Bueno, pues eso, que seremos más puntuales que los Reyes Magos. En el día más señalado para regalar, y justo después del fin de la temporada regular, entregamos los premios a los mejores y a los peores de la regular season.
¿Harto de las putas Navidades? ¿Celebrando que por fin se terminan? ¿Qué os parece escuchar otro tema navideño? Rocanrolero, eso sí, y muy noventero. Lonely X-mas, de los Backyard Babies.
Vamos con los premios. No solo premiaremos a los mejores, sino también a los peores.
Mejor jugador (lo que por ahí llaman MVP)
Estuve pensando mucho sobre cómo denominar esta sección. Todos sabemos de lo que hablamos, pero a veces no pensamos si la denominación que solemos utilizar es la mejor. En la NFL lo llaman most valuable player, MVP, jugador más valioso. No creo que sea la denominación más adecuada, la verdad. ¿Qué es lo más valioso? ¿Cómo lo mides? ¿Equivale a lo más imprescindible? Supongo que estará muy relacionado con lo más imprescindible, pero no creo que sea lo que pretende premiar este galardón, aunque viendo que Peyton Manning es el jugador que más veces lo ha conseguido, quizá sí. Porque ningún jugador es tan imprescindible como el Manning bueno. Gregg Easterbrook, a la hora de otorgar su premio al jugador más valioso que no sea quarterback ni running back, solo considera a jugadores de equipos que se hayan clasificado para playoffs. Por cierto, el agraciado fue el center de los Patriots, Dan Koppen. Dice que solo puede ser más valioso quien haya creado algo de valor, y los que no llegan a la postemporada nada de valor han conseguido. No creo que sea razonable. También los equipos que ya están de vacaciones consiguen cosas de valor. Lo de que no sea QB ni RB dice que lo hace porque parece que solo se considere a estos jugadores para el MVP. En el 99% de las ocasiones se les da a estos jugadores. Dice que es porque los analistas solo atienden adonde esté el balón, y con eso se pierden el 90% del juego. Parte de razón tiene, la verdad. De hecho, echo de menos tomas más lejanas en las retransmisiones televisivas. Cuando ves el partido en el estadio, puedes apreciar mucho mejor los desmarques y marcajes sobre los receptores, algo que nunca se ve en la tele. Tomas más lejanas ya, por favor. Que cuando sale un pase del QB nunca sabes ni a quién va ni cómo va. Mucha emoción, sí, pero prefiero conocimiento.
Bueno, al lío. Que al final lo he llamado "mejor jugador" porque creo que de lo que hablamos es del tipo que mejor ha jugado a lo largo de la temporada. Y no diferencio entre ofensivos, defensivos o de equipos especiales. El mejor jugador ofensivo es el que aparece más alto de entre los que realicen esas funciones de los que aparecen a continuación, y lo mismo digo del defensivo.
1.º: Tom Brady (Patriots). Mejor jugador ofensivo.
Aquí no cabe ninguna duda. Brady es, de muy lejos, el mejor jugador de la temporada. No hay ningún argumento que pueda discutirlo. El número de victorias conseguidas por su equipo con él al mando (14, más que ninguno, lo que da idea del valor creado), su passer rating (111,0, el mayor de la NFL), su récord histórico de pases consecutivos sin intercepción, su récord histórico en cuanto a ratio de touchdowns por intercepción (9, una auténtica barbaridad, antes solo un jugador, el propio Brady, había conseguido un ratio superior a 6). Todo esto en un ataque relativamente inexperto, con mucho novato y poca estrella (Hernandez, Gronkowski, Green-Ellis, Woodhead, el retornado Branch...). A excepción de Wes Welker, compañía de perfil más bien bajo. También merece la pena citar otros récords, como el de partidos consecutivos de 30 o más puntos, que dan una idea sobre lo excepcional de la temporada de Brady. Merece la pena recordar también la bronca que les echó a sus compañeros de ataque en la banda de Heinz Field, cuando las cosas no funcionaban tan bien como deseaba el 12 de los Patriots. Ahí supimos que el Brady más peligroso, el hambriento, estaba de vuelta. La mejor temporada regular de uno de los mejores jugadores de la historia.
Por cierto, el otro día comentaban Zanoni y Molina que Vick estaba por delante en la votación sobre el MVP que se estaba realizando en el Facebook de los del Plus. No sé qué llevará a alguien a votar por Vick. En todo, salvo en yardas de carrera, es peor que Brady. La diferencia es demasiado grande como para obviarla. Si bien a mitad de temporada el voto por Vick tenía cierto sentido, ahora resulta indefendible. Brady, claramente, es el mejor.
Un vídeo que resume su temporada no regular, sino excelente.
2.º: Troy Polamalu (Steelers). Mejor jugador defensivo.
