Penúltima jornada, en día atípico, no solo para nosotros, sino también para ellos. Nosotros estamos acostumbrados a que la actividad deportiva (y no deportiva) se pare en Nochebuena y Navidad. Ellos, en Estados Unidos, suelen ver la NFL el domingo, no el sábado. Lío para todos. Porque, además, no nos lo podíamos perder. Demasiado en juego. Veamos qué sucedió.
Música. En estas fechas tan señaladas, qué mejor que escuchar de nuevo a los Sex Pistols y sus clásicos, ¿verdad? Esto es EMI.
Lo más comentado
Drew Brees bate el récord de Dan Marino. No fue su mejor partido. Lanzó dos intercepciones y pudo cometer alguna más si a los defensores de Atlanta no se les hubiesen caído balones que tenían en sus manos. No estuvo tan preciso como suele. Arriesgó más de la cuenta. Su equipo, con el partido ya decidido, optó por forzar un poco la situación (running up the score) para que Brees lograra el mítico récord. Pero todo esto da igual. De esto nadie se acordará. Lo que todos recordaremos es que Drew Brees batió esta temporada uno de los récords más importantes de la NFL. El legendario récord de yardas de pase de Dan Marino.
5087 yardas de pase acumula Brees esta temporada. Tres más que las que consiguió Marino en 1984. Hace tres temporadas, Brees ya había rozado este récord. En una temporada en la que los Saints ni llegaron a playoffs, su quarterback casi bate el mítico registro. Este año, con un equipo mucho mejor que aquel, lo ha conseguido.
El récord se consigue con un pase a Darren Sproles. Uno de los quarterbacks más bajitos de la NFL, del que se dudó en su momento por su baja estatura (y posteriormente por la grave lesión que hizo a los Chargers apostar por Rivers, y a otros equipos −señaladamente, los Miami Dolphins− no atreverse a apostar por Brees), completa el pase al jugador más bajo de la liga (curiosamente, otro exjugador de San Diego). En la NFL, los bajitos también se la lían a los grandes. El talento no entiende de estatura.
Drew Brees lidera un ataque estelar. El más completo de la actual NFL: con una línea ofensiva eficaz, unos receptores letales y unos corredores de lujo. Que no es solo el ataque aéreo, es que por tierra, Sproles, Thomas, Ingram e Ivory forman un backfield de lujo. Un ataque que consigue más de 450 yardas por partido (el primero de la liga), ante el que casi lo único que puede hacer la defensa rival es forzar alguna pérdida de balón. Ese es el único punto débil de este ataque, con el de los Packers y el de los Patriots (estos más orientados al pase), los mejores de la liga.
Un récord legendario para un jugador legendario. Y, además, un tipo de puta madre.
El derbi de New Jersey termina calentito. Aunque comparten estadio (New Meadowlands), ciudad (East Rutherford, New Jersey) y falso nombre (New York, que queda más glamuroso), Giants y Jets raramente comparten partido. No suelen jugar más que una vez cada cuatro años. Eso hace que la rivalidad entre estos equipos no sea tan enconada como suele entre equipos de la misma ciudad. Sí, no se caen bien, pero no son el eterno rival porque no coinciden. Seguro que los fans de los Giants tienen más tirria a los Cowboys o a los Eagles y que los Jets se la tienen a los Patriots.
Pero es evidente que comparten mercado, compiten por conseguir aficionados en un mismo territorio, algo extraño en la NFL y, claro, cuando se enfrentan el odio aflora. Sobre todo cuando entre los implicados en el choque está Rex Ryan, que no duda en proclamar que su equipo es el mejor de la tierra, y otro grupo de jugadores que no dudan en chulearse frente al contrario. Y más aún cuando ambos equipos se juegan la vida.
Los Jets comenzaron mejor. Era un partido igualado, dominado por las defensas, como les gusta a los Jets, que ganaban por 4 puntos casi al descanso y que buscaban ampliar esa ventaja antes de concluir la primera mitad. A falta de 2:40, con los Giants acorralados, en su propia yarda 1, y en 3.ª y 10, parecía casi seguro que los Jets recuperarían el balón en buena posición o, en el mejor de los casos, lograrían un safety. Uno podría pensar que si Ryan ordena un blitz salvaje podía llegar el desastre, pero no fue el caso. Solo 4 fueron a por Eli Manning, que tuvo que lanzar su pase a un receptor con dos defensores a su lado. Y sucedió lo increíble. Víctor Cruz, tal y como hizo en la pretemporada 2010, revolucionó el derbi.
