miércoles, 29 de febrero de 2012

Nominaciones

No hablaremos del scouting combine. Para eso están otros. Que sí, que Andrew Luck y Robert Griffin III son unos portentos físicos que corren que te cagas, y el atraco que van a pegar los Rams por su elección en el segundo lugar de la primera ronda va a ser épico. No hablaremos ni de los que lo están haciendo bien ni de los que lo han hecho mal.


Tampoco de los fichajes, de si los Packers van a aplicar el franchise tag sobre Matt Flynn para luego traspasarlo o no. No creo que deban hacerlo, primero porque es demasiado arriesgado y segundo porque es trampa, puesto que va contra el espíritu del franchise tag, pero bueno. Tampoco comentaré el culebrón Manning.

Hablemos de nominaciones. Que últimamente se habla mucho de eso. Los Goya, los Óscar (¿u Oscars?)... Ninguna de las dos ceremonias realmente me interesa, aunque he de reconocer que esto me ha hecho bastante gracia:


Aprovechando que estamos en época de nominaciones, hablamos de eso. En el sentido de denominaciones. Porque supongo que sabéis que nominar significa también nombrar. Nos lo recuerda el Panhispánico de dudas de la RAE.

nominar. 1. Del latín nominare (‘dar nombre’ y ‘proponer o designar para una función o cargo’), proceden en español dos verbos: nombrar (→ nombrar), forma mayoritaria en todas las épocas del español, y el cultismo nominar, de uso más esporádico: «Muchas palabras de origen africano habían pasado a ser utilizadas por los amos, sobre todo las que nominaban aspectos de la industria azucarera» (Évora Orígenes [Cuba 1997]); «Reservaba al Estado el derecho a nominar el clero que ocuparía posiciones en la jerarquía eclesiástica» (Silvestrini/LSánchez Puerto Rico [P. Rico 1987]). En el español actual se ha revitalizado, por influjo del inglés, el uso de nominar, y hoy tiene también el sentido de ‘proponer o designar como candidato para algo’: «Ha sido nominado diez veces al premio de la Academia» (Expreso [Perú] 1.10.91).

2. Además del complemento directo, suele llevar un complemento predicativo: «¿No ha temido que lo nominen candidato a la Junta?» (Cambio 16 [Esp.] 26.3.90). Debe evitarse anteponer como a este complemento (→ como, 3b): «Lo nominó como candidato a diputado» (País [Esp.] 2.2.85); debió decirse Lo nominó candidato.


Hablemos de nominaciones deportivas. Y, en particular, de las footballísticas.

Qué mejor banda sonora para esta entrada que What's my name?, de los Clash.



Hoy en día, apenas se valora la correcta escritura. La ortografía. Los grandes medios de comunicación españoles la descuidan. A pesar de que la palabra es su instrumento de trabajo, demasiados periodistas son poco diestros en su manejo. Es frecuente leer meses y días de la semana con mayúscula inicial. ¡Joder, cómo no saben que miércoles no puede ser Miércoles (salvo que rija mayúscula inicial por otro motivo)! Estamos en febrero, no en Febrero. Y del año 2012, nunca 2.012. Ningún equipo puede cesar a su entrenador, en todo caso lo despide (esto no es ortografía, sino más bien sintaxis, porque ahí el problema es que cesar es intransitivo y muchos lo construyen como transitivo). El adverbio solo solo puede llevar tilde si resulta ambiguo su carácter de adverbio o adjetivo (y aún así se recomienda no usar la tilde), pero nuestros medios insisten en escribir la palabra con tilde siempre que sea adverbio (y aunque no exista ambigüedad). Eso es incorrecto. También lo es escribir tilde en pronombres demostrativos (v. gr. este) cuando no resulta ambiguo si son pronombres o determinantes. Y, creedme, es prácticamente imposible encontrar un caso de ambigüedad con demostrativos. Sin embargo, llueven tildes en pronombres demostrativos. Aprovecho para recordar que antes de la reciente reforma ortográfica tampoco se debía poner tilde en pronombres demostrativos si no existía ambigüedad, solo debía hacerse cuando era ambiguo. Por si querían utilizar esta excusa.