Pocos jugadores crean tanto valor para su equipo como Troy Polamalu. Pese a las lesiones que le siguen acompañando todas las semanas y que le llevaron a perderse dos partidos esta temporada y a jugar mermado durante casi todos, es el segundo jugador de la NFL con más intercepciones (7), solo por detrás de otro superhombre tendente a las lesiones como Ed Reed. Polamalu suele aparecer, además, cuando más se le necesita, y sus acciones son decisivas para la victoria. ¿Ejemplos? La intercepción en la primera jornada que permite a los Steelers llegar a la prórroga (y ganarla) frente a Atlanta o el fumble forzado frente a los Ravens en Baltimore para recuperar la posesión en el último cuarto (en el posterior drive anotarían el touchdown de la victoria). No olvidemos tampoco que fue la defensa la que sostuvo a los Steelers durante los cuatro primeros partidos de la temporada, en los que Big Ben estaba ausente por sanción. Polamalu era el líder de esa defensa.
La estadística muestra, además, que cuando está Polamalu en el campo el porcentaje de victorias de Pittsburgh es muy superior al que obtiene cuando está fuera. La baja de Big Ben no se nota tanto como la de Troy. Cuando más tiempo faltó el hombre del pelo del millón de dólares, la temporada pasada, los Steelers fueron incapaces de obtener victorias suficientes para llegar a playoffs.
Me quedo con sus intentos de placaje a lo Supermán, planeando por encima de los jugadores situados en la línea de scrimmage.
Figura por debajo de Brady porque, cuando ambos se enfrentaron en Heinz Field, el ataque de los Patriots comandado por Brady destrozó a los Steelers. En cualquier caso, mejor jugador defensivo de la temporada regular.
3.º: Michael Vick (Eagles)
Pese a que creo que su rendimiento ha estado muy por debajo del de Brady y que también ha sido inferior al de Polamalu, hay que reconocer que la temporada de Vick ha sido excelente. Si no llega a empeorar tanto durante los últimos partidos (también las lesiones han tenido que ver, aunque con ese estilo de juego es normal que lleguen), quién sabe si podría haber luchado por el MVP por Brady. Durante semanas fue el líder de la NFL en passer rating. Vick es un quarterback mucho más peligroso que en su etapa en Atlanta. Ahora no corre en cuanto ve que no tiene pase a las primeras de cambio. Ahora espera en el pocket a que los receptores completen sus rutas, con paciencia, y tiene una mejor lectura de esos desmarques. Una palabra para resumir lo que siento ante el hecho de que Vick sea el QB que se enfrente a los Packers el próximo domingo: miedo.
Para la historia quedará su exhibición en Monday Night frente a los Redskins.
Jugador menos valioso (less valuable player, LVP)
1.º: Randy Moss (Patriots/Vikings/Titans)
Ningún jugador ha hecho tan poco a tan alto coste como Randy Moss esta temporada. Los tres equipos en los que ha estado han conseguido mejores resultados sin él. Con él, Patriots, Vikings y Titans acumulan un balance de 5-11. La mayoría de esas victorias las consiguió en New England, que no se resintió, sino todo lo contrario, de la baja de Moss. En Minnesota, aunque su rendimiento en el campo no fue malo, su comportamiento en el vestuario ocasionó su salida. Y en Tennessee, un total de 6 recepciones, 80 yardas y 0 touchdowns en 8 partidos. Números más propios de un solo partido que de ocho. El año no podía ser peor para Moss. Ha desaprovechado quizás su última oportunidad de conseguir un anillo. Esta temporada, cuando los Patriots vuelven a ser una máquina de matar, su bocaza provoca su traspaso. Sí, es culpa suya. Después de las victorias, montaba escándalos en las salas de prensa. A Belichick se le agotó la paciencia con él. Luego, también a Childress. Y en Tennessee Fisher no le consintió ni la primera. Tratamiento de receptor suplente con sueldo de superestrella. El LVP de la temporada regular.
De lo poco bueno que hizo esta temporada, esta obra de arte:
2.º: Chad Ochocinco (Bengals)
Mucho ruido y pocas nueces. Eso resume la temporada de Chad Ochocinco. Los números no son pésimos, 67 recepciones, 831 yardas y 4 touchdowns en 14 partidos, pasando de las 100 yardas en solo dos de ellos. Pero el valor creado ha sido nulo. El balance de los Bengals en los partidos en que ha sido titular es de 2-11. Sin él, el juego de pase ha funcionado mejor. Jerome Simpson (quien, por otro lado, tiene un serio problema de fumbling) se ha revelado como una buena alternativa, con la que Carson Palmer ha funcionado mejor. Ochocinco, un no factor.
3.º: Brett Favre (Vikings)
Quizá merecía un lugar más alto en esta clasificación, el primer premio no sería injusto en absoluto. Ha hecho méritos más que sobrados para el LVP: condicionar y destrozar la temporada de los Vikings. Sus lamentables números lo dicen todo: 69,9 de passer rating, antepenúltimo entre los quarterbacks titulares de la NFL. Solo supera a Jimmy Clausen y a Derek Anderson. 11 pases de touchdown y 19 intercepciones en 13 partidos. Un desastre de temporada recompensado con un mínimo de 16 millones de dólares (podría cobrar hasta 4 millones más por incentivos, que no sé si habrá cumplido). Y encima sus Bears pierden en Green Bay, pobrecillo.
