jueves, 19 de enero de 2012

Plácido domingo, jodido lunes: ronda divisional

Joder, qué puta mierda.

En eso se resume mis sensaciones tras el fin de semana divisional. Si fuese un aficionado neutral pensaría otra cosa, porque hemos visto partidos y acciones memorables, pero es lo que tiene hoy ser de los Packers. Casi un año de placer, que termina con un buen palo. Bueno, supongo que debo escribir algo más. Esta vez, por falta de tiempo, seré más breve de lo habitual, eso sí.


Música. En el finde divisional, Divide and conquer.



Lo más comentado

El memorable partido de San Francisco. Quizá los aficionados de los Saints no piensan lo mismo, aunque deberían. No diré que así da gusto perder, pero cuesta difícil imaginar una manera más digna de caer que en el mejor partido de la temporada. Los colegas con los que veía el partido, que iban con los Saints, no opinaban lo mismo. Ninguno era aficionado del equipo de Nueva Orleáns, pero en la quiniela todos habían apostado por los Saints menos yo. Me dice mi novia que soy muy odioso. Es que estaban picados. Porque, como comprenderéis, no vi esos últimos minutos de partido en modo zen.

A pesar de que encajó 32 puntos, la defensa de San Francisco fue excelente. A pesar de que perdió 5 balones, el ataque de los Saints estuvo brillante. Con esos números, casi nunca escribiría lo anterior. No es normal. Pero es que no fue un partido normal.

Los 49ers dieron una exhibición de intensidad y contundencia en defensa. En una temporada en la que hemos visto tantos placajes fallidos, tanta falta de fundamentos (hola, Charlie Peprah), da gusto ver a defensores placar como lo hacen los de los Niners. La grandeza de las victorias se mide por la grandeza de los rivales, y ningún rival tiene mayor entidad para una defensa que los Saints de Drew Brees (que jugaron como se supone que saben, a diferencia de los Packers).

Ambos equipos completaron un partidazo. San Francisco comenzó dominando gracias al oportunismo de su defensa y a la efectividad de su ataque. 17-0. Pero los Saints no se rindieron, y llegaron al descanso a solo tres puntos. En el tercer cuarto y en el inicio del cuarto, la defensa de los 49ers pudo contener de nuevo el ataque de los Saints, que solo pudieron sumar tres puntos. El acoso a Brees era brutal. Una muestra:


Llegábamos a los cinco últimos minutos con 23-17 a favor de San Francisco. Y a partir de ahí, la locura. Los Saints se ponían por primera vez por delante (24-23) con un touchdown de Darren Sproles. Uno de sus clásicos. Pasecito corto, y carrera del jugador más pequeño de la NFL que nadie puede parar. 44 yardas. Zozobra en los 49ers, que eran incapaces de responder en ataque a los blitzes que una y otra vez realizaba la defensa de los Saints. Básicamente, más de cuatro jugadores iban a por el quarterback y casi siempre conseguían abortar la jugada, bien porque los bloqueadores (especialmente Frank Gore) eran incapaces de advertir quién iba a venir a por Alex Smith, bien porque el propio Smith era incapaz de identificar el blitz y enviar un pase al lugar que el defensor dejaba descubierto.

Sin embargo, tanto blitz terminó costando caro a los Saints. Decía Malcolm Jenkins al terminar el partido que esa defensa vivía y moría con el blitz. Así fue. A falta de poco más de 2 minutos, perdiendo por 1 punto, en 3.ª y 7 y a 28 yardas de la end zone contraria, los Niners ejecutaron una jugada de engaño que pasaba por que los Saints realizasen un blitz por la derecha del quarterback. Funcionó. San Francisco utiliza una formación sin corredores en el backfield, teóricamente de pase (lo cual resulta creíble en 3.ª y 7), pero el pasador, en vez de pasar, corre como un poseso hacia la izquierda, igual que uno de sus jugadores de línea, que avanza para bloquear a los defensores. Y esto es lo que sucede.