A partir de ahí, el partido cambió. Los Jets no supieron jugar en desventaja, porque eso requiere normalmente abusar del pase, y de Mark Sanchez uno no debe esperar maravillas. El caso es que las defensas continuaron dominando el choque en el inicio del tercer cuarto, pero en cuanto los Giants encadenaron un buen drive, con el que ampliaron su ventaja a 17-7, se disparó la ansiedad en los de Ryan y los (graves) errores llegaron. Una intercepción en la propia 23, que permitió a los Giants sumar tres puntos más (20-7) y un fumble tras un drive de 73 yardas terminaron por decantar el partido por los Giants. A pesar de la reacción final, abortada por un safety tras intentional grounding de Sanchez en su propia end zone, los Jets se dejaron la victoria y gran parte de sus opciones de llegar a playoffs. Ahora dependen de una improbable carambola: necesitan ganar en Miami y que pierdan Bengals, Titans y Raiders o Broncos.
Sin embargo, este partido no fue solo portada por su importancia para los dos equipos de la capital que no es ni capital de su propio estado. Lo fue por el incidente que protagonizaron Rex Ryan y Brandon Jacobs al terminar el partido. No es el primero que se produce tras un partido tenso. Que conste que el estilo bocazas de Rex Ryan no me gusta nada. Lo he dicho muchas veces. Pero eso no justifica el lamentable comportamiento de Jacobs. Qué miserable. Al terminar el partido, el elegante jugador del equipo que había ganado le dijo al entrenador del que había palmado estas bonitas palabras, que revelan la altura formativa del tipo que las vomita:
"It's time to shut up, fat boy".
Es momento de callarse, tipo gordo, es lo que le dice Jacobs a Ryan. La imagen de la jornada. Sorprendentemente, Ryan no ha contestado y ha asumido las culpas. Bien hecho
Jerome Simpson, esta vez protagonista por una acción positiva. La capacidad de salto del receptor de los Bengals ya fue noticia hace unas jornadas. Entonces, usó sus muelles para humillarse un poquito a cambio de un mísero pañuelo amarillo.
Esta semana, los usó para un fin mejor. Para conseguir uno de los touchdowns más espectaculares de la temporada, noticia no solo en medios estadounidenses, sino también en las secciones de deportes de los telediarios españoles. En todos los telediarios sale el touchdown, aunque en más de uno son incapaces de nombrar correctamente al autor de la jugada (Jerome "Robinson" para la Sexta) o a su equipo rival (según me comenta Carlos Blanco, @crlitus20, en Twitter, en Antena 3 decían que jugaba contra los "Cardigans"). De estos errores me doy cuenta porque conozco de qué hablan, pero qué errores no cometerán cuando los telediarios hablan de cuestiones que no controlo. En fin.
Volviendo al tema, una jugada espectacular, una acrobacia propia de un gimnasta profesional.
¿El mejor touchdown de la temporada? Ni de coña, vamos. Diferenciemos estética, estilo y espectacularidad (que en esa jugada vemos en su mayor grado) de otras variables que hay que tener en cuenta para otorgar esa distinción: momento en el que se produce (no era una jugada decisiva), utilidad de la acrobacia (no era totalmente necesaria) o dificultad de consecución del objetivo (por dificultad del objetivo me refiero a, una vez llegado al lugar en el que está Simpson, dificultad para conseguir un touchdown, es decir, para evitar en carrera a un defensor que está en la 1 cuando tú estás en la 2). Ni era la jugada decisiva (aunque Cincinnati acabe ganando por 7), ni era necesaria la acrobacia, ni era tan complicado conseguir el touchdown para un receptor que llega en esa situación a la 2 rival.
Coño, que tampoco quiero hacer de Grinch ahora que estamos en Navidad, que la jugada de Simpson me parece la hostia, pero creo que se está exagerando mucho. Leo en algunos sitios que se trata del mejor touchdown en años y creo que no es ni el mejor de esta temporada. Comparándolo con alguno de los que consiguió Calvin Johnson en Dallas contra triples coberturas, por ejemplo, me quedo con el de Megatron. Y muchas veces me parecerá más meritorio (mejor) un touchdown en los últimos segundos para ganar un partido. Muy exagerados algunos. Me recuerda a lo que escuché la semana pasada, de que cierto quarterback iba a cambiar la forma de jugar al fútbol americano. No nos pasemos.
La sorpresa
Houston pierde ante los Colts. Uno de los aspirantes al primer puesto de la AFC y el peor equipo de la liga se enfrentaban el jueves. Ambos equipos forman parte de la peor división de la NFL esta temporada, la AFC Sur, la que menos victorias consigue frente a rivales de otras divisiones, pero ni siquiera las dudas que generaba T.J. Yates en su partido ante Carolina o las señales de vida que dieron los Colts en su primera victoria ante Tennessee permitían anticipar un desenlace como el que vimos el jueves. Joder, si es que siempre fallo mis apuestas de los jueves. Salvo en el Steelers-Browns, siempre la cago. ¿Cómo íbamos a esperarnos que un equipo que se juega la ventaja de campo en playoffs o, al menos, el pase directo a la ronda divisional, va a perder con el que solo juega por perder el número 1 del draft?
