sabían es relativo, porque según declaró Rodgers no tenían muy claro que eso fuera así. Nadie se lo dijo, algunos jugadores lo sabían, otros no. Mucha gente daba por hecho que la sexta plaza de la NFC era para los Packers. No deberían, porque durante gran parte del partido del domingo estuvieron fuera, y hasta el último drive de Chicago la clasificación de Green Bay estuvo en duda. Tanto Buccaneers como Giants hicieron lo que estaba en su mano (ganar) pero ninguno consiguió la ayuda que necesitaba. El partido de Lambeau lo dominaron las defensas. Quien gana la batalla en las trincheras, en la línea de scrimmage, parte con ventaja, como quedó probado ayer. Ambas defensas dominaron esa línea, sobre todo la de Green Bay, y así terminó el partido, con un tanteo muy bajo, 10-3.
- Indianapolis: solo una victoria de Jacksonville en Houston unida a una derrota de los Colts en casa frente a los Titans eliminaba al equipo de Peyton Manning. Los Jaguars estaban sin su quarterback y running back titulares, David Garrard y Maurice Jones-Drew. A pesar de estas bajas tan importantes los Jaguars plantaron cara a Houston, remontando diferencias importantes, pero finalmente acabaron cayendo. Fue un resumen de la temporada de los Jaguars: mal inicio, remontada, y derrota final. A los Colts también les costó mucho. Con la derrota de Jacksonville ya no necesitaban la victoria para conseguir la clasificación, pero sí para conseguir el tercer puesto de la conferencia en vez del cuarto. Eso implica jugar contra los Jets en vez de contra los Ravens. Y que aumenten las probabilidades de jugar la final de conferencia en su casa (para eso deberían caer los Patriots en Foxborough en la ronda divisional ante Chiefs o Ravens). El enésimo field goal ganador de Adam Vinatieri aseguró la victoria de Indianápolis, el enésimo campeonato de la AFC Sur, y el tercer puesto de la conferencia.
- Seattle: aunque jugaban en casa, casi nadie confiaba en una victoria de los Seahawks. Presentaban un balance de 6-9, y venían de una racha horrible, cosechando varias derrotas abultadas. Encima, Charlie Whitehurst era su quarterback titular. Un jugador que se tiró tres años sin jugar en San Diego, como suplente de Philip Rivers, y que lo poco que hizo este año no era prometedor, sino todo lo contrario. Enfrente, los Rams parecían bastante menos malos. Sam Bradford y Steven Jackson parecían suficientes para superar al contrario. St. Louis había sido un equipo más o menos decente. No ayer. En un partido horrible, los Seahawks fueron los menos horribles. Arriesgaron al principio con Whitehurst y les salió bien. Su defensa hizo el resto.
* * *
Tercer gran tema: el futuro de algunas plantillas y el próximo draft. ¿Quién será el próximo quarterback titular de Dolphins, Titans, Redskins, Vikings, Niners, Cardinals o Panthers? En cuanto a los tres últimos, parece bastante claro que uno que no está en estos momentos en su plantilla. Los cuatro primeros deben tomar una decisión sobre si Henne, Young, McNabb y Jackson les valen. No nos arriesgamos mucho si decimos que ninguno de los anteriores será titular el próximo año. Si no encuentran nada en el draft, algunas ideas: Kyle Orton, Kevin Kolb, y los propios Alex Smith, McNabb y Vince Young (en otros equipos, claro).