Joder, es que ni siquiera el fondo de los artículos de la prensa deportiva patria compensa los defectos de forma. Un pequeño recuerdo para un par de recientes detalles particularmente vergonzosos, uno de Marca y otro de As. Marca llegó a un acuerdo con la NBA para lanzar la web oficial de la NBA en España. NBA.es, que está bajo dominio de Marca. Pues bien, el nivel de esa sección ha batido nuevos récords de ineptitud. El blog Sobre la bocina, en especial. Parece redactado por un alumno de primaria, y estoy siendo generoso. ¿Que también soy cruel? Puede. Pero su autor se ha pegado un viaje a Orlando de puta madre para cubrir el All Star para Marca, mientras otros profesionales que saben de baloncesto y (además) saben escribir están en su casa sin curro. Muy triste. Para qué sirve el mérito y la capacidad.

En cuanto al As, lo de su director es para nota. Qué cara más dura. Ha dado la brasa durante años con el puto invento del Villarato (un producto solo apto para mentes podridas), del que se enorgullecía hasta el punto de sacar un vídeo explicando su genial ocurrencia. No os lo perdáis, patetismo del bueno:


Pero ahora Relaño dice que no, que se ha terminado. Pero Villar sigue siendo presidente de la Federación, eh. Sí, sí, que Villar sigue. El caso es que cuando el equipo que le gusta pierde es por culpa de una conspiración arbitral; cuando gana, se ha terminado esa conspiración arbitral. Bueno, no del todo. Estos días insinúa que ahora el equipo-que-no-debe-ser-nombrado se ve favorecido por la enemistad del actual presidente barcelonista con Villar. Y cita ejemplos de diversas competiciones futboleras supuestamente decididas por errores presuntamente intencionados de los árbitros (luego no son errores). Mira, Relaño, si crees que todas las competiciones deportivas futboleras están adulteradas, cierra tu puto chiringuito, joder. ¿¡Qué sentido tiene que hables de competiciones amañadas!? Si eres incapaz de comprender que arbitrar no es tan sencillo y que las equivocaciones son tales, déjalo. Déjalo ya, hostia, hazte un favor. Y si de paso te llevas al oligofrénico de Roncero, mejor. En el As hay mucha gente que escribe bien, cuya labor se ve manchada por el potente hedor que desprenden las columnas de Relaño y Roncero. Escindíos, por favor. Ya está bien. El Sport y El Mundo Deportivo son aún más hipócritas, incoherentes y tendenciosos que los anteriores. Dicho queda.

Aquí, en la medida de lo posible, intento cuidar el pequeño detalle sin importancia de escribir correctamente. Eso sí, yo no cobro por esto, a diferencia de los anteriores sujetos. Tampoco he estudiado Periodismo, pero me da que, por desgracia, licenciarse en esa disciplina ni mucho garantiza el dominio de la palabra por el licenciado. Un auténtico despropósito, porque lo primero que tienes que enseñar a un aprendiz es a utilizar su instrumento de trabajo, y de Periodismo se puede salir con buena nota y sin puta idea. En fin.

Cuando se habla de NFL resulta complicado escribir con corrección. Es complicado porque es imposible evitar los extranjerismos y neologismos y fijar criterios para administrarlos. La traducción tampoco funciona, porque los términos no están consolidados en español para estos usos. Me parece inevitable hablar de quarterbacks, sacks, tight ends, safeties, field goals, etc. Siempre en cursiva, porque son extranjerismos crudos. Sé que hay alternativas en español, pero no me gustan nada. Mariscales de campo, capturas, alas cerradas, profundos o goles de campo, respectivamente, me parecen términos extraños, artificiales y artificiosos. Gol de campo es un calco semántico bastante absurdo. También soy consciente de que en ocasiones utilizamos préstamos léxicos de dudosa validez en español como intercepción, que aunque no viene en el Diccionario de la lengua española (que, dicho sea de paso, no recoge todas las palabras existentes en español), sí se recoge en el Panhispánico de dudas. Es el duro peaje que tenemos que pagar por hablar de una disciplina extraña en España (es broma). En cualquier caso, se hace lo que se puede.