Mejor entrenador
1.º: Bill Belichick (Patriots)
No hace falta escribir mucho para justificar la elección del mejor entrenador como mejor entrenador. La plantilla de los Patriots no es la que cuenta con más estrellas ni la que cuenta con jugadores más experto. Al contrario, es una plantilla en la que abundan jugadores de perfil bajo e inexpertos, de los que Belichick saca rendimiento como nadie. Nadie quiso a Woodhead, nadie quiso a Green-Ellis, nadie contaba ya con Deion Branch. Ingredientes suficientes para que Belichick construya un equipo casi invencible. Curiosamente, solo su odiado Eric Mangini y Mike McCarthy sin Aaron Rodgers (y otros tantos) pueden presumir de haber ganado la batalla táctica a Belichick. A todos los demás los superó con holgura. Mejor entrenador, por mucho.
2.º: Raheem Morris (Buccaneers)
De no ser por la extraordinaria temporada de los Patriots de Belichick, en la que mucho ha tenido que ver su entrenador, Raheem Morris sería el entrenador del año. Conseguir 10 victorias con un equipo formado por jugadores tan jóvenes e inexpertos como estos Bucs tiene mucho mérito. El equipo de Morris se quedó a las puertas de los playoffs (con las mismas victorias que tres de los clasificados en la NFC y con más victorias que otro más) con la plantilla más joven de la NFL: 25,6 años de media. Un ejemplo de entrenador que consigue que el rendimiento del grupo sea superior al que resultaría de la suma de cada uno de sus individuos. Conseguir que Freeman (22 años), Blount (24 años, novato no drafteado) y Mike Williams (23 años, novato de cuarta ronda) lideren un ataque tan competitivo, tiene mucho mérito. Además, los Buccaneers han sufrido lesiones graves de jugadores importantes (como la de Aquib Talib), sin que la capacidad competitiva del equipo se haya visto afectada negativamente.
3.º: Mike McCarthy (Packers)
Este premio quizá debería ser para Dom Capers, coordinador defensivo de los Packers, en vez de a McCarthy. El próximo domingo, al menos 7 (probablemente 8) de los 11 titulares en defensa de Green Bay, que jugaron en ese mismo estadio en la primera jornada de la regular season, serán baja por lesión. Esa defensa, que perdió a más de la mitad de sus titulares por lesión, es la segunda de la NFL en puntos permitidos. Solo la Steel Curtain permitió menos. Únicamente Brady y Belichick consiguieron superarla (aunque 14 de los 31 puntos recibidos por Green Bay no se deben a la defensa: un pick six y el inolvidable retorno de Dan Connolly tienen la culpa). En el ataque también ha habido bajas sensibles: la de Ryan Grant dejó a Green Bay casi sin juego de carrera (aunque en este apartado McCarthy y Ted Thompson tienen la responsabilidad de no haber querido solucionar el problema, y en particular de no haber pujado por la incorporación de Marshawn Lynch), la de Jermichael Finley sin el principal receptor (y principal recurso en terceros downs, donde la eficacia de los Packers se ha reducido significativamente en comparación con la temporada pasada), y bajas en la línea ofensiva obligaron a recurrir al novato Bryan Bulaga, todavía muy verde para ser titular. A pesar de tantas ausencias, los Packers no dejaron de competir en un solo partido. Nunca llegaron sin opciones al último drive de cada partido. Todas las derrotas llegaron por 4 puntos o menos. Hasta en Foxboro, con la baja de Rodgers, Green Bay estuvo a la altura. Por saber superar bajas tan importantes, premio para McCarthy.
Peor entrenador
En los siguientes casos, el resultado del grupo ha sido inferior al de la suma de las individualidades. Los siguientes entrenadores no supieron sacar partido de los jugadores de que disponían.
1.º: Mike Singletary (49ers)
La plantilla de San Francisco era la mejor de la NFC Oeste. Con diferencia. Que los Niners llegasen a la última jornada sin opciones de clasificación en la división más barata de la historia, con la mejor plantilla de los cuatro equipos, es más que suficiente para otorgar el premio al peor entrenador de la temporada a Mike Singletary. Parece mentira que Singletary haya sido jugador profesional (y de elite, además, de entre los entrenadores en activo esta temporada, sin duda el mejor como jugador). Nunca supo cómo llevar a sus jugadores. Las discusiones en público con Alex y Troy Smith y los aspavientos de Vernon Davis en Green Bay reclamando más jugadas para él son pruebas de ello. Un absoluto desastre.
2.º: Marvin Lewis (Bengals)
Lewis se queda a las puertas del título gracias a que su vestuario era un avispero. La plantilla de los Bengals estaba infestada por grandes egos (T.Ocho) jugadores, digamos, emocionalmente inestables (Pacman Jones) y con diversos problemas con la justicia (hasta a Cedric Benson lo detuvieron este verano). Una plantilla muy difícl de llevar. Pero tan difícil de gobernar como plagada de talento. Con tanto talento, no se pueden quedar en solo 4 victorias. Esa plantilla no es para conseguir el segundo peor récord de la liga.