En cuanto al draft, ya se conoce el orden de elección de los veinte primeros, cuanto antes, peor ha quedado esta temporada (salvo cierto equipo que se mueve bastante bien en despachos y banquillos):
1. Carolina
2. Denver
3. Buffalo
4. Cincinnati
5. Arizona
6. Cleveland
7. San Francisco
8. Tennessee
9. Dallas
10. Washington
11. Houston
12. Minnesota
13. Detroit
14. St. Louis
15. Miami
16. Jacksonville
17. New England (elección traspasada desde Oakland)
18. San Diego
19. New York Giants
20. Tampa Bay
Ah, que no me olvido de la estrella mediática de la liga que menos ha hecho en su carrera profesional para recibir tal consideración. Kyle Orton finaliza la temporada como 4.º clasificado en yardas de pase por partido (solo por detrás de Rivers, P. Manning y Brees), sentado en el banquillo y viendo como el nuevo ídolo local, cuyo nombre se coreaba al concluir el partido, lograba un passer rating de 58,2 tras exhibir tan poca precisión en sus pases como acierto en sus carreras. Nada inesperado: peligroso corredor, mediocre pasador. Escuché ayer (no recuerdo si a algún comentarista del Plus o al de la CBS) que se le daba la oportunidad a Tebow porque con él los resultados eran mucho mejores. ¿Ah, sí? 1-2, y esa única victoria, in extremis, contra la peor defensa contra el pase de la NFL. Que siga el hype.
La deuda (la vida sigue igual)
Como siempre, los Oakland Raiders vencieron a su rival de división. Con su victoria en Arrowhead, Oakland termina la temporada con un balance de 6-0 en su división y se convierte en el primer equipo en la historia de la NFL en no clasificarse para playoffs habiendo vencido en todos sus duelos divisionales. Es, por cierto, la primera derrota de la temporada de los Chiefs en su estadio. Cuando toda la atención se centra en la clasificación de Seattle en detrimento de otros equipos con mejor balance en la NFC, no estaría mal reflexionar sobre si es más injusto que los Raiders se queden fuera tras barrer en la AFC Oeste. Porque lo que se persigue mediante la agrupación de las franquicias en ocho divisiones es que el mejor de cada división, esto es, el mejor de cuatro equipos determinados, obtenga plaza directa en playoffs. Y quienes defiendan que el mejor de entre Chiefs, Raiders, Chargers y Broncos son los Raiders tienen un punto de razón: Oakland venció a todos los demás.
Pero no todo son las batallas intradivisionales. Si fuera de esas luchas terminas 2-8, resulta muy complicado conseguir el campeonato de división. Los Raiders han sido como el Dr. Jeckyll y Mr. Hyde: temibles en su división, dóciles fuera de ella. Combinaron partidos memorables (como en Denver) con otros desastrosos (en Tennessee, por ejemplo). Darren McFadden parece unos días la reencarnación de Eric Dickerson y otros la de Michael Haddix. Con todo, por fin parece que las cosas pueden funcionar para la franquicia de Al Davis. Precisamente, en torno a la capacidad de este hombre para tomar decisiones acertadas surgen dudas en cuanto al futuro competitivo de la franquicia. A ver.
La pasada temporada, tras una temporada en la que había pasado desapercibido, surgió en la última jornada la figura de un pequeño receptor de los Patriots. Su nombre, Julian Edelman. Esta temporada, después de haber pasado desapercibido hasta ahora, Edelman vuelve a brillar en el último partido. Déjà vu.
Por cierto, una cosa que no ha cambiado con respecto a la temporada pasada: cierto equipo cerró su temporada en casa perdiendo contra Tampa. Todos sabemos cómo le fue en los pasados playoffs... Aunque, por otra parte, los seguidores de los Saints han de ser conscientes de que desde 2005 el vigente campeón de la Super Bowl no gana un partido de playoffs.