Después está el tema del nombre de los equipos. ¿Cómo debemos nominarlos? ¿Debemos adaptar sus nombres al español?

Veamos qué hace la prensa española con los equipos extranjeros futboleros, el caso más frecuente. Cuestión delicada. Porque a algunos les molesta que les cambien su nombre. Como a la S.D. Huesca. El F.C. Barcelona se refirió a él por el topónimo catalán de su ciudad, Osca, y esta fue la respuesta del club oscense:

COMUNICADO DE LA SD HUESCA

Carta remitida al Presidente del FC Barcelona y al Presidente de la LFP

La diversidad lingüística, cultural y geográfica enriquece un país. Compartimos el deseo por fomentarlos, conservarlos y difundirlos.

Sin embargo, consideramos que, como en todos los aspectos, llevados a un extremo, pueden incurrir, en ocasiones, en situaciones un tanto injustas, si me permiten el término y poco acordes al contexto real.

La SD Huesca ha cumplido recientemente cien años de historia, cien años vistiendo unos colores y portando un nombre como insignia, como identidad, como esencia al fin y al cabo.

Es por ello que ya hemos manifestado en alguna ocasión el deseo porque se respete nuestro nombre tal cual es.

Nuestra postura es totalmente favorable a la diversidad lingüística, es por ello, que cuidamos con detalle y especial atención la terminología a utilizar, para que esta sea siempre la adecuada.

Por lo que Girona Futbol Club, Centre D´Esports Sabadell o Gimnàstic de Tarragona, no imaginamos contemplarlos en castellano, aunque sea esta la lengua en la que nosotros nos expresamos y desconozcamos, desafortunadamente, el idioma catalán.

Soñemos por un momento con la posibilidad de que el Newcastle visitara nuestros estadios, lo anunciaríamos como el "Nuevo Castillo"? ¿Les parecería adecuada la medida al equipo inglés? o podrían llegar a pensar, que en un afán por proteger la diversidad lingüística, estamos incurriendo precisamente en lo contrario, en perjudicarla.

Como bien prodigan los acuerdos de juego limpio, debemos fomentar el respeto en el ámbito deportivo, principio que en la SD HUESCA tenemos muy presente, prueba de ello sirva el siguiente ejemplo;

En el último partido disputado en el estadio El Alcoraz frente al FC Barcelona B, el equipo visitante acudió con la equipación azulgrana y la negra, a sabiendas que la del equipo local era igualmente azulgrana. El árbitro a punto estuvo de suspender el partido.

La afición comenzaba a exaltarse y el Consejo de Administración oscense adoptó una postura conciliadora, cediendo, promulgando la colaboración, deportividad y recalcando que el juego debe estar por encima de pequeñas controversias o "malosentendidos". Así que explicó lo acontecido a su afición, prensa y público en general y vistió a su plantilla con la segunda equipación, toda de blanco, aun jugando como local.

A la LFP pertenecemos todos, y todos con nuestros nombres, el estandarte que al fin y al cabo portan nuestros jugadores. Por ello, solicitamos se respete dicha inscripción y se mantenga nuestro nombre, SD HUESCA, en todos los actos y comunicados que se lleven a cabo por parte de cualquier Club perteneciente a la LFP.

No existe ningún equipo en la Liga de Fútbol Profesional español que se denomine SD Osca.

El club tiene su punto de razón, no cabe duda. Sociedad Deportiva Huesca es un nombre propio, una denominación social, que no debe traducirse. Sin embargo, también es verdad que cuando el nombre de una entidad deportiva incluye el de su ciudad, solemos usar el topónimo español, por lo que mutatis mutandis el Barça estaría disculpado por usar el catalán.