Sorprendente y preocupante partido. Preocupante para los aficionados de los Texans, que ven cómo su equipo, tras conseguir clasificarse por primera vez en la historia para playoffs, cae ante rivales teóricamente débiles. Houston necesita que vuelva André Johnson y reactive el juego de pase. La carrera sigue funcionando, Foster vuelve a superar las 150 yardas terrestres, pero en la era del pase con esto no basta. Houston se enfrenta la semana que viene a unos Titans que se juegan la vida (y contra los que, si pierden, podrían volver a enfrentarse en la ronda de wild card). Si vuelven a palmar, llegarán al partido más importante de su historia en una dinámica muy negativa. Algo que no significa demasiado, como probaron Colts y Saints en 2010, o los Cardinals en 2009, pero también tenemos ejemplos que muestran que llegar en estado depresivo a playoffs no es en absoluto recomendable (me refiero a los Bengals de 2010). Los playoffs pueden llegar en el peor momentum de la temporada.
Preocupante victoria también para la afición de los Colts. Si Indianápolis pierde en Jacksonville, tendrá el número 1 del draft (es decir, el derecho a elegir a Andrew Luck o a obtener un jugosísimo traspaso por ese derecho). Pero como gane (no descartable, sobre todo viendo el nivel de estos Jaguars), probablemente será otro el que elija en primer lugar. Una catástrofe. Y oye, si soy aficionado de Jacksonville, prefiero que Andrew Luck caiga en una división diferente, no vaya a ser que los Colts ejerzan una tiranía similar a la de la era Peyton Manning. Estoy seguro de que la mayoría de aficionados de los Colts desea que su equipo palme la semana que viene; el problema es que sus jugadores no van a estar tan comprometidos con el suck for Luck, puesto que en muchos casos su puesto de trabajo (en Indianápolis o en otra parte) estará en juego.
Quien mucho corre (por una vez), poco gana. Suelo hablar de vez en cuando de que los equipos de los jugadores que más yardas terrestres consiguen cada jornada ganan, algo que no suele suceder con los equipos de los pasadores más prolíficos. En otras palabras, los equipos de los mejores corredores ganan, mientras que los de los pasadores con más yardas palman. Esto tiene una explicación: cuando un equipo va ganando recurre a la carrera, un método más conservador de ataque y que consume más tiempo. En cambio, el que va perdiendo necesita avanzar lo más rápido posible, por lo que recurre al método de ataque más arriesgado y rápido, el pase.
Sorprendentemente, esta jornada se ha invertido la regla. Los tres corredores más productivos, Arian Foster (158 yardas), Evan Royster (132) y Kahlil Bell (121), juegan para equipos derrotados, Houston, Washington y Chicago, respectivamente. Las explicaciones son diversas, aunque los tres casos comparten denominador común: su quarterback no es un titular asentado (Foster y Bell jugaban con el tercer quarterback; Royster con la tercera opción, porque aunque Grossman comenzó de titular, luego fue sustituido por John Beck) y jugaban frente a defensas contra la carrera porosas.
Por su parte, de entre los cinco quarterbacks con más yardas de pase solo uno ha visto cómo su equipo caía: Matt Ryan. Los otros cuatro, Stafford, Hasselbeck, Brees y Brady, ayudaron a su equipo a ganar.
Todo cambia
Detroit Lions: fin a los años de miseria. Antes, cuando los Lions se enfrentaban a los Chargers, lo normal es que les ocurriese alguna desgracia, como que te claven un hail mary a pesar de alinear a 12 defensores en el campo.
Ya no.
Avancemos un poco en el tiempo. Varios de los jugadores de estos Lions, que tras 11 años de sequía llegan por fin a los playoffs, formaban parte de la plantilla que completó la peor temporada (por lo menos en cuanto a resultados) de la historia de la NFL. La del 0-16. Ningún equipo ha cosechado jamás tantas derrotas como los Lions de 2008. Jugadores como Calvin Johnson, Jeff Backus, Cliff Avril o Jason Hanson formaban parte de aquel grupo. También son parte de los actuales Lions, que con su (en ocasiones excesiva) agresividad atemorizan a media liga.
Lo dije el año pasado de los Bucs y puede que me hubiese equivocado, pero lo tengo que repetir con estos Lions. Detroit cuenta con uno de los equipos más jóvenes y con mayor talento de toda la NFL. Tiene jóvenes jugones en ataque y en defensa. Si todo sigue como se espera, su futuro es brillante. Matthew Stafford, Calvin Johnson y Ndamukong Suh, estrellas ya hoy de este deporte.