Creo que ahí la opción más inteligente era arrodillarse, porque habría dejado a los Saints sin tiempos muertos y con algo menos de 40 segundos para anotar un field goal. En ese momento, me parecía la mejor opción. Nos habríamos perdido, no obstante, un final acojonante.

Los Saints solo necesitaron 34 segundos para recorrer 88 yardas y anotar un touchdown que parecía que, tras la conversión de dos puntos, daba una ventaja de 3 puntos a Nueva Orleáns. Increíble.


El partido parecía, esta vez sí, terminado. A pesar de que el partido de San Francisco en ataque fue bueno, y de que la defensa de los Saints no es la mejor de la liga, quedaba demasiado poco tiempo: 1:37. Ya les habían pillado una vez, difícil parecía que lo consguiesen de nuevo. Pero lo hicieron. Alex Smith y Vernon Davis, dos jugadores criticados por no rendir al nivel de su lugar en el draft (Smith) y sueldo (Davis), eran los nuevos héroes.


Partidazo. El mejor de la temporada.

La estupidez del Elite o no Elite. No sé si es elite o no, pero Eli Manning está jugando como nadie en los momentos calientes. Esto es así. ¿Que si es elite o no? ¡Qué más da! El caso es que juega mejor cuando más lo necesita su equipo. Sí, es un jugador irregular. Su temporada pasada fue lamentable. Su elección para la Pro Bowl, polémica. Sus estadísticas eran peores que las de otros pasadores de la NFC, como Tony Romo (otro "sospechoso habitual") o Matthew Stafford. Pero los números engañan. Los Packers consiguieron 15 victorias esta temporada y 14 la pasada. Sin embargo, la pasada temporada fue un éxito absoluto y esta puede considerarse como una decepción. Porque el cuándo es muy importante. Y Eli Manning ha sabido elegir muy bien los cuándos. Contra los Seahawks o los Redskins, mal. Pero en el último drive en New England, en los dos partidos ante Dallas, ante Atlanta y en Green Bay, estelar.

Nada que ver con el quarterback errático de la pasada temporada, que lanzaba sandías "a ver qué pasa" sin ton ni son. Ahora sabe administrar los riesgos. El domingo, fue uno de los principales responsables de la victoria de los Giants en Lambeau Field. La falta de presión por los defensores le ayudaba, sin duda, pero hay que ponerla ahí. En tercera y largo, siempre encontraba al receptor abierto.

Hablemos de tópicos. Como tópicos que son, se repiten tanto que siempre están entre lo más comentado. De ahí su ubicación en esta sección. Veamos si los siguientes tópicos siguen vigentes.

"Offense wins games, defense wins championships". Esta temporada parecía que este refrán, casi sagrado, había sido desmentido. Los más puristas se rasgaban las vestiduras. ¡Qué han hecho con el football, otrora un deporte de tipos duros, ahora espectáculo de nenazas! Un circo. Pase va, pase viene... La defensa deviene irrelevante. Los dos peores defensas de la NFL, las de los dos mejores equipos de la temporada. Packers y Patriots, equipos que no defienden, lo ganan casi todo. Los mejores, sin defensa.

Demasiado pronto. Lo decía hace un par de semanas. Lo hecho hasta el final de la temporada regular no vale para (casi) nada. Sirve para no morir, pero no garantiza el éxito. El championship no lo había ganado aún nadie. Ningún equipo basado en el ataque lo había hecho. Y unos cuantos equipos basados en la defensa (y en la carrera, que también se echa de menos) aspiraban al anillo.


Lo que llevamos de playoffs no ha desmentido la vigencia de este tópico. Ni mucho menos. Los cuatro equipos que ahora aspiran al anillo han basado sus victorias en buenas actuaciones defensivas. De los 49ers ya hemos hablado. Un equipo "a la vieja usanza". La victoria de los Patriots también se construye desde la defensa. Son los que mejor han sabido neutralizar la shotgun option en la que casi solamente consiste el ataque de los Broncos. Baltimore cuenta con una de las mejores defensas y con un buen juego de carrera. Su éxito no se basa, ni mucho menos, en los fuegos artificiales. Finalmente, aunque la defensa de los Giants no ha estado entre las mejores (por lo menos estadísticamente) en la temporada regular, sucede con ella algo parecido a Eli Manning: rinde mejor cuanto más importante es un partido. Recordemos la victoria en Foxborough o el partido decisivo ante Dallas. En estos playoffs, dejaron al ataque de Atlanta en 0 puntos (y anotaron 2) y desquiciaron al de Green Bay. Luego hablamos más en detalle de ello, pero aunque los Packers pusieron de su parte, la defensa de los Giants supo usar las armas adecuadas para provocar errores.