3.º: Ken Wisenhunt (Cardinals)
No meto aquí a McDaniels porque creo que la mala temporada de Denver se debe, fundamentalmente, a la sucesión de pésimas decisiones tomadas en los despachos para la confección de la plantilla. Eso lo discutimos en otro apartado. Damos la medalla de bronce a Wisenhunt por su pésima gestión de los recursos disponibles. Se deshizo de Leinart sin llegar a probarlo en un partido de verdad, retiró la confianza a Derek Anderson para dársela a Max Hall, un novato al que el desafío le venía muy grande, recuperó a Anderson (que lo hizo de pena) y terminó la temporada con John Skelton. No supo cómo explotar la principal virtud de ese ataque, sus receptores (especialmente Larry Fitzgerald) y su equipo solo pudo competir en contadas ocasiones, casi siempre gracias al oportunismo de su defensa. Un desastre. Un equipo que venía de la Super Bowl y de la ronda divisional de los playoffs, completamente destruido. Su entrenador tiene una cuota de responsabilidad importante.
Mejor ejecutivo
1.º: Nick Caserio (Patriots)
Caserio-Belichick, deberíamos decir. Los Patriots se deshicieron de dos jugadores que aportaban poco o nada, como Randy Moss y Lawrence Maroney, e incorporaron a gente con ganas y capacidad para hacerlo mejor que los anteriores por un salario muy inferior. A principio de temporada nadie conocía a Danny Woodhead y a BenJarvus Green-Ellis. Creíamos que Deion Branch ya no estaba para demasiados trotes. Y en las quinielas de pocos figuraban Aaron Hernandez y Rob Gronkowski como algunos de los mejores novatos de la temporada. Tampoco se equivocaron al elegir a Devin McCourty en primera ronda del draft. Un cúmulo de decisiones acertadas sitúan a New England con una plantilla relativamente joven, que está jugando mejor que todas y sin grandes egos que puedan alterar la paz del vestuario. Por si fuera poco, gracias a todas estas operaciones, los Patriots son el equipo con más elecciones en el próximo draft.
2.º: Scott Pioli (Chiefs)
Scott Pioli compartió con Bill Belichick las labores de selección de personal en New England de 2001 a 2008. El plan de construir unos Patriots bis en Kansas City ya ha comenzado a dar frutos. Esta temporada, el título de la AFC Oeste. Una división dura, con buenos equipos como San Diego y Oakland. Ya no se duda de que la incorporación de Matt Cassel, pese a su alto salario, fue un acierto. Si exceptuamos su último mal partido, desde octubre Cassel es el único QB con un ratio de touchdown por intercepción comparable al de Brady. Los novatos elegidos en el draft han dado muy buen rendimiento (Eric Berry, Dexter McCluster, Tony Moeaki y Javier Arenas han jugado un papel protagonista, para bien, en muchos partidos). La incorporación de Thomas Jones ha contribuido a construir el mejor juego de carrera de la liga.
3.º: Mark Dominic (Buccaneers)
Igual que reconocemos el mérito de Raheem Morris por sacar partido de sus jóvenes jugadores, hay que alabar a quien los elige. El responsable de personal de los Bucs es Mark Dominic. Sobre todo, por el buen ojo de contratar a Mike Williams y LeGarrette Blount. La elección de Gerald McCoy, aunque al principio no tuviese el impacto inmediato que se suele pedir a un número 3 del draft, empezó a dar resultados a final de temporada. Dominic es responsable de construir una de las plantillas con más futuro de la NFL, tercer premio para él.
Peor ejecutivo
1.º: Brian Xanders (Broncos)
Xanders y McDaniels protagonizaron las peores operaciones de la temporada. Ya lo comenté varias veces, pero recapitulamos: poco menos que regalan a Brandon Marshall, un receptor de elite, a los Dolphins; con un quarterback más que solvente como Orton en plantilla, adquieren a Brady Quinn (innecesario e inédito esta temporada) a cambio de una contraprestación que incluye a Peyton Hillis (uno de los corredores revelación de la temporada, que bien le habría venido a un equipo muy flojo en el juego de carrera); y como tenían pocos quarterbacks en plantilla, regalan varias elecciones en el draft para adquirir a Tim Tebow en primera ronda. Probablemente nadie habría escogido a Tebow tan pronto. Quién iba a decir que un equipo que tenía esa posición bien cubierta iba a pagar un precio tan alto por él. Por lo menos este fichaje, desde el punto de vista mediático, no les salió tan mal. El resultado final es una plantilla inferior a la de la temporada pasada, y un balance final de 4-12, último lugar en la NFC Oeste.
2.º: Rick Spielman (Vikings)
No sé quién tiene mayor cuota de responsabilidad en la revuelta de Favre, si Spielman o Childress. El caso es que Minnesota arriesgó toda la temporada a la carta de Favre. Por el camino, se crearon agravios comparativos con otros jugadores, qué no sé hasta qué punto habrán enmierdado el ambiente en el vestuario. La apuesta no pudo salir peor. Continuando la huida hacia adelante, adquirieron a Randy Moss, a quien acabaron despidiendo tras apenas 4 partidos. En términos netos, regalaron una tercera ronda a los Patriots. Los "planes B" tampoco funcionaron. Lo poco que pudo jugar, Tarvaris Jackson no pareció estar a la altura. Joe Webb, un receptor reconvertido a quarterback, completó un buen partido en Philadelphia, pero tampoco parece ser el QB franquicia que necesitan los Vikings.