El sábado, Detroit aseguró su clasificación para los playoffs venciendo en un shootout a uno de los equipos especialistas en vencer por agotamiento al rival. Los Lions derrotaron a un equipo sin miedo a los duelos al sol, a jugar al atrévete a seguir mi ritmo. Los Chargers solían aplastar a sus rivales a base de golpes, de un bombardeo incesante que el rival era incapaz de aguantar. Jugando a eso, pero mejor, ganó Detroit. Los Lions fueron los pistoleros más precisos, hicieron pagar a San Diego sus errores y ya están en la postemporada.
Como todo equipo joven e inexperto en estos mundos de enero, pero con mucho talento y agresividad, los Detroit Lions son una incógnita. ¿Veremos al equipo arrollador de esta jornada o estallará en pedazos a la primera adversidad que venga? ¿Sabrán encauzar su agresividad? Benditas incógnitas, pensarán los fans de Detroit, que no se veían en una así desde una época en la que por aquí pagábamos en pesetas y en la que si nos dicen que la esposa del entonces presidente del Gobierno iba a ser alcaldesa de Madrid por no elección democrática, nos da un mal. Bueno, que pensar que esta tipa haya llegado a donde ha llegado también es para que nos dé un mal. El tema es que el panorama político es tan lamentable que esta no es más que otra más.
Buffalo rompe su racha de derrotas. No pagábamos en pesetas, pero aún no nos habíamos puesto un abrigo y nuestras calefacciones estaban apagadas. Me refiero a la fecha en la que los Bills habían conseguido su último triunfo. A finales de octubre. Entonces aspiraban a ganar la AFC Este. Desde entonces, encadenaron una racha de siete derrotas consecutivas, a la que pusieron fin el pasado sábado. Lo hicieron además a lo grande, humillando a un aspirante a los playoffs como los Denver Broncos.
¿Por qué? Pues porque los Broncos perpetraron un partido desastroso en ataque y en equipos especiales. El ataque de Buffalo no estuvo especialmente inspirado, aunque C.J. Spiller por fin hizo un partido digno de su lugar de elección en el draft. Fitzpatrick tampoco hizo nada de otro mundo. Su defensa y su unidad de retorno sí. En las recuperaciones de balón de Buffalo y en sus retornos estuvo la clave.
Cuando uno ve que a Denver le han cascado 40 puntos, puede pensar que la defensa ha estado fatal. Y es verdad que la defensa de Denver estuvo mal, pero no tan mal. 21 de los 40 puntos encajados por los Broncos fueron concedidos por su ataque y sus equipos especiales. Dos intercepciones retornadas para touchdown y un touchdown de retorno de punt. Además, otros 3 puntos se debieron a un punt que Buffalo retornó hasta field goal range. No, la defensa de Denver no fue la de otros días, pero 24 puntos son imputables a ataque y equipos especiales. Y así es imposible que un equipo con una capacidad anotadora tan baja gane.
No creo que haga falta repetirlo: para ganar con ese ataque tan flojo, Denver no puede conceder más de 20 puntos. Si no, que se den por jodidos. En no cometer errores en ataque y equipos especiales se basó la racha de triunfos del principio de la era Tebow. En eso y en una defensa excelente. Otros prefieren atribuirlo a la divina providencia, allá ellos. Con todo, la derrota es casi inocua para los Broncos: les basta con vencer en su estadio a un equipo que no se juega nada (salvo el orgullo de su quarterback) o con que los Raiders no ganen a San Diego para llegar a playoffs. Eso sí, si quieren hacer algo importante en enero, más les vale no cometer más errores en ataque y equipos especiales. En ello les va la vida.
Ryan Succop. Vamos con un tópico: en la NFL, como en el deporte en general, la línea que separa el éxito y el fracaso es muy muy fina. Una jugada, unas pulgadas, marcan la diferencia entre la supervivencia o la eliminación. El héroe puede convertirse en villano en cuestión de días. Un poco de todo esto les sucedió a los Kansas City Chiefs.
La jornada pasada, los Chiefs se convertían en el primer equipo en derrotar a los Green Bay Packers desde diciembre del año pasado. Además, un equipo que parecía desahuciado cobraba vida. Si se daban una serie de sucesos esta jornada (que se dieron), dependerían de sí mismos para conseguir el campeonato de división. Si los Chiefs hubiesen ganado a los Raiders, con una victoria en Denver les habría bastado para ser primeros de la AFC Oeste por segundo año consecutivo. Pero, aunque todos los demás hicieron lo que ellos necesitaban, los Chiefs fueron incapaces de cumplir con su parte. Los errores de la unidad de field goal contribuyeron decisivamente al fracaso.