El pabellón del Estu (la vida cambia)
A la decimosexta fue la vencida. Mejor dicho, a la sexta fue la vencida. Los Tampa Bay Buccaneers vencieron a un equipo con récord ganador. No lo habían conseguido contra ninguno de los seis anteriores equipos a los que se enfrentaron cuando estos contaban con más victorias que derrotas. En otras ocasiones, como en sus dos partidos contra Atlanta, plantaron cara al rival, pero siempre se quedaban cortos. Por ponerle un pero a la victoria, los Saints sentaron a sus titulares en el último cuarto cuando recuperaron el balón en buena posición para empatar el partido. La victoria de Atlanta frente a Carolina les dejaba sin nada por lo que luchar. Comprensible, aunque contrasta con la loable y valiente actitud de otro equipo, que comentaremos más adelante. Aunque los Saints no se jugasen nada, el futuro de otros equipos podía variar en caso de derrota de Tampa. Por segundo fin de semana consecutivo, el rival de Tampa se dejó ir porque su partido le era irrelevante. Esto no quita, como digo, que antes, con los titulares de ambos equipos en el campo, los Bucs fueran mejores.
Primera victoria de la temporada contra rival de calidad. Y ya que estamos, os copio a continuación para meter las clasificaciones que prepara Cold, Hard, Football Facts considerando únicamente los partidos disputados por cada equipo contra rivales que en ese momento presentan un registro ganador. Aprovecho para sembrar un poquito de polémica: todos claman por que los Seahawks estén en playoffs y los Giants y los Buccaneers se queden fuera con más victorias. Pero fijaos en el siguiente cuadro, porque los Seahawks han conseguido más victorias contra equipos con récord ganador (dos) que Giants y Bucs (una cada uno).
Cuatro victorias consecutivas de los Detroit Lions. Eso sí que es un cambio. No lo recuerdan ni los más viejos del lugar. Con esas cuatro victorias, además, evitan el último puesto en la NFC Norte. Cuando apenas contaban con una o dos victorias en su casillero, ya comentábamos que los Lions eran mucho mejor equipo de lo que reflejaba la clasificación. Las seis victorias con las que terminan les hacen algo más de justicia, aunque sigo creyendo que merecen, por lo menos, una o dos más. Considerando únicamente los cinco últimos partidos, los Lions serían el segundo mejor equipo de la NFL, solo superado por los Patriots y empatados con Steelers, Falcons, Colts y Ravens. Unos equipos con los que hace mucho tiempo que los Lions no compartían nada en ninguna clasificación. Junto con los Bucs, y si las lesiones les permiten recuperar a Stafford, el equipo del futuro.
En el apartado individual, vamos a comentar únicamente un cambio, para bien. Aunque a principio de temporada las expectativas sobre su rendimiento eran muy altas, Ryan Mathews estaba jugando a un nivel mediocre (siendo generosos). Ayer se resarció y posiblemente con ello ganó el crédito necesario para que San Diego mantenga su apuesta por él. Con 120 yardas de carrera y 3 touchdowns despide la temporada. Su anterior tope en yardas de carrera en un partido era de 78, conseguidas en la primera jornada.
Lo fachas (a lo yanqui) que son en la Fox (la sorpresa)
La verdad es que en los Simpsons le echan un par. Atención a la leyenda del helicóptero en esta serie que se emite precisamente en la Fox:
Cuando hay tantos equipos que no se juegan nada, suelen producirse algunas sorpresas. Lo comentábamos la semana pasada con la victoria de Minnesota en Philadelphia. Sin embargo, creo que pocos resultados pueden resultar verdaderamente sorprendentes en la última jornada. Si acaso la victoria de Seattle ante St. Louis, aunque teniendo en cuenta que los Seahawks jugaban en su estadio tampoco creo que pueda considerarse tan imprevisible.
A falta de grandes sorpresas esta jornada, y aunque ya nos referiremos a ellos en un artículo aparte sobre los mejores y los peores de la temporada, no me resisto a comentar quiénes son los sorprendentes líderes de apartados estadísticos ofensivos tan relevantes como yardas de carrera y de recepción. Se trata de jugadores que, estando a su alcance, fueron rechazados de una u otra manera por todos los equipos de la NFL.