En definitiva, que lo de que la defensa gana campeonatos no queda en absoluto obsoleto (qué bello juego de palabras) en estos playoffs, en la hora de la verdad.


"Take care of the football". Cuida el balón. Las pérdidas de balón son devastadoras. Para pruebas, véase este fin de semana. No cometer errores graves se valora poco, pero realmente vale mucho. Muchas "cenicientas" lograron sorprendentes resultados en playoffs evitando errores propios y provocando los contrarios. Lanzar una intercepción, cometer un fumble o perder el balón cuando lo estás retornando te puede matar. Este fin de semana, en todos los partidos, las pérdidas de balón fueron decisivas.

Los 49ers sobrevivieron a la avalancha de los Saints gracias a las pérdidas de balón que provocaron. Cinco. Una barbaridad. Quien pierde cinco balones tiene la derrota casi asegurada. Y los Saints estuvieron a punto de ganar, pero para eso necesitas que durante el resto del partido tu ataque sea excelente. Pero ni así.

En Foxborough, el partido comenzó a decantarse con un fumble de los Broncos en su primera posesión. Lo he dicho muchas veces, el éxito de Denver pasa, en primer lugar, por no cometer errores graves en ataque. Su capacidad ofensiva es tan limitada que una pérdida de balón los puede matar. Esta vez no perdieron solo ni fundamentalmente por eso, pero ahí empezaron a cavar su fosa.

En Baltimore, la diferencia entre uno y otro equipo estuvo en Jacoby Jones. Si no es por su enorme cagada en el retorno de un punt que es incapaz de atrapar, probablemente la victoria habría correspondido al mejor equipo en ataque y defensa de ese partido, los Texans.

Finalmente, en el partido de Lambeau Field, las pérdidas de balón de Green Bay matan el partido. Con la defensa que tienen los Packers, o tu ataque arrasa o no hay opción. Y esta vez, el ataque falló a lo grande: perdiendo balones en los momentos más importantes.

Sí, este tópico sigue estando vigente.

"Quarterbacks win games". Dicen que a los quarterbacks se los mide por las victorias que consiguen. Y punto. El quarterbackcentrismo es un mal incurable. Como es el tipo famoso, y el que más luce, es el que gana. Cada quarterback tiene asociado su balance particular de victorias y derrotas. Cuando sale a jugar el domingo, nos indican que Rodgers está 4-1 (ahora 4-2, mecagoenlaputa). Pero nunca veréis ese dato en un jugador de la línea ofensiva.

De todos modos, hay quarterbacks y quarterbacks. Decía Joe Flacco un par de días del partido contra los Texans que seguro que si su equipo ganaba la peña diría que no fue gracias a él. Efectivamente, lo decimos. Si hay un quarterback gris en la NFL, incapaz de lo mejor, pero que tampoco acostumbra a lo peor, ese es Joe Flacco. Y su actuación sirve para desmentir este tópico.

El balance "de Joe Flacco" (permítaseme atribuirle lo que no es suyo) en su propio estadio es de 20-1. ¿Significa eso que Flacco es un excelente quarterback en casa? Rotundamente, no. Ganase quien ganase el partido de este domingo en Baltimore, no podría haberse dicho que la victoria correspondía al quarterback. Ambos equipos basaron su juego en la defensa y en la carrera. Yates ayudó poco. Flacco, como siempre, gris. No, no hace falta un quarterback brillante para ganar.