3.º: Bruce Allen (Redskins)
La cara plantilla de los Redskins no dio los resultados esperados. Allen está aquí porque los Redskins se han comido a McNabb. Tampoco quiero ir de listillo, cuando lo adquirieron, me pareció una buena operación para Washington y mala para Philadelphia por reforzar a un rival directo de división. Pero Shanahan no ha sabido sacarle partido. Y tras el primer incidente público entre McNabb y Shanahan (cuando este sentó al QB durante los últimos minutos del partido en Detroit por considerar que no estaba en condiciones físicas suficientes para dirigir el equipo en situación de prisa), la gerencia de los Redskins responde renovando a McNabb con una mejora del salario. Empeoraron el error inicial. La temporada termina con McNabb como tercer QB en el depth chart oficial de los Redskins. A ver a quién le endiñan el muerto ahora. Entre este y Haynesworth, se prevé mucho trabajo de colocación de personal en las oficinas de la franquicia de los tres estados (con nombre en el DC, oficinas en Virginia y estadio en Maryland).
Mejor novato del año
1.º: LeGarrette Blount (Buccaneers). Mejor novato ofensivo.
El mejor novato de la temporada regular ni siquiera fue drafteado. Todos los equipos pasaron de él durante las siete rondas del draft. El incidente que protagonizó en su último año universitario pudo tener que ver. Después un mal partido contra los Boise State Broncos, el entonces corredor de Oregon respondió con un puñetazo a una provocación de un rival. Era el primer partido de la temporada, y Blount fue sancionado para lo que restaba de temporada. Tras pedir perdón públicamente, se le levantó su sanción y pudo disputar los cuatro últimos partidos de los Oregon Ducks. Tras el draft, Blount llegó a un principio de acuerdo con los 49ers, pero tras una conversación con Jeff Fisher se decantó por los Tennessee Titans. Fue cortado a principios de septiembre para hacer hueco a jugadores de otras posiciones. Si nadie lo hubiese reclamado, parece que se habría quedado en Tennessee. Pero los Bucs lo reclamaron, y el resto de la historia más o menos ya la conocéis.
Blount se convierte en el segundo novato no drafteado de la historia de la NFL en superar las 1000 yardas de carrera en su primera temporada. El anterior fue Dominic Rhodes, de los Colts, en 2001. En un año en el que parecían llegar corredores potentes, sobre todo C.J. Spiller y Ryan Mathews, Blount fue el mejor. Su mérito es mayor si tenemos en cuenta que la posición parecía bien cubierta con el veterano Cadillac Williams. Blount aprovechó sus oportunidades y con Williams forma un muy buen backfield en Tampa. Sus números, 1007 yardas de carrera en 13 partidos (7 como titular) con un promedio de 5,0 yardas por intento. ¿No creéis que está más que justificada su elección como mejor novato del año?
Como dicen en el título de este vídeo, LeGarrette Blount is a beast.
2.º: Ndamukong Suh (Lions). Mejor novato defensivo.
Hace no mucho tiempo, los quarterbacks rivales poco menos que celebraban tener que jugar contra los Lions. Se daban auténticos festines. Desde la llegada de Suh, las cosas han cambiado por completo. Ndamukong Suh siembra el pánico entre los pasadores rivales. En ocasiones se pasa un par de pueblos, pero tiene toda la pinta de que será un defensive lineman que marcará época en Detroit. Su buen rendimiento no es inesperado. Fue elegido como número 2 del draft, y muchos analistas lo consideraban como le mejor jugador de la promoción (no fue número 1 porque los Rams necesitaban un QB). Como novato, 10 sacks, 1 intercepción, 1 fumble forzado y gran capacidad de liderazgo. Eso sí, que no vuelva a chutar a palos, que no se le da del todo bien.
3.º: Rob Gronkowski (Patriots)
Admito que he tenido muchas dudas para este tercer lugar. Sam Bradford era otro candidato claro, y el propio Aaron Hernandez, compañero de posición y de equipo de Gronkowski, estaba entre los posibles. También pensé en Jacoby Ford, que rindió a un nivel muy alto en Oakland, destacando como retornador (3 TD consiguió de este modo). Pero me decanto, por su regularidad, por Rob Gronkowski. Ya, tener a Brady como socio ayuda mucho, pero el rendimiento de Gronkowski ha sido excepcional. Entre él y Hernandez han planteado problemas insolubles a las defensas rivales. Con 21 añitos, este animalito consiguió 10 touchdowns y 30 primeros downs, destacando especialmente en la segunda mitad de la temporada, donde consiguió 7 de sus TD.
Peor novato del año
1.º: C.J. Spiller (Bills)
La apuesta casi unánime para mejor novato ofensivo de la temporada fue un fiasco. Creíamos que sería uno de los pocos motivos para que los aficionados de Buffalo acudiesen a su estadio a ver a los Bills. El número 9 del draft termina su primer año con un total de 282 yardas de carrera, poco más de 20 por partido, ningún TD, y una absoluta decepción.