El primero de ellos vio como durante siete rondas del draft todos los equipos pasaban de él. Dos años después, lidera una de las clasificaciones individuales más importantes de la NFL. La más importante en una posición tan relevante como running back. Hablo, como habréis adivinado todos, de Arian Foster. La sorpresa es aún mayor si consideramos que Foster juega en el que la temporada pasada fue el vigésimo noveno equipo de la NFL en yardas de carrera, los Houston Texans. Decía a principios de septiembre, en vista de los jugadores que componían el backfield de los Texans, que no esperaba un cambio sustancial. No podía estar más equivocado.
El segundo de ellos es un jugador que en su día fue traspasado por los 49ers, despedido por los Redskins y no renovado por los Bears. Un tipo que nadie quería. Hablo de Brandon Lloyd, jugador que más yardas de recepción ha conseguido esta temporada con 1448. Eso sí, no se puede decir que Lloyd ande sobrado de educación y clase, aunque sí de sinceridad: cuando la semana pasada le preguntó la prensa si le gustaría decirles "os lo dije" a sus ex equipos, Lloyd replicó que no, que le gustaría decirles "jodeos" (literalmente, "fuck you").
Mención especial para el, hasta la pasada semana, líder en sacks de la NFL. DeMarcus Ware le arrebató el liderato esta semana gracias a los 3 sacks que consiguió frente a los desmotivados Philadelphia Eagles. Hablo de un jugador al que los Giants no consideraron lo suficientemente bueno como para hacerle un contrato en 2005, que se tuvo que buscar la vida durante dos temporadas en la liga canadiense, y que la pasada temporada llegó a la NFL. Ese jugador es Cameron Wake, de lo mejor de los Miami Dolphins en este triste año deportivo para los del sur de Florida.
La (D)emencia (lo mejor)
Inciso baloncestístico: si no lo habéis hecho, no imagináis lo que mola viajar con el Estu. Otros equipos apenas celebran los títulos, nosotros celebramos cualquier victoria como el mayor de los campeonatos. El año pasado fuimos a Granada. Ganamos, y para celebrarlo, todo el equipo se subió a la grada. Este vídeo inmortalizó ese momento. La hostia:
Los viejos (y maltrechos) rockeros nunca mueren. Hablamos, por supuesto, de Troy Polamalu y Ed Reed. El primero, y adelanto de nuevo algo que será objeto de artículo separado esta semana, es para mí el mejor jugador defensivo de la temporada. Es el jugador que más aporta a los Steelers, como prueban los resultados cuando él está y cuándo no. Si falta Roethlisberger el porcentaje de victorias no baja, pero si falta Polamalu se reduce ostensiblemente. Ninguna casualidad. Una pena su frágil salud. Muy necesaria la semana de descanso que tendrán los Steelers antes de la ronda divisional de playoffs. Ayer Polamalu volvió a conseguir interceptar un pase, el séptimo de la temporada, solo por detrás en el total de la NFL del sujeto del que hablamos a continuación.
Casi lo mismo que decimos para Polamalu vale para Ed Reed: veterano y excelente jugador proclive a las lesiones. Después de perderse las seis primeras jornadas por una lesión que incluso hacía que se especulase con su retirada, Reed termina la temporada como líder de la NFL en intercepciones. En 10 partidos, 8 picks. Aquí las tenéis todas, precedidas por el speech que les suelta a sus compañeros de los Miami Hurricanes en el descanso de un partido contra Florida State en 2001.
En el apartado ofensivo, los jugadores más destacados fueron Arian Foster, Joe McKnight y Josh Freeman. Del primero ya hablamos antes. Sus 180 yardas de carrera de este domingo le aseguraron el título de líder en yardas de carrera de la NFL. Completó su actuación con dos touchdowns. En cuanto al segundo, seguramente no tengáis ni idea sobre quién es ni en qué equipo juega. Es otro running back de los New York Jets. Como si no tuvieran suficiente con Tomlinson y Greene. Esta semana McKnight aprovechó su oportunidad consiguiendo 158 yardas de carrera. Visto lo visto, quizá el galardón deba recaer en la línea ofensiva de los Jets, que abre huecos a quien sea para que corra. Finalmente, Freeman completó otra gran actuación al completar 21 pases en 26 intentos, para 255 yardas y 2 touchdowns.