Es más, en el año del quarterback, solo queda uno de los tres "batidores de récords". Drew Brees y Aaron Rodgers están fuera. Únicamente queda Tom Brady. Y ni Brees ni Rodgers fueron los principales responsables de la derrota de sus equipos. Tuvieron parte de responsabilidad, sí, pero no creo que se deba achacar a ellos el resultado.

La sorpresa

¿Y dices que esos terminaron la temporada regular 15-1? Antes del partido de Candlestick había quien se preguntaba si la victoria de los locales sería una sorpresa. Para mí, lo fue. Pero menos que la victoria de los Giants en Lambeau Field. Sí, muchos les daban opciones, pero seguro que pocos esperaban una victoria tan contundente. O más que contundente, cómoda. Sin aparentemente hacer nada del otro mundo, los Giants eliminaron al vigente campeón y mejor equipo de la temporada regular en su propio estadio. 20-37. El marcador habla por sí solo. Aunque quizá se queda incluso corto, porque la diferencia de juego fue todavía mayor. Y más abultada habría sido seguramente la derrota de no ser por un par de decisiones arbitrales (para mí) erróneas en los dos únicos drives en los que Green Bay consiguió anotar un touchdown. El resultado podría haber sido escandaloso. Y todo ello, insisto, pese a que los Giants tampoco parecían estar completando el partido de sus vidas. ¿Cómo pudo pasar esto?

En primer lugar, en el duelo entre la defensa de Green Bay y el ataque de los Giants, pocas sorpresa. La defensa de los Packers es más tierna que el día de la madre. Tierna y estúpida. Tierna porque en vez de agarrar en condiciones al receptor contrario y tirarlo al suelo, acaricia con ternura al rival. ¿¿Qué coño hace Charlie Peprah (el 26) en esta jugada??


¿Por qué no usa sus brazos para agarrar al receptor y tirarlo al puto suelo? Pues porque es todo ternura. Pero también tiene mucho de estúpida esta defensa. Solo desde la estupidez se puede comprender lo sucedido en los últimos instantes del segundo cuarto. A falta de quince segundos, ¡¡quince!!, con los Giants en su propia yarda 40, ¡¡su propia yarda 40!! y sin tiempos muertos, ¡¡sin tiempos muertos!!, los Packers son incapaces de impedir que un corredor salga del campo (con lo que se terminaría el segundo cuarto). No es que el corredor se dirija directamente hacia la banda, no, sino que pasa por el putísimo medio de la línea y corre hacia la banda opuesta, ¡¡y llega a la 37!! ¡¡¿¿pero cómo es posible??!! ¿¿¿¡¡¡CÓMO!!!??? A 6 segundos y en la 37, con el tiempo justo para chutar un field goal (lejano, sí).

¿Puede ser más inepta una defensa? Sí, por supuesto. No hubo más que esperar al siguiente snap. Los Giants no salen con formación de field goal. En consecuencia, era evidente que iban a lanzar un hail mary. Evidente. Me sorprendió y lo comenté cuando lo vi. Pero más sorprendió a la defensa de Green Bay, que no sé qué cojones pensaba que iban a hacer. Con tan pocos segundos, no da tiempo a un pase a la banda para aproximar el field goal. El hail mary era evidente. Os podréis imaginar mis alaridos cuando la cámara, que solo sigue al balón (un defecto de ver NFL por televisión, que no ves todo lo que pasa en el campo más allá de donde está el balón, especialmente las rutas de los receptores y las coberturas), se aproxima a la end zone y hay más tipos de blanco que de verde. Demencial.

Ahí lo tenéis. Aún me duele verlo.


Con tal grado de ineptitud defensiva, solo un ataque devastador puede salvar al equipo. Y el ataque de Green Bay habitualmente lo es. Fue el mejor de la temporada regular. No el domingo. El domingo estuvo a la altura de su defensa.