2.º: Jimmy Clausen (Panthers)
Sí, en su descargo hay que decir que el panorama en Carolina era desolador. Clausen se tuvo que comer un buen marrón al ponerse al mando del inoperante ataque de los Panthers, pero también es verdad que los resultados no pudieron ser peores. En sus 10 partidos como titular, completó 3 pases de touchdown y 9 intercepciones. Entre los titulares, tiene el peor passer rating de toda la liga. Es el único pasador titular que no llega a 60, se queda en 58,4. Los Panthers elegirán en el primer lugar del próximo draft. Buscaban un quarterback. En particular, deseaban a Andrew Luck. Pero Luck acaba de anunciar que se queda un año más en Stanford. Sabia decisión, los mejores años son los universitarios (bueno, no tienes pasta, pero cómo te lo pasas).
3.º: Ryan Mathews (Chargers)
Otro corredor decepcionante. El sucesor de L.T. en el backfield de San Diego salvó su decepcionante temporada en los últimos partidos (especialmente en el último), pero eso no evita que su año pueda considerarse como malo. Gracias a ese final maquilló sus mediocres números. El número 12 del draft acumula 678 yardas de carrera, 56,7 por partido, y 7 TD. No está mal si tenemos en cuenta que durante la primera mitad de la temporada, cuando los Chargers asumieron un lastre del que no se pudieron deshacer al final, Mathews promediaba 48,6 yardas por partido. Su final de año invita a pensar que puede ser un gran running back en el futuro, lo que no quita que este año haya rendido muy por debajo de lo esperado.
Mejor retorno (comeback player of the year)
En este premio y en el siguiente, como lo que miden son retornos a un estado de forma perdido (o nunca alcanzado), escribiré menos y pondré los números que justifican cada elección.
1.º: Michael Vick (Eagles)
Evidente elección. Tras su paso por la cárcel, juega a un nivel al que jamás había llegado. Los números hablan por sí solos.
2.º: E.J. Henderson (Vikings)
En este caso, el mero hecho de que Henderson haya vuelto a pisar un campo de football es ya todo un triunfo. Mirad cómo se destroza la pierna el 56 (sensibles absténganse).
Henderson ya venía de una reconstrucción de su rodilla. Y después le sucedió eso. Lo más probable era que se tuviera que retirar. Pues bien, no solo ha vuelto, sino que ha sido de lo mejor de la decepcionante defensa de los Vikings esta temporada. Sus números son muy buenos, y aunque no fue seleccionado, su elección para la Pro Bowl no habría resultado descabellada. Estas son las estadísticas del linebacker durante las tres últimas temporadas. Quién diría que entre 2009 y 2010 se destrozó la pierna.
3.º: Mike Williams (Seahawks)
El retorno a la elite de este jugador es bastante peculiar. Mike Williams fue elegido por los Detroit Lions en el 10.º lugar de la primera ronda del draft de 2005. Llegaba para ser una estrella. Pero se quedó en estrellado. Su pasado era controvertido: después de solo dos años en la universidad, quería jugar en la NFL. Entonces, una norma exigía que hubiesen transcurrido al menos tres años desde que un jugador hubiese abandonado el instituto para ser elegible en el draft. Sin embargo, un running back de Ohio State que ahora vaga por ligas menores, Maurice Clarett, había impugnado la norma. Quería presentarse al draft tras solo dos años en la universidad. En primera instancia le dieron la razón. Mike Williams, en vista del resultado del pleito, abandonó su universidad y comenzó los trámites para ser elegido en el draft. La jugada le salió mal: en segunda instancia, se estimó la apelación, por lo que el requisito de los 3 años recobraba vigencia. Y ni Williams ni Clarett podían volver a la universidad. Total, que se tiraron un año sin jugar. Esto no impidió que Mike Williams fuera elegido en un puesto muy alto del draft. Pero ya revelaba que al chico le faltaba bastante madurez. Su carrera en Detroit fue un fiasco. Fue traspasado a Oakland en 2007. Un nuevo fracaso, marcado por su última jugada como Raider: en 4.º down, cometió un drop en la end zone rival. Eso le costó el partido a los Raiders y a él su puesto de trabajo. Terminó la temporada en los Titans (precisamente los rivales de Oakland en aquel partido). Problemas de peso (literal y figuradamente) llevaron a su despido.
Tras dos temporadas retirado, Mike Williams ha visto la luz en Seattle. El talento que parecía tener empieza a dar resultados. Ahí tenéis su evolución. Y pese a lo larga que resulta su historia, solo tiene 27 años.
Mayor regresión (go-back player of the year)
1.º: Brett Favre (Vikings)
Los números lo dicen todo. No diré más, que tiene muchos acólitos y se me cabrean.
2.º: Chris Johnson (Titans)
Cuando se viene de un año tan brillante como el 2009 de C.J., si no completas un año muy bueno, la caída será importante. Johnson pasó de completar una de las mejores temporadas de la historia a escala individual de cualquier jugador, a una temporada en la que no es elegido ni para la Pro Bowl. Una regresión muy significativa. A los números, de nuevo, me remito.