La jornada de ayer fue un tanto agridulce para los seguidores de los jóvenes Bucs. Tras su primera victoria de calidad del año, se termina la temporada. Para levantarles el ánimo, un par de apuntes: el primero, que tienen un equipo muy joven y con un potencial (para bien) desconocido, no sabemos dónde está su techo. El segundo, que el touchdown conseguido ayer en cuarto down por Mike Williams (qué gran año para llamarse así) es un espectáculo. Le echaron un buen par al jugársela de ese modo, y tuvieron éxito pese a que el receptor estaba bien cubierto por un defensive back. Jugadón:
El año que no bajamos (.com) (lo regulero)
Creo que es un concepto bastante sobrevalorado, pero los entrenadores suelen insistir en la importancia del momentum de cara al inicio de los playoffs. Podríamos traducir momentum como racha, inercia o tendencia positiva. Se suele defender que los equipos que llegan con el momentum activado tienen una mayor probabilidad de éxito al encarar la postemporada. Digo que soy escéptico porque, sin ir más lejos, los dos finalistas de la pasada Super Bowl terminaron la temporada regular pasada con dos y tres derrotas consecutivas. Todo un anticlímax. Y a mis Packers los eliminaron unos Cardinals que venían de . Por eso digo que prudencia con el momentum.
Desde ese punto de vista, los Kansas City Chiefs no encaran de la mejor manera posible su retorno a los playoffs. Cosecharon este domingo su primera derrota en Arrowhead de manos de los Raiders. Con ella, pierden el tercer puesto de la AFC, lo que les hace enfrentarse a los Ravens en vez de a los Jets. Ninguno de los dos equipos son muy asequibles, pero la defensa de Baltimore parece hecha a medida para neutralizar el ataque de los Chiefs (dicho esto, Kansas City pasa de 40, ya veréis). Una potente defensa contra la carrera, principal virtud del ataque de los Chiefs, y un Ed Reed que vuelve a sembrar el pánico entre los pasadores rivales a poco sano que esté. Matt Cassel venía completando un final de temporada casi perfecto pese a su apendicitis, hasta ayer. Ayer volvió a ser el que suscita dudas. 11/33, 115 yardas y 2 intercepciones. Todo el momentum que podían tener los Chiefs se ha esfumado.
Por cierto, y hablando de los Chiefs, Jamaal Charles debe de estar contento por ser el corredor con más yardas de carrera por intento de la temporada (6,38), y por unirse al selecto club de los que superan las 6 por carrera, pero algo frustrado debe de quedarse al comprobar que se queda a 0,02 yardas por intento de ser el mejor de la historia en este apartado. Ese récord es de un tal Jim Brown. Más fastidiado debe de quedarse al haber tenido el récord en su mano: a 7:55 para el final del partido de este domingo lo había superado, pero un intento de carrera en el que obtuvo una yarda negativa le costó la plusmarca. Enhorabuena y lo sentimos, Mr. Charles.
En cuanto al rival de Kansas City el próximo fin de semana, Baltimore, la de ayer fue su enésima victoria rácana de la temporada. 13-7 en casa a los tristes y desahuciados Bengals. En cualquier caso, los Ravens suelen afrontar los playoffs con un "perfil bajo", sin hacer demasiado ruido, y terminan llegando lejos. Una o dos rondas suelen superar todos los años. El pasado, llegaron a ronda divisional. Esta temporada, con un ataque teóricamente mejor, aunque todavía muy frío, pueden seguir dando grandes sustos a cualquiera. Recordemos que es el equipo que más cerca ha estado de vencer a los Patriots en su estadio. Solo Baltimore, Indianapolis y Green Bay llegaron con opciones hasta el final, pero los Ravens aguantaron hasta la prórroga. Y todos recordaréis cómo aplastaron a New England en su estadio en los pasados playoffs. Perfil bajo, pero seguro que Belichick no quiere ni verlos en enero.