Reconozcamos antes el mérito de los Giants. Aplicaron la receta que dieron los Chiefs: hostigar a los receptores en la zona permitida para que no realicen cómodamente sus rutas e intentar llegar a Rodgers con su potente front four. Sus pass rushers no estuvieron especialmente brillantes en la primera mitad, pero en el tercer cuarto la garra de Osi Umenyiora no solo provoca la recuperación de balón de su equipo, sino que evita un touchdown (no diré que seguro, porque vistos los fallos constantes de receptores de los Packers, tampoco pongo la mano en el fuego, pero sí probable). Había un receptor profundo completamente solo a la izquierda de Rodgers. Evita 7 puntos y recupera la posesión.


Pero no solo los Giants pusieron de su parte con un buen game plan y una perfecta ejecución. También el ataque de los Packers lo hizo. A pesar de que el cuerpo de receptores de Green Bay es probablemente el mejor de la liga (por cantidad y calidad), el problema los drops se manifiesta con bastante frecuencia. Que se les caen de las manos balones que deberían atrapar. Conceptos básicos. ¿Cuántos drops cometieron el pasado domingo? Tuvo que ser un récord. En jugadas decisivas, además.

El quarterback tampoco estuvo bien. Aaron Rodgers jugó peor que nunca esta temporada. En el peor momento. Especialmente grave su error en el pase a un Jermichael Finley totalmente solo camino de la end zone. No sé si la ruta de Finley era la correcta, pero poco me importa. Era un pase sencillísimo, un error imperdonable.

¿Y los Giants? Bien. Pero tampoco da la sensación, insisto, de que hayan hecho el partido de su vida. Su front four fue menos atosigante de lo normal; sus running backs apenas aparecieron, hasta su kicker falló un field goal (se lo bloquearon). No necesitaron, ni mucho menos, el partido perfecto para ganar. Su secundaria estuvo excelente, sí, Nicks completó otro partido brillante y Eli Manning estuvo bien. Suficiente para ganar cómodamente en Green Bay.

Como tuiteaba durante el partido Peter King, ¿pero ese equipo terminó la temporada regular 15-1?

Todo cambia

Alex Smith. El fiasco del draft de 2005, ¿recordáis? El número 1 de aquel año, elegido por los 49ers en vez de Aaron Rodgers, el histórico error de San Francisco. Obviamente, no ha hecho nada todavía como para que lo consideremos un héroe, pero seguro que ya no es el villano que muchos veían. Su temporada fue buena, y su postemporada no puede empezar mejor. Comandó un drive ganador no una, sino dos veces. En el momento de máxima presión, Smith respondió. Al fin, la NFL le sonríe.

New England y Baltimore ganan en casa en playoffs. Se rompió la extraña mala racha. Desde la célebre Super Bowl que pierden con los Giants (realmente desde el partido anterior) los Patriots no ganaban un partido de playoffs. Ha llovido. No lo ganaban a pesar de haber jugado un par de veces como local, donde en temporada regular se muestran intratables. Esta vez, en cambio, New England volvió a la normalidad. A la normalidad de aplastar al equipo que los visita.


Algo parecido sucede con Baltimore. Un clásico de los playoffs que padecía de ecofobia. Desde 2001. El domingo, los Ravens volvieron a hacer méritos para palmar en casa: perdieron la batalla de ambas líneas, fueron incapaces de atacar con soltura y de defender a un imparable Arian Foster. Pero, al fin, vencieron.

No todos los días es fiesta. No, esta vez no hubo milagro. Denver palmó ante los Patriots. El partido de los Broncos en ataque fue miserable. En la primera mitad, Brady había dado más pases de touchdown (cinco) que pases había completado Tebow (tres). En diez minutos el partido estaba finiquitado. Había pasado menos de una semana desde el partido ante los Steelers, pero parecían haber pasado años. Qué lejos queda ese día, por lo menos en cuanto a juego.

Todo sigue igual

Los Giants eliminan a los Packers en Lambeau. Como en 2008. Pero esta vez más fácil.


El vigente campeón no gana en los playoffs. Como viene sucediendo desde 2005. El motivo, el indicado en el párrafo anterior.

El mejor equipo de la temporada regular pierde en su primer partido contra New York. Como la temporada pasada. Esta vez fueron los Giants, la pasada los Jets.