3.º: Darrelle Revis (Jets)
Otro que venía de un nivel excelente. La temporada pasada creo que habría sido el más justo ganador del premio al mejor defensor, por encima de Charles Woodson. El auténtico shutdown corner. Esta temporada comenzó mal, declarándose en rebeldía de su contrato porque quería que se le equiparase con el otro cornerback estrella de la NFL, Nnamdi Asomugha. Llegó la paz, pero Revis no fue el de la temporada pasada, ni mucho menos. También ha tenido problemas de lesiones que han afectado a su rendimiento (en el TD de Moss que puse más arriba se lesionó, lo que le llevó a perderse varios partidos). Moraleja: menos gilipolleces, más trabajo.
Mejor partido
No, no he visto todos los partidos de esta temporada. Por eso me temo que este premio y el siguiente presentan la carencia de que no consideran todos los partidos que me perdí.
1.º: Saints 24 - Falcons 27, jornada 3.
Qué partidazo. Cómo olvidar los gritos que pegábamos en el salón de mi casa. No faltó nada: alternativas constantes en el marcador, big plays, pérdidas de balón, conversiones de 4.º down, prórroga y hasta un field goal fallado en la prórroga por Garret Hartley. Y en el field goal ganador de los Falcons, Sean Payton pide tiempo muerto antes de que se chute un primer intento que había sido bloqueado por los Saints. Enorme partido. Aquí tenéis el resumen:
2.º: Patriots 31- Packers 27, jornada 15.
Con la ausencia de Aaron Rodgers, nadie esperaba demasiada emoción en este partido. Los Patriots venían de aplastar a un rival detrás de otro, y los Packers venían de perder en Detroit. Si aun con Rodgers los Patriots serían claros favoritos, con Matt Flynn no había discusión. Previsible paliza. No fue así. Green Bay plantó cara a New England en el Gillete Stadium como pocos esta temporada (de hecho, Packers y Ravens son de los pocos que dieron la talla hasta el final), en un partido que también dejó grandes jugadas, entre ellas el inolvidable retorno del offensive lineman Dan Connolly. Todo un partidazo.
3.º: Falcons 20 - Packers 17, jornada 12.
Partido muy esperado entre los que entonces eran los equipos más en forma de la NFC. La NFL impidió que se televisase en España al no ofrecérselo a Digital+, y qué partido se perdieron sus abonados. Una vez más, no faltó de nada: igualdad en el marcador (cada vez que Atlanta anotaba, Green Bay respondía), big plays, pérdidas de balón (una de ellas en la misma goal line), muchas conversiones en 4.º down y final agónico (con el empate con TD en 4.º down de los Packers y el posterior retorno con facemask y field goal de Matt Bryant cuando el tiempo se agotaba). Hasta hubo polémica arbitral. El resumen, a continuación.
Peor partido
1.º: Seahawks 16 - Rams 6, jornada 17.
Qué suplicio de partido. Cuando trasnochas para verlo, aún más. Y eso que interés no le faltaba. En ese partido se decidía el campeón de la NFC Oeste. Un auténtico partido de playoffs. Y resultó en un partido de baja anotación, dominado por las defensas, y con despropósitos arbitrales constantes. Como fue una mierda, os ahorro el resumen.
2.º: Saints 14 - Vikings 9, jornada 1.
Tras 7 meses sin NFL, todos esperábamos con ansia el partido inaugural. Y era la revancha de la final de la NFC, nada menos. Teníamos unas expectativas tan altas, que el mediocre partido que disputaron Saints y Vikings nos supo aún peor. Un partido soso, aburrido, y que terminó con los Saints agotando el crono con sucesivas carreras de Pierre Thomas. Como tampoco merece la pena, no incluimos vídeo.
3.º: Jaguars 3 -Titans 30, jornada 6.
Para ser partido de prime time, el Monday Night de la jornada 6, en principio no parecía el choque más atractivo posible. Un ni fu ni fa. Pero si encima tienes la mala suerte de que se lesionen los dos quarterbacks titulares y que el partido resulte en un paseo de uno de los equipos (los Titans), el resultado es este bodrio en un desangelado estadio vacío. Un partido para olvidar.
Mejor jugada
1.º: El milagro de DeSean Jackson en New Meadowlands
Esta jugada terminó costándoles a los Giants la eliminación. En un partido que parecía totalmente controlado para los de New Jersey, que ganaban por 21 a falta de poco más de 7 minutos para el final, los Eagles consiguieron empatar en los últimos segundos. No solo eso, sino que consiguieron parar al ataque de los Giants y forzar el siguiente punt. El retorno más famoso de la temporada. Por su espectacularidad y trascendencia, mejor jugada de la temporada (aunque le sobraron las poco elegantes maneras de DeSean Jackson antes de entrar a la end zone, me refiero a cuando comienza a levantar el balón y cuando remolonea su entrada --no, no creo que esté buscando un marcador, porque en el fondo en el que anota también se indicaba el tiempo, más bien creo que está haciendo el gilipollas--).
2.º: El hail mary de Garrard a Thomas (vía Glover Quin)
Pocas veces vemos un hail mary exitoso. Es una jugada muy complicada de ejecutar. Primero, porque los pass rushers saben que va a suceder y hacen lo imposible para que el quarterback deba lanzar antes de que sus receptores puedan llegar a la end zone. Y después, porque aunque los receptores lleguen a la end zone, el tráfico por la zona es masivo: está plagada de defensive backs con el firme objetivo de impedir que nadie reciba el balón. Si, encima, el balón llega con cierta claridad a las manos del defensor, la jugada está muerta. Salvo que tengas la suerte que tuvieron los Jags en el final de su partido contra Houston.