Termino el apartado: muchas dudas me generan también los Packers. Si la temporada pasada el ataque siempre cumplía y era la defensa la que flojeaba en algunos partidos (y terminó por derrumbarse en el más importante) esta temporada la defensa nunca falla, y es el ataque el que alterna actuaciones excelentes (sin ir más lejos, la de la pasada semana) con malos partidos. A poco que hubiese funcionado el ataque de Green Bay en Detroit, en Washington o frente a Miami, los Packers serían el segundo cabeza de serie de la NFC. En New Meadowlands, Green Bay gana por 9-0 gracias al enorme partido de defensa y equipos especiales, y a pesar del ataque. Ayer, otra vez, el ataque estuvo a merced de la defensa de los Bears. Para llegar lejos en playoffs, y en primer lugar para ganar en Philadelphia, Green Bay necesita que el ataque esté a la altura.
Los traidores (lo peor)
No cuestiono la justicia de su clasificación para playoffs. Repito lo dicho: el sistema es el que es, conocido por todos desde hace años y las situaciones que puede ocasionar en la práctica han de contemplarse a priori, no valen los lloros a posteriori. Pero tampoco puedo dejar de otorgar a la NFC Oeste el galardón a lo peor de la semana. La división tiene el honor de consagrar al primer campeón de la historia con récord negativo. Seattle termina 7-9, superando a los Rams por los criterios de desempate.
El partido de este domingo fue la guinda al pésimo espectáculo perpetrado por su división. Un auténtico tostón. Sí, por lo menos hubo emoción, ya que aunque Seattle dominaba no se terminaba de despegar en el marcador. Pero qué auténtico coñazo. Qué inoperancia ofensiva. Dicho esto, también hay que felicitar a Pete Carroll por su perfecta planificación del partido. Lo convirtió en un bodrio, pero que le quiten lo bailao. Desactivó por completo al ataque de los Rams (Bradford y Jackson no estuvieron a la altura), los riesgos que corrió al inicio del partido le dieron resultado y su carrera, la peor de la liga, consiguió resultados decentes.
Por si la actuación de los equipos no fuese lo suficientemente mala, asistimos seguramente al peor arbitraje que he presenciado en todo el año. Hasta los árbitros se unen a la fiesta. No es habitual ver tantos errores arbitrales en la NFL, y en situaciones tan importantes. Con esto no pongo en duda la justa victoria de Seattle, que fue mejor y se hizo acreedor del resultado final, pero vaya día de los árbitros. Comenzando por el imperceptible holding que señalan cuando los Seahawks sufrían un sack en tercer down en el drive en el que, gracias a esta más que rigurosa penalización, terminarían anotando 7 puntos. Siguiendo, pero al revés, con la interferencia en el pase no pitada al defensor de los Rams cuando Mike Williams intentaba recibir un pase pegado a la end zone. Continuando por el tiempo muerto que les adjudicaron a los Seahawks sin que Pete Carroll lo pidiese (parece que el árbitro entendió que pedían tiempo muerto cuando le decían justamente lo contrario). Y terminando por el decisivo primer down que conceden en esta jugada con la que los Seahawks matan el partido. Los árbitros sitúan el balón, al final de la jugada, en la línea amarilla. ¿Creéis que realmente los Seahawks lograron avanzar hasta ahí antes de que el atacante esté down by contact?