La semana pasada Ryan Succop convirtió los cuatro field goals que intentó. Gracias a ellos, entre otras aportaciones, vencieron a los Packers. Esta jornada, Succop falló dos field goals. Mejor dicho, se los bloquearon. Y los Chiefs acabaron palmando en la prórroga.
En un partido tan abundante en errores (intercepciones, penalizaciones, etc.), resulta injusto culpar a un jugador o a una unidad determinada del fracaso de un equipo. Pero cuando con empate a 13 en el marcador y segundos para terminar el partido, Succop se dispone a chutar el field goal que daría la victoria a su equipo, resulta inevitable acordarse de las madres del kicker y de sus compañeros de field goal unit. Ese intento de field goal fue bloqueado, igual que el que realizó al final del 2.º cuarto, y las opciones de playoffs de los Chiefs se esfumaron en la prórroga.
Todo sigue igual
Los Patriots se aseguran el pase directo a la ronda divisional: ¿fin de ciclo? Anticipo que las ironías y los chistes no deben explicarse. No me gusta, pero no me queda más remedio que apuntarlo en vista de algún comentario realizado la semana pasada. El caso es que New England confirma los temores de muchos augures, que anunciaban la caducidad del sistema Brady-Belichick a principios de noviembre. Los Patriots perdían contra Steelers y Giants, y el sistema parecía ya agotado, viejo, caduco. Ya te digo. Así, New England vuelve a asegurarse el pase directo a la ronda divisional de la AFC. Igual que la temporada pasada. De 2003 a 2011, los Patriots han sido campeones de su división en todas las temporadas salvo en la de la lesión de Brady, en la que terminaron con un miserable 11-5. No está mal. Dicho esto, desde que cayeron en la Super Bowl de la 2007-2008, los Patriots no ganan un partido de playoffs. A ver si comienzan un ciclo nuevo ganando un partido de postemporada.
Los Chargers siguen siendo el mejor equipo de la AFC Oeste, y vuelven a fracasar. Muchos, con argumentos de peso, me diréis que no. Que San Diego no es el mejor de la AFC Oeste, porque las sensaciones se demuestran en el terreno de juego y un equipo que la caga tanto (tantísimo) no merece tal consideración, pero sinceramente creo que los Chargers, igual que el año pasado, eran el mejor equipo de su división. Su talento solo es comparable a su capacidad para cometer cósmicas cagadas. Es el sino de esa franquicia, tan fiel a su historia. Todo sigue igual por San Diego. Con uno de los ataques con mayor potencial de la NFL (también para cometer errores), con una buena defensa (aunque con un jugador maldito, Takeo Spikes) y con mejor plantilla que sus rivales de división, los Chargers están ya eliminados a falta de una jornada. Aunque nada cambie por el sur de California, quizá su entrenador sí lo haga. Son ya muchos años de frustrantes fracasos de la mano de Norv Turner, a quien seguro que no le falta trabajo (probablemente de coordinador ofensivo) en otras franquicias de la NFL.
Lo mejor
Matthew Stafford. Este chaval de 23 añitos aceptó el desafío del pistolero Rivers y le mostró que está listo para duelos como el del sábado. De hecho, hoy por hoy, más que Rivers. En el partido más importante de su franquicia en la última década (hasta dentro de un par de fines de semana), Stafford completó su mejor partido como profesional. Estuvo casi perfecto. Completó 29 de los 36 pases que intentó (más de un 80%), 3 de ellos de touchdown, sin cometer ninguna intercepción y para un total de 373 yardas de pase. Qué miedito.
Aaron Rodgers y su línea ofensiva. Las dudas sobre quién es el MVP de esta temporada duraron una sola semana. Tampoco hubo muchas dudas, todo hay que decirlo, pero el pasado lunes comentábamos que cabría una discusión legítima sobre la identidad del mejor jugador de la temporada regular. Ya no. Aaron Rodgers está a punto de completar la mejor temporada que, desde un punto de vista estadístico, jamás haya realizado un pasador. Tras su partido ante los Bears, en el que batió su récord personal de pases de touchdown en un partido, con 5 (cuando estaba en el instituto una vez lanzó 6, pero creo que lanzar 5 en la NFL es algo más complicado), Rodgers tiene casi asegurado el récord histórico de passer rating. Como comentamos anteriormente, el passer rating es el criterio por el que se evalúa en la NFL el rendimiento de un pasador. Ojo, que hablamos de pasador, no de quarterback. Hay otros quarterbacks que destacan en otras labores distintas del pase y que también son muy importantes, pero no es el caso del segundo en discordia en esta carrera por el MVP, Drew Brees, cuyo mérito principal es el pase. Si acaso, habría que añadir que Rodgers, a diferencia de Brees, también sabe correr con el balón. Una muestra de este sábado:
Vuelvo a lo que estaba contando, que me voy demasiado por las ramas. Venía a decir que si nada extraño sucede, Rodgers batirá el récord de passer rating en una temporada. Ese récord estaba en posesión de Peyton Manning desde 2004, año en el que terminaba la temporada regular con un increíble 121,1. A falta de una jornada, en la que lo más probable es que Rodgers no juegue, el quarterback de los Packers está en 122,5. Por si alguien está tentado en menospreciar el récord de Rodgers si no juega la jornada que viene (que espero que sea así, porque ahora mismo lo que tienen que hacer los Packers es preservar la salud de sus jugadores más importantes, y ante el furioso front seven de los Lions no se deben hacer tonterías), que sepa que ese 122,5 de Rodgers incluye más yardas de pase que las de Manning en un partido menos (4643 por 4557) y 5 intentos de pase más (y, por tanto, 5 ocasiones más en las que la podría haber cagado). Un hecho histórico.