Algún local cae en las dos primeras rondas. Nunca ha pasado desde que el formato de playoffs es el actual. Mal me olía el partido de Green Bay por esta gilipollez. Habían ganado todos locales en wild card y los tres primeros en jugar en la ronda divisional. Solo quedaban los Packers por ganar. Y ya sabemos lo que pasó.

Lo mejor

Vernon Davis. Primero fue Dwight Clark; luego, Terrell Owens; ahora, Vernon Davis.


Siete recepciones, ciento ochenta yardas y dos touchdowns, pero sobre todo uno.

Tom Brady. Curso acelerado de quarterbacking. Lanzó una extraña intercepción, pero aparte de eso, su primera parte es para enseñar en las escuelas. Ah, que en las escuelas esto no se enseña. Bueno, da igual. Que lo pongan de todos modos.


Récord de pases de touchdown en medio partido (5) y en el partido completo (6). Imparable. Hasta sabe chutar un punt (bueno, hacer esto en tercer down a un rival humillado me parece excesivo).


Lo regulero

La defensa de los Texans. Tiene que ser frustrante hacer un partido casi perfecto y perder por culpa de las otras dos unidades del equipo: de un ataque dirigido por un quarterback más que verde y de los equipos especiales. Bueno, más que equipos especiales deberíamos decir "Jacoby Jones" (véase debajo). El partido defensivo de Houston fue espectacular. Un espectáculo. El espectáculo no está solo en el juego de pase. Quién no disfruta viendo la intensidad de J.J. Watt en su busca y captura del quarterback. La pena, que no valió para nada. Pero mucho ojo a esta gente la temporada que viene.


Arian Foster y su línea ofensiva. Dígase lo mismo que en el apartado anterior respecto del quarterback de los Texans y sus colegas de la línea ofensiva. Se comieron, nada menos, a la defensa de Baltimore. Pocos pueden presumir de ello. ¿Y cómo defendiendo tan bien y corriendo tan bien han podido perder? Take care of the football.

El ataque de los Ravens. Esta sección está monopolizada por el primer partido del domingo. No creo que los integrantes del ataque de Baltimore hayan terminado el partido especialmente satisfechos, pese a ganar. Lo único que hicieron bien es take care of the football. Muy importante, sí, pero se les exige algo más. Llevaba razón Joe Flacco, sí. Baltimore no ganó gracias a él.

Lo peor

Jacoby Jones. ¿Otra vez el partido de Baltimore? Sí, otra vez. Este tipo es el principal responsable de la derrota de su equipo. Manda huevos.


Sí, dice que lo siente. Faltaba más. Para nota lo de sus entrenadores, que le permitieron seguir retornando punts, de nuevo de forma desastrosa. Volvió a caérsele el balón, corrió hacia el lado equivocado... Un desastre.

Ataque de Denver. ¿La misma jugada, una y otra vez? ¿Pero en serio creen que va a colar dos semanas seguidas? Ah, que pretenden seguir con lo mismo la temporada que viene. Allá ellos. Otros que saben más que yo dicen que eso va a cambiar el fútbol americano. Yo no le daba mucho más que la moda wildcat de ¿2008? Igual no llega ni a eso.

Defensa de Green Bay. 37 puntos tras una semana de descanso. Dos semanas para corregir errores de los que todos éramos conscientes. No los han corregido, sino que se han superado (véase lo dicho arriba). En fin.

* * *
Siento publicar esto tan tarde, cuando procede más una previa de lo que viene el domingo siguiente que echar la vista atrás al pasado fin de semana. A ver si dentro de no mucho publico la previa.

7 comentarios:

  1. Sobre lo de arrodillarse de Smith...

    Si, en teoría es lo más inteligente, pero:
    1. No vas ganando, y quien sabe si puedes fallar el field goal, o que el holder se convierta por unos segundos en Tony Romo...

    2. 40 segundos para llegar a field goal range es poco, pero es Brees y el ataque de New Orleans. En touchdown de Graham fueron 36 segundos lo que les costó.

    Yo soy de la opinión de cuando vas por abajo, anotar. Nunca se sabe que puede pasar.