Abandonamos el festival del despropósito que es la NFC Oeste para hablar de otras cuestiones. Concedemos el premio al peor equipo de la semana a los Miami Dolphins. Cierto que jugaban en Foxboro y que pese a que los Patriots no se jugaban nada, jugaron con sus titulares. Pero no se puede jugar con menos ganas y acierto. Si los jugadores estaban con Sparano, lo disimularon muy bien. Flaco favor al actual head coach y puntilla para Chad Henne. Miami se vio superado por todas partes: en ataque, en defensa, contra titulares y contra suplentes. Un año para olvidar.
También para olvidar el día de Kevin Kolb. Otro mal día para los que defendíamos su titularidad en detrimento de Michael Vick. Este domingo naufragó frente a la defensa de Dallas, y su equipo (plagado de suplentes, eso sí) cayó. 18/36, 162 yardas, 1 TD, 3 intercepciones. Su 37,0 de passer rating lo dice todo.
Decisión valiente de la semana
Ni estúpida ni inteligente. Esta semana comentamos una decisión valiente, y sin duda loable, por lo que supone para la salvaguarda del espíritu de la competición (ya, me ha quedado muy cursi, pero no sé cómo expresarlo de otra manera). Lovie Smith, antes de que los Eagles perdiesen el martes de la semana pasada ante los Vikings (con lo que, si Atlanta ganaba a Carolina, los Bears no se jugarían absolutamente nada en Lambeau Field), anunció que los Bears iban a jugar con sus titulares y a luchar por el partido. Muchos pensábamos en algún momento Smith terminaría por reservar a la mayoría de esos titulares, sobre todo a su quarterback, el peor protegido de toda la NFL, que se enfrentaba a una de las mejores defensas, híper motivada y sedienta de sangre. Sería una injusticia para Giants y Buccaneers (aunque estos últimos ya se aprovecharon de reservas de energías en sus dos últimos partidos), y en cierto modo podría alegarse que implica adulterar el resultado normal de la competición.
No fue así. Los Bears lucharon hasta el final como si les fuese la vida en ello, y pusieron en un serio aprieto a su mayor rival, los Green Bay Packers. Hicieron honor a la rivalidad que data de 1921, entre los dos equipos que más veces se han enfrentado en la historia del fútbol americano profesional.
Por cierto, y no me resisto a comentarlo, contrasta esta actitud, la más respetuosa con el espíritu de la competición, con la de los Saints al final de su partido del domingo contra Tampa, sentando a Drew Brees, o la de los Colts al final de la pasada temporada, sentando a Manning y dando vida a unos casi desahuciados Jets. Esta temporada la decisión de Sean Payton no ha tenido incidencia en la clasificación final; la pasada, la de Jim Caldwell propició la clasificación de los Jets a playoffs.
Entiendo que los entrenadores reserven a sus estrellas cuando sus equipos ya no se juegan nada. Seguramente en su lugar haría lo mismo. Perder a Brees o a Manning implica directamente la pérdida de toda opción al anillo para Saints o Colts. Sin embargo, debe halagarse la actitud de Lovie Smith, ya que, pese a que su equipo no se jugaba nada, en él descansaban las esperanzas de otros (Giants y Bucs) para llegar a playoffs.
Situación distinta es la del Patriots-Dolphins. Belichick decidió salir con todo a pesar de que ni su equipo, ni el contrario, ni ningún tercero se jugaba nada. En ese caso creo que lo correcto es dar descanso a tus jugadores clave. La temporada pasada Belichick no lo hizo y Wes Welker se lesionó gravemente frente a los Texans.
Cuadro de playoffs
Tras diecisiete semanas de competición, este es el resultado. La hora peninsular española la podéis calcular sumando 6 horas a la indicada en el siguiente cuadro. Supongo que todos los partidos se televisarán en directo por Digital+.
* * *
En breve Rudeza Necesaria otorgará sus premios a los jugadores y entrenadores más destacados en los apartados positivos y negativos de la competición. Permanezcan atentos a sus pantallas.
martes, 4 de enero de 2011
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Feliz año 555 y enhorabuena por la clasificación de tus Packers.