También es verdad que Brees ha batido otro récord legendario (véase más arriba), pero ese registro no tiene en cuenta los errores. Y creo que los errores han de considerarse para elegir al MVP, ¿no? Brees ha fallado más, ha lanzado más del doble de intercepciones que Rodgers (13 a 6) y menos touchdowns de pase (41 a 45). En ningún partido esta temporada ha lanzado Rodgers más de una intercepción. Drew Brees ha terminado 5 partidos con varias intercepciones (el último, el de este lunes). Es más, Rodgers consigue una yarda más que Brees por cada pase que intenta (9,2 por 8,2). Lo que pasa es que Brees realiza 8 pases más que Rodgers en cada partido. Lleva 120 pases intentados más. De ahí la diferencia.
Y, tampoco hay que olvidarlo, el valor creado es menor, dado que su equipo no es el mejor de la NFL. Ese es el de Rodgers, el mejor jugador del mejor equipo de la temporada regular. Para mí, no hay discusión posible sobre quién es el MVP de esta temporada regular.
Esta semana, hay que destacar también el trabajo de la línea ofensiva de Green Bay, a la que tantos palos caen (justamente, creo yo) por su deficiente protección del jugador franquicia del equipo. Por primera vez en lo que va de temporada, Rodgers termina un partido sin recibir un solo sack. Ni sacks ni golpes. Quién iba a decir que esto iba a suceder con una línea ofensiva muy mermada, con muchas bajas importantes (Clifton y Bulaga, las más importantes) y frente a algunos de los pass rushers con más nombre de la NFL como Julius Peppers e Israel Idonije.
Lo regulero
Philadelphia Eagles. Ahora mismo, los Eagles son uno de los equipos más en forma de la NFC. Una pena que ya no les valga para más que empeorar su lugar de elección en el próximo draft.
Los Ravens ante rivales débiles. Por suerte para Baltimore, a partir de enero se las verá con rivales de alto nivel. Porque cómo sufre ante rivales teóricamente inferiores. Palmaron en Jacksonville y Seattle, y a punto estuvieron de cagarla ante Arizona y, este sábado, Cleveland. Los Ravens han vencido en sus últimos ocho partidos frente a los Browns. No es extraño, son mucho mejores. Pero carajas como la del sábado pasado, en el que los Browns estuvieron a punto de remontar (perdían por 6 y tenían la posesión a falta de 3 minutos) siembran serias dudas sobre este equipo. Si terminan jugando ante los Broncos (si pierden en Cincinnati el próximo domingo es probable que eso suceda), pueden tener problemas. A Denver les van los equipos con ataques poco explosivos. Baltimore es uno de ellos.
Ser aficionado de los Bengals. Pocas cosas me disgustan más de un equipo que ver sus gradas vacías. Joder, si ni a sus propios aficionados les importa, que pierdan. Eso suelo pensar cuando veo las gradas del estadio del Getafe o las del
Con Batch no se vive tan mal. Vale que eran los Rams, pero si fuese aficionado de los Steelers no sé cómo habría reaccionado al resultado de esta semana en vista del desastre de la pasada. La anterior jornada, forzaron la titularidad de un Roethlisberger muy mermado, que fue uno de los principales culpables de la derrota de Pittsburgh en San Francisco. Cómo estará Batch, podíamos pensar. Pues no tan mal. Dale margen a Mendenhall, que como demostró a principios de la pasada temporada, con él y con Batch la cosa no va tan mal. Los Steelers perdieron una gran oportunidad la semana pasada en San Francisco. Quién sabe qué habría sucedido si juegan con un quarterback sano.