El ejemplo al que alude el Huesca en su comunicado, de Nuevo Castillo por Newcastle, no es válido, puesto que en español no se usa ese nombre para referirnos a la ciudad de Newcastle. Sin embargo, cuando el nombre del equipo sí incluye topónimos con traducción española y uso generalizado, sí los usamos. Nadie habla del Porto, todos nos referimos a ese equipo como el Oporto. Todos nos referimos al equipo revelación de esta edición de la Liga de Campeones como el Basilea en vez de Basel, como se llama realmente. Igual que hablamos del Bayern de Munich (no München), Olympique de Marsella (no de Marseille), del Olympique de Lyon (no Lyonnais), del Brujas (no Brugge), del Copenhague (no København) o del CSKA de Moscú (no ЦСКА Москва). Traducimos siempre el nombre de la ciudad y respetamos el resto de la denominación. Bueno, no siempre, porque si os hablo del Crvena Zvezda igual no sabéis a qué equipo me refiero y si digo Estrella Roja sí.

Que tampoco es para cabrearse mucho. Eso sí, el equipo está en su perfecto derecho de pedir que se respete su nombre oficial y de que eso se cumpla. Faltaría más.

¿Y en la NFL? ¿Qué hacemos? ¿Traducimos ciudades (cuando exista traducción) y respetamos apodos? ¿Traducimos todo? ¿Nada? Yo soy partidario de no traducir nada y respetar la denominación original, íntegra, aunque admito que me surgen dudas con frecuencia. En particular, con los equipos con nombre de ciudad con correspondencia de uso común en español. Por ejemplo, Nueva Orleáns. Procuro alternar mis referencias a los equipos entre la ciudad y el apodo. Si en una frase hablo de los Packers, en la siguiente escribo Green Bay. Si primero digo Baltimore, luego digo Ravens. Pero cuando llega el turno de hablar de los Saints, ¿luego qué digo? ¿New Orleans o Nueva Orleáns? Uf, me cuesta. Lo mismo con los Colts (¿Indianápolis o Indianapolis?). En otros casos, descarto el español porque me suena demasiado forzado: los Eagles siempre serán Philadelphia y no Filadelfia (aunque la RAE me dice lo contrario) y los Patriots de New England en vez de Nueva Inglaterra. A Jets y Giants nunca los denomino New York o Nueva York a secas. Por dos motivos. El primero, que es un término equívoco, puesto que designa a dos equipos. El segundo, que ninguno de los dos es de Nueva York.

Complicada cuestión que genera a este autor unos cuantos quebraderos de cabeza. Bueno, no tanto, pero me da que pensar.

La alternativa de la traducción de ciudad y apodo me parece ridícula, sinceramente. Sí, sucede con el Estrella Roja, pero poco más. Hablar de los Potros de Indianápolis, de los Gigantes de Nueva York, de los Halcones Marinos de Seattle, de las Panteras de Carolina o de los Santos de Nueva Orleáns me resulta cómico. Poco serio. De coña marinera.

Capítulo aparte para los equipos de Oakland y Cleveland. No sé cuál de los dos es peor. A los Raiders se les denomina en algunos medios latinoamericanos como los Malosos. ¿¿Malosos?? Raiders, como correctamente señala la entrada de la Wikipedia en español dedicada al equipo de Oakland, significa "saqueadores, asaltantes o atracadores". Un raider, efectivamente, suele ser maloso, es una cualidad frecuente del raider, pero raider no significa maloso. Precisión, por favor. Si traducimos, que por lo menos la traducción sea adecuada. No transformemos una denominación intimidante en irrisoria.