ResponderEliminarEn cuanto al tema (recurrente) del record de Tampa contra equipos ganadores.
Me parece muy bien la estadística que pones y desde luego puede dar información útil. Ahora bien, me parece un poco absurdo darle más mérito relativo a las victorias frente a los buenos equipos que demérito relativo a las derrota frente a los malos equipos.
Las victorias cuentan lo mismo y, de hecho, me parece más grave perder partidos que no se deben perder que ganar partidos que se pueden perder o ganar.
No sé qué resultado saldría al hacer la estadística contraria (record frente a equipos perdedores), pero también sería interesante conocerla. 555, deja de beber y vaguear con tus amigotes y ponte a ello!
Lo que sí me ha parecido curioso a simple vista son los equipos que han jugado contra 9 ó más equipos ganadores: Buffalo, Cleveland, Cincinnati, Detroit, Minesota y Carolina. Todos ellos con records muy muy negativos... Quizás también sea una buena muestra de lo relativo del "momentum": juegas contra equipos buenos, pierdes, entras en una racha negativa y de repente eres incapaz de ganar a nadie.
Saludos
Hace poco que me he aficionado a la NFL, viendo los partidos diferidos en Sportmanía. Encontré tu página por casualidad en el blog de la NFL del AS y creo que es de lo mejor que hay y no solo por la NFL, el post anterior explicando lo de las declinaciones en latín y hoy la historia del coach circustancial de los 49rs ha estado muy bien. Además soy abonado del Estu y estuve sufriendo ayer, menos mal que Oleson no la metió, se nos hubiera quedado una carita...
ResponderEliminarSi aceptas peticiones, creo que sería interesante para la gente que no sabemos mucho, hacer puntualizaciones sobre el reglamento y sobre tácticas. Por ejemplo la jugada del otro día de Manning, tirándose al suelo y no anotando, porque para cada down un equipo tiene una seríe de segundos (creo que 25 no?); bueno es sólo un ejemplo.
Disfruta de tus vacaciones.
Bueno, pues conmigo ya somos 3 los abonados del Estu que comentamos esta entrada. Al sinvergüenza del primer comentario: haz tú esa clasificación, este es mi blog y no tengo por qué hacer lo que tú me digas (es una coña entre nosotros, disculpad los demás). Un poco más en serio, es cierto que es más grave perder partidos contra equipos malos que hacerlo contra los buenos, pero es en esos partidos contra los buenos cuando se mide mejor la calidad de un equipo. En la NFL, donde no todos juegan contra todos, en ocasiones las clasificaciones pueden dar lugar a engaño: a veces un 9-7 tiene más mérito que un 11-5. No es lo mismo que tu división se cruce con la NFC Oeste (por ejemplo, la de Atlanta, Nueva Orleáns y Tampa, todos con muchas victorias) que con la AFC Este (por ejemplo, Chicago y Green Bay). En cualquier caso, lo que cuenta es la clasificación global, no pongo en duda el gran mérito de Tampa.
ResponderEliminarEn cuanto a Longinux, bienvenido y gracias por tu comentario. Lo tendré en cuenta para futuros artículos. La verdad es que resulta un poco complicado encontrar el equilibrio entre "nivel avanzado" y de "principiante" de las entradas. Intentaré ser un poco más didáctico en el futuro. Sobre la jugada de Manning de la pasada jornada, al tirarse al suelo antes de cruzar la "goal line" y superada la distancia requerida para disponer de un nuevo set de downs, los Colts podían agotar los 40 segundos de que disponen para poner el balón en juego (en ocasiones son 25, pero la norma general son 40). Con ello, el partido se terminaría sin dar oportunidad a Oakland de intentar remontar.
Saludos.
Grande, menos samba y más artículos prometidos...
ResponderEliminarSe esperan con paciencia...GRANDE