Jugadón anulado por tontería de la jornada. Los reyes de la penalización se superan jornada a jornada. Esta vez ganaron, pero de nuevo recibieron más pañuelos que nadie. En tres ocasiones consecutivas les penalizaron por illegal motion. Tres veces seguidas. Tiene mérito. Pero nada como esta jugada. Jugadón anulado por una infracción tan evitable como un delay of game. Te cagas.
Lo peor
La lesión de Adrian Peterson. Los Vikings terminan la temporada haciendo lo posible por empeorar su lugar de elección en el draft y viendo cómo su jugador franquicia se lesiona de gravedad. Difícil terminar peor. La victoria en Landover y las buenas maneras que empieza a mostrar Joe Webb (quarterback físico que corre y no la pasa nada mal, ¿por qué a este no se le da bola y a otro sí?) no compensan esta terrible lesión. Rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, cuya recuperación tarda entre 8 y 9 meses. No es seguro que llegue en condiciones al inicio de la temporada 2012, en septiembre. Una putada muy gorda.
Tampa Bay Buccaneers. Todas las semanas hacen méritos por aparecer por aquí. Son un puto desastre. Por tercera vez en lo que va de temporada encajan más de 40 puntos. 48, como en San Francisco. En sus dos enfrentamientos de esta temporada, Carolina les ha cascado 86 puntos. Ochenta y seis. Raheem dice que él nunca se despediría. Quizá otros deberían hacerlo.
No hay nada peor a que te denieguen un choque. Bueno, quizá sí hay cosas peores, pero ni todo el dinero del mundo asegura que no vayas a ser ignorado cuando quieras un choque.
Cómo está la clasificación para playoffs y cómo creo que terminará
Casi todo el pescado está vendido. Solo desconocemos la identidad de 3 de los 12 equipos que seguirán jugando a partir del 7 de enero: el campeón de la NFC Este, el de la AFC Oeste y la segunda plaza de wild card de la AFC. Para saber qué piensa el ciberpueblo he abierto encuesta. De los resultados iniciales, me sorprenden los resultados de la wild card. Mucha confianza en los Bengals. Para meterse, deben ganar a Baltimore. Y Cincinnati aún no ha ganado a ningún equipo que esté en posición de playoffs. Recuerdo también que si los Ravens palman, pierden casi con seguridad el pase directo a ronda divisional. Por si alguien no tenía esto en cuenta. Veo también que los Jets son los segundos en esa encuesta. Recuerdo también que los Jets necesitan una carambola cojonuda. Aparte de ganar en Miami, necesitan que pierda Cincinatti, Tennessee y Denver u Oakland. También por si alguien lo ignoraba al realizar la encuesta.
Así va la NFC:
Y así creo que termina:
1.- Green Bay Packers. Se aseguraron la primera posición el domingo con su victoria ante Chicago. Contra Detroit, prudencia, por favor.
2.- San Francisco 49ers. Deberían ganar a los Rams.
3.- New Orleans Saints. Si los Niners no palman en St. Louis, están abocados al tercer puesto.
4.- New York Giants. Malditos quedan. Juegan en casa, vienen en dinámica positiva y el quarterback rival no está al 100%. Sinceramente pienso que ganan, por lo que perderán.
5.- Detroit Lions. Creo que no reservarán efectivos en Green Bay y eso les dará la victoria. En juego está evitar a los Saints. No es poco.
6.- Atlanta Falcons. En un par de semanas podrán vengarse de los Saints por inflar el resultado en busca del récord de Marino.
Así está la AFC:
Y así creo que acaba:
1.- New England Patriots. A una victoria en casa frente a Buffalo de asegurar la ventaja de campo en playoffs.
2.- Baltimore Ravens. Porque creo que ganarán en Cincinnati.
3.- Houston Texans. Ni ganando se aseguran mejorar su lugar en la clasificación.
4.- Denver Broncos. Lo tienen a huevo.
5.- Pittsburgh Steelers. Si Baltimore no palma, no aspiran a más.
6.- Tennessee Titans. No, no creo que sean el sexto mejor equipo de la AFC, pero los astros se han alineado de forma tan favorable para ellos que creo que si ganan en Houston este domingo (lo creo), repiten partido en Houston el siguiente domingo.
* * *
El próximo resacón de año nuevo será más llevadero gracias a la NFL. No soy nada fan de salir en fin de año. Copas más caras, sitios atestados, niñatos disfrazados de pingüinos. Gilipollismo everywhere. Pero es casi inevitable mamarse como si no hubiera un mañana. Este año, el 1 de enero, toca levantarse antes de las 19.00, sentarse delante de la tele o el ordenador, y disfrutar de la emoción de la última jornada. Plan cojonudo.
Touché. No entendí la ironía. Feliz Año Nuevo y no te deseo que lo hagas mejor porque es difícil. Impagables estos "plácido domingo, jodido lunes", comenzando por el título.