Probablemente no tan ridícula, pero sí más imprecisa, es la nominación usada para la franquicia de Cleveland. Los Browns son para algunos hispanohablantes los Cafés. A ver. Brown significa "marrón". El café, si le echamos un poco de leche, es marrón. Incluso es verdad, como nuestra amiga la RAE nos indica en su Diccionario de la lengua española, que en Chile, Ecuador, México y Uruguay, café se usa para denominar al color marrón. Sí, color café. Pero los Cleveland no se llaman Browns por el color marrón. Ese Browns se refiere al apellido de su ilustre fundador y head coach (lo siento, pero entrenador en jefe tampoco me convence), Paul Brown. Los apellidos no se traducen. Cleveland Browns, en español, es Cleveland Browns. Cafés, un lírico y cariñoso apodo, pero nada fiel al original.

A la NFL todavía no ha llegado la idea de las noches latinas de la NBA. Básicamente, una oda al spanglish. Esencialmente consiste en añadir el artículo determinado antes del nombre del equipo en el uniforme de juego. "Los Bulls", "los Mavs", "los Suns". No traducen el apodo, se limitan a añadir el artículo. Una gilipollez. En algún caso, como el de los Knicks, traducen el topónimo.


Pero la palma se la lleva Miami. Los Miami Heat. Si omitimos el topónimo, los Heat. No, para la NBA son el Heat. ¡Venga, hombre! ¿Cómo que el Heat? Sí, es verdad, heat significa calor y lo correcto es usar el artículo determinado que regiría en su traducción española (el), pero en este caso particular el Heat suena estúpido. LeBron se ha quedado pasmado leyendo este párrafo.


Esto es todo por hoy. Como veis, la actualidad de la NFL me despierta un interés inusitado.

6 comentarios:

  1. En la MLB sí traducen los nombres de los equipos. Yo llevo un tiempo buscando la de los Brewers, que el equipo en sí me da igual, pero la camiseta en español mola un huevo (los cerveceros!)

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  2. Efectivamente se dan unas patadas al diccionario q tiembla el misterio. Que casualidad q los blogs donde se hace un uso del lenguaje correcto, con términos en desuso y con una redacción estupenda, son de deporte, pero no del popular sino del bueno. Quedan nominados como mejores blog para mi gusto Illegal return, Zona roja y Rudeza Necesaria
    Es un gusto para los ojos leeros.

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  3. Yo creo que el tema del nombre de los equipos es sobre todo cuestión de costumbre, es inútil buscar reglas fijas o justificar por qué en unos casos se traduce y en otros no.
    Por ejemplo, en la TV3 catalana mi Aleti es el "Atlètic" y el equipo de San Sebastián la "Reial Societat". Pero el Dépor es "Deportivo", no "Esportiu".
    Por no hablar de equipos españoles que directamente tienen nombres extranjeros, tipo "Sporting", "Athletic", etc que en algunos casos hasta se les castellaniza la ortografía (eg: "Rácing").
    Así que yo no le doy muchas vueltas: cada uno que use lo que mejor le suene y esté habituado a ver.
    Eso sí, manda huevos que luego algunos se ofendan si se dice "Lérida" o "Gerona"!!

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  4. Véase la película "Mi desconfiada esposa", con Lauren Bacall y Gregory Peck, en versión doblada. Durante años no supe a qué se refería cuando hablaba de un tipo de los empaquetadores de Bahía Verde

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  6. Explico brevemente lo de los nombres traducidos, por lo menos en mi país.
    durante los 70-80 por cuestiones politicas la tendencia fue traducir TODO, de modo que no es raro encontrar gente que disfrute de piezas clásicas como "Humo en el agua", "El hombre del piano" y muchos otros ejemplos... por esta misma epoca fue cuando deporte norteamericano fue ganandose lugar entre la minoría.
    De tal suerte que aquí en México es de lo más comun la traducción de nombres, a tal grado que 3 de los mejores cronistas del pais y los mejores de tv abierta (sin duda) no tienen ningun reparo en referirse a los "Acereros", "Empacadores"... incluso "Malosos" y "Cafés".

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