3.º: El fake punt de los Browns en Nueva Orleáns
Hubo un momento durante la temporada en el que los Browns se disfrazaron de equipo competitivo. Conseguía victorias frente a rivales de la categoría de los Saints o los Patriots, utilizando jugadas de engaño que sorprendían a los rivales. Este fake punt fue tremendo. Protagonizado por un punter de 37 años.
Peor jugada
1.º: Nate Clements no se arrodilla
La elijo como peor jugada de la temporada no solo porque terminó costándoles el partido a los Niners, sino porque, probablemente, si Clements se hubiese arrodillado en el Georgia Dome San Francisco estaría preparándose para acoger un partido de wild card en Candlestick Park. La jugada tiene una parte digna de elogio, el esfuerzo de Roddy White por recuperar el balón, pero si Nate Clements hubiese actuado con un mínimo de diligencia White no habría tenido esa oportunidad. Si Clements se hubiese arrodillado, San Francisco habría conservado la posesión a 1:22 para el final del partido. Ya, podría haber pasado de todo, que los Falcons, a quienes les quedaban tiempos muertos, hubiesen parado el ataque y hubiesen conseguido anotar, pero se trata de algo altamente improbable. Lo que es seguro es que se habría consumido tiempo y tiempos muertos de Atlanta, que habrían casi finiquitado el partido. Lamentable decisión de Nate Clements.
2.º: El drop de Stevie Johnson
Repetimos muchas veces que nunca los equipos malos fueron tan buenos como esta temporada. Los Buffalo Bills eran un buen ejemplo de ello. Una mosca cojonera de primera categoría. Contra los Pittsburgh Steelers consiguieron forzar la prórroga, y estuvieron a punto de conseguir la victoria si Stevie Johnson no deja caer este pase tan sencillo.
La jugada, además, dio lugar a uno de los tweets más tristes y graciosos que he leído. Cómo olvidarlo:
I PRAISE YOU 24/7!!!!!! AND THIS HOW YOU DO ME!!!!! YOU EXPECT ME TO LEARN FROM THIS??? HOW???!!! ILL NEVER FORGET THIS!! EVER!!! THX THO.. (Traducción libre: "TE REZO SIN PARAR!!!!!! Y ESTO ES LO QUE ME HACES!!!!! ESPERAS QUE APRENDA DE ESTO??? CÓMO???!!! NUNCA OLVIDARÉ ESTO!! JAMÁS!!! GCS, D TODOS MODOS").
3.º: La peor intercepción del año
Comentábamos antes que durante unos partidos los Cleveland Browns se disfrazaron de equipo competitivo. También lo estaban siendo frente a los Jets. En la prórroga. En tercer down y largo, Mark Sanchez lanzó una sandía cerca de la end zone de Cleveland. Joe Haden interceptó el pase, en vez de desviarlo para que fuese incompleto. Una acción teóricamente positiva que terminó convirtiéndose en la tumba de los Browns para ese partido y tras la que no levantaron cabeza. La jugada, a fin de cuentas, resultó un punt perfecto. Los Browns no pudieron salir de las inmediaciones de su end zone y devolvieron el balón a los Jets en posición favorable para anotar. Lo consiguieron.
Con esto finaliza el reparto de premios, positivos y negativos. Si creéis que alguno de ellos es inmerecido, escucho vuestros argumentos. Feliz cuesta de enero a todos.
Solo una aclaración:
ResponderEliminarCuando se instaura (en los primeros países) el calendario gregoriano en 1582 ya "existía el concepto de cero", llevaba unos cuantos siglos por Europa (aunque "había nacido" bastantes siglos antes).
"No existía el concepto de cero" cuando los cristianos, en 607, empiezan a usar el nacimiento de Cristo como origen. Ahí es donde se comete el "error" de no introducir un año cero. Pero como la Iglesia suele ser bastante cabezona, al instaurar el calendario gregoriano siguió manteniendo el error a pesar del conocimiento del cero.
josem
Gracias por la aclaración, josem. Muy pertinente.
ResponderEliminarSaludos.
No se donde entraría, quizá en una sección nueva llamada "malas artes", pero la zancadilla de uno de los misters de los jets a un jugador de miami también ha sido sonada.
ResponderEliminaro el snap que falla washington contra los bucs para ganar el partido, se le escurre y cano no puede chutar el field goald.
Lo de no introducir un año cero no es nigún error. El error hubiera sido hacerlo. No tiene ningún sentido que haya año -1, luego año 0 y luego año 1. Los años no son momentos sino periodos de tiempo, lo que se tenía que haber hecho es que el teórico día del nacimiento fuese el primero del año en lugar del uno de enero. El año anterior sería el -1 y el posterior el 1, de tal forma que al comenzar el primero quedase exactamente un año hasta el evento de referencia y al terminar el segundo hubiera pasado exactamente un año desde el mismo.
ResponderEliminarNo tiene ningún sentido hablar de "año 0".
O acaso los meses tienen "día 0"??