ResponderEliminarjodido lunes o martes, q más da, el caso es que escribas cuando puedas, yo de esta semana me quedo con la victoria de los giants, el td de victor cruz, y el td de jerome, que es más farandulero q otra cosa sí, pero gracias a él, coño se ha hablado de nfl en este país. Sobre los altos, los bajos, los guapos ,los feos, de todo tiene que haber, son tan necesarios unos como otro, y cada cual tiene su encanto. EL fín de semana promete otra jornada de la repera para darnos un patatus.
ResponderEliminarFeliz año para tod@s.
No entiendo tu referencia a la asistencia de público al pabellón de San Pablo. Tú mismo, en el "Plácido domingo, jodido lunes" de la jornada 4 hablabas indirectamente de la asistencia de público a la ACB e incluías un enlace, este, en el que se dan los datos de la temporada pasada. Aunque Estudiantes es el equipo con más aficionados por partido, 9265, solo representa el 72% del aforo total, frente al 83% que significan los 5141 del pabellón de San Pablo.
ResponderEliminarAparte de esto, encantado de leer tus análisis y especialmente en estas fechas en la que todo se para bastante.
saludos y buen año 2012,
josemanuel
Josemanuel, reconozco que hablaba "de vista" y sin datos en la mano. San Pablo siempre me ha parecido un pabellón muy frío (creo que esto además es verdad, que hace mucho frío) y vacío, por lo menos es la sensación que da en televisión. Pero los datos son los datos, así que lo corrijo, tienes razón. Gracias por el comentario.
ResponderEliminarGracias también a los anónimos anteriores por sus comentarios.
Saludos.
Frío, es, feo, un montón (tirando a horroroso) y , además, viejo e incómodo.
ResponderEliminarSi miras la lista, también se puede ver que teniendo en cuenta los habitantes de cada ciudad, los pabellones de Madrid, Barcelona y Sevilla son en proporción los que menos aficionados tienen (especialmente Barcelona).
Pero bueno, lo único "bueno" del pabellón de San Pablo es que casi siempre está bastante lleno (por ello mi comentario)
saludos y gracias por el cambio,
josemanuel
A lo largo de esta temporada, creo que el que fue entrenador de los Ravens cuando ganaron la SB se quejaba de la escasa creatividad de los HC en las jugadas de 4º down. Sin embargo creo que este año ha sido el más prolífico en cuanto a jugadas de engaño, sobretodo en los equipos especiales. La jugada de los Raiders es otro ejemplo.
ResponderEliminarNACIONAL-Me parece que a este final de temporada hay equipos que llegan realmente bien. En especial los Packers y los Saints, ambos con QBs en estado de gracia. Ojala Stafford pueda mantener el nivel del otro día durante los playoffs. Los Niners generan dudas ya que hace tiempo que no se metían en playoffs y porque su nivel anotador en la red zone es bastante pobre, pero su balance es indiscutible. La calidad del ataque de los Falcons es brutal pero me decepcionaron el otro día. Veremos si solo fue eso, un mal día. Si entran los Giants, su experiencia les puede hacer peligrosos. Los Cowboys son los únicos a los que no veo, en caso de que se metan capaces de llegar a la SB.
AMERICANA- Creo que los Patriots tienen una oportunidad de oro para meterse en la SB. Los Ravens están siendo muy inconsistentes y aunque pueden ganar a cualquiera los veo peor que otros años. Con los Steelers me pasa lo mismo, con la diferencia de que BigBen no es Flacco ( ni flaco). Ni el ataque ni la defensa muestran la solvencia de otros años, pero nunca los puedes descartar. Al resto no les doy opciones. Me parece que los próximos años y si las lesiones no destruyen al equipo como en este año, los Texans se convertirán en los dominadores de esta conferencia.
MVP- Que un QB que tiene a su equipo entre los máximos favoritos para ganar la SB ( para la mayoría de Power Rankings el #2 )y que bate el récord de yardas de pase en una temporada, no sea favorito para el MVP, explica por sí solo el temporadón del gran favorito.
ROOKIE- Creo que Newton ha sorprendido a todos, a pesar de que muchos le esperaban con ganas. Ha demostrado que no solo corre y una personalidad que invita a ser optimista en Carolina.
Yo creo que el WC de la AFC es para Oakland, porque Cincinatti perderá su partido y los demás ganarán, con lo que habrá cuádruple empate a 9 victorias entre CIN, NYJ, TEN y OAK, y éstos últimos ganan por Strength of Victory
ResponderEliminarComentario tocapelotas: en la página de ESPN que linkeas con los records de cada división frente a rivales de otras divisiones, hay varios errores. La AFC Sur ha ganado 14 partidos, la NFC Este 18 y la AFC Oeste 19.
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