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  2. Debo decir que estoy de acuerdo con el comentario de javierbolt, debes ir por los puntos cuando tienes la oportunidad.

    En esa misma jugada, me sorprendió Joe Staley, Que carrera, para un liniero ofensivo, viendo la jugada con descuido parece que el tipo va a velocidad normal y todos los demás en cámara lenta, incluso le toma varios metros de ventaja a su mariscal, un mariscal que creo que es más rápido que la media.

    Es la primera vez que veo un partido completo de la defensa de los Niners en toda la temporada, y me dejó boquiabierto. La presión, la cobertura, el tacleo. Hay un pase defendido por Rogers en el 4° cuarto que ni te digo, de campeonato.

    Muchas gracias por el análisis, un placer, como siempre.

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  3. Gran artículo. Estoy de acuerdo con los comentarios anteriores. Cuando vas por delante en el marcador hay que tirarse en la yarda 1. Pero aun perdiendo, no tiene ningún sentido no aprovechar la oportunidad de anotar un TD. Y si se hubiera tirado y al final no hubieran transformado ningun field goal?. Pues eso, fueron ambiciosos y no quisieron asegurar la prórroga sino ir a por el partido. Ahí Harbaugh estuvo fantástico y tuvo su justo premio.

    Respecto a los Packers, creo que han vivido todo el año a cuenta de una gran mentira. No les ha preocupado no tener juego de carrera ni defensa. Contra la mayoría de equipos que te toca con ese generoso calendario que ya analizaste, pues no hay problema. Pero los de Green Bay no tienen que preocuparse cómo les va la regular season, sino estar listos para los rivales de post temporada. No lo hicieron y a las primeras de cambio fueron superados por un equipo, quizá con menos talento y fantasía, pero con mucho más equilibrio entre su defensa, su ataque terrestre y aéreo.

    Así que ya saben por dónde hay que empezar la próxima temporada.

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  4. MECAGÜENLAPUTA!!!!!!!!!!!!!! Viendo el partido de GB el domingo me sentí como el Tano Pasman viendo el descenso de su amado River, y todavía no se me ha pasado, lo de Peprah no tiene nombre... LA REPUTÍSIMA DE LA CONCHA DE SU MADRE!!!!! NO!!!!! NO!!!!!
    En fin que no sé muy bien como desahogarme porque no conozco a nadie en mi entorno que le guste el football como a mí, al que le pueda contar que la tremenda mierda que vi por televisión el domingo no se parece a mi equipo más que un huevo a una castaña...

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  5. En directo yo me quedé afónico gritándole a Smith "tírateeeeee!!!" en ese TD. Pero pensándolo en frío tengo que dar la razón a los comentarios de más arriba, tirarse no hubiera sido buena idea.
    Primero, porque Brees con 40s puede llegar a distancia de FG con relativa facilidad. De hecho, en menos tiempo hizo TD...
    Segundo, algo puede ir mal y que se falle el FG aunque se esté tan cerca.
    Por último, una vez Smith se hubiese tirado, supongo que tendría que haber hecho "kneel down" en los tres downs siguientes, no? imaginaos si luego Nueva Orleans remonta, la cara de gilipollas que se nos hubiera quedado a todos los aficionados niners tras haber desperdiciado la oportunidad de un TD. Hubiéramos pedido la cabeza de Smith, Harbaugh y las madres que parieron a ambos!!

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  6. Quinos: si te sirve de consuelo hace ya cuatro años y todavía no he podido superar la derrota de los Patriots en la Superbowl contra los Giants. El DVD del partido lo tengo en el trastero: hará cosa de año y medio me puse a ver el partido de nuevo y cuando, en el último drive, Samuels deja caer un balón casi interceptado junto a la banda, casi me pongo a llorar... Así que lo único que puedo decirte es que tienes mi absoluta solidaridad... Bendita locura la de amar tanto este deporte.

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  7. Yo estoy con triple 5, los Texans jugaron mejor partido y si no hubiera sido por esa chapuza de Jacoby Jones...

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